pa...pato...PATOSO

Un nuevo día azotaba al mundo,con su calor diurno y sus horas de luz corrientes,aunque hoy la rutina del clima parecía cambiado,el día era nubloso y no hacía mucho calor que se diga...realmente extraño quizá se acercaba el invierno a la tierra o tal vez solo fuera algo temporal de un solo día,sea como fuere era un día perfecto para un paseo,ya que la temperatura era excelente por Iwagakure

Kenko por otro lado se hallaba en el desierto,donde el clima no era tan caluroso esta vez y el sol no incidía tanto al cuerpo de nuestro ninja.El shinobi se hallaba allí por el echo de entrenar con un ninja que le resultaba interesante y amistoso,Asuke sabaku,Kazekage, líder de la villa oculta de Suna,con el cual estaba citado en el desierto

El otro shinobi aún no había llegado por lo que Kenko dejó su ataúd en el suelo,de pie, y se sentó a su lado a esperar a Asuke para el entrenamiento.No tenía mucha idea de como sería el entrenamiento que Asuke tenía pensado para aumentar las capacidades del ninja pero lo que si sabía es que sería algo grande y extraordinario.

Durante unos momentos,Kenko pensó que a lo mejor Asuke no se ausentaba sino que estaba escondido o preparándose,por lo que alarmado y salto hasta llegar a una distancia de unos 2 metros con respecto a su ataúd mientras realizaba un sello con ambas manos que rápidamente deshizo para sacar su kunai con la mano izquierda en posición de combate para no ser pillado por sorpresa mientras de sus brazos salieron unos cuantos hilos,lo suficientemente finos como para no apreciarse a simple vista,que rodearon en toda su amplitud al Jiongu para poder notar cualquier objeto a unos 10m de distancia antes que llegasen a Kenko para que pudiera esquivarlo,pararlo o hacer lo que le pareciese conveniente ante cualquier acción fisica que se le ocurriese a su enemigo

Spoiler:

Spoiler:

Spoiler:

Era un día fresco, el que Jiongu Kenko había elegido para su encuentro en el desierto. Bien pensado, se dijo Asuke, no estás acostumbrado a luchar en tremendo calor, Kenko. Parecía que el joven había mejorado bastante desde su última visita, decían los mensajeros que incluso había ganado cierto renombre en su villa de origen. Debido a la indisposición del Tsuchikage, seguramente Kenko fuera su sucesor pronto, a una edad temprana. Aunque haciendo memoria, Asuke recordó cuando él mismo ascendió a Kazekage, con solo 16 años, tanto tiempo atrás. Eran tiempos difíciles, con contínuas guerras, no como ahora, que la paz se respiraba en casi todas las naciones ninja.

Los pensamientos de Asuke divagaban en esa dirección, mientras con la mano derecha sujetaba la correa de la que pendía su arma predilecta, la Calabaza de Arena especial que había heredado de sus ancestros, a través de Sunagakure. Las ropas que el Sabaku había elegido ese día, eran muy distintas a las que solía usar, pues iba completamente cubierto de un uniforme de combate oscuro con piezas de armadura en cara, antebrazos y abdómen, además de una capa com capucha ajustada que impedía que le entrase arena en el pelo y oídos. Era la ropa más cómoda del Kazekage a la hora de pelear, y siempre se las ponía antes de una batalla.

Tras un tiempo, el hombre llegó al lugar de la cita, viendo a unos 30 metros a su contrincante, que se había rodeado de hilos. Quizás pensaba que Asuke estaba acechándole en algún rincón oscuro y estaba nervioso. La idea causó una pequeña risa en Asuke, que dejó la calabaza en el suelo y alzó la voz, llamando la atención del Jiongu.

-No sabía que los ninjas de Iwagakure esperaban a sus anfitriones de manera tan descortés. Por mi parte esperaré aquí, te cedo el primer golpe... usaré la arena de mi calabaza, pues el desierto es una ventaja demasiado grande.

Sin decir nada más, Asuke sacó la arena de su calabaza, suficiente como para formar una esfera de un metro de radio a su alrededor, y la dejó caer a sus pies, formándo un círculo perfecto. Parte de la arena se mezlcó con el desierto, y un resplandor dorado y cálido comenzó a notarse en la Calabaza, apoyada en el suelo...

