Equipo Garra

Los aspirantes a chunnins, gennis de distintas edades y niveles, pertenecientes a diversas villas y cuyas historias se encontraban en un mismo punto en común: el país de la nieve. Ese era el lugar elegido para celebrar la tercera entrega del examen. Ya no había tiempo para echarse atrás, debían haberse preparado lo suficiente como para poder superar las pruebas que se les plantearían con éxito. Aquellas consistían en dos iniciales, como ya se les informó, y en la segunda tendrían que tomar una decisión para poder continuar adelante.
Los grupos habían sido dichos, era irrelevante con quien te hubiera tocado, pues tenían que trabajar con sus compañeros para ser beneficiosos en todo el equipo. La mayoría no se conocerían, quizás un leve vistazo analítico dentro de la carpa que habían compartido en su entrada les ayudaba a percatarse de quiénes eran aquellos que nombraron junto a sus nombres.
El enorme edificio en forma de carpa que había sido elegido como recinto del evento tenía más capacidad de la que fue ocupada, por dentro se mantenía una temperatura moderada, distinta a la habida en el exterior. Les llevaron a una sala de unos 100 metros de un extremo a otro, con monitores de forma circular en el centro. Permanecieron atentos mientras el Examinador Dorkun explicaba las cosas con detalle para que no hubiera errores. Debían conseguir puntos, debían terminar con tres y para ello tenían que pasar las pruebas con éxito. Por si fuera poco, tendrían que conservar un objeto. Los cuatro equipos tenían el mismo, era una bola de cristal con diminutos copos de nieve y un símbolo que ellos no podrían identificar en su interior. En el caso de que no consiguieran alguno de los puntos, dos opciones serían las que tendrían.

-La primera consistía en romper el objeto de un equipo enemigo.
-La segunda no era otra que aceptar y superar la prueba de la tercera sala.

Tras ello fueron dados los equipos: Impacto, Sombra, Defensa y Garra. Cada uno minuciosamente seleccionado para alcanzar un correcto equilibrio.

Nos centraríamos en el equipo Garra, cuyo líder era un tan Kentaro del clan Hoshigaki y había venido desde el imperio de Kirigakure para hacer su aparición. Los demás shinobis eran: Luffy Sabaku, quien venía de Sunagakure al igual que Doragon Hiryu; y como cuarto miembro estaba un Tipo de Incógnito, cuyo único dato que se conocía era que se centraba en el arte del Kugutser.
Cuando todo estuvo aclarado y los grupos decididos, los chicos deberían haber comenzado a caminar para coger su Objeto, del cual dependería su aprobado en el examen. Se habían mostrado las escaleras que les llevarían a la primera sala, la primera prueba. Sobre estas, un cartel indicaba el nombre del equipo.

Equipo Garra, había sido bien marcado, y era la más indicada hacia la izquierda. Debían olvidarse de las demás y centrarse en esa. Después de bajar las estrechas y oscuras escaleras, con las luces alumbrando cada veinte metros, podrían dar el examen por comenzado, si es que sus mentes aún no se encontraban alertas. Cuando aquel recorrido finalizó, desembocarían en un espacio cerrado. Al haber dado unos pasos hacia delante todos los miembros las escaleras desaparecerían, haciendo imposible el salir de aquel lugar.
Se encontraban en una cueva de unos 10 metros de ancho, cuyo final aún no se podía ver, pero en un principio había un único camino cuyo fin tapaba la oscuridad. Las luces artificiales se habían acabado, y solo dispondrían de la extraña claridad azulada que entraba por los huecos que había en las paredes y techo, seguramente causado por la erosión de varios años. Aunque las paredes estaban recubiertas de una ligera escarcha, el alto techo de unos 20 metros del suelo hasta su punto más alto quedaba tapado por columnas de hielo que refractaban los pequeños rayos en su perfecta transparencia. Las más largas perfectamente alcanzaban los 10 metros, incluso en los puntos más desigualados, pues no era un terreno perfecto, llegaban a tocar el suelo y formar una especie de telaraña helada. El suelo era de roca dura, habiendo una pronunciación hacia la derecha que elevaba el terreno unos 4 metros. Allí era donde la mayoría de las estalagmitas de hielo chocaban con el suelo formando extraños pasadizos y posibles escondites. A pesar de ello el avanzar no les debería suponer ningún problema, estaba claro que debían continuar hacia delante y comprobar los peligros que les acechaban. A la izquierda no se formaban los mismos laberintos helados, sino que una depresión lo hundía y apartaba del suelo. Un suelo diferente al resto, pues era una capa helada, que a simple vista no se podría distinguir su grosor. El camino que tenían sin principales complicaciones no era totalmente liso, sin embargo las cuestas eran pequeñas y no les impedirían avanzar. Pero no contentos con el extraño aura del lugar, se escuchaba un lamento que podría ponerles los pelos de punta o enternecerles el corazón. Era un sollozo parecido a un niño cuando se cae al suelo y no tiene a nadie que le cure las heridas, la estructura hacía que retumbara para escucharse en toda la cueva, no parecía que fuera a callarse. En su mano estaba descubrir a qué pertenecía. La cueva se haría algo más estrecha a medida que avanzaran, y los salientes de hielo que se hundían y perdían entre techo, paredes, y suelo, les impedirían ver lo que les aguardaban.
Bienvenidos fueran a un infierno helado.

Llegué allí, parecía ser uno de los últimos, pues nada más llegar, una especie de televisor gigante, apareció en aquel recinto. En el se reflejaba un examinador, o eso fue lo que me dio a entender. Este nos explicó las normas básicas del examen y como poder aprobarlo sin problemas. Consistía en pasar un par de pruebas, que cada prueba valdría un punto; el tercer punto se conseguía llevando a salvo una esfera de cristal, que en su interior habitaba un símbolo que no sabía lo que era, no parecía una letra. Si esta se te rompiese durante las pruebas, podrías intentar aprobar el examen rompiendo otra esfera de un equipo contrario o aceptando una tercera prueba. Seguido de esto, la pantalla empezó a parpadear, saliendo de ese parpadeo un listado con los equipos. Había cuatro equipos: Equipo Impacto, Equipo Sombra, Equipo Defensa y por último el Equipo Garra que era en el que me encontraba yo. En él había unos ninjas que no había visto jamás por lo que no conocía a ninguno. Por lo visto uno de ellos era de mi villa por lo que era con el que ante debería entablar amistad. Nuestro líder de grupo se llamaba Kentaro, que sería el encargado de llevar la esfera de cristal. Los equipos estaban proporcionados según las habilidades de los gennins, por lo que mi equipo me resultó bastante satisfactorio.

Una vez acabada la emisión del televisor, los equipos nos juntamos, caminando hacia nuestras respectivas puertas de salido. La nuestra era una de la esquina, exactamente la más apartada hacia la izquierda de las demás. Nos introducimos en ella por una serie de peldaños que descendían levemente. Nada más caminar todo el equipo varios pasos hacia delaten, la puerta se cerró a nuestras espaldas, impidiéndonos salir de aquel lugar. Aquel lugar, era una especie de pasadizo subterráneo, más bien una cueva. La luz empezaba a escasear por lo que decidí presentarme diciendo:

-Hola, parece que nos ha tocado juntos. Me llamo Luffy y vengo de Sunagakure no Sato, mi especialidad es manejar a mi gusto la arena que tengo en mi calabaza. Espero servir de ayuda y compenetrarnos todos para poder sobrevivir y pasar este examen sin problemas-. Tras decir esto extendí mi mano saludando a todos mis nuevos compañeros.

Yo estaba bastante confiado de mi mismo y más aún de mis compañeros. Estos parecían suficientemente fuertes como para superar mis habilidades, pero yo iba a hacer lo mejor que se me diera, pues debería aprobar este examen.

De repente se escuchó unos gritos de lamento, o más bien de dolor. Procedían del interior de la cueva en la que nos encontrábamos y parecían ser de un pequeño niño. Los sollozos de aquel personaje al que todavía no habíamos visto, retumbaban por todas las paredes de la cueva, irritándome un poco los oídos.

-Parece que debemos continuar y acabar con esto cuanto antes.

Entre en la gran sala en la que darian la informacion de los examenes Chunin y conoceria a las personas de mi equipo,ya habia superado esto una vez y esperaba hacerlo una segunda.Simplemente me habia presentado para ponerme a prueba.Cuando llegue ya estaban explicando el examen y me entere de casi todo lo que decia el examinador.Consistiria en conseguir 3 puntos en diversas pruebas,los conceptos estaban claros,ahora faltaba la ejecucion.Unas puertas gigantes se abrieron delante de mis compañeros y yo,descendimos unos peldaños atravesando la puerta y se cerro detras nuestra.Mire a mis compañeros con una media sonrisa y gire la cabeza mirando alrededor.Estabamos en una cueva bastante oscura,lo unico que se podia apreciar era el paisaje helado de ese lugar.

Uno de los miembros del equipo,el Sabaku al que distingi por la calabaza en la espalda,decidio presentarse con unas palabras.

