Erik Lycan vs Blue Streak

Datos del combate:

Amanecía en Iwagakure una mañana calurosa. Sin embargo, yo me desperté de buen humor, entre dos ventiladores a todo trapo. Hacía un calor asfixiante... Pero estábamos a finales de agosto, y eso significaba que el infierno acabaría pronto. Aún sudando pese a tener los ventiladores encendidos, me levanté tranquilamente de la cama. Bebí un vaso de agua fría de la nevera, y procedí a asearme, con una buena y fría ducha. Ese día iba a competir en el Coliseo, en la Arena de Especialista. Por ello, yo no sabía su aspecto... Podría ser cualquier cosa. Incluso una ducha... Sería un detalle, poner una ducha. No saldría de ella en todo el combate.

Pero debía salir de ella, para terminar de prepararme. Por lo que cerré el grifo, apagué los ventiladores, y tras vestirme y tomar un buen desayuno, me dirigí al recinto en el que se llevaría a cabo mi lucha de gladiadores. Al llegar al Coliseo, me inscribí como el gladiador que iba a pelear en la primera Arena de Especialista del día. Era la segunda vez que luchaba en una de ese tipo... Y esperaba que esa vez fuese mejor que la anterior. Sin tardanza, me dirigí a los vestuarios para cambiarme y salir a la Arena. Con calma y comenzando a centrarme en el combate, me cambié de ropa, dejé la banda de Iwa en una taquilla, y me encaminé hacia el largo pasillo que me llevaría a un habítaculo de piedra y una puerta de reja.

La puerta no tardó en abrirse, y cediéndome el primer turno, salí de la misma. Tenía ganas de ver el escenario, y de comenzar a idear algún tipo de estrategia. A la luz de los focos, mi silueta fue iluminada nada más salir del pequeño recinto. Llevaba una máscara de lobo ibérico, hecha con la cabeza real de un lobo de esa raza. El pelaje caía hasta el cuello, cubriéndome toda la cabeza, los ojos, siendo los del lobo una membrana oscura (lo que me daba un aspecto tétrico), y parte de mi cabello. Sin embargo, el resto del cabello caía sobre mis hombros, resbalando hacia el pecho. Era de un color gris claro. Las ropas que utilizaba eran finas y ligeras, ajustadas a mi cuerpo: Una camiseta de manga larga negra, elegante, y unos pantalones largos y de tela fina, también negros. Era una sombra... El calzado en esa especial ocasión era unas sandalias japonesas de color madera de abeto.

Mas mi cara de sorpresa tras la máscara, al ver lo que había ante mis ojos, no tenía comparación. Al salir de la puerta me encontraría en una superficie de arena, de menos de quince metros cuadrados, mucho menos, pues era un semicírculo que se asemejaba a una isla desierta. Y tanto que se parecía, pues a mi izquierda descubrí una palmera de unos cinco metros de altura, que adornaba la islita a la que daba la puerta. Tras esa isla, había agua, una superficie azulada y cristalina, totalmente en calma y sin irregularidades. Juraría que la profundidad llegaba a los diez metros. En cuanto a las dimensiones del coliseo, eran semejantes a las de la Arena Clásica. De hecho, parecía que para crear esa escena habían utilizado una de las salas de ese estilo. Era un coliseo redondo, con cien metros de diámetro. Los muros medirían unos veinte, más o menos. El techo, como en la Arena Clásica, estaba al descubierto, aunque las reglas indicaban que no deberíamos pasar de los veinte metros.

La verdad es que la cosa no pintaba bien. A mí todavía no me había dado tiempo a aprender a manejarme sobre el agua, y tenía que pensar algo rápido si quería ganar ventaja. Mientras las puertas de mi contrincante se abrían, se me ocurrió la idea, y esperé paciente a que saliera de su habitáculo. Estaba a cinco metros de mi puerta, y noventa y cinco de él. Una distancia prudente, o eso creía yo.

Información de pj:

[Offrol: El primer post es mío a petición de Blank, pero el campo lo he creado según sus indicaciones.]