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~Golpes dirigidos de chakra~
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Naruto Mundo :: :: País de las Olas
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~Golpes dirigidos de chakra~
Día tras día, noche tras noche, mi vida misma iba siendo una completa fase de entrenamiento tras entrenamiento, ¿a dónde me llevaría tanto entrenamiento, tanto cansancio en cada intento por mejorar alguna de mis capacidades? La verdad es que tampoco lo tenía muy claro, es verdad que para ser un ninja capacitado, tienes que entrenar todos los días para poder llegar a ser algo o al menos alguien reconocido del que pudieran decir algo bueno, seguramente Kilik llegaría a ser alguien así, le veía capacitado lo suficiente, y no porque fuera mi hermano iba a idolatrarle, si no por el simple hecho de que tiene la mayor capacidad ofensiva de los dos. Entre los dos existe una gran diferencia, aunque de carácter somos algo iguales y porque no, en combate también, por el simple hecho de que los dos pensamos antes de hacer nada, existe la gran diferencia de los modos de actuar, él es más ofensivo, siempre quiere hacer daño y aunque se lo hagan a él, éste sigue sin remordimiento alguno, mientras que yo, siempre quiero guardar distancia entre mi cuerpo y el dolor que el enemigo me puede hacer, siempre intento que sea el enemigo el que primero ataque, el que primero haga un movimiento en falso para que yo me pueda aprovechar de ello. Y porque eso mismo yo y mi hermano hacemos un equipo bastante bueno.
De nuevo la luz de la luna iluminaba mi rostro con su luz impenetrable, con la luz que todas las noches me mantenía en vela y que rara vez me dejaba dormir. Seguía haciendo un calor espantoso y yo dormía con la ventana abierto, no sin antes poner una tela transparente para que los mosquitos no entraran a devorar mi sangre como vampiros de las noches. No soporto a los mosquitos. Y era verdad, eran la cosa más horrible que el mundo había creado, y por supuesto, estaba en contra de todos esos clanes, que me había contado mi padre, que utilizaban la comunicación con insectos para luchar. No se puede ser más repugnante, por favor. Aunque me pareciera mal que algunas personas no odiaran a los insectos, si no que de algún modo, los utilizaran de ataque, me hervía la sangre, pero también debía respetarlo. Aunque me parezca imposible, seguro que hay gente que no le gusta el agua como método de ataque, pero que quieres… siendo Hoshi, tengo que utilizar agua por naturaleza. Me incorporé a una lateral de la cama, y en posición de indio con las piernas cruzadas, contemplé la luz de la luna, apoyando mis codos sobre el costado interior de mis muslos. Me gusta esta luz, algún día llegaré a brillar tanto.
Pero para eso, debo entrenar. Pegué un pequeño salto para pasar de la posición en la que estaba a levantar mi cuerpo hasta estar completamente erguida. De ese modo, avancé con pequeños pasos y sigilosos para que nadie descubriera que yo me estaba moviendo hacia el vestidor de mi habitación. Un pequeño armario donde yo me podía meter para cambiar, y como yo, lugar donde guardaba toda mi ropa. Iba contemplando todos los vestidos que tenía, todas las prendas que en algún momento habían pasado por mis curvas de adolescente y que ahora mismo estaban siendo examinadas por mis ojos para encontrar la forma de encontrarme un complemento capaz de hacer que mi cuerpo se pudiera mover con total libertad y soltura y que fueran adecuados para no ir hecha una, con perdón, rabalera. Tengo que ir perfecta, aunque solo sea para entrenar. Y en realidad era así, la combinación perfecta siempre hacía que entrenara con más ganas, algo que me caracterizada era la perspicacia y el tiempo que echaba en vestirme, y tenía que vestirme bien, no me gustaba salir des conjuntada. La elección tampoco es que fuera difícil, siempre podía ponerme un color claro que hiciera que mi pelo y mis ojos, azules los dos, destacaran con mi piel, que aunque algo más clara de lo que me gustaría, también era bonita. Al final me decanté por una blusa de color azul pálido, una falda que me llegaba hasta las rodillas de un color malva claro y como no, mis sandalias ninja, con las cuales, alcanzaría velocidades inimaginable.