-Hola, parece que nos ha tocado juntos. Me llamo Luffy y vengo de Sunagakure no Sato, mi especialidad es manejar a mi gusto la arena que tengo en mi calabaza. Espero servir de ayuda y compenetrarnos todos para poder sobrevivir y pasar este examen sin problemas-

El chico parecia muy optimista,yo esperaba que no se confiara porque nunca deseaba la muerte de nadie que me hubiera hecho daño,a fin de cuentas habia un abanico de posibilidades de morir aqui.Un llanto tenebroso y muy incomodo se escucho por la cueva,parecia un bebe asustado o herido pero cualquier cosa podria habitar en este lugar.El Sabaku antes de seguir dijo otra cosa.


-Parece que debemos continuar y acabar con esto cuanto antes.

Por primera vez abri la boca para responder a ese comentario mientras me llevaba una mano a la espalda en busca de 2 pergaminos.

-Este sitio sera tenebroso,seguramente alguno de nosotros muera y los demas nos horrorizemos con el sangriento espectaculo,vayamos con mucho cuidado y que pase lo que tenga que pasar.

Aun no habia sacado a mis jugetitos pero tenia los pergaminos agarrados en mi mano de madera y los usaria para salvar mi vida,la de un compañero etc.No me dispuse a andar hasta que el lider lo ordenara,de todas formas separarse del grupo seria mala idea.

Mientras el hombre de la pantalla estaba hablando explicando el examen por manía de la infancia empece a examinar a los demás ninjas que había por ahí mientras mis oídos estaban atentos a las palabras del hombre de la pantalla, después de examinar a cada persona que se encontraba en la sala minuciosamente mire al hombre de la pantalla para observar los esquemas que ponía, seguidamente se hicieron los equipos tocándome en el equipo Garra , después nombraron a los lideres del grupo, el nuestro era un tal kentaro, le analice mas detenidamente cuando le nombraron, seguidamente nos dejaron en aquella cueva que se alargaba asta donde la poca visibilidad nos permitía ver, aparte de eso se escuchaban sollozos de un niño pequeño al fondo de la cueva, uno de mis compañeros de Sunagakure se presento y hizo un comentario demasiado optimista para la situación en la que nos encontramos, mas tarde un ninja de la hoja también se presento y hizo un comentario demasiado pesimista, me separe solo unos pocos centímetros mientras hablo.

-Parece que estamos yéndonos a los extremos....no?

me acerque a un pilar de hielo que estaba cerca de nosotros y lo toco para comprobar la dureza del hielo y hago lo mismo con las paredes examinando la cueva mientras vuelvo con mi grupo poniendome en guardia.

Nos reunieron a todos en una carpa interior aún más pequeña, cien metros de punta a punta, calcule aproximada mente. Una pantalla situada en el medio parpadeo varias veces antes de encenderse y mostrarnos a un hombre de diez metros de altura, visible para cualquier punto de la carpa. Era un hombre de avanzada edad, duras facciones y serio rostro, era Examina Dorkun, un veterano examinador. No pude evitar esbozar una leve sonrisa, no se porque motivo puede que por la excitación de volver a pasar ese infierno, pero a aparte de ser una experiencia traumatizante también fue una experiencia beneficiosa.

Mi equipo era el equipo Garra, supuestamente un equipo donde la velocidad era su mayor fuerte. Yo era el líder bajo el seudónimo de Kentaro, del clan Hoshigaki; Luffy, del clan Sabaku; un desconocido donde solo sabíamos que era Kugutser, y por último, Doragon, del clan Hiryu. Antes de entrar estuvieron socializando entre ellos, algo bueno para el equipo aumentaría la confianza, pero también era un arma de doble filo, si se encariñaban muchos unos con otros las perdidas podrían ser demasiado para ellos.

-Kugutser y Sabaku, cuarto y tercero. Hiryu detrás mía, yo iré en cabeza -Empece a dar ordenes con algo de despotismo, pero sin orden y organización, el grupo puede ir despidiéndose de la vida.

Nuestra entrada estaba bien señalizada "Garra" ponía encima de la entrada más occidental. Cojo nuestra esfera y la guardo dentro de mi gran abrigo, nos adentramos en la abertura descendiendo por unas largas escaleras mal iluminadas.
Tras nosotros se cierran las puertas y solo nos queda seguir bajando hasta llegar al final. El finalizar la bajada nos encontrábamos en una cueva natural cubierta de escarcha. Esta levemente iluminada por pequeños rayos de luz azulada, que entraba en pequeños agujeros provocados por la erosión de los años.

-No os descuidéis, atentos y cuidado por donde pisáis.-Les dije como advertencia

Por toda la estancia se escuchaba un leve sollozo, un sollozo de lo más siniestro capaz de ponerle de punta hasta el más valiente. Era hora de tomar una decisión ¿Proseguimos e ignoramos el sollozo o investigamos de donde proviene? Ambas opciones me parecían erróneas. Investigar sería poner en peligro al grupo ante peligros y trampas, pero no investigar supondría, a lo mejor, dejar a un inocente herido tirado. Por otra parte ir hasta el final de la sala es la forma más rápida y segura de acabar esta prueba con todos los integrantes del grupo en buen estado.

-Seguimos hasta el final de la sala pero como dije antes, tened cuidado con todo.

Esta sería mi decisión, sobre poner la vida del grupo a la vida de un solo individuo.

Off:

Todos los integrantes del grupo habían entrado en la cueva, viendo así el lugar donde realizarían su examen de ascenso a Chunnin. El líder del equipo les señalizó la organización que debían tomar, yendo él en cabeza, después el miembro del clan Hiryu y por último el Tipo de Incógnito y el Sabaku. Ninguno parecía decidido a seguir adelante o probar decisiones por su cuenta sin que el líder se lo indicara. No parecía muy convencido de lo que hacía pero si había sido elegido para llevar al equipo tendría que esforzarse y hacerlo bien, dependían de él.
Los chicos intercambiaron unas palabras, de ánimos y advertencia, dando a entender parte de los pensamientos de cada uno.

Uno de ellos, el del clan Hiryu, decidió investigar el hielo por su cuenta y separarse un momento del grupo. Un fatal error, pues no se habían percatado de los peligros que acechaban en aquella cueva, más allá del lamento, y entre las pequeñas grietas había una especie de insectos adaptados perfectamente al clima frío acechando a sus presas. Debían medir 5 centímetros, lo que en un principio hacía que parecieran poco peligrosos. Tenían el cuerpo acorazado, del mismo color que el hielo, con las patas apoyadas entre las grietas de las paredes y los bloques helados, tan quietos que a no ser que te fijaras mucho no los verías. ¿Y quién iba a estar metiendo el ojo entre los agujeritos? Lo único que hizo el chico fue pasar la mano, seguramente para comprobar la dureza, pero un acto tan inocente iba a costarle caro. Aquellos bichillos no estaban acostumbrados a presas tan grandes, pero si se les presentaba la oportunidad, no pensaban rechazarla. En cuanto su dedo rozó el pilar de hielo, uno se puso alerta, y en cuanto vio el momento justo saltó con tal rapidez que ni siquiera se daría cuenta, hasta que tuviera al bicho mordiendo el dedo de su mano derecha. Aunque no tenía unos fuertes dientes, estaba dotado de un veneno paralizante que haría que no pudiera usar esa mano hasta que se le pasara el efecto calmante que le había inyectado el animal.
En el caso de que los demás no lo hubieran visto, tampoco tardarían mucho en percatarse de ello, pues de entre las grietas de las paredes e incluso algunos pilares del techo salían esos extraños insectos, dispuestos a atacar y pegarse un banquete. Más les valía correr y seguir adelante alejándose de ese criadero de bichos, antes de que llamaran a por refuerzos. Uno de ellos ya saltaba desde la izquierda a la mano de carne del chico de incógnito, dispuesto a continuar con su festín. Le mordería en un dedo, dejandole también la mano paralizada.

Al menos el líder había dado la orden de proseguir, y más razones tenían por entonces, ya que los siete bichos colocados en las distintas zonas no atacaban... aún. No debían fiarse, dos de ellos ya habían ido a por sus presas y podían seguir la misma suerte.
Tenían un único camino hacia delante, a pesar de haber ligeras formaciones de hielo que se introducían en el terreno, era bastante recto. En los 15 metros caminados siguientes, no se encontrarían con ningún peligro. El sollozo seguía sonando por la estancia, no había parado en ningún momento, quizás se preguntaran que era lo que causaba el llanto, y en esos momentos podrían oírlo con mejor precisión si se fijaban un poco. El espacio se había vuelto más pequeño, ya solo había 7 metros de ancho, y si se giraban a su derecha podrían ver una especie de bola de pelo blanco con el tamaño de lo que sería un niño de unos seis años. Al notar la cercanía con los individuos, comenzó a hablarles, y para su sorpresa la voz sonó más humana que la forma de la criatura.

- No deberías estar aquí... No deberíais estar aquí...

La causante de los llantos, hablaba bajo pero gracias a la estructura podrían escucharla con claridad. En sus palabras había una pizca de temor, y no levantaba lo que debía ser la cabeza. Estaba en una zona resguardada, entre columnas de hielo que tocaban el suelo, con huecos tan reducidos que poco podrían hacer si deseaban acudir en su ayuda. Seguramente estuvieran más pendientes a las frases que pronunciaba, preguntándose qué era lo que pretendía decirles con eso. Estaba encogida sobre sí misma, con las manos de un color negruzco sujetando sus rodillas. Una ráfaga de viento helado entró por los huecos que había entre las paredes dando al exterior, la temperatura del lugar era moderada porque se mantenía constante, pero ese viento lo sentirían en sus carnes, principalmente las personas que no estuvieran acostumbradas al frío. En ese momento la criatura se dirigió a ellos de nuevo, con más terror aún.

- El enemigo de la vida y la vieja gloria, quien decide cuando vienes y vas, el que se lleva a quienes no volverán. ¿Tenéis miedo de la oscuridad?

Al acabar, les miró, y esos profundos ojos azules con un brillo de burla hacia su destino sería lo último que verían de esa cosa peluda, sin posibilidad a preguntarle nada, ya que un gran brazo, del mismo color de su pelaje, sacaría a la criatura de ahí mientras un gran torrente de nieve taponaba ese reciente agujero por el que se la habían llevado.
No tardarían mucho, tan solo unos segundos, en descubrir parte de lo que decía. Primero escucharían el sonido del viento silbando contra la estructura de roca y escarcha que era la cueva. Tras ello, un irritante sonido agudo, parecido a las uñas arañando un lugar liso, como si algo quisiera entrar. Provenía del mismo sitio por donde habían entrado, pero no podrían ver lo que era. Y seguido, un temblor. Era una avalancha que estaba moviendo las paredes de la cueva, incluso hacía que las estalagmitas de hielo tintinearan y una de ellas cayó peligrosamente cerca del Sabaku. Por los huecos que daban al exterior podrían ver como una capa de nieve iba enterrándoles, tapando la escasa luz que tenían y sumiéndoles en la más completa oscuridad. Ante el desconcierto seguramente se les habría pasado desapercibida la criatura que entraba en la cueva, pero no tardarían mucho en verla. Corría sobre dos grandes patas con una musculatura que le permitían alcanzar grandes velocidades, que tenían tan solo dos pies con unas garras para sostenerse sobre superficies resbaladizas. Se movía de pie, lo que le confería un aspecto similar al humano, pero mucho más encorvado de lo que sería un hombre. Solo tenía la espalda con un pelo de color blanco hueso, y el resto del cuerpo desnudo con la piel de un tono azulado. Los ojos parecían vacíos, de un claro color garzo, y sus dientes eran realmente afilados. Las garras de sus manos estaban ligeramente manchadas de sangre, como si hubiera descuartizado a algún desprevenido animal con ellas... O lo que no era un animal. Claro que aquello solo lo verían si encendían alguna luz, de lo contrario, oirían el sonido de sus pisadas, las uñas arañando paredes y techo, moviéndose como una sombra y acechándoles... No parecía estar muy contento con los intrusos.

Datos de los insectos:

Datos de la criatura:

Daños del equipo:

Debíamos proseguir nuestro camino para salir de aquella cueva helada y de escapar de aquel irritante sollozo ¿De verdad alguien puede llorar tanto tiempo? Estábamos avanzado por la cueva cuando echo vista atrás y me encuentro que falta un integrante del grupo, Luffy. ¿Donde se habrá metido? me pregunto cuando le veo pasando las manos por la columna comprobando la dureza del cielo, supongo.
Pero noto algo raro que se le posa en el dedo, ¿Un bicho? será inofensivo, pienso al ver su pequeño tamaño pero empiezo a preocuparme al ver que no aparta la mano para quitarse el bicho y veo que le tiene el dedo mordido. ¡Veneno paralizante!

-¡Tened cuidado con los insectos, su mordedura es venenosa! -Al terminar la frase veo como una se acerca a la mano del kugutser y rápidamente sostengo mi espada con la mano derecha soltando la tela. Corto el bicho por la mitad, pero no si antes morder a mi espada manchando el filo de mi espada con su veneno. No me detengo a limpiarla, pues salen más insectos del techo.

-¡CORRED! -Les ordeno a todos mientras voy a recoger al Sabaku, poso su brazo sobre mi hombro y corre a reagruparme con el grupo. Llegué a la cabeza del grupo por donde venían más insectos, los fui cortando para abrirnos paso. Iba cortando y algunos de esos insectos se atrevían a morder a mi espada y encima llenándola de veneno, hasta que al final mi espada chorreaba del susodicho.

Al ir avanzando a toda prisa no me doy cuenta de el túnel es más estrecho hasta que nos detenemos al escuchar que los sollozos se intensifican, "Está cerca" giro la cabeza y agachado con el cuerpo de un niño hay una masa peluda escondida entre dos columnas de hielo. Empezó a hablar:

- No deberías estar aquí... No deberíais estar aquí... -Aquella criatura tenía una voz más humana comparada con su apariencia monstruosa. Aunque hablaba bajo por la forma de la cueva se entendía totalmente lo que decía.

¿No deberíamos estar aquí? Otra vez igual, los examinadores mandándonos a lugares poblados de bestias y seres territoriales ¿No podría ser por una vez un bonito campo de flores con conejos?¿Es mucho pedir? Estaba encogida sobre sí misma y sujetándose las rodillas con sus manos de color negruzco, no me pregunté porque tenía de ese color las manos, ya hace rato que descarte la idea de que fuera humana. Una ráfaga de viento helado entró por los huecos que había entre las paredes, aunque la temperatura de la cueva era moderada aquel viento estaba congelado sintiendolo en todo mi cuerpo y estremeciéndome aunque llevaba un grueso abrigo. Teníamos que salir y rápido, no era buen presagió lo dicho por esa cosa. Me giré para irme pero otra vez habló pero esta vez note más terror es esa frase que en la anterior, me asusté por un momento pero recuperé la compostura antes de que el miedo se apoderase completamente de mí:

- El enemigo de la vida y la vieja gloria, quien decide cuando vienes y vas, el que se lleva a quienes no volverán. ¿Tenéis miedo de la oscuridad?

Al acabar de hablar se giró hacía nosotros y sus intensos ojos azules brillaban con burla, con la malicia que tiene un niño tras haber echo una trastada. Deseaba saber de que se burlaba, pero ¿Una mano? no, una garra arrastró al monstruo sacándolo de allí, taponando el agujero por donde había salido.
No tardé mucho en darme cuenta de que estábamos en eminente peligro, pero no fui lo suficientemente rápido. Lo primero que pasó fue que escuchamos el sonido del viento silbante contra la forma de la roca y escarcha que era esa cueva. Tras esto, un irritante sonido agudo, parecido a algo arañando pizarra, de algo que parecía querer acceder.
Deposité rápidamente al herido en el suelo y di un pasa hacía delante.

-¡Kugutser conmigo!¡Hiryu ilumina y cuida del Sabaku! -Separé mis espadas y las uní formando una larga lanza. Algo intentaba entrar, pero de seguro no sería para ayudarnos.

Provenía del mismo lugar de donde habíamos entrado, pero era imposible saber que era. Y seguido, un temblor. Era una avalancha que estaba sacudiendo las paredes del techo, haciendo que cayeran del techo estalagmitas de hielo y una precipito cerca de mi compañero sabaku y mía. La luz fue disminuyendo la intensidad, estaba siendo taponada por la nieve. Mierda, ahora no había forma de alumbrar el lugar, joder...
Por todo lo sucedido no me di cuenta de lo que realmente era el peligro hasta que lo tuve en mi narices. Solo sentía algo correr y arrastrando algo afilada contra el techo de la cueva.
Se acercaba y rápido. Era hora de actuar por el bien del grupo

Atributos:

Ya nos habíamos presentado todos y el líder ya había empezado a ejercer como tal. Nos había distribuido en una fila india, estando yo en último lugar. Los sollozos de aquel ser desconocido todavía sonaban retumbando por toda la cueva. Como iba el último debería estar en guardia todo el rato y estar vigilando nuestras espaldas, era una posición bastante complicada. La arena empezó a salir de mi tinaja dejando una pequeña cantidad por lo que pudiera pasar próximamente. Con la arena aún lado, Doragon se acerca a los pilares de hielo que habían a los lados, sujetando el techo, o eso pensé. No debería haber hecho eso pues una especie de araña minúscula, no más de siete centímetros de largo, se posa sobre su mano, parece que le va a picar pero, nuestro líder estaba atento a todo, y desenvainando su espada, corta la araña por la mitad. Kentaro, nos avisa de que su mordedura es venenosa por lo que deberíamos tener cuidado. Tras decir esto, los insectos empiezan a caer del techo, Kuguster sigue cortadolos cuando nos da una orden bastante clara: ‘’¡CORRED!’’ . Todo el grupo echa a correr, destrozando las arañas que salían de todas partes. Con la arena creo una especie de mazo con pinchos bastante duro como para romper un árbol y las empiezo a aplastar mientras corro. Los sollozos cada vez suenan más cerca, y mis oídos no podían aguantar mucho más ese sonido horripilante. Nada más llegar a donde se encontraba aquel ser, me tropiezo cayendo al suelo, la arena rápidamente se pone donde iba a caer amortiguando la caída. Alzo la vista y puedo comprobar aquella bestia, tenía una pelambrera blanca a lo largo de la espalda, y se encontraba acurrucado entre unos pilares de hielo mientras nos dice:

-No deberíais estar aquí… No deberías estar aquí…

A mí me entro un gran escalofrío pues de repente una bocanada de aire congelado recorre nuestro cuerpo, estremeciendo mis partes del cuerpo. Seguido de aquello, con un tono más terrorífico:

-El enemigo de la vida y la vieja gloria, quien decide cuando vienes y vas, el que se lleva a quienes no volverán. ¿Tienes miedo a la oscuridad?-. Nada más decir eso se giró mirándonos con sus ojos azules con un tono burlón, seguido de un movimiento de su brazo, que más que una mano, era una gran garra. Seguido de esto, un sonido bastante irritante, como unas uñas pasando por una pizarra, se escuchó por donde habíamos venido, algo se acercaba produciendo una pequeña avalancha que movió toda la cueva cayendo varias estalactitas cerca de nosotros, una de ellas prácticamente cerca de mí pues me peino la cabeza.

