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¿Y tú que sientes cuando florecen las flores en primavera?
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¿Y tú que sientes cuando florecen las flores en primavera?
“Sabes Nana… Siempre pensé que eras una chica frágil y delicada, nunca me di cuenta que tras esa sonrisa que siempre tenías había una chica aguantando todo lo posible…”
Cosas tristes…
El mundo estaba plagad de cosas tristes. De sentimientos que nadie entendía, o que simplemente eran demasiado complicados para mí. ¿Por qué hacerse daño? ¿Por qué luchar, por qué las guerras sin sentido? No tenía sentido. Era primavera. El suave viento azotaba a las flores que nacían desde lo más profundo del suelo, haciendo que sus hojas se moviesen de la manera más delicada y hermosa, como si el viento acunara a las flores con el amor de una madre. El agua, la lluvia, que regaba con sus finas lagrimas los pétalos de las flores, dejando un pequeño signo de presencia en estas, como gotas que no caían de sus pétalos y se quedaban allí hasta que el viento las empujase.
Hermoso.
Pero incluso cuando el mundo estaba envuelto en lo más hermoso, las injusticias las guerras y los pecados seguían floreciendo, como si las semillas de la oscuridad, plantadas en la tierra no dejaran nunca de crecer hasta florecer. Me puse de pie sobre la ventana del derruido edificio del Mizukage. Apoyando una mano sobre el muro de la ventana mientras observaba la basta villa destruida. El viento hoy soplaba continuadamente, empujando con fuerza mi cabello y mi traje de plumas negras. Miré al cielo con mis ojos rojos, la niebla estaba en un punto bastante alto, demasiado. Tenía ganas de salir de allí, estaba harta de ver aquella imagen, una villa derruida, y que aún seguía allí, en ruinas esperando a que alguien la elevase de nuevo hasta el cielo. “Tsk…” Pensé. Salté de la ventana, y antes de caer hice un sello con ambas manos y una nube de humo blanco cubrió mi cuerpo. Salí por debajo de la nube, con la mano derecha agarrando un sombrero que ahora llevaba y con la izquierda agarrando la falda del vestido blanco y liso que ahora llevaba, un vestido sencillo de tiras, hasta las rodillas de un color blanco inmaculado. El gorro llevaba una cinta alrededor del sombrero del mismo color blanco, esta estaba atada en forma de un lazo. Caí finalmente en el suelo, el henge no jutsu era bastante útil para transformar aquel traje de plumas negras en un hermoso vestido blanco, sencillo, que en contraste con mis cabellos rosados y mis ojos rojos quedaba bastante bien, siempre me había gustado llevar ese tipo de prendas.
Una vez cambie mis ropajes comencé a caminar hacia konoha, tenía ganas de visitar nuevos lugares y sobre todo de conocer a gente nueva, curiosamente konoha estaba llena de gente alegre y cálida y solía congeniar con ellas muy bien. El camino a Konoha me llevaría un tiempo, pero quizás con este viaje podría completar el jutsu que desde hace unos días había estado entrenando. Antes de emprender el viaje a la villa directamente pasé por mi pequeño lugar secreto. Aquel pequeño espacio con un hermoso lago de aguas cristalinas, de reflejos dorados por el sol, lugar bordado por los rosales y los árboles frutales. Me acerqué al agua viendo en ella el reflejo de mi rostro, mis cabellos, el sombrero… Metí las manos en el agua para coger un poco de esta y finalmente mojarme la cara. Tras esto baje las manos, y poniendo ambas manos sobre mi estómago, mientras sonreía.
Nana…
Cuando escuché la voz de Kairi mis ojos se volvieron de un color azul cielo, tan irremediablemente profundos como las más claras aguas. Levante la vista, mis ojos azules se clavaron en el agua, había algo flotando en el lago, algo pequeño y rojo ¿Una fresa? ME extrañaba algo ver allí aquella fruta, de hecho hacía mucho tiempo que no comía una. Era irónico, aunque habían pasado muchos años, mis gustos no habían cambiado demasiado. Las fresas, las rosas, el color rojo, la luz, el agua. Entonces escuché unos pasos tras de mí. Giré mi cabeza para ver quién era. Mis ojos se abrieron como platos. Un chico, de cabellos rosados, exactos a los míos, aunque los de él eran cortos, sus ojos eran azules, como los que en mi rostro yo tenía ahora, era alto, e idéntico a mi madre. El chico llevaba una capa blanca con capucha, aunque esta no la llevaba puesta. Se agachó de cuclillas, quedando a mi altura mientras estaba agachada. Mis manos estaban apoyadas en mis rodillas y mis ojos no podían separarse de los suyos…“¿Q-quién eres?”Pensé, pero no me atreví a decirlo, aunque normalmente no me costaba hablar con las personas.
Parece que la primavera ha florecido rápidamente este año…
Dijo mientras miraba al lago y después mordía una fresa. Tras eso me miro y sonrió con una risa cálida, me cogió una mano girándola y puso una fresa en la palma de mi mano.
Si…
Dije mientras este se levantaba, y me hacía un gesto con la mano.
Ya nos veremos de nuevo.
Dijo mientras se alejaba. ¿Por qué no podía decir nada? ¿Quién era? ¿Por qué se parecía tanto a mi madre…? Me levanté y mire una última vez el lago. Cogí la fresa con ambas manos, la observe un momento y después la mordí suavemente. Tras comerme la dulce fruta silvestre, volví a emprender el viaje hacia Konoha, llegaría en aproximadamente un día, por lo que me detuve a coger algunas manzanas antes de seguir el viaje […] Finalmente llegue a un lugar de los territorios de konoha. Me percate del sonido de un rio, o de algún lugar donde el agua era libre y fluía. Camine por los terrenos hasta llegar a un descampado bastante abierto con un enorme lugar con una cascada, y un gran lago. En el lugar había algunas piedras y el suelo estaba lleno de flores de todos los tipos y colores. Me acerqué al borde del lago donde detuve mi marcha, me llevé ambas manos por detrás de la espalda, entrelazando mis dedos de esta manera, mientras observaba el lago en movimiento por la cascada. Algunos pétalos flotaban en la superficie del agua, quizás empujados por el viento. Me quedé allí, frente a la cascada, mientras un viento suave mecía delicadamente mi traje y el lazo del gorro, junto a mis cabellos, que se juntaban entre ellos, se rodeaban, se soltaban, al son del viento. Parpadeé levemente y mis ojos volvieron a ser de color rojo como los rubíes.
“ Al fin y al cabo el tiempo todo lo cura ¿No?”
...
...
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- Gasto y jutsu usado:
- Jutsu utilizado:
1-Henge no Jutsu
Técnica de Transformación
Requisitos: un sello con ambas manos
Tipo: Ninjutsu
Rango: D
Carácter: suplementaria
Efecto: el usuario puede tomar la apariencia y propiedades de un objeto, animal o persona del entorno o hacer que un OBJETO tome otra apariencia. No aplicable en Bunshins ilusorios. Sharingan nivel 2 y Byakugan ven a través.
Chakra: 7 Chakra
Descripción: una técnica Ninja muy básica, y que prácticamente todos los Ninjas conocen. Mediante ésta técnica el Ninja cubre su piel de una capa de Chakra que le da la apariencia de un objeto, animal o persona que pueda ver, aunque también modificando su peso y propiedades en base a la transformación. Puedes aplicarlo también sobre objetos inanimados, pero no sobre bunshins ilusorios dado que ya están creados de chackra, no obstante, los clones creados estando ya transformado tomarán la apariencia tuya ya cambiada. El tamaño mínimo de la transformación es el de un Fuuma Shuriken y el máximo el de un poco más de tu tamaño.
Nana:
- PC (Puntos de Chakra) :2.720 - 7 (henge) = 2.713
Nanako- Chunin Kiri
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Re: ¿Y tú que sientes cuando florecen las flores en primavera?
Había pasado todo el día paseando por el bosque de konoha en busca de algún paisaje paradisíaco que me inspirase a la hora de tener un objetivo por lo que luchar, normalmente los conocidos que yo tenían luchaban por defender a sus amigos, sus familias, su hogar... Sin embargo... ¿Qué tenía yo? Mi familia me había abandonado cuando yo solo tenía 5 años, además recientemente me enteraba de que mi padre había fallecido. ¿Amigos? ¿Qué es eso? ¿Se come? Yo nunca había tenido ningún amigo, no había tenido nadie con quien compartir mis sentimientos o emociones, todo lo que había sufrido; el desprecio por ser un niño sin hogar, de no tener mucho dinero, que la gente se apartará de mí sin razón aparente... "Todo eso lo había sufrido yo y solo yo sabía el daño que los demás sabían producir en los demás, aunque tal vez sea hora de cambiar mi punto de vista y tener la mente algo más abierta...."
