Un chico extraño.

Después del enterramiento de mis padres y de la visita a mi santuario, en estos días lo único que he hecho hasta ahora es pensar en lo que haré. Pensé en que quizás lo que me convendría sería viajar mientras olvido un poco lo ocurrido. Podría conocer a gente nueva, que aunque estoy segura de que como mis antiguos amigos no hay nadie, a lo mejor podría encontrar algún buen amigo. Al fin y al cabo, Kazuya y Aerith habían sido buenos amigos aunque los conociera poco tiempo. Me pregunté qué habrá sido de ellos.
Ahora hago una vez más una pequeña maleta para meter en ella lo que necesito para mi viaje. Iré al país de la nieve. He decidido ir a todos los lugares posibles, y ya que es invierno supongo que un poco más de nieve no me molestará.
El primer día de viaje me lo tomo con calma, yendo a un paso normal pero sin detenerme. Decido tumbarme temprano para el día siguiente poder despertarme cuando aún no haya amanecido y aprovechar bien el día. Echo una manta gruesa para que no se moje por la nieve y me echo encima, luego me tapo con otra igual de gruesa. Tardo un poco en dormirme a pesar de haberme pasado el día caminando, pero me obligo a cerrar los ojos y finalmente entro en un ligero sueño.
En el segundo día de viaje, como preví ayer, me despierto muy temprano, supongo que serán las seis de la mañana. Hace por lo tanto mucho frío pues al Sol no le ha dado tiempo de calentar nada el terreno. Aún así, recojo las mantas y sigo mi camino. Ahora intento caminar a un ritmo más vivo, que llevo desde que el Sol nace hasta que muere. Cuando me dispongo a volver a acostarme, me empieza a doler terriblemente la cabeza. Me pregunto qué será lo que habrá originado éste, hasta que caigo en la cuenta; no he comido nada desde... ni me acuerdo. Rebusco preocupada en la mochila y encuentro algunos cereales, que como sin demasiadas ganas, sólo lo suficiente para encontrarme bien hasta mañana. Hago la misma operación que el día anterior.
Los dos días siguientes transcurren normalmente, procurando comer de vez en cuando para que no me desmaye y encontrarme bien, pues ganas no tengo.
Al fin llego al país de la nieve. Realmente es precioso, aunque si pudiera aislar un poco el frío se podría apreciar mejor su belleza. Ardo en deseos de ponerme ya a entrenar, y me planto frente a un bloque de hielo para así poder entrenar chackra. Hay todavía luz, y veo a un chico de mi edad, y con los cabellos oscuros. Decido no hacer nada hasta asegurarme de si es peligroso o no. Es demasiada coincidencia, pero quizás sólo fue suerte. Hasta que lo aclare, no pienso moverme de mi sitio ni cambiar mi actitud vigilante.
-¿Quién eres? -pregunto en voz alta y clara.

Me desperté tapado hasta las orejas, esa noche había pasado mucho frío pero eso no me iba a impedir entrenar en el País de la Nieve. Iba a entrenar allí para adaptarme a todo tipo de climas no quería entrenar y combatir solo en el desierto con el calor penetrante del sol, esta vez prefería entrenar en un sitio de clima frío y que mejor sitio que el País de la Nieve. Según lo investigado iba a tardar cuatro días andando pero tenía pensado en hacerlo en tres días y medio, para descansar ese último mediodía. Iba a ir andando los dos primeros días durmiendo en lugares seguros y el tercer día lo haría corriendo así consigo llegar antes de esos cuatro días. Eso ya lo había pensado mientras me dormía ayer por la noche, ahora me tocaba hacer una pequeña mochila con todos los utensilios que me hicieran falta como ropa de abrigo, mantas, material para entrenar… Cuando tenía todo en la cama fui a mi armario y cogí una pequeña mochila que me serviría para la ocasión. Mi estancia allí sería de dos días a si que llevé comida para todo el viaje y estancia. Tenía que salir cuanto antes sin perder el tiempo a si que dejé la mochila preparada en la puerta junto a mi tinaja, y fui a recoger mi habitación y el salón. Cogí mi mochila y me la colgué al hombre, la tinaja en la espalda y mi sombrero puesto en la cabeza, salí y cerré la casa con llave. Empecé a caminar hacia las puertas de la ciudad, mientras pensaba lo que me iba a encontrar y lo que iba a ocurrir, nunca había salido más lejos del desierto y encima esta vez iba solo, no tenía miedo pero si que estaba nervioso por conocer el resto del mundo. El primer día me costó un poco al principio, iba a buen ritmo por lo cual me daba ventaja para poder echar alguna cabezadita por el camino, también paraba a comer algo para no morirme de hambre pero siempre lo justo y lo organizado anteriormente, mientras caminaba me daban ganas de echar a correr para llegar cuanto antes pero agotaría rápidamente mis fuerzas y eso era lo que no quería llevaba toda la comida justa y todo justo y no podía desperdiciar nada. El segundo día fue bastante bien no tuve que hacer tantas paradas y además encontré un manantial del que puede coger agua y rellenar la botella que llevaba. Esa noche me acosté antes para que el tercer día tuviera más fuerzas para correr. El tercer día me desperté con ganas de comerme el mundo, estaba tan impaciente por entrenar que recogí rápidamente mis cosas y salí corriendo, iba demasiado deprisa a si que bajé el ritmo, ya faltaba poco para llegar y estaba impaciente, iba esquivando todos los árboles que veía y de repente empecé a notar como se iba clareando todo e iba haciendo cada vez más y más frío, eso debía ser señal de que me estaba acercando al País de la Nieve. Como lo había organizado, llegué a mi destino a los tres días y medio. Cuando definitivamente llegué a mi destino me tiré al suelo desplomado, apoyé mi tinaja contra un árbol y de mi mochila saqué una especie de tela gruesa y una manta, la tela la coloqué en el suelo para que no me calara y la manta me la puse por encima, me tumbé boca arriba y me puse mi sombrero de paja sombre la cabeza, estaba en un lugar bastante discreto por lo cual no podrían detectarme por si ocurriera algo. Me dormí meditando en lo que haría a la mañana siguiente y en que me basaría para entrenar.
Cuando desperté toqué la manta y estaba húmeda esperaba no haber cogido frio ni ningún resfriado no podía parar ahora el entrenamiento cuando había hecho nada más que llegar, me estiré y me puse en pié, tendí en la rama del árbol la tela y la manta y empecé a caminar para ver si encontraba un sitio más llana y con mas terreno para entrenar, de repente vi a una chica que se puso en guardia y me grito que quien era, esa chica me sonaba de algo, esos rasgos, los había visto antes, era ella la chica con la que había luchado en el coliseo la otra vez, levanté la mano en señal de un cordial saludo y me presenté:

-Hola soy Monkey D. Luffy, luchaste conmigo en el coliseo ¿Recuerdas?.

Cuando le dije estas palabras me acerqué despacio hacia ella esperando que no se asustara y se precipitara en atacarme, mientras caminaba la dije:

-Vengo desde lejos a entrenar en este lugar, no quiero obligarte pero, ¿Quieres entrenar conmigo?

Lo dije con un tono suave y amable, pensé que no estaría mal tener una amiga de una villa distinta a la mía, podría enseñarme cantidad de cosas. Le ofrecí la mano esperé su respuesta.

El individuo se acerca hacia mí lentamente mientras se presenta. A continuación dice dulcemente:
-Vengo desde lejos a entrenar en este lugar, no quiero obligarte, pero, ¿quieres entrenar conmigo? -pregunta mientras extiende su mano esperando la mía.

Me gusta la actitud de este chico, como si me tuviera miedo. Eso me gusta, pues me hace sentir superior. Pero no voy a demostrarlo; mi rostro se mantiene frío y distante hacia él. No estoy segura de que quiera entrenar con él nada más conocernos, pero ya que se ha acercado y molestado en presentarse aceptaré la oferta.

-De acuerdo -digo mientras le cojo la mano que me tiende. Rápidamente tomo el control de la situación y empiezo a interrogar a mi nuevo amigo-. ¿De dónde eres? Cuéntamelo mientras buscamos un sitio en el que podamos entrenar los dos.

Me sorprendo a mí misma hablando tan seguidamente y sacando conversación, pero quiero saber la procedencia de él y dudo que me lea el pensamiento. Hay que hacer algún esfuerzo de vez en cuando. Empiezo a caminar hacia alguna parte con paso lento, esperando a que responda y yendo delante de él. Le parecerá que voy confiadamente y que espero que vaya detrás, aunque en realidad estoy atenta a cualquier movimiento sospechoso que haga. Puedo verlo un poco por el rabillo del ojo, pues se encuentra hacia mi izquierda dos pasos por detrás de mí, y oigo cómo camina. Para más seguridad me paro hasta estar a su altura y poder tenerlo más controlado, haciendo un gesto que podría entender como amable, de que lo estoy esperando.

"Si supiera..." -digo en voz baja, casi inaudiblemente.

La piel me duele del intenso frío que hace, sobre todo los labios y las manos. Observo el vestido que llevo en busca de algún bolsillo donde pueda meter las manos y protegerlas un poco, aunque eso signifique reaccionar más lentamente a cualquier ataque. No tengo ninguno, descubro para mi desgracia, por lo que después de frotarme las manos cruzo los brazos y me conformo con lo que hay.

Cuando le extendí mi mano en señal cordial me miró con desconfianza y tras unos segundos de tensión, finalmente acepto mi oferta cogiéndome de la mano y diciéndome:

-¿De dónde eres?, Cuentamelo mientras buscamos un sitio donde podamos entrenar los dos.

