Kins VS Shika

Tenia que ir a los paramos,le habia retado a un combate a una Iwaniana que acababa de empezar su carrera como ninja,no me hacia mucha gracia ir a esos paramos donde corria un aire tan fresco pero queria una lucha y eso me basto,sali a escasas horas de la mañana para llegar a tiempo a mi destino,tras casi 1 hora llege al lugar de los paramos y me prepare mientras esperaba a la chica.
Me agache y extendi un pergamino que llevaba en el suelo,hice un sello con una mano y tras una nube de humo aparecio Karasu a mi lado,la maneje con los hilos de chakra poniendola enfrente mia dispuesta para la ofensiva,me levante y mire a los lados deseando que apareciera mi adversario,pues me estaba congelando con aquel frio que hacia,era tipico de los paramos e incluso de las montañas de Iwagakure.

INFORMACION:

ACCIONES:

KARASU:

GASTOS Y DAÑOS:

Tras una larga caminata, llegó a los páramos. Había tardado, pero, habiéndolo previsto, partió de su casa un rato antes. Al cruzar el último tramo que le separaba de la cima, vislumbró a su oponente. Sonrió y siguió caminando, segura de sí misma. Se detuvo a quince metros del shinobi y Karasu, examinándolos detenidamente. Inspiró hondo y observó el lugar. Hacía frío, pero no le importaba. Se frotó los ojos y vio una piedra del tamaño de una pelota a su lado y le dio una patada para apartarla y no tropezar con ella. Esta quedó a tres metros de la joven, que ya no correría el riesgo de tropezar y caer. Volvió a posar la mirada sobre su oponente.

- ¿Listo? - preguntó impaciente.

Información:

Invasión.

El miembro 'Hakuhei' ha efectuado la acción siguiente: Dados

'1d6' : 2

Off:Choco no te pases,nada de cortar extremidades que ya lo hicistes una vez

Off: A pesar del nefasto resultado de la tirada D: he hablado con los users participantes y me han dado permiso para entrar. Posteo pues.

Porfin llego la chica y estabamos preparados para iniciar el combate de entrenamiento pero de repente no escuche llegar a una persona,la cual con unos potentes golpes destruyo a Karasu,en ese momento me quede algo impactado ¿quien era ese tipo?
no lo sabia pero acababa de destruir a Karasu,mi marioneta preciada.

Mire a Shika con una sonrisa para disimular mi enfado.

-Acabemos con este imbecil.

Despues de decir eso actue,Al destrozar a Karasu la cual estaba justo delante mio (sobre 1 metro escaso de distancia) el enemigo quedo muy cerca,lo aproveche rapidamente,carge mi puño con chakra del elemento Raiton y me movi hacia mi adversario para propinarle un golpe certero.

ACCIONES:

GASTOS Y DAÑOS:

Shika había buscado con la vista cualquier cosa que le sirviera de ayuda en el combate, pero sólo había conseguido ver las piedras que había en el suelo. Pensó que de algo podrían servirle las rocas que había, pero no dio muchas vueltas a la idea, pues no tendría mucho tiempo para examinar todo antes de que su contrincante decidiera atacar. Le pareció ver algo moverse cerca de aquel extraño shinobi al que le faltaba un brazo y miró a la marioneta que permanecía cerca de él, atenta a cualquier movimiento que diera comienzo al desafío.

Se quedó atónita ante la imprevista llegada de aquel extraño shinobi, pero sonrió al ver cómo destrozaba la marioneta. Observó la reacción del dueño de esta y ahogó una carcajada pese a la frase que articuló, a la que, molesta, no hizo caso. No le gustó la marioneta al verla y agradecía no tener que luchar contra ella, sin embargo, tampoco le gustaba el descaro del intruso. Por ese simple motivo, pensó en qué futsu utilizar y decidió hacer uso del mismo que había mostrado en su examen de genin, pues era el que más había entrenado.

Hizo un sello con ambas manos sin dejar de vigilar a sus oponentes y pequeñas piedras que había a su alrededor comenzaron a levitar para después dirigirse hacia el shinobi que se había entrometido en su enfrentamiento.
Dio un par de pasos hacia ellos, acercándose un poco pero no demasiado. Observó con atención cómo las piedras se dirigían hacia su destino deseando acertar en el ataque.

Acciones:

Gastos y daño:

Invasión

Invasión

El miembro 'Kadzuki Hatake' ha efectuado la acción siguiente: Dados

'1d6' : 4

Invasión.