Info:

Acciones:

Gasto y Daño:

Akuma Kabocha:

Kenko al fin pudo ver al Kazekage de la villa de Suna a unos 30m de distancia de este mientras le gritaba para llamar su atención

Al parecer Asuke movió la arena que tenía confinada en una calabaza de buen tamaño,haciendo que esta adoptase una forma esférica en el aire para luego caer al suelo aun en sea forma,seguramente sería parte de un ataque mucho mas duro por lo que con sus hilos,Kenko cogió su ataúd y lo lanzó a su enemigo sin mas dilaciones a ver si este llegaba a su objetivo,mientras fue avanzando hasta acortar distancias hasta unos 15 de Asuke para poder combatir con mas facilidad contra su oponente pero debía ser cauteloso con la arena y con su propio rival ya que era de un nivel mucho mas avanzado que el del propio Kenko

mientras este avanzaba Kenko estaba atento con los hilos de cualquier movimiento,incluyendo movimientos del terreno o de su rival...contra Asuke poca prevención es poca

Kenko aun siendo joven sería el próximo Tsuchikage de Iwagakure ya que allí el antiguo líder había desaparecido de forma misteriosa sin dejar el mínimo rastro y Kenko era el alumno mas aventajado,incluso el mismo se sobreponía el apodo del puño de acero de Iwa

Kenko debía honor a su clan su objetivo estaba marcado por ello,solo hacer que su clan no estuviese manchado por la vergüenza y el deshonor que antaño le dio un antecesor de Kenko.El antecesor de Kenko era un renegado que entro en la organización Akatsuki y renegó de su villa y de su clan,llegando a ser un peligroso criminal de rango S...pero eso fue hace ya mucho tiempo y ya era hora de que todos lo olvidasen,y ya que los demas no lo olvidarían por si solos,Kenko les haría olvidar eso con nuevos títulos a su clan

Spoiler:

Spoiler:

Asuke esperó varios segundos con los brazos cruzados a que su enemigo atacara, sin envargo éste solo se acercó a 15 metros, tanteando con su red de hilos las proximidades, pero sin hacer ninguna acción ofensiva aparente. El sol comenzaba a elevarse, y al Kazekage no le gustaba perder tiempo, así que cerró los ojos un segundo y al abrirlos, miles de granos de arena comenzaron a levitar del círculo que se había formado en el suelo, repartiéndose como una bandada de pájaros a unos cinco metros sobre el shinobi, tapándole el sol. La sombra alcanzaba unos diez metros de radio, por lo que Asuke podría pelear cómodamente sin sudar.

-Vamos Kenko. No tengo todo el día.

Acciones:

Gasto y Daño:

Akuma Kabocha:

Kenko se extraño mucho al ver que Asuke ni se inmuto ante el ataúd que se le venía encima por lo que el ataúd impactaría contra su objetivo ,para ser mas exactos este golpearía en su estomago provocando le al menos un mínimo de daño pero eso no hizo que Kenko se distrajera de su objetivo,vencer a su rival por muy difícil que le resultase o muchas trabas que se le interpusieran para llegar a ser el Tsuchikage de la villa oculta de Iwa y dar el honor que tanto tiene merecido a su clan.

Al ver que Asuke recibiría el daño del ataúd y algo le distraería,por lo que endureció su puño,como si fuera pura piedra,corrió hacia Asuke hasta llegar a unos 5m y comenzó a correr en zigzag a una gran velocidad de forma que llegaría en una fracción de segundos a la espalda del contrincante,así llegaría antes de que su oponente se hubiese recuperado del golpe del ataúd para asestarle un duro golpe en la cabeza con el puño ''petrificado'' y ademas coger a su rival por el cuello con uno de sus hilos

Spoiler:

Spoiler:

El ataúd que el joven había lanzado impactó en el abdómen del Kazekage, sin mucho efecto. Como mucho, le causaría un moratón mas tarde. Sin envargo, ésto solo era una distracción, pues el joven Kenko había comenzado a correr a toda velocidad hacia él, entrando en la sombra de la nube. En el momento que puso un pié dentro de la zona oscura, una fina lluvia de arena, prácticamente invisible con el furor del combate, calló sobre él, y para cuando estaba a 6 metros de Asuke, su cuerpo se habría transformado en una estátua de arena sólida.

De lo que quedaba del cerco arenoso alrededor de Asuke, se alzaron dos tentáculos de arena que avanzaron rápidamente hacia el paralizado Kenko y rodearon sus piernas, separándose del tentáculo principal y quedándose sujetas al chico en forma de dos plastas de arena del tamaño de un balón.

Acciones:

Gasto y Daño:

Akuma Kabocha:

Kenko se vio atrapado en una arena que debió de caer de la cúpula de arena que Asuke creó encima de su cabeza,ademas sentía un peso extra en sus piernas como si algo las sujetase por lo que Kenko figuro que sería arena pero aun no se rendiría,era el puño de acero de Iwa y debía dar honor a su nombre,a su villa y a su clan con el último aliento que su cuerpo pudiera rezongar

Ya que no pensaba rendirse cayó en la cuenta que su cuerpo estaba envuelto pero sus hilos aun permanecían fuera por lo que en cuanto vio que su cuerpo comenzaba a paralizarse,sus hilos intentaron agarrar del cuello a Asuke para estrangularle y antes de que sus brazos cayesen en dicha in movilización fueron expulsados de su cuerpo,agarrados por hilos mientras se endurecían como la roca para golpear al enemigo en la cabeza los dos

Mientras esto sucedía,en tan solo unos segundos que decidiría el combate,Kenko grito con una gran decisión y un gran ímpetu a la par que su cara cambiaba por seriedad y fanatismo

-POR IWAAAAAAA-Mientras pensó en su clan y rezo a todo lo reza ble para que sus golpes acertasen

Spoiler:

Spoiler:

En ese momento, Asuke pudo ver en los ojos de Kenko, todo el dolor que había acumulado durante tantos años. Se acercaba dándolo todo en un solo ataque, sabiendo que no podía vencer y que la derrota era inminente, sin envargo se lanzaba en un ataque suicida, olvidando su propia vida, olvidando la memoria de su familia, y sus deseos. Olvidó todo lo que era importante en verdad y trató de aniquilar a su enemigo con su último suspiro, el aliento de un muerto que se aferra al clavo ardiendo que le mantiene en el mundo de los vivos, lejos de las garras de la muerte. El Padre pudo ver el miedo en los ojos del hijo, miedo a ser rechazado, miedo a ser herido, miedo a confiar de nuevo y abrir las puertas de su corazón de par en par. La vída había sido dura con él, y ésto había repercutido en su personalidad, convirtiéndole en un joven aparentemente vivaz, una simple máscara que evitaba a los demás ver su dolor, y la profunda tristeza que invadía su alma. Asuke sabía que Kenko era popular en su aldea, seguramente tendría algunos amigos, seguramente al menos uno cercano, sin envargo en momentos como éste, lo olvidaba todo, siendo egoísta. Asuke cerró los ojos, con pesar en sus facciones, e invirtió cada segundo ántes de que el puño le golpeara en tratar de describir la mente del joven. ¿Era un reflejo de su herido corazón el pesar que cada noche le invadía? ¿O quizás era el cúmulo de lágrimas que hacía tiempo se cansó de derramar, y ahora se tragaba?

Otros lloran por tí, puño de hierro, y toda Suna llorará tu caída...

El puño alcanzó la cara de Asuke, haciendola girar hacia la derecha, con un crujido de cuello. El golpe había sido mortal, su cuello había quedado partido y no volvería a moverse nunca, a causa de ello. Seguramente ya nisiquiera respirase, al momento en que el cuerpo se quedó inmóvil y flácido colgando de los hilos. Sin envargo, lo que ántes había sido Asuke, ahora era tan solo arena que se desparramaba por el suelo, como gotas de lluvia en el océano...

-No estás prepadado para ser Líder.

Tras Kenko, una presencia cálida, como la arena del desierto al anochecer, se cernía sobre él, mientras la arena que le cubría se deshacía callendo al suelo lentamente, liberándolo de su prisión. La presencia se materializó en forma de brazos, rodeando los hombros del niño y aprentándolo fírmemente contra un pecho firme y más cálido incluso, mostrandole al joven la llama que ardía en su interior. Un niño que nunca había conocido el verdadero amor de una madre, o de un padre. Un niño que se crió en un ambiente hostil, odiado por todos, rechazado por aún más. Un niño herido una y otra vez, cuyo corazón lloraba cada día por poder encontrar su lugar, ese lugar especial donde nunca le volvieran a hacer daño, y dormir hasta que todo acabase. El joven se lanzaba a las fauces de la muerte sin dudarlo, porque para él mismo, en el fondo, su vida no valía nada. Cada vez que esto pasaba, lo olvidaba todo, sus amigos, su villa y el honor de su familia, para descansar en paz al fin.

El brazo derecho de Asuke se elevó, dejando su mano reposar sobre la sien derecha del joven, tapándole parte del ojo y el cabello con los dedos. El calor de la presencia de Asuke se concentró poco a poco en su mano, transfiriéndose a la frente de Kenko, como si de un manantial se tratase. Cuando la mano se levantó el Kanji Lazos (族) estaba grabado en la sien derecha del joven, un recordatorio que nunca podría olvidar.

Asuke cogió de los hombros a Kenko y lo giró, para estar cara a cara, traspasándole con sus ojos azules hasta lo más profundo de su alma.

- Jiongu Kenko. Debes olvidar tu dolor y ser fuerte de ahora en adelante. No vas a hacerlo por tí, sino por todos aquellos que te esperan en Iwagakure. Si no comprendes esto, nunca podrás ser Kage ni defenderlos, pues tu vida es la suya, y sus vidas solo son defendidas por la tuya. Nunca olvides el significado de lo que te he dicho, ni que tu mayor fuerza son los Lazos que crees con tus seres queridos. Adiós Kenko, espero que la próxima vez que nos veamos, sea como iguales...

Dicho ésto, Asuke se comenzó a deshacer en granos de Arena, transportados por el viento, dejando aún en el aire esa sensación de calidez que siempre le acompañaba, como si aún siguiera velando por él desde alguna parte. Si se concentraba lo suficiente, podría descubrir que ese sentimiento se concentraba en su sien derecha, en cada trazo del Kanji que nunca podría desgrabarse de su frente. El regalo o la maldición que el Kazekage le había entregado a Kenko era un dilema seguramente, sin envargo, Asuke sabía que era algo que el propio Jiongu debía superar, y que la única ayuda que podía darle era fortalecer el Lazo de amistad que unía a ambos, prestándole parte de su fuerza...


El desierto quedó calmo cuando el Kazekage desapareció, como si su voluntad severa con los extraños hubiera cesado hacia Kenko, como si le reconociera como parte de sí mismo en esencia. Lo que pasó entre las arenas del desierto aquel extraño día, muy pocos llegarían a saberlo de labios de Asuke, sin envargo, y posiblemente, marcaría un antes y un después en la historia del joven, o le precipitaría hacia el abismo más profundo...

Técnicas:

OFF: Victoria de Kenko. + 150 de Experiencia.

Tras oir las palabras del Kazekage Asuke,Kenko miró confuso a su ¿rival?¿podía llamarlo así?pues claro quedaba que no iba a hacerle ningún daño

Al final el golpe de Kenko fue en vano,la imagen de Asuke que tenía en frente no era mas que una copia hecha de arena que se deshizo nada mas impactaron sus puños contra él,pero eso no importaba pues el real,el verdadero Asuke estaba detrás de él, abrazándolo de forma cálida y dulce,como lo daría una madre o un padre para calmar a su hijo.Kenko había sufrido mucho a lo largo de su continuo viaje y nadie le había dado apoyo jamas,tan solo burlas,engaños y palizas que le hicieron insensible y desease la muerte para al fin poder vivir en paz pero ese abrazo hizo que su mundo cambiara por completo,su forma de ver las cosas,por una vez se sintió querido se sintió aceptado y las sabias palabras de Asuke le hicieron pensar que quizás la vida no era tan mala aun por muchos percances que tuviese,que no era tan negro si contabas con un poco de amistad,la de Asuke por ejemplo

Mientras Asuke lo abrazaba,este colocó su mano en la parte derecha de la frente de kenko colocando toda la calidez de ese abrazo en la palma de su mano,formando así una especie de sello un kanji que simbolizaba la amistad de Asuke con Kenko desde aquel momento,un sello que nunca desaparecería de su frente,que jamas se borraría.Al fin su corazón estaba libre de toda carga,de toda pena y desgracia,Kenko podía continuar su camino sin mostrar sus lagrimas en una sonrisa que cada vez deseaba menos poner pues era una gran carga el que todos vieran su sonrisa aunque él no quisiera sonreír

Asuke fue el primero que vio la tristeza tras la sonrisa,la persona deprimida y encerrada en sus penas tras la mascara de felicidad y tranquilidad que siempre llevaba puesta,pero ya no sonreiría por nada,ahora lo haría por mera felicidad y por defender a su villa y restaurar a su clan,por ellos y por el mismo,ya no sería aquel muchacho,ahora podía ser el mismo y no un reflejo absurdo de la depresión y el miedo

Jamas se le olvidaran las sabias palabras del Kazekage,ni el echo de que este le haya liberado de aquella muerte que podía haberle dado en ese momento,jamas olvidara a su amigo,Asuke Sabaku

Tras dejar aquella marca en la frente del Jiongu Asuke desapareció haciendo se de arena y desapareciendo con la brisa del desierto aunque su alma cálida estaría allí urante un tiempo tras su ida y durante toda la vida de Kenko en ese sello que el Kazekage le puso,tras irse Kenko cayó al suelo de rodillas mirando al suelo y tocandose el sello a la vez que reflexionaba

-Jam...Asuke Sabaku,Kazekage de la villa oculta de Suna...flor del desierto...cuando nos encontremos la próxima vez no seré un crío como ahora,sere el Tsuchikage y no necesitare que me dejes ganar...la próxima vez-Comenzó a sonreír mientras lloraba-La próxima vez seré yo quien te abrace a ti ...amigo mío