Tras darme la mano y decirme eso parecía tener más confianza en mí, echó a andar y yo la seguí por detrás, parecía estar nerviosa y no parecía estar comoda delante de mí por lo que se paró un momento y me cogió el paso.

-Bueno antes de todo me voy a presentar, creo que ya lo hice antes pero te lo repetiré otra vez. Me llamo Monkey D. Luffy, pero puedes llamarme Luffy, soy de la villa de Sunagakure no Sato y he venido aquí como ya sabes a entrenar mis habilidades ninja y a aprender nuevas técnicas para poder ser más fuerte.

Tras decirle toda esa parrafada parecía cada vez más tranquila. Me toqué la espalda para ver si llevaba mi mochila y mi tinaja ya que era algo despistado con mis cosas.

-Bueno yo ya me he presentado y he dicho de donde vengo, ahora te toca a ti, cuéntame de dónde eres y como te llamas.

Le di la palabra mientras seguíamos caminando, tenía la impresión de que me estaba ignorando un poco y que no quería contestarme hasta que no llegaramos al lugar donde íbamos a entrenar, pero ese solo era un presentimiento. Mientras caminábamos me iba fijando en todo el paisaje y en todo lo posible para volver después a por mi tela y mi manta que había colgado anteriormente en una rama de un árbol. Estaba algo nervioso porque todavía no me había dicho su nombre y pese a verla visto antes en algún lado no sabía como podría actuar. También estaba impaciente por entrenar a si que aligeré el paso para llegar antes, eché un vistazo atrás y hice un movimiento con la cabeza en señal de que me siguiera.
Llegamos a un terreno amplio y llano donde se podría entrenar perfectamente, cogí mi mochila y la apoyé en un árbol, a si pude colocar mi tinaja mejor en mi espalda. Tenía ganas de empezar a entrenar y por ahora tenía pensado entrenar una técnica para inmovilizar a mi oponente u objetivo. Esta vez no tuve que coger la tinaja para quitarle el tapón, la arena salió a presión quitando el tapón y dejándolo caer sobre mi mano, la arena ya la estaba controlando con la mente, giré la cabeza y le dije a la chica:

-Bueno a que esperas, ¿vas a entrenar o vienes solo para mirarme?

No sabía como entrenar aquella técnica por lo cual empecé a recordar como era. Tenía que levantar la arena y dejarla caer para que inmovilice al objetivo. Tenía una idea, caminé hacia la chica que estaba cerca del árbol donde apoyé mi mochila, la di un golpecito en el hombro no con mucha fuerza en señal de que empezara a entrenar, me agaché y cogí la mochila que la lancé en medio de todo el terreno. Cerré los ojos para poder concentrarme mejor, estuve un rato en silencio y pensativo, de repente abrí los ojos e hice que la arena ascendiera rápidamente, la dispersé y la dejé caer sobre la arena, me acerqué e intenté coger la mochila, me costó un poco pero pude sacarla, no era muy difícil pero tenía que perfeccionar la técnica. Coloqué de nuevo la mochila en el centro y volví a cerrar los ojos, esta vez no los abrí hice que la arena ascendiera y la deje caer sobre la mochila, esta vez hice que la arena bajara rápidamente para que la inmovilizara mas, abrí los ojos y fui a coger la mochila, esta vez si que no pude cogerla, estaba bien pegada al suelo o la arena impedía que lo moviese, hice que la arena volviese a asceder y la guardé en la tinaja, le puse el tapón y me dirigí a la chica que todavía estaba allí mirando.

-Me gustaría que me hicieras un favor, ¿Puedes ponerte en el centro donde se encontraba la mochila? Quisiera probar mi nueva técnica con una persona que seguro que tiene más fuerza que yo tirando únicamente con las manos.

Agaché la cabeza , y esperé su respuesta, no sabía como iba a actuar y mucho menos si querría ponerse de conejillo de indias pero no me importaba yo se lo pregunté honestamente y si no quería no sería un gran problema, la perfeccionaría en la villa cuando llegase.

-No te haré daño, es una técnica para inmovilizar no para atacar.

La dije eso pensando que a sí estaría más tranquila y aceptaría mi oferta. Me había despertado con ánimo y además tenía a una compañera nueva que podría ayudarme y enseñarme cantidad de cosas nuevas como técnicas de su villa o algo sobre su villa.
Me senté en el suelo a esperar su respuesta.

Mientras caminamos me explica su procedencia y me repite el nombre. Parece que no está seguro de que antes se presentó, pero no digo ningún comentario al respecto y dejo que siga hablando, pues no quiero ser maleducada.