Off: why not? xD

El miembro 'Sonzu' ha efectuado la acción siguiente: Dados

'1d6' : 6

Corri hacia mi enemigo y cuando llege hasta el descarge mi puño electrificado sobre el,menuda sorpresa me lleve cuando su cuerpo se deshizo en una masa de agua y me paralize a mi mismo,el rival habia sido astuto,en ese momento mi compañera le lanzo al enemigo unas cuantas rocas haciendolas levitar pero impactaron contra mi,me habia hecho mucho daño asi que mi enemigo segidamente me dio unas cuantas patadas en el abdomen y me dejo Ko,cai al suelo inconsciente habia perdido pero lo que mas rabia me daba era no poder ayudar a mi amiga,la habia dejado solo con ese monstruo,a saber lo que le haria,tal vez la raptase,la maltratase o no le hiciera nada malo y eso era lo que yo deseaba,que no le ocurriese nada malo a mi amiga Iwaniana.

Invasión.

El miembro 'sauzi' ha efectuado la acción siguiente: Dados

'1d6' : 2

Una nueva mañana se abría en Iwagakure, y como ya empezaba a ser costumbre, luchando contra el frío me encaminé a visitar los Páramos y entrenar allí. Aquel lugar solía ser poco transitado, sobre todo comparado con el centro de la villa, y eso no solo lo hacía cómodo para mí en el sentido de estar un poco alejada de todo el bullicio, sino que además las grandes llanuras lo convertían en un sitio ideal para mis propósitos.

Un gélido viento soplaba por aquellos parajes, y era lo único que me molestaba en mi recorrido. Levantaba un poco la arenisca tierra que pisaba, aunque el polvo no subía lo suficiente para resultar incómodo, solo chocaba débilmente contra mis largos y oscuros pantalones.
Algunos mechones de mi negruzco pelo, los que quedaban por fuera de la alta coleta, se revolvían traviesos en movimientos ondulantes, y había veces en las que alguno se interponía en mi visión, pero estaba ya acostumbrada a soportar aquello, por lo que apenas le prestaba atención.
Alrededor del cuello llevaba una bufanda negra. Esta no era mía, y aún podía notar que conservaba algo de su olor, por lo que podía evocar su presencia, y una oleada de sentimientos confusos me invadía de nuevo al rememorar lo sucedido con él días atrás. Había intentado reorganizar todo lo que me transmitía, pero no llegaba a ninguna conclusión clara. A veces meditaba sobre lo que me ocurría por dentro, sin llegar a dejar que resultara una distracción para ver lo que sucedía a mi alrededor. A la vista de todos los demás no sería nada más que otra prenda, un poco de abrigo para resguardar mi garganta, nada en especial, al igual que la chaqueta de tonos morados y blancos o la camiseta de colores oscuros también.
No creo que nada llamara demasiado la atención en mí, la bandana propia de Iwagakure ahora estaba por debajo del hombro, con el símbolo de mi villa hacia el exterior. Como mucho podían destacar mis ojos, cuyas pupilas blanquecinas no parecían ser muy usuales.
Lejos de resultarme especiales, en mis cavilaciones al respecto a veces había llegado a pensar que incluso podía ser una gran carga, carga que nadie me preguntó nunca si quería llevar. Por un hecho tan simple como su color –bueno, la cosa iba más allá del color, ya que también podía hacer cosas que sin ellos no sería capaz de realizar- había supuesto la muerte de mi querido padre. Y él era mi mayor razón para seguir adelante y luchar por lo que él había dado su vida.
Así intentaba superarme, y cuando estaba cansada, cuando creía que las responsabilidades me vencerían o que la rutina acabaría conmigo, rememoraba su imagen, incluso algún momento a su lado, y eso me daba fuerzas suficientes para seguir adelante. Creo que incluso tenía que hacerlo más veces de las que admitiría, y hoy que parecía iba a ser un día como cualquier otro, suponía que me vería obligada a hacerlo antes de que el Sol cayera.