El líder dio nuevas ordenes:

-¡Kuguster conmigo! ¡Hiryu ilumina y cuida del Sabaku!-. Este separa sus espadas y las une de nuevo pero esta vez formando una lanza. Doragon se queda conmigo, pero lo que no saben es que yo no me encontraba herido, por lo que nada más decir eso me pongo de pie, apoyando primero la rodilla derecha y levantando el pie izquierdo. Me pongo en guardia, con la arena levitando a unos metros de Doragon.

-Me encuentro bien, solo tropecé. No te preocupes pues ahora es hora de ayudar a nuestros compañeros-. Tras decir esto eché a correr por donde se habían ido Kentaro y Kins, sin mirar atrás pues suponía que Doragon me seguiría de cerca.

Aquella bestia con la que nos habíamos topado no sabía si seguiría en el mismo sitio o nos perseguiría, por lo que con un poco de mi arena hice un pequeño ojo que lo dejé por el camino, y cerrando mi ojo izquierdo pude comprobar que estaba listo, esto sería bueno para avisar a mis compañeros de que nos sigue y no con ganas de jugar con nosotros.

Seguí corriendo hasta ver a mis otros dos compañeros no muy lejos de nosotros.

INFO:

Acciones y Jutsus:

Gasto y Daño:

OFF:
Os voy a poner un comentario en off porque de lo contrario, cuando posteen los demás, podría haber errores.
Lo primero, esto va principalmente a Ryuji. El que ha ido a tocar el hielo y al que ha mordido el insecto, es Doragon no Luffy. Es decir, el que tiene la mano inutilizada y al que le quitan los PVs es a Doragon. Luffy, el insecto que habría cortado Ryuji es el que iba a por Kins, el de Doragon le ha mordido, sí o sí.
Los demás insectos se han permanecido quietos, es decir, se han asomado de sus escondites pero no han saltado a por vosotros. Los únicos que han ido a morder han sido 2, de los cuales 1 ha ido a por Kins y otro ha mordido a Doragon.
Bien, me edito a mí misma para que leáis esto. Entiendo que haya errores pero no me veo lo suficiente benevolente para pasarlos por alto, sobre todo a las personas que llevan más tiempo en el foro. LAS ARMAS QUE SE USAN TIENEN QUE PONERSE, es decir, si tenéis un arma propia, se pone en un spoiler en el post. Ryuji ha usado una supuesta espada de la que no se sabe nada, así que las acciones que ha hecho con ella quedan denegadas. En otras palabras, no ha cortado ningún bicho, ni la ha sacado, ni nada por el estilo. Espero que lo tengáis en cuenta para la próxima y no cometáis los mismos errores.

Inkagua NO VES por el tercer ojo de arena a no ser que alguien ilumine, porque no hay luz debido a la avalancha. Ryuji no ha dicho que él y Kins hayan salido corriendo hacia el Wendigo, solo ha dicho que se adelantaran un paso.

Dicho esto, quedan por postear Kins y Doragon (en este orden). Por favor, no hagáis caso de las cosas que ya he nombrado que estaban mal y tened en cuenta este Off. Gracias.

Todo el equipo estabamos ya en aquella cueva helada,uno de nosotros,el tal Doragon,se acerco a la pared de hielo,la toco y parecia como si le hubiera pasado algo.Yo estaba desconcertado pero me mantenia firme para no escandalizar al grupo.Despues de que algo extraño le pasara a Doragon,me salto un bichejo pequeño desde la pared,no tenia mucho tiempo,de modo que con la mano derecha cogi un kunai de mi cintura y lo tire hacia el bicho ensartandolo en el aire.Seguramente habria mas de aquellas criaturas asi que debiamos salir de alli,corri hacia delante con mis compañeros y paramos cuando vimos a el ser que provocaba el llanto,estaba acurrucado en una esquina y se podia ver su pelaje blanco.

- No deberías estar aquí... No deberíais estar aquí...

Tenia una voz mas suave y clara de lo que esperaba,pero volvio a hablar antes de dejarme asimilar la situacion.

-El enemigo de la vida y la vieja gloria, quien decide cuando vienes y vas, el que se lleva a quienes no volverán. ¿Tenéis miedo de la oscuridad?.

No tenia ni idea de si intentaba anunciar nuestra muerte o salvar nuestra vida,todo era tan extraño...Un ruido me hizo mirar hacia un lado del desconocido,habia un agujero y un brazo entrando por el,cogio al desconocido y se lo llevo mientras un torrente de nieve tapaba el agujero.A saber que seria eso,en los examenes Chunin te podias encontrar cualquier cosa.Se podia escuchar unas garras arañando el hielo y mientras tanto un gran temblor que hizo tintinear las estalactitas y mover el suelo,una avalancha de nieve era lo que parecia,y la nieve tapo todos los sitios por donde entraba luz anteriormente,ahora estabamos a oscuras y con una criatura cerca,era mi turno para intervenir.Hice un sello con mi mano humana y mi cuerpo desprendio luz suficiente como para ver que un monstruo entraba por la puerta por la que entramos nosotros,mientras con mi mano marioneta extendia en el aire un pergamino y con la humana hacia otra vez un sello,esta vez para sacar a Karasu,la marioneta salio delante mio mientras ya veia al monstruo que entraba.Corría sobre dos grandes patas con una musculatura que le permitían alcanzar grandes velocidades, que tenían tan solo dos pies con unas garras para sostenerse sobre superficies resbaladizas. Se movía de pie, lo que le confería un aspecto similar al humano, pero mucho más encorvado de lo que sería un hombre. Solo tenía la espalda con un pelo de color blanco hueso, y el resto del cuerpo desnudo con la piel de un tono azulado. Los ojos parecían vacíos, de un claro color garzo, y sus dientes eran realmente afilados. Las garras de sus manos estaban ligeramente manchadas de sangre, como si hubiera descuartizado a algún desprevenido animal con ellas o lo que no era un animal.Se movia alrededor de nosotros con cara de enfado,habia demostrado ser muy veloz y tenia que destrozar su atributo.Con Karasu le lance 10 kunais hacia su pierna izquierda,le dejaria la extremidad inmovilizada y no podria correr,a una distancia de 8 metros no se si podria esquivarlo,pero las cartas estaban echadas.

INFORMACION:

ACCIONES Y JUTSUS:

KARASU:

GASTOS Y DAÑOS:

Off:
Tras 24 horas sin postear, se salta a Doragon. En breves comenzaré con el post.
En construcción...

El Kugutser que había ido de incógnito al equipo Garra pudo librarse de la mordedura del bicho, sacando con rapidez uno de los kunais y acabando con su vida. Ante ello, los demás insectos, entre los que no se guardaba un gran estado social, llegando a comerse si las presas escaseaban, vieron la amenaza que suponían aquellos intrusos y tras un agudo chillido de advertencia fueron a esconderse de nuevo en sus huecos. Aunque los demás hubieran intentado matar a los que quedaban, no habrían podido, pues habían ido a esconderse entre el hielo donde pasaban desapercibidos.
Cuando llegaron al lugar que coincidía con el llanto, viendo a la bola de pelo blanca, las reacciones que tuvieron no fueron tan distintas. Querían saber a qué se refería, pero lo descubrirían poco después, tras la desaparición de la criatura que les había hablado. Quizás en ese momento no lo supieran, era lo más probable debido a los pocos conocimientos que tenían que tener sobre el lugar; pero quien había sacado a esa bola de pelo era el llamado abominable hombre de las nieves, y aquella no era ni nada más ni nada menos que su hija.