-Bueno, antes de todo me voy a presentar; creo que ya lo hice antes, pero te lo repetiré otra vez. Me llamo Monkey D. Luffy, pero puedes llamarme Luffy. Soy de la villa de Sunagakure no Sato y he venido aquí como ya sabes a entrenar mis habilidades ninjas y a aprender nuevas técnicas para poder ser más fuerte.

Segundos después se toca la espalda, desconozco si es un tic que tenga o si es para comprobar que lleve su mochila, pero tampoco digo nada. Puesto que no me pregunta por mi identidad, no me molesto en decir información por mi propia cuenta.
Sigo caminando como si nada, observando el gélido paisaje. Prefiero los bosques a decir verdad, pero me siento identificada con el hielo, frío y sereno por fuera, pero cuando acercas un poco de calor se derrite fácilmente.
A todo esto, mi compañero no tarda en querer descubrir mi anonimato, preguntándome lo siguiente:
-Bueno, yo ya me he presentado y he dicho de dónde vengo, ahora te toca a ti, cuéntame de dónde eres y cómo te llamas.
No me sorprende la pregunta ya que lo normal querer saber quién es el que te acompaña, pero hablo sencillamente y sin enrollarme demasiado, a mi estilo.
-Me llamo Kori. Vengo de Konoha.
No digo más pues no me ha preguntado nada más, y no suelo dar información que no me han pedido.
Observo a Luffy mientras seguimos caminando. Parece nervioso, aunque desconozco la causa de su agitación, mientras mira el paisaje. No tarda en empezar a caminar más rápido que yo, y hace un movimiento con la cabeza como queriendo decir que le siga.
-Tranquilo, no me pierdo –le digo en voz baja -pero lo suficientemente alta como para que me oiga- además de suave y un poco burlona.
Como si me fuera a extraviar, pienso divertida.
Pronto llegamos a una zona que puede ser apta para entrenar. Me apoyo en un bloque de hielo que hay mientras miro lo que quiere aprender mi amigo. Tira la mochila al lado de un árbol y coge una especie de tinaja, de la que no tarda en salir arena.
-Bueno, ¿a qué esperas? ¿Vas a entrenar o sólo vienes a mirarme? –me dice con cierta indignación.
-Voy a entrenar ahora mismo, pero quiero saber lo que vas a aprender primero.

Después se acerca a mí dándome un golpecito como indicándome que entrenara ya.
¡Lo que me faltaba! ¡Que me dé órdenes un chico que no conozco más que su nombre!

-Ya te he dicho que voy a entrenar ahora. No metas prisa.

Acto seguido tira su mochila y utiliza la arena para envolver la mochila, por lo que no tardo en saber que se trata de un jutsu de inmovilización. Ahora que ya sé lo que va a hacer, me dirijo hacia otra zona del sitio en el que nos encontramos para no molestar a Luffy y así entrenar mi control del chakra. Pero después se gira hacia mí, y por lo tanto me paro. Me pregunta lo siguiente:

-Me gustaría que me hicieras un favor, ¿puedes ponerte en el centro donde se encontraba la mochila? Quisiera probar mi nueva técnica con una persona, que seguro que tiene más fuerza que yo tirando únicamente con las manos.

Poco después explica que no me va a hacer daño.

-Precisamente ahora iba a entrenar, como me has dicho. No tendré problemas en ofrecerme dentro de un rato, pero podría estar bien que practicaras un poco más con la mochila antes de usar el jutsu en mí.

Tras decir esto, me dirijo al fin a la zona a la que quería ir con la intención de entrenar el control de chackra, dando por supuesto que mi compañero estará entrenando su jutsu. Luego entrenaré yo también alguno.

Voy concentrando el chackra poco a poco mientras me concentro, y va fluyendo como si fuese un río. Luego decido hacer una especie de zigzag con el chakra, sorteando los árboles que hay cerca, y no me confundo ni una sóla vez. Aún así, hago la misma operación durante cuatro o cinco veces, cada vez aumentando la velocidad a la que avanza el chackra, hasta que finalmente creo que ya he entrenado suficiente.

-Yo ya estoy de momento. Puedes usarme como conejillo de indias si quieres... puede que me sirva de algo.

Lo más seguro es que Luffy no sepa a lo que me estoy refiriendo, y así mejor. Me dirijo al centro donde estaba la mochila y espero a que intente inmovilizarme.

Cuando llegamos al lugar y comencé a entrenar, me dijo su nombre y su procedencia, se llamaba Kori y venía de Konoha, parecía estar seria siempre y estaba siempre atenta a mis movimientos, cuando me acerqué a preguntarle si iba a entrenar ya, me pareció verla enfadada y molesta por lo que le dije, y más aún cuando le di toquecito leve en el hombro.

-Ya te he dicho que iba a entrenar ahora. No metas prisa-. Esa fue su respuesta seria y con tono agresivo.

Cuando terminé de ensayar mi nueva técnica, la pregunté si me ayudaría y me contestó que primero desearía entrenar antes de ayudarme y que perfeccionara la técnica, la mire extrañado se creía superior y eso no me gustaba, empezó a usar su chakra para esquivar y hacer una especie de zigzag con los árboles que había enfrente, mientras yo sentado en un árbol mirándola de reojo con el sombrero de paja puesto.

-No pienso hacer caso a esa chica, que se ha creído que es para decirme que mi técnica necesita perfeccionamiento, es suficiente con lo que practiqué anteriormente, ya verá cuando la tenga atrapada-. Pensé mientras la miraba, estaba algo enojado por lo que me había dicho, además lo dijo con algo de sarcasmo. Me levanté de golpe y pensé en otra técnica que podría aprender, aparté mi mochila del árbol y la puse a unos metros junto a mi tinaja, ya sabía la técnica que iba a aprender, más que una técnica era más bien una habilidad, iba a controlar mi chakra para poder subir superficies verticales como un árbol, di varios pasos para atrás y concentrando todo mi chakra en las piernas, salí corriendo a trepar el árbol únicamente con los pies, empecé a subir a gran velocidad pero a los cuatro pasos hacia arriba me caí desplomado al suelo. Me levanté con la mano en la espalda, me había dado un buen golpe. Esta era la habilidad que tenía que perfeccionar. Cogí mi tinaja y saqué la arena de dentro, la coloqué en el suelo justamente enfrente del árbol por el que trepaba, eso me serviría para amortiguar la caída. Mientras Kori seguía haciendo zigzags con su chakra yo pensé en como poder subir sin caerme de nuevo, esta vez cerré los ojos para concentrarme aún más, fijé todo mi chakra en mis piernas y salí de nuevo corriendo a trepar el árbol. Esta vez subí seis pasos hacia arriba pero caí de nuevo, esta vez no me hice tanto deño pues la arena que coloqué antes había servido de gran ayuda para parar el golpe contra el suelo, me tumbé en la arena pensando en que estaría fallando.

-No puede ser a la velocidad que voy ya que eso no tiene mucha importancia, puede que sea el control del chakra, lo estoy concentrando en las piernas pero eso no da resultado-. Me levanté de un salto y dije.-¡Lo concentraré en los pies!

Confiado de mi mismo concentré mi chakra en los pies, gran parte del chakra de mi cuerpo estaba en mis pies, dispuesto para trepar hasta arriba, salí corriendo di un salto pequeño y apoyando bien la suela de mi zapatilla en el árbol fui subiendo a gran velocidad, sin darme cuenta estaba arriba del todo, lo había conseguido pero ahora tenía que intentarlo mas veces para que no tuviera más fallos. Concentré de nuevo el chakra en mis pies y apoyé mi pie derecho en el tronco, seguidamente apoyé el izquierda y perpendicularmente al tronco del árbol fui bajando tranquilamente. Mientras bajaba vi que Kori seguía a lo suyo por lo cual me daría tiempo a intentarlo un par de veces más hasta que terminara su entrenamiento. Apoyé los pies en suelo firme y me alejé unos pasos para intentarlo de nuevo, concentré mi chakra en mis pies y sin ninguna prisa, fui caminando hacia el árbol, apoyé de un saltito el pie en el tronco continuado del otro y fui subiendo despacio para mejorar el control de mi chakra. Llegué de nuevo a la copa del árbol y se me ocurrió una idea, de repente salté al árbol que tenía al lado apoyando los pies en primer lugar, hice el amago de caerme de espaldas pero al final conseguí adherirme al árbol, esta vez bajando al suelo vi como se acercaba Kori, parecía haber terminado su entrenamiento, y me dijo:

-Yo ya estoy de momento. Puedes usarme de conejillo de indias si quieres… puede que me sirva de algo-. Tras decir esto se colocó en el centro esperando a que actuara.

Había un tono en su voz que no me gustaba nada me hacía desconfiar de ella cada vez más y eso no me estaba gustando nada. Toda la arena se encontraba en el suelo, hice que se levantara y con la arena cerca de mi me dirigí enfrente de la chica, la arena empezó a subir rápidamente dispersándose en el aire, ordené que bajara rápidamente para atrapar a la víctima, estaba completamente seguro de que mi técnica había dado resultado a si que me senté, cogí mi sombrero de mi espalda y me lo puse en la cabeza.

-¿Qué te parece? La dije con una leve sonrisa en la cara.

JUTSU:

Por fin se decide a usar la técnica que acaba de aprender. Decido no mirar lo que hace; sin embargo esta decisión no se debe a que tenga miedo por saber lo que hace, sino más bien a que se me puede meter la arena dentro de los ojos, y no me apetece quedarme sin vista por culpa de la puñetera arena. No tardo en sentir la arena sujetándome; intento moverme pero no lo consigo. Luffy no tarda en bajar la arena y dejarme libre de nuevo.
-¿Qué te parece? –me dice sonriente.
-Es una buena técnica –le digo solemnemente-. No he podido hacer lo que quería por diversos motivos, por lo que entrenaré otro jutsu que me tiene interesada y que podría serme útil para mi estilo de combate.

