En busca de Naseshiko.

misión:

Tras unos días a las manos de Akai llegó una misión, que le llevaba directo a la isla de la diosa Liriam. Al parecer en el bello paraje un hombre millonario había sufrido un ataque mientras viajaba, aparentemente realizado por shinobis renegados. La disputa no era el problema en si, si no lo que pasó después, la hija del millonario, una pequeña llamada Nadeshiko, había desaparecido tras la contienda, y era tarea de Akai encontrarla. Así Akai dejó rápidamente la villa oculta de la niebla y se dirigió a la isla a cumplir su objetivo. Para llegar allí tendría que alquilar una barca, ya que Akai no podía caminar por el agua, y así además podría reservar su chakra por si tenía que pelear. Akai mientras se dirigía por mar a la isla comenzó a preocuparse por la niña. Los padres de Akai son comerciantes de la villa oculta de la niebla, por lo que realizan muchos viajes desde la villa a otros lugares. Por suerte nunca les habían atacado, y si lo hicieran ahora Akai podría despacharlos fácilmente, sin embargo no podía evitar pensar que eso mismo le podría haber pasado a el. Por suerte el padre de la niña pidió ayuda a tiempo, y Akai respondería dando lo mejor de el.
A la tarde pudo divisar la isla, mientras que los rayos anaranjados del sol incidían sobre el agua, haciendo de esta un festín de bellos colores y efectos. Akai se quedó embobado por un momento posando su mirada en las aguas, y pensando que salvaría a la chica, para que esta pudiera ver lo mismo que estaba viendo el.
Una vez arribó en la isla salió de la barca, posando sus pies en la arena. A su frente comenzaba un bosque, que se repartía por toda la isla, y del que salían los cantos de las aves. Pronto oscurecería, de modo que Akai no tenía tiempo que perder, por lo que se adentró en el bosque, buscando alguna pista de la pequeña. No esperaba encontrarla tan pronto, por lo que al adentrarse en el bosque no solo buscaba el rastro de la pequeña, si no también un claro en el bosque donde poder pasar la noche.

Al pequeño Genin Akay Hiryu, una de las primeras que realizaría en su vida. El objetivo de dicha misión sería el encontrar a una pequeña que había desparecido de su hogar, con consecuencias funestas para la familia. El padre de la niña ofrecía una alta recompensa por encontrarla y traerla sana y salva a Kirigakure, de donde ella provenía, aunque tenía diversas propiedades en puntos del imperio, como la Ciudad de las marismas. Sin embargo, sería en la Niebla Sangrienta donde tendría que volver, pues una niña no puede criarse sola, y sus padres la reclamaban allí. La especificación de la misión decía que podría hallarse en un bosque, y que si no se andaba con cuidado, se podría herir. Para eso estaba Akay aquí. La recompensa que el padre ofrecía sería en gran medida para la villa, para paliar gastos y pagar el jornal del ninja. Akay solo percibiría una ínfima parte. Así era como funcionaba esto de las misiones. Rómpete el espinazo para que no te den ni una décima parte de lo que mereces. Si eres ninja, debes acatarlo.

Una vez Akay se introdujo en el bosque, vagó por unas horas hasta encontrar un claro, en él podría pasar la noche, pero, teniendo cuidado. No podía dejar a la niña tanto tiempo sola. Lo mejor sería que estableciese un campamento, durmiese un par de horas, y se preparara ipso facto para buscarla. La misión estaba comenzando ahora.

Tras unas pocas horas buscando Akai encontró un claro en medio del bosque, una zona pequeña, rodeada de bosque, donde una pequeña cascada caía desde un desnivel del terreno, y formaba una pequeña charca, en conjunto el lugar era como un pequeño paraíso. Akai no tenía tiempo que perder, debía encontrar a la pequeña lo más pronto posible, sin embargo la noche estaba cayendo y la oscuridad dificultaría la visión, además del peligro de los animales salvajes. Al final Akai decidió lo que le pareció más sensato, se quedó unas horas Para descansar y recuperar fuerzas, mientras que esbozaba un pequeño plano de la parte boscosa de la isla, marcando los posibles lugares donde la niña podría encontrarse. Akai visitaba frecuentemente la isla durante sus viajes, por lo que no le resultó difícil crear un plano más o menos preciso de la zona.
Para cuando este terminó, la noche había caído, y en el bosque de la isla reinaba la oscuridad, lo que como Akai sospechó en su momento evitaba que pudiera ver bien. Por suerte la naturaleza de chakra de Akai incluía el elemento katon, por lo que la oscuridad no sería demasiado problema para el. Así lo primero que hizo fué romper una rama de madera de los árboles cercanos, a la que ató un pañuelo impregnado de alcohol de quemar. Tras eso realizó un sello con las manos y lanzó desde su boca una pequeña bola de fuego del tamaño de una pelota de futbol, con la que quemó la parte de arriba del palo, formando una antorcha. Una vez preparado salió en busca de la pequeña perdida en el frondoso bosque. Con el plano improvisado en una mano y la antorcha en la otra, Akai fué comprobando uno a uno los lugares que marcó como posibles emplazamientos de la pequeña. Mientras caminaba escuchaba los sonidos del bosque nocturno, sonidos irregulares y, en algunos casos, algo tétricos, incentivados por la oscura noche, que se presentaba en luna creciente apenas empezada.
Los minutos pasaron hasta convertirse en una hora sin resultados, ya solo quedaban dos lugares en el mapa marcados a los que visitar, y la desesperación de Akai por no lograr encontrar a la pequeña incrementaba por momentos. Ahora iba a visitar las zonas cercanas a una caverna natural de la zona, cuya entrada se encuentra tapada por una cascada, ocultando su existencia a aquellos que no conozcan bien la isla, por suerte ese no era el caso de Akai, por eso lo marcó en el plano. Primero escudriñó los alrededores de la zona, buscando evidencias del paso de laguna persona por el lugar, y así lo encontró, un pequeño rastro en la zona este de la caverna, dejado seguramente por un niño pequeño. El rastro era algo antiguo, como de un par de horas o tres, lo que demostraba que la pequeña se encontraba con vida, por el momento, pues el rastro de esta no estaba solo, otro algo más fresco lo seguía. Akai sin dudarlo se lanzó en dirección a la cascada, en busca de la pequeña Nadeshiko.

Stats:

acciones y jutsus:

daños y gastos:

Akay vió como unas huellas se acercaban a una cueva, tras explorar un rato por la isla. Sin embargo, no se fijó bien, y determinó que llevaban un par de horas allí. Sin embargo, todo lo que encontró fue un rastro de pertenencias de alguien que tenía pinta de haber estado allí hacía un día o dos, y ningún rastro de vida más. Lo que sí estaba claro era que debía ser de la niña, pues había hasta una muñeca, que Akay le devolvería en cuanto la viese. Ahora lo importante era que Akay volviese a encontrar la pista de la niña, y el mejor lugar para hacerlo sería un lugar alto. Como estaba dentro de una cueva en la cascada, podría elevarse hasta el pico más alto. Sin embargo, aún quedaba un lugar en el mapa de Akay donde no había mirado, y donde sería más probable que se encontrase la niña, y quizás alguien más...