Byakko VS Okami

Arena:

Había partido de aquel oscuro y remoto lugar que me alejaba de toda civilización y había decidido ir hacia el coliseo que se encontraba en los alrededores de Iwagakure no Sato, hacía poco tiempo me había inscrito y deseaba ver si tenía alguna notificación de un combate o algún oponente interesante. Había partido tras un escaso desayuno y un buen baño en las termas que había cerca de mi morada, me había vestido con una sudadera gris y unos pantalones de un gris más oscuro y había colocado el accesorio de la cola de pantera y la peluca dentro de mi mochila. El camino hasta el coliseo se me había hecho bastante largo pese a que no había parado en ningún momento para no perder tiempo, al llegar allí había observado mi correspondencia y tenía una alerta de un luchador que había decidido retarme, me pareció interesante la oferta de pelea y además no soy de esos que desestiman un combate así como así por lo que decidí aceptarlo. Tras repasar todos los luchadores del coliseo observé también que había tres luchadores que me llamaban la atención y sus nombres se marcaron a fuego en mi memoria junto con el nombre de mi rival “Dark Lady, Dannia, Espectral y Okami Tamashi”. Me marché del coliseo con el recuerdo de una hora y una arena, la hora había sido citada en mi respuesta a Okami, “Espero tu presencia para el combate cuando los primeros rayos del sol iluminen con majestuosa gracia el rostro del dragón que preside el tejado de las residencias para luchadores” y la arena había sido escogida por mi rival, la arena clásica sería el recinto de mi primer combate en el coliseo y estaba bastante seguro de que sería un placer disfrutar de las suaves temperaturas de la mañana mientras el combate tenía lugar.

Esa noche dormí con tranquilidad y placer en la cama de mi habitación en la residencia de luchadores y unas horas antes del amanecer me agasajé con una buena ducha de agua templada y un desayuno de los que pocas veces podía disfrutar, tras eso partí hacia el coliseo y en los vestuarios para luchadores me preparé tranquilamente, primero me puse una camiseta de un suave tono gris, tras esta los pantalones cortos de un gris un tanto más oscuro y después me coloqué la cola de pantera y la peluca naranja, tras esto preparé una capa de un negro bastante desteñido que ya empezaba a parecer gris y me la puse también. Calenté un poco y me preparé psicológicamente para lo que iba a ocurrir a continuación y diez minutos antes de que los primeros rayos de sol iluminasen el cielo salí a la arena. Una vez en la arena me sorprendió bastante la amplitud del escenario de la pelea, la arena era un recinto rodeado por un alto muro en el que se situaban las gradas en las que normalmente se sentaría el populacho para disfrutar de la pelea, que dudaba bastante que en esa ocasión fuese a aparecer pues el combate era demasiado pronto, en el centro de la arena había dos árboles separados el uno del otro por una distancia de unos cincuenta metros, el tamaño total de la arena estaría entorno a los cien metros y parecía lo suficientemente amplia como para que los ninjas pudiesen disfrutar de un enfrentamiento ni muy pasivo ni muy activo.

Me coloqué en uno de los árboles y entonces realicé mi primera acción, hice un sello con ambas manos y en el acto aparecieron otros dos yo, éramos exactamente idénticos y nos movíamos a la vez incluso, cada uno de nosotros se movió independientemente, uno se apoyó contra un árbol, otro se paró al lado del otro árbol y el último de nosotros se colocó entre los dos árboles a una distancia de cada uno de unos veinticinco metros. En ese momento la puerta por la que había entrado se cerró y los primeros rayos del sol comenzaron a iluminar el cielo, lo que significaba que mi rival no tardaría mucho en llegar al lugar de nuestro encuentro.

Información:

Acciones:

Gasto y Daño:

Nada más enterarme de la respuesta de mi rival, salí corriendo de Sunagakure. De nuevo, quedaba citado otro combate de Coliseo en el País de la Tierra. Con rapidez, caminé esos días que me separaban del Coliseo en el que me enfrentaría, y nada más visualizarlo, sonreí con confianza. Me vencieran o no, mi sonrisa nunca perdería su energía, nunca perdería la confianza en mí mismo.