Giré mi cabeza y dirigí la vista hacia un precioso lago que se encontraba cerca de mi, me adelanté y llegué a la orilla de aquel precioso lugar que sin lugar a dudas se parecía más a una postal a la que enviar a un ser querido que a la realidad que mis ojos me mostraban. Realmente era precioso, no podía llegar a entenderlo, pero aquel lago me hacía sentirme completo, feliz, alegre y algo nostálgico. Como si el tiempo no hubiera pasado allí en mucho tiempo y se respirará una eterna y tranquilizadora paz que llegaba a adormilar al más nervioso de los nerviosos.
A lo lejos de la orilla pude observar a una chica de no más de 15 años de cabellos rosados que tenía en su mano una fresa, ella se la estaba comiendo mientras los pétalos de los cerezos caían sobre su cabeza, me sentí curioso por saber quién era, aunque, yo era realmente tímido a la hora de entablar amistades daría el paso a la hora de conocer a alguien más... "Al fin y al cabo, tenemos que empezar en convertirnos en alguien más sociable, ¿no?" pensaba para mi mismo en un tono algo sarcástico mientras no quitaba la mirada sobre el pelo de aquella chica que tan extrañamente me parecía más que cualquier otra cosa, atrayente.
Sin dudarlo más me acerqué lentamente y comencé a hablar con ella sin temor alguno a represalias, se veía tan dulce y frágil que había tomado por seguro que no sería capaz de lastimarme. Una vez frente a ella, le dedique una sonrisa y comence a hablarle con algo de miedo pués no sabía como respondería ella:
— H-Hola... M-Me llamo Tekto... ¿Cómo te llamas tú? — dije con una dulce sonrisa en mi rostro que más que cualquier otra cosa intentaba enviar una sensación dulce,
— ¿Se ve bonito el lago en estas fechas, no te parece? — preguntaba cerrando los ojos dando una sensación de felicidad, intentando relacionarme para ver si al fin conseguía a un amigo... Creo que eso era exactamente lo que yo estaba buscando... Un amigo con el que poder hablar y tener una conversación.
Me fije en las prendas de las chicas y no pude evitar preguntarle, se veía buena chica pero no parecía tener las cualidades de un habitante de la villa de Konoha:
— Tú no eres de por aquí, ¿no es así? — pregunté con algo de curiosidad en mis ojos que instintivamente cambiaban de color a un amarillo intenso en vez del típico color verde esmeralda de mis ojos.
Me senté en aquella hierba que se sentía suave debido a la lluvia que había anegado aquel lugar días atrás dejando la hierba muy suave y el lago repleto de agua, además de la numerosa cantidad de flores que acababan de florecer en aquel bonito paisaje.
Giré mi cabeza y dirigí la vista hacia un precioso lago que se encontraba cerca de mi, me adelanté y llegué a la orilla de aquel precioso lugar que sin lugar a dudas se parecía más a una postal a la que enviar a un ser querido que a la realidad que mis ojos me mostraban. Realmente era precioso, no podía llegar a entenderlo, pero aquel lago me hacía sentirme completo, feliz, alegre y algo nostálgico. Como si el tiempo no hubiera pasado allí en mucho tiempo y se respirará una eterna y tranquilizadora paz que llegaba a adormilar al más nervioso de los nerviosos.
A lo lejos de la orilla pude observar a una chica de no más de 15 años de cabellos rosados que tenía en su mano una fresa, ella se la estaba comiendo mientras los pétalos de los cerezos caían sobre su cabeza, me sentí curioso por saber quién era, aunque, yo era realmente tímido a la hora de entablar amistades daría el paso a la hora de conocer a alguien más... "Al fin y al cabo, tenemos que empezar en convertirnos en alguien más sociable, ¿no?" pensaba para mi mismo en un tono algo sarcástico mientras no quitaba la mirada sobre el pelo de aquella chica que tan extrañamente me parecía más que cualquier otra cosa, atrayente.
Sin dudarlo más me acerqué lentamente y comencé a hablar con ella sin temor alguno a represalias, se veía tan dulce y frágil que había tomado por seguro que no sería capaz de lastimarme. Una vez frente a ella, le dedique una sonrisa y comence a hablarle con algo de miedo pués no sabía como respondería ella:
— H-Hola... M-Me llamo Tekto... ¿Cómo te llamas tú? — dije con una dulce sonrisa en mi rostro que más que cualquier otra cosa intentaba enviar una sensación dulce,
— ¿Se ve bonito el lago en estas fechas, no te parece? — preguntaba cerrando los ojos dando una sensación de felicidad, intentando relacionarme para ver si al fin conseguía a un amigo... Creo que eso era exactamente lo que yo estaba buscando... Un amigo con el que poder hablar y tener una conversación.
Me fije en las prendas de las chicas y no pude evitar preguntarle, se veía buena chica pero no parecía tener las cualidades de un habitante de la villa de Konoha:
— Tú no eres de por aquí, ¿no es así? — pregunté con algo de curiosidad en mis ojos que instintivamente cambiaban de color a un amarillo intenso en vez del típico color verde esmeralda de mis ojos.
Me senté en aquella hierba que se sentía suave debido a la lluvia que había anegado aquel lugar días atrás dejando la hierba muy suave y el lago repleto de agua, además de la numerosa cantidad de flores que acababan de florecer en aquel bonito paisaje.
tekto- Genin Konoha
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Re: ¿Y tú que sientes cuando florecen las flores en primavera?
Mientras observaba aquel hermoso paisaje, comenzaban a caer los pétalos de cerezo, árboles que abundaban en aquella época por Konoha. Pétalo a pétalo mi mente se iba relajando. Los pétalos de Sakura iban cayendo con delicadeza sobre las aguas cristalinas, movidas por la energía y fuerza de la cascada que no se encontraba muy lejos. Pétalo que caía en el agua, pétalo que formaba una pequeña onda en ella, creando un sinfín de ondas que adornaban con sus movimientos las aguas. El cielo estaba despejado, parecía que aquel día no llovería, o no por ahora. La calma y la tranquilidad se respiraban en el ambiente, cosa que realmente me encantaba, poder respirar un aire tan puro, observando un paisaje tan hermoso, solo me faltaba algo de compañía para que fuese perfecto. Y no tardé mucho en obtener la perfección, pues escuché unos pasos que se acercaban a mí tímidamente, como si de los primeros rayos de sol de la mañana se tratase.
Me gire a mi izquierda y pude ver a un chico de unos diecisiete años de edad, de cabellos rubios y de ojos verdes, aquel chico, me recordaba demasiado a Usui ¿serían hermanos o familiares? El chico se presentó, parecía algo tímido. Posé mi mirada en la suya, fundiendo mis pupilas en las suyas, clavándole la mirada, esos verdes ojos, tan hermosos y cristalinos como el mar. Sonreí cálidamente, y le di un golpecito con mi dedo índice en la nariz.
Relájate, yo me llamo, Nana, Haruno Nana. Encantada, ojitos verdes.
Dije amigablemente mientras me acercaba a una de las rocas del lugar, la más cercana a mí. Su superficie era lisa, plana, quizás por las oleadas de agua salada que la habrían cubierto antaño, pues el agua salada lijaba las rocas, dándoles la forma que el mar quería darles. Acaricié su superficie, y me subí a ella, para poder observar junto al chico el paisaje de mejor forma. Entonces el chico me soltó otra pregunta, en ese momento le miré, realmente, yo amaba el agua en cualquier época del año, así que para mí esa respuesta estaba clara.
Si, el agua de por sí es hermosa, aunque el agua también puede llegar a ser traicionera y peligrosa.
Dije mientras desviaba la mirada hacia las aguas nuevamente, pues era cierto, que lo más hermoso solía ser siempre lo más peligroso, estaba claro que las apariencias engañaban, y seguramente la imagen que yo tenía de aquel chico no era la que realmente era al igual que quizás el tuviese una de mí que no se asemejaba tanto a la realidad. Si algo tenía claro era que sus ojos, todavía no habían visto de cerca la muerte, todavía mantenían aquel brillo tan intenso que me encanta, todavía unos ojos así podrían desprender miradas inocentes, sin ningún tipo de malicia. Y yo lo sabía. Las miradas de los niños, solían ser siempre la mirada de un niño inocente, que no ha visto como muere alguien ante él, que no ha sentido como alguien se muere, delante de sus propios ojos sin que él pueda ayudarle, ese sentimiento de impotencia, que yo muy bien conocía. Ahora más que nunca luchaba por ser fuerte, estaba harta de que me protegiesen, quería ser por una vez yo la que protegiese a los demás. Y aunque mi mirada haya visto la muerte tan de cerca en tantas ocasiones, eso no sería motivo para detener los pasos que ahora comenzaba a dar. Pues si la muerte podía contigo, tendrías que hacerte amiga de la muerte. Todavía tenía gente por la que luchar y a la que defender, realmente el conocer más o menos jutsus no importaba, pues con un solo kunai, hasta el ser más puro e indefenso podía arrebatar vidas. La verdadera fuerza no era esa.
El chico volvió a preguntar, mientras sus ojos, cambian de color a un intenso amarillo y mientras su cuerpo se sentaba sobre la hierba. Era un ninja, de eso no tenía ninguna duda. Con solo mirar sus nervios, que destacaban en sus manos, los movimientos de sus músculos, claramente su cuerpo era el de un shinobi, quizás todavía no tenía mucha fuerza física, o mucha velocidad, pero claramente no era una persona normal. Aparte de él la mirada y elevé mis ojos al cielo. Veía desde mi posición a los pájaros volar, ellos tan libres y juguetones como siempre solían ser. Alcé una mano, mientras un pequeño pájaro de colores azules como el agua se acercaba hasta mi mano, posándose en mi dedo índice, sus uñas eran las de un ave salvaje, pues estas estaban afiladas y lo podía notar por la fuerza con la que se aferraba a mi dedo para no caerse. ¿Incluso los seres alados tienen miedo de caer? Me acerque el ave a la cara, besando suavemente su cabeza y después volví a alzar la mano para que volviese a volar junto a las demás de su especie. Entonces me dispuse a responder a su última incógnita.
Al parecer haces muchas preguntas, genial, contigo no habrá quien se aburra hablando.
Reí levemente y luego me dispuse a responder con la dulce voz de siempre.
Se podría decir, que hace unos años, mi villa, una de las más grandes que fue, estuvo unida a esta por un gran imperio, liderado por Viral Hozuki. El caso es que no, no soy de aquí realmente.
Probablemente aquel chico no había nacido cuando todo esto sucedió, quizás tendría unos dos años cuando la guerra final contra el Loto Negro se había llevado acabo. Pero eso ya era parte del pasado, y a decir verdad de un largo pasado. Esta vez me tocaba hacer las preguntas a mí.
Dime, Tekto, ¿Cuántos años tienes? ¿A qué clan, o especialidad perteneces?
Comencé a preguntar, tenía que devolverle el pequeño interrogatorio que él me había hecho a mí.
¿Tienes algo importante que proteger?... Y ¿Cuántas ganas tienes de morir?
Me gire a mi izquierda y pude ver a un chico de unos diecisiete años de edad, de cabellos rubios y de ojos verdes, aquel chico, me recordaba demasiado a Usui ¿serían hermanos o familiares? El chico se presentó, parecía algo tímido. Posé mi mirada en la suya, fundiendo mis pupilas en las suyas, clavándole la mirada, esos verdes ojos, tan hermosos y cristalinos como el mar. Sonreí cálidamente, y le di un golpecito con mi dedo índice en la nariz.
Relájate, yo me llamo, Nana, Haruno Nana. Encantada, ojitos verdes.
Dije amigablemente mientras me acercaba a una de las rocas del lugar, la más cercana a mí. Su superficie era lisa, plana, quizás por las oleadas de agua salada que la habrían cubierto antaño, pues el agua salada lijaba las rocas, dándoles la forma que el mar quería darles. Acaricié su superficie, y me subí a ella, para poder observar junto al chico el paisaje de mejor forma. Entonces el chico me soltó otra pregunta, en ese momento le miré, realmente, yo amaba el agua en cualquier época del año, así que para mí esa respuesta estaba clara.
Si, el agua de por sí es hermosa, aunque el agua también puede llegar a ser traicionera y peligrosa.
Dije mientras desviaba la mirada hacia las aguas nuevamente, pues era cierto, que lo más hermoso solía ser siempre lo más peligroso, estaba claro que las apariencias engañaban, y seguramente la imagen que yo tenía de aquel chico no era la que realmente era al igual que quizás el tuviese una de mí que no se asemejaba tanto a la realidad. Si algo tenía claro era que sus ojos, todavía no habían visto de cerca la muerte, todavía mantenían aquel brillo tan intenso que me encanta, todavía unos ojos así podrían desprender miradas inocentes, sin ningún tipo de malicia. Y yo lo sabía. Las miradas de los niños, solían ser siempre la mirada de un niño inocente, que no ha visto como muere alguien ante él, que no ha sentido como alguien se muere, delante de sus propios ojos sin que él pueda ayudarle, ese sentimiento de impotencia, que yo muy bien conocía. Ahora más que nunca luchaba por ser fuerte, estaba harta de que me protegiesen, quería ser por una vez yo la que protegiese a los demás. Y aunque mi mirada haya visto la muerte tan de cerca en tantas ocasiones, eso no sería motivo para detener los pasos que ahora comenzaba a dar. Pues si la muerte podía contigo, tendrías que hacerte amiga de la muerte. Todavía tenía gente por la que luchar y a la que defender, realmente el conocer más o menos jutsus no importaba, pues con un solo kunai, hasta el ser más puro e indefenso podía arrebatar vidas. La verdadera fuerza no era esa.
El chico volvió a preguntar, mientras sus ojos, cambian de color a un intenso amarillo y mientras su cuerpo se sentaba sobre la hierba. Era un ninja, de eso no tenía ninguna duda. Con solo mirar sus nervios, que destacaban en sus manos, los movimientos de sus músculos, claramente su cuerpo era el de un shinobi, quizás todavía no tenía mucha fuerza física, o mucha velocidad, pero claramente no era una persona normal. Aparte de él la mirada y elevé mis ojos al cielo. Veía desde mi posición a los pájaros volar, ellos tan libres y juguetones como siempre solían ser. Alcé una mano, mientras un pequeño pájaro de colores azules como el agua se acercaba hasta mi mano, posándose en mi dedo índice, sus uñas eran las de un ave salvaje, pues estas estaban afiladas y lo podía notar por la fuerza con la que se aferraba a mi dedo para no caerse. ¿Incluso los seres alados tienen miedo de caer? Me acerque el ave a la cara, besando suavemente su cabeza y después volví a alzar la mano para que volviese a volar junto a las demás de su especie. Entonces me dispuse a responder a su última incógnita.
Al parecer haces muchas preguntas, genial, contigo no habrá quien se aburra hablando.
Reí levemente y luego me dispuse a responder con la dulce voz de siempre.
Se podría decir, que hace unos años, mi villa, una de las más grandes que fue, estuvo unida a esta por un gran imperio, liderado por Viral Hozuki. El caso es que no, no soy de aquí realmente.
Probablemente aquel chico no había nacido cuando todo esto sucedió, quizás tendría unos dos años cuando la guerra final contra el Loto Negro se había llevado acabo. Pero eso ya era parte del pasado, y a decir verdad de un largo pasado. Esta vez me tocaba hacer las preguntas a mí.
Dime, Tekto, ¿Cuántos años tienes? ¿A qué clan, o especialidad perteneces?
Comencé a preguntar, tenía que devolverle el pequeño interrogatorio que él me había hecho a mí.
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Nanako- Chunin Kiri
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Re: ¿Y tú que sientes cuando florecen las flores en primavera?
Aquella chica no paraba de mirarme fijamente a lo ojos, una de las pocas cosas que me molestaban, sentía como alguien me atravesaba el alma cuando me miraban directamente a lo ojos y en cierto sentido era así, pues podían llegar a conocer muchas de mi solo por mi tipo de mirada o por mis acciones, mis ojos cambiaron a un color amarillo dorado debido a la incomodidad de aquel momento, por alguna extraña razón mis ojos se volvían de color amarillo cuando estaba animado o avergonzado por cualquier cosa que haya pasado. La chica me contestó rápidamente a la pregunta que yo le había realizado en momentos atrás, aunque su respuesta había sido algo pícara:
— Relájate, yo me llamo, Nana, Haruno Nana. Encantada, ojitos verdes. —
No pude evitar preguntar por la belleza del lago, rara vez tenía la oportunidad de ir a pasear por este tipo de sitios y disfrutaba muchísimo de ellos cuando podía, aunque en verdad solo había estado en un lago una vez cuando tenía 5 años, exactamente cuando... Ocurrió aquel terrible accidente que me marcó de por vida, estaba pensando demasiado y solo quería despejar mis ideas pero me vi envuelto en la realidad de nuevo cuando la chica respondió a mi pregunta acerca de como estaba el agua con una respuesta que me dejó algo anonadado:
— Si, el agua de por sí es hermosa, aunque el agua también puede llegar a ser traicionera y peligrosa.—
Decía ella desviando su vista, al parecer estaba teniendo recuerdos dolorosos, sus ojos se volvían tristes y enfurecidos, aunque ella o lo demostraba así, pero las imágenes de sus recuerdos se mostraban en sus pupilas. Yo no podía pensar de aquella manera, el agua me parecía preciosa a su manera, además de que yo tenía unos gustos algo raros y tenía una cierta preferencia a los peligros que me rodeaban, no pude contenerme y le contesté.
— La verdad es que... Bueno... Puede ser peligrosa si simplemente te acercas demasiado a ella como todo supongo, al fin y al cabo las primeras impresiones suelen ser siempre equivocadas... — contesté mientras mis ojos se anegaban de recuerdos tristes que solo me hacían recordar lo inútil que era en este mundo, al menos de momento.
Realice otra pregunta más y me acosté en la hierba, era un poco puntiaguda pero tambien era suave una vez estabas acostado en ella, me producía una sensación indescriptible como si olvidará dónde estaba, con quién estaba y quién era, solo era un chico allí, rodeado de una inmensidad, naturaleza viviendo y conviviendo.
La chica acarició a una ave que se posó sobre su mano, le dio un beso y esta se marchó corriendo, al parecer la estaba molestando un poco, o al menos parecía por su respuesta que así era, ella comenzó a contarme su historia, de donde venía y dijo que yo hablaba mucho, eso me había hecho sentirme un poco ofendido, no quería ser grosero por eso hablaba, ya que solía ser muy callado y realmente eso si le molestaba mucho a la gente, por eso era por lo que quería convertirme en alguien más social.
Me habló de un tal Hozuki Viral, me había interesado por aquel chico, tal vez hubiera sido alguien importante y en estos momentos de mi vida necesitaba alguien en el que inspirarme para poder conseguir mis propósitos, pues últimamente solo pensaba en quitarme la vida, no creía que esta mereciese la pena.
Estaba pensando en mis cosas cuando ella lanzó sus preguntas hacía mí, pillándome algo desprevenido a la hora de responder.
— Dime, Tekto, ¿Cuántos años tienes? ¿A qué clan, o especialidad perteneces? ¿Tienes algo importante que proteger?... Y ¿Cuántas ganas tienes de morir? — preguntó con una cara algo triste.
Ella comenzó un interrogatorio que, la verdad, me había merecido pues yo le había hecho demasiadas preguntas a la vez y además todas habían sido seguidas y con algo de brusquedad, no debería haberme comportado de aquella forma.
— Pues verás... Te contare ... Perdona.... Te resumiré mi vida. Tengo unos 17 años y pues... Realmente no estoy muy seguro de ello, pero soy un Namikaze, digo que no estoy seguro de ello porque nunca conocí a mi madre y mi padre me abandonó cuando tenía tan solo 5 años. Años más tarde cuando tuve el coraje para ir a preguntarle me enteré de que había muerto, de modo que respondiendo a tu pregunta, no, no tengo nadie a quién proteger, supongo que lucho por... Por sobrevivir... A veces preferiría estar muerto y otras muchas, no... Ahora mismo vago de un lugar a otro entrenándome para convertirme en un shinobi grande para dejar mi huella en el mundo... Aunque bueno... Eso es bastante complicado, al menos me gustaría que si muriera fuera por una buena acción, es decir, quisiera que mi muerte contribuyese a la humanidad... — dije con los ojos entristecidos, mientras de ellos salía una lágrima que recorría todo mi rostro.
Me levanté y me puse un gorro negro que llevaba guardado desde hacía algún tiempo con la esperanza de usarlo para tapar mi cara de forma que nadie la viera y no pudiera sentirme avergonzada de ella.
tekto- Genin Konoha
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Re: ¿Y tú que sientes cuando florecen las flores en primavera?
El chico comenzaba a contar su historia, confesándole su más tierna infancia a una completa desconocida, quizás por desesperación, por que necesitase apoyo o simplemente porque era demasiado ingenuo todavía. Apoyé mis manos en la roca, inclinándome hacia atrás mientras bajaba la mirada nuevamente hacia el lago. Sin pensarlo mucho más, me impulso y bajo de la roca mientras el chico saca lo que parece ser un gorro negro que posiblemente use para tapar su rostro avergonzado. ¿Es que acaso me iban a tocar todos los rubios traumatizados desde la infancia? Acumulé una pequeña capa de chakra en la planta de mis pies mientras me dirigía al lago caminando tranquilamente. Seguí caminando sin detenerme, comenzando a caminar sobre el agua, con cada paso hacia que surgiese del agua una pequeña y fina onda que se expandía hasta desaparecer.
Dime, ¿Te consideras un hombre o un cobarde? Si vives en el pasado no podrás enfrentar el presente y por lo tanto no tendrás un futuro.
Podía sentir la fuerza del agua bajo mis pies, corriendo bajo estos, intentando arrastrar a todo aquel que osara pisar su superficie, pero yo era una aliada del agua, la respetaba, la amaba. Extendí una mano hacia delante, con la palma de la mano mirando al agua. Cerré los ojos, y en ese momento algunas gotas de agua comenzaron a salir del lago, elevándose lentamente en el aire hasta llegar a la palma de mi mano, donde empezarían a acumularse. Quería dominar un jutsu, el cual me llevaría su tiempo aprender, y hoy no sería el caso en el que pudiese hacerlo. Miré nuevamente al chico mientras las gotas de agua volvían a caer a su lugar de origen sin remedio. Tekto, un Namikaze aferrado a su pasado, con miedo de su futuro. Saltaba a la vista que era un chico tímido, pero a pesar de su timidez me recordaba a Usui en las primeras veces que lo vi.
Me recuerdas a alguien, ¿Sabes? A un chico de Konoha, de los mismos cabellos y ojos que tú, y antes de conocerme también pensaba igual que tú sobre su pasado. Contra el usé quizás métodos algo… Fuera de lugar para hacerle entrar en razón, pero realmente me gustaría que te plantearas la pregunta que te hice antes.
Dime, ¿Te consideras un hombre o un cobarde? Si vives en el pasado no podrás enfrentar el presente y por lo tanto no tendrás un futuro.
Podía sentir la fuerza del agua bajo mis pies, corriendo bajo estos, intentando arrastrar a todo aquel que osara pisar su superficie, pero yo era una aliada del agua, la respetaba, la amaba. Extendí una mano hacia delante, con la palma de la mano mirando al agua. Cerré los ojos, y en ese momento algunas gotas de agua comenzaron a salir del lago, elevándose lentamente en el aire hasta llegar a la palma de mi mano, donde empezarían a acumularse. Quería dominar un jutsu, el cual me llevaría su tiempo aprender, y hoy no sería el caso en el que pudiese hacerlo. Miré nuevamente al chico mientras las gotas de agua volvían a caer a su lugar de origen sin remedio. Tekto, un Namikaze aferrado a su pasado, con miedo de su futuro. Saltaba a la vista que era un chico tímido, pero a pesar de su timidez me recordaba a Usui en las primeras veces que lo vi.
Me recuerdas a alguien, ¿Sabes? A un chico de Konoha, de los mismos cabellos y ojos que tú, y antes de conocerme también pensaba igual que tú sobre su pasado. Contra el usé quizás métodos algo… Fuera de lugar para hacerle entrar en razón, pero realmente me gustaría que te plantearas la pregunta que te hice antes.
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Nanako- Chunin Kiri
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Re: ¿Y tú que sientes cuando florecen las flores en primavera?
Varias lágrimas cayeron de mi cara posiblemente por la nostalgia de recordar aquellos felices días y otros que no lo fueron tanto, sin embargo el gorro me tapaba la cara lo suficiente como para que no se diera cuenta de que era lo que me sucedía. No quería que nadie viera como me sentía, era incómodo y frustrante, yo quiero que mi dolor sea mio no de nadie más, si alguien en este mundo tiene que sufrir que ese sea yo, no me importa que eso sea así siempre y cuando consiga que otros sean felices...
— Si uno sufre para que otro pueda vivir mejor, entonces valdrá la pena, ese es mi nindo — pensé para mi en voz alta
La chica comenzó a andar sobre el agua y a cogerla de forma que esta caía lenta y esplendorosamente, estaba hablando de lo peligrosa que era el agua, realmente yo no lo pensaba así, era un elemento que me gustaba bastante aunque... Ahora mismo no sabía que hacer con respecto a eso, pero al menos ahora me parecía una buena opción dominarlo.
— Parece que tienes ganas de probar algo... ¿Quieres jugar un poco? — le pregunté mientras de mi bolsillo sacaba un kunai y lo empuñaba con la mano derecha frente a mi cara mostrándoselo.
La chica parecía estar abstraída y quería que centrara su vista en mi, pues así me serviría para aprender una técnica que tenía ganas de aprender, aunque tal vez yo tardará mucho en hacerlo.
— ¿Ponemos algunas reglas al juego? Estoy seguro de que no puedo derrotarte pero... ¿Y si te hago caerte al agua para refrescarte esa cabezota? ¿Suena divertido, no? — le pregunte a ella mientras de un salto me levantaba del suelo y me quitaba el gorro dejando ver mi vestimenta normal de combate y mi banda de konoha en el cuello.
— Si uno sufre para que otro pueda vivir mejor, entonces valdrá la pena, ese es mi nindo — pensé para mi en voz alta
La chica comenzó a andar sobre el agua y a cogerla de forma que esta caía lenta y esplendorosamente, estaba hablando de lo peligrosa que era el agua, realmente yo no lo pensaba así, era un elemento que me gustaba bastante aunque... Ahora mismo no sabía que hacer con respecto a eso, pero al menos ahora me parecía una buena opción dominarlo.
— Parece que tienes ganas de probar algo... ¿Quieres jugar un poco? — le pregunté mientras de mi bolsillo sacaba un kunai y lo empuñaba con la mano derecha frente a mi cara mostrándoselo.
La chica parecía estar abstraída y quería que centrara su vista en mi, pues así me serviría para aprender una técnica que tenía ganas de aprender, aunque tal vez yo tardará mucho en hacerlo.
— ¿Ponemos algunas reglas al juego? Estoy seguro de que no puedo derrotarte pero... ¿Y si te hago caerte al agua para refrescarte esa cabezota? ¿Suena divertido, no? — le pregunte a ella mientras de un salto me levantaba del suelo y me quitaba el gorro dejando ver mi vestimenta normal de combate y mi banda de konoha en el cuello.
- INFO TEKTO:
- ATRIBUTOS:
- Fuerza (FUE) : 50
- Velocidad (VEL) : 170 [+200] = 370 ~ Velocidad máxima: 20 km/h; altura de salto: 5m.
- Resistencia (RES) : 20
- Inteligencia (INT) : 30
- Control del Chackra (CCK) : 70 [+100] (+20) = 190
- Reflejos (REF) : 50
- Destreza (DES) : 50
STATS:
- PV (Puntos de vida) : 490
- PC (Puntos de Chakra) : 320
PODER DE JUTSUS:
- Ninjutsu: 13 (+12) = 25
- Taijutsu: 7 (+2) = 9
- Genjutsu: 0
- Kenjutsu: 0 (+2) = 2
- Acciones:
- 2 Acciones ocultas nuevas
- OFF:
¿Nos divertimos un poco Nano? Estoy viendo que el post se estaba volviendo algo aburrido
tekto- Genin Konoha
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Re: ¿Y tú que sientes cuando florecen las flores en primavera?
“Si uno sufre para que otro pueda vivir mejor, entonces valdrá la pena.”
Dijo en voz alta, aunque no intencionadamente, pude oírlo con claridad, yo por aquel entonces pensaba que quizás una persona podía eliminar la tristeza de otra sin necesidad de acumular en su interior ese sentimiento. Aun que me guardé mis pensamientos para mí en aquel momento, hubiera tenido ganas de poder expresarle mi opinión a aquel muchacho, que a pesar de su juventud parecía haber sufrido suficiente, aunque con haber sufrido no quería decir que hubiese aprendido de ello. Era cierto eso de que “Sabemos tanto como hemos sufrido” pero quizás en algunos casos las personas se negaban a aprender de lo malo, aferrándose a lo bueno. Inundada en estos pensamientos, me levante poniéndome en pie de nuevo, y clavando mis iris rojos sobre los de aquel muchacho que sin demorarse había comenzado a hablar de nuevo.
Sus siguientes palabras mi hicieron gracia, ¿Jugar? No era precisamente un perro como para proponerme algo así, aunque la idea de moverme un poco no me desagradaba, así que sonreí levemente mientras respondía al joven.
Claro.
Tras la confirmación del juego, vinieron las reglas y el objetivo de este. Algo tan simple como tirarme en el agua, aunque lo vi algo injusto, por cómo estaba descrito, ¿Sólo él podía ganar? Si él ponía sus reglas yo pondría las mías.
Está bien, tú ganarás si consigues hacerme caer al agua, pero si yo consigo tocarte sin salir del agua ganaré yo, ¿Te parece?
Dije sonriendo, a simple vista me había complicado más a mí misma el juego, pues si el chico se mantenía alejado del lago no podría tocarle, ¿O quizás sí? Observé cuidadosamente los gestos del chico, sacaba un Kunai con la mano derecha, mientras me lo mostraba, aunque yo reparé más en su otra mano al cual estaba quieta, luego se levantó de un salto y se quitó el gorro, dejando ver simplemente su banda de la villa al cuello y su ropa de combate.
No suelo mostrar la etiqueta en la primera cita pero bueno…
Dije mientras hacia un sello con ambas manos y me cubría una nube de humo blanca que tras disiparse dejaría ver en mí el traje de plumas negras, y escondidas por el traje en lugares donde me fuera fácil cogerlas estaban colocadas las armas, que a su vista no eran visibles pero que para mí estaban a buen recaudo. Nuevamente hice un sello con ambas manos que me llevaría 0’5 segundos hacer, y delante de mí apareció un clon idéntico a mí. El clon estaba a tan solo dos pasos de mí.
En cuanto la pluma toque el agua, dará comienzo la partida.
Dije mientras mi clon cogía una pluma de su traje y estirando hacia delante la mano, la soltaba dejándola caer lentamente. Yo, mi yo real se preparó para empezar al estrategia que tan rápidamente había formado. Y mi clon se preparó para realizar la ofensiva en cuanto la pluma rozara con su fina textura el agua. Enfrente de mi habían diez metros de lago(10 m) tras estos, habían cinco metros de tierra antes de llegar al chic( 5 m entre el lago y tú) y detrás del chico unos diez metros antes del bosque, al igual que detrás de mí habían otros diez metros antes de que empezara de nuevo la arboleda. En total, el chico estaba a quince metros de mí. A veinte metros en diagonal, estaba la roca donde había estado antes, entre la roca y el chico cinco metros. A mi izquierda estaba la cascada, a unos treinta y cinco metros y unos cuarenta y ocho metros de agua corriendo por mi derecha. La piedra tenía unos seis metros de diámetro.
Parecía un terreno pequeño pero realmente era bastante amplio para una prueba así. Finalmente la pluma toco el agua, con la delicadeza de una madre acunando a su bebé. Justo en ese instante mi yo real comenzó a realizar una cadena de sellos bastante corta, que le llevaría un segundo y setenta y cinco hacer(1’75). A la vez que empezaba hacer la cadena, en el mismo instante en el que la pluma toco el agua, mi clon se impulsó rápidamente corriendo sobre el agua hacia el chico de rubios cabellos. Se dirigía a el con el puño derecho cargado de chakra, dispuesta a golpearle lo más fuerte posible. Tardaría un segundo y medio en llegar a él (1’5) y golpearle la cabeza lanzándolo hacia atrás si este no lo esquivaba.
Para cuando el clon golpease al chico, si no lo esquivaba, la Nana real comenzaría a soltar rápidamente una gran nube de humo violeta por la boca, la nube se expandiría rápidamente en un diámetro de diez metros. La nube se habría quedado a cinco metros del clon y del chico, si el chico entraba ahora en la nube sería envenenado aunque el eso no lo sabría. Ahora el chico se encontraba luchando contra un clon y detrás del clon solo habría una nube gigante de color violeta, pues no podría ver qué pasaba detrás de esta nube, las cartas estaban ya sobre la mesa.
