Buscando un hogar

por **Mukanshin** Lun Oct 08, 2012 4:22 am

Una vez en el país de los ríos, solo era un lugar de pasaje, buscaba un lugar sin rumbo, por alguna razón no quería quedarme mucho tiempo en este lugar, solo quería estar en un lugar alejado de todo y cuando me refería a “todo” me refería a todo lo relacionado con el imperio del viento que me había causado tanta pena, los sentimientos de venganza poco a poco florecían, pero yo solo era un insecto sin ninguna clase de recurso para enfrentarme a ellos, solo quería evitar el país del viento que torpemente y erróneamente me había introducido y de la pobre Kumogakure No Sato de la cual me habían expulsado, mi dolor no tenía comparación con nada, bueno tal vez con la guerra, nada lastimaba más que la guerra, pero concentrándome en mi camino llegue a un fluvial muy tranquilo donde en este me arrodille para poder beber un poco de agua de este, esta se sentía tan fresca al atravesar mi garganta, al inclinarme ante el rio me sentía como una especie de animal que intenta sobrevivir, en esos momentos no tenía mucho de qué quejarme, ya que entre los animales y el yo actual no había una diferencia marcada, por el momento deje eso de lado, una vez ya habiendo satisfecho toda mi necesidad de hidratación continúe con mi viaje hacia un nuevo hogar, en ese momento pensé que no solo existía un imperio sino dos, El imperio del Agua, tal este pudiera ofrecerme lo que tanto ansiaba, una posibilidad de vivir una vida en paz y tranquilo, y estaba más que dispuesto a dar una pequeña ofrenda ya sea a cambio de trabajo o lo que sea, pero solo quería una oportunidad, y mis pasos se dirigieron hacia esas tierras.

Desde que tenía conciencia nunca tuve malos pensamientos, ni malas intenciones hacia los demás, solo pensaba ¿Dónde estaría mi hermano? Y ¿Cuándo volvería a verlo? Mientras debatía todas estas preguntas en mi cabeza comenzaba a atravesar el país del fuego por el sur de este, atravesando bosques de este, hasta poder llegar al país del Te, en ese momento la caminata sin un camino fijo e indicativo se hacía dudoso, no podía estar seguro hacia donde estaba caminando, pero mi obstinación ante mis decisiones era muy fuerte y nada podía hacer que me rindiera en mi búsqueda, con el paso de las horas pude lograr divisar un camino, abandonando el bosque por completo e introduciéndome en una carretera que comunicaba el país del Té con el del Fuego, ya estaba cerca de la frontera y nada en esos momento podía hacer que me detuviera.