Técnica nueva.

El día que se cernía sobre la villa de la hoja parecía ser intenso, yo pretendía entrenar algún jutsu nuevo, tendría todo el día para aprender el tipo de jutsu que hoy iba a entrenar, además de tener toda la mañana para elegir cual, todos mis libros estaban en su sitio, aún me acuerdo de ayer, estuve leyendo hasta muy tarde. Me desperté con el libro sobre mi pecho, estaba en ropa interior pero aun así tenía bastante calor, recogí el libro que tenía sobre mí y sin mirar a ver de cual de todos los que tenía se trataba lo posé sobre la mesa que tenía al lado de mi cama, una mesa típica de dormitorio, con su lámpara de cristal y sus tonterías. Lo dicho, posé el libro sobre la mesa y aún pensando en todo el día que me esperaba me desperecé, abrí los ojos y miré hacia la ventana, la persiana estaba bajada y apenas unos rayos del sol se colaban entre las rendijas, me levanté y me senté en el costado de la cama, me dolía la espalda, aunque no sabía de donde podía provenir aquel dolor, pero lo que si sabía era que tampoco aquel dolor me iba a impedir entrenar a la máxima potencia hoy. Me levanté y varias de mis vértebras crujieron, me volví a desperezar y a restallar mis manos y mi cuello, llegué hasta la ventana y subí la persiana dejando que los rayos del poco sol que hoy había sobre la villa entraran por completo en la totalidad de mi habitación, pensé que no habría mucho sol, pero como en casi todo, me equivoqué, los rayos del sol que de repente entraron en mi habitación me deslumbraron a mi también haciendo que en un acto reflejo mi mano derecha se levantara para tapar mi cara, pero sobretodo mis ojos, protegiéndolos de una ceguera de apenas unos segundos, una vez que habituado a la luz que entraba por mi ventana miré por ella hacia la calle, esta estaba concurrida, había varias personas delante de un puesto que estaba pegado a mi portal, otra estaba con su perro paseándolo, esto me hizo pensar en Manchita, lo tenía un poco desatendido, decidí llevármelo a mi entrenamiento para que el paso por la villa hacia el lugar del entrenamiento.

Mi enemigo se puso en marcha, por lo visto intentó algo pero con un resultado nefasto, y después de eso decidí que era hora de hacer algo, porque si no me ponía a hacer algo mi enemigo volvería a hacer lo que fuera que estuviera haciendo y esta vez atinaría y me daría, y yo no podía ni debía permitir eso. Antes de que terminara de hacer que la tierra se moviera, no debajo de mis pies porque no llegará hasta mí, corrí por la orilla hasta estar a unos veinticinco metros según mi instinto y allí me pondría a realizar lo que tenía en mente desde el primer momento, activé con los sellos que anteriormente había hecho para cubrir mis brazos de electricidad pura, así si me tocaba sufriría una pequeña descarga además de tener la extremidad que me tocara paralizada durante un pequeño y corto tiempo, aunque sería el tiempo que me daría a mí para llegar hasta él. Al parecer mi enemigo había intentado después de su temblor fallido hacer que me quedara parado con una cantidad pequeña de tierra, algo fallido también porque yo me había movido rápidamente, me había librado por los pelos porque si en ese momento se me hubiera ocurrido quedarme quieto hubiera caído en su trampa y puede que si mi contrincante quisiera terminar el combate rápido habría acabado conmigo, aunque gracias a mi ágil velocidad me había escabullido. Miré hacia delante y volví a moverme hasta estar a veinte metros, los suficientes como para hacer que mi jutsu que también había preparado, entrara en efecto y se formara una pequeña cuchilla parecida a un shuriken en la palma de mi mano, shuriken que acabaría abalanzándose contra mi contrincante y contra su cabeza, si este se clavaba podría ser el fin del combate, aunque si era sincero conmigo mismo sabía que o muy torpe era o lo esquivaría, por eso según fue mi shuriken lanzado empecé a realizar otra estrategia, con aún mis extremidades delanteras cubiertas de electricidad y mi espada Kou en mi mano derecha, volví a hacer un par de sellos para que no me pillara desprevenido y según hacia todo aquello volví a mi posición de combate inicial, preparado y a veinticinco metros de mi contrincante, esperaba que haría este, estaba preparado para lo que viniera, ya fuera escapar o atacar con todo lo que tenía, por eso había hecho varios sellos y me había puesto en posición, no quería que mi oponente me pillara desprevenido y si este era listo acabar conmigo estando sin preparar sería fácil y claramente daría la victoria a mi oponente, yo estaba preparado, sí, así que igual todavía había esperanza, no me vencerás tan fácilmente, todavía quería ver lo que se le ocurría a la Garrapata que tenía delante. Antes de venir había pensado a que se debería ese nombre, me daba una idea de que clan podría controlar, estaba claro que a no ser que tuviera varios elementos, controlaba el Doton, la tierra, y yo el raiton, el rayo, y estos dos elementos no se llevaban muy bien, pero en tal caso yo debía salir victorioso de aquella batalla, no quería que mi contrincante ganara en lo que era mi primer combate en esta arena llamada del Especialista, y realmente no era muy diferente a la arena clásica, la normal y eso la verdad que en parte me disgustaba, a diferencia de la clásica esta solo tenía el lago y que no había árboles con diferencia a la clásica, y yo quería probar otro tipo de arenas, pero bueno, eso era algo de lo que no debía preocuparme, realmente tenía que estar atento para ver si mi contrincante lograba escapar a mi shuriken de electricidad, se era así ya tenía un plan con el que terminar con él y con el que llevarme mi victoria hasta mi villa, pero eso eran suposiciones que iban demasiado lejos, tenía que concentrarme para conseguirlo y eso era lo que realmente debía hacer, a ver si esto termina rápido o se alarga, quien sabe.

Abrí los ojos con una última imagen en mi subconsciente, pensativo me desperecé, y bostecé unas cuantas veces. Me sobrepuse a mi estado de casi sonambulismo y me miré en el espejo, mi pijama constaba de un pantalón verde corto perfecto para dormir, y más con el calor que últimamente se cernía sobre Konoha. La villa de la hoja se encontraba en un anticiclón que causaba un tiempo increíble, mucho calor y como no un sol que se colaba por las rendijas de mi persiana, hace poco que no veía un tiempo así y la verdad que no me disgustaba. Mi habitación estaba desastrosa, ropa por todos los lados y libros sobre los Hatake. Cogí uno de los libros, era un libro de pasta gorda y con un color azul cielo precioso, en su tapa ponía "Todo lo que un ninja debe saber, jutsus comunes", lo abrí por una página aleatoria, la página 215 contenía un jutsu según ponía "Fácil de aprender y muy útil para caminos largos, todo lo que tengas por el camino lo puedes pasar, aunque es un jutsu difícil de conseguir, requiere una gran concentración para conseguirla, aunque en el momento que lo consigas todo ira sobre ruedas", eso era lo que decía sobre él, me constaba que era un jutsu con el cual se podía trepar superficies verticales como si de una horizontal se tratara. Me parecía bien para lo que debía hacer hoy, tenía que hacer varios encargos para mi mismo, y puede que en el trayecto de todo aquello podría concentrarme y aprender un nuevo jutsu, todo en uno, me gustaba, pero antes de hacer lo que debía me tendría que preparar, la mañana me iba a pasar volando, el día pintaba harto atareado, y tampoco es que me disgustara la idea de hacer de mi día un día con tareas que hacer, aparte de venirse la posibilidad de conseguir un nuevo jutsu con el que crear alguna estrategia, todo era por hacer de mi alguien de provecho.

Había conseguido realizar el jutsu que tenía pensado, aunque todavía me quedaba camino por delante, corrí a toda velocidad el camino que me quedaba y llegué a un pueblo cercano, allí le pregunté a una señora que donde podría encontrar alguna tienda de animales, a lo que la señora amablemente me contestó que ella tenía una tienda no muy lejos de aquí con algunos animales que había puesto a la venta, me alegré de haberle preguntado a aquella señora puesto que al principio no me decidía a hacerlo. Cuando llegamos a su tienda observé cantidad de animales de todo tipo, desde peces hasta serpientes y arañas, aunque lo que yo venía buscando era un perro. Me dirigí donde la señora me había dicho que se encontraban los perros y cuando llegué se me iluminaron los ojos. Un perro casi idéntico a manchita ocupaba la parte derecha del escaparate, sin pensarlo más le dije a la dueña de la tienda que quería aquel perro a lo que ella me contestó que había hecho una grata elección, no me importaba que fuera un buen perro puesto que yo ya tenía práctica en domar animales, como no, mi padre me había enseñado, pagué el precio que la señora me dijo que costaba aquel animal y salí de la tienda con él en una caja con varios agujeros para que el pobre animal se desfalleciera por no poder respirar, durante el trayecto tuve que ir lento puesto que la señora me había dicho que era una perro delicado, que no lo moviera mucho y yo así lo hice. Llegué al mercado de la villa en la que me encontraba y además de comprar la comida para mí, compré comida para manchita, que así se iba a llamar. En el trayecto de la vuelta a casa respiré el aire puro del bosque en que me encontraba, entré en la villa de la hoja y subí hasta mi casa, la mañana había transcurrido lenta, miré el reloj y en efecto eran las dos y cuarto, había pasado rápido el tiempo mientras que yo estaba fuera de la villa.

Palabras:

Jutsu aprendido:

Revisado.