Kalad vs El Garrapata

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descripción de arena:

Un ninja debe saber tomar la ventaja de los elementos que le rodean en el campo de batalla para ser mas efectivo en los objetivos de su misión, y así evitar que te maten.

El estadio de Iwagakure hoy rugía con energía, la gente del graderío estaba como loca por ver comenzar uno de los combates de la temporada quizás mas impactante del show del coliseo del País de la Tierra, hoy se enfrentaban El Garrapata, que debuta hoy por primera vez, contra el ya experimentado Kalad, un combate que esperaban que fuese épico, la gente quería una batalla que valiese la pena gastarse el dinero por verla. Gente de todas las villas se encontraban allí gritando, impacientes por ver a los contendientes dar un hábil despliegue de sus habilidades y técnicas.

Hoy luchaba por primera vez en el coliseo, estaba algo nervioso, apenas me apunté hace un par de días y ya me habían concertado una batalla, solo esperaba que mi enemigo no fuese demasiado fuerte y que pudiera ganar, aunque realmente no me apunté al coliseo para ganar combates, sino para mejorar mis habilidades como ninja, entrenar algunas nuevas técnicas y ya de paso pasarlo bien en el fragor de la batalla, como todo buen Kiriano que se precie. Debía prepararme en los vestuarios, no podía parecer que era yo, así que mejor tener otro aspecto para que no me pudieran reconocer, cambié mis ropas normales por una chaqueta de cuerpo negra, abierta, enseñando mi torso entrenado, poniéndome unos pantalones negros y muy amplios hasta las espinilleras que se recogían para que no me los pisase, cambié mi pañuelo de la frente por otro de color negro y me pinté la cara de calavera mexicana con decoración verde, también me puse unas lentillas incluso, por si acaso.

Una vez estaba maquillado y vestido como me parecía bien me levanté del banco de los vestuario mientras sacaba una foto del bolsillo derecho y la miraba, era una foto de mi padre. ''No te fallaré'' Pensé, la guardé en el bolsillo donde de donde la saqué y me dirigí a la arena para pelear contra mi oponente, Kalad se hacía llamar, eso me importaba poco, el nombre no era algo con lo que tuviese que quedarme la verdad. Fui buscando por los pasillos alguna indicación que me llevara a la arena, pero aquel lugar era una especie de laberinto, con unos pasillos mal cuidados y muy mal señalizados, pero poco a poco fui deshaciendo el intrincado tramo de pasillos hasta llegar a uno que lanzaba una luz cegadora y un gran estruendo de gritos de su final al interior de este. Caminé por este hasta llegar al otro extremo, encontrándome en el lugar de la batalla, me puse mas nervioso al ver a los cientos de miles de espectadores pidiendo espectáculo.

Miré al campo de batalla y parecía un terreno normal, circular y amplio, con un pequeño estanque en medio, no parecía gran cosa la verdad, tras eso avancé unos cuantos metros hasta estar delante del estanque de agua, estando como a unos setenta metros de la puerta de donde tendría que salir mi oponente, después realicé un sello con una mano, y esperé a que mi oponente saliese para que empezara el combate, mientras fui recordando otra técnica del diario de mi padre que me parecía mas que interesante para luchar.

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Era el día de volver a ponerse a las labores de todo ninja después de mi fallo durante la guerra de Kiri, tenía que saber donde me metía pero en realidad no lo sabía, durante lo poco que vi maldije bastantes veces el haberme metido en todo eso, y a día de hoy todavía no se que pasó realmente, si el enemigo consiguió hacerse con la aldea, aunque un ataque es un ataque y yo por mala suerte o simplemente por haber metido las narices donde no debía, era un asunto de ninjas con más nivel que yo, y realmente allí yo no pintaba mucho, en realidad nada, pero desgraciadamente por mi mente curiosa yo me acerqué hasta el lugar de la guerra y en poco tiempo acabaron conmigo, y la verdad que todavía puedo darme con un canto en los dientes de no haber salido más malherido y haber salido muerto de aquella pelea, aunque más que pelea era un ataque hacia la villa en toda regla y la verdad que teniendo la fuerza que tenía el atacante es normal, con esa fuerza yo también atacaría, pude ver poco, pero lo poco que vi me dejó bastante tocado, tendría que aprender mucho como para moverme a tal velocidad.

Si mal no recordaba tenía un combate en el coliseo, el siguiente de unos cuantos ya, había combatido más veces de las que pensaba, realmente el tiempo se pasa volando cuando te diviertes y te lo pasas en grande. Hoy era un combate señalado en mi calendario por el simple hecho de que combatiría en un lugar que no era el habitual para mis combates, hasta ahora había combatido en la arena normal, pero esta vez había retado a El Garrapata a un combate en la arena de Especialista y por eso era por lo que ese día estaba señalado. Sabía más o menos de que iba el combate en un arena de Especialista, aunque realmente lo que me interesaba era mi contrincante, me suelo mover bien en todos los tipos de arenas aunque puede que mi enemigo buscara algún tipo de arena que realmente a mí no me gustara o no me conviniera, aunque eso no debía preocuparme, yo sabía a lo que me enfrentaba en el momento de retar a alguien en esa arena y debía saber que no había vuelta atrás, el combate se tendría que realizar, quisiera o no, así que debía ponerme en marcha.

Como todas las mañanas pensé en no desayunar, no tenía hambre, pero sabía que para afrontar lo que hoy se me venía encima debía hacerlo, era cuestión de sobrevivir a un ataque de hambre en medio del combate y ni a mí me haría gracia el tener ese dolor mientras combato ni a mi contrincante el luchar contra alguien que no se está esforzando al máximo por no haberse nutrido bien antes de venir, así que antes de salir hacia el coliseo desayuné bien y con todo lo necesario para el combate me puse en marcha hacia el lugar de la batalla.

El coliseo seguía igual que hace unos días cuando había venido para mi anterior combate, no me acordaba exactamente contra quien, pero sabía que había ganado, o eso pensaba yo, a ver que tal me irían esta vez las cosas, un pequeño escalofrío me pasó por toda la espalda, está claro que hoy no iba a ser tan fácil. Entré en el edificio antes mencionado y me dirigí hacia los vestuarios, allí me prepararía como es debido.

Según entré en los vestuarios, dejé mi ropa y lo necesario para el combate en uno de los bancos y me miré al espejo y me vi bastante bien, la misma cara de siempre, el mismo rostro de siempre, y espero que siga así si mi contrincante no decide acabar con mi rostro de un solo puñetazo y yo realmente esperaba que eso no pasase. Me mojé la cara y pensé para mis adentros, “Vamos, que tú puedes, es solo otro combate más”, y pensé en seguir con lo mío, así que antes de que pudiera hacer algo más, me vestí con la ropa de siempre, todo negro y mis dos kunais atados al extremo de mi hilo ninja y este en el interios de mi ropa en donde a simple vista no se verían, y mi espada Kou a la espalda, mi cinta en el cuello y ya estaba listo para combatir.

Avancé por los pasillos convenientes hasta llegar a la puerta por la que llegaría hasta la arena de combate, detrás de ella se oían griteríos, supongo que habré llegado más tarde que él y la impaciencia del público quería que pasara ya, así que no les hice esperar más y abrí la puerta que me daría paso hasta la arena, allí combatiríamos y intentaría por todos los medios salir victorioso y por suerte sin ningún hueso roto. Observé todo el campo, y como no al público, pero me centré después de observar como un enorme lago separaba las dos parcelas de tierra de cada uno a mi oponente, estaba a la orilla del lago esperando, al parecer no le gustaba que le hiciesen esperar y ya estaba impaciente por saltar a combatir, así que eso hice yo, simplemente me preparé haciendo un par de sellos y con mi Kou desenvainada esperé a que mi contrincante hiciera algo, no me gustaba esperar, pero tampoco era de mi agrado realizar el primer movimiento, así que simplemente me puse en guardia y esperé, al parecer el combate no había hecho más que empezar, estando a setenta metros de él, estaba impaciente por ver que se le ocurría a mi contrincante para empezar.

