Preparación para el Chunin

palabras escritas:

Después de una noche en vela más hablando con Riku, aprovechando nuestro tiempo antes de que dejáramos de hablar por lo que parecía ser una eternidad de tiempo, me fui a duchar con agua fría para espabilarme, sentía como cada gota iba despertando poco a poco mi cuerpo adormecido de estar en la cama, pero solo durmiendo a penas más 2 horas pues no aguanté más el sueño y caí sin darme cuenta en un mini sueño en el cual yo iba caminando sola por un túnel oscuro y apenas iluminado, camina con temor de encontrarme con un monstruo o algo parecido o que simplemente cayera por un agujero del suelo, el cual no sabría si tendría fin.
Noté como algo detrás mía se movía muy cerca de mí, una mata de pelo suave tocó uno de mis brazos, de lo cual me asusté sin evitar soltar un pequeño grito del susto. Miré como un masa en la oscuridad se movía sin atarme en ningún momento, pero el miedo persistía ahí, pero de un momento a otro, a lo lejos, vi como se alunaba algo que parecía ser una sala. Me encaminé hasta ese lugar lentamente mientras la cosa peluda se ponía de tras mía, cosa que no inspiraba mucha confianza pero debía ver que había en ese lugar. Caminando a paso lento, siendo a veces empujada por la cosa peluda, llegué allí después de unos minutos pero solo pude ver una pequeña habitación la cual estaba iluminada por antorchas con fuego clavadas en la paredes y en una de las paredes-las cuales estaba llenas de agujeros, arañazos y golpes- había una foto, en la cual salía yo de pequeña cuando encontré a Riku en Tanzaku, estábamos abrazados.
El recuerdo del momento me invadió con gran felicidad en mi interior pues fue uno de los pocos que conservo y atesoro en mi memoria y corazón con gran cariño y amor. Me quedé observando la imagen con aire pensativo.
-¿Qué hace aquí esto?-pregunté con curiosidad mientras notaba como la cosa peluda se alejaba de mí.
-Eso lo tengo ahí para recordar ese momento tan especial Kiara-oí la voz de Riku, pero no en mi mente. Si no detrás mío, como si estuviera ahí mismo. Me giré para ver si era cierto y la verdad es que me encontré con un león blando enorme, con una melena voluminosa y brillante. Sus ojos, negros como el carbón, me miraban de forma profunda y cariñosa.
-¿Riku? Pero si yo te recuerdo como la última vez que- dije mientras miraba la imagen en la cual salía como un cachorro.
-Yo también he crecido amiga mía, a igual que tú-dijo mientras se acercaba a mí y bajaba su cabeza para poder mirarnos a los ojos sin que tuviera que levantar mucho la mirada.
Lo abracé a la altura del cuello, escondiendo mi rostro entre su suave melena blanca, para que no viera las lágrimas para que no viera que estaba llorando.
-No quiero perderte amigo. Te necesito-dije con voz ronca.
-Nunca dije que me iría. Solo que dejaríamos de hablar mentalmente hasta ahora, por un tiempo muy largo. Pero seguiré estando contigo.-dijo intentando calmarme.
-¿Cómo vas a estar conmigo si ya no podré hablar contigo?-me alejé mientras limpiaba los surcos de lágrimas.
-Hasta ahora he estado dentro de ti sin poder salir al exterior. Pero dentro poco, voy a poder salir y estar contigo en persona, pero para eso, tengo que pagar el precio de dejar de hablar contigo hasta nos hagamos más fuertes.
-¿Cuándo será eso Riku? ¿Cuando podremos volver a hablar entre nosotros?
-Eso lo descubrirás cuando sea el momento Kiara. Ahora debes ser fuerte y avanzar con tu camino ninja. Y recuerda, no estás sola. Estoy contigo siempre.
-Te quiero mucho- y le abracé de nuevo. Después de eso, desperté agitada por el sueño. Aunque n estaba muy segura de que lo fuera.
Terminé mi ducha y luego me arreglé debida mente pero salir al valle del fin a entrenar un poco.
Preparé mi mochila con todas mis cosas y algo de comida por si me entraba hambre y luego salí de casa, colocándome la capa y mi gorro. Fui a paso lento hasta las puertas de la villa mientras leía mi libro “Icha-Icha”, pero cuando llegué a estas, lo guardé y tras dar un pequeño saludo a los anbus que las vigilaban. Salí corriendo camino al Valle del fin el cual ya me iba gustando con el tiempo, llegué en apenas 20 minutos y me bajé directa donde estaba el pequeño lago. Pero antes de llegar, vi que el lugar no estaba vacío, había alguien. Me escondí entre unas rocas bastante grandes y con mucho sigilo, me asomé a ver quién era y si juzgar si era peligroso.
La reconocí en seguida, era la joven llamada Shika, la que una vez invité a Ramen pero por alguna extraña razón me dejó inconsciente después de entrenar y me desperté en el hospital. No sabía si saludarla o cobrarme lo que pasó la vez que nos conocimos. Pero noté que no estaba sola, Mis ojos se abrieron asombrados por el enorme monstruo que la acompañaba, en verdad daba miedo pero debía hacer algo.
“”Ataca, creo que devolverla el mal trato que te dio después de ser agradable con ella todo el rato””
“Tienes razón”
No era dada a rencores pero en esta ocasión Riku me izo ver que aquello que me izo estaba mal después de haber tratado de ayudarla y querer ser su amiga.
Sin perder mucho tiento realicé los sellos necesarios para el “Reppu”, lanzando una fuerte ráfaga de viento que la lanzó unos metros para atrás. Luego de eso, salí de mi escondrijo para dar la cara.
-Valla, no imaginé que nos encontraríamos de nuevo Shika-dije con un tono muy poco amistoso. No estaba de humor para intentar averiguar cual fue si razón para mandarme al hospital aquella vez pero algo si sabía, que unos cuantos golpes se llevaría por mi parte pues no me había sentado nada bien que hiciera aquello cuando podría haberme dicho de forma amable que no quería tomar Ramen.

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Tres días.

Tres días era el tiempo que cogería para entrenar, quería mejorar el control de mi chakra, ya que este era un factor muy importante como médico, era crucial tener un buen control sobre el chakra, tanto a la hora de curar, como a la hora de hacer quizás algún trasplante, incluso era importante para nuestro taijutsu, si mejoraba este factor, mejoraría como médico, seguramente. Carecía de tiempo suficiente, ya que hace poco había llegado una carta, una preparatoria para el examen a chunin, el cual tendría lugar dentro de poco, realmente no sabía si estaría preparada para tal tarea, pero no perdía nada por asistir a dicha preparatoria.

El primer día, salí de mi casa temprano, tras ayudar a mi abuela, recoger medianamente por encima la casa, comer, y preparar mi equipamiento y una bolsa de comida, ya que no sabía el tiempo que pasaría entrenando, quizás todo el día, quizás, terminaría antes de lo pensado, pero no lo creía así, cerca de mi casa, había un descampado, bastante amplio para entrenar, normalmente iba al castillo, pero no había tiempo para eso, el tiempo era oro, debía darme prisa. Acomodé mis cosas cerca de un árbol, y me senté de piernas cruzadas, frente al árbol, debía mantener una conversación con kairi, o al menos intentarlo.

Cerré los ojos, esperando conseguir acceder a aquella sala de paredes y suelos blancos, donde solo una persona habitaba, ya no veía nada, mi concentración, era plena, e implacable, pronto deje de escuchar el sonido del viento, el sonido del agua, deje mi mente en blanco, sin pensar en nada, ya estaba, había conseguido la concentración absoluta, ahora, tan solo necesitaba abrir los ojos , abrí los ojos, donde solo pude ver, un inmenso y profundo espacio, una sala, totalmente blanca y brillante, que parecía infinita, había estado allí, mil veces y aun no sabía que era, solo sabía que allí vivía una chica, Kairi.

Y allí estaba, Kairi, sentada, en medio de la sala, y cada vez que entraba, por decirlo así, me miraba, siempre sabía a lo que iba, pero que era realmente kairi, un espíritu, y si era así ¿Dónde estaba, y que era aquel sitio tan misterioso? Comencé a caminar, asía ella, quería explicaciones, y sabía que ella tenía las respuestas a todas mis preguntas, pero, ¿Por qué nunca me respondía a dichas preguntas? Esa era otra, cada pregunta, formulaba una nueva, un sin sentido absurdo, al que ella le veía sentido.

.-Kairi-san, quiero respuestas, simplemente te are dos preguntas, la primera ¿Qué es este sitio? Y la segunda ¿Quién eres?-.Eran simples preguntas, que se podían responder en una sola palabra, siempre alegre, si pero ese día no lo estaba, mi rostro se mostraba más cerio, realmente quería respuestas, no me sorprendería ninguna, simplemente quería respuestas, y las quería ya. Kairi se levanto, jamás la había visto de pie, tenía el pelo realmente largo, igual que el mío, por debajo de las rodillas, solo que el de ella era de un rojo fuego, y sus ojos eran de tonos azules y violetas, realmente se parecía mucho a mi en aspecto, y personalidad.

.-Creo, que no es el momento de responder a dichas preguntas, más bien, creo que viniste a este lugar a entrenar, no ha preguntar ¿No?-.Dijo sonriendo, a la ves que a su lado aparecía un árbol, y en el suelo crecía césped, ¿Un sueño? No sabía que estaba pasando realmente, kairi extendió su brazo, golpeando con el puño cerrado una de las ramas del árbol, haciendo que esta se partiera como si nada, y callera al suelo.-El taijutsu que usan los médicos no sería posible sino tuvieran un gran control de su chakra, acumula chakra en tu brazo, asta que sea visible, controla lo, y golpea mi brazo-.Dijo a la vez que extendía su brazo derecho, para que golpeara.

Realmente aquello me había sorprendido.- ¿Qué? Porque debería golpearte, y hacer eso, realmente ¿Por qué me ayudas?-.Pregunté, si quería ayudarme, que lo hiciera respondiendo.

.-Si aceptas que entrene tu control del chakra, y haces lo que te digo, no solo mejoraras tu control de chakra, si no que además te responderé a una pregunta-.Dijo sonriendo, y extendiendo la otra mano, cerrando el puño, al instante, pude ver el chakra uniforme en su puño cerrado, se veía claramente, su color era igual que el de mi chakra.

Su propuesta era tentadora, aprendería y además, recibiría por fin, una respuesta.-Vale, acepto-. Tras decir mis ultimas palabras, me quite el guante que llevaba puesto en la mano derecha, me hice una coleta en el pelo, y comencé a acumular chakra en mi puño cerrado.

Cuando el chakra pudo verse en mi puño, perdí el control de este, haciendo que el chakra se descontrolara, y se dispersara por completo, era algo más difícil de lo que pensaba. Me senté en el suelo, con las piernas cruzadas, y forme un sello con la mano, para ayudar me a controlar mejor el chakra, y nuevamente, este se descontrolo y me hizo caer hacía atrás.

Kairi levanto la mano en el aire, encima de esta apareció un kunay, que me lanzo, sin avisar, rápidamente me puse de pie, y di un salto hacía atrás, el kunay se clavó en el suelo y no me dio, tras clavarse, desapareció, como había aparecido.-¡¡¿Pero que haces?!!-.Dije enfadada.

.-Te daré dos opciones, o lo haces a tu modo, y cada ves que falles te lanzó un kunay, o te lanzo varios kunays e intentas parar los a puñetazos-. La miré, se había vuelto loca, como pretendía que parara los kunays a puñetazos, hizo un rápido movimiento con la mano, haciendo aparecer tres kunay que salieron disparados contra mi .-Ahora, acumula el chakra y golpéalos-.Dijo desde su posición.

Sin pensarlo mucho, acumule el chakra en mis puños, el primero, levante el puño derecho, dándole al kunay, pero este me dio, y me hizo un corte, en la parte de arriba de la mano, el segundo, levante la mano izquierda, dándole por debajo, pero este también me dio, haciendo me otro corte en la misma zona, el tercero, estaba cerca no podía esquivarlo, baje rápidamente la mano derecha, acumulando chakra, pero este ultimo se me clavo de lleno en la palma de la mano.

Caí al suelo de rodillas, el kunay se me había clavado en la mano derecha, kairi vino hacía donde estaba, se arrodilló delante de mi, y me saco el kunay, coloco su mano sobre la mía, y de ella emergió un chakra verde, que cicatrizo y curo mi herida, realmente era médico, algo más en común.-Tú entrenamiento a finalizado, as mejorado tu control del chakra-.La sala volvió a su estado original, el suelo y el césped desaparecieron, con una abrir y cerrar de ojos.

.-¿Ya esta, ya e mejorado el control del chakra?-Pregunte, no me creía que hubiese sido algo tan simple.

.-Si, compruébalo tu misma, en cuanto a la pregunta, te responderé a una como habíamos acordado, esta sala blanca, es tu corazón-.Tras escuchar las palabras que kairi había dicho, fui expulsada de la sala, cuando abrí los ojos estaba otra vez en el descampado, al lado del árbol, ¿Realmente había funcionado? Acumule algo de chakra en mi puño, este se hizo visible y tenía mas control que antes sobre el, realmente ese entrenamiento había funcionado.

Mi corazón. Todo ese tiempo había estado yendo a mi corazón? Sonaba algo estúpido, cuando llegue a mi casa, solo deseaba descansar, nunca había estado tanto tiempo en la sala blanca, y al parecer estar en ella agotaba mis energías, notablemente, caí rendida en la cama.

El segundo día me levante rápidamente de la cama, me esperaba un largo viaje a konoha, el valle del fin me quedaba de camino, no tendría que pasar por las puertas de konoha, así que llegaría en sentido contrario, preparé comida, arregle mi equipo, y finalmente comencé a prepararme para el viaje. Me metí en la ducha, para relajar la mente no sabía a que nos enfrentaríamos o a quien, salí y cogí la primera ropa que vi, una camisa de maga larga blanca, y unos pantalones negros ajustados, me puse mis botas ninja que llegaban asta la rodilla, y mis guantes, cogí mi capucha, ya que no sabía si llovería en el camino, y partí hacia el valle del fin.

A la mañana siguiente, ya casi había llegado al valle, sacudí un poco mi capucha-capa, ya que estaba mojada por la humedad de la noche, subí a los árboles, donde permanecí observando la situación que había abajo, kiara, estaba allí, junto a una chica de rosados cabellos y un monstro gigante, quizá una invocación ¿Aquella era la reunión? O ¿kiara estaba en peligro? En ambos casos debía intervenir.

El árbol donde me encontraba estaba sobre la cabeza de la joven pelirosa, cogí un poco de impulso y salté, cayendo en picado sobre ella, apreté mi puño fuertemente.- ¡¡¡Vete al infierno!!!-. Grité, mientras descargaba mi puño con fuerza sobre ella.

Por aquel entonces no se me hubiese ocurrido una mejor forma de acercarme a alguien como ella, si no era desde arriba*kiara lo siento si esto no te ayuda*Pensé, un rango alto podía evitarlo, esquivarlo, quizás habían mil formas de hacerlo, pero el pensar que una amiga corría peligro quizás, me nublaba la vista.


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JUTSU USADO

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DAÑOS Y GASTOS

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Me despierto bruscamente al sentir cómo algo pincha mi pierna. ¿Qué habrá sido? Para comprobarlo, me incorporo rápidamente a la vez que retiro las sábanas de encima de mi cuerpo. Me encojo para observarme la pierna y veo que sólo ha sido un mosquito. Parece mentira que ya hayan llegado. Espero que no me piquen muchos más. Los odio.
No ha sido una manera muy agradable de despertar, pero ya me ha desvelado y sé que seré incapaz de dormir más. Por esa razón, me levanto y me dirijo hacia el baño, casi sin pensarlo, simplemente mis pies me dirigen hacia allí por la costumbre.
Una vez allí, en vez de meterme directamente en la ducha, me contemplo en el espejo. Y no doy crédito a lo que ven mis ojos. Hacía tiempo que no me veía, y esto... es tremendo. No me había dado cuenta hasta ahora, pero he cambiado mucho. Parezco más mayor de lo que realmente soy. Quizás podría aparentar diecinueve. Creo que me han impactado demasiado las recientes pérdidas. Verdaderamente necesito algo de compañía e intentar olvidarlo. Porque aunque por fuera aparente ser dura, fuerte y serena, por dentro estoy fatal. Pero intento que no salga a la luz mi situación real.
Intento olvidarme de estos asuntos, al menos superficialmente, pensando en otra cosa. Me meto pues en la ducha para enfriar la cabeza mientras medito sobre lo que hacer hoy, evitando cosas que me puedan recordar entes que no quiero pensar.
Cuando acabo de lavarme, ya he decidido lo que haré; iré a buscar a mi amigo Yuuichi. Un día le prometí que lo haría; sin embargo, ha pasado mucho tiempo y no he cumplido mi promesa. Y yo no soy de esas personas que las incumplen.
Hago una mochila, en la que meto todo lo que puedo necesitar; esta vez procuro meter un pequeño paraguas, no vaya a pasarme como la vez anterior.
Cuando ya tengo todo preparado y comprobado, cojo la llave de la casa y abro la puerta; pero me sorprendo encontrando a una persona esperándome.

-¡Yuuichi! ¿Q-qué haces aquí? –le digo muda de asombro.

-Como no venías, decidí ir yo a buscarte –me explica con entusiasmo.

-Precisamente ahora iba a tu país –le digo subrayando la segunda palabra.

-Ya es tarde, ¿no? Bueno, ¿qué tal si me enseñas tu casa? Al fin y al cabo yo te enseñé la mía, ¿no? –me dice con su particular forma de ser.

-Eh... claro, pasa.

Abro la puerta y Yuuichi entra con curiosidad, observando cada esquina de la casa, en busca de lo que sea que esté intentando encontrar. Me pongo en la puerta que da al salón y le indico con un gesto que entre en esa habitación. Sigue mi indicación y a continuación le digo.

-Siéntate si quieres –tras lo cual se sienta.

-Bueno, ¿qué es de tu vida? Te eché de menos. Me encontraba solo y lo único que hice fue esperarte. ¿Qué pasó al final?

Al preguntarme esto, lo único que puedo hacer es decirle la verdad y explicarle lo ocurrido. Así que procedo a hacerlo.

-Verás, tras volver al camino después de partir de tu hogar, llegué aquí en unos pocos días. Al llegar al valle del fin, vi la casa de lejos y todo parecía normal. Por lo que al llegar, cogí la llave que llevaba guardada desde que me escapé y la metí nerviosa en la cerradura, esperando encontrarme a mis padres sorprendidos por mi llegada. Pero no, en vez de eso me encontré con todos los muebles cubiertos, además de por una inmensa capa de polvo, cubiertos por una tela blanca. Fui buscando por toda la casa, en busca de qué podría haber pasado. Como comprenderás, lo único que se me ocurría era la posibilidad de que se hubieran cambiado de casa, pero eso no encajaba con la limpieza y cuidado de la fachada de la casa, así como la del jardín. Sospechaba que pasaba algo raro, pero dudaba el qué.
Al llegar a la habitación de mis padres, me encontré algo que no me esperaba encontrar, entre todas las posibilidades que manejaba mi mente, aunque en el fondo quizás presentía lo peor –tras esto hago una pausa para contenerme las lágrimas-. Ahí estaban, sin un hálito de vida, tendidos en la cama, mirando a la nada con los ojos vacíos... Todo se derrumbó para mí, como puedes entender. Pero no me había dado tiempo ni siquiera a reaccionar y poder derramar alguna lágrima por ellos, cuando oí un ruido en la puerta de entrada.
¿Qué podía pensar? Nada bueno, por supuesto. Me asomé con sigilo a ver qué o quién era lo que había irrumpido mi hogar, y vi a una señora mayor. A pesar de estar segura de que estaba escondida, lanzó justo en mi dirección un kunai. Aproveché entonces para aprender un jutsu que me permitiría esquivarlo fácilmente; era ahora o nunca. Con suerte conseguí hacerlo, y también otro del mismo tipo para atraerlo hacia mí y usarlo en contra de la persona. Hice una de las técnicas ninjas de mi clan, con la que conseguí atraparla, y llevarla hasta el salón mientras la sujetaba y la amenazaba con el kunai puesto en el cuello. Luego intenté sonsacarle algo de información sobre la muerte de mis padres, así como la razón de irrumpir de buenas a primeras en mi casa. La amenacé de muerte, y aún así no fue suficiente. Por lo que, en vez de torturarla como habría hecho una persona con dos dedos de frente, la maté, por la rabia que tenía en el momento.
Al día siguiente tiré al río a la mujer y enterré en una digna sepultura a mis padres, al los pies de un bonito árbol que se encuentra cerca de la casa -tras esto agacho la cabeza para que entendiera que mi historia ha finalizado.

-Oh... entiendo -dice mientras se acerca hacia mí y me abraza.

En este momento no necesito más palabras ni más gestos de consolación; sé que es lo más sincero que puede darme y que lo siente de verdad. Respondo su abrazo mientras alguna lágrima se escapa de mis ojos.
Después de unos minutos en los que logro calmar el silencioso llanto, me separo lentamente de Yuuichi, y le pregunto si le apetece dar una vuelta por los alrededores. Su respuesta es afirmativa, por lo que me quito la mochila que llevaba puesta, quedándome sólo el kunai, por si acaso. Salgo con él de la casa, cogidos de la mano, como si fuéramos hermanos.

Caminamos y caminamos por el bosque, hasta que llega el momento en el que oigo unas voces.

-Escóndete tras esos árboles -le susurro señalándole unos árboles.

Me hace caso, y yo me adelanto un poco mientras observo lo que pasa. Unas chicas parecen estar en una pelea, y decido intervenir.

-¿Qué hacéis? ¿Por qué peleáis?

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Podía notar como las cosas iban cambiando, ya fuera para bien o para mal, eso solo sería algo que podría verse a medida que el tiempo pasara, y ni siquiera estaba segura de que esos calificativos fueran acertados... Simplemente, ocurrían. Nosotros nos labrábamos el recorrido que queríamos seguir, aunque nuestras acciones no fueran secuenciales. Porque actuaras de forma correcta no significaba que necesariamente te ocurrieran situaciones que consideraras buenas, o si obrabas mal te pasaran cosas en consecuencia a tus actos. Por ello quizás mataras gente y salieras impune, o quien fuera a ayudar en una misión a un compañero en defensa de la villa muriera asesinado por unos maleantes... Como jugabas tus cartas era lo único que importaba.
De esa manera yo sabía que por sacar a mi querido Yonbi y divertirme, cubriendo mis manos de sangre inocente, no tendría que ser encerrada en ningún lugar o reprendida por lo que hubiera hecho. Pero eran mis principios los que aseguraban que eso no era correcto y buscaban formas que, aunque más complicadas, no hacían daño innecesario. Tal vez la voz femenina que en ocasiones lograba poseerme no entendía eso, solo velaba por sus propios intereses. Por más que probaba a hablar con ella se mostraba reacia y hacía como si no estuviera. Al principio pensé que verdaderamente se iba a dormir y no me escuchaba, pero no tardé demasiado en darme cuenta de que era su forma de ocultarse. Igual que un animal cuando se quedaba quieto para hacerse el muerto y los demás no le vieran y pasaran de largo. En los comienzos era más tozuda e intentaba forzarla, acabé dándome cuenta de que aquello solo empeoraba nuestra "relación" y la dejaba tranquila. Si ella se comportaba mal conmigo o me incordiaba demasiado, después se lo devolvía. Había días que podíamos estar así continuamente y no llegábamos a ninguna parte, éramos como el perro y el gato, dos hermanos que discuten por rutina... En diferencia a lo último, yo no deseaba conservar a Kinder, pues no la guardaba ningún aprecio. Por más que Son Goku dijera que nos necesitábamos y no entendíamos cuanto, en lo que coincidíamos era en que no tenía ninguna razón.

Últimamente el humor de mi querídisima carga había mejorado. Por cierto, sí, como habréis notado por el mote que la había puesto me dio una noche horrible y no pude soportarla, apenas dormí, así que no estaba yo de un humor estupendo. El caso es que la llegada de mi amiga Shika al hogar nos alegraba mucho, podía despertarla a voces después de que Viral se fuera. Algunas mañana me esforzaba en despertarme lo suficientemente pronto para coincidir con él, pues aunque no me levantaba precisamente tarde, él era aún más puntual y había días en los que al salir de mi habitación su cama ya estaba vacía, deshaciéndose del último calor que sus sábanas guardaban como recuerdo de su presencia. Cuando le echaba mucho en falta, ya fuera porque algún viaje nos había mantenido separados, o porque nuestro horario no había coincidido durante un par de días y entre que él se despertaba temprano y volvía tarde no llegabámos a concordar, invadía con cuidado su espacio, con cuidado de no tocar o ver nada que pudiera molestarle. Entonces me sentaba en el colchón en posición india y abrazaba su almohada muy fuerte, aspirando su aroma, el mismo que tenía la bufanda negra que me ponía en el cuello cada vez que hacía eso. Me envolvía la misma suavidad de sus caricias, la calidez de sus besos, el amor de su mirada... Volvía a estar a mi lado. Cuando subía la vista al cielo, viajaba por las estrellas, aunque estuvieran escondidas, hasta dar con él para que me sintiera cerca y supiera que no estaba solo y no le iba a abandonar.

Te espero, solía decirle siempre que me informaba de un viaje, o cuando le despedía en su jornada. Mudamente me prometía cumplir siempre esa promesa. Más de una vez me había dormido en uno de los sofás de la entrada esperándole, en el momento que mis párpados caían agotados y cerraba los ojos, al no aguantar el sueño. Una noche donde las fronteras entre la realidad y el país de los sueños se juntaban hasta no distinguirse, le había visto acercarse a mí y besarme la frente, pensando seguramente que estaría dormida. Nunca supe si fue un sueño, u ocurrió de verdad, aunque tampoco me importaba. Me gustaba vivir con ello así, sin desvelarlo. Era uno de esos momentos secretos que toda persona guarda a fuego en el corazón.

Esa mañana había estado remoloneando un buen rato en la cama, mientras el Sol me daba los buenos días con sus rayos que entraban por la ventana parcialmente abierta, lo que provocaba que una suave brisa se filtrara en la estancia. Lejos de producirme frío, era una temperatura muy agradable. No estaba arropada, y la primavera con su alegre traje lleno de colores me daba la bienvenida desde hacía varios días. El Bosque de la Muerte no destacaba por ser el más bonito de todos, pero aún así era atractivo vivir ahí. No había elegido la localización, y sin embargo el gusto de mi amado no me desagradaba. Sabiendo la tardía hora a la que me había despertado debido a la mayor claridad, no tuve ni que ir a comprobar que Viral se había ido para darme cuenta de que no estaba en la mansión. Shika aún debía andar por casa, en el caso de que no se hubiera marchado, y poco después comprobaría que seguía allí cuando me desperezaba tras hacer varias veces la croqueta por encima de la cama hecha hasta arrugar las sábanas. No creo que fuera la única que tuvo un día vago, y en vez de ir rápidamente a recuperar el tiempo perdido, entreabrí la puerta de mi habitación y me senté en el suelo. No me tapaba más que un frío camisón de color violeta, y como tampoco me gustaba dormir con calcetines los dedos de mis pies estaban un poco destemplados. Sin moverme del sitio alcé la mano hasta alcanzar una baraja de cartas que traje de mi visita a Kirigakure, lo había sacado de la cajita de recuerdos para verlo mejor y se me había olvidado guardarlo antes de ir a dormir. No era la típica usada para jugar en la piscina, sino que se usaba para construir montañitas de cartas. En concreto esa formaba una especie de árbol, y en cada eslabón un ser aún más extraño. Desde duendes hasta pájaros, pasando por ardillas y pequeñas babosas. Debido a la falta de práctica, me costó mucho formar cada piso. Cuando hacía el primero con éxito, colocaba el primer eslabón para el segundo y se me desmoronaba todo... Así un par de veces hasta que conseguí hacer el tercero. Por suerte, aunque la ventana estaba algo abierta y la puerta también, no formaban corriente y el aire no deshacería mi casi perfecta creación, a la que solo faltaban dos pisos por añadir... O eso pensaba, pues cuando estaba a punto de poner la primera carta que formaría el cuarto, con un cuidado mayor al que tenía con bastantes cosas, un leve chirrido de puertas movido por un cuerpo pequeño hizo que toda mi estructura se desmoronara, dejándome en una cara de completa idiota y un trozo de papel en la mano derecha. Al darme cuenta de lo que había pasado, no tuve otra reacción que gritar:

- ¡COÑOOOO!

Tras ello me quedé más a gusto, y al girarme para ver la interrupción de mi juego, me encontré con una bola de pelo blanca que me miraba con unos grandes ojos verdes rasgados, y su hociquito rosa, resaltante entre ese suave pelaje, subió ligeramente mientras que pronunciaba un dulce "miauuu". Mi enfado se disipó en ese instante y mi reacción no fue otra que coger a la bolita en brazos y acariciarla hasta lograr su ronroneo de felicidad. Recordaba que un día Shika me habló de ella y me dijo que tendría que ponerle nombre, aunque por las prisas del momento no pudimos hablar mucho. Fugazmente pasó por mi cabeza la vergüenza de que me hubieran escuchado, tardaría unos minutos más en darme cuenta de que estaba sola en la casa.

- Con que un nombre, ¿eh?... A mí me parece muy acertado para ti, no, ¿PussyCat?

La criatura inocente, ajena al significado que guardaban mis palabras, dio otro maullido de aprobación antes de saltar de mi regazo al suelo y salir por la puerta con la misma elegancia y descortesía con la que había entrado. Con una sonrisa en el rostro, impaciente por decirle a Shika el nombre que había escogido y obtener su aprobación, le seguí y comencé a llamar a mi amiga por toda la casa, con la única respuesta del eco de las paderes. Desorientada activé el Byakugan y pude ver que estaba fuera, me sacaba ya unos cuantos metros e iba con el Señor Graaa. No me había pasado desapercibido el destello de desamparo presente en su mirada, y estaba tan preocupada por ella que poco me importó el desorden, me quité el camisón y al llegar a la habitación cogí con rapidez lo que pude, sin perderla de vista. En mi encuentro con el nuevo alumno, Ikki, había ido de compras, y las prendas de aquella vez aún no estaban guardadas. Un vestido blanco básico, que me había gustado debido a que resaltaba mis ojos, fue lo primero que me puse. Después salté por la ventana, estando descalza, y corrí a por ella.
Conocía el camino que estaba tomando, directo al Valle del Fin, pero en vez de tomar algo rápido fue pasando por los claros, disfrutando del bosque. Estaba bastante delante de mí y en ningún momento pareció percatarse de mi presencia, lo que me vino realmente bien. Cuando llegamos a un claro más grande que los anteriores, rodeado de árboles con alguna que otra roca, pareció ponerse alerta. No me extrañaba, pues no éramos las únicas allí, aunque ella no supiera de la presencia de ninguna. Una chica que reconocí como Kiara también pasaba por el lugar, y una joven shinobi pelirrosa estaba encaramada a un árbol. No tarda mucho en entrar en mi campo de visión una cuarta, acompañada de alguien. No les veo en ese momento como unos enemigos y comparten un momento que no me veo en necesidad de interrumpir, por lo que, mientras me acercan, me preocupo más de las dos chicas que hay delante.
Sin darme tiempo a reaccionar, Kiara ha lanzado un ataque contra mi compañera, y al ver aquello la otra chica pelirrosa parece encontrarse alerta. Recorro los 10 metros que nos separan en un soplo, la velocidad de esas chicas no parece compararse con la mía, y mientras la chica del árbol se lanza del árbol a por Shika gritando “Vete al infierno”, yo he corrido hasta que cuando un metro nos separaba, realicé un sello con una mano apareciendo en ese momento detrás de mi compañera, en un lateral, cubriéndole las espaldas, y antes de que se pueda dar cuenta de mi intervención un puñetazo le habrá sido atestado en el vientre. Debido a mi fuerza este le lanzará varios metros lejos, dejándola KO. Dudaba que pudiera esquivarlo pues para cuando esto se había efectuado estaba en el aire, prácticamente incapacitada a maniobrar.

- ¿Por qué no te vas tú un ratito a paseo? Tsk, que desconsiderados son los niños con sus adultos.

No creí que me hubiera escuchado, y tampoco me molestaba, quien me importaba era Shika, a la que pondría una mano en el hombro y le preguntaría como estaba con una sonrisa.

- Estaba preocupada por ti, ¿te encuentras bien? Espero que no te haya pasado nada. Te seguí porque te notaba triste… Sabes que puedes contar conmigo, ¿verdad? Seré tus ojos cuando cruces la oscuridad.

Le dirigiría una sonrisa, plenamente sincera, repleta de cariño y afecto. Me colocaría a su lado en combate, preparada para combatir con Kiara y la otra chica que había entrado en el campo. Una ya había quedado fuera de juego, y mi mente ya estaba lista para los ataques.

Off:

Técnica aprendida:

Información:

Acciones:

Gastos y daños:

Sentado en la habitación del hospital, no puedo sino observar con fascinación el objeto que tengo entre las manos.
Mi bandana, el objeto que me define como uno de los defensores del Imperio. Todavía recuerdo las palabras del sensei Suiryumaru....
"Ahora sois las nuevas armas del Emperador" es algo que no olvidare. Ahora soy un instrumento de la voluntad del Emperador y un defensor de los hijos del Imperio. De nuevo, puedo disfrutar del honor de ser un soldado obediente.

En ese momento llaman a la puerta. Una de las enfermeras trae un mensaje del sensei, al parecer voy a conocer al otro integrante de mi equipo mañana al amanecer. sin embargo aun no me puedo dormir según creo debería primero aprender a caminar por las paredes para presentarme ante el sensei con orgullo. Soy un soldado de Kiri, debo estar a la altura de mi deber.

Mi habitación es un buen lugar para empezar. Repaso un par de las lecciones que recibe en la fortaleza monasterio de la hermandad, según parece lo que debo hacer es usar mi chakra y concentrarlo en las plantas de mis pies y dejar que el sea el que me sostenga, pero para ello es necesario un flujo constante y mucha concentración.

En mi primer intento me mantengo un instante... pero caigo de inmediato. Solo ha sido un fracaso, un soldado debe estar listo para eso y mucho más.
Sigo intentándolo y a cada nuevo fracaso me recuerdo los valores que mis antiguos hermanos me inculcaron y otros nuevos que me digo a mi mismo.
Mi cuerpo se resiente de las heridas que recibí en la defensa del monasterio pero es mejor estar tullido de cuerpo que corrupto en espíritu y mi espíritu esta templado en los hornos de la guerra, si mi cuerpo ahora es débil lo fortalecere, si mi determinación flaquea la reconstruiré con la fuerza de mis hermanos de Sovengard.
"Cuando se hace un trabajo hay que dar la vida por el."

Mientras continuo me vienen a la memoria las palabras del Librarium, el maestro de la hermandad a la que pertenecí:

"Hermano Viktor, nuestra hermandad forja a los mejores guerreros que el mundo a conocido mezclando las disciplinas del ninja y la lealtad de nuestra hermandad. El cuerpo puede fortalecerse y ser poderoso, pero un cuerpo perfecto no sirve de nada si no se tiene un espíritu inquebrantable.
Si algún día te encuentras ante lo que parece un obstáculo insalvable recuerda lo que le ocurre a una gran piedra que se encuentra en el cauce de un rio.
La piedra es fuerte y robusta, pero la voluntad del agua fluye sin parar, puede que tarde meses incluso años pero finalmente la roca se destruye ante el poder de la determinada corriente del agua. Recuerda siempre esto... la voluntad de un guerrero puede rebasar cualquier obstáculo por muy imposible que parezca."

Las palabras de mi maestro, aunque lejanas, aun resuenan en mis recuerdos y aunque ahora pertenezco a un lugar diferente y mis hermanos y deberes han cambiado nunca olvidare las palabras de aquellos que me hicieron ser lo que soy. Han sido aquellas frases ancestrales y lo ritos de iniciación en forma de entrenamiento intensivo son los que me han hecho ser lo que soy y los que me han dado un férrea voluntad. Ahora mi sensei tiene otro nombre y otro rostro pero me ha dado su confianza y eso significa que debo estar a la altura de sus expectativas.
Continuo intentándolo hasta bien entrada la noche hasta que finalmente me veo obligado a desistir, puede que hoy no sea el día pero después del entrenamiento de mañana con el sensei partiré hacia Konoha para el examen de Chunin. El viaje será largo pero merecerá la pena, completare mi entrenamiento y además me pondré a mejorar mis habilidades, según parece en Konoha hay una Shinobi muy peculiar llamada Shika. Que según cuentan es hermosa como ninguna otra. En la hermandad teníamos un gran aprecio por la belleza de las damas, pero aun respetábamos más a las doncellas guerreras en honor a las Valkirias de Sovengard, por lo que ardo en deseos de conocerla.

El entrenamiento del sensei ha sido duro. El ninja medico termina su chequeo y al parecer mi cuerpo ya está mucho mejor y por lo tanto no necesito mas cuidados. ¡Al fin puedo iniciar mi viaje!
Los médicos y las enfermeras se han encariñado conmigo, sobre todo las enfermeras XD, y entre todos han hecho una colecta para conseguirme el material necesario para mi viaje a Konoha.
Un saco de dormir, comida para el viaje, ropas negras con pesas para ejercitar mis músculos y mi velocidad durante el trayecto (de las cuales las mejores son los pantalones grises y la chaqueta de cuero negra con capucha y bufanda para cubrir mi cara) y un vale descuento en mi próxima lesión, al parecer ganare un microondas. Me despido, han sido una grata compañía que me ha ayudado a sobreponerme al hecho de ser el último Hermano Guadaña vivo, puede que ese sea su trabajo pero no me importa me han ayudado y por ello los protegeré con mi vida llegado el caso. Me ajusto la bandana en la frente para que sea visible mientras me juro a mi mismo honrar la que confianza del pueblo de Kiri ha depositado en mí.
-¡¡ADELANTE, Rumbo a Konoha!!
Atravieso velozmente la villa mientras voy saltando y haciendo pequeños sprints por las paredes, al parecer lo estoy consiguiendo pero aun noto como resbalo. No importa, el camino es largo y las posibilidades de entrenamiento son infinitas. Además el peso añadido de las pesas médicas de mi ropa hace que esto sea aun más alucinante.
El bosque se mueve a toda velocidad ante mí mientras revoto de un árbol a otro. Mi estabilidad ha mejorado bastante y aunque aun no la domino del todo sé que lo hare, el fracaso así como la rendición no son una opción. No solo deshonraría a mi sensei y a mi emperador sino que además no sería digno de mis camaradas caídos.
Finalmente llega la noche cuando alcanzo mi primera escala. El lugar donde comenzó todo, el templo de mis hermanos, El Santuario del Segador.
Me inclino ante la estatua del fundador de la orden, El Guerrero sin Rostro y posteriormente hago una ofrenda a los sarcófagos de los Hermanos Caídos que ahora brindan en Sovengard junto a nuestro fundador y los demás grandes guerreros.
Cuando termino de honrar a tan altos guerreros me dispongo a entrenar de nuevo. Mientras entreno mis músculos con las pesas de mi ropa y termino de refinar mi técnica de caminar por las paredes dedico un pensamiento a cada uno de los hermanos y hermanas que ya no están.
En ese momento recuerdo a la hermana Eva, me había prometido a mi mismo que no me afectaría esta visita pero el recuerdo de mi amor perdido aviva el dolor que me atenaza.
Aun recuerdo ese momento, el día antes a la batalla que destruiría mi hogar, yo repasaba mi armadura y mi espada, puesto que sabíamos que ese señor feudal se preparaba para exterminarnos, preparándome cuando la vi entrar.
Eva y yo nos habíamos criado juntos en el templo. Como yo, ella no había conocido a sus padres y tampoco le importaba. “-Si mis padres vivieran probablemente no estaría aquí” era su frase preferida, aunque en ese momento sus hermosos ojos azules adquirían un brillo nostálgico con el que enmascaraba su dolor. Yo amaba esos ojos y la luz que despedían me animaba a seguir y a mejorar como soldado…y como persona.
Esa noche ella vino a mi habitación, hablamos de cosas vánales hasta que me en un momento dado, no sé porque, hice la pregunta.
-Eva, es posible que mañana muramos… ¿de verdad no lamentas no haber conocido a tus padres?
La respuesta me llego, sin embargo cambiada.
- Si mis padres vivieran probablemente no estaría aquí…. Y no te habría conocido.
No sé cómo ni porque pero en ese instante ya nos estábamos besando. Fue la noche más maravillosa de mi vida y fue entonces cuando le prometí que siempre estaríamos juntos. Sin embargo esa flecha me la arrebato al día siguiente junto con todo lo que conocía y amaba.
Hago una visita al jardín del templo, es un buen lugar para seguir entrenando. En ese instante me detengo frente al cerezo en flor que era el árbol favorito de Eva.
Me arrodillo ante la piedra tallada bajo la cual yace su cuerpo y coloco una de las flores del ancestral árbol a sus pies.
Mientras entreno le dedico un pensamiento:
“No te olvidare. Nunca olvidare cuanto te ame”
Continúo entrenando. Mis músculos se fortalecen a cada movimiento y mi control sobre la técnica de andar por paredes mejora por momentos. Me decido, hare la prueba final. Con un salto llego directa mente a una de las paredes del patio y concentro mi chakra…. Me agarro sin problemas y me mantengo en la pared.
¡¡LO HE CONSEGUIDO!! ¡Ya he aprendido a caminar por las paredes!
Tras entrenar un poco más, ceno algo de la comida que me han dado los chicos del hospital y me voy a la cama.
Finalmente a la mañana siguiente llego a Konoha. Es una gran villa y los bustos tallados en piedra de sus antiguos Kages me hacen ver lo orgullosos que están de ellos.
Me paro en un claro del bosque que hay a las afueras de la villa y me subo a uno de los arboles que lo forman. El viaje es largo y estoy seguro de que descansar me hará bien.
De pronto noto como alguien se acerca, es una dama muy hermosa de pelo rosado. Sin embargo, no reconozco a Shika por su aspecto sino por el enorme ser llamado Negro Kun. ¡Diablos es enorme!
En ese momento una ráfaga de viento la golpea y de la maleza surge una elfa con la bandana de Konoha a la vez que una ninja de la niebla surge con el puño cerrado, un evidente puñetazo dirigido hacia la dama Shika.
No pienso solo reacciono.
Rápidamente hago un par de sellos y salto del árbol mientras preparo la técnica del apretón de sombras.
Al caer al suelo, mi sombra se extiende hacia la ninja de la niebla a la que cojo desprevenida. Además a saltado de un árbol cercano al mío y las sombras que proyectan me ayudan a llegar hasta ella con facilidad, puede que sea una ninja de la niebla como yo pero acaba de atacar a alguien sin provocación y mi código de honor me insta a ayudar a Shika. (aunque no lo necesite) Sin embargo, en ese mismo instante, una nueva ninja de Konoha surge golpeando a mi objetivo y sumando su daño al mío. La recién llegada debe de ser Shonzu la actual “compañera” del Hokage.
Tras el apretón, me coloco junto a Shika pero dejando mí sombra unida al árbol para responder a futuros ataques.
- “¿Estás bien?” pregunto a Shika.
Sin esperar respuesta me pongo en posición de combate ante la ninja de la niebla y le dirijo una fría mirada mientras que dejo que mi chakra rojo sangre se haga visible y recorra todo mi cuerpo encapuchado.
“-Eres soldado de la niebla como yo así que solo lo diré una vez… Márchate ahora. No deseo luchar contigo pero lo hare si me obligas”.

info:

Acciones:

Gasto y daño:

Palabras:

Habilidad aprendida:

La intervención de Nana, Kori y Sonzu en el lugar me sorprendió bastante pero no puedo estar muy atenta a lo que hacían por que Shika decidió mandar al enorme monstruo para que me atacara.
Oí el grito de mi querida amiga Nana, pero vi como Sonzu la hacía a un lado defendiendo a Shika. Barajé la posibilidad de largarme pero ya era demasiado tarde, no podía irme sin correr el riesgo de que me persiguieran. Creyendo que me daba tiempo intenté realizar los sellos para el hitto-ji para salir del lugar , pues antes de aparecer en escena, había clavado un para de kunais de tres puntas en donde estaba escondida con anterioridad. Pero por desgracia el monstruo llamado Negro-kun, si no había oído mal, me dio de lleno y me izo retroceder cayendo al suelo, vi sobrevolar un Suriken el cual no me da pues pasa de largo hasta clavarse en unos de los árboles . Cuando ya recuperé fuerzas me levanté dejando un bunshin en mi lugar para que el monstruito se entretuviera, rápidamente tele trasportarme a mi escondite, tenía que pensar en algo para que me no me hicieran quedar a la altura del betún, sabía muy bien que me iban a ganar el combate pero debía poner mi mayor empeño en luchar.
Estando Sonzu en el lugar me daba un poco de coraje luchar y más si era contra ella, pero debía hacerlo, no iba a darle un motivo más a Riku y a mi familia de avergonzarse de mi.
Desde mi escondrijo, observé la distancia que había, solo había 5 metros, creo que con esa podría hacer algo, debía pensar con rapidez si no quería que me pillaran y me dieran otro golpe antes de que me pudiera hacer nada, lance en u dirección 5 kunais de tres puntas para así si no las daba, al menos podría usarlos para realizar el hitto-ji y esquivar los ataques.
Luego de eso, realicé otro Reppu para repelerlas y puede que con confundirlas, aun que no contaba con ello al 100%.
Antes de hace nada, decidí dispersar la nube que se había formado con un "Kazesouji" y así conseguí ver con claridad a todo el mundo pues la nube ya se había ido.
Después de eso, activé el “Kosenppu no Jutsu” y mientras de desplazaba en tu dirección rápidamente, iba realizando una espera imperfecta para dar a Shika a la altura del estómago para hacer la al menos, un poco de daño. Con eso yo ya consideraba mi venganza realizada, no quería herirla de gravedad pero si devolverle ese golpe tan gratuito que me dio para luego desaparecer, después de haberme portado bien con ella.
"no sé si con esto he podido hacer algo pero al menos es más de que huir como una cobarde"
""Esperemos Kiara, esperemos"

acciones:

Gastos y daños:

Tras mi aparición, de la que apenas nadie parece darse cuenta, lo que me hace sentir fuera de lugar, suceden varios hechos relevantes.
Primero, aparece una chica, de cabellos morados, tal vez un poco más oscuros que los míos, dispuesta a salvar a la otra, que los tiene de color rosa.
Corre como si tuviese alas y estuviera volando, pues no se le ve ni siquiera que los pies hagan contacto con el terroso suelo, con el pelo ondeándole, hasta que se encuentra a la espalda de una de las chicas, llamada Nana, y le asesta un puñetazo que la deja totalmente fuera de juego.
Desde luego, no me gusta nada lo que hace, ya que la llamada Nana -o eso me parece, juntando los rumores que corren sobre su nombre con los de su descripción- me parece una buena chica que está ayudando a una amiga, por lo que decido ponerme de su parte.
Antes de hacer nada, aparece otro individuo, del que me doy cuenta con no sé si alegría o qué sentimiento, de que es del mismo clan que yo, al realizar un par de técnicas de éste.
A continuación, la chica de pelo rosa hace un jutsu, con el cual no puedo ver nada, pero eso también servirá para que los demás no vean cómo yo, aún a ciegas, me sitúo donde debería estar la chica rubia antes, dispuesta a que en cuanto pueda ver, actuar.
De momento hago dos sellos hacia los sitios en los que deberian estar la chica del pelo morado y la de los cabellos rosados, con la intención de darles y a ver si de paso ilumina algo el camino, aunque lo dudo.

Spoiler:

gastos y daños:

Sentí como un puño me daba en el estomago, como si una flecha atravesará mi estomago y mi torso, me lleve las manos intuitivamente al lugar donde había recibido el golpe, entonces, caí hacía un lado, mientras caía no pude ver nada, mis cabellos rosados me cubrían la cara, hasta que caí al suelo, quedando me hay inmóvil, pronto mi vista se nublo, deje de oír y perdí la conciencia, ¿Había muerto?
Mi camino no podía acabar así, inconsciente, un puñetazo, no era suficiente para acabar conmigo.

OFF

Spoiler:

INFO

Spoiler:

Off:

Mientras efectuaba mi puñetazo, que dejaría KO a la chica de pelo rosa que había intentado dañar a mi amiga y debido a la fuerza de mis golpes la lanzaría unos 5 metros más lejos, suficientes para que no molestara en el claro que se había convertido en campo de batalla, mis ojos pudieron apreciar otra persona. Debía ser la quinta del lugar, parecía que no se cansaba la gente en venir. No tardé mucho en descubrir su clan, que dejaba bastante claro, pues al estar encima de uno de los árboles cercanos a los que la kunoichi (Nana) había saltado atrapó su sombra y unió su ataque al mío. En verdad me resultó totalmente innecesario, yo podía sola con aquella chica, y si él pensaba que no era así sería un menosprecio a mi fuerza. Si no me conocía, tampoco era algo que pudiera extrañarme demasiado, pues mi físico dejaba mucho músculo que desear... Mejor en esa manera, la figura masculina entrenada a las alturas que debía estar la mía quedaba fea a la hora de llevarla una mujer.
Lo que menos entendía es cómo sabía el nombre de mi amiga y por qué la preguntaba su estado, ¿acaso le importaba realmente? Si mis conocimientos no fallaban, ninguna de las dos era conocedora de aquel chico, y por la forma que se dirigió al cuerpo inconsciente de la ninja de la niebla (Nana) parecía más lista que él. ¿Es que no se daba cuenta de que no iba a responderlo? En cualquier caso, no me fiaba de él, y menos de su sombra, por lo que por prevención di un salto hacia delante de 5 metros. Eso me dejaba a 6 metros de las otras ninjas (Kori y Kiara). A partir de entonces tendríamos que reaccionar rápido, podía estar atenta a las acciones de todos, pero eso a veces resultaba algo estresante, lo bueno era que no tenía que preocuparme demasiado en que me pillaran desprevenida.
Shika pareció darse cuenta, no notaba que se sintiera demasiado segura entre aquella gente. Tal vez no pudiera decir cada una de las cosas suyas, pero la conocía lo suficiente como para darme cuenta de sus cambios de estado.

Kiara ya había sido embestida por el Señor Graa (Negro-kun), y al estar todavía en el suelo pudo esquivar el shuriken de cristal que Shika le lanzaba instantes después, seguramente como método de distracción, mientras que seguía algo aturdida. Eso sería aprovechado por ambas. Tanto la velocidad de Shika como la mía eran bastante mayores que las suyas, por lo que cuando mi amiga subió a los árboles hasta saltar en un espacio más centrado en el claro, yo me había acercado corriendo a Kiara, mientras realizaba un sello con ambas manos. Si bien la velocidad de mi amiga era elevada, su control de chakra sobrepasaba mis posibilidades enormemente, pues el jutsu que reconocí como Cortina de Humo que realizaba no tardó apenas segundos en llegar a nuestra posición. Eso impedirá la visión a ellos, mientras que yo podría verles a la perfección.
Mientras tanto yo fui a por Kiara. Había decidido el día equivocado para intentar pegar a mi querida amiga Shika, por igual mi protegida, y no me veía con ninguna gana de ser permisiva con ella. Por suerte mi mente anteriormente había actuado deprisa y logré expandir mi chakra, lo que me sería realmente útil, porque de su posición no podría moverse hasta que yo efectuara mi turno. Aunque en la realidad no la pasaría nada, su mente sería confundida, pensando que estaba atrapada con unas gruesas cuerdas. En ese momento yo me acercaría hasta ella, probando con la semi-elfa una nueva técnica. Consistía en lanzar una ráfada de 36 golpes contra ella, sin que pudiera verme, lo que me dio una gran ventaja. Shika lo había hecho pensando en sus propios intereses, seguramente, pues podía ver como realizaba sus jutsus, pero quizás sin saberlo me había beneficiado a grandes niveles, era una de las ventajas de mi Dojutsu.
Solo necesitaba tener activado mi Byakugan y era algo que llevaba hecho desde hace tiempo, por lo que mientras estaba mentalmente atrapada, sin poder reaccionar, yo la fui dando mis rápidos y certeros golpes. Aunque podían parecer muchos yo misma me sorprendí de la velocidad a la que logré efectuarlos, haciendo que todos ellos acertaran en menos de un par de segundos. A su vez, la habían elevado un poco del suelo, y como el daño recibido de fuera anularía el Genjutsu que yo misma había hecho, lo que hice fue darla un puñetazo en la tripa que la lanzaría volando hasta que cayera a unos 7 metros de distancia de Shika.

Antes de llegar al campo de batalla había hecho un clon que se movía debajo de la tierra, por lo que les habría sido imposible de ver, mientras él mismo tenía activado el Byakugan y sería consciente de todos sus movimientos para poder atacarles. Mi clon y yo actuábamos al mismo tiempo, igual de precisos y certeros, aunque él llegó primero al ninja de la niebla, segundos antes de que yo alcanzara a Kiara, que debería estar desconcertado ante aquella situación, y cuando se percatara de él sería demasiado tarde... Un puñetazo habría sido atestado desde el suelo hacia sus piernas, lo que además de dañarle, le impulsaría metros atrás. Eso se debía a que mis enemigos no parecían muy entrenados en la fuerza precisamente, y yo tan señoritinga como se me veía con mi vestidito blanco les ganaba a un pulso usando solo el meñique.

Como no debía perder el tiempo, pues la nube de humo desaparecería en breves momentos, mi clon se dirigiría hasta donde estaba la otra kunoichi (Kori), la cual aún no había sido golpeada, y saldría de la tierra tras sus espaldas. En ese momento, la daría un puñetazo en la cabeza, que la enviaría 7 metros por delante. Después de toda mi ofensiva, convenía retirarse de nuevo, por lo que mientras que cuando se deshiciera la niebla yo me habría colocado a 15 metros de Shika y a 11 metros de Kori, en un sitio más despejado de vegetación, mi clon habría vuelto a ocultarse bajo tierra.
Ya solo quedaba ver como proseguían las circunstancias... ¿Estarían ellas preparadas para lo que le seguiría a continuación?
Shika, desde luego, parecía estarlo, pues había preparado muy bien su ofensiva, y yo le había puesto a aquellos gennins en bandeja. No hacíamos un mal equipo juntas.

Aprendizaje de un jutsu de clan:

Acciones:

Gastos y daños:

Es un caos...todos luchan contra todos. La elfa acaba de recibir un terrible impacto por pare de la colosal bestia de Shika, ¡eso si que potencia!
Un par de bolas de rayos pasan a un kilómetro de distancia de mi, probablemente lanzada por la ninja del pelo morado en direccion a Shika y la mujer Hyuga.

Es un espectáculo soberbio. Shika hace gala de una técnica y una potencia sin igual y la fuerza de lady Sonzu es impresionante. En este momento estoy viendo lo que significa ser un ninja de verdad.

El humo que la dama Shika a lanzado hace un momento empieza a disiparse.
De pronto me doy cuenta de una cosa, esto es una batalla total...¡y la mujer Hyuga puede verme con su ojo blanco!

No se como pero la veo venir.

Tal vez sea la niebla que parece apartarse a su paso, como intentando huir de su furia, parece que no le a gustado que me meta en su pelea (aunque a mi me a parecido un monologo de golpiza) y ahora viene a por mi.

No tengo oportunidad, se que su golpe me alcanzara sin dudar pero debo estar a la altura de la situación. ¡Soy un soldado del Imperio!

Rápidamente ejecuto un par de sellos y un poderoso haz de luz inunda el claro. Puede que con ese jutsu perciba el chakra pero necesita verlo para que sea útil, ademas parece que mi luz se refracta en diversos puntos como si estuviera reflejándose en múltiples espejos de cristal.

Pero a pesar de estar cegada me alcanza.

Recibo tantos golpes que no puedo contarlos pero todos ellos son una agonía tanto por separado como por conjunto. Durante un instante me quedo de pie frente a ella, admirando tanto su poderío como su belleza, definitivamente no necesitaba mi ayuda. Todo lo que puedo decirle antes de caer en la oscuridad es.

-"Quien necesita costillas."

Al menos caeré con una sonrisa...mi mundo empieza a dar vueltas.... órganos quedaos dentro, papi os necesita.

Aclaración:

Acciones:

Gasto y daño:

Estado:

Estaba atrapada, tenía una gran facilidad en caer en trampas y cagarla como me era costumbre, no se como lo hacía pero esto de meter la pata se me daba de miedo.
No podía hacer nada y con culpa de no poder mover mis pies los ataques de dieron de lleno sin darme tiempo a esquivarlo si quiera.
Caí inconsciente cayendo en un sueño del cual dudaba despertar.

La niebla todavía no se ha disipado totalmente, cuando siento un puñetazo por detrás que me da en la cabeza, y me envía unos cuantos metros hacia delante. No me quedan fuerzas para decir nada más, y en cuanto me intento levantar otro ataque me da de lleno. "Atacar por la espalda es de cobardes", pienso antes de perder totalmente el conocimiento. Las dos chicas han conseguido su propósito, y no me gusta para nada que me hayan derrotado. Pero, aún así, quizás algún día nos reencontremos y puedan enseñarme el secreto de su victoria.

No costó demasiado librarse de Viktor, aunque me había lanzado un destello que nos había cegado tanto a mí como a mi clon, eso no nos impidió realizar las acciones con éxito. Mi clon iba a una velocidad a la que no habría podido parar, pero como el chico tampoco se movió, el puñetazo le fue atestado de igual manera, quedando éste inconsciente. Kiara había ido a parar a la trampa de Shika después de mis golpes y mi puñetazo, justo donde quería, ya que había visto aquella trampa y quise ponérselo fácil a mi amiga mandando a nuestras enemigas justo allí. Tuve la mala suerte de que mi fuerza no pudo mandar a la kunoichi de cabello morado (Kori) a la superficie de cristal que le habría inmovilizado las piernas, aunque tampoco tendría que preocuparme demasiado de eso. Se había quedado lo suficiente cerca de Shika y podría atacarla sin gran dificultad. No mentiría si dijese que me abría paso a puñetazos, estos tenían la suficiente potencia como para poder hacerlo. De hecho, gracias a ellos había derrotado a dos de los cuatro ninjas que habían venido a plantar frente. Las otras dos estaban al caer…