Al llegar a los vestuarios, me cambié de ropaje, cogiendo el que llevaría en la batalla. Por lo que tenía entendido, llegaba con tiempo de sobra al combate, y no tenía por qué darme prisa... Pero las ansias de un nuevo combate me podían, y me vestí lo más rápido posible. Nada más terminar, me encaminé a la sala de piedra que me resguardaría antes del combate. En efecto, había llegado con tiempo, pues ambas puertas estaban cerradas... Pero a los pocos segundos, la de mi contrincante se abrió. Yo lo pude ver a través de la mía misma, pues eran puertas de reja y nos dejaban ver el campo en el que lucharíamos.

Sin que mis puertas se abriesen, observé todos los movimientos que se producían en el campo de batalla. Mi contrincante, Byakko, comenzó a correr hacia uno de los árboles, y después creó un par de clones. Tras crearlos, cada uno se dirigió a un árbol. Los árboles estaban apenas con copa, y ligeramente demacrados... ¿Cuántas batallas habrían soportado? Pero en esa batalla, que prometía ser compleja e intensa, no saldrían ilesos. Los clones eran exactamente idénticos, y me iba a resultar difícil acertar al real. Pero al menos ya sabía lo que era capaz de hacer. Momentos después, se abrió mi puerta. La Arena Clásica era la más solicitada, y en la que más peleas se habían combatido. Con respeto, eché un vistazo a todo el recinto. Las gradas llenas, los focos preparados... Y algo que me llamó la atención: un pequeño cuervo, que se encontraba posado sobre un poste, cerca del foso. Me hizo gracia... Hasta los animales acudían a ver el encuentro.

A la luz de los focos, mi máscara brillaba con un toque de confianza que se sumaba a mi sonrisa, mientras andaba dos metros hasta detenerme un instante. La máscara que llevaba cubría mis ojos y nariz, dejando ver la boca claramente, con unos labios suaves y ligeramente notables, de un color más claro de lo normal. La máscara era recta, creando una perfecta línea horizontal de lóbulo a lóbulo de las orejas, y subía hasta llegar a la frente para taparla completamente. Era de color plateado, y en la zona de los ojos tenía sendas elipses acabadas en punta, que no eran huecas, sino que estaban cubiertas por una blanca membrana de tela que impedía ver mis ojos. Utilizaba una peluca de una melena larga, de color grisáceo. Vestía una camiseta de color negro con tribales de color rojo sangre, y un chaleco vaquero, siempre abierto. Unos pantalones pitillos de color azul oscuro, y unas botas de vaquero rojas, con las espuelas en los talones.

- ¡¡Heyyy!! Vamos a dar un buen espectáculo, ¿eh?

Dije levantando mi pulgar derecho, en símbolo de saludo. Acto seguido, mi calabaza de arena explotó suavemente, creando una especie de nube a presión a mi espalda, algo la mar de bello. Mientras esto sucedía, realicé un sello juntando mis manos, y un segundo después, un cuervo de mi tamaño suplió mi posición. Sin esperar a la reacción de mi contrincante, alcé el vuelo, y me dirigí rápidamente hacia el primer árbol, el de mi izquierda. Volaba a diez metros del suelo, y a gran velocidad. En realidad no me dirigía al árbol, sino al Byakko que se encontraba en él. A diez metros en diagonal de él, me detuve y grazné con fuerza, mientras una especie de columna de arena le rodeaba a gran velocidad y produciéndole graves daños. Si era un clon, se desharía, y si era el real, le causaría algo de daño.

Pero no era eso todo lo que había ocurrido. Mientras volaba hacia el clon del árbol de mi izquierda, creé dos shuriken de arena con la arena del propio suelo, que al momento fueron a gran velocidad hacia los otros dos Byakkos, que atentos al gran ave que se había formado, no se darían cuenta de esto último, y cada shuriken debería impactar en el tobillo de cada uno de ellos, produciéndoles daños y, al menos a uno, deshaciéndole por ser un clon. Y esto, al mismo tiempo que sucedía lo de la columna...

información de pj:

acciones y jutsus:

gastos y daños:

El viento movía levemente la arena que estaba bajo nuestros pies y nuestro pelo, haciendo que pareciesen pequeñas crestas de papel azul, los árboles en los que dos de nosotros nos encontrábamos estaban demacrados por el paso de tiempo y las peleas que allí se celebraban, mucha debía ser la sangre que había bañado ese suelo y mucho el dolor que había retumbado en esas copas. Nuestras caras serias, seguras y tranquilas permanecían impasibles, solo en pequeño pestañeo podría ser decisivo o incluso podía hacer que perdiese alguna pista de las acciones de mi rival, impacientes por su entrada esperamos hasta que por fin se escuchó el sonido de la puerta abriéndose y sonando y rebotando contra cada zona de la arena. Como había previsto no había presencia alguna de espectadores, el populacho estaría en sus casas durmiendo plácidamente y sin pensar en la pelea que iba a tener lugar a continuación, justo en ese momento apareció mi rival tras la puerta, primero mostró una larga sonrisa y después me habló, sus palabras se escucharon con un suave eco debido al vacio de las gradas y entonces comenzó su actuación y el propio combate.

La calabaza que tenía a la espalda parecía haber estallado y haber formado unas alas de arena que le permitían volar, este había levantado el vuelo y se había situado a unos diez metros de altura sobre la arena, nada que no fuese fácil de alcanzar, al ver como se movía por el aire sentí cierta emoción y puede que incluso envidia, me gustaría poder volar como él hacía pero sabía que yo jamás podría hacer eso así que me quité esa idea de la mente y me centré en el combate, apenas me había dado cuenta pero allí estaba él, sobre mí y había enviado dos shurikens contra los otros dos yo, sus golpes fueron certeros e hicieron que los clones desapareciesen, los tres pues en realidad todos eran clones, yo no estaba allí o en realidad ¿si estaba? Detrás de uno de los árboles aparecí yo, había aprovechado el espesor del tronco del árbol para cubrirme y que así mi rival no me viese. Salté sobre el árbol y me ayudé con una rama para llegar a su altura máxima, desde allí me impulsaría de nuevo y llegaría por fin a la misma altura de mi oponente, entonces le propinaría una patada en el estómago seguida de otra en la cabeza y caería al suelo de pie donde correría hacia la puerta por la que él había entrado para librarme de algún posible ataque aéreo.

Acciones:

Daño y Gasto:

[Offrol: Tío xD "Acto seguido, mi calabaza de arena explotó suavemente, creando una especie de nube a presión a mi espalda, algo la mar de bello. Mientras esto sucedía, realicé un sello juntando mis manos, y un segundo después, un cuervo de mi tamaño suplió mi posición." No me he creado unas alas, he creado una nube que ha explotado y se ha ido a la porra, y yo me he transformado en cuervo xD]

Al parecer, todos los golpes dieron en sus blancos. Mas todo esto no me fue productivo, pues los tres Byakkos eran clones. Pero eso no me desanimó. Nada más destruir a sus clones, el verdadero Byakko salió de detrás del árbol, y trepó por el árbol para llegar hasta mi altura... Pero lo que no había tenido en cuenta era mi posición. Me había parado en seco estando a diez metros en diagonal del clon, por lo que no me encontraba a menos de ocho metros del árgol, si lo midiéramos con una línea horizontal. Esto provocó que su salto no sirviera de nada, pues lo m´ximo que hubiera podido saltar eran dos metros. Así pues, nada más verle en el aire, sonreí tras el pico de cuervo.

Al momento, la arena del suelo se elevó hacia Byakko, para propinarle una serie de golpes en cadena antes de que cayera al suelo. Al estar en el aire, estaba desprotegido, por lo que pude darle tres golpes tranquilamente. Esto, sumado a que del mismo suelo, salieron un total de cinco shurikens de arena, dirigidos a Byakko. Por otro lado, junté mis manos en un sello, deshaciendo el henge que me había transformado en cuervo, y mandé contra Byakko una potente onda de viento.

Al no necesitar las manos para realizar los golpes con la arena ni los shuriken, todos los ataques sucedieron a la vez, sin darle opción de reacción. Tras realizar todo esto, caería al suelo de pie, esperando la reacción de mis ataques.

información de pj:

acciones y jutsus:

gastos y daños:

El combate se había desarrollado normal, mi oponente había estado en tierra pues aunque se había transformado en un cuervo con un henge no jutsu luego lo había desactivado, mientras él caía al suelo uno a uno sus golpes fueron acertando en sus objetivos, no había podido hacer nada por ganar aquel combate y había acabado quedando inconsciente en el suelo de la arena, imaginando que sería lo que haría a partir de ese momento, cual sería el futuro de mis proximos combates en aquella arena que tantas peleas había soportado.

Revisado.
Kazuma: + 300 Ryos. + 55 Exp. + 4 Pr.
Yuurei: + 25 Exp. + 2 Pr.