Por suerte tuvieron a alguien que pudo alumbrar parte de la cueva, unos 5 metros eran las zonas que quedaban visibles gracias a la luz que emitía el cuerpo del Tipo de incógnito (Kins). Cuando la criatura se encontrara en el campo de visión, podrían ver como saltaba de un lado de la cueva a otro, con total agilidad, ayudándose de los salientes a los que se adhería perfectamente, y a la vez tocando el suelo con rapidez para empujarse y que su velocidad aumentara un poco más. El mismo que había alumbrado, sacó una de sus marionetas y probó a lanzarle con ella varios kunais a una de sus patas. A pesar de estar lanzados con precisión, la bestia pudo esquivar varios de ellos, clavándose 3 en su pata, lo que la hizo rugir con furia hacia el que le había dañado. Solo les separaban 2 metros, y en ese momento saltó a por el chico (Kins) dándole un golpe que le haría perder el equilibrio y caer al suelo. Después se quedó mirando al líder (Ryuji) con esos ojos garzos tan claros durante un segundo, y tras ello le daría un arañazo que se clavaría con sus ropas hasta llegar a su piel. Por el mismo hueco que había provocado la bestia, se caía la bola de cristal del equipo, que a toda costa debía proteger. Alguna ente divina debía estar aquel día de su parte, pues no se rompió, sino que cayó rodando hasta el lado derecho, donde se coló por la fina superficie de hielo en la que se hundía el terreno. La rapidez de los acontecimientos les impediría reaccionar a tiempo, pero la bola seguía rodando, o eso parecía por el ruido que emitía. No podrían verlo pues una fina capa de hielo tapaba el mismo canal por el que se había colado. Si seguían el sonido, verían como cuando la capa de hielo se acababa, 10 metros más hacia delante, dejaba a la vista una especie de pasadizo subterráneo. En el suelo se abría un gran agujero lleno de hielo que les llevaría a quien sabe donde, pero si algo estaba claro es que la bolita que les dieron se había caído por ahí.
En ese momento tendrían cosas más serias de las que preocuparse, pues la bestia había alcanzado al Sabaku (Luffy) mordiendo uno de sus brazos. La velocidad del Wendigo en atraparle había sido increíble, lo que les impidió separarles a tiempo, y cuando quisieran reaccionar sería demasiado tarde. Seguramente oirían los gritos de dolor del miembro de su equipo, y si la luz seguía alumbrando como la criatura le estaba devorando el brazo. Este se había quedado por debajo del hombro, donde estaba siendo mordido de todas las formas posibles intentando quedarse con él. Pero parecía que la bestia no tenía suficiente fuerza y no conseguía desencajarlo, aquello provocaría aún más dolor en el ninja de Sunagakure, que probablemente gritaría que le quitasen aquel bicho de cualquier manera. Se lo verían complicado en el caso de que intentaran atacarle, pues sus garras estaban sobre la garganta del chico, tentando en arrancarle de cuajo la cabeza si le molestaban. Si querían continuar, lo más probable es que tuvieran que cortarle ellos el brazo.
Debían darse prisa, el Objeto que les permitiría el ascenso a Chunnin estaba fuera de su alcance, y quien sabe que pasaría con ello sino llegaban...
El tiempo pasaba más rápido de lo que quisieran, y las decisiones necesitaban ser tomadas inmediatamente.

Daños de la criatura:

Daños al equipo:

El Kugutser atacó primero, me gusta su determinación. Pero no sería suficiente para detener a la bestia, esta rugió de furia,por el daño causado por el ataque del Kugutser. Fue corriendo hacia sabaku y mordiendo el brazo, pero sin llegar a arrancárselo al parecer. Se acercó a mi rapidamente y rajó mi ropa penetrando en mi piel, pero lo que no esperaba era que justo ese ataque haría caer la preciada esfera de cristal que guardaba debajo de mi abrigo. No pude reaccionar, vi como la esfera caía, por suerte o desgracia no se rompió, rodó hasta un pasadizo entre el hielo y ahí quedó atorada. ¿Ir a buscar la esfera o pelear por la supervivencia del grupo?

El grupo era lo primero, prefiero ir a buscar la esfera después o perderla, a tener perdidas. Ignorar la esfera , concentraos en atacar al mounstruoDevolví a mi gran espada colgada de mi espalda, tsuindoragon. Separé ambas partes y con una señalé al wendigo disparando tres mizukibas.

Tsuindoragon:

OFF: Que no tengas que hacer sellos no significa que no debas poner en un spoiler la técnica. ¿Qué hago con la Mizukiba, me la invento? ¿Y los daños y gastos también?
Ya es la segunda vez, Ryuji, y por si fuera poco habrías puesto en peligro de muerte a Inkagua. Claro que, anulo tu post, y con razón. Tus acciones no se efectúan.

El siguiente en postear es Inkagua.

Nos reunimos todos de nuevo en un lugar y Kins, empleó una técnica que nos permitió ver una parte de la cueva, pues de su cuerpo salían unos destellos que iluminaban toda la cueva. De pronto vimos llegar a aquel horripilante monstruo, venía dando saltos de pared en pared, a una velocidad increíble, llegó hasta nuestro punto cuando Kins, sacó una marioneta de una especie de pergamino. Por lo visto era marionetista, yo desconocía de sus habilidades pero esta sería una habilidad bastante útil para el equipo. La marioneta de Kins, lanzó varios kunais a un pie de aquella bestia, que esquivando varios se le clavaron tres en el pie, rugiendo de dolor. Tras terminar de rugir, la bestia se avalanzó sobre el marionetista, placándole con una gran embestida cae al suelo. Seguido de esto se queda mirando a nuestro líder, con cara de malos amigos, y pegándole un gran zarpazo, le arranca las prendas que llevaba y araña la piel de este. Por el mismo sitio que la bestia había roto la ropa de nuestro líder, cae aquel objeto con una símbolo que desconocíamos en su interior y que por nada del mundo tenía que romperse o que fuera destruida por otro equipo. Esta rueda hacia un canal que se encontraba en los laterales de la cueva, esta sigue rodando pues se escuchaba desde nuestra posición, teníamos que lograr alcanzarla pero antes deberíamos matar a este extraño y horrible ser.

Cuando intentaba saber hacía donde se dirigía aquella bola de cristal, miro hacia mis compañeros, pero no veo a estos, si no a una gran bola de pelo blanco avalanzandose sobre mí a una velocidad extrema, este me muerde el brazo, noto como sus dientes se están clavando es mi piel atravesando todos mis músculos y tocándome el hueso.

-¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAGGGGGGHHH!-. Pego un chillido de dolor, que resuena por toda la cueva-. Quitarme este monstruo de mi brazo.- Lo que yo no sabía es que tenía una de sus zarpas cerca de mi cuello, y con algún movimiento en falso me revanaría la cabeza.

La arena seguía levitando tras el monstruo, por lo que decido actuar, dando mi brazo por perdido. Amordazando sus dos brazos en una especie de sarcófago impidiendo que me atacara con sus zarpas, levanto a tope la arena pegando con el techo, entonces les grito a mis compañeros.

-¡Es hora de actuar! Cortarme el brazo y lo atraparé con mi arena para que podáis matarlo. No es preocupéis ahora por mí, hay que seguir adelante.

Mientras decía esto, una lágrima que de mi ojo derecho, pues iba a perder un brazo por un ser infame. Espero a que mis compañeros actúen para proseguir con el nuevo plan que había dicho.

Jutsus y Acciones:

Gasto y Daño:

Tan solo 3 de mis 10 kunais impactaron en la pierna de el Wendigo,asi mi plan se habia ido a los suburbios de la villa mas contaminada existente,por lo menos le dañe,pero eso le hizo enfadar.La bestia se abalazo sobre mi pero tenia a Karasu delante,tan solo la movi unos centimetros y evite aquel daño que me hubiera lastimado tanto.Segidamente sigio atacando ferozmente a todos mis compañeros,al Sabaku le agarro un brazo con la mandibula y se lo mordio hasta tocar hueso,justo antes dse eso le habia rasgado las ropas a Ryuji de un zarpazo y ahora la bola de cristal caia rodando por el suelo hasta colarse en una fina capa de hielo,la habiamos perdido de vista,solo escuchabamos el sonido del rodar y veiamos una especia de pasadizo subterraneo,seguro que estaba ahi.

Mientras tanto el Wendgo segia mordiendo el brazo del Sabaku pero por poco tiempo,el Sabaku hizo flotar arena por detras de el y cogio sus brazos envolviendolos y inmovilizandolos,despues subio arena hasta el techo y dijo.

-¡Es hora de actuar! Cortarme el brazo y lo atraparé con mi arena para que podáis matarlo. No es preocupéis ahora por mí, hay que seguir adelante.

Yo no podia aguantar mas y corri hasta el pasadizo en busca de la bola,no dejaria que se perdiera.

-Ryuji acaba tu con el Wendigo.

Me interne un poco en ellos con el jutsu Raiton activado,supuse que no tardaria demasiado y con Karasu a mi ladito ningun mal acabaria conmigo.Tal vez me comportara como un insensato al internarme alli solo,pero no queria ser un cobarde y menos que todos suspendieran el examen por no hacer nada al respecto.

