Me voy a pasear al dog.

Últimamente me costaba más de lo habitual concentrarme. Me sentía algo mejor después de haber entrenado fuerza, ya que era algo bastante efectivo a la hora de canalizar mi rabia. Las lágrimas seguramente me servirían de la misma manera, pero no estaba dispuesta a apiadarme de mí misma, así que hace varios días había estado golpeando árboles y rocas hasta acabar haciéndome tal daño en la mano que me había roto la muñeca, pues doblé mal cuando mi puño impactó contra la piedra. Un precio que tenía que pagar... Así, poco a poco, sería más y más fuerte. Seguro que mi padre estaría orgulloso de mí... Aunque mi madre hubiera saltado histérica al ver mi lesión. Sonreí de medio lado. Esta mañana había conseguido dormir poco... De hecho, al despertarme Shika seguía dormida, lo que agradecí enormemente.
La molesta vocecita en mi cabeza se había despertado juguetona... Aunque no entendía bien a qué venía todo eso... ¿Qué era lo que le incitaba a pensar así? ¿Por qué había aparecido? Y más así, de repente... Unos días parecía que no existía, que había quedado atrás y ya pasaba todo, pero en otras ocasiones me incordiaba, intentaba meterme imágenes en mi mente que me confundían... Yo no era así. Yo no pensaba en actos impuros sobre la gente. Pero, en cambio, aquellas ideas, me tentab... ¡No, no! Era ella. Sacudí varias veces la cabeza, como si ello pudiera quitarme todos los problemas, cuando noté algo frotarse sobre mi pierna. Con su peculiar “graaa”, la criatura que habíamos apodado como Yami me daba los buenos días. Al principio me costó acostumbrarme a ello, y era cierto que aún me quedaba un tiempo para conseguir adaptarme del todo a los nuevos cambios, pero cada vez estaba más segura de que Shika hizo bien en darle una segunda oportunidad. Sabía que no era un ser muy inteligente pero… De cualquier modo, mi amiga sonreía cada vez que su hijo, si así se le podía llamar, la saludaba con el único sonido que sabía hacer. Y verla sonreír… Era una alegría para mí. Su sonrisa me revitalizaba más que cualquier otra cosa, y por un momento, se me olvidaban los problemas….
”¿Su sonrisa? Pues deberías mirarle los pechos… Eso sí que te llena de alegría y ganas de violar."

Uff... Necesitaba librarme de ella... ¿Un paseo, quizás? Sí... No había ido a las Montañas desde que entrené la fuerza, y entonces no había logrado disfrutar del paisaje todo lo que debía. Después de ducharme me puse los pantalones largos, pues ya había acabado el verano y comenzaba a refrescar, cogí mi camiseta de manga corta azul celeste y las sandalias ninja negras como calzado, conjuntadas con el pantalón. La idea de ponerme la bufanda de aquel shinobi que conocí en los páramos me tentó... Pero acabé desechándola, ya que no sabía como acabaría el día y no me permitiría el perderla. Además... cuanto menos la usara, más tiempo aguantaría con su olor. No, no... Mente fría, con estos pensamientos solo lograba que la voz volviera con más escenas indebidas.
Salí dejando atrás a Yami, indicándole que subiera a estar con su madre. No me entendería y lo sabía, pero acabaría acostándose al calor del cuerpo de su madre. Cerré la puerta con delicadeza, cuidadosa de que no se despertara, y entré en una carrera hasta las Montañas. Al vivir a las afueras de la villa no me encontraba muy lejos de allí, por lo que tardé poco en llegar. Subí por el camino de la cascada, cruzando el río. Vaya... Se notaba que habían bajado las temperaturas, el agua estaba mucho más fría ahora. Seguramente de la misma temperatura que cuando encontramos a Shichika... Desnudo. Uff... ¿no había recuerdos que no despertaran ese aire travieso que le gustaba dar a mi cabeza?

"Admítelo. Yo soy tú. Y deseas tanto como yo que cada una de las cosas que te digo e imágenes que hago aparecer ocurra"

No debía hacerle caso... Una distracción... Había unas vistas maravillosas cerca, solo necesitaba subir la colina. Y tampoco me costó mucho, pues se notaba el entrenamiento que había realizado últimamente, y cuando subí comencé a perseguir una mariposa de colores vivos que volaba por allí. Acabé encontrándome con un perrito que jugó con ella también, y me agaché hasta quedarme a su lado, sin atreverme a tocarlo, sonriendo tímidamente. A pocos metros un chico descansaba en el césped, ¿sería el su dueño? Parecía de otra villa.. En verdad no me atrevía a preguntárselo... Ni acercarme a él, activé el Byakugan al sentirme más segura pudiendo ver si me atacaba en el caso de que se tratara de una trampa, no debía fiarme demasiado. Por lo que decidí quedarme en mi posición, de cunclillas, observando al precioso animal. Varios árboles cubrían la zona, incluso alguna piedra, mientras que en el cielo brillaba resplandeciente el Sol, lo que hacía que en mi oscuro pelo carbón se dejaran reflejados algunos destellos azulados, contrastando con mis ojos perlados.

