Amenaza hedionda (Equipo Sombra).

Spoiler:

Por fin nos habían llevado al sitio en el que tendría lugar el examen chuunin. Éste lo tendríamos que hacer en una especie de cueva, brillante y grande como sólo podía ser un recinto especial del país de la nieve. El examen lo tenía que hacer con dos chicos, Alzack y Marduck, de los cuales yo era la líder, y estaba impaciente por acabar ya de una vez con ello. Esperaba que los jóvenes fueran competentes, y eso me parecía, pero eso sólo se vería a lo largo de la prueba.
Caminé unos pocos pasos en una pequeña labor de reconocimiento. La nieve estaba presente en el suelo, por lo que resbalar no sería un problema. La baja temperatura que había allí no me gustaba lo más mínimo, pero, aún así, ya había ido una vez al país de la nieve, sitio en el que había conocido a Luffy, y en ese momento me alegraba más que nunca de haber ido allí. Al menos, podía estar más acostumbrada que otros.
Cogí el objeto que debíamos proteger en las manos y me lo metí en la capa que llevaba. Me eché el aliento a las manos, que no llevaba protegidas con ningún guante, con intención de calentarlas, y me dispuse a darles las instrucciones a mis compañeros. Pero entonces, la luz artificial que había en la cueva dejó de funcionar, y tuve que cambiar el plan en unos instantes, cosa que no me costó mucho pues había pensado muchos planes diferentes hasta el día de hoy.
-Alzack o Marduck, quien sea del elemento raiton que use el jutsu de Gentoshin y se ponga tras de mí, para iluminar la cueva y por otras razones. ¿De acuerdo? Estad atentos. Cualquier cosa fuera de lo normal lo decís. En marcha -y tras esto esperé a que alguien realizara lo que había ordenado, y así empezar definitivamente el examen.

Los chunins ya dieron comienzo, en ese momento muchos ninjas se encontraban con sus respectivos kages, todos estaba reunidos y con gente conocida, con una e excepción, Alzack, desde que Yuu desapareció volvía a estar solo, pero eso no le impediría dar lo máximo para pasarlo, el frió clima del país de la nieve estaba haciendo pasar un mal momento a este, pues estaba acostumbrado al calor del desierto, un frió que calaba los huesos, un frió inaguantable, pero era lo que había, pese a eso en aquella carpa tenía un clima cálido, esperaba que todo el examen fuese a si.


Tras pasar a una carpa mas pequeña de 100 metros con un monitor en medió. Alrededor del monitor había cinco columnas de un metro con un cojín rojo bordado de oro que sostenía una pequeña esfera de cristal, en la que se podían observar pequeñísimos copos de nieve que caían al moverla y en el centro un extraño símbolo que no sabía lo que significaba, cuando todo el mundo entro en la sala la pantalla se encendió, mostrando a un hombre de un gran tamaño, cuando se puso a hablar explicando como serian los chunins, tras eso pude ver mi grupo, el equipo sombra, formado por Kori, que sería la lider y Marduck.

Al fondo de la carpa se abrió el suelo formando unas puertas, encima de las puertas el nombre de cada grupo, cuando lo vio Alzack se dirigió hacía aquel lugar, pero antes que el había una chica, suponía que sería Kori, tras entrar en aquel lugar el frió iba aumentando cada vez mas, el clima cálido poco a poco se iba extinguiendo, acabaron en una gigantesca cueva helada, muy fría pero con una gran belleza, el suelo estaba cubrido por nieve, y también por unos pinchos que parecían estar oxidados, en las paredes parecía haber minerales, pero no estaba seguro de ello, pues no entendía mucho sobre estos tipos de piedras.

El equipo enpezo a andar por los pasillos helados, el cableado eléctrico alumbraba todo el camino, pero era muy extraño que este hubiese sobrevivido, Alzack permanecía en silencio, no quería relacionarse con otras personas, aun no... Tras unos minutos caminando el camino seguía igual, tras llegar a cierto lugar se pudo escuchar unos estaños ruidos, no sabía muy bien lo que eran, pero no le gustaba mucho, segundos después el ruido fue acompañado por el de la corriente eléctrica, las bombillas estaban comenzando a fallar regulando su luz, parecía una sobrecarga, cuando las bombillas explotaron cayendo los cristales sobre nuestras posiciones, tras eso la cueva se quedo completamente a oscuras, cuando la líder dijo:

-Alzack o Marduck, quien sea del elemento raiton que use el jutsu de Gentoshin y se ponga tras de mí, para iluminar la cueva y por otras razones. ¿De acuerdo? Estad atentos. Cualquier cosa fuera de lo normal lo decís. En marcha

Pero Alzack ya se había adelantado pues mientras lo decía el ya había realizado del sello, tras eso su cuerpo se ilumino iluminando la cueva a su vez, tras eso supo sus manos en su cintura agarrando levemente sus pistolas, mientras estaba atento a cualquier cosa que pudiese pasar, mientras tanto se coloco delante de la líder diciéndole: Déjame ponerme a mi el primero para alumbrar, vosotros no os alejéis mucho de mi_ Tras eso siguió recto explorando la cueva a fondo.