Dijo en voz alta, aunque no intencionadamente, pude oírlo con claridad, yo por aquel entonces pensaba que quizás una persona podía eliminar la tristeza de otra sin necesidad de acumular en su interior ese sentimiento. Aun que me guardé mis pensamientos para mí en aquel momento, hubiera tenido ganas de poder expresarle mi opinión a aquel muchacho, que a pesar de su juventud parecía haber sufrido suficiente, aunque con haber sufrido no quería decir que hubiese aprendido de ello. Era cierto eso de que “Sabemos tanto como hemos sufrido” pero quizás en algunos casos las personas se negaban a aprender de lo malo, aferrándose a lo bueno. Inundada en estos pensamientos, me levante poniéndome en pie de nuevo, y clavando mis iris rojos sobre los de aquel muchacho que sin demorarse había comenzado a hablar de nuevo.
Sus siguientes palabras mi hicieron gracia, ¿Jugar? No era precisamente un perro como para proponerme algo así, aunque la idea de moverme un poco no me desagradaba, así que sonreí levemente mientras respondía al joven.
Claro.
Tras la confirmación del juego, vinieron las reglas y el objetivo de este. Algo tan simple como tirarme en el agua, aunque lo vi algo injusto, por cómo estaba descrito, ¿Sólo él podía ganar? Si él ponía sus reglas yo pondría las mías.
Está bien, tú ganarás si consigues hacerme caer al agua, pero si yo consigo tocarte sin salir del agua ganaré yo, ¿Te parece?
Dije sonriendo, a simple vista me había complicado más a mí misma el juego, pues si el chico se mantenía alejado del lago no podría tocarle, ¿O quizás sí? Observé cuidadosamente los gestos del chico, sacaba un Kunai con la mano derecha, mientras me lo mostraba, aunque yo reparé más en su otra mano al cual estaba quieta, luego se levantó de un salto y se quitó el gorro, dejando ver simplemente su banda de la villa al cuello y su ropa de combate.
No suelo mostrar la etiqueta en la primera cita pero bueno…
Dije mientras hacia un sello con ambas manos y me cubría una nube de humo blanca que tras disiparse dejaría ver en mí el traje de plumas negras, y escondidas por el traje en lugares donde me fuera fácil cogerlas estaban colocadas las armas, que a su vista no eran visibles pero que para mí estaban a buen recaudo. Nuevamente hice un sello con ambas manos que me llevaría 0’5 segundos hacer, y delante de mí apareció un clon idéntico a mí. El clon estaba a tan solo dos pasos de mí.
En cuanto la pluma toque el agua, dará comienzo la partida.
Dije mientras mi clon cogía una pluma de su traje y estirando hacia delante la mano, la soltaba dejándola caer lentamente. Yo, mi yo real se preparó para empezar al estrategia que tan rápidamente había formado. Y mi clon se preparó para realizar la ofensiva en cuanto la pluma rozara con su fina textura el agua. Enfrente de mi habían diez metros de lago(10 m) tras estos, habían cinco metros de tierra antes de llegar al chic( 5 m entre el lago y tú) y detrás del chico unos diez metros antes del bosque, al igual que detrás de mí habían otros diez metros antes de que empezara de nuevo la arboleda. En total, el chico estaba a quince metros de mí. A veinte metros en diagonal, estaba la roca donde había estado antes, entre la roca y el chico cinco metros. A mi izquierda estaba la cascada, a unos treinta y cinco metros y unos cuarenta y ocho metros de agua corriendo por mi derecha. La piedra tenía unos seis metros de diámetro.
Parecía un terreno pequeño pero realmente era bastante amplio para una prueba así. Finalmente la pluma toco el agua, con la delicadeza de una madre acunando a su bebé. Justo en ese instante mi yo real comenzó a realizar una cadena de sellos bastante corta, que le llevaría un segundo y setenta y cinco hacer(1’75). A la vez que empezaba hacer la cadena, en el mismo instante en el que la pluma toco el agua, mi clon se impulsó rápidamente corriendo sobre el agua hacia el chico de rubios cabellos. Se dirigía a el con el puño derecho cargado de chakra, dispuesta a golpearle lo más fuerte posible. Tardaría un segundo y medio en llegar a él (1’5) y golpearle la cabeza lanzándolo hacia atrás si este no lo esquivaba.
Para cuando el clon golpease al chico, si no lo esquivaba, la Nana real comenzaría a soltar rápidamente una gran nube de humo violeta por la boca, la nube se expandiría rápidamente en un diámetro de diez metros. La nube se habría quedado a cinco metros del clon y del chico, si el chico entraba ahora en la nube sería envenenado aunque el eso no lo sabría. Ahora el chico se encontraba luchando contra un clon y detrás del clon solo habría una nube gigante de color violeta, pues no podría ver qué pasaba detrás de esta nube, las cartas estaban ya sobre la mesa.
- Info de la hermosa Nana:
- FICHA DE BATALLA:
ATRIBUTOS:
- Fuerza (FUE) :10[+700]=710~ Pueden partirse arboles al golpearles.
- Velocidad (VEL) :1.000~ velocidad máxima: 35 km/h; altura de salto: 7m.
- Resistencia (RES) :10
- Inteligencia (INT) :500 [+300]=800~Los entrenamientos cuestan 5 puntos de EXP menos.
- Control del Chackra (CCK) :710[+300]=1010
- Reflejos (REF) :760[+300]=1060~ Los jutsus de rango D y C hacen 25 Pv Menos si se supera con Reflejos el atributo dependiente, pueden esquivarse ataques a distancia con mayor facilidad si se hacen desde mas de 30 metros.
- Destreza (DES) :300~ +10 Daño con Armas.
STATS:
- PV (Puntos de vida) :2.020
- PC (Puntos de Chakra) :3.170
PODER DE JUTSUS:
- Ninjutsu:30[+42]=114
- Taijutsu:20[+30]=50
- Genjutsu:9[+30]=39
- Kenjutsu:20[+20]=40
- Justsus Usados:
Raiton:
1: Rai Bunshin no Jutsu
Técnica de Multiplicación de Rayo
Requisitos: un sello con ambas manos
Tipo: Ninjutsu
Rango: B
Carácter: suplementaria
Daño: sus técnicas quitan un cuarto de las del Ninja, al ser destruidos causan 30 PV a dos metros de distancia.
Chakra: 20 Chakra por clon (máximo 10 clones)
Descripción: el Shinobi concentra electricidad para formar imágenes exactas de sí mismo, las cuales al ser destruidas liberan una descarga eléctrica.
Propio, ninjutsu:
Poizun: Kemuri no dai kumo.
Veneno: Gran nube de humo.
Requisitos:
-Cadena de sellos 1.
-Ser ninja médico.
Tipo:Ninjutsu.
Rango:C
Alcance:10 metros.
Carácter:Ofensivo y suplementario.
Daño:40pv, 20 el segundo turno, a partir del tercer turno quitara 10pv
Coste:50 pc.
Efecto:
-Después de tomar aire, el ninja médico expulsa por la boca una nube de humo de 10 metros de extensión, (dura 3 turnos en disiparse.)
-solo los ninjas médicos que conozcan el jutsu serán inmunes a el.
- Impide ver a más de un metro en el primer turno si se encuentra dentro de la nube (También al ejecutor del jutsu).
Descripción: El ninja médico acumula chakra en sus pulmones, y toma aire, el chakra se mescla con el aire de lo pulmones, y entonces el ninja médico expulsa el aire por la boca, formando una gran nube violácea de veneno, que inyecta su veneno a los enemigos que tienen contacto con ella, ya sea respirando, o simplemente el a ver entrado en la nube, ya que le veneno se filtrará también por la piel.
Propio, taijutsu:
Chakura no ken
Puños de chakra
Requisitos:
-Ser ninja médico.
-500 puntos en control del chakra.
-Puño a usar libre.
Tipo:Taijutsu
Rango:C
Alcance:Cuerpo a cuerpo y distancia.(10 metros)
Carácter:Ofensivo, defensivo.
Daño: El doble del coste si se golpea directamente, una cifra igual al coste si es a distancia.(+ taijutsu)
Coste: Una cifra de entre 50 a 100 Pck. (4 golpes por turno)
Efecto:
- El ninja libera un fuerte golpe cargado con chakra.
- El ninja puede lanzar la onda de chakra a una distancia máxima de 10 metros. Puede desviar armas ligeras si supera el daño de éstas.