Al hacer esta técnica y no hacerme daño, me demuestra que no tiene intención de nada, salvo que quiera esperar para dar su golpe. Sin embargo, me siento más relajada en su compañía que antes, con diferencia, por lo que me suelto más al hablar y relajo la seriedad que antes acompañaba mi voz.
Aunque esto no quiere decir que no siga atenta a cualquier movimiento sospechoso, pero eso ya forma más bien parte de mi forma de ser que de la confianza. Salvo en lugares en los que no haya nadie y esté segura de que nadie puede entrar y de que el lugar es seguro, entonces y sólo entonces me puedo relajar. Y sólo un sitio cumple esas condiciones; mi rincón. En todas las demás ocasiones siempre estoy alerta, lista para todo. Como cuando estando en la habitación de mis padres frente a sus fríos cadáveres, en una casa entonces abandonada, situación en la que nadie podría sospechar nada, apareció esa mujer -de la que todavía no puedo olvidar su rostro- con intenciones homicidas. Entonces estuve atenta y la asesina acabé siendo yo.

Dejando atrás mis procesos mentales, que siempre me llevaban a un punto oscuro del pasado de mi vida, decidí probar a hacer el jutsu que quería aprender. Éste consiste en una capa de invisibilidad de chakra. Si todo sale bien, mi nuevo amigo no podrá ver el ángulo desde el que me está observando ahora; es decir, de frente. Ahora acabo de entrenar el chakra, por lo que no tendría que resultarme difícil hacer la técnica, que se basa en él.

-Voy a hacer ahora mi técnica –le digo-. Quiero que me digas lo que observas, a ver si funciona bien.

Si Luffy está atento ahora puede ver cómo cierro los ojos –aunque mis oídos siguen atentos a cualquier ruido, eso por descontado- y empiezo una vez más a concentrar el chakra, aunque esta vez con una intención diferente. Con un poco de esfuerzo consigo –o creo que consigo- hacer la capa de invisibilidad, y para asegurarme le pregunto a mi amigo, del que me encuentro a ocho metros de distancia, lo siguiente:

-¿Qué observas, Luffy? ¿Puedes verme?

jutsu:

gastos y daños:

Mi técnica había dado resultado, me dijo que la había atrapado y y que no conseguía moverse, estaba orgulloso de mi mismo pues en poco tiempo había perfeccionado una técnica no muy difícil pero que a lo mejor a otros ninjas les hubiera costado más tiempo que a mí, le quité la arena de encima y me dijo seguidamente:

-No he podido hacer lo que quería por diversos motivos, por lo que entrenaré otro jutsu que me tiene interesada y que podría serme útil para mi estilo de combate.

Por lo visto ella también iba a enseñarme una habilidad nueva que había estado ensallando antes con el control de su chakra, estaba interesado en saber lo que iba a hacer a si que afirme con la cabeza y la dije:

-De acuerdo, cuando quieras puedes empezar estaré atentamente mirándote. Tras decirla esto me puse en pie y atento de que no iba a hacer nada extraño la note con más ligereza a la hora de decir las palabras como si tuviera cada vez más confianza en mí, pero yo todavía no confiaba del todo en aquella chica podría atacarme en cualquier momento, pero esta vez la daría mi voto de confianza.

Cerró los ojos y noté como su chakra iba aumentando y como poco a poco se iba desvaneciendo sin dejar rastro, de repente todo el terreno quedó en silencio y vacío, Kori había desaparecido y no sabía como iba a actuar.

-Espero que no intentes nada de lo que después puedas arrepentirte. Dije eso en voz alta y poniendome en guardia, yo confiaba en ella pero no estaba seguro de sus intenciones, puse a observar atentamente por el lugar donde había desaparecido, para ver si podía localizarla, estaba nervioso no sabía si me iba a atacar o solo quería enseñarme la técnica, de repente, por el rabillo del ojo noté algo muy poco nítido, casi no se podía apreciar bien pero estaba claro que era Kori, estaba parada en el mismo sitio donde había desaparecido, parecía no tener intención de atacarme a si que me relajé y me volví a sentar, cogí el sombrero que tenía a dos palmos de mí y me lo puse en la cabeza:

-Si querías asustarme lo has conseguido, pensé que me ibas a atacar. - Hice una pequeña pausa pues me salió una leve carcajada porque recordé la situación y la cara que puse anteriormente. -Y si querías enseñarme tu técnica te diré que he podido observarte, tendrías que perfeccionarla un poco más, miré atentamente alrededor de donde te encuentras ahora y pude apreciar una ligera imagen clara casi transparente de ti pero pude verte.- Tras decir esto me tumbé en el suelo y empecé a pensar, solo había pasado un día desde que empecé a entrenar y todavía me quedaba otro para terminar el entrenamiento y marchar a casa,por hoy ya tenía más que suficiente por lo que iba a echar una cabezadita antes de cenar, ya era de noche, probablemente las nueve y media aproximadamente, había pasado el día realmente rápido con este personajillo nuevo que había conocido, esta noche iba a pensar una nueva técnica para aprender mañana y a si que le comenté a Kori:

-Por hoy ya he tenido suficiente, voy a cenar y descansar. Mañana entrenaré una nuevo técnica y entrenaré en este mismo lugar si quieres acercarte no me importará demasiado. - Tras decir esto me levanté y fui a recoger mi mochila y mi tinaja levantando la mano en señal de despedida. Cogí mis cosas guardé la arena utilizada en la tinaja y me fui a lugar donde tenía las otras cosas, estaba hambriento y cansado por lo que me iba a dormir bastante bien. ‘’Creo que me he portado bien con esta chica y espero que vulva mañana tengo que decirle algo antes de irme a mi villa’’ pensaba mientras caminaba hacía el lugar donde tenía la manta y la tela.

Empezó a hacer frío, las noches aquí eran peores que en el desierto y aun más con la nieve que se acumulaba por todas partes, saqué de mi mochila una especie de abrigo que me serviría para cubrirme del viento y del frío, también saqué un plato de ramen que había preparado en casa para comérmelo ahora, estaba frío pero no me importaba demasiado ya que tenía un hambre feroz.

Esta noche tenía que pensar en una nueva técnica y tendría que ser defensiva ya que no sabía ninguna de este tipo, tampoco desde que empecé he aprendido ninguna técnica elemental por lo que me sería útil Doton: Iwa Ifuz. Estaba decidido mañana aprendería una técnica ofensiva y defensiva del elemento tierra, ahora tenía que descansar a si que me tapé con la manta y cerré los ojos pensando en las aventuras y en lo que había sucedido y hecho hoy.

Después de que mi amigo me dice que va a estar atento al jutsu, y después de que yo haga éste, me dice con cierta desconfianza en la voz y obviamente amenazando levemente, las siguientes palabras:
-Espero que no intentes nada de lo que después puedas arrepentirte.
No le respondo; no quiero perder la concentración que tengo, y además no le pienso hacer nada. Espero con impaciencia a que me diga su veredicto respecto a la técnica, que después de unos momentos llega.

-Si querías asustarme lo has conseguido, pensé que me ibas a atacar -después de esto se ríe levemente-. Y si querías enseñarme tu técnica te diré que he podido observarte, tendrías que perfeccionarla un poco más, miré atentamente alrededor de donde te encuentras ahora y pude apreciar una ligera imagen clara casi transparente de ti pero pude verte.

Dejo de usar la técnica y le digo:

-No pensaba atacarte, tranquilo. Si no te contesté fue para no perder la concentración que tenía -tras esto, descubro que me ha entrado hipo, e intento hablar lo mejor que puedo para que no se ría de mí-. No te estaba observando ¡hip!, ¿te giraste para verme? ¡hip!. Con este jutsu sólo cubro una parte de mi cuerpo ¡hiip!. Aún así ¡hip! haré la técnica un par de ¡hip! veces más para perfeccionarla.

Tras decir esto y observar que mi compañero se tumba en el suelo, pensativo, realizo unas cuantas veces la técnica, hasta que considero que ya debe de estar bien hecha, y que nadie de menor nivel que yo pueda verme. Hipo mientras hago el jutsu, y me alegro de no estar en un combate, pues entonces delataría mi posición y no habría servido para nada hacerlo.

Cuando termino, me dirijo hacia Luffy, y éste me dice:
-Por hoy ya he tenido suficiente, voy a cenar y descansar. Mañana entrenaré una nuevo técnica y entrenaré en este mismo lugar si quieres acercarte no me importará demasiado.

-Yo también voy a descansar. Lo único que mañana temprano me marcharé a Konoha, ya he entrenado lo que tenía previsto -le digo mientras él se va a por su mochila y se despide.

Yo no me muevo del lugar en el que entrenamos. Me apoyo en un árbol y cojo algo de comida; a pesar del esfuerzo no tengo mucha hambre. Lo que sí que tengo es sed,y no he traído agua. Debería haberme llevado al menos alguna cosa para calentar la nieve, pero ya es tarde. Me levanto y busco algún río congelado; por lo que estudié, la capa de arriba es hielo, pero por debajo el agua sigue líquida y lista para beber. Eso sí, estará muy fría.

