Mi primera habilidad

por **Akimoto Inuzuka** Sáb Jun 30, 2012 11:08 pm

No podía ser mejor día para levantarse y entrenar como es debido, me esperaba un gran y largo día junto a mi fiel compañero el cual seguro que me ayudaría en mi cometido de ser un gran y reconocido shinobi. Nuevamente me hice el remolón pero no por placer si no por sueño, una pesadilla un tanto grotesca se hizo presente en mi fase de descanso rem y me despertó en mitad de una noche sumido en una oscuridad absoluta. Aquel sueño me mostraba una terrible imagen de cómo uno a uno los componentes de mi clan caían a manos de shinobis de rango superior y yo no podía hacer nada para ayudarles. Ese sueño me indujo a entrenar como si no hubiera mañana así que, tras una pelea con las sábanas, decidí levantarme de la cama con un salto enérgico despertando a Kotaro el cual se levantaba un tanto distraído y con los ojos entre cerrados por la luz que entraba por la ventana.

En dirección a la cocina atisbé a mi madre cocinando el desayuno que posteriormente yo me iba a comer así que decidí no perder mucho tiempo esperando y me volví a la habitación para vestirme y eso que me quito de encima. Ya vestido la voz de mi madre resaltó por la casa indicando que ya estaba todo listo para desayunar en aquella mesa de la cocina. Mientras yo comía, Kotaro y el perro de mi padre hacía lo mismo, se llevaban muy bien desde que se conocieron incluso a veces trabajan en equipo para conseguir un objetivo común, eso era algo que mucha gente debía aprender a hacer. Durante el desayuno mi padre me reveló la teoría de cómo caminar por las paredes, a mí eso me asombraba desde que era un simple crío, vero como correteaban por donde querían era todo un espectáculo para mí y ahora voy a poder ser capaz de hacer lo mismo que ellos. También me dijo cual era el lugar perfecto para entrenarlo que es donde me costaría menos esfuerzo que es en las cloacas de la villa, en ese instante flipé y mis ojos se abrieron como platos, pero me relajé en el momento en que me dijo que existía una sala perfecta para entrenamientos que incluso el mismísimo Amekage utilizaba y a veces sigue utilizando, así que me dio las indicaciones para llegar allí y al terminar de dármelas le hice a Kotaro una seña con la cabeza para decirle que nos íbamos y él me siguió a la primera, es muy obediente conmigo.

Recogimos los objetos necesarios y nos fuimos en dirección a aquel lugar bajo una fina lluvia en la que no merecía ni ponerse la capucha ya que el Sol brillaba con intensidad y daba calor. Creía haberme perdido pero vi como una especie de señal gracias a la cual me pudo encaminar de nuevo y llegar de una manera más fácil a aquellas cloacas. Olía raro allí abajo y el color verdoso acompañaba muy bien a ese hedor inmundo que salía de aquellas aguas, pero era soportable, lo único es que tuve que meter a Kotaro en la capucha ya que su olfato es más intenso que el mío y ese olor le molestaba, cargar con él a cuestas no era problema pesaba poco. Estábamos llegando y se notaba ya que el olor disminuía y pude sacar a mi fiel perro de la capucha, otra cosa por la cual se notaba que estábamos llegando era porque el agua iba desapareciendo y porque se plantó ante mí una puerta que tras empujar con esfuerzo me dio paso a aquella sala.

En la sala, grande y bien construida, se notaba a la perfección una cantidad de entrenamientos hecho allí ya que en las paredes había muescas que lo hacían notar, esas marcas son símbolos de progreso hacia un futuro más prometedor en el que ese ninja se hace más fuerte. Me acerque y rozaba las paredes y tocaba las muescas como si estuvieran hechas por alguien que hubiera entrado allí en combate. No pude reprimirme las ganas de empezar a entrenar cuanto antes así que me puse a controlar el chakra como si en ello me fuera la vida pero el ansia me pudo y el primer intento quedó en un posterior chichón en mi cabeza, debía tener cuidado o me pasaría algo peor. Me senté a reflexionar y saqué un papel con las indicaciones de mi padre de cómo lograr adquirir esa habilidad, el dibujo lo mostraba claro: el flujo de chakra debe alojarse una parte en los pies, la suficiente como para mantenerme pegado a la pared sin riesgo de caerme y matarme.

Me puse en pie, inspiré y una parte de mi chakra la alojé en los pies caminé hacia la pared con el chakra ahí mantenido y puse un pie en ella, noté como se agarraba y raudo puso el otro, me sostenía en la pared, bien bien voy bien quizás lo consiga, caminé un rato pero al tercer paso se me detuvo el flujo de chakra y caí sobre mi culo. Dolorido miré como Kotaro se estaba riendo o eso me parecía a mí y me cabreé de tal manera por su culpa que me propuse sacar la habilidad sólo para demostrarle a ese perro que podía hacerlo bien. Allá vamos de nuevo, esta vez caminaba más rápido y me pegué a la pared más raudo que antes, estuvo un rato caminando sin problemas pero otra vez el flujo estuvo a punto de jugarme otra mala pasada pero no estaba dispuesto a ello así que hice un esfuerzo y me quedé pegado sobre una pierna la cual aguantaba todo mi peso, menos mal que eran fuertes que si no iba a tener algún que otro problema si me caía de nuevo y Kotaro volvía a reírse de mí. Ahí estaba yo colgado de una pierna al borde de una ridícula caída frente a mí perro el cual se reiría de mí si la pifiaba, pero tras concentrarme pude recuperar el equilibrio y poner el pie que colgaba en al aire de nuevo en la pared. Era una alegría ver cómo era capaz de realizar esa hazaña mía ya podía hacerlo por fin, a penas me costaba esfuerzo andar por aquella pared vertical, me sentía orgulloso de mí mismo.

Bajé de la pared caminando con aires de grandeza al tiempo que miraba a Kotaro y le sacaba la lengua burlándome de él por que yo lo había conseguido, pero Kotaro no cambiaba el gesto es más puso cara de asombro y desafía, un poco de mezcla raro esa cara, si es muy expresivo mi perro en cuanto a expresión facial se requiere el asunto. Se levantó del suelo donde estaba tumbado viéndome entrenar como un loco y se acercó presumido y dándose importancia a la pared, puso una pata, otra, otra y otra yo me quedé de piedra ante la habilidad de Kotaro que con sólo haberme visto entrenar era capaz de realizar las mismas acciones que yo, era un dato a recordar, debía estar presente en todos mis entrenamientos así él también aprendería cosas más rápido y sería más fuerte.

Volvimos a casa echando una de nuestras carreras por las calles de amegakure pero esta vez el free style de andar por las paredes estaba permitido para nosotros y eso nos daba adrenalina y emoción a partes iguales. Sentir la libertad de correr por donde me plazca es una de las mejores cosas que me ha podido pasar a lo largo de mi corta pero intensa vida, ahora pocos obstáculos inertes, o ninguno, iban a ser capaz de parar mi carrera hacia ser un shinobi reconocido tanto dentro de mi villa como fuera de ella, pero queda un largo camino por recorrer, con encuentros y desafíos, y he de tener paciencia para saber cuándo y cómo actuar ante la adversidades que están por venir y también he de saber que siempre estará a mi lado mi fiel compañero Kotaro para ayudarme en todos mis propósitos, hacerlos más fáciles de lo que son.

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por **Kirugani** Sáb Jun 30, 2012 11:45 pm

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