Combate amistoso en Templo Perdido.

Kadzuki estaba sentado sobre una roca, golpeando tranquilamente con una mano la misma y la otra apoyada en su rodilla. Su Kouken descansaba sobre la roca, a sus espaldas pero igualmente amarrado a su cinto, cubierto por la capa de su villa. Miraba a su alrededor, expectante, esperando la llegada de aquel ninja desconocido con el que iba a tener lugar su combate de entrenamiento. La cinta con la insignia de su villa, amarrada a su hombro, brillaba con la luz del sol de aquella tarde. Recientemente fue nombrado Gennin, y esperaba poder subir de rango pronto. Sabía que había ninjas más fuertes que él, pero aún quería mostrar su valía y devolverle su antigua gloria al clan Hatake. El viento mecía suavemente sus cabellos, de un lado a otro, revolviéndoselos aún más.

Información:

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Resultado:

Los caminos del peregrino podían llevarle desde las altas cumbres del País de la Tierra, a los embarrados pantanos del País del Agua, pasando por los frondosos bosques del País del fuego y quizás los desiertos que colindaban Sunagakure. No importaba donde se encontrase, pues cada lugar poseía su propia sabiduría natural, siempre deseosa de ser transmitida a todo aquel que tuviera los oídos lo suficientemente finos como para escucharle. Como decían los monjes del monte Ryuokkan, El hombre que busca la iluminación ha de pasar por las tres etapas del Alma y sobrepasar las ocho barreras del cuerpo, pues solo así conseguiría la paz suprema ascendiendo a un estado superior de Consciencia.

La voz de la tierra había guiado a nuestro peregrino ese día hacia uno de los templos abandonados del País del Viento, en medio del desierto. Hacía mucho tiempo que Shichika no visitaba los colosales desiertos, y como la primera vez, sintió esa paz interior que florecía ante la calma del basto páramo, rodeada de un sentimiento de grandeza provocada por el enorme poder de la naturaleza. Era irónico, pues las arenas eran un medio óptimo para la conservación de alimentos, dado a sus condiciones extremas en las que poco seres vivían, y aún así era uno de los climas que más desgastaban el Alma de los hombres. Tras las horas de viaje, el peregrino se había colocado dos pesas en cada pierna, tratando de entrenar su forma física a la vez que caminaba hacia el templo mayor. No había hecho su entrenamiento esa mañana y eso le hacía sentir débil.

Al llegar al lugar, pudo observar a un joven shinobi con un arma de filo al lado que parecía esperar a alguien. Sin querer molestarle, pasó frente a él, a unos 10 metros e inclinó su cabeza a modo de saludo mientras seguía caminando hacia los templos. Sin embargo, tras dar varios pasos lejos del joven, un fuerte viento azotó la cara del peregrino, hablándole una vez más. La tierra le ofrecía una nueva posibilidad de aumentar sus habilidades, y acercarse a la Iluminación. Con un gesto rápido, Shichika observó al joven, y lanzó su petición.

-Shinobi Dono, los caminos nos han reunido aquí a ambos para que midamos nuestra fuerza en un combate. Espero que pueda satisfacer mi curiosidad.

Tras haber dicho esto, Shichika adoptó su pose de inicio, con las piernas flexionadas, una frente a otra, el brazo izquierdo extendido y el derecho doblado a la altura del codo con ambas palmas abiertas, cruzando los pulgares en el centro de la mano. Se encontraban a unos 12 metros, el día estaba despejado y el viento había cesado. Las cuatro pesas Yobidashimasu que se había colocado en las piernas se afirmaban a su cuerpo bajo la ropa con la seguridad del Lirio, dándole fuerzas y recordándole a su compañero de viajes, contra quien no podía perder.

Info de Shichika:

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Gasto y Daño:

Aquél día había oído de uno de los ninjas superiores de su aldea que un joven desconocido de otra villa se encaminaba hacia aquél lugar. Al oírlos al joven Kadzuki se le iluminaron los ojos. Y no se le ocurrió nada mejor que ir a aquel lugar rápidamente y esperarlo, para poder medirse con él. Así que, cuando lo oyó pronunciar aquellas palabras, su rostro se iluminó con su sonrisa. Nada deseaba más que combatir para poder mejorar. No es que fuera violento, simplemente ansiaba demostrar su valía en combate. Sin decir nada, Kadzuki se puso de pie en la roca y lo miró, asintiendo con la cabeza.

-Está claro que algo nos ha reunido aquí, hoy, así que adelante.

El Kouken le colgaba de la cintura por la espalda, la capa era mecida por el viento, suavemente, al igual que su pelo, que se agitaba. No se acercó, sin embargo, lo que si hizo fue un par de sellos con ambas manos, rápidamente, tras los cuales una pequeña bola de electricidad emergió, en dirección a su rival.

-Raiton: Raikyu. -murmuró, sin perderle de vista.

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Resultado:

Shichika estaba convencido de que ante sí tendría una pelea interesante, como mínimo aprendería algo nuevo su adversario, que al parecer era perteneciente a Kumogakure, o eso indicaba su protector. Los caminos de la vida habían propuesto el encuentro, y ambos contendientes habían aceptado, preparados para la batalla. Cuando su adversario se hubo levantado, portando el arma a su espalda, Shichika tensó los músculos y comenzó a correr hacia la izquierda, rodeando la roca haciendo un pequeño acercamiento a cada instante. Cuando había recorrido unos cinco metros, habiéndose acercado dos al shinobi, éste comenzó a hacer sellos, formando una esfera eléctrica en su mano y lanzándola hacia mí instantáneamente. Por suerte mi velocidad no era nada que se pudiera menospreciar, y menos si ya estaba en movimiento.

Cuando la esfera se estaba acercando, el peregrino ya estaba un metro más a la izquierda de la posición a la que el proyectil se dirigía, a unos diez metros aproximadamente del ninja, pudiendo oír la esfera chisporrotear contra la arena antes de deshacerse. En el momento en que la esfera impactó, el joven Shichika se impulsó hacia delante, estrechando otros tres metros el cerco, mientras volvía a girar, esta vez hacia la derecha, en dirección contraria a la anterior. El shinobi sin Villa podía sentir la presión de las Pesas Yobidashimasu en sus piernas, reduciendo su capacidad máxima, pero al tiempo fortaleciendo su cuerpo y preparándolo para las batallas del futuro.

Era una pena que Hakuhei hubiera decidido visitar el templo del País del Fuego, pues se hubiera divertido sin duda observando la contienda de su compañero de peregrinación, aunque por otro lado Shichika luego hubiera tenido que lidiar con el convencimiento de su hermano sobre el destino y su propia elección de éste. Hakuhei no compartía con Shichika su mentalidad en la que el peregrino era guiado por la naturaleza tras escucharla lo suficiente, pudiendo así entrar en perfecta sintonía con ésta, estando un paso más cerca de la iluminación. Sin embargo, no era una persona mala, y a pesar de sus diferencias, ambos pudieron viajar juntos durante todo ese tiempo, hasta la actualidad. Cuando le viera tendría que contárselo, seguramente se divirtiera tan solo por escucharlo.

Acciones:

Gasto y Daño:

Sonrió cuando lo vio esquivar su ataque. Era un ninja rápido, eso estaba claro, y mostraba seguridad en sus movimientos. Aquel combate sería interesante, le ayudaría a poner a prueba sus habilidades y ver sus aptitudes en un combate real. El destino quiso se encontraran y midieran fuerzas aquel día, y él no estaba dispuesto a llevarle la contraria. En sus piernas se marcaban unos bultos, con la forma de las pesas Yobidashimasu, típicas de los shinobis especialistas en Taijutsu. Era el primero contra el que se iba a enfrentar, aunque seguro que no el único, y por tanto iba a dar lo mejor de sí, para no dejar mal a los otros ninjas de su villa ni al clan Hatake.

El viento volvió a soplar con suavidad, y se pudo ver como Kadzuki agarraba rápidamente el mango de su Kouken y lo sacaba, sin moverse aún de la roca. En ningún momento perdió de vista a su rival ocasional, que se encontraba a escasos 7 metros, volviendo a correr hacia su derecha. En algún momento iba a volver a ponerse justo enfrente suya, ya que ahora mismo se encontraba a unos 6 metros a su izquierda, así que rápidamente calculó el sitio exacto al que tenía que impulsarse para interceptar su movimiento, y con un salto veloz se puso en medio, con su espada en la mano izquierda, dispuesto a darle un tajo en el vientre. Aunque a esa distancia no iba a ser demasiado profundo, si iba a ser lo suficiente como para hacerle algún daño.

Acciones:

Resultado:

El momento en que cambié de dirección, fué el indicado para entrechocar rápidamente ambos talones, soltando las pesas que me limitaban. En cuanto cayeron al suelo, levantando una nube de polvo, desparecí del lugar, reapareciendo en el costado derecho del ninja enemigo, que en esos momentos estaba en medio de su salto para atacar la supuesta posición donde yo hubiera estado de seguir corriendo en círculos. Gracias a la liberación de Hane Ari, fuí capaz de recorrer los ocho metros que nos separaban de un solo paso, traspasando toda la distancia en menos de un segundo, y preparando el ataque antes de llegar, de tal manera que al aparecer al costado izquierdo del shinobi, mi pierna derecha se estampara contra la nuca de éste. Mi velocidad era ligeramente superior de base a la de mi adversario, lo que le impediría esquivarme, y debido al aumento repentino de mi velocidad tras liberar las pesas, mi pierna, que estaba a meros centímetros de la cabeza enemiga, no tardaría ni una milésima de segundo en impactar.

Según mis cálculos el joven debía quedar inconsciente, a no ser que fuera más resistente de lo que parecía, lo cual sería una grata sorpresa.

Acciones:

Gasto y Daño:

Pesas:

Hagane Asi:

Kadzuki estaba en movimiento cuando vio como con un movimiento de talones, entrechocándolos, se libraba de las pesas, y como bien estudió en la academia ninja, aquello significaría un aumento drástico de su velocidad, así que cambió de estrategia, e hizo un sello con su mano libre. Sonriendo, supuso que no le atacaría de frente, ya que ello significaría que se topase con su espada, por lo que el ataque vendría de la espalda o del costado. Debido a que llegaría más pronto a su costado, imaginó que su acción ofensiva provendría desde ahí, aunque no sabía cual. No le iba a dar tiempo a moverse para esquivarla, eso lo tenía más que asegurado, por lo que sólo podría bloquearlo. Giró sobre si mismo, al tiempo que el Kouken se iluminaba con un destello azulado, proveniente de su mano libre, de la cual había emergido instantes antes una pequeña daga de electricidad. No se lo pensó más rotó como una peonza sobre si mismo, con el Kouken y la daga, por lo que cuando su rival apareció y le asestó la patada, chocó igualmente contra sus armas, cortándolo con el Kouken y con la daga, supuso que le daría a media altura, el Kouken llegaría a su vientre, pero la daga se quedaría en su pierna. El golpe sin embargo lo recibió, ya que no hizo nada para evitarlo, si no simplemente intentó provocarle a su enemigo igualmente daño.

Acciones:

Resultado:

Parecía que el oponente iba a seguir una nueva estrategia, pero al peregrino le era indiferente. En el tiempo que el shinobi tardó en hacer los sellos, Shichika ya estaba a su izquierda con la pierna a la altura de su cabeza, por lo que cuando intentó comenzar el giro, se dió cuenta de que un poderoso golpe le había contusionado la coronilla, lanzándole lejos hacia la arena. El error de su oponente había sido creer que podría girar en medio del aire, sin ningún tipo de punto de apoyo. Si hubiera corrido por el suelo hacia la dirección de intercepción del enemigo, en vez de saltar, quizás podría haberse defendido, pero en medio del salto, no tendría nada contra lo que impulsarse.

El shinobi cayó a tres metros, sobre la arena, seguramente inconsciente, con su arma desperdigada varios metros frente a él. Shichika podría haberse acercado a rematarle, pero estaba en contra de acabar con las vidas de los seres vivos a no ser que fuera indispensable, por lo que le dejó y observó unos segundos hasta que estuvo seguro de que no iba a levantarse en un tiempo. Entonces cogió sobre su hombro al chico y lo sentó a la sombra de la torre, sabiendo que tardaría unas horas en despertar. Al menos así no moriría por una insolación, pensó el aspirante a la iluminación.

Cuando estaba a punto de irse, Shichika vio que una figura vestida con Kimono blanco a medio poner, y con una funda de katana en el lado izquierdo de la cintura. Si los ojos no me engañaban, era mi compañero de viajes, Mokutekichi aki no Hakuhei. Me acerqué lentamente a él, sin prisas, aunque se encontraba tan solo a diez metros, sentado a la sombra de una enorme piedra. Con el fervor de de la batalla no le había visto, pero al parecer él llevaba ya algún tiempo mirando.

-Hakuhei. Pensé que los vientos del este te habían llevado hacia el País del Fuego, no esperaba que nuestro reencuentro fuera tan temprano.


Off: Con "Hagane Asi" cada paso avanzas X, en este caso 8 metros. Por tanto, cuando estás en medio de tu salto, yo me "Teletransporto" a tu lado ya en medio del ataque. Esto tardaría menos de un segundo en suceder (Lo que se tarda en dar un paso mientras se corre) y en lo que tardas en hacer el sello, incluso si consiguieras hacerlo, la patada ya te hubiera alcanzado para cuando te pudieras defender. Otra cosa es el tema del giro, como ya he puesto en el post, ¿Como giras en el aire? no tienes puntos de apoyo. Si te parece bien, cuando nos moderen el combate creamos el nuevo post en este mismo subforo y entrenamos juntos, como habíamos quedado.

Off: Buen trabajo querido compañero, seguimos en este tema: http://www.narutomundo.com/t1131-la-sombra-danzante#9338

Por cierto bien roleado Kadzuki ;D

Shichika: 55 Exp (50 +5)
El colega Kazdu: 45 (50 -5)