Info:

Acciones:

Gastos:

Los jóvenes aspirantes bajaron a la helada y sin embargo hermosa cueva en la que se había convertido aquella mina, abandonada mucho tiempo atrás, sin embargo apenas unos minutos después su vista fue totalmente anulada debido a una sobrecarga que acabó con la instalación eléctrica del lugar, al tiempo que la cueva se llenaba del eco de pequeños pasos, cuya localización era imposible de adivinar. La situación empeoraba, y a aquellos ecos que resonaban sobre las paredes de la mina abandonada se les sumó la llegada de un hedor insoportable, un olor a muerte y putrefacción. Ante esto la joven líder del grupo, Kori, reaccionó pidiendo que alguien alumbrara la zona por su espalda, una jugada astuta teniendo en cuenta el clan al que pertenecía, y que seguramente les habría ayudado a salir ilesos del lugar, pero totalmente desbaratada por las acciones un tonto aspirante, que se colocó por delante de ella, alumbrando un poco la sala con su cuerpo. Seguramente muchas cosas se les podría haber pasado por la cabeza al grupo sobre lo que les estaría esperando al encender las luces, sin embargo nada se encontraba oculto en la oscuridad de su alrededor, al menos a simple vista.

Las cosas sin embargo no se pusieron a mejor, pues la líder del grupo podría notar como una especie de garra golpeaba su espalda, donde momentos antes de que se encendiera la luz esta podría haber notado como algo se movía. A este ataque furtivo se le sumaron otros dos, uno afectó al joven aspirante que actuaba de linterna, al que se le cayó encima de la cabeza un ser asqueroso y putrefacto, con varias patas que se movían sin control, dando una de estas un pequeño arañazo en la mejilla izquierda del aspirante, que pronto comenzó a llenarse de pústulas de un color que se asemejaba a la carne podrida, el otro lo sufrió el aspirante de Sunagakure, que se encontraba al final del grupo, y que podría notar como algo se clavaba en su pié izquierdo, atravesando completamente el calzado que este llevara. El ser que le había hecho eso se trataba nada más y nada menos que de un pez, si, un pez muerto y en avanzado estado de putrefacción, que soltaba un hedor insoportable de su cuerpo, sin embargo lo más extraño de este pez es que presentaba cuatro extremidades duras y negras en forma de patas de insecto, al igual que varios tubos de carne negra conectados a sus branquias, que hace mucho tiempo que dejaron de respirar. Los otros seres que habían atacado al resto del grupo eran idénticos en lo que respecta a apariencia, con alguna que otra diferencia en cuanto a la especie y el grado de putrefacción. Tras clavar su pata afilada en el pié del último aspirante esta extraña criatura siguió corriendo a una gran velocidad en dirección al interior de la mina, donde se encontró con otros cinco de esos seres, todos de distintos tamaños y especies. Mientras esto pasaba el monstruo que Kori tenía correteando por su espalda había subido hasta su cuello, el cual mordisqueó un par de veces, como si de un borracho lujurioso se tratara, a la vez que uno de los peces del grupo de ahora seis que se encontraba obstaculizándoles el paso se abalanzaba contra el aspirante linterna, al mismo tiempo que por la espalda del grupo, otros tres de esos seres se abalanzaban contra ellos, en concreto contra la cabeza del aspirante de Sunagakure, a la cual se engancharían haciendo uso de sus afilados colmillos.

La situación en la que se encontraban se había convertido en un festival de muerte y putrefacción, protagonizado por aquellos seres con forma de peces, que habían pillado totalmente desprevenido al grupo. La única cosa que podían hacer era continuar su camino, sin embargo este estaba obstaculizado por seis de aquellos seres, y la huida por la retaguardia no era una opción, pues además de estar también cubierta, esta no llevaba a ninguna salida. El tiempo pasaba, y las heridas sufridas por aquellos seres comenzaban a infectarse y a provocar pequeños daños en los aspirantes, haciendo que pequeñas pústulas salieran alrededor de estas, además de que poco a poco la carne a su alrededor comenzaba a pudrirse. El tiempo corría en su contra esta vez, más para unos que para otros, y si no abandonaban pronto aquellas minas jamás volverían a ver la luz del día.

info de los monstruos:

daños:

Off: En el siguiente turno seguid este orden - Marduck, Kori, Alzack. Adjunto un mapa de la mina para que Marduck sepa por donde ir en caso de que realice el jutsu de nuevo, pues los ataques han cortado todas las acciones realizadas tras el jutsu de Alzak:

mapa:

Tras dar la orden de que mi compañero se colocase a mi espalda, éste la desobedeció nada más pronunciarla, poniéndome de los nervios y consiguiendo que le contestase lo más tranquila de lo que fui capaz.