ACCIONES Y JUTSUS:

GASTOS Y DAÑOS:

OFF:

Parecía que al equipo no se le había dado muy bien el Wendigo, dada la penosa actuación del Líder Kentaro que en caso de haber atacado a la bestia podría haber acabado con la vida de un miembro al que debía proteger. Por suerte, el Sabaku con el que se estaba descargando aquella criatura mordiéndole el brazo y cubriendo su boca de sangre, pudo dar un mejor ejemplo. Con la arena que ya tenía flotando agarró al Wendigo apartándolo de él y pegándolo contra el techo, dando a los demás la magnífica oportunidad de acabar con ello y salvarlos a todos, sin olvidar que podrían haberle quitado el miembro que le estaba colgando. Desaprovechando eso, el marionetista se preocupó más por salvar su pellejo del ataque que le hubiera propinado la criatura cuando aún se podía mover y fue corriendo a por la esfera, dejándole el trabajo sucio al líder, que no podía hacer nada pues había desperdiciado completamente unos momentos preciosos. Mientras el Sabaku se preocupaba por conseguir derrotar al bicho, al marionetista le caía una estalactita en la cabeza que se había descolgado del techo durante la avalancha y le lanzaba de cabeza al pasadizo subterráneo por el que se había colado el Objeto, que al principio parecería no tener final, mucho más largo de lo que debían imaginarse. Los pequeños salientes que tenía el túnel de hielo irían desgarrando las ropas del marionetista sin que éste pudiera evitarlo, llegando hasta su piel y causándole arañazos, y con ese sacrificio que sin quererlo estaba haciendo, los demás del grupo no tendrían problemas en bajar después. Tanto Kentaro como Luffy debían ir corriendo hacia el túnel, 5 metros más adelante, e introducirse por él para seguir al otro miembro y a la esfera. Cuando se hubieran metido, caerían yendo varios metros por delante del primero(Kins), pero aún podrían ver el suave destello que emitía su cuerpo en caso de que no desactivara el jutsu que les alumbraba. Gracias a que el kugutser se había llevado con su cuerpo los arañazos de los pequeños salientes, haciendo que se desprendieran, ya no tendrían que preocuparse en resultar dañados... Todavía.

Después de los aproximadamente 2 minutos en los que daban vueltas sin sentido por un pasadizo de estructura completamente helada, siempre hacia abajo, se terminaría sin posibilidad de volver arriba. Allí se había quedado Doragon, el descuidado miembro del clan Hiryu que serviría de juguete al Wendigo hasta que acabara con su vida. Al menos así se entretendría y no intentaría seguir a los otros chicos. Cuando cayeran y subieran la vista para examinar el terreno en el que se encontraban, seguramente lo que sus ojos encontraran lograría helarles más la sangre que todo aquel hielo y nieve. Una sala totalmente de hielo, de unos 5 metros entre punta y punta, y otros 4 hasta el techo, era su segunda prueba. En el centro del techo de esta un gran ojo con 2,5 metros de diámetro, tenía el iris inyectado en sangre y la pupila siguiendo cada uno de sus movimientos. Dos manos que parecían un esqueleto helado, y salían de la pared derecha, sostenían la bola del equipo entre sus finos y aparentemente frágiles dedos, sin que parecieran en intención de soltarla por su propia cuenta. Parecía haberle gustado ese Objeto que le recordaba a una especie de bola de nieve. Ya no necesitaban la luz que emitiera el marionetista, podría desactivar su jutsu, pues una curiosa luz azulada que no provenía de ningún hueco en la pared alumbraba todo. Si hubiese sido más grande, quizás habrían necesitado algo más, pero ya que era de un tamaño algo reducido valdría para abastecer completamente la sala. El suelo a sus pies parecía seguro pero fino, pues podrían ver un agua a temperaturas por debajo del cero que quedaba fuera de ellos por una ligera capa de hielo. Segundos más tarde de que hubieran examinado con exactitud aquello, un torrente de nieve cubriría el pasadizo por el que habían llegado allí, haciendo imposible su salida.
Estaban atrapados, y el Objeto que era clave para su aprobado en las manos de quien sabe qué criatura era a la que se estaban enfrentando. Parecía una especie de espíritu de las nieves, y habían ido a parar justo a sus dominios...
Con eso, la segunda prueba daba por comenzada.

En cuanto hicieran el más mínimo movimiento, lo más probable para recuperar el Objeto que el espíritu sostenía en sus manos y no tenía ninguna intención de soltar, abriría su boca, o lo que debía ser su boca. Un agujero del tamaño justo del Líder Kentaro se abriría bajo sus pies e iría a parar al helada agua que le congelaría las carnes. Lejos de que los demás pudieran ayudarle, el agujero se cerraría al instante, dejándole sumido en aquella bruma helada sin posibilidad de escapar. Lo demás podrían ver a su líder encerrado, que aunque pudiera respirar al agua sin ahogarse, tendría mayores problemas que eso. La temperatura a la que se encontraba le iría congelando lentamente, en caso de no hacer nada, y es que el haber aparecido allí y haber molestado al espíritu que quería divertirse con la bolita era un fatal error... El tiempo pasaba lento para unos y para otros, pues aunque ni el Kugutser ni el Sabaku estuvieran sufriendo lo mismo que el Líder, podrían ver con espanto como los labios se le iban poniendo morados y su pelo parecía ligeramente congelado. Aunque no le oyeran, quizás pudiera intentar dar alguna orden a los de arriba, que ya no tenían al que habían nombrado Líder del equipo para librarse...

Información criatura:

Daños:

Helado, me quede helado ante el ataque del ser. Solo pude sacar mi espada y torpemente, cuando pude darme cuenta el Sabaku miembro de mi grupo ya se salvó a si mismo, dando como sacrificio su valioso brazos. Inconsientemente me froto el brazo el cual había sido arrancado en mi anterior examen, ahora era de un tacto aspero.
Nuestro farol, el que iluminaba nuestra estancia salió en busca de la esfera. Cobarde le llamarían otros le llamarían incauto por adentrarse en ese pasillo, yo en ese momento no estaba para juzgar a nadie por sus acciones. El kugutser me dejó al cargo del monstruo pero yo no podía con él.

-¡Sabaku corre! -Dije señalando el pasillo por el cual se me tio el kugutser.

Todo lo que había echo, todo aquello por lo luchado no valió la pena. El ser que nos ataco hirío a unos y casi desmiembra a otros, si contar aquel se sacrifico por nosotros. Aquel noble ninja, del cual solo recuerdo su clan Hiryu, cual dio su vida para dejarnos escapar.
Bajamos por aquel pasillo, poco iluminado guiandonos por la forma de los pasillo. Al cabo de un rato encontramos una salida iluminada. Esperaba encontrarme con el Kugutser pero lo que nos encontramos fue una sala totalmente helado e iluminada por una extraña luz azulada. En el centro de la sala otro ser del cual nos deberíamos ocupar, aunque fue el último el que se ocupo de nosotros. Para mayor sopresa en entre sus manos estaba nuestra preciada esfera azul, la estaba contemplando. Decidí dar un paso para acercarme a eso, pero el suelo se abrió a mis pies tras haber abierto la boca aquel ser.

Estaba debajo de la congelada agua, mirando lo que pasaba a fuera del transparente hielo. No me preocupaba el quedarme sin oxigeno lo que más era morir de hipotermia, lo unico que podía era romper el hielo pero ¿Con qué?¿Un jutsu?¿Con mi espada? El frío no me dejaba pensar el condiciones así que empece , a la desesperada a romper el hielo con mi espada. No podía solo lo había resquebrajado un poco ¿Y ahora?¿Me tocaría pagar por mis errores con mi muerte? Mis pensamientos eran cada vez más lentos.

El Wendigo me soltó y pude escapar de sus afilados dientes, no había conseguido arrancarme el brazo pero si que me lo dejó colgando. Saqué rápido un hilo que tenía y con la arena hice una especie de aguja que utilicé para coserme el brazo mientras corría por el mismo sitio que lo había hecho el marionetista. Las órdenes del capitán fueron claras:

-¡Sabaku corre!

Es fue lo único que escuche. En cambio otro miembro del equipo no hizo lo mismo, por lo visto se quedó allí luchando contra el wendigo y probablemente este lo destrozaría pero lo entretendría suficiente como para que lográramos escapar. Mientras corría hice una especie de cruz sobre todo mi cuerpo y recordé por un momento su cara. Después saqué de mi mochila una poción curativa que tenía guardada y mi la tomé, pues había perdido mucha sangre.

El sitio por donde el marionetista había salido corriendo, estaba marcado, pues en las paredes había restos de sangre en unas afiladas estacas de hielo. Seguimos corriendo hasta dar con una sala, totalmente de hielo. En el centro se encontraba un especie de ojo bastante grande, inyectado en sangre y siguiendo nuestros movimientos. En la pared de la derecha, había un esqueleto, y en una de sus manos se encontraba la bola que teníamos que proteger fuese como fuese. También se encontraba allí Kins. El sitio por donde entramos se cerró por una capada de nieve. Nuestro líder, dio un paso hacia delante, un paso equivocado, pues aquel ser abrió su supuesta boca haciendo un agujero en el hielo del tamaño justo de Kentaro, que al caerse a aquellas aguas congeladas, se cerró el agujero. El líder, intentaba salir de allí golpeando con su espada el hielo, pero lo único que consiguió fue agotar parte de sus fuerzas y unas grietas en el suelo. Era hora de actuar pues el suelo era parte del cuerpo de aquel ser extraño. Debíamos acabar con el lo antes posible, pues nuestro líder se estaba congelando y moriría seguramente en un par de minutos. Teníamos que actuar rápido, pues no nos quedaba mucho tiempo, empecé a pensar a una velocidad extrema, las ideas pasaban por mi cabeza como una lluvia de estrellas fugaces. Por fin se me ocurrió algo que podría funcionar.

-Kins, hay que destruir esa cosa, parece que el suelo y las paredes son parte de el y si no conseguimos vencerle estaremos tu y yo solos puesto que nuestro líder morirá si permanece mucho debajo de esa agua helada. Yo atacaré primero, tu quítale la bola de cristal a ese estúpido esqueleto y cuando lo tengas, ataca con todas tus fuerzas.

Tras decir esto, empezó mi estrategia, lo primero que hice fue un tercer ojo para guardar la retaguardia de ambos, y en segundo lugar, avancé varios metros hacia delante estando a una distancia idónea para atacar. La arena salió disparada desde detrás de mí, golpeándole sucesivas veces. seguido de estro le lancé cinco de mis shurikens que saqué de mi bolsillo, estos se clavarían en el ojo haciendo que lo cierre y no pueda ver. Entonces sería mi ocasión, mientras estuviera cegado, me pondría detrás de el para un siguiente ataque.

Jutsus y Acciones:

Gasto y Daño:

Entrando y entrando por el pasadizo cuando una estalactita cayo del techo haciendome daño,despues de eso me precipite por un agujero mientras me golpeaba con las paredes en la total oscuridad,al llegar abajo lo primero que vi al levantar la vista fue la bola,la tenia un esqueleto congelado en la mano y la sujetaba con fuerza.2 ruidos se escucharon detras mio y me gire,era el lider y el Sabaku,el otro seguramente estaria en el estomago del bichejo de arriba.Me levante del suelo mientras mi amigo Ryuji caminaba hacia el esqueleto y el ultimo habria la boca haciendo que el hielo de debajo de Ryu cediera,cayo al agua y una capa de hielo nacio de nuevo impidiendole salir,estaba atrapado y intentaba salir a golpe de espada pero tan solo arañaba un poco la capa.El Sabaku parecia pensativo y cuando parecia que se le habia venido algo a la cabeza dijo.

-Kins, hay que destruir esa cosa, parece que el suelo y las paredes son parte de el y si no conseguimos vencerle estaremos tu y yo solos puesto que nuestro líder morirá si permanece mucho debajo de esa agua helada. Yo atacaré primero, tu quítale la bola de cristal a ese estúpido esqueleto y cuando lo tengas, ataca con todas tus fuerzas.

Inkagua creo un ojo de arena y despues con la de su calabaza ataco al esqueleto sin piedad,yo tambien tendria que hacer algo,con un rapido movimiento saque a Kuroari de un pergamino,con mis 2 marionetas fuera ya estaba preparado,avance a Karasu mientras sacaba de sus brazos y torso un monton de cuchillas y embewstia al esqueleto clavandole todas,con Kuroari simplemente lance una rafaga de sembons desde sus muñecas,los ataques habian acertado en el blanco pero no habia acabado con el,antes de retirar a Karasu hice que le arrebatara la bola de sus manos y la trajera hasta mi,una vez hecho eso la escondi dentro de mis calzones,era un poco asqueroso pero asi seguro que no se caeria.

JUTSUS Y ACCIONES:

KARASU:

KUROARI:

GASTOS Y DAÑOS:

El líder Kentaro dio un paso en falso, y el espíritu de hielo, reacio a que le robaran el precioso objeto que había encontrado, hizo una abertura en el suelo de su tamaño justo para meterle en el agua y después la cerró, sin intención de soltarle. La bola había entrado donde él reinaba por el agujero, por entonces taponado, que le comunicaba con el exterior y no tenía ganas de compartirla. El agua congelada seguía causando estragos en el descuidado líder, había estado intentando abrirse paso a través del hielo golpeándolo pero no logró nada, en todo caso desperdiciar las pocas fuerzas que le irían quedando. Los que se encontraban en la superficie, en aquella sala helada y estrecha de tan solo 5 metros decidieron darse prisa y atacar cuanto antes al bicho que habían decidido enfrentarse. El primero en atacar fue el sabaku (Luffy), usando su arena para intentar golpearle. En cuanto el primer golpe le alcanzó, empezó a llorar, y el Sabaku que había estado debajo suya sería dañado por una lágrima de hielo sino se apartaba con suficiente velocidad. No comprendía los golpes, pero estaba claro que no se iba a quedar quieto viendo como le causaban daños. Una lágrima tras otra fueron cayendo, y antes de desprenderse del ojo eran convertidas en una especie de bola de granizo bastante grande, del al menos 20 centímetros de diámetro. Sin aparentemente importarle su llanto quiso lanzarle unos shurikens al ojo, pero en vez de acertar en su objetivo fueron a parar con una de las lágrimas sin llegar a dañarle. Las lágrimas que no eran congeladas caían al suelo con un sonoro chapoteo, y debido al gran tamaño de estas rápidamente inundaron los primeros 10 centímetros de la sala.
Por su parte, el Kugutser (Kins) también intentaba poner de su parte para ser útil al equipo. Al igual que el otro miembro se encontraba debajo del ojo, lo que no era muy difícil, pues con su 2,5 metros de diámetro ocupaba la mitad de la sala y el marionetista se había preocupado más por quitarle la bola. Sacó las dos marionetas que tenía, en eso consistían sus armas y su ataque no fue otro que enviarlas a por los finos brazos helados que salían de la pared derecha.
Mandó a una de ellas a embestir contra la pared con sus cuchillas a punto, sin preocuparle que en el camino le hubieran acertado una bola de nieve a Kuroari, e iba a por la estructura helada de donde salían esas manos. No debió pensar demasiado que sería complicado traspasar el hielo, pero por suerte o por desgracia consiguió abrirse paso en la pared mientras sonaba un agudo chirrido debido a la fuerza que había tenido que hacer para clavar el arma. Parecería que se iba a quedar ahí un rato, pero con un brusco movimiento las manos de hielo que tan frágiles parecían la arrancaron de la pared de cuajo y la interpusieron entre la lluvia de senbons que lanzaba la otra marioneta, no sin que al no haber actuado lo suficientemente rápido 9 de ellos se clavaran en su estructura, mientras que las otras 11 acertaban en la madera de la marioneta. Sin poder evitarlo había cogido una de ellas (Karasu) la bola que tanto había entretenido al espíritu.

Por suerte para ellos, aunque no todos sus ataques hubieran acertado, habían dañado lo suficiente a la criatura para que esta se asustara y en vez de seguir atacándoles pareció darles una oportunidad. En la pared de al lado a donde habían salido los brazos, a tan solo 2 metros de las posiciones en las que estarían los chicos si se hubieran quedado por el centro de la sala, se abría una puerta, o más bien un agujero. Era de un tamaño que solo dejaría pasar a cada miembro de uno en uno, con las estalactitas de hielo sobre la parte superior, como si fueran dos enormes garras heladas que en cualquier momento fueran a atraparles para no volverles a soltar. Mientras se abría podrían ver como un resplandor también de un tono azulado, más gélido aún que el de la sala surgía desde su interior. Debía tener un metro de ancho y unos 3 de alto, aunque no se veía el final y no podrían ver el lugar al que les llevaría; era también de hielo en su totalidad, a tan solo un metro por encima del suelo de la sala en la que actualmente se encontraban. El tiempo se les estaba agotando, y la oportunidad que se abría ante ellos parecía ser la única esperanza. El agua del suelo había alcanzado casi el metro, les debía cubrir hasta la cintura y con el mínimo movimiento un poco del llanto se colaría por el pasadizo helado que se encontraba a su izquierda. Claro que, solo eran dos miembros del Equipo Garra los que quedaban listos para seguir. El líder seguía bajo el agua helada, podría notar como sus fuerzas se estaban agotando y sus órganos cada vez respondían menos. Además parecía no haber hecho nada por intentar respirar y su oxígeno se estaría acabando. Sus labios habrían adaptado un color morado, al igual que las extremidades de cada articulación, como los dedos de los pies y las manos, incluso la nariz.
Al menos volvían a tener el Objeto, la parte esencial para el aprobado en su poder... Ya solo les quedaba elegir, y no parecía que el tiempo fuera algo que pudieran desperdiciar... Quizás la decisión más importante de su examen debía ser tomada en ese momento. Una nueva bola de granizo cayó desde el techo al agua, provocando que salpicara. Parecía que el espíritu se estaba impacientando.

Acciones:

Daños al equipo:

Gastos y daños criatura:

[OFF: Pasadas las 24 horas sin postear Ryuji en su turno, con permiso de Sonzu el master del examen, salto turno tocándome ami postear]

Por fin, ya teníamos el objeto esencial para aprobar, Kins había conseguido arrebatarle de las manos a aquel esqueleto. El marionetista cogió aquella bola de cristal y se la metió en los calzoncillos, con esta acción no puede evitar una pequeña carcajada y una leve sonrisa. El ojo empezó a llorar, y algunas de sus lágrimas se conviertieron en unas pelotas de hielo tan duras que si alguna me diese podrían hacerme gran daño. Unas pocas bolas de hielo que sus lágrimas habían creado, paró mis shurikens que había lanzado, una de ellas, caía hacia a mí con ganas de golpearme en la cabeza, por suerte tenía mi tercer ojo a un lado controlando todo lo que pasaba en aquella sala, gracias a el pude reaccionar a tiempo, haciendo con mi arena una especie de tobogán, por el que el pedrusco de hielo, se deslizó y salió por los aires golpeando únicamente el suelo. El ojo no paraba de llorar por lo que la sala empezó a inundarse, mojándome hasta los tobillos. Kins había proporcionado varios golpes al ojo, este pareció estar bastante dañado y sin ganas de continuar atacando, por lo que en la pared que tenía tras de mí, se abrió una puerta del tamaño justo de una persona, parecía ser la salida al aprobado del examen, pues una luz azulada salía de aquella puerta.