Pero algo pareció cambiar en este día. En los vacíos Páramos pude encontrar a 3 shinobis más. Los observé con cautela desde la distancia, y rápidamente activé mi byakugan para que no se me escapara ningún detalle. Debían separarnos unos veinticinco metros, pero podía verlos con bastante claridad. Dos de ellos, un chico y una chica, eran de mi villa, así lo decía su ropa. Mientras que otro era un completo desconocido para mí, y él mismo pareció derrotar del todo al chico de cabello castaño, que cayó al suelo inconsciente.
Después volvió a dirigirse a la joven de cabellos rosas, que me resultaba ligeramente familiar, aunque no ubicaba por qué. No sabía que pretendía hacer, pero estaba en posición de ataque, y me vi obligada a ir a preguntar y ayudar a la joven si era necesario.
Con paso uniforme me fui acercando, hasta quedar a unos siete metros de ambos, y desde aquella posición les examiné mejor. Recorrí con vista cautelosa al chico primero, y mis mejillas se sonrojaron al bajar por debajo de su cintura. Rápidamente, me forcé a levantar la mirada, sabiendo que aún no haciéndolo a propósito en cierto modo violaba su intimidad.
Carraspeé ligeramente, dirigiéndome a ambos algo avergonzada aún, pero intentando sonar lo más segura posible.
-Buenos días -saludo cordial a ambos, para después dirigirme solo a la ninja de mi villa - ¿Tienes problemas?

Y tras decir esto, adopté una pose defensiva, preparada para algún ataque por parte de alguno de ellos dos.

Atributos:

Acciones:

Gasto:

Acababa de salir del Coliseo, en el País de la Tierra, y, sin ningún objetivo en particular, anduvo tranquilamente, merodeando por los alrededores. Sin embargo, distraído, no se dio cuenta de que llegó a Los Páramos hasta que una vez allí, a lo lejos, pudo ver la silueta de varios shinobis, luchando. Movido por la curiosidad, se fue acercando poco a poco, hasta poder distinguirlos mejor. Uno de ellos parecía un Kugutser, o ninja experto en marionetas, y además había una joven, que no parecía tener nada en especial. Cerca pudo reconocer a uno de los peregrinos con los que antaño luchó y entrenó, y sonrió para si mismo. Sin embargo, no quería interrumpir la pelea que libraban aún, por lo que permaneció apartado y escondido, tras escalar sobre un árbol a unos 60 metros de allí.

La pelea fue breve. Como era de esperar, el peregrino, que pudo identificar como Hakuhei, le derrotó con relativa facilidad. El golpe de gracia fueron una serie de patadas directas al estómago, que lo dejaron sin respiración y posteriormente sin sentido. Sin embargo, parecía que la pelea no iba a acabar ahí. Tras dejarlo K.O, el vencedor se encaró con la otra shinobi, y mirándola le habló. Desde esa posición, Kadzuki no pudo oír con claridad lo que decían, pero parecía que iban a luchar ellos solos. El combate no iba a estar igualado, de eso no cabía duda, y Kadzuki se pensó si sumarse al mismo e intentar igualar las tornas. Sabía que el shinobi rival era fuerte, y veloz, pero ahora él había mejorado mucho, así que... ¿Porque no intentarlo?

Saltó con agilidad de la rama en la que se encontraba al suelo, y comenzó a caminar. Se encontraba a unos 40 metros ya cuando pudo ver como otra shinobi más se acercaba al lugar. Sin embargo, aún no podía verla con claridad. Poco a poco iba avanzando. Dejaría que la recién llegada entrase en primer lugar, para ver hacia que lado se decantaba la situación. Sin embargo, llegó y se quedó en el sitio, estática. Al parecer estaba hablando con ellos.

Kadzuki entonces volvió a recortar distancias. Aquel día llevaba el pelo suelto, como siempre, y un mechón le tapaba parte de un ojo, a pesar de lo cual ello no le molestaba. Se podía ver en el ojo mostrado, como tenía un tatuaje rojo, que representaba la cara de un lobo. Vestía su habitual ropa de combate: Una camiseta negra, sin manga alguna, unos guantes negros igual, que le llegaban hasta más arriba de los codos. En la espalda asomaban los mangos de tres espadas, una colgaba de la cintura y las otras dos en cruz tras de sí. Llevaba unos pantalones al igual negros, cómodos, atados con fuerza por un cinturón ancho del mismo color del cual colgaba la espada independiente, su Kouken.

Una vez a diez metros de ellos, alzó un brazo y habló para llamar la atención. Al fin y al cabo, pasase lo que pasase quería saber que iba a ocurrir allí, y quizá participar. Pudo ver como el peregrino adoptaba una posición ofensiva, al igual que la ninja más reciente adoptaba una defensiva. Aquello podría ser interesante.

-Buenas tardes a todos.

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