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Entrenamiento de Dártirus y Kenko
2 participantes
Naruto Mundo :: :: Villa Iwa :: Edificio del Tsuchikage :: Sala especial
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Entrenamiento de Dártirus y Kenko
- Datos del entrenamiento:
- Para aprender una técnica no inventada debes obtener X cantidad de experiencia y después hacer un tema de 800 palabras (puede ser dividido en posts). El Nivel es siempre obligatorio, pero el Rango es opcional. Si tienes el Nivel indicado, pero no el Rango, no significa que no puedas aprender la técnica, sino que está te costará mucha más experiencia y palabras de entrenamiento para finalizar. Al ser un entrenamiento conjunto, las palabras se reducen a 600.
Aprendizaje con Sensei
Cuando un sensei te enseña un jutsu este costará menos, pues la experiencia que ya tiene el sensei realizando ese jutsu es crucial para que puedas adquirir la habilidad de realizarlo lo antes posible, por eso requiere de menos experiencia por parte del ninja que la aprende.
Coste en experiencia de las técnicas:
Rango D: 20 Exp — Genin. Nivel 1 o más.
Aprendizaje de jutsus:
- Rango D: normal. = 600 palabras, 20 exp
Sala especial
10% menos de palabras. = 540 palabras
Total: 540 palabras, 20 exp --> Al haber realizado el doble de palabras, (más de 1080) el coste se reduce a la mitad, quedando así en 10 exp.
- Jutsu a aprender:
- Rokku no yūgō
Fusión de la roca
Requisitos: poner las dos manos sobre el suelo o una superficie rocosa
Tipo: Ninjutsu
Condición: defensiva
Rango: D
Chakra: 9PCK
Defensa: un 25% del daño que le ocasionen
Efecto: su cuerpo coge la dureza de la roca con la que tenga contacto defendiéndole de un porcentaje del daño ( 4 usos por combate)
Descripción: este jutsu conocido solo por los ninjas de Iwagakure permite sintetizar la dureza de su cuerpo con la del suelo o roca que estén tocando para poder defenderse de un golpe.
Iwakagure amaneció silenciosa y calurosamente insoportable esa mañana. Estábamos a finales de julio, y el calor que inundaba la villa era imposible de aguantar. En mi bloque de pisos, todos mis vecinos se habían ido a no sé dónde, y yo era el único que vivía allí. Al menos durante las dos semanas siguientes. Y eso tenía sus ventajas... A las nueve en punto de la mañana, mi piso comenzó a acumular el calor matutino, y poco a poco fue aumentando la temperatura. El agua se evaporaba, las flores se marchitaban, la cama comenzó a arder... (O así es como lo recordaré cuando lo cuente.) Y yo, relajado y acostado, disfrutaba de un reconfortante aire acondicionado a cinco grados de temperatura, en un piso vacío, el de Taku. Buen hombre, sí señor. Sabiendo que mi tolerancia al calor era nula, me había dejado vivir en su apartamento.
Así pues, esa mañana me desperté con una sonrisa de oreja a oreja, sin sudor ni agobio, y me di una fresca ducha de agua fría, respirando un aire tan fresco que parecía venir de las montañas. Tras vestirme, desayuné un buen vaso de leche helada y algo de zumo, también frío como un glaciar, y tras terminar, satisfecho, me dispuse a ir hacia el edificio del Tsuchikage. Pero antes, debía dar uso al último invento de Taku... Con seguridad y confianza, me acerqué a un armario blanco donde un post-it indicaba que era el indicado, y sin falta lo abrí, quedando maravillado ante lo que había en él.
Al salir del edificio, nadie me reconoció físicamente, pero todo el mundo sabría que era yo, por el mero hecho de ser lo que era. Con firmeza y alegría, caminé por la calle hasta el edificio del Kage de la villa, con una especie de traje de astronauta que, con cada pisada, activaba unos sensores, que activaban un circuito que recorría el traje. Este circuito activaba unos aspersores internos, que disparaban agua helada del depósito de mi espalda a mi cuerpo, en forma de lluvia, dentro del mismo traje. Además, la tela del traje tenía un sistema propio de refrigeración, por lo que también estaba frío... ¡¡Era perfecto!! Así que, más feliz que unas pascuas, llegué al edificio del entrenamiento, tras las risas de la gente en la calle y mi correspondiente reverencia de agradecimiento. La verdad es que nunca supe si se burlaban de mí o no... Pero, qué narices, bien fresco que estaba.
Antes de entrar, pulsé un sensor que hacía que el traje se doblase sobre sí mismo, terminando convertido en una simple maleta. Tras dejarlo en una taquilla, me dirigí a la sala indicada, y con tranquilidad entré en ella, firme y sereno, con mi metro con setenta y siete, más fresco que una uva. Se podía observar que era ligeramente delgado, pese a tener un cuerpo bien trabajado, y que mi tono de piel era levemente pálido. Mi largo cabello liso llegaba hasta la altura del diafragma. El color era absolutamente negro, un negro metalizado, que se confundiría con la misma oscuridad. Esta vez lo llevaba recogido en una coleta baja. Mis ojos, de un color azul verdoso, notablemente oscuros, miraban cautelosos por doquier, y mis largas pestañas los hacían bastante llamativos. Mi nariz, fina y recta, y los labios suaves y finos también. Vestía una camiseta negra de manga larga, ceñida y sin adornos. Un pantalón también negro y largo, y las típicas zapatillas ninja, ajustadas. Llevaba un collar de cuero negro ceñido a la mitad del cuello, y tres pendientes de aro de plata en la oreja izquierda. En la mano derecha tenía un anillo con un tribal, también plateado. Había llegado primero... O el Kage se encontraba oculto. Por lo que había oído, era buen estratega y bastante divertido, así que podría hacer cualquier cosa. Por ello, nada más entrar, me coloqué en el centro de la sala, en una posición de relax y concentración, atento a cualquier movimiento o ruido que se produjera.
"Espero que este entrenamiento sea divertido..." |
Dártirus- Chunin Konoha
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Re: Entrenamiento de Dártirus y Kenko
El clima caluroso que se presentaba en la villa no dejó dormir en condiciones a Kenko, pero al día siguiente tenía un entrenamiento con un prometedor joven de la villa, por lo que tenía que estar fresco y descansado, por ello, para poder dormir y, ya de paso no llegar tarde, el Jiongu fue a dormir directamente a la sala de entrenamiento especial que tenía citada para el día siguiente con el muchacho, la sala especial era un lugar fresco, por lo que Kenko podría dormir sin incomodidad alguna. Las horas pasaron, al igual que la noche, y Kenko dormía como un lirón, tanto que al llegar el día, el Tsuchikage no se despertó, un claro acto de su falta de sueño por el trabajo, por lo visto ser el líder de Iwagakure era muy duro, tanto que le quitaba horas de sueño a Kenko.
Ya era la hora del entrenamiento, el muchacho ya había llegado y Kenko seguía dormido, el joven pensó que era el primero en llegar por aquello de que no vio al Tsuchikage allí, pero lo que si podía haber visto era el ataúd pegado a la pared dando justo frente a la puerta, ataúd que mantenía a Kenko dormido en su interior, el niño parecía gustarle la idea de entrenar con el Tsuchikage, no era para menos, pues entrenar con el Tsuchikage era un símbolo de honor que prestigiaba muchísimo, pero a Kenko por otro lado no parecía importarle mucho, pues seguía dormido, la noche anterior tampoco se le veía muy convencido de aquel entrenamiento, por muy prometedor que el chaval pareciera Kenko pensaba que no iba a enseñarle nada nuevo o no iba a d¡sorprenderle de ninguna forma, cosa que no podía saber de forma alguna, pero así era el Jiongu. Cuando el ninja de menor rango de la sala se colocó en el centro de la sala, el Tsuchikage hizo un movimiento algobrusco en el interior de ataúd que desde fuera no podría apreciarse pero hizo que el ataúd cayera al suelo de lado abriéndose y despertandolo de golpe y muy alarmado.
-¿QUE?¿COMO?¿CUANDO?-decía muy alarmado mirando a todos los lados, hasta que en su campo visual se encontró con su discípulo, lo señaló y miró con mala cara-¿TE PARECE BONITO DESPERTAR AL TSUCHIKAGE?-regañó al pobre que no tenía culpa alguna del incidente. Al Jiongu no se le veía muy enfadado pero si algo molesto por haber sido despertado de esa manera tan brusca, y pedía explicaciones y disculpas a su alumno cuando el culpable había sido el mismo.
La verdad es que la primera impresión no había sido buena, pero fue esa, así tuvieron su primera toma de contacto los dos shinobis, maestro y alumno, ahora quedaban conocerse y que Kenko le transmitiese su sabiduría y conocimiento para que aquel joven prometedor llegase a ser mas fuerte y mas poderoso, y así, un ninja respetable y útil para Iwagakure. Al verle detenidamente, Kenko vio que las pintas del muchacho no eran lo que se podían decir normales, parecía una persona sombría y un tanto oscura, como si de una sombra se tratase, aunque él andaba por ahí con un ataúd a la espalda, por lo que no podía decir que pareciese el ninja mas alegre de la zona, pero aún así resultaba muy curioso, aún así le importó bien poco para echarle la culpa de su despertar, poco importaba la apariencia de una persona, pues lo que de verdad importaba era lo que hacía, no lo que aparentaba.
Ya era la hora del entrenamiento, el muchacho ya había llegado y Kenko seguía dormido, el joven pensó que era el primero en llegar por aquello de que no vio al Tsuchikage allí, pero lo que si podía haber visto era el ataúd pegado a la pared dando justo frente a la puerta, ataúd que mantenía a Kenko dormido en su interior, el niño parecía gustarle la idea de entrenar con el Tsuchikage, no era para menos, pues entrenar con el Tsuchikage era un símbolo de honor que prestigiaba muchísimo, pero a Kenko por otro lado no parecía importarle mucho, pues seguía dormido, la noche anterior tampoco se le veía muy convencido de aquel entrenamiento, por muy prometedor que el chaval pareciera Kenko pensaba que no iba a enseñarle nada nuevo o no iba a d¡sorprenderle de ninguna forma, cosa que no podía saber de forma alguna, pero así era el Jiongu. Cuando el ninja de menor rango de la sala se colocó en el centro de la sala, el Tsuchikage hizo un movimiento algobrusco en el interior de ataúd que desde fuera no podría apreciarse pero hizo que el ataúd cayera al suelo de lado abriéndose y despertandolo de golpe y muy alarmado.
-¿QUE?¿COMO?¿CUANDO?-decía muy alarmado mirando a todos los lados, hasta que en su campo visual se encontró con su discípulo, lo señaló y miró con mala cara-¿TE PARECE BONITO DESPERTAR AL TSUCHIKAGE?-regañó al pobre que no tenía culpa alguna del incidente. Al Jiongu no se le veía muy enfadado pero si algo molesto por haber sido despertado de esa manera tan brusca, y pedía explicaciones y disculpas a su alumno cuando el culpable había sido el mismo.
La verdad es que la primera impresión no había sido buena, pero fue esa, así tuvieron su primera toma de contacto los dos shinobis, maestro y alumno, ahora quedaban conocerse y que Kenko le transmitiese su sabiduría y conocimiento para que aquel joven prometedor llegase a ser mas fuerte y mas poderoso, y así, un ninja respetable y útil para Iwagakure. Al verle detenidamente, Kenko vio que las pintas del muchacho no eran lo que se podían decir normales, parecía una persona sombría y un tanto oscura, como si de una sombra se tratase, aunque él andaba por ahí con un ataúd a la espalda, por lo que no podía decir que pareciese el ninja mas alegre de la zona, pero aún así resultaba muy curioso, aún así le importó bien poco para echarle la culpa de su despertar, poco importaba la apariencia de una persona, pues lo que de verdad importaba era lo que hacía, no lo que aparentaba.
Agito Hoshigaki- Renegado
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Re: Entrenamiento de Dártirus y Kenko
Tras un rato en la Sala Especial, sin nada nuevo por allí, me fijé en el ataúd que descansaba a unos metros de mí. Seguramente sería un objeto de un entrenamiento anterior que se habrían dejado allí. Me había fijado en él nada más entrar, pero no le había dado importancia... ¿Quién iba a pensar que el Kage de la villa saldría de ahí? El caso es que, en el centro de la sala, me puse frente al Ataúd. De repente, este se cayó al suelo de lado, y yo me quedé mirando con cara de circunstancia. Y según vi salir a Kenko de allí, no pude evitar dibujar una sonrisa de diversión. Desde luego, era un notas... Pero era fuerte y honrado, al menos en el fondo, y eso me agradaba. Seguramente me recordaría de otro entrenamiento que tuvimos con Shika y Sonzu, pero me volví a presentar, por si las moscas. Esperé a que saliera del ataúd, y firme, realicé una reverencia.
Tras soltar la parrafada, me quedé mirando a mi Kage. Era divertido y alegre, cosa rara en un Kage, pero totalmente normal en alguien de su edad. Sólo le sacaría unos tres años, más o menos. Pero aún siendo mayor, le debía respeto y lealtad, y eso, en mi código, era muy importante. Pese a ser un crío a mis ojos, él era (O debía ser) más sabio que yo, y debía aprender de sus enseñanzas. Por ello, rápidamente me concentré en lo que diría a partir de ese instante. Debía retener la mayor cantidad de información posible.
- Buenos días, Kenko-sama. Siento haberle despertado, no quería incomodarle... No sé si me recordará, soy uno de los ninja con los que entrenó la otra vez, junto a Shika y Sonzu. Mi nombre es Nara Dártirus. Teníamos un entrenamiento privado para esta hora y este día. |
Tras soltar la parrafada, me quedé mirando a mi Kage. Era divertido y alegre, cosa rara en un Kage, pero totalmente normal en alguien de su edad. Sólo le sacaría unos tres años, más o menos. Pero aún siendo mayor, le debía respeto y lealtad, y eso, en mi código, era muy importante. Pese a ser un crío a mis ojos, él era (O debía ser) más sabio que yo, y debía aprender de sus enseñanzas. Por ello, rápidamente me concentré en lo que diría a partir de ese instante. Debía retener la mayor cantidad de información posible.
Dártirus- Chunin Konoha
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Re: Entrenamiento de Dártirus y Kenko
Tras levantarse del suelo e inculpar a aquel shinobi que tenía frente a él, Kenko se sorprendió por los modales de su nuevo discípulo, pues este hizo una reverencia y se presentó, aunque no le hacía falta presentarse, pues por lo visto Kenko ya le conocía de un entrenamiento anterior de hace bastante tiempo. Kenko al ver que Dártirus le llamaba señor refiriéndose a jefe se mosqueó un poco pero no hizo aflorar ese sentimiento al exterior, tras eso, Dártirus parecía muy atento a las acciones que Kenko realizaba, como si fuera a aprender, aunque fuera un solo ápice de cualquier movimiento del joven. Al Tsuchikage le resultaba divertido ver como la actitud de la gente cambiaba en su presencia, aunque fueran mas mayores que él, todos les mostraban sus respetos al gran líder de la Villa Oculta de la Roca, cosa que a Kenko no le importaba, pero le cansaba ya un poco que lo hiciesen.
Tras ver ese despliegue de respeto hacia su persona el Jiongu se aceró al Nara con una cara amable al reconocerle.
-Si, ya te recuerdo, tu eres el de las sombras.-al llegar a su altura, el Kage le propinó una colleja suave pero notoria en la nuca a Dártirus-eso por despertarme y encima andarte tan respetuoso, por dios, si soy mas pequeño que tu y me llamas señor. Señor era mi padre, que en paz descanse, no yo. Yo soy Kenko a secas-le dijo algo ofendido a su pupilo.
Estaban allí para entrenar y eso es lo que harían, y como se hacía tarde Kenko miró tras la colleja y la explicación a Dártirus y le dijo bastante serio que debían entrenar.
-Se hace tarde, así que ten eseñaré una técnica de la aldea bastante fácil, la fusión con la roca ¿Te parece bien?-Obviamente Dártirus no conocería la técnica ya que incluso para Kenko era reciente
Tras ver ese despliegue de respeto hacia su persona el Jiongu se aceró al Nara con una cara amable al reconocerle.
-Si, ya te recuerdo, tu eres el de las sombras.-al llegar a su altura, el Kage le propinó una colleja suave pero notoria en la nuca a Dártirus-eso por despertarme y encima andarte tan respetuoso, por dios, si soy mas pequeño que tu y me llamas señor. Señor era mi padre, que en paz descanse, no yo. Yo soy Kenko a secas-le dijo algo ofendido a su pupilo.
Estaban allí para entrenar y eso es lo que harían, y como se hacía tarde Kenko miró tras la colleja y la explicación a Dártirus y le dijo bastante serio que debían entrenar.
-Se hace tarde, así que ten eseñaré una técnica de la aldea bastante fácil, la fusión con la roca ¿Te parece bien?-Obviamente Dártirus no conocería la técnica ya que incluso para Kenko era reciente
Agito Hoshigaki- Renegado
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Re: Entrenamiento de Dártirus y Kenko
Al momento vi a mi Kage acercarse a mí con aire amistoso, o eso parecía. Yo me mantuve quieto mientras hablaba, diciendo así que me recordaba del otro entrenamiento. Yo, tranquilo, esperaba unas instrucciones que seguir, o el comienzo del entrenamiento, por lo que simplemente esperé sus palabras. Pero lo que pasó me dejó confuso y me desconcentró de tal forma que en un combate a muerte no me sucedería: Me dio una colleja. Yo abrí los ojos en señal de sorpresa y confusión, pero al momento me aclaró que no debía ser tan respetuoso. Lo entendía al momento. Era un chaval, que aún siendo Kage, no quería que le tratasen como un superior. Simplemente, era un compañero más con el que entrenar. Del que debía aprender, pero tratar como a un igual. Eso me gustaba, y tras la colleja, reí uno segundos, sacudiendo la cabeza. Agradecía el saber que podía confiar en mi Kenko de esa manera.
Un segundo después, me anunció la técnica que me enseñaría. Yo no tenía ni idea de cuál era, pero una técnica que te enseña el Kage no puede ser inútil, ¿no? Así que, tras asentir con la cabeza y esperar instrucciones, me preparé para aprender la Fusión de la roca, un jutsu que utilizaría en varias ocasiones y me sería de gran ayuda.
Dicho esto, me puse serio, y esperé las instrucciones de Kenko-sam... Kenko a secas.
- Está bien, está bien... Nada de formalidades. Siento haberte incomodado, Kenko. |
Un segundo después, me anunció la técnica que me enseñaría. Yo no tenía ni idea de cuál era, pero una técnica que te enseña el Kage no puede ser inútil, ¿no? Así que, tras asentir con la cabeza y esperar instrucciones, me preparé para aprender la Fusión de la roca, un jutsu que utilizaría en varias ocasiones y me sería de gran ayuda.
- Me parece perfecto. No la conozco, pero si es un jutsu de la aldea, será un placer saber utilizarlo. |
Dártirus- Chunin Konoha
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Re: Entrenamiento de Dártirus y Kenko
Al parecer Dártirus debió de comprender que a Kenko no le gustaba que le tratasen como a un superior sino como a un igual. Por muy kage que fuese, ante todo era un chaval con ganas de entrenar y hacer amigos, solo que tenía un puesto jerárquico mas alto en la villa, pero su persona no era tan distinta a la de su discípulo.
Tras este mal entendido por parte de los dos ninjas, las cosas se tranquilizaron entre ellos, además con esto, comenzaron a entablar amistad, por pequeña que fuese, al menos por parte de Kenko, que veía a el ninja muy parecido a él, aunque a la vez muy diferente, eso le gustaba y hacía que quisiera enseñarle cualquier jutsu o aprenderlo de él, pero el tiempo pasaba y debían comenzar a entrenar , por ello, tras que Dártitus aceptase aprender el primer jutsu de Iwagakure el Tsuchikage procedió a explicárselo.
-Bien, este jutsu consiste el adoptar una dureza mas o menos parecida a la de una roca o a una masa de tierra muy comprimida, sirviendo así como una defensa, es una gran ventaja contra cualquier golpe o jutsu que te hagan, pero también tiene contrapuntos, ya que tan solo te da una dureza similar, por lo que te llegará parte del impacto, otro contrapunto es que solo puedes utilizarlo si tienes suelo,pared o techo de tierra o rocoso para efectuarlo,además solo podrás hacerlo un número de veces concretas, pues mentalmente cansa mucho mantener una dureza en tu cuerpo que no es tuya. Una vez dicho esto te enseñaré como se hace.-Entonces tras la breve explicación del jutsu Kenko procedió a fectuarlo paso por paso para que Dártirus lo viese y pudiera imitarlo.
-primero colocas las dos manos sobre la superficie terrestre o rocosa que encuentres-Se agachó y tocó el suelo con ambas manos
-Luego insuflas chakra por tu piel transmitiendo al máximo la dureza de la superficie-se concentró levemente mientras sonreía y explicaba a su pupilo
-Y por último haces que el chakra que has imbuido en tu piel adopte dicha dureza, esto también hará que la piel adopte el color de la roca o suelo que estés utilizando para emplear el jutsu-Entonces la piel del Jiongu se tornó marrón como la tierra del suelo y cobró una dureza muy superior, pudiendo defenderse de otras técnicas o golpes que le fueran a dar, tras hacer la técnica se levantó y le hizo una seña con la mano a su alumno para que lo intentara.
Tras este mal entendido por parte de los dos ninjas, las cosas se tranquilizaron entre ellos, además con esto, comenzaron a entablar amistad, por pequeña que fuese, al menos por parte de Kenko, que veía a el ninja muy parecido a él, aunque a la vez muy diferente, eso le gustaba y hacía que quisiera enseñarle cualquier jutsu o aprenderlo de él, pero el tiempo pasaba y debían comenzar a entrenar , por ello, tras que Dártitus aceptase aprender el primer jutsu de Iwagakure el Tsuchikage procedió a explicárselo.
-Bien, este jutsu consiste el adoptar una dureza mas o menos parecida a la de una roca o a una masa de tierra muy comprimida, sirviendo así como una defensa, es una gran ventaja contra cualquier golpe o jutsu que te hagan, pero también tiene contrapuntos, ya que tan solo te da una dureza similar, por lo que te llegará parte del impacto, otro contrapunto es que solo puedes utilizarlo si tienes suelo,pared o techo de tierra o rocoso para efectuarlo,además solo podrás hacerlo un número de veces concretas, pues mentalmente cansa mucho mantener una dureza en tu cuerpo que no es tuya. Una vez dicho esto te enseñaré como se hace.-Entonces tras la breve explicación del jutsu Kenko procedió a fectuarlo paso por paso para que Dártirus lo viese y pudiera imitarlo.
-primero colocas las dos manos sobre la superficie terrestre o rocosa que encuentres-Se agachó y tocó el suelo con ambas manos
-Luego insuflas chakra por tu piel transmitiendo al máximo la dureza de la superficie-se concentró levemente mientras sonreía y explicaba a su pupilo
-Y por último haces que el chakra que has imbuido en tu piel adopte dicha dureza, esto también hará que la piel adopte el color de la roca o suelo que estés utilizando para emplear el jutsu-Entonces la piel del Jiongu se tornó marrón como la tierra del suelo y cobró una dureza muy superior, pudiendo defenderse de otras técnicas o golpes que le fueran a dar, tras hacer la técnica se levantó y le hizo una seña con la mano a su alumno para que lo intentara.
Agito Hoshigaki- Renegado
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Re: Entrenamiento de Dártirus y Kenko
Tras darme la colleja, comencé a comportarme de una forma más amigable y cercana. Después de disculparme por mi usual torpeza ante situaciones como esa, me di cuenta de que el Kage de la Villa Oculta de la Roca era un chaval que, además de poseer una profunda sabiduría, también seguía siendo una persona que deseaba ser tratado de forma corriente. Era una persona que me recordaba mucho a mí a su edad, cuando repartía sonrisas por doquier, y ayudaba sin dudarlo al primero que se me plantaba delante. Por entonces ya vivía en el poblado de mi maestro. Kenko era una persona que seguramente lo daría todo por alguien a quien amaba, y destrozaría a cualquiera que dañase a uno de sus seres queridos. Estando a su lado sentí esa extraña sensación de cercanía, de proximidad. Notaba esa extraña conexión que en un principio experimenté con Shika, y después con Sonzu... Era como si nos unieran unos extraños lazos invisibles.
Más tarde me daría cuenta de que esas conexiones, eran lazos de amistad.
La diferencia estaba en que Kenko amaba a su villa, y yo no había amado nunca a nadie. Quizá a mi maestro, pero... No estoy seguro, y si no, a nadie más. Desde pequeño, había sufrido la dureza de este mundo en su más elevado exponente. Incluso en el poblado, había encerrado mi corazón, y nunca llegué a amar a nadie. Era joven, activo y alegre, pero no por ello había compartido mi corazón con otra persona. Como he dicho, puede que sintiera un fuerte lazo con mi maestro, pero... No lo sé. No creo que fuera tan intenso. Nunca había amado a nadie, y desde que salí del poblado de mi maestro decidí encerrar de nuevo mi corazón, hasta que la sonrisa, las lágrimas o la mirada sincera de otra persona consiguiera abrirlo.
A lo mejor... A lo mejor podría llegar a amar a Shika, a Sonzu, a Kenko... A lo mejor lo suficiente como para desear protegerlos... A lo mejor. No lo sabía en ese momento.
El caso es que Kenko siguió con la explicación del jutsu. Tras explicarme los pros y los contras, pasó a explicarme lo que debía hacer para efectuar la técnica, y yo le observé con atención, sin perderme un solo detalle. Con todos mis sentidos puestos en él, guardé en mi memoria el proceso. Era simple, pero complejo. Tan sólo debía apoyar ambas manos en una superficie rocosa, y absorber su dureza. Lo difícil sería sincronizar mi chakra con el elemento. Así pues, hinqué una rodilla en el suelo, para agacharme sobre ella, y apoyar ambas manos con las palmas abiertas en la roca que nos servía de suelo.
Después de respirar profundamente un par de veces, cerré los ojos, y comencé a liberar chakra de mi cuerpo. Este chakra pasó a tener contacto con la roca, y me concentré en absorber la dureza y la esencia rocosa. Pese a que era algo, como he dicho, simple, me resultaba complicado. Debía sincronizarme con la roca, y tardaba demasiado. Poco a poco sentí que al fin conseguía hacer reaccionar a mi chakra, y fui duplicando el efecto poco a poco, hasta que todo mi flujo de chakra se modificó por completo y comencé a adquirir la apariencia grisácea de la roca. Me levanté entonces, observando cómo mi cuerpo cambiaba de color poco a poco. Para conseguir el jutsu, había tardado cerca de media hora, entre la sincronización de la materia y la adaptación a mi flujo de chakra. Lo había dominado a la perfección a la primera, pero había tardado demasiado... Así que repetí el proceso.
El segundo intento fue mucho más rápido. Ya sabía lo que hacer, y no tardé más de ocho minutos.
Fue al tercer intento, con la técnica del jutsu ya memorizada, cuando al fin apenas tardé unos segundos en sincronizarme con la roca. Respiraba agitadamente por la concentración y el cansancio, aunque no estaba agotado. Me sequé el sudor de la rocosa frente con la manga de mi camiseta, y con una mirada decidida, miré a Kenko de nuevo, esperando algún tipo de matiz o de comentario. Esperaba no decepcionarle, pues era un ninja de su villa, y quería serle de utilidad, ya fuera mi jefe o mi amigo.
Más tarde me daría cuenta de que esas conexiones, eran lazos de amistad.
La diferencia estaba en que Kenko amaba a su villa, y yo no había amado nunca a nadie. Quizá a mi maestro, pero... No estoy seguro, y si no, a nadie más. Desde pequeño, había sufrido la dureza de este mundo en su más elevado exponente. Incluso en el poblado, había encerrado mi corazón, y nunca llegué a amar a nadie. Era joven, activo y alegre, pero no por ello había compartido mi corazón con otra persona. Como he dicho, puede que sintiera un fuerte lazo con mi maestro, pero... No lo sé. No creo que fuera tan intenso. Nunca había amado a nadie, y desde que salí del poblado de mi maestro decidí encerrar de nuevo mi corazón, hasta que la sonrisa, las lágrimas o la mirada sincera de otra persona consiguiera abrirlo.
A lo mejor... A lo mejor podría llegar a amar a Shika, a Sonzu, a Kenko... A lo mejor lo suficiente como para desear protegerlos... A lo mejor. No lo sabía en ese momento.
El caso es que Kenko siguió con la explicación del jutsu. Tras explicarme los pros y los contras, pasó a explicarme lo que debía hacer para efectuar la técnica, y yo le observé con atención, sin perderme un solo detalle. Con todos mis sentidos puestos en él, guardé en mi memoria el proceso. Era simple, pero complejo. Tan sólo debía apoyar ambas manos en una superficie rocosa, y absorber su dureza. Lo difícil sería sincronizar mi chakra con el elemento. Así pues, hinqué una rodilla en el suelo, para agacharme sobre ella, y apoyar ambas manos con las palmas abiertas en la roca que nos servía de suelo.
Después de respirar profundamente un par de veces, cerré los ojos, y comencé a liberar chakra de mi cuerpo. Este chakra pasó a tener contacto con la roca, y me concentré en absorber la dureza y la esencia rocosa. Pese a que era algo, como he dicho, simple, me resultaba complicado. Debía sincronizarme con la roca, y tardaba demasiado. Poco a poco sentí que al fin conseguía hacer reaccionar a mi chakra, y fui duplicando el efecto poco a poco, hasta que todo mi flujo de chakra se modificó por completo y comencé a adquirir la apariencia grisácea de la roca. Me levanté entonces, observando cómo mi cuerpo cambiaba de color poco a poco. Para conseguir el jutsu, había tardado cerca de media hora, entre la sincronización de la materia y la adaptación a mi flujo de chakra. Lo había dominado a la perfección a la primera, pero había tardado demasiado... Así que repetí el proceso.
El segundo intento fue mucho más rápido. Ya sabía lo que hacer, y no tardé más de ocho minutos.
Fue al tercer intento, con la técnica del jutsu ya memorizada, cuando al fin apenas tardé unos segundos en sincronizarme con la roca. Respiraba agitadamente por la concentración y el cansancio, aunque no estaba agotado. Me sequé el sudor de la rocosa frente con la manga de mi camiseta, y con una mirada decidida, miré a Kenko de nuevo, esperando algún tipo de matiz o de comentario. Esperaba no decepcionarle, pues era un ninja de su villa, y quería serle de utilidad, ya fuera mi jefe o mi amigo.
Dártirus- Chunin Konoha
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Re: Entrenamiento de Dártirus y Kenko
OK revisado y aprobado, te lo pongo en la ficha
Agito Hoshigaki- Renegado
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