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[b]Qué paz que tranquilidad, no había estado así de a gusto desde hace mucho tiempo, tumbado al Sol disfrutando de hacer nada y dejando mi mente en blanco. Mientras oía como mi pequeño perro seguía por allí correteando detrás de aquella mariposa, algo sin sentido y pueril que sólo un niño haría, si pudiera iría tras ella yo también pero algo no me encajaba, se notaba que algo en el ambiente estaba cambiando o iba a cambiar, aunque no le di mucha importancia ya que ni si quiera abrí los ojos, ni me molesté en levantarme para ver si pasaba algo, me daba un poco igual, no se veía como si por allí pasara alguien a menudo. Me puse a meditar en mis asuntos y se me pasó por la cabeza lo de tener otro perro más, no sabría decir con exactitud si sería una ventaja o no porque también tendría que cuidarle y eso puede crear envidias entre perros y se podrían pelear y todo eso que es malo, ya sabes.

Nada pasaba pero alguien sí, note como el olor del ambiente se transformaba, como si alguien hubiera llegado a su posición ¿una emboscada? lo dudo, a penas era alguien importante como para que le atacaran de manera organizada. Con mi buen olfato cogí aire por la nariz y un aroma femenino me impregnó las fosas nasales, una chica allí mierda no se me da bien hablar con chicas. Medio abrí un poco mi ojo derecho para ver cómo era aquella chica, pero me sorprendió ver que se acercaba a Kotaro, estuve por levantarme y quitarla de en medio, pero ver como sonreía y se agachaba para verle de cerca disiparon esas ganas de atacar. Por sus ojos se veía que era del clan Hyuga y más que por sus ojos por las venas marcadas que salen de ellos, mi padre me había explicado que eso es símbolo de que están con algo que se llama Byakugan activado, pero no se muy bien como funciona eso así que no le di mucha importancia.

Sin levantarme de mi sitio y sin mirar a la chica dije en voz alta:

"No molestes a mi perro mientras juega, no le gusta que le perturben de la diversión. Yo ya te he avisado"

Porque Kotaro pasó de aquella chica lo mismo que paso yo de coger a una cabra a los hombros. Kotaro sabía que esa chica estaba allí y su presencia le cortaba un poco el rollo de perseguir a la mariposa, pero él intentaba hacer como que ella no estaba allí y seguir a su rollo. Yo no me fiaba del todo de las intenciones de la Hyuga la cual incluso desconozco su nombre.

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El chico se había percatado de mi presencia. Lo supe en cuanto abrió en parte uno de sus ojos, el derecho siendo exactos, para verme, y no pude evitar sonrojarme débilmente. No necesito subir la cabeza para verle, pues incluso delante de su perro, que ahora seguía a la mariposa intentando que no le interrumpiera, le veía con total claridad. ¿Mi presencia no le agradaba? Quizás le resultara molesta, pero... No me importaba demasiado. Él era el intruso que se encontraba en mi villa. Debían separarnos 4 metros, 5 como mucho, por lo que si seguía con el ojo medio abierto vería como le contemplé con una sonrisa torcida. A pesar de ser una sonrisa... No parecía demasiado amistosa. Con las manos entre las piernas, por lo que quedaban bastante ocultas, a pesar de que no tardé más de un segundo en hacer los sellos, realicé un jutsu, y esa sonrisa sería lo único que vería antes de sentir como le golpeaba con la palma de la mano abierta sobre el pecho, a una velocidad vertiginosa.
Aquel golpe al principio podría haberlo sentido poco, pero segundos después comenzaría a notar como dañaba la estructura interna de su cuerpo, y rápidamente acabaría inconsciente sobre el suelo, seguramente sin saber muy bien que era lo que le había ocurrido.

-Tranquilo, no os molestaré mucho más. A mí tampoco me agrada cuando me perturban mientras me divierto.

Esas serían las últimas palabras que oiría, dichas despacio, con una sonrisa de igual manera, más bien hostil. No había elegido mi mejor día para hablarme de aquella manera... Simplemente, se podría decir que no me había agradado su actitud.
Después me levanté, dirigiéndome despacio hacia el perro, que quizás ladrara al ver a su dueño sobre el suelo sin posibilidad de moverse. No creo que fuera demasiado fuerte... Hice un jutsu con ambas manos, y respiré profundamente, dejando que el chakra se moldeara en mi interior para ser expulsado instantes después en una bola de fuego del tamaño de un balón que se dirigía rápidamente hacia el perro. Era potente, así que dudaba que le diera demasiado tiempo a esquivarlo... De cualquier modo, tampoco duraría demasiado sin su protector. Mientras la bola de fuego avanzaba, yo me dirigía hacia a él, yendo justo detrás de ella, sin poder evitar sonreír. El día no se presentaba tan malo después de todo...

-Todo saldrá bien, perrito.

Le dije con Kinsface

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Gastos y daños:

El chico había caído sin posibilidad de esquivar mi ataque. Para esos humos que se traía, era bastante debilucho... Qué grosero, si hubiera sido más amable conmigo no le habría pasado nada de esto. Solo quedaba el perro que ladraba furioso al ver a su mano, a pesar de ello se acobardó ante la bola de fuego que impactó en pocos segundo sobre él, dejándole inconsciente al instante también. Pobre criatura... No llegaría muy lejos como un dueño como este, y era tan bonito... Me senté a su lado y acaricié su pelaje con dulzura. Definitivamente se vendría conmigo.

Le cogí en brazos y reemprendí el camino a casa. Costaría un poco que se adaptara a los cambios, pero lo lograría, y acabaría con un nuevo y precioso amigo. Gracias, chico desconocido, por ponérmelo tan fácil. Me habías arreglado el día.

+ 150 Exp a Neokuroda
+ 20 Exp Sonzita (+1 Perro secuestrado)