Aprendiendo nuevas técnicas

por **Lance Origami** Sáb Jun 23, 2012 9:08 am

Jutsus aprendidos:

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por **Lance Origami** Sáb Jun 23, 2012 9:09 am

Se trataba de un día cualquiera, tranquila y de lluvia intensa como acostumbraba a hacer en aquella zona, se trataba de una aldea olvidada del mundo shinobi o al menos, ignorada, esta era la Aldea Oculta de la Lluvia situada en el País de la lluvia, Amegakure no Sato, y como su nombre indicaba, en esta zona nunca paraba de llover y era algo muy incómodo para los visitantes o extranjeros de otras aldeas ya que no estaba acostumbrados a ella, pero para los aldeanos de la villa de la lluvia era algo normal y no les importaba en absoluto que estuviera lloviendo, siguiendo así con sus rutinas diarias. El viento soplaba levemente por aquella zona y era algo tranquilizador, la aldea de Ame, que se trataba de una aldea llena de avances tecnológicos, edificaciones grandes de tipo metálico que se encontraban construidas por toda la aldea y luces brillantes que de noche se podían observar hermosamente como en ninguna otra aldea. Justo entonces, me encontraba paseando por el centro de la aldea, mas o menos donde se encontraba mi vivienda, pero esta vez había venido de un entrenamiento en donde aumentaría mi control del chakra que claramente, había conseguido realizar con éxito. Esta vez mi objetivo era el de aprender dos nuevas técnicas de elemento Fuuton, mi elemento, pero ahora mismo solo me encontraba descansando por el esfuerzo anterior. Estando bajo la lluvia, mil cosas pasaron por mi cabeza, tanto malas como buenas, pero la lluvia calmaba mi ser y me tranquilizaba solo con notar las gotas de agua que caían desde las oscuras nubes posicionadas en el cielo que chocaban en mi rostro para deslizarse por el y terminar cayendo al suelo rompiéndose en pequeñas partículas convirtiéndose mas tarde en algún charco de agua. La pequeña brisa que soplaba por la zona movía mi característico cabello azul haciéndose notar la marca/tatuaje en mi ojo derecho, la cual poseía desde mi nacimiento y era también característico de mí además de mis ojos de color negro azabache que profundizaban aun más mi mirada. Los habitantes de la aldea, se quedaban mirando para mí cuando me miraban pasar, ya que mi estatura alta y mi comprensión musculosa además de mis marcas/tatuajes en mi rostro, o mejor dicho, en mi ojo derecho, eran destacables, ya que nadie poseía tales características y ya era algo reconocido en mi villa. Tras un tiempo descansando bajo la lluvia en un paseo que había realizado desde que salí de las cloacas de Ame, me decidí por volver al mismo lugar donde había estado con anterioridad estando seguro de mi mismo. En ese mismo instante vestía mi característica vestimenta que consistía en una camiseta azul oscuro de asas, una chaqueta negra y blanca de cuello alto que tendía a dejar abierta, unos guantes negros, pantalón corto a la altura de la pantorrilla, vendas envueltas alrededor de los tobillos y sandalias tradicionales shinobi. Cuando me propuse volver, la lluvia pareció aumentar un poco más, pero seguía como siempre. Mi protector ninja en el cual residía el símbolo de mi aldea, Amegakure, poseía algunas gotas de lluvia que resbalaban por el hasta caer definitivamente al suelo desde mi cabeza. Nada más adentrarme aun más en la aldea, conseguí llegar a las cloacas de mi aldea mediante atajos entre los grandes edificios metalizados que sabía de memoria y caminos que había realizado en varias ocasiones. Nada mas llegar a las cloacas, me adentré en ellas llegado hasta mi destino, el Templo del Amekage, donde ya había entrenado en repetidas ocasiones y que pocos ninjas conocía el sitio ya que preferían no arriesgarse a entrar por miedo a algo o a alguien. Tras haber superado mis limitaciones con anterioridad, ahora solo me faltaba aprender dos nuevas técnicas de mi elemento, el Fuuton. El entrenamiento me haría falta para pasar el examen a chunnin sin dificultad, ya que aun me faltaban cosas por saber y por experimentar. Nada mas entrar al templo, me coloqué nuevamente en el medio de la estancia, la cual era un poco húmeda con alguna que otra gotera en el techo. Los únicos animales que residían por allí, eran simples roedores como ratones o ratas que caminaban por las cloacas de Amegakure. Encontrándome serio y sin mediar palabra alguna, me empecé a concentrar en la primera técnica que aprendería en un día como aquel, recordando los precisos pasos que debía llevar con exactitud, aunque siempre lo conseguía hacer a mi manera. Justo entonces, empecé creando un sello con ambas manos moldeando mi chakra a mi propio gusto, empezando al fin mi entrenamiento. Justo en ese preciso instante, una ráfaga de aire empezó a crecer bajo mis pies, cuanto mas me concentraba, mas concentrada era la ráfaga de viento hasta llegar a un punto en el que se creó un pequeño torbellino bajo cada uno de mis pies después de un total de cuatro intentos sin conseguir nada. Tras haber creado aquellos pequeños torbellinos de viento bajo mis pies, empecé a levantarme levitando gracias a ellos con la intención de controlar mi equilibrio practicando un poco, pero al llegar a una altura de cinco metros aproximadamente, me desestabilicé y la técnica se descontroló provocando que saliera volando chocando contra el techo y cayendo sobre el suelo segundos mas tardes tras un quejido de dolor por el golpe. Me reincorporé con algo de dolor en mi cuerpo, pero me sacudí el polvo tras la caída volviendo a estar de pie, volviéndolo a intentar de nuevo de la misma forma, pero esta vez, con verdadero éxito, consiguiendo permanecer levitando mas tiempo y sin perder el control, simplemente con total tranquilidad logrando así uno de mis nuevos jutsus tipo Fuuton, viento. Ahora solo quedaba aprender un jutsu mas antes de mi examen a chunnin el cual ya estaba encima de mi, y no quedaba tiempo para quedarme de brazos cruzados, con lo que, colocándome nuevamente en posición tras haber conseguido una de las técnicas, volviendo a crear un sello con ambas manos sin mediar palabra alguna, simplemente expresando como me siento mediante las expresiones de mi rostro. Tras concentrarme nuevamente y recordar el procedimiento de la otra técnica, pronto me puse en acción inclinando mí espada hacia delante en tono de concentración y de esfuerzo en conseguir mi propósito, pero al principio como casi siempre, no conseguí hacer nada de nada. Pero esta vez, resonó un estruendo por aquella zona, parecía haberse roto una tubería por culpa de algo, pero pronto la repondrían como siempre. Aquel ocurrido con la tubería me había despistado de mis propósitos, con lo que volví en si y volví a empezar desde el principio pero a mi manera, tal y como siempre hacía. No obtuve resultado, y empezaba a tener problemas para intentarlo una vez mas, pero siempre recordaba una frase de mi maestro; “Si fracasas en el examen, no servirás para nada en la Villa Oculta de la Lluvia”. Nada mas recordar aquellas palabras de mi Amekage-Sama, a pesar de que fueron duras, pero estas palabras me dieron las ganas que necesitaba de seguir adelante sin rendirme en ese preciso momento, volviéndolo a intentar las veces que hiciera falta hasta conseguirlo, justo entonces, la tubería liberó vapor de agua que circulaba por ella inundando la zona de una espesa neblina que no dejaba ver nada mientras cortaron desde la villa esa zona de la tubería, pero la neblina ya había sido esparcida por donde yo me encontraba dificultándome la visión hasta no saber donde estaba. Justo entonces, mi enojo por la desconcentración que aquello me producía, cree el sello con ambas manos de la técnica que intentaba realizar y de mi cuerpo liberé una onda de viento que disipó aquella niebla de vapor de agua la cual dificultaba la visión incluso de cerca ya que era demasiado espesa. Observando la zona ya despejada, me sentí algo cansado, pero tras pensarlo un rato descubrí que había realizado la técnica con éxito gracias a mis emociones que salieron sin que yo mismo pensara. Una sonrisa se mostró en mi rostro tras haberlo logrado, y tras aquello por fin pude retirarme a descansar ya que se estaba haciendo demasiado tarde y tendría que madrugar para asistir al examen de ascenso a chunnin, con lo cual, salí de las cloacas de Ame por donde había entrado para dirigirme a mi vivienda donde me echaría a dormir, desapareciendo entre las grandes edificaciones de la Aldea Oculta de la Lluvia y sus estrechos caminos además de sus callejones donde podías ocultarte con facilidad. En la aldea había una cosa que nunca cambió, la lluvia, la cual caía eternamente sobre Amegakure, pero para mi, esa lluvia era relajante.

por **Hoshigaki Shirosame** Dom Jun 24, 2012 12:38 pm

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