Mi mente empezó a funcionar, ya teníamos la bola en nuestras manos y podríamos escapar de aquel infierno, pero por otro lado, nuestro líder seguía allí bajo el agua muriéndose poco a poco de frío y asfixiado. Mientras pensaba el agua ya nos cubría por la cadera. Miré a Kins, el también parecía estar confuso con la situación. De pronto, de mis ojos cayeron varias lágrimas, pues ya había decidido que hacer, había estado poco tiempo con Kentaro, pero lo suficiente como para llorar por abandonarle y dejarlo morir.

-Kins nos vamos de aquí, es lo mejor que podemos hacer-. Tras decir esto, esperé a que el marionetista contestara para echar a andar hacia nuestro aprobado, todavía resonaban las palabras de mi líder en mi cabeza, como si esta me fuese a explotar.

Yo ya me dirigía hacia la salida, con la cabeza agachada y pensativa. Dentro de la puerta, en el techo había unas estalactitas que probablemente calleran, a si que puse la arena sobre mi cabeza para que no impactaran sobre nosotros.

-¡VAMOS!-. Chillé a Kins para que se diese prisa, pues no quería estar más tiempo allí.

Jutsus y Acciones:

Gasto y Daños:

Los ataques hacia el malvado espiritu estaban fallando,Karasu si que logro clavar sus cuchillas,pero cuando Kuroari lanzo los sembons,el espiritu cogio con sus manos a Karasu y la puso de escudo marionetario.Segidamente empezo a llorar,lo extraño era que sus lagrimas eran estalactitas afiladas que caian enpicadas hacia nuestras cabezas,una logro impactar en mi,no sabia si mi compañero estaba bien,pues me preocupaba mucho por mi.Despues de nuestras ofensas parecio considerar nuestra valentia y darnos una oportunidad de huir,eso si,dejando al lider atras,un agujero su habia abierto furtivamente en la pared.Solo podriamos par por el agujero de uno en uno pero no tardariamos,mientras el agua ya nos empezaba a llegar a la cintura,Inkagua me dijo.

-Kins nos vamos de aquí, es lo mejor que podemos hacer.

-Si,Inkagua,tendremos que dejarlo morir aunque nos duela un poco.

Inkagua ando agachado y entro por el hueco,habia estalactitas en el techo,asi que cubrio su cuerpo con la arena mientras gritaba.

-¡VAMOS!

Corri velozmente hacia Inkagua mientras replegaba a mis marionetas a mi lado y me puse bajo su arena mientras caminaba agachado detras suyo y con mis jugetes detras mio..El Chunin estaba siendo duro de roer,ni una pobre ardillita hambrienta habria cascado su gran caparazon para comer el fruto.Me estaba costando,sudor,sangre,y a lo mejor lagrimas mas adelante.Tenia ganas de acabar y blandir con honor ese titulo tan grande de 2 campeonatos Chunin consecutivos.

JUTSUS Y ACCIONES:

GASTOS Y DAÑOS:

Parecía que los chicos se habían dado cuenta de lo necesario de sus rápidas reacciones, sus rostros confusos y algo dolidos por las decisiones que tenían que tomar hablaban por sí solos, ya no eran unos críos que pudieran vivir tranquilos con sus juegos de la infancia sin mayor preocupación que la de a quién le tocara ligar en el escondite. Yendo al examen Chunnin habían puesto su vida y la de los otros miembros del destino en peligro por superar las pruebas que se les plantearían, ellos mismos debían luchar por su propia supervivencia y continuar adelante si tenían que dejar a alguien en el camino. Un guerrero ya había caído, tal vez solo le hubieran conocido de estar allí, pero como ellos era un ninja que deseó servir a su villa hasta el final y quiso enfrentarse a los mayores peligros con la esperanza de salir adelante y poder salir victorioso de tan complicadas pruebas. Doragon Hiryu se quedó en la primera sala, con el Wendigo, cuya bestia ya habría arrancado dolorosamente el último soplo de vida que el ninja tuviera.

Por entonces volvían a estar en una situación complicada, y a la que seguramente no les hubiera gustado tener que llegar a enfrentarse. El líder Kentaro se encontraba en las congeladas aguas, cuyas bajas temperaturas ya le habrían amoratonado grandes partes del cuerpo y le quitaban lentamente el brillo de sus ojos. Por si fuera poco, el oxígeno tan necesario para mantenerse con vida ya apenas llegaba a sus pulmones, y no había ni la más mínima abertura que comunicara con la parte de arriba que hiciera que entrara algo de aire. Arriba el dolido espíritu de hielo dejaba caer sus lágrimas de forma tan prolongada que los únicos que quedaban en condiciones de seguir se encontraron frente a una dura decisión. Podían intentar salvar a su líder mientras la sala se iba inundando a pasos bastante grandes, o huir de allí dejándole atrás por la abertura que se abría en una de las paredes y parecía ser su única salvación.

El primero en adelantarse seguramente a los propios pensamientos que llegaban a la mente del Kugutser(Kins) fue Luffy, el cual derramó unas sinceras lágrimas por Kentaro y comenzó a encaminar la marcha hacia el pasadizo de hielo, la posible caída de las estalactitas que eran como dos grandes manos heladas quedaba interrumpida por la arena que había colocado el Sabaku como prevención. Tras él estaba el Tipo de incógnito con sus dos marionetas, que se colocaban tras él. Cuando el más tardío diera el primer paso hacia el túnel, si echaban la vista atrás aunque fuera por un momento, podrían ver como a pocos metros del suelo, donde aún quedaba agua se abría otro pasadizo que no se hubiera descubierto minutos antes a no ser que hubieran seguido atacando, y por él se filtraban todas las lágrimas que habían estado llenando la sala. Así se iba vaciando mientras caía sin parar por aquel túnel helado, vaciando los rastros de la presencia de los jóvenes. Por último se abría un agujero en el suelo, parecía el mismo por el que había caído el líder, pero más grande, pues su cuerpo ya no se encontraba de pie sino tumbado. Las manos de hielo le sacaban y dejaban en la superficie junto con su espada, aunque ya no había nada que salvar, otro guerrero había dado su último aliento hasta alcanzar el río en el que todos desembocamos: la muerte. El líder Kentaro yacía sin vida en la fina capa helada, con su cuerpo empapado, los labios de color morado apagado y las puntas de su cabello con una ligera escarcha. El gesto de su rostro mostraba un cierto infortunio que quedaría congelado sin posibilidad de cambiarse, pues el fuego de su corazón se había apagado y por su boca había escapado hasta el último atisbo de su alma.

Si por su mente pasaba el volver para cambiar de camino e ir por aquel túnel que quedaba despejado o ir a por el cuerpo del líder, rápido se irían aquellas ideas de su mente. Las estalactitas de la entrada de su túnel comenzaban a alargarse hasta llegar al suelo de la entrada, 3 metros más abajo, y al final de esta salían otras tantas que comenzaban a subir. Así se fue tapando el agujero por una entramada telaraña helada, a la vez que se les dejaba la única posibilidad de avanzar hacia delante. El pasillo se mantenía con el mismo espacio, alumbrado aún por una luz, una misteriosa azulada luz que les acompañaba y parecía no venir de ninguna parte…
La transparencia del techo hacía que pareciera de cristal, pudiendo ver algunas extrañas formas que les costaría reconocer, pero si se fijaban bien podrían distinguir una de ellas con claridad, aunque debido a su enrevesada morfología no sería difícil que pensaran que era algún delirio de su mente cansada. Un animal, si es que podía considerarse como tal, con el tamaño de un pony y un brillante cuerno que salía desde su frente flotaba sobre la pared de sus cabezas. Tenía un hocico similar al de un cerdo, siendo la parte inferior de su lomo rosada y el resto de un color blanco con manchas negras, como el pelaje de una cebra. Al mirarles con esos grandes ojos negros parpadeó un par de veces y después abrió la boca en lo que debería ser un rugido, aunque debido a la falta de acústica no podrían distinguirlo, dejando al descubierto una enorme hilera de dientes. Tras ello, volvió a su posición normal y se perdió entre las brumas grises, dejando solo el recuerdo multicolor de los dos miembros que habían sido capaces de verlo…

La segunda prueba había quedado finalizada, y el futuro de aquellos ninjas quedaba en sus manos. Parecía faltar poco para que pudieran salir de aquel infierno. Solo les quedaba seguir adelante y luchar, luchar por sus vidas.

Daños al equipo:

off: