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Destrucion De Iwagakure
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Destrucion De Iwagakure
Me encontraba en una cueva oscura alejada de todo rastro de vida, sentado en una mesa redonda con 5 miembros más. Ninguno veía el rostro de los demás, pues estábamos totalmente a oscuras y todos portábamos máscaras para ocultar nuestras identidades. Notaba la humedad de la cueva y la gotas que caían del techo sobre el suelo de piedra y la mesa de madera, pero ni a mí me importaba ni parecía molestar al resto.
Durante un par de minutos guardo silencio, dejando que todos se observen entre sí, tratando de identificarse, sin suerte para ninguno, pero después de haber pensado todo detenidamente pongo mis manos sobre la mesa y comienzo a hablar.
-Nuestra era a llegado. Los viejos señores feudales y sus marionetas los Kages ya han gobernado lo suficiente, y ahora contamos con el poder necesario para llegar a nuestro objetivo, aunque ellos se interpongan.
Nada mas decir eso me levanto muy despacio y empiezo a caminar por detrás de los 5 shinobis sin hacer ningún ruido con mis pisadas. Cuidadosamente me paro a espaldas del primero poniéndole la mano sobre el hombro para llamar su atención y mostrarle a los demás quién será mi elegido.
-Sabes cuál es tu cometido, tu serás los ojos del Loto Negro. No nos decepciones.
Tras expresar en alto mis palabras, reflejando las órdenes del grupo, sigo caminando hasta que me pongo en la espalda del segundo y apoyo las manos en el sillón y me acerco a su oído para susurrarle.
-Necesito que me traigas toda la información que puedan darte tus contactos de todas las villas. Cuento contigo.
Me levanto y me coloco tras el tercero, dispuesto a darle órdenes, así como haré posteriormente con el resto. Cuando me paro detrás del siguiente miembro, con rapidez le cojo la cabeza empotrándosela contra la mesa y le grito:
-Déjate de juegos. Ir de cacería matando a otros shinobis renegados. La última vez estuvieron a menos de diez kilómetros de nuestra base secundaria, así que olvida la diversión y organiza las defensas. Nadie puede entrar en el perímetro y salir vivo.
Le quito la mano de la cabeza y me aparto hacia atrás. Él levanta la cabeza pero se queda callado así que sigo caminando hacia el cuarto y me pongo detrás de el.
-Infíltrate en todas las villas y encuentra más peones para nuestro plan.
Sigo caminando hasta el quinto y me coloco tras él.
-Y tu, quiero que derrumbes esta cueva cuando nos vallamos. No quiero que haya rastro de nosotros ni de que alguna vez hubo una base del Loto Negro aquí.
Nada mas decir eso entra alguien corriendo en la cueva y se arrodilla ante mí, esperando el permiso para hablar. En la mano izquierda traía un pergamino, así que lo cojo y me giro hacia mis compañeros.
-Id todos y no falléis. El gran plan ha dado comienzo.
Nada mas decir eso se levanta el primero y dice:
-Mis ojos estas a tus ordenes.
Nada mas decir eso desaparece de la sala, el segundo se levanta y dice:
-Averiguare hasta los paños sucios de cada kage.
Nada mas decir eso desaparece de la sala, el tercero se levanta y dice:
-No volverá a ocurrir preparare todo en la base.
Nada mas decirlo desaparece de la sala, el cuarto se levanta y dice:
-Seré como un camaleón señor.
Nada mas decir eso desaparece de la sala, el quinto se levanta y dice:
-Prepararé la zona para cuando nos vallamos.
Nada más decir eso desaparece.
Cuando desaparecen los 5 voy caminado hasta la entrada de la cueva, viendo como a cada paso que daba la claridad del sol iba conquistando la cueva. Una ves en la entrada de la cueva, miré todo el paisaje que había frente a mí. Cogí un pergamino y lo abrí, mirando su contenido detenidamente. Cuando terminé de leerlo empiezo a reírme de felicidad, guardo el pergamino y levanto la mano como si fuera a coger el sol cerrando la mano.
-Que buena noticia me acaban de dar ya sé donde esta la primera pieza del puzle... tendré que partir de inmediato.
Voy a un lateral de la cueva y cojo mi gabardina y mi mascara ocultando mi identidad con ellas. Nada más ponerme la gabardina y la máscara mi cuerpo empieza a caminar a toda velocidad fuera de la cueva, saltando por el terreno dirección a Iwa. Mientras iba corriendo miraba todo a mi alrededor asegurándome de que no hubiera nadie por los alrededores.
Cuando estaba a cosa de 2 kilómetros apareció uno de los hombres que estaban en la cueva para decirme:
-Todo preparado señor.
Nada mas oír eso miro hacia atrás y puedo ver una gran explosión cuya onda expansiva llega hasta nosotros, dejando solo una nube de humo. Lo miro y le digo:
-Tu trabajo siempre se te ha dado bien sigamos el plan.
Cuando oye eso nos dividimos y yo sigo mi dirección hacia Iwa las 6 horas de viaje, Llego a un acantilado en el que detengo mi carrera, tras las horas de viaje y veo la puerta de Iwa. Me quedo mirando la villa y todo su esplendor, dentro de esa villa esta mi primera pieza del puzle si se entregara con facilidad no haria nada pero si no tendría que arrasar la villa entera buscándolo aunque por los informes no es de los que se esconde. Me quedo unos minutos admirado todo desde el acantilado.
Después de pasar 2 minutos me dejo caer por el acantilado de unos 40 metros de altura cayendo y nada más tocar el suelo levanto la vista mirando la puerta de Iwa. Me alzo y voy caminando hasta llegar a la puerta de Iwa parándome a unos 10 metros delante de la puerta, miro todo a mi alrededor y digo:
-No tienen ninguna vigilancia al final mi mensajero tenia razón.
-Ya que nadie me sale a dar la bienvenida entrare yo-
Nada mas decir eso pego un pisotón al suelo y cuando pego el pisotón al suelo se abren grietas que van hacia la puerta y sigue de largo en el suelo. Suelto por la boca llamas que se introducen en la grieta y empiezo a hacer ellos con ambas manos, cuando los termino se produce una gran explosión de lava que abarca 400 metros cuadrados. Las llamas prenden fuego a la puerta, que sale volando trozos de la puerta por los aires dejándome la entrada libre entro dentro de Iwa y empiezo a buscar a mi pieza del puzle
-Solo quiero a Sabaku no Asuke si no se resiste no morirá nadie.
Al decir eso me quedo justo en la entrada de lo que era la puerta de Iwa.
Durante un par de minutos guardo silencio, dejando que todos se observen entre sí, tratando de identificarse, sin suerte para ninguno, pero después de haber pensado todo detenidamente pongo mis manos sobre la mesa y comienzo a hablar.
-Nuestra era a llegado. Los viejos señores feudales y sus marionetas los Kages ya han gobernado lo suficiente, y ahora contamos con el poder necesario para llegar a nuestro objetivo, aunque ellos se interpongan.
Nada mas decir eso me levanto muy despacio y empiezo a caminar por detrás de los 5 shinobis sin hacer ningún ruido con mis pisadas. Cuidadosamente me paro a espaldas del primero poniéndole la mano sobre el hombro para llamar su atención y mostrarle a los demás quién será mi elegido.
-Sabes cuál es tu cometido, tu serás los ojos del Loto Negro. No nos decepciones.
Tras expresar en alto mis palabras, reflejando las órdenes del grupo, sigo caminando hasta que me pongo en la espalda del segundo y apoyo las manos en el sillón y me acerco a su oído para susurrarle.
-Necesito que me traigas toda la información que puedan darte tus contactos de todas las villas. Cuento contigo.
Me levanto y me coloco tras el tercero, dispuesto a darle órdenes, así como haré posteriormente con el resto. Cuando me paro detrás del siguiente miembro, con rapidez le cojo la cabeza empotrándosela contra la mesa y le grito:
-Déjate de juegos. Ir de cacería matando a otros shinobis renegados. La última vez estuvieron a menos de diez kilómetros de nuestra base secundaria, así que olvida la diversión y organiza las defensas. Nadie puede entrar en el perímetro y salir vivo.
Le quito la mano de la cabeza y me aparto hacia atrás. Él levanta la cabeza pero se queda callado así que sigo caminando hacia el cuarto y me pongo detrás de el.
-Infíltrate en todas las villas y encuentra más peones para nuestro plan.
Sigo caminando hasta el quinto y me coloco tras él.
-Y tu, quiero que derrumbes esta cueva cuando nos vallamos. No quiero que haya rastro de nosotros ni de que alguna vez hubo una base del Loto Negro aquí.
Nada mas decir eso entra alguien corriendo en la cueva y se arrodilla ante mí, esperando el permiso para hablar. En la mano izquierda traía un pergamino, así que lo cojo y me giro hacia mis compañeros.
-Id todos y no falléis. El gran plan ha dado comienzo.
Nada mas decir eso se levanta el primero y dice:
-Mis ojos estas a tus ordenes.
Nada mas decir eso desaparece de la sala, el segundo se levanta y dice:
-Averiguare hasta los paños sucios de cada kage.
Nada mas decir eso desaparece de la sala, el tercero se levanta y dice:
-No volverá a ocurrir preparare todo en la base.
Nada mas decirlo desaparece de la sala, el cuarto se levanta y dice:
-Seré como un camaleón señor.
Nada mas decir eso desaparece de la sala, el quinto se levanta y dice:
-Prepararé la zona para cuando nos vallamos.
Nada más decir eso desaparece.
Cuando desaparecen los 5 voy caminado hasta la entrada de la cueva, viendo como a cada paso que daba la claridad del sol iba conquistando la cueva. Una ves en la entrada de la cueva, miré todo el paisaje que había frente a mí. Cogí un pergamino y lo abrí, mirando su contenido detenidamente. Cuando terminé de leerlo empiezo a reírme de felicidad, guardo el pergamino y levanto la mano como si fuera a coger el sol cerrando la mano.
-Que buena noticia me acaban de dar ya sé donde esta la primera pieza del puzle... tendré que partir de inmediato.
Voy a un lateral de la cueva y cojo mi gabardina y mi mascara ocultando mi identidad con ellas. Nada más ponerme la gabardina y la máscara mi cuerpo empieza a caminar a toda velocidad fuera de la cueva, saltando por el terreno dirección a Iwa. Mientras iba corriendo miraba todo a mi alrededor asegurándome de que no hubiera nadie por los alrededores.
Cuando estaba a cosa de 2 kilómetros apareció uno de los hombres que estaban en la cueva para decirme:
-Todo preparado señor.
Nada mas oír eso miro hacia atrás y puedo ver una gran explosión cuya onda expansiva llega hasta nosotros, dejando solo una nube de humo. Lo miro y le digo:
-Tu trabajo siempre se te ha dado bien sigamos el plan.
Cuando oye eso nos dividimos y yo sigo mi dirección hacia Iwa las 6 horas de viaje, Llego a un acantilado en el que detengo mi carrera, tras las horas de viaje y veo la puerta de Iwa. Me quedo mirando la villa y todo su esplendor, dentro de esa villa esta mi primera pieza del puzle si se entregara con facilidad no haria nada pero si no tendría que arrasar la villa entera buscándolo aunque por los informes no es de los que se esconde. Me quedo unos minutos admirado todo desde el acantilado.
Después de pasar 2 minutos me dejo caer por el acantilado de unos 40 metros de altura cayendo y nada más tocar el suelo levanto la vista mirando la puerta de Iwa. Me alzo y voy caminando hasta llegar a la puerta de Iwa parándome a unos 10 metros delante de la puerta, miro todo a mi alrededor y digo:
-No tienen ninguna vigilancia al final mi mensajero tenia razón.
-Ya que nadie me sale a dar la bienvenida entrare yo-
Nada mas decir eso pego un pisotón al suelo y cuando pego el pisotón al suelo se abren grietas que van hacia la puerta y sigue de largo en el suelo. Suelto por la boca llamas que se introducen en la grieta y empiezo a hacer ellos con ambas manos, cuando los termino se produce una gran explosión de lava que abarca 400 metros cuadrados. Las llamas prenden fuego a la puerta, que sale volando trozos de la puerta por los aires dejándome la entrada libre entro dentro de Iwa y empiezo a buscar a mi pieza del puzle
-Solo quiero a Sabaku no Asuke si no se resiste no morirá nadie.
Al decir eso me quedo justo en la entrada de lo que era la puerta de Iwa.
- Stast:
-Fuerza (FUE):100
-Inteligencia (INT):1500 +500=2000
-Velocidad (VEL):400
-Control del Chakra (CCK):1000+300=1300
-Resistencia (RES):130+300=430
PV (Puntos de vida):930
PC (Puntos de Chakra):3730
- Ninjutsu: 50+42=92
- Taijutsu:2 +6=8
- Genjutsu:50+74= 124
- Jutsus:
Katon: Kesei Makugahara
Elemento Fuego: Cráter Explosivo de Lava
Requisitos: sellos con ambas manos
Tipo: Ninjutsu
Condición: ofensiva
Rango: S
Daño: 700 PV
Chakra: 350 Chakra
Descripción: el Ninja golpea el suelo con su pie cargado de Chakra, abriendo una pequeña grieta. Entonces el usuario sopla un chorro de llamas dentro de la grieta que funde y hace hervir todo el suelo frente al Ninja usuario. Entonces el Ninja realiza un sello con ambas manos y hace estallar el suelo fundido, resultando así en una poderosa explosión de lava, que abarca una extensión de unos 400 metros cuadrados.
- Daño y Gasto:
Puerta= 700+92=792
PV (Puntos de vida):930
PC (Puntos de Chakra):3730-350=3380
Damocles- Kage Oto
- Cantidad de envíos : 103
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Fecha de inscripción : 24/04/2010
Estatus
Rango Off: -
Recompensa (Renegados): -
Re: Destrucion De Iwagakure
El día comenzaba como cualquier otro para Kenko Jiongu, con su rutina y su día tras día, pero hoy para su fortuna o desgracia no iba a ser así. Ya pasadas unas horas de el despertar del Tsuchikage, de que desayunase, se duchara, se vistiera y llegase a su puesto de trabajo en el despacho del su propio edificio las primeras malas noticias de lo que iba a ser una gran obra llegaron a sus oídos.
Un shinobi entró raudo y veloz en su despacho. Su cara parecía que había visto lo más terrorífico del mundo, por lo que Kenko se asustó.
-Señor, señor en las puertas de la villa NOS ATACAN.-
Lo que decía aquel exaltado personaje no era ninguna broma, nuestras puertas estaban resultando atacadas por un personaje bastante pintoresco, y eso, Kenko, no lo podía permitir de ninguna de las maneras. Cogió su ataúd, y fue corriendo como el rayo hasta las puertas, bueno lo que quedaba de ellas. Al llegar solo vio un montón de piedras y de fragmentos de las puertas en ruinas entre llamas. El alma de Kenko lloraba sin consuelo, pero su rostro permanecí serio y frío como in iceberg, él ya no podía llorar, su puesto se lo impedía, por su desgracia claramente. Saltó a un montículo de piedras demolidas de aquella brutal forma para mirar al agresor con la más frialdad posible. Sus sentimientos reclamaban venganza y carnicería, pero tendrían que ser mas sensato si quería arreglar este entuerto.
Aquel hombre dijo unas palabras tras destruir las puertas de la amada villa de Kenko. Buscaba a alguien, pero no una persona cualquiera, ni mucho menos, sino a Asuke, el Kazekage de Sunagakure, el mejor amigo de Kenko y eso no iba a permitirlo jamás.
Ya colocado en el montículo, a veinte metros de aquel tipo, con su ropa habitual, su kapa de Kage, su camiseta, sus pirata, aquellos brazos vendados y como no su amado ataúd a la espalda decidió hablar para dirigirse a su enemigo
- Quien buscas no está aquí sino mucho más lejos, así pues márchate de estas tierras cuanto antes.-su voz fue cruda y tajante, como jamás había hablado Kenko en la vida hacia nada ni nadie. Él siempre había sido el más débil, pero esta vez tenía que hacer lo mas importante para su villa, defenderla y por eso ya era hora de ser mayor, dejar atrás el pasado y ser el fuerte por una vez.
En ese momento lo pidió mediante las palabras pero seguramente lo lo lograría así y tuviera que luchar, por eso Kenko estaba alerta de todo lo que pudiera pasar. Sabía que esta batalla sería cuanto menos bestial, y que era mas que posible que no consiguiera salir vivo de ella, pero Asuke le enseñó que el que lo da todo por los suyos, el que defiende a sus seres queridos hasta la muerte, siempre será recordado por alguien.
Un shinobi entró raudo y veloz en su despacho. Su cara parecía que había visto lo más terrorífico del mundo, por lo que Kenko se asustó.
-Señor, señor en las puertas de la villa NOS ATACAN.-
Lo que decía aquel exaltado personaje no era ninguna broma, nuestras puertas estaban resultando atacadas por un personaje bastante pintoresco, y eso, Kenko, no lo podía permitir de ninguna de las maneras. Cogió su ataúd, y fue corriendo como el rayo hasta las puertas, bueno lo que quedaba de ellas. Al llegar solo vio un montón de piedras y de fragmentos de las puertas en ruinas entre llamas. El alma de Kenko lloraba sin consuelo, pero su rostro permanecí serio y frío como in iceberg, él ya no podía llorar, su puesto se lo impedía, por su desgracia claramente. Saltó a un montículo de piedras demolidas de aquella brutal forma para mirar al agresor con la más frialdad posible. Sus sentimientos reclamaban venganza y carnicería, pero tendrían que ser mas sensato si quería arreglar este entuerto.
Aquel hombre dijo unas palabras tras destruir las puertas de la amada villa de Kenko. Buscaba a alguien, pero no una persona cualquiera, ni mucho menos, sino a Asuke, el Kazekage de Sunagakure, el mejor amigo de Kenko y eso no iba a permitirlo jamás.
Ya colocado en el montículo, a veinte metros de aquel tipo, con su ropa habitual, su kapa de Kage, su camiseta, sus pirata, aquellos brazos vendados y como no su amado ataúd a la espalda decidió hablar para dirigirse a su enemigo
- Quien buscas no está aquí sino mucho más lejos, así pues márchate de estas tierras cuanto antes.-su voz fue cruda y tajante, como jamás había hablado Kenko en la vida hacia nada ni nadie. Él siempre había sido el más débil, pero esta vez tenía que hacer lo mas importante para su villa, defenderla y por eso ya era hora de ser mayor, dejar atrás el pasado y ser el fuerte por una vez.
En ese momento lo pidió mediante las palabras pero seguramente lo lo lograría así y tuviera que luchar, por eso Kenko estaba alerta de todo lo que pudiera pasar. Sabía que esta batalla sería cuanto menos bestial, y que era mas que posible que no consiguiera salir vivo de ella, pero Asuke le enseñó que el que lo da todo por los suyos, el que defiende a sus seres queridos hasta la muerte, siempre será recordado por alguien.
- info:
- Atributos
FUE:65
INT:300
VEL:100 velocidad máxima: 12km/h; altura de salto: 2m.
CCK:1315(+20)[+200](+5% por genes Horoki)=1612
RES:235 la duración del efecto de técnicas Rango D se reduce a la mitad, redondeado hacia arriba. (-5% de daño Bonos al ser Atravesado o Golpeado)
Stats:
PV:400
PCK:2147
Poder Ninja:
NINJUTSU:36(+56)=92
GENTJUTSU:22(+20)=42
TAIJUTSU:18(+2)=20
- acciones:
- -6 jutsus ocultos
Agito Hoshigaki- Renegado
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Edad : 29
Estatus
Rango Off: -
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Re: Destrucion De Iwagakure
Mi viaje hacia el norte había sido largo y cansado, pero al fin estaba a punto de llegar a mi objetivo, el final de mi periplo por las montañas que separaban Iwagakure de Sunagakure, las largas jornadas sin descanso por las estepas vacías del País de la Tierra, las inconstantes paradas en pueblos desperdigados, perdidos de la mano del creador. Había sido un camino duro, y desagradable en su mayoría, pues no guardaba buenos recuerdos del primer lugar que había visitado al salir de Suna. Tras cruzar las fronteras, al pié de una montaña, encontré un pueblo derruido, que anteriormente se había alzado contra el desierto y la roca, formando un pequeño edén entre ambos, pero que ahora estaba abandonado, el desierto casi lo había hecho desaparecer por completo. Hacía muchos años que lo habíamos descubierto, y los ancianos lo reconocieron como el Poblado de Nabu, llamado así por un antiguo rey que se dice, desafió a los dioses. No era la destrucción de un hermoso lugar lo que me disgustaba, sino el saber que yo provenía de ahí, que toda mi familia murió durante un asalto de Shinobis de Kusagakure, una villa de la que solo quedaban las cenizas en la actualidad. Ahí, en esas casas, sobre esa arena, había perdido a mi familia natural. En esa pequeña ciudad habían convivido en paz dos grandes clanes, el Sabaku y el Horoki, y mientras unos alejaban al desierto, y protegían la ciudad, los otros la tallaban en la roca, formando estructuras perfectas de increíbles dimensiones y resistencia. Su estancia en el pueblo, por suerte, no había durado demasiado, pues no se detuvo para nada, durmiendo en la montaña a varias horas ya de aquel lugar maldito. Quizás algún día volviera, y honraría a sus ancestros como debía, pero no sería durante esa aventura. El mal se acercaba, estaba preparándose, y en su corazón lo sentía, latiendo cada vez más fuerte, escondido en algún lugar. Pero había algo que tenía claro, su objetivo. Cuando entró en el Templo antiguo de Iwa, durante los exámenes chunnin, lo notó. Había algo maligno que conectaba con su corazón en esa tierra prohibida, pero bajo la villa de la Roca había algo aún más importante, sentía el deseo de aquel mal por apoderarse de ello, sus intenciones por llegar a la Roca y aniquilarla hasta encontrar lo que deseaba.
Ahora veía a lo lejos las puertas de Iwagakure, recortadas contra la forma de ésta, y las montañas a su espalda. Hacía tiempo que no veía al joven Kenko Jiongu, y esta sería una buena oportunidad para encontrarse, aunque fuese portador de malas noticias. Con una pequeña sonrisa, sabiendo que su viaje llegaba a su fin, se apremió a acelerar el paso. Descorchando su calabaza con un impulso de la arena de su interior, mi mente ordena a los granos desérticos colocarse bajo mis pies y formar un pequeño disco sobre el que me desplace. Pronto vuelo a toda velocidad y baja altura hacia las puertas de Iwa, pero algo va mal. Veo el humo a lo lejos, alzándose como una columna desafiante que quisiera partir el cielo en dos. Frunciendo el ceño me apresuro a recorrer los últimos cientos de metros con la mayor velocidad posible, sujetando el disco con una mano para no precipitarme al suelo a tal velocidad. Las puertas se acercan más y más hasta que al fin las traspaso, y el horror de mi presentimiento se cumple. El mal ha llegado antes que yo, veo las hojas de la puerta destrozadas y chamuscadas en el suelo, y al Tsuchikage plantando cada a un extraño con máscara. Me busca a mí, o eso acaba de decir el atacante, por lo que no me ha visto. Desde mi posición a unos cinco metros del suelo y treinta del extraño, no he hecho ningún ruido que me delate, así que parece que tengo la ventaja del factor sorpresa. De mi calabaza sale toda la arena que cargo, y se reparte tras el ninja, a unos diez metros, formando una semiesfera aprovechando los puntos ciegos de su máscara, que le impedirá ver bien en la zona más alejada de su límite visual. La arena que limita con el suelo comienza a hundirse silenciosamente en él, entre las baldosas y el empedrado, desapareciendo de la vista, mientras que el resto forma espinas de treinta centímetros, afiladas como cuchillas que a una orden mental mía comienzan a deshacerse en balas que recorren los diez metros en menos de un segundo, tratando de atravesar por todo su cuerpo al extraño.
Ahora veía a lo lejos las puertas de Iwagakure, recortadas contra la forma de ésta, y las montañas a su espalda. Hacía tiempo que no veía al joven Kenko Jiongu, y esta sería una buena oportunidad para encontrarse, aunque fuese portador de malas noticias. Con una pequeña sonrisa, sabiendo que su viaje llegaba a su fin, se apremió a acelerar el paso. Descorchando su calabaza con un impulso de la arena de su interior, mi mente ordena a los granos desérticos colocarse bajo mis pies y formar un pequeño disco sobre el que me desplace. Pronto vuelo a toda velocidad y baja altura hacia las puertas de Iwa, pero algo va mal. Veo el humo a lo lejos, alzándose como una columna desafiante que quisiera partir el cielo en dos. Frunciendo el ceño me apresuro a recorrer los últimos cientos de metros con la mayor velocidad posible, sujetando el disco con una mano para no precipitarme al suelo a tal velocidad. Las puertas se acercan más y más hasta que al fin las traspaso, y el horror de mi presentimiento se cumple. El mal ha llegado antes que yo, veo las hojas de la puerta destrozadas y chamuscadas en el suelo, y al Tsuchikage plantando cada a un extraño con máscara. Me busca a mí, o eso acaba de decir el atacante, por lo que no me ha visto. Desde mi posición a unos cinco metros del suelo y treinta del extraño, no he hecho ningún ruido que me delate, así que parece que tengo la ventaja del factor sorpresa. De mi calabaza sale toda la arena que cargo, y se reparte tras el ninja, a unos diez metros, formando una semiesfera aprovechando los puntos ciegos de su máscara, que le impedirá ver bien en la zona más alejada de su límite visual. La arena que limita con el suelo comienza a hundirse silenciosamente en él, entre las baldosas y el empedrado, desapareciendo de la vista, mientras que el resto forma espinas de treinta centímetros, afiladas como cuchillas que a una orden mental mía comienzan a deshacerse en balas que recorren los diez metros en menos de un segundo, tratando de atravesar por todo su cuerpo al extraño.
- Información:
- ATRIBUTOS:
- Fuerza (FUE): 50 [+200] = 250 (+12 en Taijutsu.) [Pueden partirse ramas al golpearles]
- Inteligencia (INT): 100 [+500] = 600 (+30 GEN)
- Velocidad (VEL): 50 [+300] = 350 Velocidad máxima: 20 km/h; altura de salto: 5m.
- Control del Chakra (CCK): 1830 + 10 + 10 [+500] = 2350 (+74 NIN)
- Resistencia (RES): 200 [+300] = 500 (1/2 Tecs C) -10% de daño Bonos al ser Atravesado o Golpeado
STATS:
- PV (Puntos de vida): 250 (FUE) + 350(VEL) + 500(RES) = 1100 PV´s
- PC (Puntos de Chakra): 600(INT) + 2350(CCK) + 500(RES) = 3450 PCK´s
PODER DE JUTSUS:
- Ninjutsu: 86 (+74) = 160
- Taijutsu: 0 (+12) = 12
- Genjutsu: (+30) = 30
- Acciones:
- 3 Jutsus Ocultos.
2 Acciones Ocultas.
Suna Seigyo (Nivel 3)
Control de Arena (Nivel 3)
Requisitos: ninguno
Tipo: Ninjutsu
Condición: ofensiva/defensiva
Rango: B
Daño: 48 PV por ataque con la arena
Defensa:100% Ninjutsu y Taijutsu de rango D y 150 PV del resto. 100% de Armas ligeras y golpes convencionales si el CCK del usuario supera la FUE enemiga. (+50 Habilidad Pasiva)
Chakra: 40 Chakra activar + 25 Chakra por turno para mantener.
Descripción: permite al Ninja controlar la arena a su voluntad con las manos o la mente, a éste nivel el Ninja puede darle cualquier forma compleja a la arena, endurecerla. En este nivel la arena no puede separarse mas de 75 metros del usuario.
Rendan: Suna Shigure
Disparos Sucesivos: Llovizna de Arena
Requisitos: Suna Seigyo Activo (Nivel 3)
Tipo: Ninjutsu.
Rango: A
Condición: Ofensiva.
Coste: 100 Pck por andanada(10 proyectiles)
Daño: 20 pv por proyectil.
Descripción: El usuario lanza contra su enemigo una gran cantidad de balas de arena que van sucesivamente una tras de otra a una gran velocidad como si fueran proyetiles.
- Gasto y Daño:
- - PV (Puntos de vida): 1100 PV´s
- PC (Puntos de Chakra): 3450 - 40 - 100 = 3310 PCK´s
Daño a Damocles: 200 Pv + 160 (NIN) = 360 PV
Sabaku no Asuke- Ex Kage Suna
- Cantidad de envíos : 327
Reputación : 10
Fecha de inscripción : 18/07/2009
Edad : 32
Localización : Suna Z-Z
Estatus
Rango Off: Staff, Moderador de Suna
Recompensa (Renegados): -
Re: Destrucion De Iwagakure
Me quede observando la humacera que avía echo como subía al cielo como si quisiera conquistarlo y empiezo a oír grito miro hacia dentro de la villa y veo como hay mucha gente heridas y muerta el pánico se avía apoderado de Iwagakure por completo en mi mente solo pasa una cosa
-Yo traeré la paz a este mundo acabando con los malditos-
Mientras pensaba eso siento como llega alguien cual miro con la rapidez pero era 1 solo cuando me fijo bien le veo la ropa de Tsuchikage y lo miro fijamente y le veo una cara de muy pocos amigos me da una orden y que me fuera me quedo fijo mirándolo
-Soy Damocles líder de los lotos negros-
Le decía mientras levantaba las mano al cielo
-Estoy aquí por el maldito de Sabaku no Asuke y tú no eres nadie para darme ordenes niño se nota que la villa a caído muy bajo para tener a un niño de Tsuchikage así que dime donde esta o reduciré tu villa a escombro y como veras no estoy de broma-
Cuando termine de decirle aquellas palabras pude sentir en la espalda muchos impactos de proyectiles que me sacaron volando unos 5 metros hacia delante cual rodaba por el suelo hasta que puse las manos en el suelo parando en seco me giro mirando a mi espalda y a unos 30 metros o más puedo ver al maldito sobre un monto de arena cual le grito
-Así que no estabas aquí Sabaku pues entonces mis contacto no son de fiar creo que ahora tendré que matarlo a los 2 -
Mientras decía eso me sacudo la ropa de la arena del maldito sabaku y pongo mis manos dentro de las manga de mi gabardina como cruzan los brazo los monjes es bueno no he podido sentir su cck y enzima a usado ninjutsus y no lo he notado tendré que tener cuidado con el aunque por mis contactos me giro mirando a kenko
Hago sello con 1 mano dentro de mi manga con una rapidez y de repente desaparezco de la vista de ambos y en una milésima de segundo aparezco en la espalda del Tsuchikage con una mano sobre su hombro y con rapidez ejecuto un sello con la otra manos agarre con la mano a kenko porque se caía al suelo dormido
Y acto seguido con rapidez inflo mi pecho y suelto una gran cantidad de humos que cubre todo en 20 metros empiezo hacer sellos y en mi mano en cada punta de los dedos sale una llama cual con ellas impacto en el estomago de kenko cortando todo su control sobre el cck
Lo lanzo fuera de la cortina de humo y se oye una vos
-1 menos Sabaku ahora te toca a ti o mejor ríndete y nadie más de esta villa sufrirá-
Nada mas decir eso se disipa la cortina de humo y se ven 5 Damocles
-Yo traeré la paz a este mundo acabando con los malditos-
Mientras pensaba eso siento como llega alguien cual miro con la rapidez pero era 1 solo cuando me fijo bien le veo la ropa de Tsuchikage y lo miro fijamente y le veo una cara de muy pocos amigos me da una orden y que me fuera me quedo fijo mirándolo
-Soy Damocles líder de los lotos negros-
Le decía mientras levantaba las mano al cielo
-Estoy aquí por el maldito de Sabaku no Asuke y tú no eres nadie para darme ordenes niño se nota que la villa a caído muy bajo para tener a un niño de Tsuchikage así que dime donde esta o reduciré tu villa a escombro y como veras no estoy de broma-
Cuando termine de decirle aquellas palabras pude sentir en la espalda muchos impactos de proyectiles que me sacaron volando unos 5 metros hacia delante cual rodaba por el suelo hasta que puse las manos en el suelo parando en seco me giro mirando a mi espalda y a unos 30 metros o más puedo ver al maldito sobre un monto de arena cual le grito
-Así que no estabas aquí Sabaku pues entonces mis contacto no son de fiar creo que ahora tendré que matarlo a los 2 -
Mientras decía eso me sacudo la ropa de la arena del maldito sabaku y pongo mis manos dentro de las manga de mi gabardina como cruzan los brazo los monjes es bueno no he podido sentir su cck y enzima a usado ninjutsus y no lo he notado tendré que tener cuidado con el aunque por mis contactos me giro mirando a kenko
Hago sello con 1 mano dentro de mi manga con una rapidez y de repente desaparezco de la vista de ambos y en una milésima de segundo aparezco en la espalda del Tsuchikage con una mano sobre su hombro y con rapidez ejecuto un sello con la otra manos agarre con la mano a kenko porque se caía al suelo dormido
Y acto seguido con rapidez inflo mi pecho y suelto una gran cantidad de humos que cubre todo en 20 metros empiezo hacer sellos y en mi mano en cada punta de los dedos sale una llama cual con ellas impacto en el estomago de kenko cortando todo su control sobre el cck
Lo lanzo fuera de la cortina de humo y se oye una vos
-1 menos Sabaku ahora te toca a ti o mejor ríndete y nadie más de esta villa sufrirá-
Nada mas decir eso se disipa la cortina de humo y se ven 5 Damocles
- Acciones :
2 jutsus ocultos
Shunshin no Jutsu
Técnica de la Intermitencia
Requisitos: Un sello con una mano
Tipo: Ninjutsu
Condición: Suplementaria
Rango: B
Efecto: Puedes aparecer en cualquier punto a 20 metros a la redonda
Chakra: 40 Chakra (3 usos)
Descripción: El Ninja se mueve a una altísima velocidad una distancia corta, dando la impresión de que se ha teletransportado. Para ello concentra Chakra en los pies para aumentar la velocidad y los reflejos. Por unas centésimas de segundo luego de desaparecer, se puede ver la silueta del usuario distorsionada. Al ser un movimiento veloz, no debe haber ningún obstáculo, sea objeto o ser vivo, entre el shinobi y el lugar de destino.
2 jutsus oculto
Nemuri no Jutsu
Técnica del Sueño
Requisitos: estar tocando al enemigo + un sello con una mano
Tipo: Genjutsu
Condición: suplementaria
Rango: B
Efecto: el enemigo queda dormido 2 turnos
Chakra: 40 Chakra
Descripción: mediante ésta ilusión se estimulan las glándulas productoras de endorfinas del sueño localizadas en el cerebro, haciendo que aumenten su actividad. De ese modo el enemigo queda dormido.
-Nimpou: Enmakugire
Arte Ninja: Caída de Cortina de Humo
Requisitos: ninguno
Tipo: Ninjutsu
Condición: suplementaria
Rango: B
Efecto: Imposibilita la visión con una nube de 20 metros de diámetro en frente del usuario. No afecta a Dojutsus.
Chakra: 30 Chakra
Descripción: con esta técnica el usuario exhala una densa nube de gas para cegar y distraer al enemigo.
-Gogyo Fuuin
Sello de los Cinco Elementos
Requisitos: sellos con ambas manos
Tipo: Fuuinjutsu
Condición: suplementaria
Rango: S
Efecto: impide al enemigo usar cualquier forma de Chakra durante una semana.
Chakra: 900 Chakra (3 usos)
Descripción: el usuario crea en la punta de los dedos de su mano cinco llamitas moradas. En cada llamita aparece el Kanji de uno de los cinco elementos del sintoísmo chino: metal, fuego, tierra, agua y madera. Al golpear al enemigo con éste sello, se anula por completo su capacidad para manejar y utilizar el Chakra, anulando cualquier uso del Chakra.
Tajuu Kage Bunshin no Jutsu
Técnica de Multiplicación Masiva de Sombras
Requisitos: un sello con ambas manos
Tipo: Ninjutsu
Condición: suplementaria
Rango: S
Daño: los ataques de los clones quitan un cuarto de los del usuario
Chakra: 12 Chakra por clon (máximo 100 clones)
Descripción: una versión mejorada del Kage Bunshin no Jutsu que genera muchísimas más copias del Ninja.
- Gasto y Daño:
PV (Puntos de vida):930-360=570
PC (Puntos de Chakra):3730-40-40-30-900-60=2660
Kenko 1 turno dormino y una semana sin cck
Última edición por Damocles el Vie Ago 31, 2012 10:12 pm, editado 1 vez
Damocles- Kage Oto
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Re: Destrucion De Iwagakure
Aquel homrbe era impresionante, pues en un abrir y cerrar de ojos se colocó detrás de Kenko, o al menos, de quien parecía Kenko. Después de aparecer tras de él realizó un jutsu que dejó aquel cuerpo dormido y justo después cuando los dedos de ese tipo, Damocles se hacía llamar, golpeó el estomago del ninja, por desgracia para él aquello a lo que golpeaba no era mas que un triste pelele de hilos que al ser golpeado por él estalló en hilos que por la velocidad crearía grandes daños al ninja, esta vez su truco había salido mal, pero claramente Kenko debería andarse con mas cuidado. En el momento del impacto el verdadero Kenko aprovechó para atar de los pies a Damocles con su técnica de la atadura de hilos, después sus manos y su cuello se vió envuelta por hilos que le inmovilizarían y le estrangularían, entonces salió de debajo dela tierra con un Kunai en su mano, dirigiéndolo a la cabeza de su adversario, así acabaría con él.
Esto resultaba todo un riesgo para Kenko, para el Tsuchikage de la villa. Habían venido con la intención de destruir su villa, su hogar, la tierra que amaba y a todos los que moraban en ella, esto no podía ser, no lo permitiría bajo ningún concepto, pero ademas también iban a por Asuke, su amigo, para él el padre que nunca tuvo y eso le enfureció mas, así que no tendría compasión alguna contra con ese hombre. Por fin a Kenko le tocaba actuar como un hombre, madurar de una vez y ser el Tsuchikage que la villa merecía. Por eso mientras Kenko salía de la tierra con su enemigo inmovilizado gritó.
-¡POR IWA!-Kenko pretendía terminar ese combate de un solo golpe, así debía ser, o todo o nada, al menos, si moría moría defendiendo lo que mas amaba en la vida. Entonces el momento le pareció eterno, lo que debían ser mas que unas fracciones de segundo a Kenko se le hicieron largos minutos, fue pensando en todo lo que había pasado por su vida y decidió que o ese era su fin o los capítulos que le tocaran a partir de ahora serían inolvidables.
Esto resultaba todo un riesgo para Kenko, para el Tsuchikage de la villa. Habían venido con la intención de destruir su villa, su hogar, la tierra que amaba y a todos los que moraban en ella, esto no podía ser, no lo permitiría bajo ningún concepto, pero ademas también iban a por Asuke, su amigo, para él el padre que nunca tuvo y eso le enfureció mas, así que no tendría compasión alguna contra con ese hombre. Por fin a Kenko le tocaba actuar como un hombre, madurar de una vez y ser el Tsuchikage que la villa merecía. Por eso mientras Kenko salía de la tierra con su enemigo inmovilizado gritó.
-¡POR IWA!-Kenko pretendía terminar ese combate de un solo golpe, así debía ser, o todo o nada, al menos, si moría moría defendiendo lo que mas amaba en la vida. Entonces el momento le pareció eterno, lo que debían ser mas que unas fracciones de segundo a Kenko se le hicieron largos minutos, fue pensando en todo lo que había pasado por su vida y decidió que o ese era su fin o los capítulos que le tocaran a partir de ahora serían inolvidables.
- acciones:
- -2 jutsus ocultos mantenidos
-6jutsus ocultos nuevos
-2 acción oculta nueva
-4jutsus ocultos desvelados
Akumito no Jutsu (Nivel 2)
Técnica de los Hilos Demoníacos (Nivel 2)
Requisitos: ninguno (Remplaza a Akumito no Jutsu Nivel 1)
Tipo: Ninjutsu
Condición: ofensiva/suplementaria
Rango: B
Alcance: 30 Metros.
Daño: 30 PV por latigazo con los hilos, 40 PV estrangulación con los hilos (Máximo 10 Hilos por Brazo)
Chakra: 30 Chakra activar + 20 Chakra por turno mantener
Descripción: El Ninja es capaz de generar desde su cuerpo largos cables negros que puede usar para azotar o atrapar del cuello al enemigo si atrapa una parte del enemigo el daño es igual al de un latigazo o golpe. En éste nivel únicamente puede sacarlos de las costuras de los brazos y de las piernas. Llegan a unos 30 metros.
Akumito Bunshin No Jutsu
Técnica de la Multiplicación de Hilos Demoniacos
Requisitos:
- Akumito no Jutsu Nivel 2 Activado.
- Sello con una mano.
Tipo: Ninjutsu
Condición: suplementaria
Rango: B
Daño: sus ataques causan un cuarto de los del usuario y al ser destruido los hilos se sueltan dando violentos latigazos causándo 40 pv de daño tres metros.
Chakra: 25 Chakra por clon (máximo de 5 clones)
Descripción: Concentrando sus hilos el usuario es capaz de formar clones de sí mismo que son capaces de luchar y colaborar con el usuario y que al ser destruidos liberan dichos hilos dando fuertes latigazos a todo aquello cercano a 3 metros.
Ito no Shibari
Atadura de Hilos
Requisitos:
- Akumito no Jutsu Activado.
Tipo: Ninjutsu
Condición: suplementaria
Rango: D
Alcance:
Chakra: 8 Chakra
Efecto: inmoviliza los pies del enemigo un turno.
Descripción: El Ninja recubre de chakra sus cables pudiendo estos atravesar el suelo para luego surgir bajo el enemigo para tratar de atraparle las piernas con estos.
Doton: Dochu Eigyo
Elemento Tierra: Proyección del Pez Subterráneo
Requisitos: ninguno
Tipo: Ninjutsu
Condición: suplementaria
Rango: D
Efecto: permite al Ninja moverse a través del suelo, hasta un metro por debajo de la superficie. Máximo 4 turnos.
Chakra: 9 Chakra activar + 4 por turno mantener
Descripción: mediante esta técnica, el Ninja cubre su cuerpo con una capa de Chakra que le permite introducirse bajo la tierra y desplazarse por ella, pudiéndola usar para ataques sorpresa o para escapar. No deja agujero.
- gastos y daños:
- DAMOCLES:
Daños:
930-40(por la explosión del clon de hilos)-60(por el akumito de los brazos)-40(por el akumito del cuello)-92(NINJUTSU)=232PV
EN CASO DE QUE NO LO ESQUIVE: kunai en la cabeza 100% de PV(KO).
KENKO:
Los efecto que me hicieron en realidad se lo hicieron a un clon mío, así que a mi no me hicieron nada
PV: 400PV
PCK: 2147-8(por la atadura de hilos)-30(akumito no jutsu)-25(Bunshin akumito no jutsu)-9(por la proyección pez subterraneo)=2075
Agito Hoshigaki- Renegado
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Re: Destrucion De Iwagakure
Desde mi posición pude ver como el adversario al que nos enfrentábamos recibía mi ataque, siendo acribillado por los pequeños proyectiles de arena que le lanzaron varios metros hacia delante rodando. Lo que pasó después no puedo decirlo con total seguridad, pues mi mente se desconectó al momento exacto en que mi arena tocó el cuerpo de dicho extraño. Sin poder impedirlo, vi como todo a mi alrededor ardía en unos segundos, consumiéndose totalmente, el enemigo, Kenko, la villa e incluso el cielo estrellado y el suelo bajo mis pies, haciendo que me precipitara hacia el vacío cada vez más rápido. Al principio pensé que había muerto y que esto era lo que había después, así como muchos guerreros me habían vaticinado, tan solo hay nada más allá de la vida, por eso es tan horrible matar en el combate. Sin embargo con el transcurso del tiempo, no podría decir cuanto, pues sin referencias aparte de mí mismo, podrían haber sido años, eones, o tan solo un segundo, descubrí que seguía vivo. Mi corazón latía, a toda velocidad, y no estaba en un "vacío" infinito, así como lo pensaba, sino que me encontraba cayendo en el interior de una colosal bóveda, de un tamaño tal que sabía que no era obra de este mundo, pues fácilmente podrían caber todos los Países Ninja en el interior del lugar, y hubiera sobrado espacio para repetir la acción miles de veces. No podía discernir paredes, fondo ni tejado, pero sentía las presencias de seres en los extremos más lejanos de dicho lugar, amenazadores y terribles en su divinidad, tan lejanos del hombre como el sol y las estrellas lo estaban del mundo. La segunda razón que me hizo descubrir que aún no estaba muerto era que realmente no caía hacia abajo, sino hacia la izquierda, coincidiendo con el cardinal Oeste. Aunque mi velocidad no aumentaba, cada vez sentía más y más cerca una de las cuatro presencias, la que más temor me causaba de todas, pues algún tipo de instinto natural innato me avisaba a gritos que debía alejarme o perdería una parte importante de mí mismo. Luché contra la fuerza que me movía, pero nada pude hacer, salvo ver como mi cuerpo comenzaba a brillar, cuando llegaba a velocidades tan increíbles que ni la propia luz podría igualarlas. Entre los destellos de mi propio cuerpo, que acabaron siendo suficientemente intensos para calcinar cualquier pensamiento complejo que pudiera intentar entretejer, pude entrever la enorme silueta de un tigre blanco. De pronto mi miedo pasó, y reconocí en el ser aquel hogar que nunca tuve, el llanto de mi madre, cuando yo era un recién nacido, separado de ella por los bandidos de Kusagakure, y la bendición que me brindó, en forma de todo su amor, mucho más del que podría dar un humano, pensé. En un instante, las piezas encajaron y la comprensión llegó a mi ser, inundándome con una ola de felicidad, pues al fin había encontrado mi origen, mi hogar verdadero y el motivo de mi existencia, incluso me parecía que la enorme consciencia se desplegaba a mi alrededor para acercarme más hacia sí, hasta unirnos de nuevo en uno mientras yo cerraba los ojos y extendía lo más que podía mis brazos, aceptando mi destino, y volviendo a donde correspondía por derecho de nacimiento.
Nacimiento.
Írin y mi pequeña, la Villa de la Arena, todos mis amigos, mis discípulos y maestros, los compañeros que habían muerto y los que aún quedaban vivos. Mi familia. No podía abandonarla... Mi madre debería esperar aún antes de que pudiera unirme a ella de nuevo para recorrer juntos los senderos de este nuevo mundo tan increíble. En cuanto decidí y recordé, la fuerza se paró, invirtiéndose hasta alejarme a esa misma velocidad, que seguía aumentándose miles de veces, quedando cada vez más y más lejos de la voluntad que casi me absorbe. Ahora, lejos de ella, pude discernir algo que me horrorizó. Tras el tigre, algo más grande, sin una forma definida pero de un color que en el mundo debía ser Negro o Rojo, o quizás los dos, absorbía el pálido animal, en todo su esplendor, tragándose hasta la última pizca de su presencia. Entonces se lanzó contra mí, rodeando toda la enorme cúpula divina en pocos segundos, hasta que me encontré en medio de esa cosa, que me amenazaba para que diera el paso que nos separaba, pero también lanzaba promesas de felicidad eterna, de poder absoluto para conseguir lo que deseara, cada uno de mis rezos serían escuchados y cumplidos en un instante. Me resistí, mantuve en mi mente a mi querida Írin, y su luz me guió entre las tinieblas de maldad infinitas en las que me había perdido, hasta llegar a donde había empezado todo.
De golpe, llené mis pulmones de aire, viendo frente a mí al invasor de Iwagakure tirado aún en el suelo, y a Kenko preparado para destrozarle. Ví todas las ruinas a mi alrededor, el fuego se había extendido y todo estaba cubierto de polvo y arena.
Polvo y arena.
Una voz en mi mente me obligó a girarme, hacia las puertas destrozadas de la villa, y al atravesar mi vista éstas y escrutar el horizonte, caí al suelo gritando con infinito horror reflejado en mis ojos. La presencia, la enorme maldad se acercaba, tragándose las nubes, las estrellas y el mismísimo planeta, sabía que venía a por mí. En un instante se lo comió todo hasta llegar a mí, entrando por mis ojos, como si de luz se tratase, hasta destrozar toda mi alma en mil pedazos irreconocibles. Pude sentir el crujido de mis huesos al quebrarse, y el siseo de mis órganos destrozándose por la presión hasta formar una masa compacta de gelatina que tan solo la piel podía contener. Un instante después, la presencia lo hizo todo de nuevo. No era destrucción, sino recreación, usaba las palabras ya escritas y las renombraba a su gusto y deseo, plasmando así sobre el papel, y mi cuerpo, en este caso, su voluntad. Un yo, sabía que por fuera nadie podría distinguirme, de no ser por que los ojos que antaño habían sido azules ahora eran de ese color imposible que no se sabía si brillaba rojo en negro o al revés, pero seguramente fueran ambos. El yo se alzó, sin hacer un ruido, y miró al invasor, con la comprensión pintada en su gesto, aunque en realidad no hizo ningún gesto que pudiera revelarlo. Era como si sus pensamientos se proyectaran con fuerza sobre todo, la realidad misma, y le cargaran un nuevo sentido que de no haber estado mi nuevo yo ahí no se hubiera encontrado. Su voluntad era tan fuerte que nada podía resistirse a ella. El nuevo Yo sabía que haría falta una demostración, que el mundo no lo creería, solo por las palabras y los cuentos, así que decidió que lo que antiguamente era la Villa Oculta de la Roca ahora sería un erial sin vida en el que nunca más volvería a nacer nada. Así, tal y como siempre había sido desde que Shodaime Tsuchikage la fundó, Iwagakure no sato dejó de ser, tornando en lo que la presencia desaba que fuera. Ruinas, gritos, miedo, fuego, aniquilación. Caos primordial recorriendo cada calle, cada edificio, cada habitación. Todos los habitantes lo sabían, y huían despavoridos en todas direcciones, pero en medio de la deliciosa destrucción, mi nuevo Yo pudo sentir una presencia. Ardía como el Fénix en Medianoche, y de alguna manera, en su presencia los ciudadanos de Iwa ya no tenían miedo. El Tsuchikage, Kenko Jiongu, había corrido hacia él en cuanto lo vio, aunque no era en realidad a ese ser extraño y brillante a quien buscaba, sino a una mujer de ojos de color luna que lloraba por su villa, y por lo que ya nunca volvería a ser. Unos segundos después todos los Ninjas que se habían congregado en el lugar desaparecieron con un destello, cuyo centro había sido, sin duda, aquel ser irritante de cabellos rubios y porte orgulloso. Los vientos me susurraron que su nombre sería recordado en el este. Si había un rival digno de mí, quizás lo encontrase allá donde salía el sol, pues. Mi nuevo yo, antes de desaparecer en un estallido de silencio, se giró una vez más hacia el invasor original de Iwagakure. Lo había reconocido desde el principio, pues sabía que era una importante clave del Gran Deseo, trazado desde hacía más de mil años por lo que habitaba la prisión infame en que habían confinado al verdadero Señor de Todo.
El fin de los tiempos se acerca, La Bestia araña las puertas de su milenaria tumba, ansiosa por desgarrar el tejido de la propia realidad y relatar la historia que desea, sin que nadie pueda evitar su enorme poder. El mal se alza al oeste, entre las cenizas de una ciudad de la muerte, un destello de maldad lo cubre todo un instante y tras ello, la tierra silente muere a su paso, negra, agrietada a decenas de kilómetros de lo que antes fue Iwa. Las esperanzas del mundo se reducían a una batallas de proporciones nunca vistas hasta el momento, y Cinco ninjas serían clave y castigo.
Nacimiento.
Írin y mi pequeña, la Villa de la Arena, todos mis amigos, mis discípulos y maestros, los compañeros que habían muerto y los que aún quedaban vivos. Mi familia. No podía abandonarla... Mi madre debería esperar aún antes de que pudiera unirme a ella de nuevo para recorrer juntos los senderos de este nuevo mundo tan increíble. En cuanto decidí y recordé, la fuerza se paró, invirtiéndose hasta alejarme a esa misma velocidad, que seguía aumentándose miles de veces, quedando cada vez más y más lejos de la voluntad que casi me absorbe. Ahora, lejos de ella, pude discernir algo que me horrorizó. Tras el tigre, algo más grande, sin una forma definida pero de un color que en el mundo debía ser Negro o Rojo, o quizás los dos, absorbía el pálido animal, en todo su esplendor, tragándose hasta la última pizca de su presencia. Entonces se lanzó contra mí, rodeando toda la enorme cúpula divina en pocos segundos, hasta que me encontré en medio de esa cosa, que me amenazaba para que diera el paso que nos separaba, pero también lanzaba promesas de felicidad eterna, de poder absoluto para conseguir lo que deseara, cada uno de mis rezos serían escuchados y cumplidos en un instante. Me resistí, mantuve en mi mente a mi querida Írin, y su luz me guió entre las tinieblas de maldad infinitas en las que me había perdido, hasta llegar a donde había empezado todo.
De golpe, llené mis pulmones de aire, viendo frente a mí al invasor de Iwagakure tirado aún en el suelo, y a Kenko preparado para destrozarle. Ví todas las ruinas a mi alrededor, el fuego se había extendido y todo estaba cubierto de polvo y arena.
Polvo y arena.
Una voz en mi mente me obligó a girarme, hacia las puertas destrozadas de la villa, y al atravesar mi vista éstas y escrutar el horizonte, caí al suelo gritando con infinito horror reflejado en mis ojos. La presencia, la enorme maldad se acercaba, tragándose las nubes, las estrellas y el mismísimo planeta, sabía que venía a por mí. En un instante se lo comió todo hasta llegar a mí, entrando por mis ojos, como si de luz se tratase, hasta destrozar toda mi alma en mil pedazos irreconocibles. Pude sentir el crujido de mis huesos al quebrarse, y el siseo de mis órganos destrozándose por la presión hasta formar una masa compacta de gelatina que tan solo la piel podía contener. Un instante después, la presencia lo hizo todo de nuevo. No era destrucción, sino recreación, usaba las palabras ya escritas y las renombraba a su gusto y deseo, plasmando así sobre el papel, y mi cuerpo, en este caso, su voluntad. Un yo, sabía que por fuera nadie podría distinguirme, de no ser por que los ojos que antaño habían sido azules ahora eran de ese color imposible que no se sabía si brillaba rojo en negro o al revés, pero seguramente fueran ambos. El yo se alzó, sin hacer un ruido, y miró al invasor, con la comprensión pintada en su gesto, aunque en realidad no hizo ningún gesto que pudiera revelarlo. Era como si sus pensamientos se proyectaran con fuerza sobre todo, la realidad misma, y le cargaran un nuevo sentido que de no haber estado mi nuevo yo ahí no se hubiera encontrado. Su voluntad era tan fuerte que nada podía resistirse a ella. El nuevo Yo sabía que haría falta una demostración, que el mundo no lo creería, solo por las palabras y los cuentos, así que decidió que lo que antiguamente era la Villa Oculta de la Roca ahora sería un erial sin vida en el que nunca más volvería a nacer nada. Así, tal y como siempre había sido desde que Shodaime Tsuchikage la fundó, Iwagakure no sato dejó de ser, tornando en lo que la presencia desaba que fuera. Ruinas, gritos, miedo, fuego, aniquilación. Caos primordial recorriendo cada calle, cada edificio, cada habitación. Todos los habitantes lo sabían, y huían despavoridos en todas direcciones, pero en medio de la deliciosa destrucción, mi nuevo Yo pudo sentir una presencia. Ardía como el Fénix en Medianoche, y de alguna manera, en su presencia los ciudadanos de Iwa ya no tenían miedo. El Tsuchikage, Kenko Jiongu, había corrido hacia él en cuanto lo vio, aunque no era en realidad a ese ser extraño y brillante a quien buscaba, sino a una mujer de ojos de color luna que lloraba por su villa, y por lo que ya nunca volvería a ser. Unos segundos después todos los Ninjas que se habían congregado en el lugar desaparecieron con un destello, cuyo centro había sido, sin duda, aquel ser irritante de cabellos rubios y porte orgulloso. Los vientos me susurraron que su nombre sería recordado en el este. Si había un rival digno de mí, quizás lo encontrase allá donde salía el sol, pues. Mi nuevo yo, antes de desaparecer en un estallido de silencio, se giró una vez más hacia el invasor original de Iwagakure. Lo había reconocido desde el principio, pues sabía que era una importante clave del Gran Deseo, trazado desde hacía más de mil años por lo que habitaba la prisión infame en que habían confinado al verdadero Señor de Todo.
- La luz negra baña la tierra. Los enemigos del Gran Rey tiemblan enjaulados en cuerpos mortales de huesos polvorientos y carnes raídas. ¿Qué más pueden hacer? |
El fin de los tiempos se acerca, La Bestia araña las puertas de su milenaria tumba, ansiosa por desgarrar el tejido de la propia realidad y relatar la historia que desea, sin que nadie pueda evitar su enorme poder. El mal se alza al oeste, entre las cenizas de una ciudad de la muerte, un destello de maldad lo cubre todo un instante y tras ello, la tierra silente muere a su paso, negra, agrietada a decenas de kilómetros de lo que antes fue Iwa. Las esperanzas del mundo se reducían a una batallas de proporciones nunca vistas hasta el momento, y Cinco ninjas serían clave y castigo.
Larga Vida al Rey
Sabaku no Asuke- Ex Kage Suna
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