20 locos a por la cucaracha.

Hay muchos tipos de lugares, unos bonitos, otros horrendos, agradables o totalmente desagradables...El caso es que las cloacas de Amegakure sería uno de los lugares más horrendos y desagradables que haya podido conocer en años, es un lugar pestilente y lleno de seres poco agradables a la vista, como ratas, sin embargo era preciso ir allí. Las cloacas de la Villa de la Lluvia era una de las mejores instalaciones para entrenar técnicas, pero hay que sacrificar el olfato para conseguir aprenderlas, pero como ya se dijo: ''el que algo quiere, algo le cuesta''. Qué gran verdad.

Pasaron cinco días de viaje hasta llegar a las cloacas infectas de Ame, cinco días en los que mi madre estaba sola en Kirigakure, realmente estaba preocupado por ella, no porque no supiese cuidarse sola, sino por cualquier peligro que pudiera llegar sin previo aviso, durante aquellos largos días estuve leyendo unos viejos libros de técnicas, uno sacado de la biblioteca de Kirigakure, con información sobre habilidades banales como andar por encima del agua, y otro que pertenecía a mi padre, un pequeño diario donde escribía detalladamente técnicas inventadas por el mismo y como realizarlas, la verdad este diario me ha sido muy útil.

Estaba sentado en el suelo de una sala bastante grande que conectaba con dos pasillos oscuros, hediondos y estrechos mientras seguía leyendo el diario de mi padre, el él había todo tipo de técnicas, una gran cantidad de técnicas, sin embargo me resultó bastante curiosa una que le permitía ir por el aire encima de una base hecha de insectos, claramente esta técnica solo podría ser aprendida por un Aburame y pensé que tendría nivel suficiente como para aprenderla. Además, en el aire, sobre mis insectos, iría bastante más rápido que yendo a pie, a fin de cuentas ellos eran más rápidos que yo, pero había un contrapunto en la técnica, y es que utilizaba demasiados insectos y por ello no podría realizar técnicas demasiado potentes, y por si fuese poco, los insectos terminaban por no aguantar el peso del individuo y cansándose, así que no podría estar demasiado tiempo sobre ellos, pero si el tiempo suficiente para un rápido ataque. Realmente la preparación y la realización no era demasiado compleja, tan solo que debía haber una gran cantidad de insectos disponibles, tan solo había que ordenar a una gran cantidad de insectos que actuasen como base y crear entre ellos un flujo de chakra para que se mantuviesen unidos y aguantaran mi peso.

Cerré el diario de mi padre, y lo guardé en un pequeño petate donde tenía todas mis cosas que usaría a lo largo de mi viaje, ropa de cambio, alimentos y algún que otro libro para no atosigarme con tanto estudio de técnicas y habilidades, después me levanté y levanté mis brazos hacia delante, un poco abiertos, dispuesto a practicar la técnica de mi padre con entusiasmo y esmero, sin embargo oí un par de crujidos y chapoteos por los charcos de agua, o al menos quería pensar que era agua, por uno de los pasillos de las cloacas. Cogí mi petate sin dejar de mirar de donde vino el ruido, después saqué mi kunai y me dirigí al peligro, tras cruzar el oscuro pasillo y llegar a ora sala, algo más grande que la anterior, más o menos de unos cincuenta metros de longitud, unos cuarenta de anchura y unos veinte de altura, pude ver a un joven quejándose por el olor y los bichos que había en ese lugar asqueroso.

Salí de entre las sombras del pasillo haciendo un ruido provocado para que aquel muchacho se diese cuenta de mi llegada.

-Sí, realmente este lugar apesta, pero no la pagues con los bichos. Ellos no son así por gusto, tan solo viven con ello.- Miré al joven con una cara simpática y amistosa para no provocar malos entendidos. El chaval parecía más joven que yo, quizás por unos cinco años, más o menos, y por su protector, tenía pinta de ser un ninja de mi villa.- ¿Tu también has venido a entrenar aquí para aprender más rápido tus técnicas?.-

El chaval parecía estar entrenando antes de mi intromisión, y verme no pareció que le fuese a detener en su empeño por aprender técnicas nuevas, así es como debía ser, un muchacho joven y decidido de alcanzar una meta, en parte me recordaba un poco a mí a su edad. El muchacho creó dos copias de si mismo realizando un sello con ambas manos, pero no parecían ser ilusiones, pues al generarse estos se oyeron sus pies pisando los charcos de agua del suelo, lo que me llevó a pensar que eran sólidos, realmente me extrañó que un chaval tan inexperto pudiese utilizar una técnica tan compleja, yo no aprendí a hacer clones reales hasta que llegué a jounnin, y eso podía ser por dos cosas, o aquel ninja era un erudito, o pertenecía a un clan especializado en hacer copias de sí mismo, y no le veía pintas de erudito al chaval, así que me incliné mas por la segunda opción.

Me coloqué en posición de combate mirando a los tres ninjas, intentando analizar la situación y pensando una estrategia funcional para poder vencer a este chaval, también pensé en que podía intentar realizar ahora la técnica de mi padre, así mataría dos pájaros de un tiro. Quien lo diría, al final era buena idea la que tuvo el shinobi.

-Está bien, combatamos para aprender y mejorar nuestras técnicas, pero ten cuidado, ando algo oxidado desde mi última misión, aunque espero que no sea un impedimento para luchar.-Tras decir eso realicé un sello con ambas manos, saliendo así dos clones formados por barro, quizás no fuesen como los del chaval, pero servirían a la causa, y tras la creación de dos clones hice un sello con una mano, que mantuve todo el rato, sin embargo, no parecía pasar nada, era como si estuviese jugando con él, pero no era nada de eso, esto era un combate, y por tanto había que tomarlo totalmente en serio.

Los clones realizaron también un sello con una mano mientras mantenían una postura relajada, yo por otra parte me mantuve en mi pose de alerta a una distancia de unos trena y nueve metros del enemigo, y no me encontraba nada relajado, tenía en mente todo el rato el jutsu de mi padre, se que intentaría realizarlo pero tenía que encontrar un momento adecuado para ello, también pensé en todos los usos que podía tener, y como no, en como lo habría empleado mi padre en vida, ¿Lo habría usado conjugando una técnica que lo habría hecho un combo mortal?, ¿O quizás lo habría usado para escapar de un daño inminente y así salvó la vida?. Ciertamente lo podía haber usado de muchas formas, pero ahora que me paraba a pensarlo, en todos los años que le vi usando sus técnicas, nunca le vi realizando esta, ni algunas de las que había en su diario, ¿Por qué no las usaba?, ¿Acaso no podía?, ¿Y si así era por qué no era capaz de usarlas?, ¿Es que no podían realizarse y no eran más que chifladuras sacadas de la ferviente imaginación que correteaba por las mente de mi padre?. Descubriría las respuestas a todo este mar de preguntas a su debido tiempo, pues como ya se dijo una vez: ''la hormiga que cogió más peso del debido por aligerar el trabajo, terminó muriendo aplastada

-Bueno, que empiece el combate. ¿No?.-La verdad es que no me hacía especial gracia combatir, pero si era de forma amistosa y para entrenar, claramente, no veía demasiado problema a ello, pues como ya se dijo una vez:'' la hormiga que no trabajó, nunca supo lo que es el trabajo''. Y esa frase no deja de ser una gran verdad.

Mientras esperaba un movimiento del enemigo cogía mucho aire y en una exhalación lenta lo expulsaba todo, así me relajaría, no es conveniente luchar nervioso, eso puede llevar a muchos fallos que pueden costarle la vida a uno mismo, o peor, a un compañero.

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Ese joven era impresionante, no solo era capaz de utilizar la técnica de duplicación, sino que sabía emplearla para esconderse, una estrategia muy elaborada a decir verdad, pero realmente necesitaría algo mas para vencerme, si es que quería hacerlo. Para empezar atacó a mis clones lanzándoles un kunai a cada uno al pecho, pero estos no eran tontos, lo esquivarían con facilidad, pues justo al ir a recibir la clavada estos saltarían para esquivar dichas armas, mientras que señalaban la posición de las copias del mi enemigo para que saliesen una robustas y afiladas estacas de piedra del suelo, dañandolas y haciendolas desaparecer, pero la ofensiva de mi rival no quedó ahí, este realizó tres copias mas de si mismo y con ellas intentó ocultarse y atacarme con una de ellas, clavándome un kunai en el pecho, pero conseguí ver de milagro sus intenciones y cuando fue a asestarme el golpe desaparecí cayendo un gran charco de agua y reaparecí tres metros a la derecha de todo el farfullo apuntando con mi mano izquierda a mi enemigo y sus copias.

