Caída libre.

La caída era larga, antes de lanzarse guardó todos sus objetos en pergaminos de manera que no podrían mojarse, se quitó la capa que normalmente usaba y la colocó en el pergamino de igual modo y se lanzó sin más. Al caer, desde tan alta distancia hasta el mar, éste pelirrojo tenía un plan de apoyo para no hacer que esa caída libre terminara por dejar una mancha roja sobre la fas del mar que colindaba con la ciudad portuaria, e intestinos para comes a las gaviotas, tiburones y peces.

Al estar a una prudente distancia del mar giró sobre si mismo como dando un clavado de esos estéticos de los competidores olímpicos tomándose los pies con las manos frente a su pecho. Y después de un par de vueltas, si se le veía de cerca se podría ver un sin fin de manchas saliendo por su rostro y espalda para dejar paso a aquella transformación parcial que efectuaría para caer con vida y bien en donde él había planeado. De su espalda, una serie de cilindros que expulsaban chakra -como quemado- lo impulsaron para transportarse por el cielo a manera que caer sería más sencillo en la dirección que él prefería. Estando cerca de tierra extendió sus pies para usarlos como apoyo, y fue cayendo poco apoco, hasta que tropezó y dio unas vueltas en el suelo y quedó estampado en un árbol de las cercanías.

Puesto de pie se limpió la tierra y se sacudió. — Mucho mejor de lo que pensé. — Dijo para si mismo mientras sacaba su pergamino para colocarse la capa encima y la lanza de plata en su mano, las pildoras a un bolsillo y el sello de chakra a su manga junto con los kunais que iban directo a sus bolsillos. Solo dos, no necesitaba más. El comunicador y el respirador se quedaron en el pergamino, pensaba no necesitarlos.

Spoiler: