Entrenamiento de Dártirus y Blank.

Datos del entrenamiento:

Jutsu a aprender:

Poco a poco, noté que era consciente de mi cuerpo. Con tranquilidad, me estiré, con los ojos cerrados, y después de suspirar tras el estiramiento cómico corporal, los fui abriendo poco a poco. Me desperté en la cama de mi piso, con las ventanas cerradas completamente y el ventilador encendido. Llevaba días entrenando sin parar, y estaba molido. El ventilador me daba en el pecho desnudo, y lo agradecía, porque a pesar de la oscuridad, hacía un calor insoportable... Pero ya tocaba despertarse y volver a currar. Tras varios días de entrenamientos, esa tarde tocaba entrenar mis jutsus elementales. Me había despertado tarde, pero aún faltaba bastante para mi clase. Porque sí, en efecto, era una clase. El propio Tsuchikage nos había informado que un aliado de Suna vendría de visita a nuestro país... Y que seguramente se pasara por la villa. Tras el anuncio, yo mismo me había presentado ante él, pues en la noticia nos había informado que era un experimentado shinobi. Mi pregunta era clara: ¿Podría aprender de él? Cuál fue mi alegría al saber que además de ser un ninja experimentado, era de mi misma naturaleza de chakra. Tras insistir al Kage, me había prometido una cita con él. Por medio de un animal, no sé muy bien cuál, envió un mensaje al tal Blank, y por lo que parecía, no le importaba dar clases de jutsus elementales a un joven Gennin.

Así pues, con gracia y salero, me levanté de la cama, para darme una buena ducha fría. Tras la ducha me vestí, y me puse a comer. Comer, porque me había despertado a la una de la tarde. Los entrenamientos nocturnos eran productivos, pero agotadores. Con tranquilidad, me metí entre pecho y espalda un buen filete de vaca, acompañado de unas patatas fritas, pan del día. No había salido de casa, pero muy amablemente, mi vecino Taku me había dejado en la puerta una bonita hogaza de pan y unos huevos. Sabía que salía a entrenar por las noches, y debía estar preocupado... era un cacho de pan. En unos días, saldaría mi deuda con él, porque sin su ayuda, desde luego ahora mismo estaría muerto, y no podría contar estas historias.

El caso es, que después de comer, me puse en marcha. Mi destino eran las montañas que estaban fuera de la villa. Allí, sobre una colina, habíamos quedado mi sensei y yo. Gracias a Kami-sama, ese día estaba nublado, y caminaba con calor, pero sin agobiarme demasiado. Con tranquilidad, llegué a la fuente del famoso camino a las montañas, y bebí de ella antes de volver a mi paseo. "Refrescado se vive mejor, me lo dijo un pescado." Decía mi antiguo maestro.

Tras unos minutos, llegué a la primera colina, lugar de encuentro para mi sensei y para mí. Y allí, esperé paciente su llegada.

Me encontraba apoyado en una roca alta, mientras Blank se dirigía hacia mi posición. Desde lejos, podía observarse mi tranquila silueta, esperando a mi sensei. Medía un metro con setenta y siete. Era ligeramente delgado, pese a tener un cuerpo bien trabajado, y mi tono de piel era levemente pálido. Mi largo cabello liso me llegaba hasta la altura del diafragma. El color de este era absolutamente negro, un negro metalizado, que se podía confundir con la misma oscuridad. Esta vez, lo llevaba suelto. Mis ojos eran de un color azul verdoso, notablemente oscuros, y las largas pestañas hacían que fueran bastante llamativos. La nariz, fina y recta, y los labios suaves y finos también. Vestía una camiseta negra de manga larga, ceñida y sin adornos. Un pantalón también negro y largo, y las típicas zapatillas ninja, ajustadas. Llevaba mi collar de cuero negro ceñido a la mitad del cuello, y tres pendientes de aro de plata en la oreja izquierda. En la mano derecha tenía un anillo con un tribal, también plateado.