-!Toma esta¡.- de mis brazos salieron un montón de insectos dispuestos a atacar a mi enemigo y a sus copias en sus respectivas cabezas, las cuales se desharían al mínimo golpe, pero el original recibiría grandes daños y sufriría las consecuencias de tirarse demasiado rápido a la piscina. Fue en ese momento en el que se me volvió a ocurrir utilizar el jutsu de mi padre así estaría un poco mas lejos de mis oponentes y tendría mas oportunidad de vencerlos, pero no estaba completamente seguro de que fuera a funcionar, y en este momento, no podía utilizar algo que no tenía la certeza de que iba a funcionar, así que por el momento esperé a que el momento se presentase mas propicio, mas o menos cuando el combate estuviese mas decidido. Aún que mi ataque ya había sido efectuado, no tenía la certeza de que le daría así que introduje mi cuerpo bajo mientras mis clones de tierra luchaban por mi en la superficie, así pensaría una manera de acabar con mi enemigo de forma mas efectiva que la actual.

La verdad es que no sabía porque actué de una forma tan radical, no era un combate a muerte, ni siquiera era un enemigo, era un combate amistoso para aprender a realizar nuestras técnicas y habilidades, era como si mis anteriores experiencias en combate, por mis misiones hiciesen que mi forma de actuar en una batalla fuese radical siempre para no resultar herido o vencer de la manera más rápida posible, no sabría explicarme bien, pero lo cierto es que algo en mi cambiaba, y era algo que tenía que remediar, a fin de cuentas esa era una característica muy típica de mi padre, y posiblemente eso le llevase a la tumba, así que mejor no repetir actos del pasado.

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Impresionado era un concepto que quedaba bastante corto para lo que podía pensar de este muchacho, era increíble como podía moldear su chakra para crear copias reales de si mismo, podía crear incluso mas copias que yo, y eso que parecía tener un nivel inferior al mío en varios niveles, ciertamente era algo espectacular en todos los sentidos. Pero lejos de la adulación y de cierta admiración que pudiera sentir por el joven seguía habiendo un combate allí, un combate que, aunque era tan solo amistoso, tampoco tenía ganas de perder. El shinobi creó dieciocho copias de si mismo para golpear a mis clones con ellas, sin embargo, estos al ir a recibir tamaña paliza estos se deshicieron en una masa de agua y reaparecieron unos metros mas alejados de los clones agresores, después realizaron un sello cada uno con una mano y con la otra apuntaron a los clones oponentes golpeándolos con cientos y cientos de insectos, haciendo desaparecer a todas las copias enemigas.

El ninja real se encontraba alejado del tumulto, muy sensato por su parte, yo por otra parte no veía motivos para seguir bajo tierra, a decir verdad, estaba bastante convencido de que podía ganar el combate sin ayuda alguna, es mas, estaba casi seguro de que era el momento mas que idóneo para utilizar la técnica de mi padre. Comencé a reunir insectos como base tras salir de la tierra, realicé unos fuertes lazos de chakra para tenerlos unidos y que aguantasen mi peso, y como ultimo paso me puse encima y ordené a los insectos que emprendieran el vuelo. La técnica funcionó, y me elevaron hasta unos quince metros de altura, por lo visto pude lograr lo que mi padre no pudo, dominar una técnica de su diario.

Mientras realizaba el nuevo jutsu mis copias de tierra fueron hacia el ninja original, parecía que iban a matarlo, sin embargo, al llegar hasta él tan solo pusieron sus manos en uno de los brazos del muchacho.-Pillado.-Tan solo se me ocurrió decir eso con una sonrisa amistosa en mi rostro, mientras me acercaba a él con los insectos sosteniéndome.-Gracias por el combate, me has sido de mucha ayuda¿Quieres que te lleve a Kiri?.-Le tendí la mano para que subiese encima de los insectos y así pudiésemos irnos a Kiri juntos

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aprendizaje:

palabras:

Hisoka: 30 Exp + 50 (diferencia de Niveles)
Karibachi: 30 Exp.


Revisados los entrenamientos.