-Si te digo algo es para que lo hagas, no para que me desobedezcas –le dije, acompañando mi frase con una fría mirada-. Tú de momento no has hecho nada, Marduck, pero espero que tampoco me desobedezcas –dije esta vez con un tono más suave y controlado.

Adelanté a Alzack después, para situarnos en la posición en la que nos encontrábamos al iniciar la marcha por la bella y ahora resplandeciente cueva, pues al estar hecha de minerales, una sola luz era suficiente para que se reflejara e iluminase toda la estancia. La vista era preciosa, pero no me podía desconcentrar pensando en eso.

Cuando estaba intentando dejar de admirar el lugar, algo golpeó mi espalda fuertemente. Aún así sentía algo en mi espalda, por lo que cogí un kunai que clavé en la zona por la que sentía el ser. Al clavárselo, conseguí quitar al monstruo que llevaba en la espalda, y le arranqué de su interior el kunai con desprecio y asco. Mientras hacía esto, di una rápida vuelta de 180º sobre mí misma, y pude ver cómo a Alzack se le caía un ser... indescriptible, repugnante sin lugar a dudas, moviendo un montón de patas -sin control alguno-, que no me dieron tiempo a contar, y con una de ellas finalmente arañó su mejilla, y en la herida que provocó sólo vi que se llenaba de pústulas; luego me fijé en Marduck. Tenía una mueca de dolor que revelaba que algo le había sucedido, sin embargo no pude ver lo que era hasta que se movió, y logré admirar a un asqueroso pez.
“Desde luego, qué mal gusto han tenido en este examen”, murmuré mientras me tapaba la nariz, intentando no inhalar el vomitivo olor que el pez desprendía.
Luego, los mismos peces se abalanzaron contra nosotros. Hice un sello con las manos e hice un jutsu que envié contra uno de los peces que se encontraba más cerca de mí (cinco metros aproximadamente, en ese momento), para después repetir la misma operación contra otro pez que ahora estaba a la misma distancia de la que había estado el anterior, atacando a Alzack.

-Cubridme un segundo, que enseguida os saco de aquí –dijo Marduck alentándonos a Alzack y a mí, e intenté olvidarme del dolor en la espalda.

Desconocía el estado de mis compañeros, aunque era obvio que Alzack estaba en las últimas; dudaba bastante que sobreviviera, salvo que se guardara algún as en la manga que pudiera ayudarle o ayudarnos a los tres.

-Chicos, poneos en una posición en la que nos cubramos mutuamente la espalda –dije mientras me puse en esa posición y tiraba de Alzack para que esta vez no me desobedeciese y estuviésemos todos dispuestos.

De esta manera nadie podría atacarnos por la espalda, todas las caras desde las que podrían atacarnos estaban cubiertas. Además Alzack seguía dándome luz, de un modo u otro.

Marduck hizo un jutsu muy bien pensado, en el que podíamos escapar de aquel lugar, y cuando empezó a moverse la plataforma de arena, mi compañero preguntó:
-¿Cómo os encontráis todos?

-Me duele la espalda, pero no te preocupes por mí. El importante es Alzack ahora –dije dirigiéndome hacia él, en busca de una respuesta-. Por cierto, Marduck, toma el objeto. Con tu arena podrás protegerlo mejor que yo con las sombras –dije mientras se lo entregué.

info:

jutsus:

gastos y daños:

He editado porque sin querer copié sólo los spoilers, y dejé el texto xD

Una preciosa cueva se podía ver, helada y fría pero preciosa, pocas veces una persona podría ver esto, pero ellos eran privilegiados, por a si decirlo, Alzack desobedeciendo a su líder la adelanto con la intención de alumbrar las hacía delante, pero se equivoco, su líder estaba delante suya por algo, a si que cuando lo hizo esta se mosqueo un poco diciendo que no le desobedeciese, este acato las ordenes y dejo que la adelantara, tras eso el camino siguió, asta que vi como un bicho se posaba en la espalda de Kori, antes de que pudiese racionar algo cayo en la cabeza de Alzack, un olor a putrefacto inundo la sala, antes de que pudiese hacer nada algo le araño en la cara, después de eso se empezó a sentir muy mal, mareado y con ganas de vomitar, sus fuerzas se estaban perdiendo, como eso siguiese a si no podría sobrevivir, pero no se rendiría, rápidamente saco sus pistolas, y la primera bala fue dirigida al bicho que estaba en su cabeza, el le había envenenado, ahora debería morir, rápidamente la bala salio y atravesó al bicho, la bala entro desde la cabeza y salio por la cola, parecía que ese no molestaría mas, después de dispararle se lo quito de la cabeza tirándolo al suelo, para a si pisotearlo por si acaso, después la líder y marduck atacaron a los insectos, dejándolos K.O., o eso parecía, cuando estos atacaron otros 6 bichos aparecieron,rápidamente les apunte con mis pistola y lance tres balas, dos en una pistola y una en la que había utilizado antes, mis pistolas no eran perfectas, tenían un limite de balas en un tiempo, las balas se movían mas rápido que los insectos, a si que simplemente moviéndose no podrían esquivarlas, cuando estas impactaron le atravesaron a los 3 bichos, con suerte matándolos, después de eso marduck hizo una plataforma de arena montándonos en ella a Kori y a mi, después de eso nos iríamos de allí lo mas rápido posible, mientras que Alzack sostenía aun las pistolas en sus manos preparado para disparar, cuando les dijo a sus compañeros:

_No os preocupéis por mi, tengo un as en la manga, no me dejare derrotar tan fácilmente, mientras tanto yo os cubriré las espaldas.

Después de eso se puso a vigilar toda la cueva, buscando cualquier peligro.

Acciones:

Gasto y Daño:

Los aspirantes consiguieron librarse de los ataques de aquellas horrendas criaturas, sin embargo algo más pasó para lo que no estaban preparados, de los peces que habían sido aplastados por Alzack y Marduck, y desde la herida provocada por Kori, una especie de gas, más denso que el propio humo y maloliente como las criaturas de las que emanaba,comenzó a cubrir la zona en la que estaba completamente. Aquel gas no era ni mucho menos normal, los shinobis aspirantes podían notar una gran maldad fluyendo por este, como si el gas tuviera vida propia, e intentara llevarles con ellos a su reino de terror. Pasaron los segundos, tan lentos que parecían horas, y por fin se pudo ver como una gran masa de arena salía de la zona de gas, llevando a Marduk, Kori y... ¿Alzack? El aspirante conocido como Alzack y la linterna del grupo hasta ahora había desaparecido completamente, y en su lugar solo había otros dos peces como los de antes, totalmente moribundos y presentando distintas heridas y amputaciones, que se asemejaban a mordiscos, a pesar de eso estos aun se movían como podían, y se dirigían hacia la líder del grupo, sobre la que se abalanzaron dispuestos a morder sus proporciones arropados por el manto de la absoluta oscuridad, tras lo que caerían muertos al fin.

La situación se había complicado, atrapados en una enorme, oscura y laberíntica cueva, con un miembro del grupo desaparecido y las heridas provocadas por aquellos grotescos seres infectándose y pudriéndose poco a poco sin posibilidad de evitarlo, sus únicas esperanzas estaban en el aspirante de Sunagakure Marduck, que no solo les estaba transportando, si no que les prometió sacarles sanos y salvos de aquella mina abandonada, cosa que solo el tiempo diría si es verdad, un tiempo que no podían perder en estupideces. El largo pasillo de la mina pronto dejó de serlo para transformarse en una bifurcación donde tomaron el camino Derecho, llegando a otras dos bifurcaciones mucho más adelante, hasta que al final pudieron ver una luz asomando por una de las paredes de una gran sala a la que habían ido a parar. Al fin habían encontrado la salida de aquel maldito lugar, sin ningún otro contratiempo aparte de los mencionados anteriormente. Poco a poco la arena en la que iban montados se iba acercando al final de la sala y a la tan ansiada salida, mientras que podían volver a oler aquel apestoso hedor que despedían aquellos seres que dejaron atrás, en la más profunda oscuridad de la mina. Pronto se dieron cuenta del porqué, y es que al igual que aquellos dos peces que antes atacaron a la líder del grupo, otros varios yacían muertos cerca de la salida, presentando heridas similares a las de los otros, e incluso peores, y junto a ellos pudieron ver el cuerpo yacente de lo que seguramente hubiera sido su verdugo, un gigantesco gusano, de unos cinco metros de largo y uno de ancho, que presentaba cerca de la cabeza dos protuberancias, que se ramificaban en forma de abanico, y podían llegar a medir dos metros. El resto de la figura estaba demasiado desfigurada por los distintos ataques de las otras criaturas como para apreciar algo más, exceptuando tres agujeros en su cuerpo provocados seguramente por el impacto de balas, dando a entender que el miembro perdido del grupo ya había pasado por aquel lugar, por lo que ya nada les ataba a aquella mina.

