Buscando Fuente de Ingresos (Ruta 3) - Villa Abandonada

Tras un largo viaje intentando pasar totalmente inadvertido, nos encontrábamos en la villa de la estrella, el lugar donde una vez residieron grandes shinobis, pero que actualmente se encontraba sola, pero mi pregunta era, que haría en este lugar, con quien habría quedado, y que se traía entre manos, sobre todo, quería proteger a Kirigakure, así que tendría que saber que se traía entre manos.

Nos adentrábamos en la villa, acostumbrado a Kirigakure esta me parecía como si de un pueblucho se tratara, pero me apasionaba su arquitectura, las formas que los edificios creaban, y en si las calles, estaba haciendo que mi pequeña visita a esta villa fuese mas amena. Llegamos a lo que parecía que era el centro, yo intentaba seguir escondido, moviéndome silenciosamente sin perder de vista donde Kirunami se adentraba.

La verdad, el descanso que me tomé por mi parte creo que fue demasiado. Es cierto que el chuunin fue duro, y que sufrí graves heridas en mi cuerpo, tras el combate abrumador, pasó, quizá, demasiado tiempo, ¿Pudo ser el pánico de volver a encontrarme en esa situación de sufrimiento? es posible, pero bueno, al fin y al cabo había decidido volver a mi camino ninja de nuevo, sentía nostalgia a la vez que adrenalina y felicidad tras salir de mi villa actual, Konoha, quizá un poco caótica últimamente.

El viaje fue bastante duro, pero la verdad, no se me hizo demasiado largo pensando en todos los momentos que había pasado como ninja, uno por uno, desde que concluí mi examen para genin en la academia de Konoha, y en todos los momentos que me quedar por vivir y contar, o por lo menos eso esperaba, los días en mi pequeña casa se hacían eternos, quería volver a poder entrenar, conocer más gente y sobretodo hacerme más fuerte y estar al nivel de un gran chunin, reflexionando sobre eso mismo, ya me había convertido en lo que yo más había soñado, ¡Un chunin! Realmente lo pensaba, pero no me lo creía, ¿de verdad alcancé el poder y me esforcé lo suficiente como para llegar a esto? Parecía que si.

El viaje era duro, poco a poco los bosques se volvían más densos y sin menos luz, poseyendo en su interior aberraciones que no deberían ver la luz del día, más dificil era encontrar la salida y realmente, se me hacía pesado, pero al final, dado después de unas horas vagando hasta encontrar la salida de los frondosos bosques llegué hasta un claro. Un sentimiento de dolor pero a la vez de pureza sentí en una fracción de segundo, un recuerdo en mi mente del examen chuunin, aquel combate, aquel chico... lo sentía cerca, de nuevo, con su pureza bañando el camino por donde pisa, poco a poco llegaba hasta aquella villa abandonada, era.. la verdad, bastante pequeña, con una arquitectura bastante asombrosa para los años que llevaba sin recaudar un hogar en su interior, al aire libre completamente, las calles y las casas eran victimas de el tiempo y de la naturaleza, pero aun así firmes seguían como si aun debieran proteger a los grandes shinobis que pasaron sus vidas en estas antiguas casas, por las estrechas calles de la villa, al final, conseguí llegar a una plaza, una ráfaga de luz deslumbró mi cara, cegándome por un par de segundos, tras esto, una plaza completamente redonda de unos 60 metros aproximadamente de diámetro y una silueta pude contemplar.

Aquel chico era el... Que sentimiento más curioso afloró en mi interior, parecía expectante, por lo que sin duda me dirigí hacía el con una sonrisa tan pequeña que casi ni se notaba, tanto tiempo sin ver a un ninja y fue el el primero.

Kirunami se había reunido con otro shinobi, quien sería, no me sonaba familiar, que pretendían hacer juntos en este lugar, me daba mal espina, sabía que el Suitachi era poderoso, pero no sabía cuan fuerte era, pero por ahora no debería quitarle un ojo de encima y no desvelar mi escondite, hasta que tuviese las pruebas necesarias para incriminarle en algo, o no.

Ambos se habían saludado, parecían amigos, lo que me hacía intuir que esto no era un simple intercambio, mientras veía las acciones de aquellos dos individuos, no pude evitar echar un ojo a los grabados talladas en las paredes, siento tapados y ocultando parte de su grandeza por el polvo que con los años había invadido aquel lugar, en un futuro, todo eso podría volver a ser la gran aldea que un día fue, pero mi misión en este momento no era ver la arquitectura de este lugar, ya volvería en otro momento para visitar con mas calma todo el sitio.