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Armas:

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Jutsu aprendido:

Palabras:

Mi contrario no parecía ser de los que comenzaban el combate, por lo visto no había hecho nada desde su entrada a la arena, se había quedado quieto, realizando un par de sellos y sacado una especie de espada, nada mas, así que por lo visto tendría que hacerle moverse yo mismo. Las dos puertas, tanto la suya como la mía, se cerraron, seguramente no se abrirían hasta que hubiese un vencedor, el cual esperaba ser yo, levanté un pie para dar un pisotón al suelo que generase una pequeña onda sísmica que provocase su caída, así tendría tiempo para pensar en como efectuar las técnicas de mi padre, necesitaba pensar el como lo haría. Tras esa onda sísmica que le tumbaría realicé un sello con ambas manos ya le había tirado, ahora tocaba inmovilizarlo, por eso el suelo al que caería se convertiría en una masa de lodo que le hundiría hasta las rodillas para que quedase atrapado. Realmente parecía una estrategia muy básica, no creía que fuese a caer en ella, pero tenía que tantear las capacidades de mi enemigo para ver hasta que punto tendría que ponerme serio en el combate. Una vez atrapado daría un rodeo por la zona no inundada de agua hasta llegar a una distancia de cuarenta y seis metros de distancia entre él y yo.

La verdad es que esos movimientos no eran para matarlo, sino para ver si comenzaba a moverse, no me gusta pelear contra maniquis, para eso no me desplazo hasta aquí, ni lo hago delante de tanta expectación, así que o empezaba a moverse o intentaría matarlo de la forma más rápida y cruenta que se me ocurriese, no tenía mucha imaginación, pero seguro que algo podría pensar. Mientras me acercaba de forma relajada, mirando al rival por si realizaba alguna ofensiva, iba balbuceando los pasos que había escritos en el diario de mi padre para practicar dos jutsus nuevos, pero todo eso cambió cuando llegué a esos cuarenta y seis metros de distancia de mi enemigo, pues le miré y sin mas miramientos le hablé.

-Siempre tengo un increíble respeto por mis rivales, pero alguien inmovil no merece tal respeto, pues como ya se dijo una vez: '' El tronco quedó devorado por no poder huir de las llamas'' Así que mas te vale empezar a ofrecer un combate digno o todo se te acabará muy rápido.

acciones:

estado:

Off:

Mi enemigo intentó un movimiento el cual no me dio, un fuerte golpe en la tierra hice temblar parte de la arena alrededor de mi contrincante, pero no hasta mí y pensando que eso era todo ideé una estrategia, en vano, pensando que mi contrincante había terminado su turno, pero no era así, una poción de tierra se juntó en mis pies paralizándome las traseras hasta las rodillas, intenté zafarme pero no pude, al parecer esto me tendría inmovilizado de rodillas para abajo durante un tiempo y sin poder moverme debía saber a lo que me atenía porque cualquier acción que el hiciera me daría a no ser que pudiera hacer algo que me salvara de tal masacre, pero no podía hacer que aquello me alejara de mi victoria, estaba a unos cuarenta y seis metros de mi enemigo el cual se había acercado para decirme unas palabras, palabras que aunque estuviera a aquella distancia me llegarían, pero en ese momento estaba tan preocupado por salir de aquella trampa montada por mi contrincante que casi no le escuché, simplemente le miré a los ojos con rabia y le grité.

- Suéltame, sin tantas ganas tienes de un combate igualado no es de mucha igualdad que yo esté atado.

Después de aquellas palabras puse las manos en posición de defensa y realicé varios sellos, lo más rápido que pude, para que mi contrincante no se diera cuenta de que jutsus estaba preparando, una estrategia se montaba en mi cabeza, pero antes debía deshacerme de mi atadura, la cual me tenía un poco en desventaja contra el que es ahora mismo mi contrincante

Acciones:

Palabras:

El ninja no parecía tener un gran nivel, ni tampoco unos buenos modales, parecía bastante arrogante, aunque no me extrañaba, a fin de cuentas era él el que estaba atrapado y yo no, pero eso se lo buscó el mismo, a fin de cuentas podía haber comenzado sus ataques y no lo hizo. Sonreí al oír sus palabras, decía que esto no era un combate justo por haberle inmovilizado, la verdad es que no lo era, pero tuvo su oportunidad y no la aprovechó, así que realicé un sello con mi mano derecha, comenzando a salir un montón de insectos por las mangas de mi chaqueta y quedándose por los alrededores de mi presencia.