Si se dirigían al exterior de la mina podrían salir por fin a la superficie, donde les esperaba un pequeño pueblo minero asentado en un acantilado, rodeado por dos grandes cordilleras de montañas a los lados, que seguían más allá de la visión de los aspirantes, reducida a causa de una gran tormenta de nieve. Este parecía totalmente abandonado, las casas se encontraban en un estado lamentable, algunas incluso derruidas totalmente, y de la capa de nieve del suelo asomaban distintos objetos oxidados, como picos y palas, además de encontrarse la misma peste a pescado podrido de antes, solo que esta vez la fuente del hedor no presentaba patas ni intentaba acabar con la vida de ambos aspirantes, si no que se encontraban adornando el suelo de lo que podría haber sido años atrás una pescadería, ahora totalmente destrozada. Exceptuando algunos ruidos extraños provenientes del interior del pueblo, todo parecía normal, nada más lejos de la realidad, ya que toda la zona estaba rodeada por una especie de aura siniestra que infundía un gran sentimiento de furia y terror en los miembros del grupo, y que a medida que se adentraban en el pueblo se iba haciendo tan densa que casi parecía que se pudiera cortar con un arma de filo. En un momento dado a esto se le sumó el ruido de rápidas pisadas, que iban de un lado a otro resonando por todo el pueblo. Estas duraron unos segundos, tras los que pararon totalmente, mientras que, en el interior del pueblo, se podía ver aparecer una pequeña sombra arropada por la tormenta de nieve, de apariencia humana, o al menos eso es lo que su nublada vista les hacía creer, que tras unos pasos se desplomó sobre la capa de nieve que cubría el suelo.

¿Podía ser Alzack tal vez? Para descubrirlo tendrían que adentrarse en aquel pueblo perdido en el tiempo, y de prisa, pues si se quedaban demasiado tiempo en el lugar pronto se unirían a este como fantasmas del pasado, derrotados por el gélido tiempo y el ponzoñoso veneno que ahora pudría poco a poco sus carnes, haciendo que distintas zonas de su cuerpo se pudrieran poco a poco, llenándose de pequeñas pústulas del mismo color que su carne podrida.

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Daños:

Off: Alzack ya no es necesario que postees hasta que se te avise, el resto seguid el orden de posteo del primer turno (Kori, Marduck).

Habíamos conseguido librarnos de aquellos putrefactos seres que se habían abalanzado –lentamente- contra nosotros, pero aún así tenía el presentimiento de que esto no iba a ser lo único. El examen debía continuar, y eso hizo, al ir llenándose el sitio en el que nos encontrábamos de un... gas, o lo que fuera, tampoco me iba a poner a analizar todo. Dicho gas olía terriblemente mal, además de ser denso y provocar en mí la sensación de estar en un lugar terrible, por lo que tras hacer un sello mi cuerpo se iluminó, permitiéndome ver mejor lo que se cocía por la arena en la que nos encontrábamos Marduck, Alzack y yo, y quitando un poco esa desagradable sensación.
-Vamos a salir apestando de aquí –comenté, mientras miraba hacia donde se suponía que estaba Alzack. Y digo suponía, porque el individuo no estaba. ¿Se habría escapado? Eso sería muy poco honorable por su parte, además de imposible; se dirigiría a una muerte segura si osaba enfrentarse solo a los peligros. Pero no tenía la certeza de ello; además, dos sospechosos peces se encontraban en su lugar, y se dirigían con la lentitud propia de algo muerto hacia mí, dispuestos a atacarme.
-Atento, Marduck –llamé su atención, por si acaso algo me salía mal, si es que él no tenía otras preocupaciones, y evadí rápidamente a los seres al lanzarle a uno de ellos una bola de energía y a otro esquivándolo con un veloz movimiento, a la vez que, en el aire, le clavaba el kunai que llevaba, quedando clavado en éste, tras lo cual lo saqué y volví a clavar, esta vez en el otro pez, para luego repetir la misma operación, aunque limpiando el kunai disimuladamente en la ropa de Marduck.
-Alzack no está. A ver lo que ocurre...
Tras un rato tranquilo, salimos por fin a la esperada superficie. Estaba atenta a todo, me sentía segura a pesar de la prueba, aunque desconfiada de cualquier cosa. Parecía un pueblo fantasma, además el suelo estaba lleno de peces asquerosos.
-Dios mío, qué asco... ¿Tú puedes soportar esto? –dije mientras me tapaba la nariz-. En fin. Deberíamos seguir adelante... Mientras podamos. No me gusta lo que nos han hecho los bichos de antes. Presiento que no tenemos mucho tiempo.

Y comencé a avanzar, luchando contra el miedo que se metía en mí, pero haciendo caso omiso a él; había aprendido a ser valiente.


¿Estaría Alzack aquí? Todo parecía indicar a que sí, pero no podía dar nada por supuesto...

Spoiler:

jutsus:

gastos y daños:

acciones:

Off: Kori, al no poner el gentoshin en spoiler el jutsu queda anulado y los ataques de las criaturas te alcanzan.