A lo lejos, veía una nube cargada de lluvia, que con rapidez dejaba caer sus gotas sobre el bosque cercano a Iwagakure. Era una lluvia perfecta, sin contaminación alguna o signo de desperfecto. Deseaba que viniera hacia mi posición. Ansiaba poder notar ese inigualable frescor que habitaba en cada una de las miles de gotas de agua de lluvia. Sin embargo, no era ese mi destino. El aire que llevaba la nube por el cielo no venía hacia mí, sino que se dirigía al este, alejándose del lugar de encuentro en el que tendría mi clase particular. Sin embargo, había una persona, a una buena distancia de donde me encontraba, que sí había disfrutado del frescor de aquella lluvia. En cuanto mi sensei entró en mi campo visual, me erguí, suponiendo que, en efecto, sería él. Empapado hasta los huesos, se dirigió hacia mí, mientras yo le recibía firme y cordial. Lo primero que hizo fue disculparse por la tardanza mientras se presentaba. Pero yo le quité importancia.

- No te preocupes por la tardanza. Siempre es agradable respirar el fresco ambiente del bosque en soledad. Yo soy Nara Dártirus, y será un placer aprender de ti. Gracias por todo.

Realicé una reverencia, a modo de saludo y respeto, y me erguí de nuevo. Comenzó explicándome que me enseñaría tres jutsus, y que tendrían una dificultad diferente entre ellos. Sin embargo, yo estaba ahí para esforzarme cuanto pudiera, así que... Lo daría todo para conseguir esos jutsus. Pensaba sacarle todo el jugo a ese shinobi experimentado de Suna. Atento a lo que iba a decirme, escuché todo lo que decía, y retuve en mi cabeza toda la información que me explicaría para los jutsus.

Comenzó explicándome el primer y más sencillo jutsu, el Puño de Rayos o Raiken. Según sus indicaciones, era el jutsu que menos me iba a costar aprender. Tras decirme aquello, creó un clon, y realizó el jutsu al momento. Me di cuenta de que no había marcado sellos, por lo que lo único que tenía que hacer era utilizar el control que había adquirido sobre mi chakra. En efecto, si era así, sería el jutsu más fácil que había aprendido hasta ahora. Tras realizar el jutsu, me indicó que quería que le imitara, y después lo usara contra su clon. Bien, sería el primero que realizaría.

De nuevo, creó un clon, y comenzó con el resto de explicaciones. Me hizo saber que aumentaba la dificultad en este, pero por supuesto eso no me echaría para atrás. Era algo que iba a hacer, me costase sangre, sudor o lo que debiera costarme. De esta forma, me indicó lo que debía hacer mientras formaba los sellos que edbía repetir yo momentos después. Los memoricé nada más verlos en sus manos. Incluso si hubiese ido más rápido, podría haberle seguido el ritmo. Mi memoria y aplicación de sellos era perfecta e inigualable. Tras realizar los sellos, vi cómo la nube de la que me había hablado se formaba en el cielo: una oscura nube, que soltaría una terrible tormenta de un momento a otro. Desde luego, ese tenía más complicación que el primero.

Por fin, llegó el último. En este jutsu debería utilizar el anterior como base, y aprovecharme del chakra que había infundido en el mismo. Esta vez no requería de sello alguno, sino que debía alzar la mano hacia la nube y soltar un ligero rayo, mientras que apuntaría a mi enemigo para ligarlo también a mi flujo de chakra. Hecho esto, lo demás se haría automáticamente. Sin embargo, eso no quitaba dificultad. Más bien la incrementaba. Tras la explicación, él mismo fulminó un par de rocas que había cerca de nosotros, y la nube desapareció. Me explicó entonces que eso es lo que pasaba tras utilizar dos veces este jutsu, y que si quería repetirlo debería formar una nueva nube. Por lo que entendí, si ya había nubes en el cielo, también me servirían, pues con el rayo que lanzase desde mi dedo a ella la haría mía, registrando en ella mi chakra.

Tras las explicaciones, se apartó, sentándose en una roca, y me dejó con el entrenamiento. Así pues, comencé a concentrarme en el primer jutsu, ante la mirada de los clones. La mirada de estos desapareció con tan sólo desearlo, mientras me concentraba en mi chakra y mi cuerpo, mirando de frente, pero sin ver. Debía estar plenamente concentrado en lo que iba a hacer.

Así pues, comencé con el primero. Según había entendido, lo único que necesitaba era concentrar el chakra en mi puño, y realizar un puñetazo eléctrico. Así pues, relajé mi cuerpo, y me centré en el flujo de chakra. A los pocos segundos, cerré el puño derecho con fuerza, y me concentré en dirigir el flujo de chakra hacia él. Los entrenamientos de control de chakra habían dado frutos y de muy buena calidad, y no tardé en notar cómo mi brazo se cargaba de energía. Dos segundos después, unos ligeros rayos de electricidad comenzaron a recorrer mi brazo hasta mi puño. Sin embargo, la primera vez me dio un calambrazo, y abrí los ojos perdiendo la concentración mientras la sacudía para despertarla. Ese calambrazo, dolió. Pero de nuevo, repetí el proceso, relajándome y concentrándome en mi puño. No tardé en notar de nuevo ese zumbido de electricidad, y sentí cómo volvían a aparecer los rayos de electricidad en mi puño, en los nudillos y los dedos, en la palma y en mi muñeca. Esta vez, eran constantes y estables. Había domado el jutsu a la segunda, cosa que no había logrado hasta ahora con ninguna otra técnica. Pero mi control en cuanto al flujo de chakra era poderoso. Así pues, abrí los ojos, y miré al primer clon con una sonrisa en mis labios. Sin darle tiempo a reaccionar, di una larga zancada para acercarme a él, y al segundo paso, cargando el golpe, liberé el puñetazo en su estómago. Al momento pude ver el efecto en su reacción: mientras daba un paso atrás para retirarme, el mismo se dobló sobre su abdomen por el golpe, mientras que por su cuerpo corrían de un lado a otro unos cuantos rayos eléctricos, paralizándole. A los tres segundos se incorporó, y me miró fijamente. Sin decir nada ninguno de los dos, yo realicé una reverencia a modo de agradecimiento y respeto, y él, tras asentir a modo de aprobación y despedida, desapareció sin dejar rastro.

El segundo clon, que había visto todo desde su posición, me miró de nuevo. Esperaba su turno.

Sin tardanza, comencé con el segundo jutsu tras suspirar levemente. Volví a mirar al infinito, y me concentré de nuevo en el flujo de mi chakra. Esta vez, la concentré en ambas manos, para que los sellos que hiciera condicionaran sus acciones. Sin dudar en ninguno y con bastante rapidez, repetí los sellos que momentos antes había realizado mi sensei. En los jutsus, esa era la parte que mejor se me daba, y no fallaba en ninguno. Sin embargo, ahora venía la parte difícil: expandir el chakra. Recordé las instrucciones que me había dado Blank, y las seguí con esfuerzo. Tras dejar que el flujo de chakra recuperase la normalidad y fluyese con libertad, con el registro de los sellos ya en él, lo exterioricé hacia el cielo. Tras sentir una perturbación en La Fuerza, supe que debía sacar mi sable lás... (Coño Obi Wan, cállate de una puta vez tronco, que me jodes el tono serio del post. Joder, es que no se te puede tener al lado, macho, no se puede.) Como iba diciendo, exterioricé el chakra hacia el cielo. Sin embargo, antes de llegar a una altura media, se disipó en el aire, y no formó la nube. Pero eso no me desanimó. Sabía que iba a ser difícil. Además, no me costó mucho. Tras unos siete intentos más, conseguí que el chakra llegase a lo más alto que pude, y noté cómo, sin que yo hiciese nada, mi chakra comenzaba a fundirse con el entorno, formando en ella misma una nube negra, que se expandía a gran velocidad. desde luego, el poder de los sellos para condicionar las acciones del chakra era increíble. De esta forma, completé el aprendizaje del segundo jutsu.

Al fin, sólo me quedaba finalizar todo con el tercer jutsu. Miré hacia la nube de tormenta, que esperaba ser liberada, y sonreí de lado. De nuevo, relajé mi cuerpo, y centré mi chakra en mis manos. Me tomó un buen rato conseguir que del índice saliera un pequeño rayo, pues había gastado mucho chakra... Pero final mente, lo conseguí. Así, levanté mi mano hacia el cielo, y lancé un ligero rayo, que no llegó a la nube. Tras unos cinco intentos, tuve la fuerza suficiente como para mantener un débil rayo entre la nube y yo. Así, miré al clon, y este asintió, dándome la confirmación de que le atacase. La verdad, en otra ocasión, se me haría raro eso de que alguien dejase que le atacara. Sin embargo, mi infancia había estado llena de ese tipo de entrenamientos extremos... Así que no me extrañó lo más mínimo en esa ocasión. Con tranquilidad, le señalé con mi mano, y dado que ya había dominado eso de lanzar el rayo, lo haría sin fallo alguno. Esperando un buen resultado, nombré el jutsu con el que atacaba al clon de Blank: [TNJ]

- ¡¡Troller no Jutsu!! ¡¡¡THE GAME!!!

Explicación:

- ¡¡Jouro Senbon!!

Así pues, de mis dedos salió un rápido rayo cargado con mi chakra elemental, que dio de lleno en el clon. En cuanto este fue tocado por el rayo, miles de agujas de electricidad salieron de la oscura nube con la que tenía contacto, y le dieron de lleno. El clon, tras retroceder, humeante, me miró de nuevo. Me otorgaba otra oportunidad, para ver cómo el Arashi Gumo no Jutsu desaparecería tras los dos Jouro Senbon. Sonreí agradecido por ello. Esta vez motivado por la mirada del clon, y con la confianza en mí mismo al cien por cien gracias a ello, alcé mi mano hacia el cielo, despidiendo nuevamente un rayo de electricidad al cielo. Este llegó de forma rápida y eficaz, esta vez mucho más potente, y rápidamente despedí el segundo rayo hacia el clon con la otra mano. De nuevo, llegó a él en una centésima de segundo, pues al ser un rayo poseía una vertiginosa velocidad, y esta vez, salieron miles de agujas de rayo, pero aparentaban ser más potentes y certeras. Sin duda, la confianza en uno mismo potenciaba las técnicas de forma increíble.

El clon, tras retrocer de nuevo, me miró de nuevo, mientras yo repetía la reverencia a modo de despedida y agradecimiento. Y habría jurado, que antes de desaparecer... Sonreía. Sí, estaba seguro de que me había sonreído, de forma amable y cercana. No sabía si el verdadero Blank sería así, pero ese clon, que me dio confianza y me apoyó, se quedaría en mi memoria, y gracias a él avanzaría sin miedo en mi examen de Chunnin.

De esta forma, me acerqué al verdadero Blank, que seguramente ya habría vuelto en sí tras haber notado desaparecer al último clon. Algo jadeante, escuché lo que tuviera que decirme, y agradecido, antes de separarnos, repetiría la reverencia de agradecimiento ante él. Un gran sensei, un buen shinobi, y un gran apoyo, que apenas conocí, pero que marcó mi camino del ninja.

"Gracias, Blank..."

Repetía aún en mi camino de vuelta.

"Gracias..."

[Offrol: Pongo la despedida y todo eso porque dijimos que terminaríamos con tu post, pero si pones algo importante a lo que quieres que conteste, dímelo y postearé de nuevo, que está siendo un placer. ^^ Y espero que te haya gustado este. He pedido opiniones, y algunos me han dicho que no molaba o que eran gilipolleces... Si opinas igual, me disculpo por ello. Sólo quería hacer algo amena y divertida la lectura, pues al ser tanto no viene mal alguna que otra risa, porque para mí esto es el arte de divertirse y divertir escribiendo, a la vez que meterte en tu personaje. Lo siento si aquí me he pasado. Si no te ha gustado, dímelo y quitaré las coñas dejando lo importante. Si te ha divertido y no te ha sentado mal, me alegro por ello.]

En los recovecos de mi mente se podían atisbar dos figuras, una un hombre de un metro ochenta, cubierto por una capa de viaje beige, mientras que la otra era una babosa gigante de seis colas. Ambos mantenían una conversación entretenida al amparo de la oscuridad, mientras que en el exterior un joven genin realizaba los jutsus enseñados por su maestro, al amparo de dos clones creados por este. Así pasó el tiempo, hasta que una energía especial llegó a su cuerpo, el primer clon había sido tumbado, transmitiendome sus recuerdos y sus vivencias,permitiéndome así ver como el joven Dártirus había dominado el raiken sin muchas complicaciones. Aquel chico había tardado relativamente poco en completar la técnica, cosa que me interesó, por lo que decidí despedirme de Saiken y volver a la realidad para observar como completaría los próximos jutsus.

"Aquí nos despedimos Saiken, seguiremos con la conversación en otro momento."

- Ja. Como tu quieras mequetrefe, aunque quiera no puedo moverme de aquí para impedírtelo.

Tras esa pequeña despedida volví a la realidad para supervisar personalmente los movimientos del joven. Este se encontraba en la ejecución del segundo jutsu, que al parecer le estaba costando, la estabilidad de su chakra elemental no era lo suficientemente grande, y eso hacía que se disipara antes de llegar a su destino. En un momento estuve pensando en intervenir para ayudarle, pero al final no hizo falta, pues consiguió dominar el jutsu sin problemas. Ahora solo quedaba el último jutsu por aprender, y quería ver como lo solucionaba. Me encorvé un poco en dirección al joven, con las manos cerradas por debajo de la barbilla en señal de interés, y esperé atento a sus movimientos. Al principio le costaba bastante mantener la conexión con el chakra de la nube, pero tras unos intentos la conexión se llevó a cabo sin problemas, fue entonces cuando este apuntó a mi otro clon. [TNJ] Sin embargo antes dijo unas palabras muy extrañas que hicieron que se me erizara la piel, se me nublara el pensamiento y todas mis voces se unieran para decir al unisono:

- ¡C*ñ* de la madre, perdí!

"¡C*ñ* de la madre, perdí!"

- ¡C*ñ* de la madre, perdí!

Spoiler:

Tras apuntar con la otra mano al último clon la conexión se completó con éxito, haciendo que desde la nube se precipitara una nube de agujas sobre el clon. El joven Dártirus me había sorprendido, había dominado los tres jutsus sin apenas dificultad, demostrando su poder. Tras repetir el jutsu por segunda vez mi clon desapareció, mientras que en mi rostro se dibujaba una pequeña sonrisa, la primera que mostraba delante de alguien en mucho... mucho tiempo. Ese chico tenía algo especial, aparte del propio Kazekage el era la primera persona en la que sentí que podía confiar, y con la que podría ser yo mismo, sin embargo no estaba del todo seguro, en mi interior la sombra de la desconfianza todavía seguía vigente. Tras la ejecución de los jutsus me levanté y con una pequeña sonrisa de satisfacción le felicité por su trabajo, tras lo que nos despedimos, cada uno tomando su camino. Las nubes del cielo comenzaron a disiparse dejando ver las luces del crepúsculo, completando la escena, mientras que en mi interior esperaba volver a verle algún día.

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Off: No te preocupes, como ya te dije por chat me ha encantado el post, lo que me he podido reír con el TNJ XDDD Para mí también ha sido un placer rolear contigo, si quieres que estos dos locos se vuelvan a encontrar solo tienes que decírmelo.