Era increíble la destreza que había ido alcanzando Shika en combate, aún me acordaba de cuando la conocí en las Montañas. Me costó hacerme a la idea de abrirme ante una desconocida, pero los entrenamientos y la habilidad que fuimos adquiriendo para continuar adelante se hicieron mucho más fáciles con ella. A veces la superaba y notaba como ella seguía esforzándose, entonces ella se ponía por delante, medíamos nuestras fuerzas y continuábamos entre risas. Había pasado el examen Chunnin con ella, fue la primera persona que me vio llorar después de siete años cerrada a cualquier abrigo del exterior. Comenzó saliendo Jounnin, sin embargo yo fui más lenta y me quedé un rango más bajo durante un tiempo, alcanzándola finalmente. Pero ella... Ella era mi manta. Por muchas cosas que me dañaran seguiría siendo así, sabía que los caminos eran caprichosos y alguna vez cualquiera situación que se escapara de nuestras manos sería capaz de separarnos, aunque los lazos que nos unían eran fuertes y no pondríamos fácil el romperlos, pero nada ni nadie podría borrar el amor que la tenía en mi corazón.
El Yonbi gritaba eufórico, en verdad se notaba que disfrutaba con los combates, en cuanto comenzaba parecía insaciable en la sed de batalla. Ya me era más fácil controlarle, lo malo era cuando yo también tenía ganas de continuar y los sentimientos feos que se filtraban en el corazón de las personas buenas probando su nobleza me inundaban, entonces pasaba miedo por si lograba acabar conmigo. Sin olvidar a Kinder, a la que desde la visita a Kirigakure notaba más irascible y lograba hacerse con mayor facilidad con el control del cuerpo... Bueno, ese segundo problema se acarreaba desde mi llegada a Konoha. Mientras se libraba la batalla podía mantener su conversación, al menos con Son Goku, ya que me daba consejos y ciertas claves. Claro que era más sangriento que yo y eso ocasionaba que fuera más bruta a veces, el que mi fuerza estuviera aumentando desde que era su recipiente no mejoraba las circunstancias, pero todavía lo hacía llevadero. Lo que más me importunaba era cuando aparecían en momentos íntimos, quería que fueran solo para mí y la persona con quien los compartía pero eran capaces de interrumpirlos. Sobre todo Kinder, la que no paraba de tocarme las narices, así que siempre que podía hacía lo mismo con ella. Todavía recordaba la noche en la que había despertado encerrada en la cúpula de cristal, aprisionada con las cadenas de mi propia mente, y ella sonreía maliciosa sabiendo que la habitación que estaba pisando era de Viral, y aquel puesto debería haber sido mío...
A pesar de que tanto la voz de mi cabeza como yo intentáramos superarnos y ponernos por encima de la otra, era muy distinto a lo que sentía con Shika. A ella la quería, no la deseaba ningún mal, todo lo contrario. La acogía en casa para tenerla cerca y poder disfrutar de muchos momentos con ella, esperando que la mayoría de esos fueran buenos, y en el caso de que hubiera alguna discusión sirviera para unirnos un poco más.

Como había supuesto, disipada la niebla y viendo Shika el panorama, se dispuso a acabar con las dos chicas. Primero lanzó una aguja de cristal a Kiara, quien ya estaba exhausta después de tantos golpes recibidos en la batalla, y entre eso y que sus piernas quedaban inmovilizadas, no pudo hacer nada por esquivarlo y cayó inconsciente. Una menos.
Ya solo quedábamos tres en el claro, y una de ellas era la próxima. Lo primero que hizo Shika fue emitir un destello de luz que nos cegó tanto a mí como a la otra kunoichi, yo no tenía remedio en evitarlo, ya que mi Byakugan estaba activado, pero en vez de alejarme o hacer algo por defenderme me acerqué a ella, y de los 15 metros que me separaban de mi amiga fueron acortándose hasta 10, los justos para no caer en la trampa. Había ido lenta y el destello ya había terminado hacía unos segundos, la chica de cabellos morados(Kori) también caía inconsciente debido a un ataque de Shika que había acabado con ella. Ya solo éramos dos.
No podía evitar que mi mente se cegara en parte y pensara en el ansia de batalla, pero cuando vi el gesto de Shika y como hacía que el Señor Graa se pusiera a su lado, supe que no había tiempo para eso. Pude ver en sus ojos una chispa del mismo sentimiento que envolvió el cuerpo de Viral hacía días… El dolor de mi corazón fue intenso también. Pero de mi corazón, no el del clon que se encontraba frente a ella, y cuando escuché su pregunta, supe que era momento de salir. Antes de que la niebla se esfumara fui yo quien se metió bajo tierra y mi clon en que se quedó encima. Ya no había tiempo para eso.
A diez metros de Shika y seis de mi clon, quedándome a la izquierda de mi amiga y su hijo, salí al segundo de que pronunciara la última sílaba de su pregunta. Con un shuriken en la mano, se lo fui a lanzar a mi clon, a la vez que la respondía:

-No desconfío de ti, Shika. De lo contrario no habría querido que vivieras conmigo, ni habría venido a defenderte de los peligros, o habría deseado apartar con todas mis fuerzas la oscuridad que parecía nublar tu corazón. Si desconfiara de ti, tampoco te estaría diciendo esto, o habría salido para que pudieras verme.

Tras ello, lanzaba mi shuriken hacia el clon, con la mala suerte de que sabiendo su destino por desaparecer y negándose a ello ejecutaba un sello con una mano. El mismo que haría que Shika cayera dormida debido al veneno que mis manos tenían como precaución, para método de defensa y supervivencia propia. Parecía que el maldito clon había salido con las mismas ganas de jorobarme la existencia que Kinder, y antes de que un shuriken se clavara en su cabeza Shika ya estaba derrumbándose dormida. Después de la explosión que ocasionaba mi clon al estallar en llamas y que su trampa se desactivara debido al chakra que Shika no podía proporcionar en ese estado, me acerqué a ella en apenas un par de segundos. Al llegar a su lado, la miré con gesto preocupado, pensando en si sufriría algún daño... Aunque los efectos solo estaban pensados para dormirle. Mi gesto de preocupación se cambió instantáneamente al miedo... Frente a mi tenía a uno de los ninjas que mataron a mi padre, el cual me atacaría para quitarme los propios ojos, y con un pequeño grito asustado cogí mi kunai y se lo clavé en la cabeza. Cuando la sangre mi cubrió la mano, volví a ver la realidad... Había clavado mi arma en la cabeza de Shika, dejándola inconsciente al instante.
No había cumplido la promesa que le hice a Son Goku de derramar sangre en cada una de las batallas que realizara, y me acababa de demostrar que podía pagarlo muy caro... Lo preocupante en aquel momento era llevar a Shika ante un médico, por lo que quité el kunai, me deshice de la sangre, y me puse en pie. Como método de prevención, me tomé la poción de chakra que compré hacía varios días, ya que activar mi veneno era un gasto bastante grande respecto al chakra del que disponía.

Entrenamiento:

Acciones:

Gastos y daños:

Arma propia:

Acciones:

Hacía un tiempo, el País del Fuego había dejado de ser todo lo seguro que me gustaba pensar que era, desde que Iwa había desaparecido y las catástrofes naturales asolaban la tierra. En el norte, cerca del Valle del Fin, un monstruoso incendio se había alzado, consumiendo decenas de kilómetros a la redonda iluminando el cielo nocturno del bosque y tan rápido como se había ocasionado, desapareció al salir el sol. Pero para colmo de males, los Anbu que había repartido en la vigilancia de ciertas personas me habían informado que todas ellas, a la vez, habían salido hacia cierto punto, no lejano de la zona de incendios. Sabía que Shika tenía órdenes de entrenar gennins, pero no entendía la presencia de Sonzu en el lugar, así que decidí seguirles, sigiloso como una sombra, para ver que pasaba. Cuando la batalla comenzó, el grupo entero se juntó, venciendo rápidamente Shika y Sonzu al resto, y cayendo después Shika ante el veneno de Sonzu. Sonriente, y orgulloso por la actuación de mis dos señoritas favoritas, bajé del árbol en que me encontraba oculto, y usando mi sigilo ninja, corrí hacia Sonzu aprovechando su punto ciego pues desde mi posición no veía si mi preciosa palomita tenía activado el Sharingan, pero deslizándome rápida y ágilmente, seguro que era capaz de evadir sus ojos mágicos. Cuando estaba a dos metros, me sorprendí al ver a la preciosa Hyuuga sacar un arma de filo y dirigirse a clavársela a la yaciente Shika, por lo que toqué su cuello y cayó al instante en un profundo sueño que duraría un tiempo, sujeta entre mis brazos. No entendía muy bien lo que había pasado, pero sentía que había logrado evitar algo que podía haber sido muy peligroso. Acerqué todos los cuerpos inconscientes y junté sus cuerpos, haciendo que todos estuvieran en contacto con los otros. Con un chasquido, desaparecimos del lugar, dejando el campo de batalla como único reflejo de lo que había ocurrido aquel día.


Off:

Sonzu: +627 Sube a nivel 14.
Shika: +1085 (Exp combinada de varios temas) Sube a nivel 16.
Kiara: +196 Sube a nivel 7.
Kori: +300 Sube a nivel 8.
Nana: +330. Sube a nivel 5.
Viktor: + 530. Sube a nivel 5.


Nana y Viktor, en vuestro post de subida de nivel poned link a este, pues no puedo editar vuestra ficha para poneros la exp.