Cuando ya estuve vestida, bajé por las escaleras de la casa, sin hacer si quiera un solo ruido para que nadie me oyera, y con nadie me refería a mi hermano, porque mis padres, como la mayoría de los días, no estaban en casa por motivos de trabajo. Normal, esto todo no se mantiene solo. Y era realmente lo que más les agradecía. Kilik y yo ya teníamos edad para irnos de casa y entablar nuestra propia vida, pero, ni nosotros queríamos marcharnos, ni nuestros padres nos lo iban a permitir. Somos unos caprichosos.
Cuando llegué al piso de abajo, entré en la cocina sin apenas mostrar ni un solo ápice de sonido, me eché un pequeño vaso de leche para que me diera la fuerza, cogí el libro que me iba a llevar para el entrenamiento, y salí de mi casa por una de las ventanas, sabiendo que si salía por la puerta principal, haría un ruido espantoso que yo no podía controlar. Cuando hube salido, caminé hasta el bosque más cercano, lugar donde me encantaba entrenar, mientras iba leyendo el libro e iba buscando algo que entrenar y algo que aprender. Había oído hablar de una habilidad que hacía que en el momento en que te estuvieras cayendo, con la suficiente fluidez, pudiera realizar un pequeño estallido de charka desde el propio cuerpo hacia fuerza. En el libro lo llamaba “Golpes dirigidos de chakra”, tenía su lógico, y la verdad es que era una habilidad que me interesaba bastante, era una habilidad que me gustaba porque se trataba de que el propio ninja tuviera un complejo y elevado control sobre el chakra que corría por sus venas, y era algo que a mí me gustaba. Por lo que estuve horas y horas hasta que conseguí dirigir un solo golpe hacia un árbol, el cual escupió unas cuantas hojas. Repitiendo esto varias veces seguro que lo consigo. Y así fue, puesto que estuve largo y tendido para controlarlo, aunque había dicho que hasta que no lo consiguiera, no me iba a casa, cosa que hice nada más terminar mi entrenamiento.
De nuevo la luz de la luna iluminaba mi rostro con su luz impenetrable, con la luz que todas las noches me mantenía en vela y que rara vez me dejaba dormir. Seguía haciendo un calor espantoso y yo dormía con la ventana abierto, no sin antes poner una tela transparente para que los mosquitos no entraran a devorar mi sangre como vampiros de las noches. No soporto a los mosquitos. Y era verdad, eran la cosa más horrible que el mundo había creado, y por supuesto, estaba en contra de todos esos clanes, que me había contado mi padre, que utilizaban la comunicación con insectos para luchar. No se puede ser más repugnante, por favor. Aunque me pareciera mal que algunas personas no odiaran a los insectos, si no que de algún modo, los utilizaran de ataque, me hervía la sangre, pero también debía respetarlo. Aunque me parezca imposible, seguro que hay gente que no le gusta el agua como método de ataque, pero que quieres… siendo Hoshi, tengo que utilizar agua por naturaleza. Me incorporé a una lateral de la cama, y en posición de indio con las piernas cruzadas, contemplé la luz de la luna, apoyando mis codos sobre el costado interior de mis muslos. Me gusta esta luz, algún día llegaré a brillar tanto.