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A pesar de la habilidad de la joven aspirante de Konoha Kori, los ataques de las dos últimas criaturas alcanzaron el cuerpo de esta, quien simplemente lanzó un par de ataques a ciegas. Tras este pequeño contratiempo ambas criaturas cayeron muertas sobre la arena debido a sus heridas, y los aspirantes que quedaban salieron sin más complicaciones de la trampa mortal que hasta hace unos momentos había sido aquella mina abandonada. Así, nuestros jóvenes aspirantes salieron a la superficie, acabando en un gran acantilado helado, rodeado de dos grandes cordilleras a los lados, cuyo final se perdía entre una gran tormenta de nieve que dificultaba la visión de los aspirantes, y en el centro de este acantilado, frente a ellos, se encontraban los restos vestigiales de un pequeño pueblo, abandonado varios años atrás. Los dos jóvenes, en busca de su perdido compañero de examen, se fueron adentrando poco a poco en aquel pueblo de aspecto fantasmal en busca de la sombra que momentos atrás fue avistada por Marduck, y a medida que atravesaban su frontera, el aura de rabia y terror que antes sintieron se hizo más y más fuerte, influenciando negativamente al grupo, que sentía como poco a poco su capacidad de raciocinio se esfumaba, al mismo tiempo que la rabia de su interior comenzaba a consumirles.

A medida que avanzaban a través de las pútridas casas de madera malamente congelada de las que constaba el pueblo la sombra que se encontraba en el suelo se fue haciendo cada vez más clara, hasta que esta se volvió medianamente visible, permitiendo así reconocer a la figura sin muchos problemas. Capa marrón con flecos, pelo largo de color oscuro, no había ninguna duda, aquella figura que ahora se encontraba en una posición medianamente fetal combulsionándose de forma extraña era su compañero perdido Alzack. Los aspirantes se acercaron rápidamente a socorrer a su compañero, sin embargo no descubrirían hasta llegar a escasos tres(3) metros de este que esa cosa no era Alzack, ya no. Cuando este sintió las pisadas de los aspirantes en la nieve paró de realizar aquellos extraños movimientos, mientras que esgrimía algún que otro quejido a baja voz. Tras unos segundos de espera las figura alzó el rostro y lanzó un gran quejido lleno de dolor y rabia hacia el oscuro cielo. Su aspecto era cuanto menos inquietante, toda su carne se encontraba podrida, mostrando un asqueroso color grisáceo, las pústulas que antes solamente cubrían la herida de su rostro se habían repartido ahora por el resto del cuerpo, y de vez en cuando estallaban, expulsando un hedor idéntico al que les había cubierto minutos antes en aquella mina. Sus ojos habían perdido su luz totalmente, quedando teñidos de negro en su totalidad, a excepción de la pupila, que mostraba un inquietante brillo amarillento. En sus manos sostenía una de aquellas cosas con forma de pez que se encontraron anteriormente, a la cual se podía apreciar que había estado devorando hasta hace poco, sin embargo aquella horrenda escena no era en absoluto lo que más debía preocuparles.

Tras el grito despedido por su pútrido (ex)compañero el suelo a sus pies comenzó a temblar, y de este comenzaron a salir diversas criaturas de gran tamaño y apariencia similar a la del "gusano" encontrado antes en la salida de la mina, solo que estos, a diferencia de aquel, no estaban totalmente demacrados, y mostraban su forma en todo su esplendor. Llegaban a medir unos seis(6) metros de largo y uno(1) de diámetro, su piel gomosa era de un tono violáceo oscuro, y presentaban cerca de lo que se podría llamar la cabeza dos protuberancias que se ramificaban en forma de abanico, llegando a los dos(2) metros de tamaño y cuyas puntas brillaban en un tono azulado. Tras estas se encontraba la "cabeza" de la criatura, destacando principalmente porque esta era de un color más rosáceo en comparación con el resto del cuerpo, y por la imponente fila de dientes afilados en forma de sierra que presentaba en una especie de boca circular, por la que goteaban algunos efluvios para nada apetecibles. A pesar de no presentar por ninguna parte de su anatomía ojos, estos seres sabían perfectamente donde se encontraban sus presas, cosa que quedó demostrada cuando el último de ellos salió del interior de la nieve por la espalda del aspirante Marduck, llevándose consigo su capa y todo aquello que esta contuviera, para luego engullirla de una sentada. Había fallado su acometida por escasos centímetros, y estaba claro que ni ella ni ninguna de las otras criaturas tenían pensado que esto volviera a pasar.

Mientras todo esto pasaba y los aspirantes quedaban rodeados totalmente por cuatro(4) de estas horribles criaturas, el aura que rodeaba la zona se hizo mucho más fuerte, hasta el punto de manifestarse físicamente, mostrando horrendas figuras en una especie de niebla mágica que rodeaba todo el pueblo sin excepción, aunque sin dificultar para nada la visión de los jóvenes. Esta se concentraba especialmente en una de las casas derruidas del pueblo, sin embargo no había nada en el interior de esta, totalmente visible debido al deterioro, y más importante aun era que si querían llegar hasta ella o hasta cualquier otro sitio primero deberían abrirse paso entre la marabunta de seres que ahora mismo les rodeaban. Mientras todo esto pasaba, sin que ellos se dieran cuenta, Alzack había desaparecido como una centella de su posición inicial, para luego golpearles desde la espalda con las palmas de sus manos totalmente electrificadas, a cada uno con una. La potencia del golpe fue lo suficientemente grande como para mandarlos directos contra el suelo, sin duda este no era el Alzack débil físicamente que el grupo había conocido al inicio del examen, y eso era un problema. Desde su nueva posición en la fría nieve pudieron ver además como desde las minas salía, arropada por aquella niebla fantasmal, la misma criatura que habían visto yacer muerta a la salida de la mina, mientras que sus heridas se iban cerrando poco a poco, tras lo que se sumó al grupo de criaturas, aun inmóvil. Además de eso los jóvenes pudieron oir otra vez los mismo quejidos salir de los labios putrefactos de Alzack, tras lo que, dificultosamente, pronunció una palabra.

- Sal...vad...me....

Tras esto la niebla se agitó alrededor de este, quien tras resistir durante unas milésimas volvió a dirigir un grito desgarrador a los cielos mientras que con sus manos formaba una serie de sellos, tras lo que una onda de chakra salió despedida de su cuerpo en dirección al cielo, formando sobre este a baja altura una gran nube negra. Además de eso las cinco(5) criaturas, que hasta ahora habían estado totalmente inmóviles a diez(10) metros de los aspirantes rodeándolos, se abalanzaron contra el grupo haciendo acopio de sus diversas armas naturales, dispuestos a acabar con su vida en ese mismo instante. Sin duda aquella extraña y grotesca niebla tenía algo que ver en lo que le había pasado a su compañero y con la aparición de aquellos seres, sin embargo ¿Cómo parar algo que ni siquiera puedes tocar, y que no sabes de donde viene? Seguramente para cuando encontraran la respuesta ya habrían sido pasto de aquella niebla, que además se iba apoderando poco a poco de sus mentes, hasta convertirlos en seres totalmente irracionales y rabiosos, pertenecientes a las huestes de la plaga.

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The Mist:

Winged:

Alzack:

técnicas y acciones:

Gastos y daños:

Efectivamente, la sombra que había visto era Alzack, la misma ropa, el mismo pelo, todo parecía indicar que era él y que se encontraba especialmente herido. Nos acercamos rápidamente a socorrer a nuestro compañero caído, pero resulto que ese no era nuestro compañero, al menos no aquel compañero al que habíamos conocido anteriormente. Su piel mostraba la misma podredumbre que todas aquellas criaturas que nos habíamos encontrado anteriormente, en sus ojos ya no se podía encontrar ningún rastro de humanidad o de vida, estaba atrapado entre la vida y la muerte y parecía que como el resto de las putrefactas criaturas el también quería atacarnos. En su mano pude ver uno de aquellos peces que nos habían atacado dentro de la cueva, pero el pez ya estaba completamente muerto y mostraba mordiscos que parecían haber sido creados por Alzack. “qué asco” pensé solo al imaginar a aquella horrenda, putrefacta y hedionda criatura entrando en la boca de mi compañero.

Alzack grito con fuerza, e instantes después el suelo comenzó a temblar con fuerza, tras lo cual salieron del suelo numerosos gusanos con la misma forma que el que vimos en la salida de la cueva, uno de ellos me sorprendió por la espalda, y aunque no llego a golpearme me quito la capa “condenado bicho”. Por mi mente solo se movía una idea, “Mátalos, mátalos a todos” sin embargo estábamos rodeados, había que buscar un lugar algo más propicio para nuestro combate. Tenía que patearles el culo, pero para poder hacerlo tenía que pillarles uno por uno, en fila. Esta iba a ser una batalla que recordaría toda mi vida. Antes de darme cuenta Alzack había alcanzado mi espalda y me había propinado un buen golpe que me derribo. Esta se la iba a devolver, aunque recuperara la consciencia recibiría un buen golpe por capullo. Ya tenía planteada mi estrategia para el combate. Me levante ayudándome de mis dos manos, con una sonrisa sádica en el rostro deseando matarlos a todos. Aproveche ese momento para hacer una técnica que me sería muy útil para mi estrategia. Este me permitiría conocer la forma del terreno, y con el buscaría la zona perfecta para el combate, un lugar estrecho, por donde solo nos puedan atacar desde dos lados y de uno en uno, “espero que exista uno en este condenado pueblucho”