Descripción:El ninja médico, ya a avanzado bastante en sus conocimientos del taijutsu, y usando sus conocimientos sobre este y su gran control del chakra es capaz de acumular chakra muy concentrado en sus manos, hasta que este se vuelve visible a simple vista, con el que puede realizar poderosos ataques, tanto cuerpo a cuerpo como a distancia.
Habilidad usada:
Equilibrio en el agua y superficies inestables
Descripción: mediante el mismo principio que la habilidad de trepar superficies se consigue una estabilidad en el chakra de los pies para poder andar, correr a incluso luchar sobre el agua.
Coste: 2pc por turno.
Requisitos: 30 o más de control del chakra y tener la habilidad: trepar superficies verticales mediante chackra.
Mejoras:
- Te permite pelear, correr y andar por el agua.
- 10 puntos más a CCK.
Aprendizaje: 2000 palabras.
- Acciones:
- 6 Acciones Ocultas Nuevos.
3 Jutsus Ocultos Nuevos.
Un jutsu desecho: Henge no Jutsu.
- Gastos y daños:
- Nana:
- PV (Puntos de vida) :2.020
- PC (Puntos de Chakra) :3.163 - 50 (golpe de puños de chakra) - 50 (nube de humo) - 20 (clon) - 2 (x2) (Caminar en el agua de Nana y del Clon) = 3.039
Tekto: (Esto es en caso de que no esquives al clon xD)
- PV (Puntos de vida) : 490 - 37 (un cuarto de 100 + 50 de nin) (+20 por zona sensible = Cabeza) = 433 Y sale despedido hacia atrás 5 metros.
- Palabras de Nana:
- Palabras de este post: 853
Palabras totales: 3.357
- Kuroi Tenshi:
- Kuroi tenshi
Ángel negro
Requisitos:
- Haber estado en las profundidades de Ag an ar buile túr.
- Heredar la armadura de su sucesor.
- No se pueden activar los dos primeros efectos en el mismo turno.
Nivel: B
Carácter: Defensivo, suplementario.
Daños:Nada.
Efectos:
-Pagando 50PC potencia la velocidad en 1m's durante un turno.
-Pagando 100PC y perdiendo la defensa de la armadura potencia la velocidad en 5m's durante un turno.
-Defiende hasta 100PV por turno de Golpes convencionales y de Ninjutsu o Taijutsu de rango B o inferior.
Descripción: Un traje de plumas negras bastante ligero, cuando se activa el efecto de este el traje hace que el usuario levite levemente, levantando sus pies del suelo unos centímetros, y haciendo que la velocidad del usuario se potencie notablemente, el traje cubre los hombros y deja la espalda al aire, y cayendo en forma de alas por los lados.
Nanako- Chunin Kiri
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Re: ¿Y tú que sientes cuando florecen las flores en primavera?
Evidentemente había subestimado a aquella chica que sin dudarlo, me había pateado el trasero de tal forma que no podría volver a caminar en varios días. Cuando el golpe de su clon me alcanzó salí despedido hacía atrás de forma inmediata.
— Uff, eso ha dolido bastante — dije mientras magullado me levantaba del suelo admirado de lo que acababa de presenciar, una fuerza, velocidad e inteligencia provenientes sin duda de un shinobi de alto rango, muy posiblemente chunin o jounin.
Saqué mi reloj para mirar la hora, estaba asustado de que hubiera pasado demasiado tiempo junto a ella, pues prácticamente había perdido la noción del tiempo. Mi bonito reloj emitía una melodía muy melancólica que siempre me sonaba conocida, desde el primer día que la escuché, Aquel reloj no fue una herencia, ni un regalo, simplemente fue algo accidental.
Ocurrió una vez que quise visitar la tumba de mi madre,era un invierno gélido, nevaba de forma intensa y el cementerio se encontraba solitario, aquel era su cumpleaños, yo estaba triste por su ausencia y algo enfadado por lo que mi padre me había hecho, el reloj de bolsillo que ahora mismo poseía se encontraba encima de su lápida, sin tener en cuenta quién lo habría dejado allí lo sostuve entre mis manos y posteriormente activé el mecanismo que permitía ver la hora, aquel reloj tenía en su interior una pequeña caja de música con aquella música, una música que se me antojaba familiar, en algún momento yo habría escuchado aquella melodía, no recuerdo el momento exacto, siquiera sé si es verdad, pero creo firmemente en haberla escuchado en algún otro lugar, fue esa la razón por la que decidí guardarlo en mi abrigo y es desde entonces que lo poseo.
— Olvidalo, olvidalo... Ahora todo es diferente, deja de pensar en estas cosas, eres diferente, has cambiado. — pensé para mi, echando a un lado todos aquellos pensamientos malos que lo único que hacían era convertir mi mente en un lugar dónde los sentimientos oscuros abundan: la soledad, la frustración, el odio, etc...
Deje de lado todos aquellos pensamientos y me fui acercando a la orilla del río, ahora mismo me encontraba descansado y feliz, había tenido la oportunidad de conocer a alguien excepcional y además de poder combatir contra ella, de alguna forma extraña pero divertida. Comencé a andar sobre el agua hasta poder encontrarme cerca de ella, me acerqué lo suficiente a la chica como para extender mano de forma que pudiera volver a pisar tierra firme.
— Me lo he pasado muy bien, pero creo que aún no poseo las habilidades que tú posees, al menos aún no. — le comenté con una gran sonrisa en la cara — Aún así, me he divertido bastante, espero que desees volver a practicar conmigo una vez sea más fuerte.
Tal vez aquel sería el comienzo de una nueva oportunidad para tener a un amigo, alguien con quién poder contar en caso de tener un problema, estaba un poco cansado de encontrarme siempre sólo, sin nadie a mi lado, nadie que te apoye y pueda ayudarte en los malos momentos. Aunque puede que por el contrario, ella piense que soy solo un chico débil y no quiera volver a saber nada de mí, me encontraba preparado para cualquiera de los dos casos.
El día empezaba a nublarse y varios signos de tormenta parecían indicar que llovería sobre la zona en breves momentos, de forma que lo más seguro sería abandonar aquel lugar de forma inmediata para que ninguno de los dos pudiera resfriarse y poder continuar con el entrenamiento shinobi que con tanto esfuerzo llevaba realizando. Mi nindo era la justicia y para poder cumplir tal acometido debería esforzarme todo lo que mi cuerpo me permita hasta que casi no quede nada de él, daré todo por los demás hasta que no me quede nada, para que incluso mi último suspiro sirva a los demás para poder seguir avanzando y luchando por este hermoso lugar que es la Tierra, aquello era lo que yo más deseaba en este mundo y por lo que haría cualquier cosa hasta lograrlo, ese era mi deseo.
— Quiero que sepa usted señorita, que podrá contar conmigo siempre que lo necesite. Aunque ahora yo solo sea un genin y mis habilidades sean bastantes malas, algún dia seré tan o más fuerte de lo que usted ahora, ese día entonces, la ayudare como me sea posible incluso si me costará la vida... Porque deseo que algún día, todos aprecien este hermoso mundo en el que vivimos... Ese es mi deseo — Le comenté mientras agarraba su mano y la miraba con cariño para posteriormente mirar al cielo observando la tormenta que se acercaba a este lugar.
— Creo que nos vamos a mojar si nos quedamos aquí, lo mejor será que nos volvamos cada uno al lugar al que pertenece, así estarán mejor las cosas. — respondí al cielo.
Cuando me asegurará de que ella estuviera bien, en tierra, sana y salva, me marcharía de aquel lugar despidiéndome formalmente hasta otro próximo encuentro, con las ganas y la excitación de combatir contra ella nuevamente pero ganando en esa ocasión, ese era ahora mismo mi objetivo a cumplir.
— Uff, eso ha dolido bastante — dije mientras magullado me levantaba del suelo admirado de lo que acababa de presenciar, una fuerza, velocidad e inteligencia provenientes sin duda de un shinobi de alto rango, muy posiblemente chunin o jounin.
Saqué mi reloj para mirar la hora, estaba asustado de que hubiera pasado demasiado tiempo junto a ella, pues prácticamente había perdido la noción del tiempo. Mi bonito reloj emitía una melodía muy melancólica que siempre me sonaba conocida, desde el primer día que la escuché, Aquel reloj no fue una herencia, ni un regalo, simplemente fue algo accidental.