Pero para eso, debo entrenar. Pegué un pequeño salto para pasar de la posición en la que estaba a levantar mi cuerpo hasta estar completamente erguida. De ese modo, avancé con pequeños pasos y sigilosos para que nadie descubriera que yo me estaba moviendo hacia el vestidor de mi habitación. Un pequeño armario donde yo me podía meter para cambiar, y como yo, lugar donde guardaba toda mi ropa. Iba contemplando todos los vestidos que tenía, todas las prendas que en algún momento habían pasado por mis curvas de adolescente y que ahora mismo estaban siendo examinadas por mis ojos para encontrar la forma de encontrarme un complemento capaz de hacer que mi cuerpo se pudiera mover con total libertad y soltura y que fueran adecuados para no ir hecha una, con perdón, rabalera. Tengo que ir perfecta, aunque solo sea para entrenar. Y en realidad era así, la combinación perfecta siempre hacía que entrenara con más ganas, algo que me caracterizada era la perspicacia y el tiempo que echaba en vestirme, y tenía que vestirme bien, no me gustaba salir des conjuntada. La elección tampoco es que fuera difícil, siempre podía ponerme un color claro que hiciera que mi pelo y mis ojos, azules los dos, destacaran con mi piel, que aunque algo más clara de lo que me gustaría, también era bonita. Al final me decanté por una blusa de color azul pálido, una falda que me llegaba hasta las rodillas de un color malva claro y como no, mis sandalias ninja, con las cuales, alcanzaría velocidades inimaginable.
Cuando ya estuve vestida, bajé por las escaleras de la casa, sin hacer si quiera un solo ruido para que nadie me oyera, y con nadie me refería a mi hermano, porque mis padres, como la mayoría de los días, no estaban en casa por motivos de trabajo. Normal, esto todo no se mantiene solo. Y era realmente lo que más les agradecía. Kilik y yo ya teníamos edad para irnos de casa y entablar nuestra propia vida, pero, ni nosotros queríamos marcharnos, ni nuestros padres nos lo iban a permitir. Somos unos caprichosos.
Cuando llegué al piso de abajo, entré en la cocina sin apenas mostrar ni un solo ápice de sonido, me eché un pequeño vaso de leche para que me diera la fuerza, cogí el libro que me iba a llevar para el entrenamiento, y salí de mi casa por una de las ventanas, sabiendo que si salía por la puerta principal, haría un ruido espantoso que yo no podía controlar. Cuando hube salido, caminé hasta el bosque más cercano, lugar donde me encantaba entrenar, mientras iba leyendo el libro e iba buscando algo que entrenar y algo que aprender. Había oído hablar de una habilidad que hacía que en el momento en que te estuvieras cayendo, con la suficiente fluidez, pudiera realizar un pequeño estallido de charka desde el propio cuerpo hacia fuerza. En el libro lo llamaba “Golpes dirigidos de chakra”, tenía su lógico, y la verdad es que era una habilidad que me interesaba bastante, era una habilidad que me gustaba porque se trataba de que el propio ninja tuviera un complejo y elevado control sobre el chakra que corría por sus venas, y era algo que a mí me gustaba. Por lo que estuve horas y horas hasta que conseguí dirigir un solo golpe hacia un árbol, el cual escupió unas cuantas hojas. Repitiendo esto varias veces seguro que lo consigo. Y así fue, puesto que estuve largo y tendido para controlarlo, aunque había dicho que hasta que no lo consiguiera, no me iba a casa, cosa que hice nada más terminar mi entrenamiento.
- Palabras y entrenamiento:
- Palabras realizadas: 1056
Palabras requeridas: 1000
Habilidad aprendida:
Golpe dirigidos de chakra
Descripción: esta habilidad es la que le permite al ninja dirigir su chakra concentrado en golpes por ejemplo para parar una caída o varias utilidades más.
Coste: 2pc por golpe.
Requisitos: Control del chakra 50 o más.
Mejoras:
-Puedes lanzar golpes dirigidos de chakra (no dañan)
Aprendizaje: 1000 palabras.
Yumi Hoshigaki- Cantidad de envíos : 9
Reputación : 0
Fecha de inscripción : 19/05/2014
Re: ~Golpes dirigidos de chakra~
Revisado. Habilidad aprendida y +25 puntos de exp
Kilik Hoshigaki- Cantidad de envíos : 7
Reputación : 0
Fecha de inscripción : 19/05/2014
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