Choumei. Ataque insectoide en la llanura.

Una bestia grotesca sobrevolaba las colosales llanuras del País de la Lluvia, bajo enormes nubes de tormenta batía sus alas con tal fuerza que un zumbido sacudía toda la abierta superficie, haciendo vibrar la hierba y la propia lluvia que caía desde las alturas. Era una de las bestias con cola, la de Siete colas, para ser exacto, y había sido inteligente para ser un colosal insecto. El fuego le molestaba bastante, es más, le causaba graves heridas. ¿Dónde mejor podría sobrevivir en en un eterno barrizal en el que no paraba de llover? Había escogido la llanura mayor, que ni árboles tenía, solo una planicie enorme cubierta de hierba encharcada. No tendría problemas para comerse al primer shinobi que intentara darle caza.

Suiryumaru se acercó a las llanuras que había en el país de la lluvia. Había sido guiado por Viral-Sensei, que había insistido en que harían un viaje juntos. Que era una misión secreta, de rango S, y que no podría recibir instrucciones sobre ella hasta estar en el lugar. Parecía ser el país de la lluvia, que no estaba relativamente lejos. Suiryumaru estaba realmente emocionado con el hecho. No tenía ni idea de lo que iba a pasar allí, pero decían que iba a haber una reunión de los Kages en aquel lugar, de territorio prácticamente neutral, pues Amegakure no pertenece a ninguno de los dos imperios shinobis grandes, y no tiene el potencial ninja suficiente como para constituir una amenaza como Otogakure. Era el lugar idóneo para las congregaciones de las cinco grandes naciones ninja. El examen chunin solía celebrarse allí también. Que pudieran reunirse todas los países, que, podría ser menos de un mes, habían luchado a muerte, era un acto realmente hipócrita, pero necesario para la paz y estabilidad del lugar.

Cuando Suiryumaru recibió esta noticia, de que iría a esta misión secreta, no supo que decir. Ya había hecho algo así con Viral, cuando fue a su examen genin. En él se enfrentó a un enorme mono de lava, llamado Yonbi. Aquellos bijuus eran algo titánico, y Suirymaru esperaba que no tuviera que enfrentarse de nuevo nunca con uno. Aquello superaba sus fuerzas realmente. No tenía ni idea de que aquello era algo tan increiblemente poderoso. Aún se acordaba del día en que se interrumpió su examen genin para darle aquella noticia. Era realmente impactante. Significaba aquello que Viral reconocía sus capacidades como ninja? Primero Kimura le hacía llamar, para una reunión que se llegó a aplazar, y ahora esto. ¿Los kages empezaban a necesitar de los servicios de Suiryumaru, o solo estaban jugando con él para marearlo de un lugar a otro? El tiempo lo diría. Ahora lo importante era acabar aquella misión, y enterarse de los datos de lo que tendría que hacer. Quizás fuera proteger a algún señor feudal, o robar algún pergamino de otra aldea, aprovechando que estaban todos los kages fuera. Sin embargo, eso salía totalmente de las probabilidades de Suiryumaru, y no podría ser, aunque se lo mandaran. Aún quedaban ANBU´S y demás jounin que serían invencibles para Suiryumaru, sin contar la horda de Chunins y Genins que habría en el lugar. Cierto era que Suiryumaru era más fuerte que la mayoría de genins, pero el no era muy ducho a la hora de realizar engaños ninja. Su estilo pasaba más por luchar cara a cara. No era un ninja de ocultación, era carnaza de primera linea de batalla. Así era como le gustaba a Suiryumaru. En aquellas llanuras, no paraba de llover nunca. No le extrañaba que se llamara el país así. Si te gustaba el sol, ya podías irte despidiendo de vivir aquí. De todos modos, en Kirigakure tampoco hay mucha diferencia, pues la niebla siempre cubre el valle en la que está situada. A lo lejos, se observaba una tormenta, y algo que parecía ser una mancha en el cielo. Se movía extrañamente. De un lado a otro, sin rumbo fijo, pero realizaba cambios bruscos que no tenían nada que ver con el viento. Aquello, fuera lo que fuera, no era parte de un fenómeno climático.

Suiryumaru ya lo entendía; era alguna especia de ave gigante autóctona, o algo del estilo. ¿y si su misión tenía algo que ver con aquél ave? No, eso era absurdo. Ahora que estaban en aquel lugar dejado de la mano de Jashin, solo Suiryumaru y Viral, podría recibir la información de aquello para lo que se le había mandado, dejando las comodidades de la villa y su buen clima, frio y sin sol.

Tocaba iniciar la supuesta misión Rango S.

info:

Las lluvias eternas de Amegakure caían sin cesar desde mi partida del país de la Lluvia, y la verdad jamás pensé que volvería a sentir las gotas de agua caer sobre mi cuerpo. Me encontraba en el lugar en el que mi cabeza tenía un precio con el objetivo de sellar otra bestia con cola, Choumei, el escarabajo volador de siete colas. Como era de esperar, el recipiente de la bestia de siete colas se encontraba a mi lado, un joven chico de Kirigakure. No había tiempo que perder, en cuanto la bestia comenzó su ataque, yo inicié mi sello, convirtiendo a la bestia en una gran esfera de chakra plateado, que pasó al interior del cuerpo del kiriano, en cuya espalda apareció la palabra sello. Mi trabajo terminó en el momento en que la gran esfera de chakra se introdujo en el cuerpo del joven, que sufriría varias molestias por ello.

Sellado.