Ocurrió una vez que quise visitar la tumba de mi madre,era un invierno gélido, nevaba de forma intensa y el cementerio se encontraba solitario, aquel era su cumpleaños, yo estaba triste por su ausencia y algo enfadado por lo que mi padre me había hecho, el reloj de bolsillo que ahora mismo poseía se encontraba encima de su lápida, sin tener en cuenta quién lo habría dejado allí lo sostuve entre mis manos y posteriormente activé el mecanismo que permitía ver la hora, aquel reloj tenía en su interior una pequeña caja de música con aquella música, una música que se me antojaba familiar, en algún momento yo habría escuchado aquella melodía, no recuerdo el momento exacto, siquiera sé si es verdad, pero creo firmemente en haberla escuchado en algún otro lugar, fue esa la razón por la que decidí guardarlo en mi abrigo y es desde entonces que lo poseo.
— Olvidalo, olvidalo... Ahora todo es diferente, deja de pensar en estas cosas, eres diferente, has cambiado. — pensé para mi, echando a un lado todos aquellos pensamientos malos que lo único que hacían era convertir mi mente en un lugar dónde los sentimientos oscuros abundan: la soledad, la frustración, el odio, etc...
Deje de lado todos aquellos pensamientos y me fui acercando a la orilla del río, ahora mismo me encontraba descansado y feliz, había tenido la oportunidad de conocer a alguien excepcional y además de poder combatir contra ella, de alguna forma extraña pero divertida. Comencé a andar sobre el agua hasta poder encontrarme cerca de ella, me acerqué lo suficiente a la chica como para extender mano de forma que pudiera volver a pisar tierra firme.
— Me lo he pasado muy bien, pero creo que aún no poseo las habilidades que tú posees, al menos aún no. — le comenté con una gran sonrisa en la cara — Aún así, me he divertido bastante, espero que desees volver a practicar conmigo una vez sea más fuerte.
Tal vez aquel sería el comienzo de una nueva oportunidad para tener a un amigo, alguien con quién poder contar en caso de tener un problema, estaba un poco cansado de encontrarme siempre sólo, sin nadie a mi lado, nadie que te apoye y pueda ayudarte en los malos momentos. Aunque puede que por el contrario, ella piense que soy solo un chico débil y no quiera volver a saber nada de mí, me encontraba preparado para cualquiera de los dos casos.
El día empezaba a nublarse y varios signos de tormenta parecían indicar que llovería sobre la zona en breves momentos, de forma que lo más seguro sería abandonar aquel lugar de forma inmediata para que ninguno de los dos pudiera resfriarse y poder continuar con el entrenamiento shinobi que con tanto esfuerzo llevaba realizando. Mi nindo era la justicia y para poder cumplir tal acometido debería esforzarme todo lo que mi cuerpo me permita hasta que casi no quede nada de él, daré todo por los demás hasta que no me quede nada, para que incluso mi último suspiro sirva a los demás para poder seguir avanzando y luchando por este hermoso lugar que es la Tierra, aquello era lo que yo más deseaba en este mundo y por lo que haría cualquier cosa hasta lograrlo, ese era mi deseo.
— Quiero que sepa usted señorita, que podrá contar conmigo siempre que lo necesite. Aunque ahora yo solo sea un genin y mis habilidades sean bastantes malas, algún dia seré tan o más fuerte de lo que usted ahora, ese día entonces, la ayudare como me sea posible incluso si me costará la vida... Porque deseo que algún día, todos aprecien este hermoso mundo en el que vivimos... Ese es mi deseo — Le comenté mientras agarraba su mano y la miraba con cariño para posteriormente mirar al cielo observando la tormenta que se acercaba a este lugar.
— Creo que nos vamos a mojar si nos quedamos aquí, lo mejor será que nos volvamos cada uno al lugar al que pertenece, así estarán mejor las cosas. — respondí al cielo.
Cuando me asegurará de que ella estuviera bien, en tierra, sana y salva, me marcharía de aquel lugar despidiéndome formalmente hasta otro próximo encuentro, con las ganas y la excitación de combatir contra ella nuevamente pero ganando en esa ocasión, ese era ahora mismo mi objetivo a cumplir.
- Daños:
Nana:
- PV (Puntos de vida) :2.020
- PC (Puntos de Chakra) := 3.039
Tekto: (Esto es en caso de que no esquives al clon xD)
- PV (Puntos de vida) : = 433
- OFF:
Escribe algo tú de más y cerramos, yo utilizare lo escrito para subida de atributos, subire la Vel en 200 (1000 + 1000 = 2000 ).
- Palabras:
Escritas por mi parte: 2025
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Re: ¿Y tú que sientes cuando florecen las flores en primavera?
El chico no pudo evitar el golpe, tras levantarse y tras una pequeña exclamación e dolor posó sus ojos en su reloj. En aquel momento, una música extraña y triste recorrió el lugar. ¿Provenía aquello del pequeño reloj? Entonces comenzó a acercarse a mi mientras caminaba por el agua, hasta que finalmente extendió su mano, la tomé y caminamos por encima del agua cristalina hasta llegar a tierra firme. Su mano, era tan cálida como la mano de Kori, desprendían el mismo calor, una sensación de paz, y de tranquilidad que me hacían estremecer. Fue entonces cuando me miró sonriendo, las palabras que a continuación dijo me hicieron sonreír también, y dándole un golpito en la nariz con mi dedo, mientras sonreía, le dije.
Te estaré esperando impacientemente, sé que tienes una voluntad de fuego, así que has que esas llamas estallen, y podrás abarcarlo todo, protegerlo todo.
Poco a poco las nubes robaron la vista del sol, y algunas gotas comenzaron a caer, pronto habría algo de tormenta. Fu entonces cuando cogí nuevamente su mano y corrí sin soltarla hasta los árboles, eso evitaría que nos mojáramos más.
Sí… será mejor volver.
Dije mientras miraba la lluvia. Él sabía que nos volveríamos a ver, así que no había necesidad de decirlo. Finalmente salté hacia atrás quedando entre las ramas de un árbol, y desde allí, mientras le miraba, sonreí.
Tú también puedes contar conmigo de ahora en adelante y para siempre, ah, sí y nunca olvides nuestra promesa, ¿Eh?
Entonces salté de nuevo, desapareciendo entre los árboles, alejándome poco a poco de aquel lugar, aquel chico estaría bien, y si continuaba con aquellos pensamientos sin duda llegaría a lograr su objetivo, aunque todo requería de esfuerzos y sacrificios.
Te estaré esperando impacientemente, sé que tienes una voluntad de fuego, así que has que esas llamas estallen, y podrás abarcarlo todo, protegerlo todo.
Poco a poco las nubes robaron la vista del sol, y algunas gotas comenzaron a caer, pronto habría algo de tormenta. Fu entonces cuando cogí nuevamente su mano y corrí sin soltarla hasta los árboles, eso evitaría que nos mojáramos más.
Sí… será mejor volver.
Dije mientras miraba la lluvia. Él sabía que nos volveríamos a ver, así que no había necesidad de decirlo. Finalmente salté hacia atrás quedando entre las ramas de un árbol, y desde allí, mientras le miraba, sonreí.
Tú también puedes contar conmigo de ahora en adelante y para siempre, ah, sí y nunca olvides nuestra promesa, ¿Eh?
Entonces salté de nuevo, desapareciendo entre los árboles, alejándome poco a poco de aquel lugar, aquel chico estaría bien, y si continuaba con aquellos pensamientos sin duda llegaría a lograr su objetivo, aunque todo requería de esfuerzos y sacrificios.
Sabes, Kairi. Al final la vida no es un cuento de hadas para nadie. Este mundo… Es un lugar tan miserable…
- Palabras finales:
- Palabras totales: 3.663
- Aprendizaje de habilidad:
Uso las palabras para aprender esta habilidad: 3.663 - 3.500 = 163 palabras restantes.
Métodos de intervención Avanzada
Descripción: tras muchos años de prácticas y experimentación, los ninjas pueden mejorar las posibilidades de acierto en las operaciones peligrosas.
Requisitos: Ninja médico, Orochi o Uzushi de nivel 15 o mayor.
Mejoras:
1 en el dado: pierdes el 5% total de tu pv de forma permanente, el ojo u ojos (tuyos) implicados en la operación y los doujutsus se vuelven inservibles. Operación fallida.
2 en el dado: pierdes el 5% total de tu pv de forma permanente, los Dōjutsu se conservan. Operación fallida.
3 en el dado: pierdes el 5% total de tu pv de forma permanente. El trasplante es un éxito.
4 en el dado: operación exitosa, no hay daños.
5-6 en el dado: operación exitosa, no hay daños.
Aprendizaje: 3500 palabras.
Y +30 de exp.
Nanako- Chunin Kiri
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Blank- Kage Suna
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