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¡Sorpresa! ¡Alguien que no me odia!
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Hiaji Hanabi
Kiara Namikaze
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¡Sorpresa! ¡Alguien que no me odia!
Con miedo en el cuerpo aún me dispuse a salir pero esta vez, no iba relajada para nada, estaba atenta y alerta, no quería mala experiencias ni nada por el estilo. Estaba decidida a irme a dar un paseo tranquilo pues mi nervios lo pedían a gritos....
Pasé la puerta aparentando tranquilidad dando un pequeño saludo con la mano al os vigilantes de la puertas. Después de caminar un rato, corrí velozmente. Cual rayo, su pudiera ser. Y tardé más bien poco en llegar al tempo, hermoso he de decir, rodeado de árboles Sakura, un buen lugar para quitar el estrés, no sé porqué no lo pensé antes...
Caminé despacio y con parsimonia en lo que admiraba el lugar para guardarlo en mi memoria porque puede que no vuelva de nuevo y si eso pasara mucho menos de visita turística. Llegue a los escalones del tempo, subí por ellos hasta llegar al lugar el cual se llevaban a cabo cuando pide un deseo. por suelte tenía un par de monedas sueltas.Tiró una para pedir un 1er deseo. Tiro para pedir otro más pero este en beneficio de otra persona.
Luego se sentó en las escaleras, apoyó la espalda en una de los pilares de este y luego me puse mirar el cielo azul mientras pensaba en aquella persona que me quitaba el sueño y el porqué tenía relación con el monstruo de ojos bicolores que mató ami familia.... era algo que no me cuadraba aún del todo. Pero lo que más pensaba era el lo mucho que extrañaba sentirme segura a su lado y su mirada amarillenta como la mía, pero mucho más que eso sus palabras tranquilizadoras...
Pasé la puerta aparentando tranquilidad dando un pequeño saludo con la mano al os vigilantes de la puertas. Después de caminar un rato, corrí velozmente. Cual rayo, su pudiera ser. Y tardé más bien poco en llegar al tempo, hermoso he de decir, rodeado de árboles Sakura, un buen lugar para quitar el estrés, no sé porqué no lo pensé antes...
Caminé despacio y con parsimonia en lo que admiraba el lugar para guardarlo en mi memoria porque puede que no vuelva de nuevo y si eso pasara mucho menos de visita turística. Llegue a los escalones del tempo, subí por ellos hasta llegar al lugar el cual se llevaban a cabo cuando pide un deseo. por suelte tenía un par de monedas sueltas.Tiró una para pedir un 1er deseo. Tiro para pedir otro más pero este en beneficio de otra persona.
Luego se sentó en las escaleras, apoyó la espalda en una de los pilares de este y luego me puse mirar el cielo azul mientras pensaba en aquella persona que me quitaba el sueño y el porqué tenía relación con el monstruo de ojos bicolores que mató ami familia.... era algo que no me cuadraba aún del todo. Pero lo que más pensaba era el lo mucho que extrañaba sentirme segura a su lado y su mirada amarillenta como la mía, pero mucho más que eso sus palabras tranquilizadoras...
Kiara Namikaze- Genin Konoha
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Re: ¡Sorpresa! ¡Alguien que no me odia!
Hacía una mañana de Otoño fresca, como era costumbre, la niebla rodeaba cada uno de los recovecos de kirigakure dejando la vista de los pobres aldeanos, aunque, lo primero que hacía al levantarme no era exactamente en como iban a trabajar los aldeanos de kiri , pues al abrir los ojos aquella mañana, se encontró que la ventana que llevaba al balcón de su apartamento estaba abierta,aquello le sorprendió demasiado, pues el día anterior la había cerrado antes de dormir,en ese momento no pudo evitar pensar en la noche en la que sus padres no regresaron, maldita noche en la que sus pensamientos se aclararon y comenzó a tener que pensar como una adulta, teniendo solo diez años.
La joven se levantó de la cama, una extensa cama de dos personas donde se extendía una colcha rosa pastel y unas sabanas blancas, todo esto a parte del abrigo que le proporcionaba su largo camisón blanco con el que se levantaba cada mañana y que antes pertenecía a su madre. La muchacha se levantó y se aproximó a la ventana, levantando las manos hasta la altura de sus hombros y sintiendo como las cortinas blancas hacían fuerza hacia el lado contrario por el leve resoplido del viento matinal, esa mañana hacía frío, pero no demasiado, seguramente, cuando el sol cubriera su territorio, haría mas calor, si, ese calor reconfortante que hay en Otoño y el único sol que puede hacer despejar el cielo neblinoso de kiri, solía recordar esas mañanas en las que su madre no estaba y ella despertaba en brazos de su padre, si lo pensaba bien, aun podía percibir un leve olor parecido, era el olor a avellana de la colonia de su padre, lo podría reconocer en kilómetros, pues nadie mas usaba una colonia parecida, pues aquello también le sacó una sonrisa involuntaria.
Si cerraba los ojos, también podía notar la calidez del baso con chocolate, que su madre le preparaba para desayunar casi todos los días antes de irse y eso le llevo a recordarse a si misma cuando tenía aquella edad, querría volver a tener aquella edad en la que su actitud no era así, ella no era así, no sabía como había cambiado de aquella manera pero lo había hecho, y aquello le hizo hacer desaparecer la dulce sonrisa que habían esbozado sus labios después de tanto tiempo.
Esa mañana quería hacer algo nuevo, recordaba haber visto en el periódico un anuncio de konoha, su aldea aliada, hacía tiempo que no pasaba por allí y no estaba de mal pasarse después de tanto tiempo.Así mismo se apartó de la ventana y la cerró de nuevo, aun tenía en la cabeza como podía ser que aquella ventana estuviese abierta, miró a su al rededor, todo estaba en su sitio, perfectamente limpio y colocado, su ropa colgada de una percha en el pomo del armario, planchada y colocada , nadie la había tocado desde la noche anterior, se aproximó a ella y la cogió con delicadeza, quitando la de la percha y poniéndola sobre la cama, para así poder colgar la percha en el armario y vestirse mas cómodamente.Tras haber echo aquello comenzó a desvestirse, solo era un camisón, así que no le costó mucho, agarró la parte baja del mismo y estiró hacia arriba de forma que quedó en ropa interior en menos de nada.
Ahora en ropa interior, sentía de verdad el frío matinal del Otoño, menos mal que en unas escasas horas aquello pasaría, de todas maneras, su ropa a pesar de no dejar mucho a la imaginación, también abrigaba bastante, pues el kimono violeta y blanco era de algodón y seda, abierto por el lado derecho y dejando a la vista su pierna , por la parte superior, un gran escote en forma de filo que casi llegaba al ombligo de la joven y para evitar que este se separase dejando ver sus pechos, se ataba con un hilo entre ambos lados, fino pero resistente.Al rededor de su cuello llevaba una capa morada , casi negra con textura algodonosa por el interior de la misma, que rozaba las piernas de la misma, tapando así toda su espalda y que se ataba con un hermoso lazo y un broche antiguo, por ultimo se colocó unos grandes guantes morados que tapaban hasta la mitad de su ante-brazo en uno del cual, había grabado a fuego un estampado en forma de copo de nieve con mucha historia.
Una vez terminó de vestirse, se situó frente a un espejo y comenzó a peinar su larga y grisácea melena , que mas tarde sujetó con una bonita di adema que separaba su pelo de su flequillo, el cual dejaba ver perfectamente sus ojos del color de la miel que matarían de una mirada pero que a la vez calmarían a la mas fiera bestia.Aun había terminado, sentía que le faltaba algo, y efectivamente, había olvidado su cinta para el cuello, la fue a buscar, pues no la había encontrado por que se hallaba enredada en la percha de cuando quitó la ropa de la misma.
Ya estaba preparada para comenzar su paseo hacia konoha, pues estaba emocionada, aunque su rostro no lo diera a ver, como era costumbre, seguía igual de seria que siempre,cualquiera diría que había sido una pequeña adorable.Se aproximo a la puerta, pues hoy no tenía ganas de desayunar aun, era muy temprano y el hambre aun no había llegado.Cuando alcanzó la puerta cogió de un perchero, una bolsa marrón que contenía de toda clase de utensilios médicos, desde simples bisturís hasta la mas precisa arma de corte y algún que otro kunai.
Cuando lo tuvo todo, apoyó su mano izquierda en el pomo de la puerta y lo rodó abriendo la misma y tal como la abrió, la cerró al salir ella misma, frente a ella un gran pasillo iluminado se extendía, por donde podía verse un gran paisaje, desde el hospital, hasta el edificio del mizukage, era hermoso ver aquello desde tan temprano, aunque la niebla estuviera rondando aun.Comenzó a andar hacia adelante con paso decidido, pues el pequeño tacón que portaban sus zapatos resonaban en el suelo y en las paredes, cuando se quiso dar cuenta, ya estaba bajando las escaleras para adentrarse en un camino de tierra que la llevaría directamente hasta la entrada de kirigakure, un gran portón verde y marrón de madera antigua y muy bien protegido, pues nunca lo había visto sin al menos dos ambus en la puerta, uno de incógnito y otro de pie frente a la misma.
No fueron mas de quince minutos el tiempo que le llevó llegar hasta allí, donde, efectivamente, había un ambu de pie en la puerta, el cual dirigió su mirada hacia mi con curiosidad, ya era la tercera vez que pasaba por allí en dos días, seguramente le parecería extraño, pues era la primera de ellas que llevaba la bolsa marrón que se vio obligado mas tarde a revisar, pues al ver que solo llevaba algún que otro indefenso kunai y los utensilios médicos, inmediatamente me dejó pasar, sin preguntar nada mas, ¿Se pensaría que tendría alguna operación que hacer en otro sitio? ¿Alguna misión quizás?¿Una urgencia? o ¿Simplemente caballerosidad? dudaba que un ambu se dejara cautivar tan fácilmente por una mujer, así que descartó esa posibilidad.
Pasaron tres días hasta que logró llegar a konoha, estaba cansada, se arrepentía de no haber desayunado aquella mañana, no podía pensar en otra cosa que no fuera en comer, era bastante temprano cuando llegó a las puertas de konoha, pues no había ambu en la entrada, seguramente el que patrullaba esa noche estaría cambiando el turno con el de madrugada, así que no tuvo problema entrar en konoha mas no pensaba mas que en sus tripas, que ahora incluso mendigaban rugiendo.
No muy lejos de la entrada había un pequeño puesto de comida rápida, aquello hizo estallar sus emociones, pues incluso una lagrimilla tonta se le escapó por el rabillo del ojo, sabía que aquel puesto, al estar al principio de las puertas, sería para turistas y sería bastante caro, pero no podía comparar el precio a las ganas de comer que tenía, habían pasado tres días y los malditos animales se había llevado su comida en una parada para descansar, en la que se quedó dormida.
Tras media hora de haber descansado en paz y comido a gusto, todo se volvió color de rosa, pues no era lo mismo.Cansada ya de caminar, recorrió konoha hasta el otro extremo, cosa que le llevo largo rato, pues cuando se quiso dar cuenta, ya el sol había hecho su aparición , las nubes ya no cubrían el cielo y los pájaros salían a por el desayuno para sus crías.
Al llegar a la majestuosa entrada del Templo del Fuego una sonrisa tonta se escapó de sus labios, después de tanto tiempo, al fin había llegado a donde quería, el Templo que había visto, era exactamente como lo describían en el periódico, su fuente de deseos, sus pilares, sus largas y numerosas escaleras, estaba todo, exactamente todo, pero era extraño estar sola en aquel hermoso lugar, fue aquella muchacha que llamó su atención, sentada en las escaleras de aquel lugar, por cortesía, la muchacha se aproximó a la joven quedando frente a la misma, unos escalones mas a bajo y así estando a la misma altura, pudo al fin saludar como era debido.
Buenos días, mi nombre es hiaji hanabi, un placer conocerte.
La joven se levantó de la cama, una extensa cama de dos personas donde se extendía una colcha rosa pastel y unas sabanas blancas, todo esto a parte del abrigo que le proporcionaba su largo camisón blanco con el que se levantaba cada mañana y que antes pertenecía a su madre. La muchacha se levantó y se aproximó a la ventana, levantando las manos hasta la altura de sus hombros y sintiendo como las cortinas blancas hacían fuerza hacia el lado contrario por el leve resoplido del viento matinal, esa mañana hacía frío, pero no demasiado, seguramente, cuando el sol cubriera su territorio, haría mas calor, si, ese calor reconfortante que hay en Otoño y el único sol que puede hacer despejar el cielo neblinoso de kiri, solía recordar esas mañanas en las que su madre no estaba y ella despertaba en brazos de su padre, si lo pensaba bien, aun podía percibir un leve olor parecido, era el olor a avellana de la colonia de su padre, lo podría reconocer en kilómetros, pues nadie mas usaba una colonia parecida, pues aquello también le sacó una sonrisa involuntaria.
Si cerraba los ojos, también podía notar la calidez del baso con chocolate, que su madre le preparaba para desayunar casi todos los días antes de irse y eso le llevo a recordarse a si misma cuando tenía aquella edad, querría volver a tener aquella edad en la que su actitud no era así, ella no era así, no sabía como había cambiado de aquella manera pero lo había hecho, y aquello le hizo hacer desaparecer la dulce sonrisa que habían esbozado sus labios después de tanto tiempo.
Esa mañana quería hacer algo nuevo, recordaba haber visto en el periódico un anuncio de konoha, su aldea aliada, hacía tiempo que no pasaba por allí y no estaba de mal pasarse después de tanto tiempo.Así mismo se apartó de la ventana y la cerró de nuevo, aun tenía en la cabeza como podía ser que aquella ventana estuviese abierta, miró a su al rededor, todo estaba en su sitio, perfectamente limpio y colocado, su ropa colgada de una percha en el pomo del armario, planchada y colocada , nadie la había tocado desde la noche anterior, se aproximó a ella y la cogió con delicadeza, quitando la de la percha y poniéndola sobre la cama, para así poder colgar la percha en el armario y vestirse mas cómodamente.Tras haber echo aquello comenzó a desvestirse, solo era un camisón, así que no le costó mucho, agarró la parte baja del mismo y estiró hacia arriba de forma que quedó en ropa interior en menos de nada.
Ahora en ropa interior, sentía de verdad el frío matinal del Otoño, menos mal que en unas escasas horas aquello pasaría, de todas maneras, su ropa a pesar de no dejar mucho a la imaginación, también abrigaba bastante, pues el kimono violeta y blanco era de algodón y seda, abierto por el lado derecho y dejando a la vista su pierna , por la parte superior, un gran escote en forma de filo que casi llegaba al ombligo de la joven y para evitar que este se separase dejando ver sus pechos, se ataba con un hilo entre ambos lados, fino pero resistente.Al rededor de su cuello llevaba una capa morada , casi negra con textura algodonosa por el interior de la misma, que rozaba las piernas de la misma, tapando así toda su espalda y que se ataba con un hermoso lazo y un broche antiguo, por ultimo se colocó unos grandes guantes morados que tapaban hasta la mitad de su ante-brazo en uno del cual, había grabado a fuego un estampado en forma de copo de nieve con mucha historia.
Una vez terminó de vestirse, se situó frente a un espejo y comenzó a peinar su larga y grisácea melena , que mas tarde sujetó con una bonita di adema que separaba su pelo de su flequillo, el cual dejaba ver perfectamente sus ojos del color de la miel que matarían de una mirada pero que a la vez calmarían a la mas fiera bestia.Aun había terminado, sentía que le faltaba algo, y efectivamente, había olvidado su cinta para el cuello, la fue a buscar, pues no la había encontrado por que se hallaba enredada en la percha de cuando quitó la ropa de la misma.
Ya estaba preparada para comenzar su paseo hacia konoha, pues estaba emocionada, aunque su rostro no lo diera a ver, como era costumbre, seguía igual de seria que siempre,cualquiera diría que había sido una pequeña adorable.Se aproximo a la puerta, pues hoy no tenía ganas de desayunar aun, era muy temprano y el hambre aun no había llegado.Cuando alcanzó la puerta cogió de un perchero, una bolsa marrón que contenía de toda clase de utensilios médicos, desde simples bisturís hasta la mas precisa arma de corte y algún que otro kunai.
Cuando lo tuvo todo, apoyó su mano izquierda en el pomo de la puerta y lo rodó abriendo la misma y tal como la abrió, la cerró al salir ella misma, frente a ella un gran pasillo iluminado se extendía, por donde podía verse un gran paisaje, desde el hospital, hasta el edificio del mizukage, era hermoso ver aquello desde tan temprano, aunque la niebla estuviera rondando aun.Comenzó a andar hacia adelante con paso decidido, pues el pequeño tacón que portaban sus zapatos resonaban en el suelo y en las paredes, cuando se quiso dar cuenta, ya estaba bajando las escaleras para adentrarse en un camino de tierra que la llevaría directamente hasta la entrada de kirigakure, un gran portón verde y marrón de madera antigua y muy bien protegido, pues nunca lo había visto sin al menos dos ambus en la puerta, uno de incógnito y otro de pie frente a la misma.
No fueron mas de quince minutos el tiempo que le llevó llegar hasta allí, donde, efectivamente, había un ambu de pie en la puerta, el cual dirigió su mirada hacia mi con curiosidad, ya era la tercera vez que pasaba por allí en dos días, seguramente le parecería extraño, pues era la primera de ellas que llevaba la bolsa marrón que se vio obligado mas tarde a revisar, pues al ver que solo llevaba algún que otro indefenso kunai y los utensilios médicos, inmediatamente me dejó pasar, sin preguntar nada mas, ¿Se pensaría que tendría alguna operación que hacer en otro sitio? ¿Alguna misión quizás?¿Una urgencia? o ¿Simplemente caballerosidad? dudaba que un ambu se dejara cautivar tan fácilmente por una mujer, así que descartó esa posibilidad.
Pasaron tres días hasta que logró llegar a konoha, estaba cansada, se arrepentía de no haber desayunado aquella mañana, no podía pensar en otra cosa que no fuera en comer, era bastante temprano cuando llegó a las puertas de konoha, pues no había ambu en la entrada, seguramente el que patrullaba esa noche estaría cambiando el turno con el de madrugada, así que no tuvo problema entrar en konoha mas no pensaba mas que en sus tripas, que ahora incluso mendigaban rugiendo.
No muy lejos de la entrada había un pequeño puesto de comida rápida, aquello hizo estallar sus emociones, pues incluso una lagrimilla tonta se le escapó por el rabillo del ojo, sabía que aquel puesto, al estar al principio de las puertas, sería para turistas y sería bastante caro, pero no podía comparar el precio a las ganas de comer que tenía, habían pasado tres días y los malditos animales se había llevado su comida en una parada para descansar, en la que se quedó dormida.
Tras media hora de haber descansado en paz y comido a gusto, todo se volvió color de rosa, pues no era lo mismo.Cansada ya de caminar, recorrió konoha hasta el otro extremo, cosa que le llevo largo rato, pues cuando se quiso dar cuenta, ya el sol había hecho su aparición , las nubes ya no cubrían el cielo y los pájaros salían a por el desayuno para sus crías.
Al llegar a la majestuosa entrada del Templo del Fuego una sonrisa tonta se escapó de sus labios, después de tanto tiempo, al fin había llegado a donde quería, el Templo que había visto, era exactamente como lo describían en el periódico, su fuente de deseos, sus pilares, sus largas y numerosas escaleras, estaba todo, exactamente todo, pero era extraño estar sola en aquel hermoso lugar, fue aquella muchacha que llamó su atención, sentada en las escaleras de aquel lugar, por cortesía, la muchacha se aproximó a la joven quedando frente a la misma, unos escalones mas a bajo y así estando a la misma altura, pudo al fin saludar como era debido.
Buenos días, mi nombre es hiaji hanabi, un placer conocerte.
Hiaji Hanabi- Anbu Kiri
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Fecha de inscripción : 07/12/2011
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Re: ¡Sorpresa! ¡Alguien que no me odia!
Dolor en el alma
Caminos entre cruzados
Habían sido días largos y duros, posiblemente los más largos y más duros de mi vida, entrenamientos constantes mujeres ocultas en claros del bosque sentimientos cruzados y una amarga y áspera condena que llenaba de dolor mi alma había decidido salir de casa y caminar durante las horas que me fuese posible pues casi sin querer yo mismo me había condenado y mi vida ahora se hallaba entre las idas y venidas de mi corazón que poco a poco se volvía amargo. No había nada en el mundo que me alegrase o que fuese capaz de calmar el dolor que en mi alma se formaba matándome a cada segundo y perdiéndose durante cada paso mi alma cercenada. Mis pasos eran cortos llenos de dolor y de pesadumbre, mis pies me pesaban como me pesaba todo el cuerpo y no sabía si quizás era por todos los recuerdos que se reunían en ella pero mi cabeza también me pesaba, caminaba a duras penas observando cada lugar de la villa que me rodeaba, la villa de la Hoja que tanto placer y dolor me había reportado al mismo tiempo, la villa que sin que nadie se diese cuenta había significado para mí una vida llena de extremo sufrimiento. En algunas ocasiones daría la vida por no haber nacido en Konoha, por no haber tenido nada que ver con los ninjas y, sin embargo, en la mayoría me encantaba esa vida que me había tocado llevar y, en parte, que yo mismo había decidido vivir no sabía qué era lo que me hacía caminar pero me llevaba hacia el templo del fuego, dentro de los enclaves de la villa, menos mal que este estaba dentro de la villa y no tendría que caminar y caminar hacia un nuevo lugar pues realmente no tenía ganas de hacerlo.
Llevaba el pelo suelto y las manos en los bolsillos mientras caminaba con preocupación pues algo en mi pecho me decía que me iba a pasar algo malo, mi preocupación estaba tan llevada al extremo que no pude evitar apoyarme contra una farola y dejar que una lagrima cayese sobre el caliente asfalto haciendo que esta se evaporara casi en el acto al entrar en contacto. Suspiré con una sonrisa triste pensando en el dolor que se acumulaba dentro de mi pecho, no me gustaba nada poner caras largas así que me limitaba a poner una sonrisa falsa para que nadie supiese de lo que realmente sentía dentro de mí y como mis ojos siempre estaban tapados por mi flequillo nadie podría saber mirando a través de ellos si esa sonrisa era falsa o sincera. Cuando había recuperado la compostura empecé a caminar de nuevo dejándome llevar por mis pies, hasta el lugar al que ya habían deseado llevarme anteriormente, caminaba entre suspiros sabiendo que los pasos eran crueles pues no era yo quien dictaba su caminar.
Pasaba rápidamente el tiempo y llegaba a mi destino con bastante velocidad contando que mis pasos cada vez se hacían más pesados a lo largo del camino, el viento hacía que mi pelo fuese un remolino de color carmesí jugando con el aire, bailando con él como si fuesen compañeros de un vals que se repetía desde hacía ya muchísimo tiempo, un vals que me hacía estremecer a cada segundo imaginándome como sería el lugar al que me dirigía, el templo del fuego era un lugar nuevo para mí, jamás había estado allí, y lo único que sabía de él es que había un pequeño pozo en el que la gente tiraba sus monedas para pedir deseos, al llegar a la imponente escalinata que llevaba hasta el pozo me sentí agotado mirando con desgana el ascenso que me esperaba, no era la mayor escalinata que había visto en mi vida pero si una de las más grandes. Subí sintiendo que cada escalón estaba separado del anterior con una longitud de diez hombres y una altura de cuatro, estaba muriendo de un dolor horrible, un dolor que se agolpaba en mi corazón y todo por una mala sensación que no sabía de dónde provenía pero sentía tan real como las estrellas del cielo nocturno.
Al final y tras mucho sufrimiento llegué al lugar, allí había dos kunoichis conversando, una tenía una apariencia más infantil y la otra más adulta, me había sorprendido ver que ambas eran preciosas y que a una de las dos ya la conocía, era Hiaji la joven kunoichi que me había encontrado en Iwagakure pero ¿se podría saber que hacía ella en este lugar? El dolor de mi pecho aumentó al pensar en esto y con suma delicadeza y cuidado me moví despacio y sin que me oyesen hasta uno de los pilares ocultándome tras ellos para poder oír la conversación que mantenían sin riesgo de ser descubierto. El viento hacía que mi pelo ondulase y fuese visible levemente por un lateral de los pilares así que me decidí por realizar mi viaje trenza y recogerlo para que así ellas fuesen incapaces de observar mi posición.
Desde aquella posición podía llegarme traído por el viento la dulce sinfonía de olores que las kunoichis producían, era una extraña mezcla que olía demasiado bien, olía tan bien que me sentía embriagado y extasiado ante tanto placer producido simplemente por el aroma, quería poder perderme entre los cuerpos de las dos y sentir el abrazo de su aroma pegado a mi piel mezclándose con el mío y haciendo que todo el mundo cobrase paz por un momento pero era prácticamente imposible que eso llegase a ocurrir así que simplemente me quedé allí escuchando e imaginándome las posiciones y los gestos de las damas que en mi cabeza cobraban un aspecto bastante nítido y realista, cuantos sentimientos juntos se revolvían en mi corazón, el dolor aun se mantenía pero se mezclaba en una extraña sensación nueva para mí que se dividía entre las mujeres que conversaban a mi espalda, a Hiaji ya la conocía y ese sentimiento ya se había producido la primera vez que la vi, tenía algo hipnótico en su mirada que me hacía estremecer y perderme en ella como si fuese un niño en un laberinto de los jardines de alguna mansión de la propiedad de un hombre de elevada fortuna.
No me había dado cuenta pero tanto sentimiento acumulado dentro de mí había hecho que las lágrimas floreciesen en mis ojos y comenzasen a caer por mis mejillas, había sido un momento tan duro ese cumulo de emociones, Hiaji se había clavado en mis ojos desde el momento en que la vi y su aroma no dejaba de repetirse en mi paladar como si fuese la más dulce comida que hubiese probado en la vida, no sabía ni comprendía por qué solo pronunciar su nombre me hacía estremecer y deseaba que esa sensación no se alargase mucho y más conociendo que para Hiaji la emoción no era la misma, posiblemente me viese como un simple amigo más, alguien con quien disfrutar de una tarde de paseo y de conversación. Era cruel decirme aquello a mí mismo y entonces las lagrimas surgieron con aun más intensidad sin que yo pudiese impedirlo, casi se podía decir que yo era el culpable de todo aquello, que yo era el culpable de que en mis sueños su imagen se repitiese como si de una musa se tratase, parecía que no quería salir de mi mente y yo la dejaba quedarse allí pues su recuerdo me producía un bien estar general que no rechazaría ni por todo el oro del mundo. Jamás podría olvidar el suave olor del otoño mezclado con su fragancia y su largo pelo grisáceo recogido con una diadema elegante y sutil al mismo tiempo.
Caminos entre cruzados
Habían sido días largos y duros, posiblemente los más largos y más duros de mi vida, entrenamientos constantes mujeres ocultas en claros del bosque sentimientos cruzados y una amarga y áspera condena que llenaba de dolor mi alma había decidido salir de casa y caminar durante las horas que me fuese posible pues casi sin querer yo mismo me había condenado y mi vida ahora se hallaba entre las idas y venidas de mi corazón que poco a poco se volvía amargo. No había nada en el mundo que me alegrase o que fuese capaz de calmar el dolor que en mi alma se formaba matándome a cada segundo y perdiéndose durante cada paso mi alma cercenada. Mis pasos eran cortos llenos de dolor y de pesadumbre, mis pies me pesaban como me pesaba todo el cuerpo y no sabía si quizás era por todos los recuerdos que se reunían en ella pero mi cabeza también me pesaba, caminaba a duras penas observando cada lugar de la villa que me rodeaba, la villa de la Hoja que tanto placer y dolor me había reportado al mismo tiempo, la villa que sin que nadie se diese cuenta había significado para mí una vida llena de extremo sufrimiento. En algunas ocasiones daría la vida por no haber nacido en Konoha, por no haber tenido nada que ver con los ninjas y, sin embargo, en la mayoría me encantaba esa vida que me había tocado llevar y, en parte, que yo mismo había decidido vivir no sabía qué era lo que me hacía caminar pero me llevaba hacia el templo del fuego, dentro de los enclaves de la villa, menos mal que este estaba dentro de la villa y no tendría que caminar y caminar hacia un nuevo lugar pues realmente no tenía ganas de hacerlo.
Llevaba el pelo suelto y las manos en los bolsillos mientras caminaba con preocupación pues algo en mi pecho me decía que me iba a pasar algo malo, mi preocupación estaba tan llevada al extremo que no pude evitar apoyarme contra una farola y dejar que una lagrima cayese sobre el caliente asfalto haciendo que esta se evaporara casi en el acto al entrar en contacto. Suspiré con una sonrisa triste pensando en el dolor que se acumulaba dentro de mi pecho, no me gustaba nada poner caras largas así que me limitaba a poner una sonrisa falsa para que nadie supiese de lo que realmente sentía dentro de mí y como mis ojos siempre estaban tapados por mi flequillo nadie podría saber mirando a través de ellos si esa sonrisa era falsa o sincera. Cuando había recuperado la compostura empecé a caminar de nuevo dejándome llevar por mis pies, hasta el lugar al que ya habían deseado llevarme anteriormente, caminaba entre suspiros sabiendo que los pasos eran crueles pues no era yo quien dictaba su caminar.
Pasaba rápidamente el tiempo y llegaba a mi destino con bastante velocidad contando que mis pasos cada vez se hacían más pesados a lo largo del camino, el viento hacía que mi pelo fuese un remolino de color carmesí jugando con el aire, bailando con él como si fuesen compañeros de un vals que se repetía desde hacía ya muchísimo tiempo, un vals que me hacía estremecer a cada segundo imaginándome como sería el lugar al que me dirigía, el templo del fuego era un lugar nuevo para mí, jamás había estado allí, y lo único que sabía de él es que había un pequeño pozo en el que la gente tiraba sus monedas para pedir deseos, al llegar a la imponente escalinata que llevaba hasta el pozo me sentí agotado mirando con desgana el ascenso que me esperaba, no era la mayor escalinata que había visto en mi vida pero si una de las más grandes. Subí sintiendo que cada escalón estaba separado del anterior con una longitud de diez hombres y una altura de cuatro, estaba muriendo de un dolor horrible, un dolor que se agolpaba en mi corazón y todo por una mala sensación que no sabía de dónde provenía pero sentía tan real como las estrellas del cielo nocturno.
Al final y tras mucho sufrimiento llegué al lugar, allí había dos kunoichis conversando, una tenía una apariencia más infantil y la otra más adulta, me había sorprendido ver que ambas eran preciosas y que a una de las dos ya la conocía, era Hiaji la joven kunoichi que me había encontrado en Iwagakure pero ¿se podría saber que hacía ella en este lugar? El dolor de mi pecho aumentó al pensar en esto y con suma delicadeza y cuidado me moví despacio y sin que me oyesen hasta uno de los pilares ocultándome tras ellos para poder oír la conversación que mantenían sin riesgo de ser descubierto. El viento hacía que mi pelo ondulase y fuese visible levemente por un lateral de los pilares así que me decidí por realizar mi viaje trenza y recogerlo para que así ellas fuesen incapaces de observar mi posición.
Desde aquella posición podía llegarme traído por el viento la dulce sinfonía de olores que las kunoichis producían, era una extraña mezcla que olía demasiado bien, olía tan bien que me sentía embriagado y extasiado ante tanto placer producido simplemente por el aroma, quería poder perderme entre los cuerpos de las dos y sentir el abrazo de su aroma pegado a mi piel mezclándose con el mío y haciendo que todo el mundo cobrase paz por un momento pero era prácticamente imposible que eso llegase a ocurrir así que simplemente me quedé allí escuchando e imaginándome las posiciones y los gestos de las damas que en mi cabeza cobraban un aspecto bastante nítido y realista, cuantos sentimientos juntos se revolvían en mi corazón, el dolor aun se mantenía pero se mezclaba en una extraña sensación nueva para mí que se dividía entre las mujeres que conversaban a mi espalda, a Hiaji ya la conocía y ese sentimiento ya se había producido la primera vez que la vi, tenía algo hipnótico en su mirada que me hacía estremecer y perderme en ella como si fuese un niño en un laberinto de los jardines de alguna mansión de la propiedad de un hombre de elevada fortuna.
No me había dado cuenta pero tanto sentimiento acumulado dentro de mí había hecho que las lágrimas floreciesen en mis ojos y comenzasen a caer por mis mejillas, había sido un momento tan duro ese cumulo de emociones, Hiaji se había clavado en mis ojos desde el momento en que la vi y su aroma no dejaba de repetirse en mi paladar como si fuese la más dulce comida que hubiese probado en la vida, no sabía ni comprendía por qué solo pronunciar su nombre me hacía estremecer y deseaba que esa sensación no se alargase mucho y más conociendo que para Hiaji la emoción no era la misma, posiblemente me viese como un simple amigo más, alguien con quien disfrutar de una tarde de paseo y de conversación. Era cruel decirme aquello a mí mismo y entonces las lagrimas surgieron con aun más intensidad sin que yo pudiese impedirlo, casi se podía decir que yo era el culpable de todo aquello, que yo era el culpable de que en mis sueños su imagen se repitiese como si de una musa se tratase, parecía que no quería salir de mi mente y yo la dejaba quedarse allí pues su recuerdo me producía un bien estar general que no rechazaría ni por todo el oro del mundo. Jamás podría olvidar el suave olor del otoño mezclado con su fragancia y su largo pelo grisáceo recogido con una diadema elegante y sutil al mismo tiempo.
Re: ¡Sorpresa! ¡Alguien que no me odia!
Desde lo ocurrido con Viral no dejaba de darle vueltas a lo que podría haber pasado y lo mal que me habría comportado con aquella kunoichi de cabellos dorados. No conseguí contenerme y el odio se apoderó de mi ser, eso sin contar el demonio que quiso tomar partido y aportar la peor parte a mis planes. De no haber sido por la aparición de Viral, tan repentina como oportuna, ahora mismo estaría estallando entre remordimientos. De cualquier modo era irresponsable mi actitud y necesitaba pedir perdón a la persona que iba a ser dañada sin motivo de peso, aunque ella no supiera que había estado a punto de cometer un tremendo error... Error que habría pagado muy caro la persona que quería de no ser porque Son Goku no apareció aún y tuvo el suficiente poder sobre mí para contenerlo.
Lo peor quedaba atrás... Pero tenía miedo de no controlarme de nuevo y estallar, sabiendo que el único que me acallaba no estaría siempre para socorrerme. Su presencia era la única que me tranquilizaba, y sabía que el aroma de su bufanda era como si guardara un pedacito de él... Por ello a pesar del extraño calor que hacía en Konoha en esta estación, me puse la prenda negra al cuello, enrollándola tan solo una vez y dejando que el resto cayera hasta la altura de mi cintura. Me puse una camiseta azul oscura con unos pantalones negros y las sandalias ninjas del mismo color, era probable que pasara calor pero eso no me importaba si era necesario para volver a ser como antes... Me odiaba a mí misma por no pedir ayuda, por hundirme sola en la más inmensa oscuridad y no coger la mano de las personas que me la tendían. Los años pasaban y ya no era la misma niña aislada y arisca que no mantenía relación con nadie.