En mi búsqueda oigo algunos ruidos de lechuzas, así como veo también sombras pertenecientes a pequeños animales nocturnos. Sin embargo, estoy atenta, por lo que no me asusto en absoluto. Después de caminar un buen rato encuentro un río, observo que no es demasiado ancho, aunque me es totalmente indiferente. Saco un kunai de mis ropas, y hago un círculo bastante perfecto en el hielo, cada vez hundiendo más el arma, hasta que finalmente saco el hielo y puedo ver el azul agua que se escondía tras él. Meto un cuenco más pequeño que el agujero, y saco un poco de agua. Mis dedos al sacar el instrumento, entran en contacto con el líquido, que realmente está muy frío.

Bebo lentamente el agua, me duelen los dientes -supongo que los tendré sensibles- pero consigo calmar la sed. Después vuelvo al lugar en el que entrenamos Luffy y yo, y me dispongo a dormir.

A la mañana siguiente, recojo todas mis cosas, dispuesta a volver a mi hogar y dejar atrás el frío. Escribo una nota -manda narices que trajese papel y bolígrafo y que en cambio no me haya acordado de agua- dirigida a Luffy, que dice así:

Querido Luffy,
como te dije ayer, aunque no sé si alcanzaste a oírlo, me marcho de aquí. No me gusta demasiado el frío, y lo que venía a hacer está terminado. No he querido despertarte, así que te dejo esta nota para que no te preocupes al no encontrarme. Espero que nos volvamos a encontrar pronto; aunque reconozco que al principio desconfié de ti, después de pasar un día contigo me pareces de fiar. Deseo que no me equivoque al pensar esto. Pareces un buen ninja, sin lugar a dudas algún día combatiré contigo en el Coliseo, aunque desconozca tu identidad. Y si no es en el Coliseo, confía en que podamos hacer un combate amistoso en cualquier otro lugar. Que te vaya bien.
Un beso,
Kori.

PD: Te he cogido un poco de agua de la mochila, espero que no te importe.

Se la dejo encima de la mochila, tras cogerle un poco de agua de ésta. Espero que no piense que soy una ladrona, pero no me apetece volver a realizar la operación de ayer.

Después de esto, me dispongo a realizar de nuevo el viaje de vuelta a casa, confiando en llegar pronto.

cosas a aprender:

Desperté algo cansado, había dormido mal por el frío que hacía pero eso no me iba a impedir entrenar la técnica que tenía pensada para hoy, estaría toda la mañana y saldría hacia Suna después de comer, lo que no sabía es si la nueva amiga que había hecho iba a entrenar conmigo. Me puse en pie y estiré los brazos mientras daba un gran bostezo con la boca muy abierta, miré a mi alrededor y encima de la mochila se encontraba una carta, era de Kori y ponía:
Querido Luffy,
como te dije ayer, aunque no sé si alcanzaste a oírlo, me marcho de aquí. No me gusta demasiado el frío, y lo que venía a hacer está terminado. No he querido despertarte, así que te dejo esta nota para que no te preocupes al no encontrarme. Espero que nos volvamos a encontrar pronto; aunque reconozco que al principio desconfié de ti, después de pasar un día contigo me pareces de fiar. Deseo que no me equivoque al pensar esto. Pareces un buen ninja, sin lugar a dudas algún día combatiré contigo en el Coliseo, aunque desconozca tu identidad. Y si no es en el Coliseo, confía en que podamos hacer un combate amistoso en cualquier otro lugar. Que te vaya bien.
Un beso,
Kori.

Por lo visto iba a entrenar solo esta vez a si que me puse en marcha, guardé todas las cosas en la mochila y me dirigí hacia el lugar de ayer, dejé las cosas en el suelo y me coloqué el sombrero encima de la mochila, me coloqué en el centro del terreno y empecé a concentrar mi chakra, sentía como fluía rápidamente por todo mi cuerpo, Iwa Ifu era una técnica tipo ninjutsu por lo que tendría que utilizar mi chakra para aprenderla y utilizarla, empecé a almacenar y a concentrar chakra en mi puño. Lo que había pensado era concentrar mi chakra en una parte del cuerpo y cuando estuviera lista endurecer este chakra. Como había planeado, empecé a endurecer mi chakra, tenía los ojos cerrados para concentrarme mejor, cuando pensé que estaba todo listo abrí los ojos sorprendido, mi puño se había convertido en una roca, salí corriendo hacia el árbol que tenía delante de mí y le pegué un puñetazo con todas mis fuerzas, el árbol se hizo astillas y yo estaba completamente impresionado. Esta técnica no era muy difícil por lo que no me costó mucho aprenderla.

Estuve toda la mañana perfeccionando las técnicas que había aprendido esos dos días de estancia en el País de la Nieve. Cuando terminé de comer me puse en camino hacia Sunagakure.

Tecs y Habilidades Aprendidas:

Palabras:

Revisado.