Entrenamiento de Linus (II)

Inforción entrenamiento:

Tras volver del entrenamiento que había realizado en las montañas, Linus no estaba demasiado contento con sus resultados, pues los combates que había realizado no habían ido bien y, además, sus padres no querían que continuara siendo un ninja.
Tras numerosas peleas con sus padres, Linus decidió irse por unos días, de nuevo a entrenar. Recogió todas sus cosas rápidamente y se despidió de sus padres con una breve nota, la cual explicaba donde iba y para que se iba, además de una breve explicación de por qué se iba, que no era más que para distanciarse un poco, entrenar y poder pensar en sus cosas con calma, pues el entrenamiento le ayudaba mucho a ello.
Tras salir de casa corrió de nuevo hacia las montañas, donde comenzaría su entrenamiento. Por el camino se encontró a numerosos conocidos, con los que se paró a charlar y también les explicó donde iba a estar. Tras un buen rato de charlas, Linus consiguió adentrarse en las montañas. Tras ascender unos doscientos metros de altitud, decidió pararse a descansar y a reponer fuerzas con sendos boles de arroz, pues no solo se comería uno, pensó Linus. Toda esa comida se la había cogido a su madre, junto a un carrete de hilo de coser, pues lo necesitaría para su entrenamiento. Tras comer un poco y reponer fuerzas, Linus decidió echarse un sueñecito a la sombra de un árbol, pues el calor era tal que por las noches no podía conciliar demasiado bien el sueño además, sus padres ya no le dejaban dormir fuera, en el jardín, pues no les parecía oportuno que un shinobi de Iwa durmiera sin ningún techo que le guareciese.
Tras el breve sueño que duró más o menos una hora, Linus se puso sus pertenencias a los hombros y continuó su ascenso.
Tras unas horas más de ascenso, Linus decidió que era hora de buscar un lugar donde dormir. La última vez tardó menos en llegar a su destino, pero esta vez se lo tomaba con más calma, pues su entrenamiento era más unas vacaciones que un entrenamiento, aun así Linus no se olvidaba de a que habían venido, pues ese era su principal cometido, además de un pequeño reto que le ayudaría a pasar las horas antes de la vuelta al hogar.
Tras encontrar un árbol con ramas lo suficientemente robustas y fuertes como para aguantar su peso, se subió a él y puso sus cosas en otra rama, lo suficientemente aseguradas como para evitar que un golpe de viento las dejara caer.
Tras una noche muy apacible, Linus despertó más cansado de lo habitual, además de un poco dolorido, pues la otra vez las ramas eran más anchas y tenía mayor comodidad.
Tras desayunar algo flojo, Linus se puso de nuevo sus pertenencias al hombro y continuó el ascenso. Esta vez no fue tan directo como la última, pues quería ver como eran las montañas que rodeaban igual.
Tras un rato caminando, Linus escuchó el sonido del agua, realmente estaba sediento pues no había traído suficiente agua ni para un día. Solo unos metros después Linus encontró el arroyo y se agachó a beber. Tras echar numerosos tragos, Linus se reincorporó y reanudó su marcha, no sin antes utilizar el agua como espejo para ver su reflejo.
-Lamentable-Susurró con una media sonrisa. Realmente su aspecto no estaba tan mal, bien es verdad que parecía que un peine no había pasado por su pelo en años, y ,debido a la caminata, un reguero de sudor le cubría la mayor parte de la cara y de la camiseta, que parecía que se había caído en el arroyo.
Tras varias horas más de caminata, donde pudo observar algunos animales de la zona, encontró lo que venía buscando, el claro donde había entrenado la última vez. Seguía como cuando lo dejó, lo que era lógico pues no habían pasado ni una semana desde su marcha.
Montó un pequeño campamento en las lindes del claro. La tarde ya empezaba a dar paso a la noche y la visibilidad disminuía notablemente, por lo que Linus decidió tomarse otros dos boles de arroz, acompañados con un gran cacho de pan. Supuso que sus padres ya se habrían calmado, por lo que a los dos días, o incluso al día siguiente al atardecer, pero eso no era lo importante, lo importante era el entrenamiento de mañana. Supuso que no tardaría demasiado en dominar la técnica pues no parecía demasiado complicada, por lo que se fue a dormir algo más tarde. Mientras se entretenía mirando las estrellas Linus pensaba en lo que había luchado para ser shinobi, y también pensaba en la chica que le gustaba, una chica normal. Se decía que era fuerte, y una gran shinobi, pero eso Linus no lo sabía pues la había visto en contadas ocasiones, tumbado como estaba el sueño fue dominándole lentamente y al poco rato quedó profundamente dormido.
Tras una noche sin ninguna eventualidad, Linus despertó muy animado, pues hoy iba a entrenar. Eran las 6 de la mañana y estaba amaneciendo, por lo que en el bosque reinaba un inquietante silencio. Linus cogió el hilo de su madre y se puso manos a la obra. El jutsu no gastaba demasiado chakra por lo que no le supo casi ningún esfuerzo. Tras numerosos intentos fallidos, Linus decidió descansar cinco minutos. Durante esos cinco minutos Linus se levantó y estiró las piernas. Pasados esos cinco minutos Linus volvió a intentarlo, solo un par de intentos después Linus consiguió que el hilo se moviera a placer, lo que le resultó muy gratificante. Lo intentó dos veces más antes de decidir que ya lo había dominado.
Linus se levantó rápido y recogió sus cosas, tras recoger y comprobar que no se había dejado nada Linus salió corriendo en directamente a su casa, sin pararse ni un momento.

Revised.