Mientras seguía escondido tras un trozo de pared desprendido de los edificios, tendiendo visibilidad de aquellos dos shinobis, en completo silencio, me concentre para escuchar la conversación que estaban teniendo, y saber con seguridad cuales eran sus planes. Conforme iba escuchando, una sonrisa alegraba mi rostro, demostrándome que todas mis sospechas eran falsas, es mas, quería ganar el dinero necesario para la reconstrucción, o al menos gran parte, cosa que me alegraba, pero a la vez me arrepentía de haber dudado de el, por ahora me había demostrado confianza, y que el, tanto como todos los habitantes de las ruinas, se preocupaba por que todo pudiese salir adelante. Ya que estaba en este lugar junto a ellos, me iba a ofrecer para ayudarles en esta misión, para demostrar que no había ningún rencor ni desconfianza por mi parte en su persona. Me levante, y me acerque un poco mas a su posición, revelando mi verdadero aspecto, el cual con el paso del tiempo había cambiado un poco, pero no mucho, estando un poco mas alto que de costumbre, y siendo mi rubio cabello  un poco mas largo, pero teniendo peinado que siempre tuve, estando un poco alocado, con los pelos de punta en todas direcciones, con filamentos prominentes y un mechón colgando en la frente, ademas de mi gran espada que en mi espalda residía.

Salte hacía su posición, quedando  unos 5 metros de ambos dos, y mirando a los ojos de Kirunami, le dije unas palabras.

Estoy aquí por que desconfié de tu persona, y temí que hicieses algo que pudiese perjudicar a la aldea, me disculpo por no haber confiado y haberte seguido para comprobarlo con mis propios ojos, pero viendo tus nobles motivos,me alegra tenerte en las filas de Kirigakure, ademas de ofreceros una mano para ayudaros a ambos dos para completar la misión

Kirunami me estrechó la mano, una sensación de nostalgia recorrió todo mi cuerpo, de punta a punta, un escalofrío carismático, como si mi cuerpo fuera una llama y se fuera apagando desde la mano que estaba unida a el hasta el final de la planta de mis pies, el no había cambiado mucho físicamente, por otra parte, yo tampoco, pero ahora mi cabeza y todo el cuello estaba cubierta por una tela de un tono blanco desgastado dejando solo mi cara al descubierto, una camiseta sin mangas negra abierta por los costados dejando ver las costuras que lucían en mis costillas y también en mis brazos, un cinturón de la misma clase de tela que la de mi cabeza y unos pantalones grises con vendas al final de las piernas, prácticamente solo ha cambiado mi indumentaria, había adelgazado y había crecido algo más, pero nada importante, en la tela que recubría mi cabeza y cuello, en la frente lucía mi banda de la villa oculta de la hoja, con honor de ello.

Kirunami no cambió casi nada tampoco sin embargo uno de sus brazos era extraño, no lo notaba como el otro, estaba envuelto en vendas y con un guante en la mano, pero no le aporté demasiada importancia, mis pupilas amarillentas no estaban acostumbradas a ver todo sin problema, ahora mi pelo ya no tapaba mis ojos por lo que podía fijarme bien en detalle que antes no me habría dado cuenta.

Me reuní con Kirunami para algo, y bien, en cuanto soltó mi mano comenzó a describirme lo que quería que hiciéramos.

- Como quizás sepas, los que habitamos en las ruinas de la antigua Kiri tenemos necesidades económicas, y poco a poco, los recursos de los que disponemos se están agotando. Dicen que en algún lugar cercano a este poblado abandonado hay una enorme mina de oro, también abandonada, pero aún explotable, pero que es muy peligroso acceder por uno mismo. Es por eso que te pido ayuda, si vamos en equipo será mas fácil que salgamos indemnes. Además, hacía tiempo que quería ver lo mucho que hemos mejorado.

Ya veo, necesitaba mi ayuda para reconstruir Neo Kirigakure, es cierto, estaba destruida, y por mi no suponía un problema ayudarle, le debía una desde hace tiempo ya, por lo que fui a contestarle, pero un hombre rubio apareció a 5 metros de nosotros dos, sonriendo.

Estoy aquí por que desconfié de tu persona, y temí que hicieses algo que pudiese perjudicar a la aldea, me disculpo por no haber confiado y haberte seguido para comprobarlo con mis propios ojos, pero viendo tus nobles motivos,me alegra tenerte en las filas de Kirigakure, ademas de ofreceros una mano para ayudaros a ambos dos para completar la misión

Eso fue lo que le dijo este desconocido hombre para mi a Kirunami, cuando terminó de hablar no le presté atención y me dirigí hacia Kirunami, y después ya retomaría la conversación con el muchacho que acababa de aparecer.

Bueno, así que la nueva Kirigakure, para mi será un placer ayudaros, ya que al fin y al cabo fue el lugar más importante del Imperio, ¿No?
Joder Kirunami ha pasado tanto tiempo y sigues igual, te debo una, y te voy a ayudar honestamente a lo que sea, por otra parte eso a mi me viene de perlas, desde el mismo chunin levo sin salir de la villa y justo quería retomar mi camino como ninja, así que esto será perfecto, cuando queraís podemos partir.

Tras terminar mi frase me callé y quedé expectante mirando a ver que se disponían a hacer el joven Suitachi y el muchacho de cabellos rubios, con una sonrisa en la cara, como no, era como si no pudiera poder parar de sonreír, tras ver el rostro de un antiguo rival en mi primera prueba de fuego como ninja.