Pero mi mejor amiga... Mi única amiga, mejor dicho, estaba lejos de ahí y no podía compartir con ella todas las inquietudes de mi cabeza. Me vi tentada en enviarla otra carta, pero su respuesta se retrasaba y no quería saturarla. Si hasta entonces nada malo me había llegado sería porque las cosas iban bien, y en el caso de que algo resultara mal con total certeza iría al lugar donde ella estuviera, aunque esperaba que el pequeño presentimiento que me indicaba que las cosas últimamente iban a cambiar mucho se quedara en una tonta comedura de coco... O que al menos nada le pasara a Shika. Si quería hablar con alguien sería bueno el hacer alguna amistad, a pesar de que no se me daba bien. En el caso de la gente que conocía y había llegado a significar algo para mí ellos dieron el primer paso, mientras que yo me limité a hacer que mi timidez desapareciera lentamente hasta poder parecer normal con ellos. Y después de meter la pata hasta el fondo tocaba pedir disculpas y empezar con buen pie. Dicen que más vale tarde que nunca.
Me costaba comportarme de forma normal con Viral, sabiendo que había arriesgado su vida y podía haberle matado... Si le perdiera me habría perdido a mí misma para no encontrarme jamás, y entonces no sabría cual era mi hogar, ni lo que estaba haciendo. Toda mi vida se concentró en servir a Iwagakure y ser una buena ninja para protegerla, pero nunca me paré a pensar si era eso lo que mi corazón anhelaba. Definitivamente necesitaba a Shika a mi lado para contarla mis inquietudes... Como si fuera alguna especie de aparición divina, un cartero llegó a las puertas de la casa. Corrí por los pasillos e incluso caí en los resbaladizos suelos por la velocidad que llevaba, pero no me importó. Viral no parecía encontrarse en el hogar y solo aquel hombre al que abrí y me miró con la misma cara que se le dedica a una loca fue quien me vio en esos instantes, con la impaciencia teñida en el rostro. Me balanceé en ambas piernas esperando que oír mi nombre en alguna de las correspondencias, y cuando este llegó cogí mi carta y después de agradecerle su trabajo le cerré la puerta sin tener más interés por lo que pudiera contarme. Sobre la mesa de la cocina empiezo a leer, perdida en las noticias que me trae:
Mi gran amiga Sonzu,
Leer tus noticias ha sido para mí como una ducha de agua fría durante los agotadores y calurosos días de verano, reparadora. Has descubierto ante mí una verdad que el Tsuchikage me había negado, pues no sabía ningún motivo de tu partida. Días después de haber salido tú a entrenar, llegó a casa un joven gennin que traía consigo la simple noticia de que habías partido. “Sonzu Hyuga ha salido de la villa”, dijo ante mí. Sus palabras me hicieron pensar que, por un motivo que yo desconocía, tú habías renegado de la villa. Una tristeza enorme me acogió cuando pensé que Kenko saldría en tu busca y captura, pero no hubo nadie que me afirmara lo contrario. No cruzarme con el Tsuchikage agrandba mi preocupación, pero decidí pensar que tus planes habían salido bien, que ya estabas lejos de este lugar.
Sin embargo, hoy llega tu carta, afirmando la realidad. Mis sospechas por fin se esfuman y sé que el motivo de tu partida no te pondrá en busca y captura como yo pensé, al menos por el momento. Ahora he de darte yo la noticia que mi reciente decisión conlleva.
Abandono la villa, saber que el Tsuchikage me ocultó esa simple verdad me hace pensar en la cantidad de mentiras que en este momento el kage estará guardando. Ese sencillo motivo me lleva a querer ser libre, a desear no tener que depender de las verdades que alguien guarde o deje de guardar. Con este fin, lejos de querer preocuparte, recorreré el mundo, descubriré lo que el encierro en la villa me llegó a negar. Disfruta de tu estancia en Konoha, mi preciada Sonzu, yo esperaré con impaciencia el momento en que te vuelva a ver.
Con cariño,
Shika Guren.
Parece que las cosas se estaban poniendo feas... Cada vez estaba menos segura de lo que tenía que hacer, de donde estaba mi lugar o como pasaría los días siguientes. El no tener con claridad que consiguiera salir viva me destrozaba el corazón, pero estaría pendiente en lo que sucedía por la villa para poder ayudarla. Ante la idea de encontrarse con sangre de nuevo el Yonbi gritó de placer, y acallé aquellos pensamientos tumbada durante un rato en el sofá, encogida sobre mi misma y hundiendo la cabeza en la bufanda. Lentamente conseguí que se tranquilizara, no me convenía que estuviera revolucionado en lo que pretendía hacer hoy. Dejé el papel en la cama de mi cuarto y me prometí responderla en cuanto llegara, tenía varios asuntos pendientes y a lo largo del día iría solucionando cada uno de ellos.
No me iba a costar mucho encontrar a la chica, sabía donde vivía y no tardaría mucho en llegar, con suerte estaría alrededor de su morada y conseguiría seguirla.Las intenciones eran muy distintas, pues al contrario de lo que quise hacer la última vez ahora pretendía ser amable. Llegar fue sencillo, pero con la diferencia de que no tuve la misma suerte, esta vez había salido antes que yo y debía llevarme ventaja, porque no conseguía encontrarla por los sitios cercanos, así que acabé dando vueltas a lo tonto y llegando a unas grandes escaleras. Si mi memoria no me fallaba, ese lugar era conocido como el templo de fuego, y una visita nunca iba mal.
Con pasos pesados un chico subía la escalinata que llevaba hasta el sagrado lugar, arrastrando tras de sí un aura de tristeza que hería al corazón. Solo podía ver la melena rojiza que se revolvía con el viento, salvaje y libre, lo contrario que él, pareciendo estar encerrado en las cadenas del dolor. Iba delante de mí, pero quitando las noticias mi cuerpo rebosaba una habitual vitalidad que últimamente había echado en falta. Con facilidad continué sus pasos hasta llegar arriba, pero desvié mi trayectoria cuando se escondía tras una columna, y parecía espiar a las dos chicas que estaban en el centro del Templo. Fijé mi vista en ambas señoritas, y una sonrisa iluminó mi rostro al ver que una de ellas era la persona que había andado buscando. Barajé la posibilidad de ir ya a por ella, y ladeé la cabeza hacia donde se encontraban y después donde estaba el chico... Había tiempo para todo, y mientras ellas entablaban una conversación estable no sabía durante cuanto tiempo el encuentro con el otro ninja tocaría a su fin.
Aproveché que estaba asegurando su pelo en una trenza para ir por los bordes del lugar colgada, hasta llegar a su posición y dar un salto, quedando de pie en frente suya. Mi idea no era asustarle, todo lo contrario, y esperaba no lograr un efecto erróneo... De todos modos, no perdía nada intentándolo.
-Espero no ser grosera, ni demasiado atrevida... Solo quería saludarte, estoy preocupada por ti. Mi nombre es Sonzu, y quizás suene estúpido, pero me ha parecido que hoy necesitabas una sonrisa... ¡Te prestaré la mía!
No quise que mi osadía le resultara molesta, y no dudaría en pedir disculpas si le molestó mi actitud, pero intenté sonar lo más segura posible, y a pesar de todo un ligero matiz rosado adornaba mi sonrisa. A pesar de ello una sonrisa sincera adornó mi rostro, dedicada solamente al chico que había encontrado aparentemente herido, y con los dedos índices de cada mano le dibujé una a él con suavidad, y asentí con la cabeza.
- Así mejor. No llego a imaginar los problemas que han acabado con tu sonrisa, pero espero que la recuperes... No permitas que nada termine con ella, ni que corten las alas de tu libertad.
Tras ello apretaría levemente su brazo, un gesto habitual en mí que usaba para intentar infundir ánimos, y le diría adiós con la mirada para no llegar a incordiarlo más. Después aparecería de detrás de la columna para dirigirme hacia las dos chicas con cierta timidez, como si el valor que había sacado para hacer aquello con el chico se evaporara de repente.
-Buenos días, chicas. Me llamo Sonzu, encantada de conoceros.
¿Se acordaría la chica rubia de mí? La miré unos instantes, buscando una respuesta en sus ojos, pero tuve que apartar la vista al comenzar a odiarme más aún por lo que podía haber hecho... Me reproché el pensar en ello y las sonreí dulcemente, esperando no empezar mal esa vez. Tenía que saldar mi deuda con ella y estar cerca suya me ayudaría a hacerlo.
Lo peor quedaba atrás... Pero tenía miedo de no controlarme de nuevo y estallar, sabiendo que el único que me acallaba no estaría siempre para socorrerme. Su presencia era la única que me tranquilizaba, y sabía que el aroma de su bufanda era como si guardara un pedacito de él... Por ello a pesar del extraño calor que hacía en Konoha en esta estación, me puse la prenda negra al cuello, enrollándola tan solo una vez y dejando que el resto cayera hasta la altura de mi cintura. Me puse una camiseta azul oscura con unos pantalones negros y las sandalias ninjas del mismo color, era probable que pasara calor pero eso no me importaba si era necesario para volver a ser como antes... Me odiaba a mí misma por no pedir ayuda, por hundirme sola en la más inmensa oscuridad y no coger la mano de las personas que me la tendían. Los años pasaban y ya no era la misma niña aislada y arisca que no mantenía relación con nadie.
Pero mi mejor amiga... Mi única amiga, mejor dicho, estaba lejos de ahí y no podía compartir con ella todas las inquietudes de mi cabeza. Me vi tentada en enviarla otra carta, pero su respuesta se retrasaba y no quería saturarla. Si hasta entonces nada malo me había llegado sería porque las cosas iban bien, y en el caso de que algo resultara mal con total certeza iría al lugar donde ella estuviera, aunque esperaba que el pequeño presentimiento que me indicaba que las cosas últimamente iban a cambiar mucho se quedara en una tonta comedura de coco... O que al menos nada le pasara a Shika. Si quería hablar con alguien sería bueno el hacer alguna amistad, a pesar de que no se me daba bien. En el caso de la gente que conocía y había llegado a significar algo para mí ellos dieron el primer paso, mientras que yo me limité a hacer que mi timidez desapareciera lentamente hasta poder parecer normal con ellos. Y después de meter la pata hasta el fondo tocaba pedir disculpas y empezar con buen pie. Dicen que más vale tarde que nunca.
Me costaba comportarme de forma normal con Viral, sabiendo que había arriesgado su vida y podía haberle matado... Si le perdiera me habría perdido a mí misma para no encontrarme jamás, y entonces no sabría cual era mi hogar, ni lo que estaba haciendo. Toda mi vida se concentró en servir a Iwagakure y ser una buena ninja para protegerla, pero nunca me paré a pensar si era eso lo que mi corazón anhelaba. Definitivamente necesitaba a Shika a mi lado para contarla mis inquietudes... Como si fuera alguna especie de aparición divina, un cartero llegó a las puertas de la casa. Corrí por los pasillos e incluso caí en los resbaladizos suelos por la velocidad que llevaba, pero no me importó. Viral no parecía encontrarse en el hogar y solo aquel hombre al que abrí y me miró con la misma cara que se le dedica a una loca fue quien me vio en esos instantes, con la impaciencia teñida en el rostro. Me balanceé en ambas piernas esperando que oír mi nombre en alguna de las correspondencias, y cuando este llegó cogí mi carta y después de agradecerle su trabajo le cerré la puerta sin tener más interés por lo que pudiera contarme. Sobre la mesa de la cocina empiezo a leer, perdida en las noticias que me trae:
Mi gran amiga Sonzu,
Leer tus noticias ha sido para mí como una ducha de agua fría durante los agotadores y calurosos días de verano, reparadora. Has descubierto ante mí una verdad que el Tsuchikage me había negado, pues no sabía ningún motivo de tu partida. Días después de haber salido tú a entrenar, llegó a casa un joven gennin que traía consigo la simple noticia de que habías partido. “Sonzu Hyuga ha salido de la villa”, dijo ante mí. Sus palabras me hicieron pensar que, por un motivo que yo desconocía, tú habías renegado de la villa. Una tristeza enorme me acogió cuando pensé que Kenko saldría en tu busca y captura, pero no hubo nadie que me afirmara lo contrario. No cruzarme con el Tsuchikage agrandba mi preocupación, pero decidí pensar que tus planes habían salido bien, que ya estabas lejos de este lugar.
Sin embargo, hoy llega tu carta, afirmando la realidad. Mis sospechas por fin se esfuman y sé que el motivo de tu partida no te pondrá en busca y captura como yo pensé, al menos por el momento. Ahora he de darte yo la noticia que mi reciente decisión conlleva.
Abandono la villa, saber que el Tsuchikage me ocultó esa simple verdad me hace pensar en la cantidad de mentiras que en este momento el kage estará guardando. Ese sencillo motivo me lleva a querer ser libre, a desear no tener que depender de las verdades que alguien guarde o deje de guardar. Con este fin, lejos de querer preocuparte, recorreré el mundo, descubriré lo que el encierro en la villa me llegó a negar. Disfruta de tu estancia en Konoha, mi preciada Sonzu, yo esperaré con impaciencia el momento en que te vuelva a ver.
Con cariño,
Shika Guren.
Parece que las cosas se estaban poniendo feas... Cada vez estaba menos segura de lo que tenía que hacer, de donde estaba mi lugar o como pasaría los días siguientes. El no tener con claridad que consiguiera salir viva me destrozaba el corazón, pero estaría pendiente en lo que sucedía por la villa para poder ayudarla. Ante la idea de encontrarse con sangre de nuevo el Yonbi gritó de placer, y acallé aquellos pensamientos tumbada durante un rato en el sofá, encogida sobre mi misma y hundiendo la cabeza en la bufanda. Lentamente conseguí que se tranquilizara, no me convenía que estuviera revolucionado en lo que pretendía hacer hoy. Dejé el papel en la cama de mi cuarto y me prometí responderla en cuanto llegara, tenía varios asuntos pendientes y a lo largo del día iría solucionando cada uno de ellos.
No me iba a costar mucho encontrar a la chica, sabía donde vivía y no tardaría mucho en llegar, con suerte estaría alrededor de su morada y conseguiría seguirla.Las intenciones eran muy distintas, pues al contrario de lo que quise hacer la última vez ahora pretendía ser amable. Llegar fue sencillo, pero con la diferencia de que no tuve la misma suerte, esta vez había salido antes que yo y debía llevarme ventaja, porque no conseguía encontrarla por los sitios cercanos, así que acabé dando vueltas a lo tonto y llegando a unas grandes escaleras. Si mi memoria no me fallaba, ese lugar era conocido como el templo de fuego, y una visita nunca iba mal.
Con pasos pesados un chico subía la escalinata que llevaba hasta el sagrado lugar, arrastrando tras de sí un aura de tristeza que hería al corazón. Solo podía ver la melena rojiza que se revolvía con el viento, salvaje y libre, lo contrario que él, pareciendo estar encerrado en las cadenas del dolor. Iba delante de mí, pero quitando las noticias mi cuerpo rebosaba una habitual vitalidad que últimamente había echado en falta. Con facilidad continué sus pasos hasta llegar arriba, pero desvié mi trayectoria cuando se escondía tras una columna, y parecía espiar a las dos chicas que estaban en el centro del Templo. Fijé mi vista en ambas señoritas, y una sonrisa iluminó mi rostro al ver que una de ellas era la persona que había andado buscando. Barajé la posibilidad de ir ya a por ella, y ladeé la cabeza hacia donde se encontraban y después donde estaba el chico... Había tiempo para todo, y mientras ellas entablaban una conversación estable no sabía durante cuanto tiempo el encuentro con el otro ninja tocaría a su fin.
Aproveché que estaba asegurando su pelo en una trenza para ir por los bordes del lugar colgada, hasta llegar a su posición y dar un salto, quedando de pie en frente suya. Mi idea no era asustarle, todo lo contrario, y esperaba no lograr un efecto erróneo... De todos modos, no perdía nada intentándolo.
-Espero no ser grosera, ni demasiado atrevida... Solo quería saludarte, estoy preocupada por ti. Mi nombre es Sonzu, y quizás suene estúpido, pero me ha parecido que hoy necesitabas una sonrisa... ¡Te prestaré la mía!
No quise que mi osadía le resultara molesta, y no dudaría en pedir disculpas si le molestó mi actitud, pero intenté sonar lo más segura posible, y a pesar de todo un ligero matiz rosado adornaba mi sonrisa. A pesar de ello una sonrisa sincera adornó mi rostro, dedicada solamente al chico que había encontrado aparentemente herido, y con los dedos índices de cada mano le dibujé una a él con suavidad, y asentí con la cabeza.
- Así mejor. No llego a imaginar los problemas que han acabado con tu sonrisa, pero espero que la recuperes... No permitas que nada termine con ella, ni que corten las alas de tu libertad.
Tras ello apretaría levemente su brazo, un gesto habitual en mí que usaba para intentar infundir ánimos, y le diría adiós con la mirada para no llegar a incordiarlo más. Después aparecería de detrás de la columna para dirigirme hacia las dos chicas con cierta timidez, como si el valor que había sacado para hacer aquello con el chico se evaporara de repente.
-Buenos días, chicas. Me llamo Sonzu, encantada de conoceros.
¿Se acordaría la chica rubia de mí? La miré unos instantes, buscando una respuesta en sus ojos, pero tuve que apartar la vista al comenzar a odiarme más aún por lo que podía haber hecho... Me reproché el pensar en ello y las sonreí dulcemente, esperando no empezar mal esa vez. Tenía que saldar mi deuda con ella y estar cerca suya me ayudaría a hacerlo.
Sonzu~- Imperatrix de Kiri
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Re: ¡Sorpresa! ¡Alguien que no me odia!
Seguía llorando desconsolado sin poder evitarlo, las lagrimas salían solas sin que yo pudiese hacer nada, allí solo estaba, en mi interior había un vacio demasiado grande que dudaba en exceso que alguien pudiese llenar nunca, no había nada en el mundo que pudiese hacer que me sintiese mejor, pero en un segundo todo eso cambió, algo había cambiado dentro de mí y no era por otra cosa si no por la chica que acababa de aparecer delante de mí y que me hablaba como si solo estuviésemos ella y yo en el mundo, esta manera de hablar me sorprendió bastante pues no estaba acostumbrado a que alguien me hablase así, solo lo hacía Noka y el era mi tío, así que era totalmente normal.Había llegado como llegaban los remolinos, sin avisar y de improvisto, había bajado por el pilar y se había colocado delante de mí mientras su preciosa melena carbón ondulaba en el aire haciendo formas preciosas y maravillosas. Sus ojos me miraron y yo seguía llorando sin poder evitarlo pero un poco más calmado por su presencia pues me inspiraba confianza.
