La violadora de tu barrio VS DarkLady

Info arena:

No comprendía el motivo por el que estaba en Iwagakure, tenía un terrible dolor de cabeza y estaba en un lugar desconocido. La gente iba vestida de formas extrañas que no llegaba a comprender, algunos iban ajetreados con máscaras, otros tipos con pinta de borrachuzos hacían apuestas con un saco de ryos entre las manos, y por si fuera poco mi ropa también era rarita, aunque no terminaba de disgustarme. Llevaba un vestido, y quien lo hubiera elegido tampoco había hecho mal, era bonito. La falda tenía pequeños volantes de color blanco, que constrastaban con el rojo sangre que subía hasta el corsé, con la zona delimitada con unos pequeños lacitos. Eso sí, no entendía por qué iba descalza. En algún momento alguien había venido a darme unos tacones, pero en ningún momento yo había aprendido a caminar por ellos, por lo que tuve que quedarme así. ¡Anda, tenía sentido de que por eso estuviera descalza!
Estuve la mayor parte del tiempo sentada en un banco, pues cada vez que quería salir me decían que dentro de poco tendría un combate y debía quedarme. No sabía que estaba ocurriendo, pero si la única forma de saberlo era esperar, eso haría.
Un rato más tarde recordé que tenía una cosa pendiente por hacer, y no era otra que conseguir que me llevaran mi peluche de unicornio rosa. Shika ya estaba en la villa de la hoja, por algún motivo desconocido para mí hasta el momento, pero recordé a mi amigo Dártirus y decidí escribirle. Con un pellizco de suerte y maña, logré hacerme con el poder de un sobre, una hoja, y un bolígrafo.

Querido Dártirus,
Hace mucho tiempo que no sé de ti, lamento que hayamos perdido el contacto y no te haya escrito. Solía mandarle cartas a Shika y te mandaba recuerdos desde ellas, pero es la primera vez que lo hago personalmente.
Como deben haberte dicho, ahora estoy en Konoha, he perdido la noción de los días y no sé el momento en que partí. Hay veces en las que extraño mucho Iwagakure y todo lo que pasamos. Ojala un día volvamos a entrenar juntos, como solíamos hacer, me divertía mucho contigo.
Quería pedirte un favor, tal vez con ello adelante nuestro reencuentro. Shika ahora está también conmigo, y en La villa de la roca se ha quedado uno de mis más preciados tesoros. En casa está mi peluche de unicornio rosa, que te agradecería que te llevaras a la próxima vez que nos veamos.
¡Cuidalo bien! Espero que todo te haya ido estupendamente en este tiempo. Ah, la llave está en la maceta al lado de la puerta.
Un beso fuerte,
Sonzu.

Tras ello, conseguí que uno de los señores que partía hacia Iwagakure se la llevaba. Parecía que pronto iría también a mi combate, me indicaron que fuera a los vestuarios. Justo allí las cosas empezaron a dar vueltas y se me nubló la vista... ¿Qué.. estaba... pasando..?

Joer, menos mal que lo había conseguido. Ya lo que faltaba es que la chica descubriera también el Coliseo. Lo bueno era que había llegado a tiempo y así podría ser yo quien luchara. Tampoco había descubierto al unicornio, quien ahora me acompañaba y seguía brincando con su con constante chillido "wiii". Estaba normal, no le había hecho nada, seguramente él se hubiera escondido mientras Sonzu se hizo con el control del cuerpo. Al menos había conseguido recuperarlo y ahora era mío, soooolo mío. Dentro de poco empezaría el combate, el segundo del día y en la misma arena. De nuevo seguían los rumores con que no era buena violando, que todos podían ganarme y demás historias. Pero recuperaría mi honor, claro que lo haría, y entonces el unicornio estaría orgulloso de mí.
Lo malo de eso es que no podía usar mis queridos ojitos perlados para ver a mis contrincantes desnudos y saber si merecían la pena, pero eso no quitaría que disfrutara aumentando conocimientos y recuperando mi prestigio. Sobre todo era por eso, el honor. Que una violadora tiene su corazoncito de cloroformo.
Me puse la máscara roja rápido, para que no me reconocieran. El flequillo negro me tapaba la frente, y junto con la máscara toda la parte superior de la cara, solo quedaban visibles mis labios y el final de la nariz. Estaba sonriendo, divertida, en verdad esto me gustaba.
Deseaba ser la primera en salir a la arena, y como DarkLady, la señorita con la que lucharía aquella ocasión, aún seguía preparándose, sería la primera. Al entrar en el Dojo Cuadrado no había nadie, al igual que había planeado, lo que me daría tiempo para comenzar mis acciones. Por eso prefería salir antes, para prepararme para el combate.
Hice un sello con ambas manos y fuimos dos, con el mismo aspecto, la misma ropa, las que avanzamos adentrándonos en la arena. Era una técnica que había aprendido hacía poco y consistía en reproducir una imagen de mí misma, un clon que pensaba y sabía actuar por sí mismo.
Estábamos a 15 metros de la puerta por la que habíamos salido, nos separaban cinco metros de por medio, el suficiente espacio para intervenir con rapidez y atacar en cuanto se nos presentara la ocasión. Nuestra alineación nos dejaba a unos 20 metros de cada lado del dojo, y 35 de la puerta de nuestra adversaria. Ya estábamos preparadas.

Información:

Acciones:

Gastos y daños:

Hoy es un día normal y corriente; una tarde más en la que tengo un combate que jugar, y, con suerte, ganar. La única diferencia es que alguien -del que no sé el nombre- ha estado desprestigiándome. Y la única manera de recuperar mi honor es combatiendo de nuevo contra "la violadora de tu barrio". Es una enemiga de cuidado; sólo he combatido una vez contra ella, y me ganó sin despeinarse. Cierto es que la diferencia de nivel es enorme, pero eso no significa que me fastidie profundamente que alguien consiga ganar a la gran Dama Oscura.
Me levanto del sofá en el que estaba leyendo un libro. Lo acabo de empezar ayer, y, sin embargo, ya me ha enganchado. Estuve hasta tarde leyendo el dichoso libro, y ahora tengo sueño. Podría haber echado la típica siesta, pero yo nunca consigo dormirme a estas horas salvo que esté gravemente enferma, así que me conformo con ducharme con agua extremadamente fría, a ver si así consigo aclarar las ideas.
Después de vestirme y peinar mi melena, que esta vez decido recoger en una coleta, pienso en una estrategia que usar en el combate que haré dentro de una hora o así mientras me dirijo al Coliseo. En esta arena tampoco he combatido nunca antes, pero eso no me preocupa demasiado esta vez, pues las reglas son claras y sencillas; armas, jutsus de clan y comunes quedan fuera. Sólo podré usar, en mi caso, los de raiton. No me sé demasiadas técnicas de mi elemento, y esto, añadido a la gran cantidad de técnicas que tendrá la violadora, será una gran desventaja. Realmente esto es lo que me preocupa.
Se me bloquea la mente al darme cuenta de lo crudo que lo tengo, pero no pienso abandonar el combate. Es raro, pero perderé más dignidad sino aparezco que si pierdo contra una contrincante experta. Aunque con un milagro conseguiré la victoria.
Con estos pesimistas pensamientos entro en un dojo cuadrado de cincuenta metros, en los que se desarrollará el combate. Intento tranquilizar los nervios y espero a que las dos violadoras que se encuentran frente a mí ataquen primero.

info:

Off:

Poco después de haber creado una imagen clónica de mí misma pude ver como las puertas de mi enemiga comenzaban a abrirse. No parábamos de caminar, ni mi clon ni yo, por lo que cuando la señorita con la que desarrollé el combate comenzaba a introducirse dentro del campo habíamos avanzado otros 7 metros. No corríamos, pero nuestro paso era realmente mayor al de aquella luchadora. Parecía esperar el primer ataque, y estaba claro que hacer que una dama se cansara no era de buena educación. Desde su entrada ella había recorrido 5 metros, lo que nos dejaba a una distancia total de 24, menos de la mitad del campo. Nuestra marcha se convirtió en una rápida carrera, la distancia se reducía considerablemente, la verdad es que estábamos bien sincronizados y actuábamos con precisión. Cuando nos separaban 10 metros, hice un sello con una mano y la apunté, lo que hizo estallar en llamas sus ropas y causarla quemaduras. Debido a uno de los jutsus que realicé anteriormente, la temperatura de mi cuerpo había subido, lo que provocaba que mis propias técnicas causaran más daño. No tenía ni idea de que elemento era, pues la anterior vez que luchamos no pudo poner en práctica sus habilidades, pero en caso de que fuera Hyoton (demasiada suerte me parecía a mí) me habría visto con una gran ventaja frente a ella.
Después de ese jutsu me había acercado a ella hasta ponerme en su lateral derecho, con 3 metros de separación, mientras la otra yo permanecía a 4 metros de distancia, una colocación que me vendría de fábula. Estábamos a 5 metros del final del dojo, lo que en verdad era algo peligroso, pues si una de las dos caía se vería obligada a abandonar el combate y la otra se proclamaría vencedora. Con mirada desafiante, mi yo cercana hizo un sello con ambas manos y una potente bola de fuego fue a impactar contra ella. Mi yo cercana (aunque la diferencia de la distancia que nos separaban de Dark Lady era de tan solo 1 metro) probó algo nuevo. El control de ambas sobre el fuego era semejante, por no decir el mismo, y la facilidad que me había dado Sonzu para aprender cosas nuevas era notable. Los primeros años que pudo manejarlo se tenía que esforzar mucho para aprender cualquier técnica, por más que lo intentaba una y otra vez, en verdad era como si un ninja que debería estar en los comienzos le pusieran a pelear contra rangos superiores. Ella no se daba cuenta de eso, no sabía nada, entonces se enfadaba consigo misma por tener tan mala mano... Yo me limitaba a reírme en su mente, bajito para que no me escuchara, pasó bastante tiempo hasta que fue el momento adecuado para despertar... Por entonces tanto mi clon como yo estábamos en la arena, ambas idénticas. Una de nosotras hizo aquella técnica nueva, que aún no había aprendido, pero esa sería la primera vez que la utilizaría... La señorita podía sentirse contenta, sería mi particular conejillo de indias. Una yo comenzó a girar y girar sobre sí misma, como una peonza, mientras que de las manos salían llamas que fueron formando un gran anillo de fuego. En un principio la idea sería quedarse en el sitio, pero debido a que aún me faltaba algo de práctica, la peonza que había formado comenzó a moverse... Y los 4 metros que nos separaban se fueron convirtiendo torpemente en 3, a la vez que la otra corría hacia mi, con la torpeza de que a los 5 metros también la alcanzó a ella, y mi clon estalló en llamas, revelando quien era quien. Al menos eso dañaría a mi oponente, en el caso de que no estuviera ya inconsciente, debido a las múltiples quemaduras que mi elemento Katon debía haberla causado. No sabía cómo, pero mis queridos clones siempre acababan reventados, al menos así eran útiles para algo... En el caso de que mis ataques se hubieran efectuado con éxito, podría salir de allí e ir a por mi recompensa. Lo bueno de este campo es que te daban bastante dinero. Yo había dejado de girar y me encontraba a 3 metros de mi enemiga, la verdad es que me había mareado un poco... Con pasos de borracho me alejé un metro más, solo por si las moscas... Tenía que estar atenta de lo que pudiera pasar.

Técnica aprendida:

Acciones:

Gastos y daños:

Off:

Mientras efectuaba mis acciones, mi enemiga no realizó ningún jutsu ni se defendió. Al parecer sí debía ser de nivel menor al mío, por lo que no tenía muchas posibilidades contra mí, y menos si lo único que hacía era quedarse con cara de Ecce Homo mientras yo la atacaba con jutsus de elemento fuego que la causarían graves quemaduras. Al separarme de ella después de girar como una peonza pude ver como ella caía al suelo inconsciente, había conseguido mi propósito y la había derrotado. Solo me quedaba salir de allí a por mi recompensa, los médicos del coliseo se encargarían de ella. Yo tenía un buen saco de ryos esperándome, y un unicornia rosa al lado que me daba la enhorabuena con su "wiii".

Revisado.
Sonzu: + 1500 Ryos. + 40 Exp..
Kori: + 25 Exp. - 4 Pr.