entrenamiento de cck

Hoy en Iwagakure no era un día especial, para ser exactos, era un día bastante corriente, la gente seguía con su vida, los obreros y vendedores trabajaban, los niños jugaban por las calles bajo el sol, los jóvenes paseaban con sus compañeros formando grupos, los ancianos paseaban solos o con sus parejas a un paso lento pero continuo, los shinobis trabajaban sin descanso porque el país de la tierra estuviese defendido y Kenko Jiongu, proclamado hace ya una buena temporada Tsuchikage, entrenaba en la sala especial de entrenamiento, como de costumbre, para ser más fuerte, hábil y capaz para su puesto y situaciones que le pudieran llegar en su empeño por mantener la paz y proteger a los suyos en su villa.

Como siempre entrenaban sin descanso, no paraba en ningún momento, aunque estuviera cansado, tuviese hambre o se encontrase sediento, nada le impedía seguir entrenando. El entrenamiento de hoy era algo diferente, había llamado a un viejo conocido, ni más ni menos que al ANBU que le examinó en su examen de Genin, ese anciano y al parecer mañoso ninja todavía era útil en la villa, sobre todo, para Kenko que aún tenía mucho que aprender de él, el entrenamiento de hoy sería para mejorar su control sobre su propio chakra y así tener más capacidad de este para cualquier situación, pero al parecer el ANBU aún no había aparecido, por lo que mientras llegaba Kenko se sentó a meditar y concentrar su chakra mientras le esperaba. Kenko estaba algo nervioso, pues hacía mucho tiempo que no le veía, desde su graduación, ni más ni menos, pero había algo que le reconcomía la cabeza, como siendo un ANBU podía ser el examinador del examen de gennin, cosa de la que suele encargarse un chunnin que es de menor grado, era un misterio para él, y se planteaba preguntárselo mientras entrenaban, quizás tras el entrenamiento, o tal vez antes de este, pero iba a preguntárselo sí o sí. Tras unos minutos el ANBU abrió la puerta con una sola mano, mientras la otra la tenía a la espalda, el anciano ninja excusaba su tardanza con la cuartada de que tenía que examinar a dos gennins, fuera verdad o no, ya era un honor para Kenko que asistiese, así que no iba a discutírselo ni a echarle una riña por llegar tarde, ademas la tardanza le había servido al Tsuchikage para meditar un poco y prepararse antes del entrenamiento.

El ANBU se mostraba muy respetuoso con el Jiongu, al parecer todos se mostraban así desde que Kenko tomó el cargo de Tsuchikage, lo que le hacía preguntarse a Kenko si en vez de respeto era miedo lo que le tenían los demás ninjas, cosa que Kenko no quería, el lo que pretendía era ser respetado, no temido, dos términos que muchos ninjas solían confundir muy a menudo, pues pensaban que a raíz del miedo surgía el respeto, cuando este nace de la confianza y la fuerza que muestras en tus decisiones.

Para comenzar el entrenamiento que el anciano shinobi propuso consistía en intentar liberar todo el chakra que uno mismo poseía y después intentar concentrar aún mas chakra para conseguir aumentar el control sobre este y poder administrarlo mejor para técnicas o jutsus que se pudieran efectuar, a Kenko le resultaba un poco extraño el entrenamiento, pero aquel ninja tenía bastante mas experiencia que Kenko por lo que este supuso que funcionaría por lo que Kenko comenzó a liberar chakra de forma desenfrenada, cada vez mas y mas deprisa hasta quedarse apenas sin chakra, quedando este agotado, el ANBU hizo lo mismo para poder entrenar junto al Jiongu para que no estuviese solo ambos se sentaron en el suelo y comenzaron a concentrar la mayor cantidad de chakra que les resultase posible, al Tsuchikage le resultaba muy difícil, ya que apenas le quedaba chakra, buscaba energía de donde no había, su mente comenzaba a flaquear y sus fuerzas mas aún, su vista se nublaba y sus músculos se entumecían, pero en ese momento, en el que parecía que no podía mas un fuego parecía salir de su interior, como si alguien le apoyase en todo momento, como si otra persona le diera ánimos para continuar, entonces el anciano pudo ver como el Kanji que simbolizaba la palabra ''lazos'' brillaba en la frente de Kenko, todo el amor, el cariño y la amistad de Asuke daban fuerza moral y apoyo a Kenko para que continuase adelante sin temer los problemas que pudiera tener. El anciano pensó que el ninja que le hubiese puesto aquel símbolo debía tener a Kenko en mucha consideración, y se fijó en que cuando le vio por primera vez no tenía aquella palabra escrita, eso le hizo pensar en como la gente va evolucionando poco a poco para hacerse mayor y en las personas que el destino les predetermina ser.

Gracias a aquella ayuda que Asuke, sin saberlo le proporcionaba, Kenko pudo concentrar chakra desde lo mas profundo de su cuerpo, sin ayuda del Gobi, ni ayuda real de nadie, esta vez lo hizo solo, gracias al apoyo de su mejor amigo. Aunque lentamente Kenko fue consiguiendo chakra, tampoco conseguía mucho, pero conseguir algo ya era un gran logro para Kenko, que poco a poco se hacía mas fuerte, logro que él mismo y otros muchos, como el ANBU veían con sus propios ojos. Kenko llegó un momento en el que no podía concentrar mas chakra, pero ya había aumentado su control sobre este y su capacidad también, por lo que dio el entrenamiento por satisfactorio, tras unos minutos de estar sentado sonriendo y hablando con el ANBU le preguntó por que examinaba a los aspirantes a gennin teniendo el cargo tan elevado que tenía, el ANBU le respondió con mucha naturalidad y alegría, dijo que por un motivo muy simple, porque los niños son el cimiento de toda la villa y que si aprenden como es debido, ni con alguien realmente fuerte nadie garantizaba que pudieran llegar a ser grandes ninjas, como había llegado a ser Kenko.

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