Espero no ser grosera, ni demasiado atrevida... Solo quería saludarte, estoy preocupada por ti. Mi nombre es Sonzu, y quizás suene estúpido, pero me ha parecido que hoy necesitabas una sonrisa... ¡Te prestaré la mía!
Esas fueron sus palabras y en un segundo no pude evitar mirarle a los ojos dulcemente y como si la conociese de toda la vida, como una amiga de la infancia de la que acabas enamorándote sin darte cuenta pues sus pequeños detalles son como destellos en la noche, haciendo que todo por un segundo se ilumine y dejándote pasmado y asombrado. No sabía si era el sock del momento o qué pero no pude evitar dejarla hacer lo que le placiese conmigo, sería suyo durante el rato que sus ojos me mirasen como lo hacían o durante el tiempo que ella quisiera pues no entendía por qué pero sentía confianza plena en ella, excepto por algo que había en el fondo de sus ojos, una visión que me hacía dudar de si debía confiar o no, pero no le hice caso, simplemente la obvié y seguí mirándola dulcemente como si no hubiese nada aparte de ella en aquel lugar.
Sus dedos índices habían entrado en contacto con la comisura de mi boca y había hecho una sonrisa con ellos mientras ella sonreía también, como podía ser alguien tan dulce con un extraño que simplemente estaba tirado contra un pilar escuchando conversaciones ajenas y sufriendo por alguien que jamás le haría caso, como alguien podía ser tan perfecto, esas fueron las palabras que rondaron por mi mente en ese momento, como alguien podía ser tan perfecto… Un suspiro de alivio y de seguridad además de tranquilidad se escapó de mis labios mientras ella hablaba
Así mejor. No llego a imaginar los problemas que han acabado con tu sonrisa, pero espero que la recuperes... No permitas que nada termine con ella, ni que corten las alas de tu libertad.
Tras decirlo se giró para alejarse, cuando lo hizo su pelo ondeó de nuevo como en la primera ocasión y un suave aroma a su perfume llegó hasta mis fosas nasales haciendo que solo por un segundo perdiese la razón y la dejase hacer lo que iba a hacer, pero cuando vi que observaba a las kunoichis y tenía intención de hablar con ellas actué con la velocidad del rayo y suave y dulcemente llevé mi mano a su hombro girándola con suavidad haciendo que me mirase a mí y solo a mí y entonces susurré mientras las lágrimas cesaban poco a poco en su empeño de bañar mis mejillas
No te alejes, quedate aquí por favor, si realmente quieres lo que has dicho quedate, necesito a alguien a mi lado y tú… Tú me has aliviado en un segundo más que nadie lo había hecho durante toda mi vida, por favor no te vayas.
Hablaba suplicante mirándola impidiendo que alguien pudiese observarnos pues la había llevado dulcemente contra el pilar y le había hablado mientras la apoyaba en él, su larga melena carbón se mezclaba con el pilar y con una bufanda negra que llevaba y que le llegaba por la cintura, una fuerte ráfaga de viento se llevó mi trenza y por un segundo pude sentir que yo era tan libre como mi pelo lo era cuando no tenía su atadura, seguí observando sus ojos perdiéndome en ellos como si nada ni nadie pudiese arrebatarme la sensación de bien estar que ellos me provocaban, quería que se quedase en parte por egoísmo y necesidad y en parte porque sentía que quería que estuviese a mi lado a cualquier precio, costase lo que costase.
Espero no ser grosera, ni demasiado atrevida... Solo quería saludarte, estoy preocupada por ti. Mi nombre es Sonzu, y quizás suene estúpido, pero me ha parecido que hoy necesitabas una sonrisa... ¡Te prestaré la mía!
Esas fueron sus palabras y en un segundo no pude evitar mirarle a los ojos dulcemente y como si la conociese de toda la vida, como una amiga de la infancia de la que acabas enamorándote sin darte cuenta pues sus pequeños detalles son como destellos en la noche, haciendo que todo por un segundo se ilumine y dejándote pasmado y asombrado. No sabía si era el sock del momento o qué pero no pude evitar dejarla hacer lo que le placiese conmigo, sería suyo durante el rato que sus ojos me mirasen como lo hacían o durante el tiempo que ella quisiera pues no entendía por qué pero sentía confianza plena en ella, excepto por algo que había en el fondo de sus ojos, una visión que me hacía dudar de si debía confiar o no, pero no le hice caso, simplemente la obvié y seguí mirándola dulcemente como si no hubiese nada aparte de ella en aquel lugar.
Sus dedos índices habían entrado en contacto con la comisura de mi boca y había hecho una sonrisa con ellos mientras ella sonreía también, como podía ser alguien tan dulce con un extraño que simplemente estaba tirado contra un pilar escuchando conversaciones ajenas y sufriendo por alguien que jamás le haría caso, como alguien podía ser tan perfecto, esas fueron las palabras que rondaron por mi mente en ese momento, como alguien podía ser tan perfecto… Un suspiro de alivio y de seguridad además de tranquilidad se escapó de mis labios mientras ella hablaba
Así mejor. No llego a imaginar los problemas que han acabado con tu sonrisa, pero espero que la recuperes... No permitas que nada termine con ella, ni que corten las alas de tu libertad.
Tras decirlo se giró para alejarse, cuando lo hizo su pelo ondeó de nuevo como en la primera ocasión y un suave aroma a su perfume llegó hasta mis fosas nasales haciendo que solo por un segundo perdiese la razón y la dejase hacer lo que iba a hacer, pero cuando vi que observaba a las kunoichis y tenía intención de hablar con ellas actué con la velocidad del rayo y suave y dulcemente llevé mi mano a su hombro girándola con suavidad haciendo que me mirase a mí y solo a mí y entonces susurré mientras las lágrimas cesaban poco a poco en su empeño de bañar mis mejillas
No te alejes, quedate aquí por favor, si realmente quieres lo que has dicho quedate, necesito a alguien a mi lado y tú… Tú me has aliviado en un segundo más que nadie lo había hecho durante toda mi vida, por favor no te vayas.
Hablaba suplicante mirándola impidiendo que alguien pudiese observarnos pues la había llevado dulcemente contra el pilar y le había hablado mientras la apoyaba en él, su larga melena carbón se mezclaba con el pilar y con una bufanda negra que llevaba y que le llegaba por la cintura, una fuerte ráfaga de viento se llevó mi trenza y por un segundo pude sentir que yo era tan libre como mi pelo lo era cuando no tenía su atadura, seguí observando sus ojos perdiéndome en ellos como si nada ni nadie pudiese arrebatarme la sensación de bien estar que ellos me provocaban, quería que se quedase en parte por egoísmo y necesidad y en parte porque sentía que quería que estuviese a mi lado a cualquier precio, costase lo que costase.
Re: ¡Sorpresa! ¡Alguien que no me odia!
Cuando Hiaji me sacó de mi mundo de pensamientos internos me izo un gran favor pues sin darme cuenta, mis sentidos se habían desconectado pero gracias a ella volvieron a estar a alerta. Y así darme cuenta deque no estábamos solas en aquel lugar.
-Hola Hiaji, yo soy Kiara Namikaze. El placer es mío. ¿Qué te trae por este lugar? Si puede saberse-dije en tono cordial. Mientras aún me mantenía tensa y a alerta. Vigilando los movimientos de los otros dos. Pero una de ellas me era conocida sin saber por qué.
"-Este aura....la reconozco.. estaba en la sala de entrenamiento. ¿Es posible que fuera ella la que me dio semejante golpe en costado? Mejor no confiarse mucho de esa sonrisa, algo me dice que algo esconde..."
""¿Metiéndote en líos de nuevo? no aprendes chica""me regañó Riku.
"-No estoy haciendo nada metomentodo" le reproché, después, le ignoré completamente.
Haciendo un esfuerzo enorme de no parecer una desconfiada y una arisca de lo peor, me levanté despacio y silenciosamente, pero eso me hizo recordar el golpe de mi costado dándome un punzada de dolor. Me agarré el lugar soltando una ligera queja y cuando pasó él dolor. Me acerqué a la chica, con el aire más cordial, pero puede que seca en la intención de parecer amistosa. Hoy no estaba con el humor de ser todo sonrisas.Pero hice un esfuerzo por ser maja, no la quería poner en mi contra sin siquiera haberla conocido bien, sonreí la mejor manera que supe pero siendo consciente de que esa felicidad no era reflejada en mis ojos.
No sabía que hacían esas dos personas más que estaban en el lugar, no estaba muy perceptiva y tampoco era adivina pero una cosa si tenía segura y de ellas me tenía temerosa pues su aura tenía algo que me aterraba...
-Hola Hiaji, yo soy Kiara Namikaze. El placer es mío. ¿Qué te trae por este lugar? Si puede saberse-dije en tono cordial. Mientras aún me mantenía tensa y a alerta. Vigilando los movimientos de los otros dos. Pero una de ellas me era conocida sin saber por qué.
"-Este aura....la reconozco.. estaba en la sala de entrenamiento. ¿Es posible que fuera ella la que me dio semejante golpe en costado? Mejor no confiarse mucho de esa sonrisa, algo me dice que algo esconde..."
""¿Metiéndote en líos de nuevo? no aprendes chica""me regañó Riku.
"-No estoy haciendo nada metomentodo" le reproché, después, le ignoré completamente.
Haciendo un esfuerzo enorme de no parecer una desconfiada y una arisca de lo peor, me levanté despacio y silenciosamente, pero eso me hizo recordar el golpe de mi costado dándome un punzada de dolor. Me agarré el lugar soltando una ligera queja y cuando pasó él dolor. Me acerqué a la chica, con el aire más cordial, pero puede que seca en la intención de parecer amistosa. Hoy no estaba con el humor de ser todo sonrisas.Pero hice un esfuerzo por ser maja, no la quería poner en mi contra sin siquiera haberla conocido bien, sonreí la mejor manera que supe pero siendo consciente de que esa felicidad no era reflejada en mis ojos.
No sabía que hacían esas dos personas más que estaban en el lugar, no estaba muy perceptiva y tampoco era adivina pero una cosa si tenía segura y de ellas me tenía temerosa pues su aura tenía algo que me aterraba...
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Re: ¡Sorpresa! ¡Alguien que no me odia!
No habían pasado desapercibidos los dos nuevos individuos que se encontraban evidentes tras un pilar de piedras preciosas que hacía aun mas majestuoso aquel grandioso Templo.A uno de ellos ya lo conocía, si su mente no le fallaba en ese momento el nombre del muchacho era Haruo, lo recordaba con tanta claridad que incluso dudo de que fuese verdad, la otra individua no la conocía, pero solo un leve vistazo de reojo hacia aquel pilar me dio a entender de inmediato que se trataba de una joven, una chica sin lugar a dudas, pero no llegaba a ver su rostro del todo, esa complicado, pues frente a ella se encontraba otra muchacha a la que ya se había presentado, parecía indefensa así que no hizo ningún movimiento, pues no quería que esta se percatase de que no estábamos solas.
Al parecer, los jóvenes que había tras el gran pilar de piedra mantenían una conversación en la que uno no dejaba marchar al otro, sus murmullos no le dejaron oír mucho mas, aparte de que su concentración se vio interrumpida por las palabras de su acompañante, que le había hecho la típica pregunta que era de esperar, decidida a contestar esta abrió la boca siendo este el último de sus actos hacia la niña, pues esta se levantó de las escaleras sin apenas dejarla responderla, aquella sensación que le recorrió la espalda en forma de escalofrío fue del todo desagradable, pues nadie solía ser tan grosera con ella, mas bien al contrario, ella lo era con las demás personas.Una sensación de impotencia recorrió sus venas por un segundo, pues para una vez que había dejado su mala educación a un lado, y se había decidido por presentarse a alguien, no dejaría que esta la dejara con la palabra en la boca.
Su reacción a las acciones de la muchacha fue casi inmediata, la cogió con fuerza de su antebrazo con su mano derecha, casi clavando las uñas en su piel, esperaba que se diese la vuelta y así poder clavar su mirada fulminante en los inocentes ojos que la joven poseía, para ella aquello que había hecho era un insulto y no dejaría que la insultasen a la cara, otra cosa no, pero hiaji era orgullosa como ella sola, además aquello no fue todo, pues aun con el buen pie que había empezado seguramente, y con la poca paciencia y el mal carácter, acabaría por sacarla de quicio alguno de los individuos.
Cogerla del brazo no fue todo, pues también y casi seguidamente dio un tirón de su brazo hasta sentarla otra vez en el mismo sitio de donde se había levantado, agachándose frente a la muchacha que la había burlado con tanta felicidad.
Verás... Puedo consentir muchas cosas...Kiara, pero lo último que voy a consentir es que alguien como tú, deje a alguien como yo con la palabra en la boca. Normalmente la voz de Hiaji era suave e incluso si la pillabas de buen humor, agradable, aunque dependiendo de la persona a la que se dirigiese quizás burlonas , pero esta vez su voz se había visto oída como nunca la había oído nadie, un toque de furia y de venganza adulzaron su voz a la vez que la hicieron mas amenazante, a lo que sus ojos del color de la miel ayudaron bastante.
¿Acaso eres tan sumamente irresponsable que querrías acercarte a dos individuos que a saber si los conocer, sin ningún tipo de arma, ni protección, y además dejándome a mi por detrás? creo que vas buscando guerra, míralo por el lado positivo, de una manera u otra te he salvado la vida.
Esas fueron las últimas palabras de Hiaji, pues aunque no se le notara, le había sorprendido bastante y muy gratamente que la pequeña pudiese reconocer por si misma que teníamos compañía, tras pocos segundos de lo que seguramente hubiera quedado la niña , como lo que se llama ''shock'', la muchacha se levantó dejando a un lado de su acompañante la bolsa marrón que había portado durante todo su viaje y donde dentro llevaba varios utensilios de valor.
Espera ahí y ni se te ocurra tocar la bolsa.Terminó de alegar Hiaji antes de quitar la mano, que aun la apretaba con fuerza de su brazo, dejando la marca evidente de sus uñas casi clavadas en la delicada piel de la misma, para aproximarse al pilar por el lado contrario donde se encontraban los dos individuos.
Al parecer, los jóvenes que había tras el gran pilar de piedra mantenían una conversación en la que uno no dejaba marchar al otro, sus murmullos no le dejaron oír mucho mas, aparte de que su concentración se vio interrumpida por las palabras de su acompañante, que le había hecho la típica pregunta que era de esperar, decidida a contestar esta abrió la boca siendo este el último de sus actos hacia la niña, pues esta se levantó de las escaleras sin apenas dejarla responderla, aquella sensación que le recorrió la espalda en forma de escalofrío fue del todo desagradable, pues nadie solía ser tan grosera con ella, mas bien al contrario, ella lo era con las demás personas.Una sensación de impotencia recorrió sus venas por un segundo, pues para una vez que había dejado su mala educación a un lado, y se había decidido por presentarse a alguien, no dejaría que esta la dejara con la palabra en la boca.
Su reacción a las acciones de la muchacha fue casi inmediata, la cogió con fuerza de su antebrazo con su mano derecha, casi clavando las uñas en su piel, esperaba que se diese la vuelta y así poder clavar su mirada fulminante en los inocentes ojos que la joven poseía, para ella aquello que había hecho era un insulto y no dejaría que la insultasen a la cara, otra cosa no, pero hiaji era orgullosa como ella sola, además aquello no fue todo, pues aun con el buen pie que había empezado seguramente, y con la poca paciencia y el mal carácter, acabaría por sacarla de quicio alguno de los individuos.
Cogerla del brazo no fue todo, pues también y casi seguidamente dio un tirón de su brazo hasta sentarla otra vez en el mismo sitio de donde se había levantado, agachándose frente a la muchacha que la había burlado con tanta felicidad.
Verás... Puedo consentir muchas cosas...Kiara, pero lo último que voy a consentir es que alguien como tú, deje a alguien como yo con la palabra en la boca. Normalmente la voz de Hiaji era suave e incluso si la pillabas de buen humor, agradable, aunque dependiendo de la persona a la que se dirigiese quizás burlonas , pero esta vez su voz se había visto oída como nunca la había oído nadie, un toque de furia y de venganza adulzaron su voz a la vez que la hicieron mas amenazante, a lo que sus ojos del color de la miel ayudaron bastante.
¿Acaso eres tan sumamente irresponsable que querrías acercarte a dos individuos que a saber si los conocer, sin ningún tipo de arma, ni protección, y además dejándome a mi por detrás? creo que vas buscando guerra, míralo por el lado positivo, de una manera u otra te he salvado la vida.
Esas fueron las últimas palabras de Hiaji, pues aunque no se le notara, le había sorprendido bastante y muy gratamente que la pequeña pudiese reconocer por si misma que teníamos compañía, tras pocos segundos de lo que seguramente hubiera quedado la niña , como lo que se llama ''shock'', la muchacha se levantó dejando a un lado de su acompañante la bolsa marrón que había portado durante todo su viaje y donde dentro llevaba varios utensilios de valor.
Espera ahí y ni se te ocurra tocar la bolsa.Terminó de alegar Hiaji antes de quitar la mano, que aun la apretaba con fuerza de su brazo, dejando la marca evidente de sus uñas casi clavadas en la delicada piel de la misma, para aproximarse al pilar por el lado contrario donde se encontraban los dos individuos.
Hiaji Hanabi- Anbu Kiri
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Re: ¡Sorpresa! ¡Alguien que no me odia!