-Pudiste haber reaccionado y no lo hiciste, así pues no mereces estar de otra manera.- Mientras le hablaba realzaba otro sello con la mano izquierda encima del anterior, formándose así un nuevo sellos.-Pero tranquilo, serás un digno manjar para mis pequeños, la verdad es que empezaban a zumbar por su hambre de carne.- En ese momento una gran cantidad de insectos se introdujo bajo la tierra y fueron lo más rápido que pudieron bajo los pies del enemigo-Jutsu oculto del clan Aburame, Ataque del hormiguero.- Entonces todos los insectos que se introdujeron bajo tierra salieron bajo los pies de Kalad mordiéndole y clavándose sus aguijones en el cuerpo del muchacho para producirle la mayor cantidad de daño posible. Esta técnica no la conocería de no ser por mi padre, creador del jutsu, un jutsu muy útil a decir verdad.

Mientras mis insectos le provocaban daño yo estaría intentando recordar alguna otra técnica de mi padre, pero tan solo se me ocurría una que no era muy útil ahora, aunque el combate no habría acabado seguramente, así que no la descartaría de mi mente tan rápido, por si acaso, que nunca se sabe lo que puede pasar.

aprendizaje:

acciones:

estado:

Seguía atrapado, y no me gustaba para nada estar así, debía hacer algo rápido, aunque mi contrincante lo haría por mí, mientras este seguía con su incesante parloteo, solo se me ocurrió esperar a ver que hacía este, estaba en clara desventaja, aunque movimiento los pies me di cuenta de que no faltaba mucho para que este montón de tierra se apartara de mi cuerpo, debía resistir todo lo que pudiera hasta que consiguiera moverme de nuevo, y eso era lo que principalmente avivaba mis ganas de salir. Mientras que todo esto ocurría en mi cabeza, mi contrincante había mostrado según un jutsu que había hecho de que clan era, Aburame sin duda, se notaba los bichos que se movían por sus brazos cuando activó el jutsu principal de los Aburames y más aún cuando mediante otro jutsu hizo que sus bichos se movieran por el suelo y llegaran hasta mí, el dolor era soportable aunque no sabía durante cuando tiempo más podría aguantar, esos bichos me mordían y hacían que cada mordisco y aguijón clavados en mi carne me doliera más, no podía hacer mucho estando en esa posición, no quería rendirme por nada del mundo, ni siquiera se me había pasado por la cabeza, debía resistir, se acabó el lamentarse, resiste y puede que tenga alguna esperanza, no tenía muchas posibilidades de hacer nada, atrapado por mi contrincante y habiendo recibido su ataque, estaba indefenso, solo me quedaba resistir, bajé la cabeza pensando que ya no había elección, estaba acabado, no creo que mi contrincante quisiera esperar más, así que supuse que aquí terminaría todo.

Acciones:

Estado:

El joven tenía aguante, hay que decirlo, soportó la técnica de mi padre sin soltar ni tan si quiera un grito, una hazaña digna de los ninjas con mas ímpetu y mas cabeza fría, pero por muy formidable que eso fuera y muy admirable que resultase el combate tenía que continuar y por lo visto la balanza se decantaba a mi favor desde el primer momento que comenzó el combate.

Según mis cálculos el barró que le ataba al suelo ya debería poder dejarle salir, era el momento de ponerse serio y empezar a pensar una nueva estrategia para vencer al muchacho, me puse alerta, vigilando cualquier movimiento que hiciera el chaval, incluso me eché para atrás un par de metros para alargar la distancia y pensar en que hacer. Por fin vería de que estaba hecho mi rival, ya era hora de que dejase de ser mi saco personal y pasara a ser un oponente de verdad, estaba impaciente por ver que haría contra mi persona¿Qué estrategia usaría?,¿Iría al golpe directo o usaría una estrategia mas sutil y enrevesada para llegar a golpearme?. La verdad es que hasta ahora no había mostrado un gran nivel de lucha, ni de ninja, pero también podía equivocarme, pues como ya se dijo una vez: '' La hormiga que nunca mostró su fuerza podía ser la mas débil, pero también la mas fuerte''. Así que mejor no fiarse mucho de las apariencias del shinobi.

Mientras me alejaba unos par de metros pensé en que podía utilizar el agua para vencer, nunca había utilizado el elemento Suiton, y la verdad es que lo había entrenado a conciencia, sin embargo siempre me había bastado con mi elemento materno, el elemento Doton, pero quizás iba empezando a ser el momento de utilizar el agua como aliada. No solo eso pasaba por mi cabeza, pues estaba sacando a la luz una técnica de mi padre de nuevo, con la esperanza de ser capaz de realizarla, aún me parecía extraño que mi padre no pudiera utilizar las técnicas de su diario, no, tenía que haber un porque diferente para que no las utilizase, pero aún sabía cual era

acciones:

estado:

Por los visto mi rival no quería terminar conmigo tan rápido como yo pensaba puesto que simplemente se alejó uno metros mientras que yo con un fuerte golpe me deshacía de la atadura que me proporcionaba la tierra que me cubría hasta las rodillas, maldita sea, porque no lograba que nada de los que pensaba pudiera funcionar, ¿que se supone que tengo que hacer para acabar este combate? Me encontraba como pez fuera del agua, no se porque las piernas me empezaron a temblar y durante un instante me quedé petrificado mirando a mi rival sin que el se moviera, ¿a que se debía esa seguridad en si mismo?, se notaba que un plan tenía en mente. Estaba claro que debía terminar con esto, rápidamente, y aunque el enemigo estuviera a unos cuarenta y ocho metros no era una distancia muy elevada y en poco segundos estaría ahí, durante la carrera pensé bien lo que iba a hacer y realmente una bombilla se encendió en mi subconsciente, la primera estrategia que usé en uno de mis primeros combates, era una estrategia no muy propia de los hatakes como yo, aunque también tenía algo que ver con nosotros, espero que la Garrapata que tenía como contrincante no me adivinara la estrategia porque estaría un poco perdido se lo hacía, porque viendo las técnicas que usaba no tenía mucho que hacer si utilizaba una así de cerca, espero que no sea el final para mí, espero…

Pero ante todo eso, yo debía combatir y esperar que mi primera estrategia funcionara de todas de todas el fallo que había combatido antes ya lo tenía y no tendría otra posibilidad, así que me puse en marcha y cuando estaba a más o menos a veinte metros más o menos activé un jutsu que recordé de mis libros y me tapé con una capa de invisibilidad hecha de chakra, así no me vería, seguí avanzando hasta estar a cinco y en este momento hice un sello con ambas manos, velozmente me coloqué detrás de mi contrincante y con un fuerte golpe incrusté un puñetazo en la cabeza de mi contrincante y justo cuando hice eso, pasé por mi brazo el kunai que tenía en mis ropajes, haciendo que ascendiera por mi brazo hasta mi mano, y clavándose en la cabeza de mi rival, era una estrategia rápida y segura, ya estaba, había terminado, no se como pero había vencido, además de haber aprendido un nuevo jutsu que me ayudaría bastante en cuanto a camuflaje, mi rival ko y yo saliendo victorioso de aquel combate, me gustaba esa sensación.

Acciones:

Gastos y Daños:

Jutsu aprendido y palabras:

El muchacho tenía valor, de eso no cabía duda alguna, al fin consiguió salir de mi atadura de barro, era de esperar, no es una técnica demasiado duradera, pero tras eso corrió hacia mí, realmente había que tener valor para ello, pues se notaba que no podría salir nada bueno del acercamiento, y después desapareció, claramente sería un jutsu de ocultación, sin embargo, no era muy difícil saber que si corría hacia mi intentaría utilizar el cuerpo a cuerpo o una técnica de muy corto alcance, eso me llevó a pensar que no sería de un nivel muy alto como ninja. Mis labios dibujaron una sonrisa de satisfacción, pues al fín podría probar la técnica Aburame de mi padre, una especie de técnica del cambiazo, sin embargo no me cambiaba por un objeto del entorno, sino por una acumulación de insectos de mi mandato, eso me sería muy útil a la hora de escapar.

El joven en un colapso muy corto de tiempo apareció en mi nuca, intentando asestarme un puñetazo y con un kunai en su otra mano, sin embargo, el hecho de que desapareciese ya me advirtió de que intentaría algo así, por ello tenía mas que pensado que haría. Cuando iba a golpearme mi cuerpo desapareció y en su sustitución aparecieron cientos de miles de insectos dispuestos a llevarse el golpe por mí, esos amados insectos que siempre me han cuidado y han velado por mi, que haría sin ellos. En cuanto a mi, aparecí a diez metros de distancia enfrente de mi contrincante, los insectos se habían ido y mis manos realizaban un sello con ambas manos, pretendía hacer una técnica del elemento acuático, pero algo no salió como me esperaba. Mi chakra comenzó a emanar por los poros de mi cuerpo saliendo un vistoso color verde muy vivo mientras que el suelo que pisaba se hacía barro. Nunca me había ocurrido esto, claro que tampoco nunca había utilizado el elemento agua en una de mis batallas, era como si mi cuerpo hubiera fusionado los chakras de mi interior formando un tercer y mas sofisticado elemento, y por lo que podía apreciar tenía que ver con el barro. La verdad es que jamás hubiera pensado que esto podía pasar, había oído rumores sobre que los ninjas podían transformar sus chakras para crear un tercer elemento si no lo poseían como barrera de sangre, pero pensé que solo eran eso, rumores sin importancia.

Al ver que mi técnica acuatica no suritó efecto, coji con mi mano izquierda mi kunai y con la derecha realicé un sello, antes de que pasase tan siquiera un segundo mi rival veía como mi imagen se deshacáa, aunque para entonces yo ya me habría movido hasta estar en su diagonal izquierda justo tras de él, esperaba que con la gran velocidad del movimiento el no se percatase del acto y pudiera clavarle un kunai en su sien, dejándolo así totalmente fuera del combate y obteniendo la victoria plena. El barro que había creado parecía seguirme allá donde fuera, no se separaba de mi en ningún momento, eso podía ser porque solo actuaba con mi chakra, algo útil de saber.

Esperaba que el ninja cayera inconsciente y con ello se abriesen las puertas del coliseo para poder marcharme de allí, empezaba a estar un poco harto de esa arena, solo quería irme con mi madre para saber como estaba después del ataque y poder empezar a pensar en como resolver todo el asunto de Kirigakure, seguramente mi madre estuviera en Rac alainn, capital del imperio del agua, donde el gran emperador, Viral Hozuki, un señor con mucho renombre, habría acogido a todos los civiles, estudiantes y ninjas de Kirigakure tras su caída, al parecer mi madre y yo teníamos que comenzar una nueva vida allí. Seguramente ella estaría preocupada por mi, desde la caída de las puertas en Kiri no había ido a verla, y es mas que posible que estuviera mareando a las fuerzas especiales Anbu para que salieran a buscarme, eso sería muy típico de mi madre, pero lo hacía porque esta experiencia ya la sufrió una vez con mi padre y no quería que a mi me pasara lo mismo que él.

Si el combate acababa con esta acción según abriesen las puertas me iría corriendo a Rac alainn para poder ver a mi madre y hablar con el gran emperador, necesitaba que alguien me enseñase grandes técnicas, y seguro que él las conocía, el que destruyó la villa pagaría por ello, pero debía estar preparado para ello, y ese hombre sabría prepararme para matar a quien fuese.

El tiempo pareció pararse en el coliseo, no oía los gritos de la gente, estaba tan concentrado en el combate y tan absorto porque saliese bien ese movimiento, que mi mente había dejado de oír los gritos, había dejado de ver a los espectadores, incluso había parado el tiempo en mi cabeza, unos segundos me parecieron minutos, no era la primera vez que me pasaba, a decir verdad me había ocurrido mas veces, pero no las recordaba que fuese tan largo y tan intenso, había perdido la noción del tiempo y eso no corría a mi favor. Solo había algo que oía, los latidos de mi corazón que retumbaban por mi cabeza -bum bum- cada latido era mas sonoro que el anterior -bum bum-. Mi vista se clavaba en mi enemigo -bum bum- ¿Eran nervios lo que estaba sintiendo? Y de ser así ¿Nervios por que? No era la primera vez que asesinaba a alguien a sangre fría, mi trabajo me había obligado a ello mas de una vez- bum bum- ¿Y si era porque esta vez no era trabajo? Quizás el hecho de dejar a alguien seco si no era por obligación me aterraba. No, no podía dejar que los sentimientos y los miedos se apoderasen de mi, era Jounnin y como tal eso lo debía tener superado, un arma de matar, una herramienta, eso era para lo que trabajaba. De todas las maneras ahora sabría cual sería el veredicto final, sabría cual era el que acabaría este combate - bum bum- ahora se vería como acababa esto.

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