Entrenamiento de Linus.

Información del entrenamiento:

Tras haber perdido dos combates de dos que había tenido decidió comenzar a entrenar duro, pues no era normal que fuera a pelear sin entrenar todas sus habilidades, tras salir del hospital decidió decirle a sus padres que se iría unos días de casa, pues debía entrenar. El mejor momento para decirlo era, sin duda, a la salida del hospital, pues en ese momento sus padres estaría alegres y él podría aprovechar eso, aun sabiendo que a su madre le dolería su marcha, no podía evitar.
Tras dos días en el hospital que se le hicieron eternos, llegó la hora de irse, con lo que recogió sus cosas, que no eran muchas y le cabrían en una pequeña bolsa que su padre le había traído.
Al guardar todas sus cosas salió acompañado de sus padres, y a la puerta del hospital se paró, esperando a que sus padres hicieran lo mismo. Llevaba varios días ensayando lo que les diría y por eso ya lo tenía bastante claro. Lo peor era ver la cara de sus padres, tan felices. Eso le fastidiaba, pues no era lo que él quería, si no lo que debía hacer. Además se había prometido que el próximo combate lo ganaría y por eso debía entrenar. Al darse cuenta sus padres de que él ya no estaba a su lado, ambos se giraron y me miraron extrañados.
Mirando al suelo, tragué saliva y les dije
-Padre, madre, debo irme unas semanas a entrenar, solo, al bosque. No os preocupéis, estaré bien y llevaré provisiones de sobra.
Al decir esto, levantó la vista y vio como sus padres, estupefactos asentían, como queriéndole indicar que estaban de acuerdo en su decisión, algo que extrañó mucho a Kenko. De un salto les abrazó, haciéndoles caer a los tres al suelo, con lo que Linus pensó *Menos mal que no ha venido mi hermanita, si no la habríamos aplastado*
Al ver que sus padres se estaban intentando levantar y que no podían debido a que Linus estaba encima suya. Linus se levantó de un salto y, excusándose con sus padres, salió corriendo hacia su casa, cruzándose con la gente y a veces chocándose con personas mayores, lo que le hacía trastabillar y llevarse una buena reprimenda. Al llegar a su casa abrió el armario que había en su habitación y sacando una mochila que guardaba debajo de su cama, metió toda la ropa que tenía, pues su ropa normal se componía mayoritariamente de una vestimenta para entrenar, y unas camisetas normales.
Tras meter toda la ropa posible, fue a la despensa, donde cogió todas las provisiones necesarias para aguantar durante al menos una semana. Sin embargo no le preocupaba demasiado la comida, pues donde iba nunca le faltaría ya que podría construirse una lanza con un palo o algo similar.
Al terminar de coger todas esas cosas cogió un trozo de papel de una de sus revistas de manga y anime y escribió en ella unas palabras de agradecimiento a sus padres, se fue a la habitación de su hermana y la besó en la frente. Salió corriendo de la casa, dejando antes, pegada a la puerta de la entrada, la nota que les había escrito a sus padres, corrió y corrió hasta llegar a las montañas las cuales no distaban más de cinco kilómetros de su casa por lo que no se cansó demasiado. Al comenzar el ascenso por las montañas, todavía corriendo, comenzó a notarse los efectos de tanto combate seguido, pues se dio cuenta que no aguantaba lo mismo de antes. Pensó que era normal y no le dio importante. Siguió ascendiendo hasta llegar a la parte más alta de la montaña, donde podría entrenar tranquilamente ya que allí no solía subir mucha gente. Al decidir la zona donde establecería su campamento subió a un árbol alto, escalándolo, lo cual le cansó más de lo que ya estaba. Al estar arriba decidió que ese era el mejor sitio para quedarse, pues supuso que allí no le podría atacar ninguna bestia por la noche. Bajó de nuevo y cogió su mochila, colgándosela a la espalda y volvió a subir, esta vez con más esfuerzo, debido al mayor peso que transportaba. Al llegar arriba de nuevo se sentó en la rama que hasta dentro de unos días sería su ‘’hogar’’.
Colocó sus cosas ordenadamente y se echó a dormir, algo que no le costó demasiado pues llevaba mucho tiempo descansando mal.
Tras una noche durmiendo plácidamente, Linus despertó al alba, incomodado por el sol, que le golpeaba directamente en la cara. Al despertarse, somnoliento, como todas la mañanas, tomó un breve desayuno, que consistía en un bol de arroz frio, ya que allí solo lo podría calentar usando algún jutsu, y prefería gastar la energía y el chakra en el entrenamiento. Tras desayunar ese escueto desayuno, bajó del árbol de un salto y se preparó para comenzar su entrenamiento. La velocidad era su objetivo, pues muchos de sus combates los había perdido por culpa de no haberla entrenado. Bajó un poco la montaña, hasta encontrarse un claro lo suficientemente grande como para poder entrenar. Lo encontró a no más de dos kilómetros de su árbol-casa.
Tras mucho meditar cuales serían sus ejercicios de entrenamiento, se decidió por hacer una carrera de obstáculos por todo el bosque, supuso que no tardaría demasiado, pues el primer día no pretendía forzar mucho.
Se situó en el borde del claro y se puso en posición de carrera. Tras prepararse mentalmente pegó un salto y se subió a la rama del árbol más cercano y comenzó a correr, las ramas estaban distanciadas más o menos por dos metros, por lo que le era difícil ir todo lo rápido que podía. Se fatigó bastante al empezar y eso le molestó, pues su condición física debía ser mejor. Lo que no sabía Linus es que era normal, pues los numerosos combates le habían cansado hasta el extremo.
Mientras corría, de vez en cuando se encontraba con una rama algo más alta de lo normal y debía forzar algo más. Saltaba de rama en rama, todo lo rápido que podía, además de vez en cuando una rama mal colocada le hacía trastabillar y eso le molestaba bastante y de vez en cuando le hacía parar y esperar unos instantes hasta calmarse lo suficiente como para poder continuar. Tras alcanzar otro claro se dio cuenta de que ya anochecía, por lo que decidió volver de nuevo a su árbol-casa. Tras volver al claro desde donde había salido, la noche ya había caído sobre su cabeza, por eso decidió volver corriendo, así su entrenamiento sería ‘’más’’ completo, pues sería más largo.
Tras recorrer la mitad del camino, un animal se cruzó en su camino. Linus no sabia que tipo de animal era, por lo que decidió acelerar el ritmo ligeramente, pues no deseaba luchar pues ya estaba lo suficientemente cansado como para continuar. Al llegar a su casa-árbol, se tumbó en la rama, cogió un gran trozo de pan, se lo comió y durmió hasta despuntar el alba. Ese día su entrenamiento sería el mismo, y hasta que su velocidad no hubiera incrementado, él no pararía.
Los siguientes días fueron igual, por lo que su entrenamiento duró más o menos una semana. Tras acabar su entrenamiento de velocidad, decidió aprender el jutsu que tantos problemas la había causado, el Kage Buyou. Esta técnica, añadida además con sus nuevas características de velocidad adquiridas gracias al duro entrenamiento le permitirían ganar algún que otro combate. Últimamente solo ganaba a las chapas, pues de dos combates que tenía había perdido ambos, y eso le impedía cumplir su sueño, pues sabía que si continuaba así le acabarían matando.
Su entrenamiento consistiría en practicar todas las veces que pudiera la técnica, cosa que no sería fácil pues esa técnica era muy costosa, no solo en chakra, sino también en cansancio físico, este era tal que esta técnica solo se podía hacer dos veces por combate.
Volvió al mismo claro donde había estado entrenando durante toda la semana y puso en fila tres tocones de madera que había recogido por el camino. Llevaba un solo kunai, pero supuso que le bastaría para todo el entrenamiento, pues estas armas ninja eran bastante resistentes según le habían informado en la escuela ninja. Tras disponerse delante del primer tocón, a unos diez metros, inició una breve carrera, de cinco metros, entonces hizo un sello con ambas manos y apareció a unos metros a la izquierda del tocón objetivo. Normal, supuso, pues era la primera vez que lo intentaba. Mientras seguía intentándolo, su nivel de chakra y de cansancio iba en aumento, por lo que solo pudo hacer esa técnica dos veces más antes de caer exhausto al suelo. Guardaba las suficientes energías como para, gracias a la ayuda del palo de su espalda, llegar hasta su casa-árbol y subir arriba, donde calló rendido en su rama. Durmió durante el resto del día y toda la noche, reponiendo de nuevo todas sus energías. Al despertarse se fijó en que le dolía todo el cuerpo y casi no podía ni caminar, por lo que decidió esperar unas horas y, luego, ir a buscar algo de comida al bosque, pues estaba bastante escaso de recursos.
Tras pasar al menos dos horas tumbado en su rama, observando como iba cambiando el cielo lentamente, decidió levantarse. El dolor había disminuido y ahora al menos podía caminar. Comenzó a adentrarse en el bosque en busca de algún que otro roedor o animal algo más grande. Mientras buscaba iba pensando como mejorar su técnica, de vez en cuando se le ocurría alguna idea útil, pero la mayoría eran inviables pues no poseía las características adecuadas para llevarla a cabo.
Pasadas unas pocas horas, un zorro pasó delante suya, y se le quedó mirando, como iba cazando, llevaba el kunai en la mano, se lo lanzó a la cabeza, pero los rápidos reflejos del zorro, el kunai no dio en el objetivo, sin embargo, sí que se clavo en su costado, atravesándolo casi por completo. Mal herido el zorro se postró en el suelo Linus, que quería evitar que sufriera, lo cogió entre sus manos y, agarrándolo del cuello, hizo un rápido movimiento, rompiéndoselo y matándolo en el instante. Linus no se dio cuenta, pero era la primera vez que mataba.
Con el zorro a la espalda, y contento con su descubrimiento, Linus se dio cuenta de algo, la única manera de conseguir realizar esa técnica era concentrarse en su destino, y no hacerlo al tuntún, como él había hecho. Su entrenamiento casi había acabado, por lo que volvió corriendo a su casa-árbol y lo recogió todo, colgándose la mochila a la espalda bajó al claro donde siempre entrenaba y, allí, dejando la mochila y los bultos que portaba en un rincón, volvió a intentar de nuevo la técnica, esta vez sí que lo consiguió, dándole con el kunai justo en el centro de la parte superior del tocón. Contento, recogió todas sus cosas y bajó corriendo de nuevo a Iwa, a ver a sus padres.

Revisado. A la próxima pon la técnica a aprender entera o no se te revisará.