Durante unos instantes el llanto de aquella criatura de pelo pelirrojo y mirada triste pareció calmarse, lo que me reconfortó. Me complacía poder ayudar a alguien, aunque aún no llegara a curar el dolor que guardaba aquel corazón, pues seguía sintiendo la agonía que inundaba su alma. Me hubiera gustado hacerle sentir la misma calidez que me envolvía a mí cuando Viral estaba cerca y me alejaba todos los males con su sola presencia, pero como era un simple desconocido, con un segundo que se hubiera olvidado de lo demás me bastaba, ya que parecía casi irreal que no se hubiera asustado o quisiera huír de allí. Dejar mi timidez a un lado valía la pena si con ello conseguía lograr mi propósito.
Claro que las cosas no habían salido como esperaba, ya que al intentar ir a ver a aquellas chicas y poder estar junto a mi protegida para disculparme y con la otra kunoichi que la acompañaba él había tirado de mi brazo con suavidad y me había puesto contra uno de aquellos pilares.
Aunque oía unos ruidos que ahora no podía identificar atrás y no llegaba a fiarme por completo de ninguno de los presentes, ya que nunca sabes donde tienes un enemigo, por lo que lo primero que hice fue activar mi Byakugan haciendo un sello con una mano. No necesité subir el brazo, por lo que a la vista del chico las venas de alrededor de mis ojos se harían destacables, y si conocía mi olvidado clan podía identificar aquello como el haber activado el dojutsu que ahora me permitía ver todo lo que necesitaba.
Delante mía el chico pedía mi compañía un rato más, y con sus tiernas palabras me cortó la respiración un instante, haciendo que mi corazón latiera con fuerza... ¿Cómo podía haber guardada tanto amor entre la insufrible angustia?
Pero a pesar de la dulzura que marcaban cada uno de sus actos tuve el acto reflejo de ir a darle una patada, el tiempo pasado peleando me había obligado a no fiarme de estas cosas, por lo que inmediatamente mi pierna se estiró y le lanzó un fuerte golpe a la altura del estómago. Los entrenamientos de fuerza hacían que mis ataques físicos tuvieran tal impulso que le lanzaría volando fuera de allí.
Le miraba a él preocupada, estuve tentada en ir en su ayuda, mis intenciones en ningún momento fueron dañar a la persona que intentaba animar, y me disculpé mientras caía, pero parte de mi atención se centraba en las acciones de las dos chicas. Apenas me llegaban murmurllos de su diálogo, ya que nos encontrábamos a aproximadamente 10 metros de distancia, aunque entendía palabras intercaladas que se alternaban con el poder leerles los labios... Cosa que no era mi especialidad, pero de lo poco que entendía no me gustaba nada. Sin razón aparente la chica de cabello gris había dañado a quien creía identificar con el nombre de Kiara. Al menos ese era el nombre que Viral había dicho cuando me explicó lo ocurrido con ella. Con dolor en el costado, seguramente debido a la patada que la fue propinada en una de las salas de entrenamiento, esta se había sentado ante la presión de la chica. Además lo debía haber hecho con bastante fuerza, incluso la marca de sus uñas se vio representada en su piel. Parecía mostrar desconfianza hacia nosotros, ya que después de sentarla vino en nuestra dirección, y en ese instante yo hacía que el chico soltara mis manos con cuidado también, atenta a sus acciones. Seguramente ellas no supieran que podía verlas, lo que era un punto a mi favor. El buen humor con el que había llegado se estaba agotando ante la grosería que tenía esa intrusa de tratar a quien estaba protegiendo, y si bien no me gustaba que tocaran lo que era mío, menos de mi agrado aún era que dañaran a quienes resguardaba. No del mismo modo que me molestaría el que intentaran dañar a Shika pero era un poco similar. Ella avanzó has ponerse en la columna, por el lado contrario que yo me encontraba, así que no podría verme, mientras que yo la tenía vigilada a ella.
En menos de un segundo recorrí las distancias que nos separaban, y quizás en el momento que se daba cuenta de mi presencia notaba como dos de mis manos con la palma abierta e infundida en chakra impactaba en su vientre. Al principio no sentiría un gran daño, pero después iría notando el dolor que causaba a sus órganos internos. Al poder soportar los golpes las heridas (no visibles, pero existentes de todos modos) le seguirían notando durante otro rato. Cuando mi golpe se hubiera efectuado, y este además la había rechazado lanzandola hacia atrás debido a la comparación de fuerza, daría un salto hacia atrás, de tres metros, que me dejaría a otros siete de Kiara. En cuanto mis pies tocaron el suelo adopté una posición defensiva, con una pierna ligeramente más adelantada que la otra, uno de mis brazos protegía la zona del pecho y el otro estaba a la altura del rostro, por debajo de la nariz. Estaban tensos para que ningún golpe les hiciera rebotar y me dañara a mi también. Al acabar miré a la chica desafiante, y mi voz sonó fría, pero la hablé lenta y tranquila:
- Has sido muy grosera y has dañado a una persona que estaba protegiendo. No te ha hecho nada, por lo que este es mi aviso. Mi intención no es empezar una encarnizada pelea contigo, pero tampoco dudaré en defenderme.
Después me dirigí a Kiara, sin dejar de vigilar a la kunoichi gracias a mis ojos a pesar de girar mi cabeza. Estaba preocupada por ella y la traté con una voz mucho más cercana y amable, sonriéndola incluso, intentando que mis acciones no la hubieran asustado.
- ¿Estás bien? No quiero que te hagan daño, y lamento haber empezado de esta manera. Me llamo Sonzu... Siento que nuestra presentación sea de esta manera.
Tras ello volvería a girarme para no seguir dándole la espalda a un posible enemigo, pendiente de su respuesta o lo que pretendiera hacer. No me pillaría desprevenida.
Claro que las cosas no habían salido como esperaba, ya que al intentar ir a ver a aquellas chicas y poder estar junto a mi protegida para disculparme y con la otra kunoichi que la acompañaba él había tirado de mi brazo con suavidad y me había puesto contra uno de aquellos pilares.
Aunque oía unos ruidos que ahora no podía identificar atrás y no llegaba a fiarme por completo de ninguno de los presentes, ya que nunca sabes donde tienes un enemigo, por lo que lo primero que hice fue activar mi Byakugan haciendo un sello con una mano. No necesité subir el brazo, por lo que a la vista del chico las venas de alrededor de mis ojos se harían destacables, y si conocía mi olvidado clan podía identificar aquello como el haber activado el dojutsu que ahora me permitía ver todo lo que necesitaba.
Delante mía el chico pedía mi compañía un rato más, y con sus tiernas palabras me cortó la respiración un instante, haciendo que mi corazón latiera con fuerza... ¿Cómo podía haber guardada tanto amor entre la insufrible angustia?
Pero a pesar de la dulzura que marcaban cada uno de sus actos tuve el acto reflejo de ir a darle una patada, el tiempo pasado peleando me había obligado a no fiarme de estas cosas, por lo que inmediatamente mi pierna se estiró y le lanzó un fuerte golpe a la altura del estómago. Los entrenamientos de fuerza hacían que mis ataques físicos tuvieran tal impulso que le lanzaría volando fuera de allí.
Le miraba a él preocupada, estuve tentada en ir en su ayuda, mis intenciones en ningún momento fueron dañar a la persona que intentaba animar, y me disculpé mientras caía, pero parte de mi atención se centraba en las acciones de las dos chicas. Apenas me llegaban murmurllos de su diálogo, ya que nos encontrábamos a aproximadamente 10 metros de distancia, aunque entendía palabras intercaladas que se alternaban con el poder leerles los labios... Cosa que no era mi especialidad, pero de lo poco que entendía no me gustaba nada. Sin razón aparente la chica de cabello gris había dañado a quien creía identificar con el nombre de Kiara. Al menos ese era el nombre que Viral había dicho cuando me explicó lo ocurrido con ella. Con dolor en el costado, seguramente debido a la patada que la fue propinada en una de las salas de entrenamiento, esta se había sentado ante la presión de la chica. Además lo debía haber hecho con bastante fuerza, incluso la marca de sus uñas se vio representada en su piel. Parecía mostrar desconfianza hacia nosotros, ya que después de sentarla vino en nuestra dirección, y en ese instante yo hacía que el chico soltara mis manos con cuidado también, atenta a sus acciones. Seguramente ellas no supieran que podía verlas, lo que era un punto a mi favor. El buen humor con el que había llegado se estaba agotando ante la grosería que tenía esa intrusa de tratar a quien estaba protegiendo, y si bien no me gustaba que tocaran lo que era mío, menos de mi agrado aún era que dañaran a quienes resguardaba. No del mismo modo que me molestaría el que intentaran dañar a Shika pero era un poco similar. Ella avanzó has ponerse en la columna, por el lado contrario que yo me encontraba, así que no podría verme, mientras que yo la tenía vigilada a ella.
En menos de un segundo recorrí las distancias que nos separaban, y quizás en el momento que se daba cuenta de mi presencia notaba como dos de mis manos con la palma abierta e infundida en chakra impactaba en su vientre. Al principio no sentiría un gran daño, pero después iría notando el dolor que causaba a sus órganos internos. Al poder soportar los golpes las heridas (no visibles, pero existentes de todos modos) le seguirían notando durante otro rato. Cuando mi golpe se hubiera efectuado, y este además la había rechazado lanzandola hacia atrás debido a la comparación de fuerza, daría un salto hacia atrás, de tres metros, que me dejaría a otros siete de Kiara. En cuanto mis pies tocaron el suelo adopté una posición defensiva, con una pierna ligeramente más adelantada que la otra, uno de mis brazos protegía la zona del pecho y el otro estaba a la altura del rostro, por debajo de la nariz. Estaban tensos para que ningún golpe les hiciera rebotar y me dañara a mi también. Al acabar miré a la chica desafiante, y mi voz sonó fría, pero la hablé lenta y tranquila:
- Has sido muy grosera y has dañado a una persona que estaba protegiendo. No te ha hecho nada, por lo que este es mi aviso. Mi intención no es empezar una encarnizada pelea contigo, pero tampoco dudaré en defenderme.
Después me dirigí a Kiara, sin dejar de vigilar a la kunoichi gracias a mis ojos a pesar de girar mi cabeza. Estaba preocupada por ella y la traté con una voz mucho más cercana y amable, sonriéndola incluso, intentando que mis acciones no la hubieran asustado.
- ¿Estás bien? No quiero que te hagan daño, y lamento haber empezado de esta manera. Me llamo Sonzu... Siento que nuestra presentación sea de esta manera.
Tras ello volvería a girarme para no seguir dándole la espalda a un posible enemigo, pendiente de su respuesta o lo que pretendiera hacer. No me pillaría desprevenida.
- Información:
ATRIBUTOS:
-Fuerza: 250 (+150 Yonbi) [+200] = 600 (Pueden partirse árboles al golpearlos)
-Inteligencia:100[+200]= 300
-Velocidad: 200 [+200] = 400 (velocidad máxima: 20 km/h altura de salto 5 m.)
-Control de Chakra: 200 (+20) [+200] = 420
-Resistencia: 30
STATS:
PV: 1030
PCK: 750
PODER DE JUTSUS:
Ninjutsu: 7 + (+20) = 27
Taijutsu: 22 + (+30) = 52
Genjutsu: 3 (+20) = 23
- Acciones:
- Patada: Golpe que se hace con la pierna, al igual que el puñetazo es bastante usado.
Daño Inicial: 10 pv
Con 50 o más de fuerza: 15 pv
Con 100 o más de fuerza: 22 pv
Con 200 o más de fuerza: 34 pv
Con 500 o más de fuerza: 46 pv
— Estómago: A parte del daño normal causado se suman 10 pv por la sensibilidad de esta zona al no tener huesos que la protejan.
Si se posee al menos el doble de fuerza que el rival al realizarse un golpe físico éste siempre derribará al contrario salvo que éste último responda con algún jutsu que le permita no caer en este estado.
Byakugan
Ojo Blanco
Requisitos: sellos con ambas manos (Genin), un sello (Chunnin), nada (de Jounin en adelante)
Tipo: Doujutsu
Condición: suplementaria
Rango: D
Efecto:
-defiende un 15% del Ninjutsu y Taijutsu
- otorga un campo de visión de 360º hasta 50 metros.
-visión telescópica (enfoque)
-a través de los objetos
-Puede ver con precisicion el flujo de chacra
Chakra: 8 Chakra + 2 Chakra por turno
Descripción: la característica técnica ocular del clan Hyuga, desactivada muestra un iris totalmente blanco, sin ni siquiera pupila. Al activarse todas las venas del iris y de alrededor del ojo quedan totalmente marcadas. Otorga un campo de visión de 360o, visión telescópica y a través de los objetos y la capacidad de ver el Chakra.
Juuken
Golpe Suave
Requisitos: Byakugan
Tipo: Taijutsu
Condición: ofensiva
Rango: Multirango
Daño:
-12 PV por golpe + 3 PV por turno (2 turnos)
-24 PV por golpe + 6 PV por turno (2 turnos)
-48 PV por golpe + 12 PV por turno (2 turnos)
-90 PV por golpe + 27 PV por turno (2 turnos)
-150 PV por golpe + 37 PV por turno (2 turnos)
Chakra:
-7 Chakra por golpe
-14 Chakra por golpe
-20 Chakra por golpe
-45 Chakra por golpe
-70 Chakra por golpe
Descripción: el estilo de Taijutsu característico del clan Hyuga, consiste en golpes con la palma de la mano abierta que, al impactar, expelen una descarga de Chakra que causa daños a los órganos internos. Por eso se denominan Golpes Suaves, porque en apariencia no causan daños.
- Gastos y daños:
-Haruo: 46+10= 56 pvs KO
-Hiaji: (90+52+10)x2= 304
En los dos turnos siguientes: (27+10+52)x2= 178 pvs
-Sonzu:
Pv: 1030
Pck: 750 - 98= 652
Sonzu~- Imperatrix de Kiri
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Re: ¡Sorpresa! ¡Alguien que no me odia!
Vi desde mi posición, mientras me encogía del dolor, por mi costado dañado y mi recién dañado brazo. Como Hiaji, se acercaba donde estaban los don individuos, uno de ellos pude ver que salió volando graciosamente por los aires por el otro, sacándome un sonrisa socarrona que me duró poco pues noté un pinchado en el costado que me hizo quejarme.
Observé con detenimiento el encuentro entre el otro individuo, que era el que me resultaba su aura extrañamente familiar y Hiaji.... Fue un encontronazo bastante brusco, a mi parecer, la individua parecía realmente molesta con el comportamiento de la otra. Pude ver, si mis ojos no me engañaban que era una Hyuga....Escuché escasamente como la amenazaba sobre no hacer daño a una protegida suya, después de acercó a mi saludando gentilmente....
Yo, con miedo en el cuerpo aún, ice un esfuerzo por parecer simpática aunque Hiaji me hubiese quitado las ganas de golpe con ese gesto grosero. sujetando aún mi costado adolorido con uno de mis brazos procedí a saludarla con el mismo tono, aunque sentía como mi voz temblaba débilmente.
-H-Hola, si, si estoy bien...-dije mintiendo, el costado me dolía mucho, pero prefería aguantarme- no importa. Soy Kiara Namikaze. E-Encantada. ¿Quién se supone que es tu protegida si puedo saber? no he entendido muy bien eso que le has dicho a Hiaji-dije señalando a la chica con la mirada.
La notaba a alerta, cosa que comprendía pero yo no me quedaba muy atrás, seguía con mis sentidos pendientes a cualquier cambio. Vi como Sonzu se giraba observando de nuevo a Hiaja, algo me decía que eso, si ella no se comportaba, iba a acabar muy mal.
De repente sentí un aura maligna sedienta de sangre procedente de Sonzu. Y ello me izo acobardarme más de lo que estaba mientras retrocedía unos centímetros, adentrándome en la oscuridad del templo a pesar de que el dolor del costado a penas me permitía moverme.
"Esto no me huele nada bien..."
""Tranquila, sabes que puedo ayudarme si me dejas manejar tu cuerpo por unos instantes. Si lo necesitas""
"Gracias Riku"
Observé con detenimiento el encuentro entre el otro individuo, que era el que me resultaba su aura extrañamente familiar y Hiaji.... Fue un encontronazo bastante brusco, a mi parecer, la individua parecía realmente molesta con el comportamiento de la otra. Pude ver, si mis ojos no me engañaban que era una Hyuga....Escuché escasamente como la amenazaba sobre no hacer daño a una protegida suya, después de acercó a mi saludando gentilmente....
Yo, con miedo en el cuerpo aún, ice un esfuerzo por parecer simpática aunque Hiaji me hubiese quitado las ganas de golpe con ese gesto grosero. sujetando aún mi costado adolorido con uno de mis brazos procedí a saludarla con el mismo tono, aunque sentía como mi voz temblaba débilmente.
-H-Hola, si, si estoy bien...-dije mintiendo, el costado me dolía mucho, pero prefería aguantarme- no importa. Soy Kiara Namikaze. E-Encantada. ¿Quién se supone que es tu protegida si puedo saber? no he entendido muy bien eso que le has dicho a Hiaji-dije señalando a la chica con la mirada.
La notaba a alerta, cosa que comprendía pero yo no me quedaba muy atrás, seguía con mis sentidos pendientes a cualquier cambio. Vi como Sonzu se giraba observando de nuevo a Hiaja, algo me decía que eso, si ella no se comportaba, iba a acabar muy mal.
De repente sentí un aura maligna sedienta de sangre procedente de Sonzu. Y ello me izo acobardarme más de lo que estaba mientras retrocedía unos centímetros, adentrándome en la oscuridad del templo a pesar de que el dolor del costado a penas me permitía moverme.
"Esto no me huele nada bien..."
""Tranquila, sabes que puedo ayudarme si me dejas manejar tu cuerpo por unos instantes. Si lo necesitas""
"Gracias Riku"
Kiara Namikaze- Genin Konoha
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Re: ¡Sorpresa! ¡Alguien que no me odia!
Mientras atravesaba los matorrales bajos que cubrían casi toda la zona del suelo en los bosques del Pais del Fuego, sentía el sudor que cubría mi piel pálida, tan blanca que parecía que había maquillado todo mi cuerpo con una base perfecta. No niego que gustase el maquillaje, solo había que ver las dos marcas descendentes que rodeaban mis ojos, dándome una apariencia más similar a una sierpe, para ver que lo tenía bien practicado, pero en estos momentos no podía preocuparme por el rimel. Llevaba varios días recopilando información, siguiendo a mi objetivo de un lado al otro, pues al parecer el joven no era un ninja avanzado, tan solo sería un gennin recién salido de la academia, pero viajaba como si pudiera enfrentarse solo a un regimiento de la guardia roja. Mejor para mí, la misión sería mucho más fácil. Llegué al templo del fuego siguiendo su rastro, pero allí me encontré a cuatro personas. Observé el encuentro oculto tras una columna, a poco más de treinta metros del grupo que parecía discutían. Mi objetivo parecía enfermo, quizás tuviera algo contagioso y eso me asqueaba, pero las palabras del jefe estaban claras. "Si se mueven, mátalos." Sabía que debía actuar antes de que nadie se interpusiera en mi camino, pero quizás por mi tranquilidad natural, sea por que estaba sacándome un moco y lanzándolo al suelo hecho una bolita o bien por que la joven era más rápida de lo que aparentaba, una mujer de interesantes senos y aún más sexys ojos se defendió de mi víctima lanzándolo lejos. Ella me vería, pues era prácticamente imposible evadir los ojos de los dioses, pero la velocidad estaba de mi parte, y las otras dos mujeres no sabrían que había pasado hasta que tuviera en mis manos al joven. Con sigilo, corrí hasta estar a 20 metros de la trayectoria que tomaría el cuerpo ahora inconsciente del Senju y con un sello a mano derecha desaparecí reapareciendo en el lugar deseado. Había cogido al vuelo al joven y me encontraba a unos diez metros de las muchachas, pero con un nuevo sello, estos diez metros fueron treinta, amaba la técnica de la intermitencia, y sin perder un segundo salí corriendo lo más rápido que podía alejándome de todos antes de que me pudiera pedir explicaciones, no sin antes girarme para lanzar un guiño y un beso a la morena de grandes senos.
Primera misión: Completada. El jefe estaría satisfecho.
Primera misión: Completada. El jefe estaría satisfecho.
- Xin:
- ATRIBUTOS:
- Fuerza (FUE) : 10
- Inteligencia (INT) : 500 [+500] = 1000
- Velocidad (VEL) : 400 [+300] = 700 velocidad máxima: 30 km/h; altura de salto: 5m.
- Control del Chackra (CCK) : 405 [+500] = 905
- Resistencia (RES) : 10
STATS:
- PV (Puntos de vida) : 720 Pv
- PC (Puntos de Chakra) : 1915 Pck
PODER DE JUTSUS:
- Ninjutsu: 42 (+32) = 72
- Taijutsu:
- Genjutsu: 10 (+42) = 52
- Acciones:
- Sigilo ninja
Descripción: esta habilidad es la capacidad del ninja de usar el chakra para no pisar realmente el suelo y no emitir ruido. Pese a que en los combates la concentración no es posible para realizarla es útil en misiones y emboscadas.
Coste: 5pc por turno.
Requisitos: Control de chakra 35 o más.
Mejoras:
-Te permite emboscar a tus rivales o hacer que no te detecten si aún no te han visto hasta que haya contacto visual.
Aprendizaje: 2000 palabras.
20-Shunshin no Jutsu
Técnica de la Intermitencia
Requisitos: Un sello con una mano
Tipo: Ninjutsu
Condición: Suplementaria
Rango: B
Efecto: Puedes aparecer en cualquier punto a 20 metros a la redonda
Chakra: 40 Chakra (3 usos)
Descripción: El Ninja se mueve a una altísima velocidad una distancia corta, dando la impresión de que se ha teletransportado. Para ello concentra Chakra en los pies para aumentar la velocidad y los reflejos. Por unas centésimas de segundo luego de desaparecer, se puede ver la silueta del usuario distorsionada. Al ser un movimiento veloz, no debe haber ningún obstáculo, sea objeto o ser vivo, entre el shinobi y el lugar de destino.
- Gastos y Daños:
- - PV (Puntos de vida) : 720 Pv
- PC (Puntos de Chakra) : 1915 - 85 = 1830 Pck
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Re: ¡Sorpresa! ¡Alguien que no me odia!
Los individuos que aun no había conseguido identificar se encontraban aun tras el pilar de piedra, desde mi posición podía ver parcialmente sus movimientos claros, la muchacha, que llevaba el pelo largo, a la altura de su cintura estaba contra las piedras sujeta por el muchacho, al que ya podía verle la cara por completo.El momento pasó rápido pero no me perdí ni un detalle, al agarrar el brazo de la muchacha para no dejarla ir, esta lazó contra el una patada, aquello lo había lanzado contra el suelo, no sabía si aquello había sido a posta o sin querer, pero de una patada hacia alguien que no te ha hecho nada no podía significar nada nuevo, sus sentidos la obligaban a tener cuidado, sus años de experiencia y entrenamiento habían dado sus frutos en este momento pues con un ágil movimiento de manos pudo crear un clon de agua que se aproximó por ella hasta la muchacha, esta había parado unos momentos para asimilar la situación, parecía aterrada por su defensa contra el muchacho, que ya en el suelo no se movía.Su shock no duró mucho mas pues al darse cuenta de que algo malo había pasado se dio la vuelta, viéndonos a nosotras, quizás fueran las marcas en el brazo de la chica, quizás mi bolsa en el suelo a su lado, por donde mas tarde me di cuenta de que un kunai sobresalía de la misma, o quizás mi propio aspecto, la que la impulsó a atacar a mi clon de agua, el cual se desvaneció en un charco al entrar en contacto con al chakra de la chica.
Su memoria era privilegiada y su mente ágil, pues al aparecer 10 metros mas abajo, en las grandes y altas escaleras, pudo darse cuenta con una rápida mirada a sus ojos que su clan era bueno, unos ojos así no podían confundirse, ¿Tomaría mi voluntad hacia proteger a la chica , que aun sentada en las escaleras miraba con perplejidad a la otra muchacha, una amenaza? realmente, y si lo hubo parecido, no quería eso para nada.Su bolsa aun yacía cerca de la muchacha, quería recuperar la, parecía que su ayuda allí no era necesaria, incluso podía decirse que su presencia era molesta.
Comenzó a subir las escaleras despacio, una a una, para que ninguna de las dos tomara represarias contra ella, no quería pelear ni mucho menos ese día, pues no era exactamente un día muy feliz para la misma. al llegar a estar cinco o seis escalones mas alejada de ambas, lo que suponía unos cinco metros, esta miró a la muchacha con curiosidad, volvió a mirar sus ojos, que aun tenían activado un jutsu potente, y tras bajar la mirada un poco, decidió pedir disculpas a ambas antes de marchar.
Pido disculpas si mis actos os han parecido de lo menos cordiales..Su mirada se centró en la muchacha indefensa de cabello rubio que aun se sentaba en las escaleras Yo solo quería protegerte... Si te hubiera pasado a ti, lo que esta muchacha a querido hacerme a mi, no me lo hubiera perdonado.Siento las marcas en tu brazo, si me permites acercarme, curaré la herida sacrificando mi propio chakra, cogeré mi bolsa, y me marcharé para no causar mas problemasSu tono de habla era completamente diferente, parecía entristecida a la vez que arrepentida, nadie entendía su forma de actuar, quizás algo bruta, pero era ninja médico, no quería hacer daño a nadie ni mucho menos, pues sería de lo menos incoherente.
Su memoria era privilegiada y su mente ágil, pues al aparecer 10 metros mas abajo, en las grandes y altas escaleras, pudo darse cuenta con una rápida mirada a sus ojos que su clan era bueno, unos ojos así no podían confundirse, ¿Tomaría mi voluntad hacia proteger a la chica , que aun sentada en las escaleras miraba con perplejidad a la otra muchacha, una amenaza? realmente, y si lo hubo parecido, no quería eso para nada.Su bolsa aun yacía cerca de la muchacha, quería recuperar la, parecía que su ayuda allí no era necesaria, incluso podía decirse que su presencia era molesta.
Comenzó a subir las escaleras despacio, una a una, para que ninguna de las dos tomara represarias contra ella, no quería pelear ni mucho menos ese día, pues no era exactamente un día muy feliz para la misma. al llegar a estar cinco o seis escalones mas alejada de ambas, lo que suponía unos cinco metros, esta miró a la muchacha con curiosidad, volvió a mirar sus ojos, que aun tenían activado un jutsu potente, y tras bajar la mirada un poco, decidió pedir disculpas a ambas antes de marchar.
Pido disculpas si mis actos os han parecido de lo menos cordiales..Su mirada se centró en la muchacha indefensa de cabello rubio que aun se sentaba en las escaleras Yo solo quería protegerte... Si te hubiera pasado a ti, lo que esta muchacha a querido hacerme a mi, no me lo hubiera perdonado.Siento las marcas en tu brazo, si me permites acercarme, curaré la herida sacrificando mi propio chakra, cogeré mi bolsa, y me marcharé para no causar mas problemasSu tono de habla era completamente diferente, parecía entristecida a la vez que arrepentida, nadie entendía su forma de actuar, quizás algo bruta, pero era ninja médico, no quería hacer daño a nadie ni mucho menos, pues sería de lo menos incoherente.
- INFO:
ATRIBUTOS:
- Fuerza (FUE) : 300 ~ Puede partir arboles al golpearles
- Inteligencia (INT) : 150
- Velocidad (VEL) : 300 ~ 20 km/h; altura de salto: 5m.
- Control del Chackra (CCK) : 180
- Resistencia (RES) : 100
STATS:
- PV (Puntos de vida) : 700
- PC (Puntos de Chakra) : 430
PODER DE JUTSUS:
- Ninjutsu: 20 = 20 (+12) = 32
- Taijutsu: 20 (+20) = 40
- Genjutsu: (+12) = 12
- ACCIONES:
Mizu Kawarimi
Reemplazo de Agua
Requisitos: No estar desprevenido.
Tipo: Ninjutsu
Condición: defensiva
Rango: D
Efecto: Evitas un ataque con un 100% de posibilidades (3 usos)
Chakra: 8 Chakra
Descripción: Cuando va a recibir un ataque del que está consciente, el Ninja intercambia su cuerpo con una masa de agua de forma humanoide que recibe el ataque, mientras reaparece a 10 metros de distancia o menos siempre y cuando no haya obstáculos.
- GASTOS Y DAÑOS:
Daños:
Ninguno
Gastos:
PCK(Puntos de chakra):430-8=422 PCK
Hiaji Hanabi- Anbu Kiri
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Re: ¡Sorpresa! ¡Alguien que no me odia!
- Off:
He hablado con Shark para preguntarle sobre esto, has roleado un clon de agua mientras que tus acciones han sido otras, por lo que lo que has hecho queda anulado y mi ataque te ha dado.
Quizás la chica a la que había atacado intentó esquivar de alguna forma mi ataque, pero debió fallar o fui demasiado rápida para ella y no consiguió hacerlo. Normal, a la distancia que estábamos y debido a mis duros entrenamientos de velocidad apenas había tardado tiempo en dejar que mis manos impactaran sobre su estómago y la hicieran volar metros más atrás, unas fracciones de segundo a lo mejor. Todas mis acciones se habían realizado con éxito, por lo que al volver a mi posición defensiva, estando más cerca de Kiara, quien respondía a mis palabras con una voz algo temblorosa. No tenía con claridad si sentía miedo hacia mí o la situación que se le había presentado con la otra kunoichi la mantuvo algo asustada. La había llamado con el nombre de Hiaji, intenté hacer memoria pero no encontré nada con ella... De todos modos tampoco es que mi lista de conocidos fuera demasiado extensa.
Parecía que me estuviera acostumbrando a estar atenta a muchas cosas a la vez, pues el chico que había visto que se encontraba por debajo de las escaleras del templo aprovechaba la patada que le di al joven que me puso contra la pared para cogerle al vuelo. Le tenía observado desde antes, pero era normal pasear por ahí y en un primer momento sus movimientos no me resultaron sospechosos. Aún así no quité mi alerta hasta que este iba desapareciendo, pero debía saber de mi presencia y poder, pues suponiendo que le veía me lanzaba un guiño y un beso. No pude evitar una sonrisa de medio lado, pensando en que su actitud algo grosera le servía para algo, y ni más ni menos le había ayudado a conseguir su objetivo. Miré en esa dirección mientras Kiara se adentraba entre la oscuridad e Hiaji empezaba a levantarse, sacándole la lengua como correspondencia. En el fondo no sabía las intenciones que tuvo el chico al ponerme contra la columna, y una parte de mí le agradecía que me le hubiera quitado de encima sin esfuerzo.
- Tú eres a quien estoy intentando proteger, Kiara. Temía que a quien llamas como Hiaji te causar algún daño, no me gustaría que te hicieran nada malo.
Había hablado totalmente girada hacia ella, algo más relajada al ver como Hiaji se levantaba y acercaba sin parecer con intenciones de hacer daño. Mi voz sonaba amistosa, y sonreía para intentar calmarla un poco y mostrarla que no pretendía hacerla ningún daño. No desactivé mi Byakugan en ningún momento, el chico de tez pálida ya había desaparecido, pero así podía tener a la otra kunoichi vigilada en cualquier posición. El golpe hacia ella no debía haberla dañado demasiado, o no lo mostraba, pues no se recogió la zona dolorida. Al contrario de eso se acercó hasta que quedó a cinco metros de nosotras y pidió disculpas por actuar de aquella manera. Parecía que creía que yo podía haberle hecho daño a Kiara... ¿Era todo esto un cúmulo de malentendidos? Resoplé un instante y negué con la cabeza antes de responderla para explicarme, algo confundida.
- ¿No querías hacerla daño? Por lo que vi en tu forma de actuar pensé que sí. Ese es el motivo por el que te he atacado, como advertencia si pretendías dañarla. Me disculpo yo también si he sido algo brusca, últimamente me cuesta controlarme... No volverá a ocurrir.
Y en verdad el Yonbi me llevaba a ser más brutal de lo que normalmente era, desde el encuentro con Kiara y Viral deseaba sangre... Estos golpes descargados contra la kunoichi le habían dejado algo más tranquilo, al igual que la patada que le había propinado a Kiara en el costado días antes y ahora parecía dolerle. Me sentía avergonzada de mi actitud y agradecía que la chica se ofreciese a curarle el golpe. En el fondo tampoco me podía arrepentir en totalidad, no sabía de que modo iba a actuar y los daños a mi protegida habían sido sospechosos en un principio. Me aparté a un lado, el contrario a la bolsa con sus cosas, dejandole vía libre para curar a Kiara y recoger sus utensilios, permaneciendo de todos modos algo alerta.
- Acciones:
Byakugan
Ojo Blanco
Requisitos: sellos con ambas manos (Genin), un sello (Chunnin), nada (de Jounin en adelante)
Tipo: Doujutsu
Condición: suplementaria
Rango: D
Efecto:
-defiende un 15% del Ninjutsu y Taijutsu
- otorga un campo de visión de 360º hasta 50 metros.
-visión telescópica (enfoque)
-a través de los objetos
-Puede ver con precisicion el flujo de chacra
Chakra: 8 Chakra + 2 Chakra por turno
Descripción: la característica técnica ocular del clan Hyuga, desactivada muestra un iris totalmente blanco, sin ni siquiera pupila. Al activarse todas las venas del iris y de alrededor del ojo quedan totalmente marcadas. Otorga un campo de visión de 360o, visión telescópica y a través de los objetos y la capacidad de ver el Chakra.
- Gastos y daños:
-Hiaji: 304 (al haber recibido mi golpe) - 178= 126
En el turno siguiente: 178 pvs menos.
-Sonzu:
Pv: 1030
Pck: 652 - 2= 650
Sonzu~- Imperatrix de Kiri
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Re: ¡Sorpresa! ¡Alguien que no me odia!
un poco más segura en la oscuridad del templo observé como ambas ninjas se disculpaban conmigo y Sonzu a parte de eso, también con Hiaji por confundir las intenciones de esta...
La explicación de Sonzu me dejó anonada. ¿Protegerme a mí? Pero si....¡Dios no entiendo nada! ¡Yo debería disculparme con ella por el malentendido con Hokage-sama!
La recordaba, en especial su pelo negro como el carbón, en esa piscina junto con él cuando desperté. Sentí muy culpable en ese entonces, pero mucho más ahora cuando ella dice protegerme...
Y Hiaji, enmendando su error queriendo curarme...Realmente no sabia que decir antes todo eso... Cuando se ofreció a curarme mientras se acercaba, asentí con la cabeza con una expresión de agradecimiento. Me intenté mover hacia ella sin hacerme daño en el proceso y me dejé hacer mientras apartaba de mi campo de visión unos cuantos cabellos rebeldes que se me habían colocado en mi rostro. Entonces el viento sopló contra mi cara dándome aire y refrescando mi cuerpo y ayudando en mi tarea de remover mi voluminosa cabellera dorada.
Me di cuenta después de que Sonzu, estaba observando con cautela y atención. Como si no se fiara de Hiaji aún...
-Sonzu... no sé si vas a entender esto pero... Siento mucho lo ocurrido el otro día en la sala de entrenamiento, solo fue un malentendido debido ami gran torpeza...Y si fuiste tu la que me golpeó aquel día... Me lo merecía. Lo siento mucho, de verdad.-dije con gran pesar tristeza. No sabia que había entre ellos pero, halla lo que halla.No debería meterme. Sentó como una pequeñas lágrimas traicioneras se resbalaban por mis ojos, pero para evitar que alguna las vieran, giré rápidamente mi rostro hacia otro lado haciendo que en el proceso el viento que soplara y se las llevara mientras mi cabello fue ondeado de nuevo.- Y Hiaji... gracias por curarme-la dije procurando que mi voz saliera lo más normal posible pero sin evitar que sonara un poco mas ronca que antes...
""Kiara... sé que estás sensible pero... ¿crees que es el mejor momento de disculpas?""
"Ella se han disculpado conmigo, es lo menos que podía hacer.."
Mantuve la cabeza gacha esperando ambas contestaciones.
La explicación de Sonzu me dejó anonada. ¿Protegerme a mí? Pero si....¡Dios no entiendo nada! ¡Yo debería disculparme con ella por el malentendido con Hokage-sama!
La recordaba, en especial su pelo negro como el carbón, en esa piscina junto con él cuando desperté. Sentí muy culpable en ese entonces, pero mucho más ahora cuando ella dice protegerme...
Y Hiaji, enmendando su error queriendo curarme...Realmente no sabia que decir antes todo eso... Cuando se ofreció a curarme mientras se acercaba, asentí con la cabeza con una expresión de agradecimiento. Me intenté mover hacia ella sin hacerme daño en el proceso y me dejé hacer mientras apartaba de mi campo de visión unos cuantos cabellos rebeldes que se me habían colocado en mi rostro. Entonces el viento sopló contra mi cara dándome aire y refrescando mi cuerpo y ayudando en mi tarea de remover mi voluminosa cabellera dorada.
Me di cuenta después de que Sonzu, estaba observando con cautela y atención. Como si no se fiara de Hiaji aún...
-Sonzu... no sé si vas a entender esto pero... Siento mucho lo ocurrido el otro día en la sala de entrenamiento, solo fue un malentendido debido ami gran torpeza...Y si fuiste tu la que me golpeó aquel día... Me lo merecía. Lo siento mucho, de verdad.-dije con gran pesar tristeza. No sabia que había entre ellos pero, halla lo que halla.No debería meterme. Sentó como una pequeñas lágrimas traicioneras se resbalaban por mis ojos, pero para evitar que alguna las vieran, giré rápidamente mi rostro hacia otro lado haciendo que en el proceso el viento que soplara y se las llevara mientras mi cabello fue ondeado de nuevo.- Y Hiaji... gracias por curarme-la dije procurando que mi voz saliera lo más normal posible pero sin evitar que sonara un poco mas ronca que antes...
""Kiara... sé que estás sensible pero... ¿crees que es el mejor momento de disculpas?""
"Ella se han disculpado conmigo, es lo menos que podía hacer.."
Mantuve la cabeza gacha esperando ambas contestaciones.
Kiara Namikaze- Genin Konoha
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Re: ¡Sorpresa! ¡Alguien que no me odia!
Mis dos compañeras, tras yo haberme disculpado con la muchacha que había definido como una Hyuga, habían empezado una charla de disculpas, tanto conmigo, como entre ellas,además del agradecimiento de la pequeña Kiara,eso me había alegrado bastante, haciéndome esbozar una tierna sonrisa la cual le dediqué con un leve movimiento de cabeza, no recordaba haber oído un agradecimiento por parte de nadie hacia ella nunca, le resultaba extraño, pero a la vez enternecedor, pues un sentimiento nuevo afloró en su interior, haciendo que por su espalda la recorriera un suave cosquilleo.
También estaba la otra chica, que no me daba buenas vibraciones, pues aun me miraba con aquellos ojos, fija pero distante, no me gustaba aquella mirada, no me gustaba la gente desconfiada.Antes de echar a andar hacia mi mochila y la joven, que se encontraba al lado, la mirada de aquella kunoichi era diferente, podía sentirse las buenas intenciones de la misma, podía relajarse a su lado, no estando alerta constantemente.
Comencé a subir escaleras, esta vez notaba las piernas mas ligeras, sería por que en la parte derecha de mi vestido, donde estaba la abertura, había una pequeña rotura hacia arriba, casi no se notaba, pero era molesto, pues sabía que estaba ahí, seguramente de la caída que me propinó la joven al golpearme, realmente aun le dolía la zona, pero no la recogería con sus brazos, pues sería un signo de debilidad ante ambas, una por golpearme,y la otra por no hacer nada.
Me arrodillé a su lado y pasé mi mano bajó su brazo, levantándolo con delicadeza, era evidente que se había pasado al agarrarla, tendría que controlar aquella fuerza que poseía, aunque solo fuese un poco.Alzó su brazo hasta la altura de su hombro, y apoyó su mano sobre la herida de su brazo, que poco a poco iba curándose.
Al terminar su deber como ninja médico, el cual era curarla, sobre todo si el mal lo había causado ella, no se quedó a gusto, pues sabía que le había hecho daño, solo tuvo que pensar un poco para llegar a la conclusión, de que siendo una ninja tendría alguna que otra herida más, y con una voz totalmente cambiada, se ofreció para curar cualquier mal.
Ya está, dime pequeña, ¿Tienes algún otro mal que deba curar?
También estaba la otra chica, que no me daba buenas vibraciones, pues aun me miraba con aquellos ojos, fija pero distante, no me gustaba aquella mirada, no me gustaba la gente desconfiada.Antes de echar a andar hacia mi mochila y la joven, que se encontraba al lado, la mirada de aquella kunoichi era diferente, podía sentirse las buenas intenciones de la misma, podía relajarse a su lado, no estando alerta constantemente.
Comencé a subir escaleras, esta vez notaba las piernas mas ligeras, sería por que en la parte derecha de mi vestido, donde estaba la abertura, había una pequeña rotura hacia arriba, casi no se notaba, pero era molesto, pues sabía que estaba ahí, seguramente de la caída que me propinó la joven al golpearme, realmente aun le dolía la zona, pero no la recogería con sus brazos, pues sería un signo de debilidad ante ambas, una por golpearme,y la otra por no hacer nada.
Me arrodillé a su lado y pasé mi mano bajó su brazo, levantándolo con delicadeza, era evidente que se había pasado al agarrarla, tendría que controlar aquella fuerza que poseía, aunque solo fuese un poco.Alzó su brazo hasta la altura de su hombro, y apoyó su mano sobre la herida de su brazo, que poco a poco iba curándose.
Al terminar su deber como ninja médico, el cual era curarla, sobre todo si el mal lo había causado ella, no se quedó a gusto, pues sabía que le había hecho daño, solo tuvo que pensar un poco para llegar a la conclusión, de que siendo una ninja tendría alguna que otra herida más, y con una voz totalmente cambiada, se ofreció para curar cualquier mal.
Ya está, dime pequeña, ¿Tienes algún otro mal que deba curar?
- ACCIONES:
Ryō no Jutsu
Técnica de curación
Requisitos:
- Ambas manos sobre las heridas a curar.
Tipo: Ninjutsu
Condición: suplementaria
Rango: C
Daño: X PV
Chakra: X PCK
Efecto: Cura tantos Pv´s como Pck se gate.
Descripción: el ninja médico acumula su chakra curativo en las palmas de las manos regenerando heridas a cambio de su propio chakra.
- GASTOS Y DAÑOS:
Daños:
Kiara: recuperación completa de herida de brazo[PV 100%]
Gastos:
PCK(Puntos de chakra):430-12=428PCK
Hiaji Hanabi- Anbu Kiri
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Re: ¡Sorpresa! ¡Alguien que no me odia!
Mientras Hiaji comenzaba a acercarse a nosotras Kiara parecía recibir mis disculpas algo atónita, lo que me hizo preguntarme si había dicho algo que la pudiera molestar. No se me daban muy bien estas situaciones, pero siempre que hacía las cosas mal intentaba rectificar y enmendar mi error. Desde pequeña creí que es de lo más esencial que se debe hacer si se quiere seguir un camino adecuado, en vez de mirar solo los errores de los demás cegados por nuestro propio ego.
Empezó a curarla y miré el proceso con gran curiosidad, nunca había visto nada así y me parecía bonito, en verdad era raro que una ninja médico causara daño, aunque fuera sin querer, o era lo que pensé yo. Al menos ella hacía bien de igual manera. Sin darme cuenta una dulce sonrisa se había posado sobre mi rostro, seguramente debido a lo tierna de la escena, del mismo modo que una madre cuida a su hijo cuando este es dañado por cualquier situación. Creo que debido a la corta edad en la que perdí a la mía no recordaba haber pasado ningún momento así. Sí, en verdad era bonito... Sus heridas se curaron rápidamente, a la vez que el vacío que sentía en el corazón se hacía más permanente.
Por culpa de mi ensimismamiento las palabras que comenzó a pronunciar Kiara me pillaron un poco de sorpresa, el timbre de su voz estaba envuelto en un halo de tristeza, me sentí culpable de haberla hecho sentir así.
-No tienes por qué disculparte, ya sé que solo fue un malentendido por mi parte, no te preocupes, está todo bien.
Soné tan sincera como pude, pues para nada la había mentido, de hecho intenté calmarla un poco por medio de mis palabras, ya que intentó ocultar unas lágrimas que se escaparon de esos ojos lastimeros pero no pasaron desapercibidos a mi visión. Mostré una sonrisa dulce y di un par de pasos hasta quedar rápidamente a espaldas de Hiaji, a la que había estado observando durante este tiempo por miedo de que mi ataque pudiera con ella. Y efectivamente, acababa de terminar de hablar con Kiara para curarla de cualquier otro problema que tuviera cuando caía incosciente sobre mis manos, colocadas de forma estratégica a ambos lados de su costado, por debajo de sus axilas. Después de ello la tomaba en brazos de la misma manera que se lleva a una recién casada a la cama en la luna de miel, y miraba a Kiara para explicarle lo sucedido y que no se asustara.
-Está cansada, en vez de hacer algo por salvarse te ha curado a ti. No te preocupes, yo la llevaré para que pueda guardar reposo, no tengo intención de causarla mal. Me alegra haberte visto, Kiara... No des más vueltas a lo ocurrido, ¿vale? Pareces una buena chica.
Después de ello me daba la vuelta y antes de salir corriendo dejaba que una mueca de dolor asomara, pues me dolía la cabeza a horrores. El Yonbi me estaba machacando debido a que tenía ganas de sangre y la voz femenina, que últimamente estaba más juguetona y me costaba callar, comenzaba a hablarme. Tras un segundo para recomponerme corrí a toda la velocidad que mi cuerpo me permitía, dejando cada vez más lejos el Templo del fuego, y solo cuando Kiara quedaba atrás y ya se escapaba de mi campo de visión desactivé el Byakugan. El impulso era muy fuerte, y de todos modos, tampoco iba a pasar nada grave... Cogí el kunai e hice un corte en forma de "K" ligeramente por debajo del cuello de la joven. Cuando mi arma estaba empañada de sangre dejé que mi paladar se deleitara con un manjar de tal calibre, bañando mis labios, que después relamí hasta que se quedaron marcados con un color carmesí. Son Goku estallaba en júbilo ante la bebida de los guerreros, y la voz femenina sonreía por la marca que permanecería en la chica como signo de una pelea, y cuando despertara ni siquiera podría saber bien qué era lo que se la había causado.
"Así me gusta, pequeña..."
El demonio ya había hablado y se quedaba tranquilo al recibir lo que tanto ansiaba. Pensé que quizás la voz femenina querría también algo de su parte, e hice que este pensamiento se pronunciara lo suficientemente claro para que no tuviera dificultad alguna en leerlo, a lo que ella respondió:
"A esta déjala, que ni siquiera merece la pena violarla"
No pude evitar una leve risita que se escapó de mis labios, como se notaba que estaba atenta en cuanto activaba el Byakugan en fijarse si la gente valía o no la pena para sus intereses. Volví a cargarla y la llevé al hospital, donde la darían lo que necesitaba para que se curara de nuevo. La idea de llevarla a la Mansión con Viral pasó fugazmente por mi mente, pero la deseché al seguir sin fiarme totalmente de ella.
Empezó a curarla y miré el proceso con gran curiosidad, nunca había visto nada así y me parecía bonito, en verdad era raro que una ninja médico causara daño, aunque fuera sin querer, o era lo que pensé yo. Al menos ella hacía bien de igual manera. Sin darme cuenta una dulce sonrisa se había posado sobre mi rostro, seguramente debido a lo tierna de la escena, del mismo modo que una madre cuida a su hijo cuando este es dañado por cualquier situación. Creo que debido a la corta edad en la que perdí a la mía no recordaba haber pasado ningún momento así. Sí, en verdad era bonito... Sus heridas se curaron rápidamente, a la vez que el vacío que sentía en el corazón se hacía más permanente.
Por culpa de mi ensimismamiento las palabras que comenzó a pronunciar Kiara me pillaron un poco de sorpresa, el timbre de su voz estaba envuelto en un halo de tristeza, me sentí culpable de haberla hecho sentir así.
-No tienes por qué disculparte, ya sé que solo fue un malentendido por mi parte, no te preocupes, está todo bien.
Soné tan sincera como pude, pues para nada la había mentido, de hecho intenté calmarla un poco por medio de mis palabras, ya que intentó ocultar unas lágrimas que se escaparon de esos ojos lastimeros pero no pasaron desapercibidos a mi visión. Mostré una sonrisa dulce y di un par de pasos hasta quedar rápidamente a espaldas de Hiaji, a la que había estado observando durante este tiempo por miedo de que mi ataque pudiera con ella. Y efectivamente, acababa de terminar de hablar con Kiara para curarla de cualquier otro problema que tuviera cuando caía incosciente sobre mis manos, colocadas de forma estratégica a ambos lados de su costado, por debajo de sus axilas. Después de ello la tomaba en brazos de la misma manera que se lleva a una recién casada a la cama en la luna de miel, y miraba a Kiara para explicarle lo sucedido y que no se asustara.
-Está cansada, en vez de hacer algo por salvarse te ha curado a ti. No te preocupes, yo la llevaré para que pueda guardar reposo, no tengo intención de causarla mal. Me alegra haberte visto, Kiara... No des más vueltas a lo ocurrido, ¿vale? Pareces una buena chica.
Después de ello me daba la vuelta y antes de salir corriendo dejaba que una mueca de dolor asomara, pues me dolía la cabeza a horrores. El Yonbi me estaba machacando debido a que tenía ganas de sangre y la voz femenina, que últimamente estaba más juguetona y me costaba callar, comenzaba a hablarme. Tras un segundo para recomponerme corrí a toda la velocidad que mi cuerpo me permitía, dejando cada vez más lejos el Templo del fuego, y solo cuando Kiara quedaba atrás y ya se escapaba de mi campo de visión desactivé el Byakugan. El impulso era muy fuerte, y de todos modos, tampoco iba a pasar nada grave... Cogí el kunai e hice un corte en forma de "K" ligeramente por debajo del cuello de la joven. Cuando mi arma estaba empañada de sangre dejé que mi paladar se deleitara con un manjar de tal calibre, bañando mis labios, que después relamí hasta que se quedaron marcados con un color carmesí. Son Goku estallaba en júbilo ante la bebida de los guerreros, y la voz femenina sonreía por la marca que permanecería en la chica como signo de una pelea, y cuando despertara ni siquiera podría saber bien qué era lo que se la había causado.
"Así me gusta, pequeña..."
El demonio ya había hablado y se quedaba tranquilo al recibir lo que tanto ansiaba. Pensé que quizás la voz femenina querría también algo de su parte, e hice que este pensamiento se pronunciara lo suficientemente claro para que no tuviera dificultad alguna en leerlo, a lo que ella respondió:
"A esta déjala, que ni siquiera merece la pena violarla"
No pude evitar una leve risita que se escapó de mis labios, como se notaba que estaba atenta en cuanto activaba el Byakugan en fijarse si la gente valía o no la pena para sus intereses. Volví a cargarla y la llevé al hospital, donde la darían lo que necesitaba para que se curara de nuevo. La idea de llevarla a la Mansión con Viral pasó fugazmente por mi mente, pero la deseché al seguir sin fiarme totalmente de ella.
- Acciones:
Corte con Kunai en el cuello.
Byakugan
Ojo Blanco
Requisitos: sellos con ambas manos (Genin), un sello (Chunnin), nada (de Jounin en adelante)
Tipo: Doujutsu
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Efecto:
-defiende un 15% del Ninjutsu y Taijutsu
- otorga un campo de visión de 360º hasta 50 metros.
-visión telescópica (enfoque)
-a través de los objetos
-Puede ver con precisicion el flujo de chacra
Chakra: 8 Chakra + 2 Chakra por turno
Descripción: la característica técnica ocular del clan Hyuga, desactivada muestra un iris totalmente blanco, sin ni siquiera pupila. Al activarse todas las venas del iris y de alrededor del ojo quedan totalmente marcadas. Otorga un campo de visión de 360o, visión telescópica y a través de los objetos y la capacidad de ver el Chakra.
- Gastos y daños:
-Hiaji: 126 - 178 (+5 corte)= KO
-Sonzu:
Pv: 1030
Pck: 650 - 2 = 648
Última edición por Sonzu el Dom Sep 02, 2012 10:07 pm, editado 2 veces
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Re: ¡Sorpresa! ¡Alguien que no me odia!
Las palabras de Sonzu me aliviaron y antes de que se fuera cargando a Hiaji, me sequé las lágrimas y con una sonrisa dije:
-Espero que nos volvamos a ver Sonzu.-después vía como marchaban.
Luego, cuando ya estuve como una hora aún sentada en mi sitio, vi como el cielo oscurecía en el horizonte.
"Creo que es mejor que volvamos a casa"
""Si, pero mejor si encontramos de camino una posada con termas para que relajes un poco el cuerpo. Lo tienes todo engarrotado""
"Creo que será bueno eso..." concordé con él.
Me levanté con cuidado y emprendí camino de vuelta a la villa pero en él tube la suerte de encontrar un posada con termas.
“Justo lo que necesitaba”
Entré y pedía una habitación para esa noche, sé que prometí volver en el día pero no creo que a Viral el moleste si me tomaba un pequeño descanso.
Me cambié con una bata y fui camino a las termas mixtas del lugar, tuve la suerte de que no había nadie así qué sin pudor alguno, me metía las relajantes aguas. Me sumergí completamente y salí cuando tuve necesitad de respirar.
Miré de nuevo si había alguien pero solo estaba yo, con Riku en mi mente que también se estaba relajando de lo lindo.
“”Dime por qué no hemos venido antes…””dijo con tono tranquilo, se notaba que gozaba al igual que yo del momento.
“Por estudiar, entrenar, etc…”
“”Esto tenemos que repetirlo Kiara””
“Claro que si””-dije mientras me volvía a sumergir para hacer que mi cuerpo se relajara por completo. No recordaba la última vez que me hubiera venido a hacer algo como esto. Sentí como mi melena suelta, ondeaba en el agua y cuando salí de ella en busca de aire de nuevo, mi pelo cubrió parte de mi delantera, pero no me di hasta tiempo después que ya no estaba sola en aquel lugar.
Al otro extremo de donde yo estaba, había un joven. Me tapé con las manos y me sumergí hasta el cuello y tapando mis orejas de elfa.
-Tranquila, no he visto nada, aunque si tus preciosas orejas-dije el muchacho acercándose a mí, mientras me arrinconaba con una de la piedras que había decorando las termas.-Aunque…. Me hubiera gustado ver algo...-El chico no es que fuera feo, TODO lo contrario era un bombón: Alto, fuerte, con unos ojos azules encantadores y un pelo negro que la que llegaba un poco más debajo de los hombros… Sentía como mi cuerpo se excitaba con solo pensar en qué podía llegar a hacer si la situación se volvía más íntima.-¿Cómo te llamas linda?-preguntó mientras acariciaba un mechón de mi pelo.
-K-Kiara…-dije un poco nerviosa. –Perdona pero tengo que irme porque mañana marcho temprano y-dije intentado salir del lugar lo antes posible.
-Espera un poco-dijo él abrazándome por detrás con un solo brazo y apoyándome contra su pecho pero, en mi cadera sentí como algo se me clavaba, haciéndome sonrojar enormemente.- Te noto tensa, me gustaría poder ayudarte a relajarte…
-No hace falta enserio…
-He visto como disfrutabas del agua hace un momento, ¿hay algo que no te deje la mente tranquila?
-Algo así… ya está medio solucionado… solo que no dejo de pensar en…
-Deja que yo te haga olvidar todo eso por un buen rato-dijo seductor en mi oreja. Mientras notaba como su mano se aventuraba a tocar uno de mis senos y masajeaba dulcemente sacándome un suspiro de placer.
No pude seguir hablando pues mi boca fue invadida por la suya y, por mucho que me pareciera temerario dejarme hacer por un completo desconocido. Mi cuerpo deseaba eso con toda su alma, quería sentirme querida por otra persona, aunque no pudiera volver a verlo al día siguiente.
Tuvimos un sexo inimaginable en aquellas termas, pero la cosa no acabó ahí cuando ya nos cansamos del agua, me puso la bata por encima y él se puso una toalla alrededor de la cintura. Luego me cogió y nos dirigimos a mi habitación para seguir hasta que nuestros cuerpos no pudieron aguantar más y caímos rendidos de agotamiento.
Cuando desperté con la luz del sol del día siguiente, él aún seguía allí pero yo debía marchar, ya me había demorado mucho en volver a mi villa.
Me vestí silenciosamente, desayuné una fruta mientras escribía una nota.
Después de dejar la nota en el lugar que antes estaba cuando dormía, le di un beso cariñoso en la frente, y después salí de la habitación y largándome de la posada como si hubiera vuelto a nacer.
“Sin duda alguna, volveré a este lugar” pensé mientras comenzaba a corre para llegar rápidamente a mi villa y ponerme al día con mis deberes de ninja.
-Espero que nos volvamos a ver Sonzu.-después vía como marchaban.
Luego, cuando ya estuve como una hora aún sentada en mi sitio, vi como el cielo oscurecía en el horizonte.
"Creo que es mejor que volvamos a casa"
""Si, pero mejor si encontramos de camino una posada con termas para que relajes un poco el cuerpo. Lo tienes todo engarrotado""
"Creo que será bueno eso..." concordé con él.
Me levanté con cuidado y emprendí camino de vuelta a la villa pero en él tube la suerte de encontrar un posada con termas.
“Justo lo que necesitaba”
Entré y pedía una habitación para esa noche, sé que prometí volver en el día pero no creo que a Viral el moleste si me tomaba un pequeño descanso.
Me cambié con una bata y fui camino a las termas mixtas del lugar, tuve la suerte de que no había nadie así qué sin pudor alguno, me metía las relajantes aguas. Me sumergí completamente y salí cuando tuve necesitad de respirar.
Miré de nuevo si había alguien pero solo estaba yo, con Riku en mi mente que también se estaba relajando de lo lindo.
“”Dime por qué no hemos venido antes…””dijo con tono tranquilo, se notaba que gozaba al igual que yo del momento.
“Por estudiar, entrenar, etc…”
“”Esto tenemos que repetirlo Kiara””
“Claro que si””-dije mientras me volvía a sumergir para hacer que mi cuerpo se relajara por completo. No recordaba la última vez que me hubiera venido a hacer algo como esto. Sentí como mi melena suelta, ondeaba en el agua y cuando salí de ella en busca de aire de nuevo, mi pelo cubrió parte de mi delantera, pero no me di hasta tiempo después que ya no estaba sola en aquel lugar.
Al otro extremo de donde yo estaba, había un joven. Me tapé con las manos y me sumergí hasta el cuello y tapando mis orejas de elfa.
-Tranquila, no he visto nada, aunque si tus preciosas orejas-dije el muchacho acercándose a mí, mientras me arrinconaba con una de la piedras que había decorando las termas.-Aunque…. Me hubiera gustado ver algo...-El chico no es que fuera feo, TODO lo contrario era un bombón: Alto, fuerte, con unos ojos azules encantadores y un pelo negro que la que llegaba un poco más debajo de los hombros… Sentía como mi cuerpo se excitaba con solo pensar en qué podía llegar a hacer si la situación se volvía más íntima.-¿Cómo te llamas linda?-preguntó mientras acariciaba un mechón de mi pelo.
-K-Kiara…-dije un poco nerviosa. –Perdona pero tengo que irme porque mañana marcho temprano y-dije intentado salir del lugar lo antes posible.
-Espera un poco-dijo él abrazándome por detrás con un solo brazo y apoyándome contra su pecho pero, en mi cadera sentí como algo se me clavaba, haciéndome sonrojar enormemente.- Te noto tensa, me gustaría poder ayudarte a relajarte…
-No hace falta enserio…
-He visto como disfrutabas del agua hace un momento, ¿hay algo que no te deje la mente tranquila?
-Algo así… ya está medio solucionado… solo que no dejo de pensar en…
-Deja que yo te haga olvidar todo eso por un buen rato-dijo seductor en mi oreja. Mientras notaba como su mano se aventuraba a tocar uno de mis senos y masajeaba dulcemente sacándome un suspiro de placer.
No pude seguir hablando pues mi boca fue invadida por la suya y, por mucho que me pareciera temerario dejarme hacer por un completo desconocido. Mi cuerpo deseaba eso con toda su alma, quería sentirme querida por otra persona, aunque no pudiera volver a verlo al día siguiente.
Tuvimos un sexo inimaginable en aquellas termas, pero la cosa no acabó ahí cuando ya nos cansamos del agua, me puso la bata por encima y él se puso una toalla alrededor de la cintura. Luego me cogió y nos dirigimos a mi habitación para seguir hasta que nuestros cuerpos no pudieron aguantar más y caímos rendidos de agotamiento.
Cuando desperté con la luz del sol del día siguiente, él aún seguía allí pero yo debía marchar, ya me había demorado mucho en volver a mi villa.
Me vestí silenciosamente, desayuné una fruta mientras escribía una nota.
Siento haberme ido sin despedido en condiciones. Espero que nos volvamos a encontrar algún día y repitamos lo de anoche pues me encantó. Cumpliste con tu promesa. Me hiciste olvidar hasta mi nombre.
Y ahora que me acuerdo, aún no sé el tuyo. Espero averiguarlo la próxima vez que nos veamos.
Con cariño Kiara Namikaze.
Y ahora que me acuerdo, aún no sé el tuyo. Espero averiguarlo la próxima vez que nos veamos.
Con cariño Kiara Namikaze.
Después de dejar la nota en el lugar que antes estaba cuando dormía, le di un beso cariñoso en la frente, y después salí de la habitación y largándome de la posada como si hubiera vuelto a nacer.
“Sin duda alguna, volveré a este lugar” pensé mientras comenzaba a corre para llegar rápidamente a mi villa y ponerme al día con mis deberes de ninja.
Kiara Namikaze- Genin Konoha
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Re: ¡Sorpresa! ¡Alguien que no me odia!
Hiaji Hanabi abrió los ojos.Era de noche y todo estaba en silencio.Por la ventana de la habitación del hospital se filtraba algo de brisa urbana que hacía susurrar la cortina de la cama vacía del al lado.
Se había disipado la bruma de los analgésicos. Al comprender que ya no dormía, se quedó muy quieta, intentando contener la marea de horror y tristeza que pretendía ahogarla.El mundo era cruel y caprichoso.El mero hecho de respirar parecía un sinsentido.Aún así,se esforzó por dominar su tristeza y concentrarse en el dolor sordo de su cabeza y los ruidos del gran hospital.Al poco rato, sus brazos y sus piernas dejaron de temblar.
El impacto, el horror de la tragedia, parecían aumentar a cada hora.Los pensamientos de Hiaji tenían una claridad angustiosa.¿Cómo podía haber pasado algo así? Era una pesadilla, la acción brutal de un dios despiadado.La noche anterior no podía haber imaginado algo así y ahora... ahora...
Hizo otro esfuerzo por no sucumbir a los embates de un dolor insoportable.Cerró los ojos con la esperanza de poder refugiarse en el sueño pero con la certeza de que no lo lograría.
Oyó un ruido y una sensación fugaz de déjà vu le indicó que era el mismo que la había despertado. Abrió los ojos.Se le pasó la punzada de pánico. Debían de haber puesto a alguien en la cama mientras ella dormía.
Giró la cabeza, buscando con la vista al paciente detrás de la cortina.Ahora se oía una respiración, un estertor irregular.Se movió la cortina. Hiaji se dio cuenta de que no era por la circulación del aire dentro de la habitación sino por un cambio de postura del ocupante de la cama. Un susurro de sabanas almidonadas. Las cortinas semitranslúcidas recibían la luz de la ventana por detrás.Hiaji entrevió una silueta oscura que, justo entonces, empezó a incorporarse despacio, con otro suspiro y un gemido sibilante de cansancio.
Se levantó un brazo, que rozó la cortina desde el otro lado. Hiaji vio la sombra imprecisa de una mano que se deslizaba por los pliegues de la gasa imprimiendo un balanceo a la cortina.La mano encontró una abertura e, introduciéndole por ella, se agarró al borde de la tela.
No podía apartar la vista.Era una mano sucia, salpicada de manchas húmedas y oscuras, con aspecto de sangre.Cuanto más escudriñaba la penumbra, más se convencía de que realmente era sangre. Tal vez el paciente acabara de salir del quirófano, o se le hubieran abierto los puntos.Debía de estar muy grave.
¿Se encuentra bien?
Preguntó con una voz que en el silencio parecía mas fuerte y ronca, notando entonces una molestia en el cuello al hablar.
Otro gruñido.La mano empezó a apartar la cortina muy despacio. La lentitud con la que deslizaban las anillas de acero por la barra tenía algo horrible. Chocaban entre sí con una cadencia fría, de tullido. Hiaji volvió a buscar los ojos de su compañero y como había previsto solo se trataba de un hombre gravemente herido.No dudó en pulsar el botón que había sobre la cama, pues las enfermeras debían volver a sedarlo, anestesiarlo o dormirle, pues si no sufriría sus heridas.
Intenté carraspear la voz, pero otra vez esa molestia en mi garganta volvía a estar ahí, esta vez mas presente, quizás porque ahora estaba mas despierta.No pudo evitar llevar su mano a esta, y al apartarla vio en sus dedos su propia sangre. Su reacción fue horrible, se horrorizó pues no sabía bien que podía ser, sabía que nada grave pues aun respiraba normal y podía hablar con algo de molestia.
Querría mirarse en ese momento pero le fue imposible pues habían retirado los espejos de esa habitación, quizás por el impacto de verse a su mismo mi acompañante.La enfermera llegó con rapidez, seguramente no estaría haciendo nada, tumbó a mi compañero en su cama y le inyectó una sustancia líquida y trasparente que podría ser cualquier cosa.
Noté entonces que podía volver a moverme con normalidad. Se levantó de la cama y se acercó a la enfermera, ya con experiencia, pidiéndole por favor que le explicara por que de su cuello emanaba sangre.Su primera reacción fue ponerme un trozo de gasa tapando la herida, y tras eso no pudo decirme mucho mas.
La trajeron con una herida en la garganta en forma de K , no sabemos quien pudo habérselo hecho pero no era grave.
Entonces mi mirada se desvió y volví a desmayarme en el acto, quizás el exceso de esfuerzo por mi parte en aquel momento en el que no me encontraba totalmente recuperada.
Se había disipado la bruma de los analgésicos. Al comprender que ya no dormía, se quedó muy quieta, intentando contener la marea de horror y tristeza que pretendía ahogarla.El mundo era cruel y caprichoso.El mero hecho de respirar parecía un sinsentido.Aún así,se esforzó por dominar su tristeza y concentrarse en el dolor sordo de su cabeza y los ruidos del gran hospital.Al poco rato, sus brazos y sus piernas dejaron de temblar.
El impacto, el horror de la tragedia, parecían aumentar a cada hora.Los pensamientos de Hiaji tenían una claridad angustiosa.¿Cómo podía haber pasado algo así? Era una pesadilla, la acción brutal de un dios despiadado.La noche anterior no podía haber imaginado algo así y ahora... ahora...
Hizo otro esfuerzo por no sucumbir a los embates de un dolor insoportable.Cerró los ojos con la esperanza de poder refugiarse en el sueño pero con la certeza de que no lo lograría.
Oyó un ruido y una sensación fugaz de déjà vu le indicó que era el mismo que la había despertado. Abrió los ojos.Se le pasó la punzada de pánico. Debían de haber puesto a alguien en la cama mientras ella dormía.
Giró la cabeza, buscando con la vista al paciente detrás de la cortina.Ahora se oía una respiración, un estertor irregular.Se movió la cortina. Hiaji se dio cuenta de que no era por la circulación del aire dentro de la habitación sino por un cambio de postura del ocupante de la cama. Un susurro de sabanas almidonadas. Las cortinas semitranslúcidas recibían la luz de la ventana por detrás.Hiaji entrevió una silueta oscura que, justo entonces, empezó a incorporarse despacio, con otro suspiro y un gemido sibilante de cansancio.
Se levantó un brazo, que rozó la cortina desde el otro lado. Hiaji vio la sombra imprecisa de una mano que se deslizaba por los pliegues de la gasa imprimiendo un balanceo a la cortina.La mano encontró una abertura e, introduciéndole por ella, se agarró al borde de la tela.
No podía apartar la vista.Era una mano sucia, salpicada de manchas húmedas y oscuras, con aspecto de sangre.Cuanto más escudriñaba la penumbra, más se convencía de que realmente era sangre. Tal vez el paciente acabara de salir del quirófano, o se le hubieran abierto los puntos.Debía de estar muy grave.
¿Se encuentra bien?
Preguntó con una voz que en el silencio parecía mas fuerte y ronca, notando entonces una molestia en el cuello al hablar.
Otro gruñido.La mano empezó a apartar la cortina muy despacio. La lentitud con la que deslizaban las anillas de acero por la barra tenía algo horrible. Chocaban entre sí con una cadencia fría, de tullido. Hiaji volvió a buscar los ojos de su compañero y como había previsto solo se trataba de un hombre gravemente herido.No dudó en pulsar el botón que había sobre la cama, pues las enfermeras debían volver a sedarlo, anestesiarlo o dormirle, pues si no sufriría sus heridas.
Intenté carraspear la voz, pero otra vez esa molestia en mi garganta volvía a estar ahí, esta vez mas presente, quizás porque ahora estaba mas despierta.No pudo evitar llevar su mano a esta, y al apartarla vio en sus dedos su propia sangre. Su reacción fue horrible, se horrorizó pues no sabía bien que podía ser, sabía que nada grave pues aun respiraba normal y podía hablar con algo de molestia.
Querría mirarse en ese momento pero le fue imposible pues habían retirado los espejos de esa habitación, quizás por el impacto de verse a su mismo mi acompañante.La enfermera llegó con rapidez, seguramente no estaría haciendo nada, tumbó a mi compañero en su cama y le inyectó una sustancia líquida y trasparente que podría ser cualquier cosa.
Noté entonces que podía volver a moverme con normalidad. Se levantó de la cama y se acercó a la enfermera, ya con experiencia, pidiéndole por favor que le explicara por que de su cuello emanaba sangre.Su primera reacción fue ponerme un trozo de gasa tapando la herida, y tras eso no pudo decirme mucho mas.
La trajeron con una herida en la garganta en forma de K , no sabemos quien pudo habérselo hecho pero no era grave.
Entonces mi mirada se desvió y volví a desmayarme en el acto, quizás el exceso de esfuerzo por mi parte en aquel momento en el que no me encontraba totalmente recuperada.
Hiaji Hanabi- Anbu Kiri
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Re: ¡Sorpresa! ¡Alguien que no me odia!
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Serían [+100] a fuerza, y [+100] a velocidad.
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Descripción: muchos ninjas aguantan las heridas mejor que otro gracias a su duro entrenamiento.
Requisitos: ninguno.
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Sonzu~- Imperatrix de Kiri
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Hiaji Hanabi- Anbu Kiri
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Kiara Namikaze- Genin Konoha
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Re: ¡Sorpresa! ¡Alguien que no me odia!
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