Alzack susurraba sonidos espasmódicos entro los que me pareció oír una palabra “salvadme” "menudo invecil, si que le iba a salvar, A OSTIAS". Momentos después volvió a lanzar al aire otro de aquellos chirriantes y tétricos gritos “Por todos los ninjas de este mundo, pedazo de ostia que pensaba meterle en toda la boca”, momentos después la niebla comenzó a moverse a su alrededor, cuando comenzó a realizar jutsus, formando una gran nube negra, al mismo tiempo que todos los gusanos se lanzaban a gran velocidad hacia nosotros. La batalla había comenzado y este era el momento perfecto para comenzar mi estrategia.

Era mi turno de actuar, rápidamente cree unos pequeños torbellinos a mis pies que me elevaron 6 metros de altura permitiéndome así esquivar los ataques de aquellos miserables gusanos, pero acercándome peligrosamente a la nube creada por Alzack, me tocaba atacar a mí, pero no permitiría más sorpresas de aquellas miserables criaturas, iba a moverme a un lugar más estratégico y debía asegurarme de saber con cuántas de estas criaturas me encontraría, cuantas más mejor, más diversión. Saque toda la arena de mi calabaza para esparcirla por los alrededores, esto me permitiría conocer la posición de todos los bichos que se escondieran por el pueblo, y así podría matarlos a todos.

acciones:

Gastos y daños:

Off: siento tardar

Pelear. Eso era lo único que tenía en mente en aquel momento. Vi a Alzack completamente distinto, porque era él exteriormente, aunque lleno de heridas y demás. Se movía agónicamente, aunque cuando nos acercamos paró para dejar en su lugar un grito lleno de dolor y rabia. Si no me cuidaba las espaldas, acabaría como él. Lo único que importaba era yo.
Aparecieron a nuestros pies cuatro enormes gusanos, y uno de ellos atacó a Marduck. Mi compañero me daba igual, pero necesitaba combatir contra ellos. Mi cuerpo me lo pedía. Así pues, hice un sello y mandé una bola de energía a la cabeza de cada uno de los seres que intentaban atacarnos, para luego lanzar a la cabeza del que se encontraba más cerca de mí un kunai. Si mis ataques fueran efectivos, uno de los gusanos caería muerto y los demás, aunque vivos, estarían en peores condiciones que antes. Ardía en deseos de ver lo que realizaban mis extraños enemigos.
Tras atacar a las criaturas, por la espalda fue por donde recibí un ataque de mi antiguo compañero. La rabia que sentí en ese momento es indescriptible; sólo quería acabar con él. Y con todo lo que se interpusiera en mi camino.
Apareció, cuando me disponía a pelear con Alzack, un horrendo monstruo que me recordaba a algo, aparte de a los gusanos con los que ya me enfrentaba. ¿Podría ser...? Cuando se fue acercando pude comprobar que era el mismo que antes habíamos visto muerto. ¿Cómo era posible? No lo sabía, pero tenía que acabar con este ser fuera como fuera. Atraje con un jutsu el kunai que antes había lanzado al otro gusano, y me abalancé, arma en mano, contra este otro ser que también me atacaba ahora. Se lo clavé de nuevo a éste en la cabeza, aunque sabiendo que no sería suficiente, pero mientras se entretenía esquivándolo, me acerqué y le di un puñetazo donde suponía que tendría el estómago, un puñetazo lleno de electricidad y que si tenía suerte pararía a mi enemigo tres valiosos segundos. Tras esto me alejé y me puse en guardia por si acaso me volvían a atacar los demás gusanos.

acciones:

jutsus:

gastos y daños:

El gusano al que me había lanzado me dio un golpe que no fui capaz de esquivar; sin embargo, tuve la suerte de caer de cuclillas, como un ágil gato, y así escapar de los efluvios que iba echando dicho gusano. No me resultó muy difícil, y al terminar de esquivarlos me alejé de los gusanos unos 20 metros, sin ánimo de escapar, si no de que, si se atrevían, fueran a por mí.
-¿Os atrevéis, madafacas? –dije fuera de mí.
Mientras tanto me di cuenta de que los gusanos a los que había herido estaban otra vez curados, como si nada hubiera hecho. Tenía que ser la niebla, la misma niebla que me hacía sentir ganas de luchar contra todo. Había muchos peces por el suelo, algunos tan grandes como yo misma, que esperaba que les dificultara moverse.
Aún así, tenía que buscar una forma de hacerles daño, a la vez de que no me hicieran daño ellos a mí.
-Os vais a cagar –dije mientras me ponía en posición de ataque.

off:

gastos y daños:

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