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Sombras en la arena.

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Mensaje por Blank Lun Sep 17, 2012 10:56 am

Jutsus a enseñar:



Las imponentes arenas del desierto del país del viento se levantaban de su reposo en forma de una gran tormenta de arena, que llevaba días cubriendo el país del Viento completamente. Habían pasado ya varios días desde la marcha del poderoso Shodaime Kazekage, Monoburi Asuke, de Sunagakure no Sato, en dirección al oeste. Desde entonces varios desastres comenzaron a azotar no solo nuestro amado país del Viento, si no todo el resto de países. Nadie sabía que pasaba en el mundo, este parecía haberse vuelto loco de repente, y tal y como se presentaban las cosas, seguramente esto solo sería el inicio de algo mucho peor...

Sin embargo, lo más peligroso que se encontraba ahora en el desierto no era la tormenta de arena, ni mucho menos, era aquello que se encontraba en el interior de la tormenta de arena, grandes sombras que se mueven por ella y atacan a las personas y las ciudades del país del Viento. Nadie sabe quien o que está detrás de estos misteriosos ataques y desapariciones, pero sea lo que sea está destruyendo la paz y la armonía de nuestra amada tierra, y el deber de los shinobis de Sunagakure no Sato es detener aquel mal. Por aquello mismo me encontraba en el desierto en estos momentos, junto a dos de los Anbu de la villa, buscando pistas sobre lo que estaba pasando. La tormenta de arena hacía días que no permitía que la luz del sol cayera totalmente sobre las dunas del desierto, por lo que este se encontraba oscuro y misterioso, ocultando sus más macabros secretos de nuestros ojos. No quería pensar lo que podría encontrarme en este cuando la noche cayera, y el desierto se cubriera con un gigantesco manto de oscuridad, por lo que mi trabajo debía acabar cuanto antes. Junto a los anbu que me acompañaban escudriñe cada duna, cada planicie de arena, en busca de pistas, pero la arena sabe ocultar bien sus secretos siempre que quiere, y en este momento parecía actuar en nuestra contra, haciéndonos andar en círculos hasta encontrarnos con aquello que quería mostrarnos. Justo delante de nosotros una gigantesca sombra se movió entre la tormenta de arena, la cual dificultaba nuestra visión, hasta el punto de no poder distinguir aquello que teníamos a treinta(30) metros de nosotros. En ese momento detuve a los anbu con un gesto de mi mano derecha, y me adentré a comprobar que era aquello que se movía entre las arenas. Lo último que vieron estos fue mi figura, cubierta desde el cuello a los pies con una capa de viaje de color beige que protegía mi cuerpo del sol y la arena, adentrarse en el desierto más allá de lo que sus ojos les permitía ver.

El tiempo pasó y nada salía a la vista de los anbu que había dejado atrás, las arenas seguían calmas, y ninguna sombra se veía a través del muro de arena que ante estos se encontraba, hasta que algo llamó su atención. Del lugar por el que me había adentrado se pudo escuchar el eco de un gran grito lleno de furia, al igual que el sonido que produce la electricidad de los jutsus raiton. Los anbu reaccionaron adentrándose en el lugar en cuestión, hasta que escucharon un gran golpe, y pudieron ver como por su lado derecho pasaba una gran sombra, que arrastraba la arena del desierto como si de una gran ola se tratase. Tras aquella figura volví a aparecer yo corriendo, algo magullado y con mis ropajes totalmente rasgados tras el corto enfrentamiento. Los anbu corrieron a socorrerme, más no les dejé, pues era más importante acabar con aquello que había visto. Aquel ser, fuera lo que fuera, había dejado una gran impresión en mí, la cual se podía ver en mi rostro, que reflejaba el espanto que había vivido hace poco. Con voz firme y algo jadeante les dije:

- ¡Rápido, necesito que volváis a Sunagakure y reunáis a todos los shinobis disponibles, no hay tiempo para explicaciones! Tomad este localizador, mostrará mi posición en todo momento. Ahora daos prisa ¡Marchaos!

Los anbu estaban desconcertados, no sabían que había pasado, pero las órdenes de su superior eran totalmente tajantes, de modo que estos me soltaron, tras lo que desaparecieron del lugar tras un sello de manos. No sabía que era esa cosa, pero estaba claro que yo solo no podría con ella, necesitaba la ayuda de todos aquellos shinobis que se encontraran en estos momentos disponibles en la aldea, fueran del rango que fueran. Una vez me recuperé, seguí a aquella cosa allá por donde se había ido, esperando que mi velocidad fuera lo suficientemente grande como para alcanzarla. Poco importaban mis heridas o mi cansancio, si aquello alcanzaba Sunagakure no Sato sería el final para todos, y no iba a permitirlo, no tras todo lo acontecido estos días atrás. Ahora tenía algo importante que proteger y por lo que luchar, algo que había conseguido despejar mi corazón de su oscuridad, las gentes del Imperio del Viento, y más concretamente de Sunagakure no Sato estaban ahora ,en ausencia de Monoburi Asuke, bajo mi protección. Ellos habían puesto sus vidas en mis manos, y a cambio yo sería su escudo y su espada, lucharía para defenderles aunque perdiera mi vida en el intento, y no solo a ellos, a todas las personas que había conocido y que ahora ocupaban un lugar en mi corazón, fueran del país que fueran.

La tarde ya había llegado, pues la oscuridad comenzaba a cubrir más el desierto. Yo por mi parte había conseguido arrinconar a esa cosa, hasta el punto de hacerla retroceder a quinientos(500) metros de mi amada villa. Estaba cansado y jadeante, mi cuerpo mostraba alguna que otra herida, además de llevar mi túnica totalmente rasgada, en resumen se podría decir que estaba agotado tras la batalla, que parecía no provocar daños en aquello. Todo lo que podía hacer por mi solo estaba hecho, había conseguido hacerle retroceder, pero yo solo no podría vencerlo, de modo que solamente me quedaba prepararme. Cogí de mi espalda la gran espada perteneciente a aquel fallecido Hozuki, la Kubikiri Houcho, y con ella en la mano derecha, con la punta de la hoja apoyada sobre el suelo arenoso, y la mano izquierda preparada por si me veía en la necesidad de utilizar algún jutsu, esperé a que llegaran los refuerzos. No sabía cuanto tardaría en llegar aquella cosa, pero estaría preparado, y acompañado por el resto de fuerzas de Sunagakure, o al menos eso esperaba...




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Mensaje por marduck Lun Sep 17, 2012 1:19 pm

Desde que nuestro poderoso kazekage abandono la villa una poderosa tormenta de arena asolo nuestro hogar obligándonos a vivir casi recluidos en nuestras casas, y por si fuera poco había oído rumores extraños que no parecían tener ningún sentido aparente. Esperaba que nuestro kage volviera lo antes posible, ya que la villa había resultado un caos desde su partida, tras la cual le acompaño la partida de Blank, un gran ninja que fue mi examinador para la prueba de ascenso a genin. Ya en el examen pude ver qué clase de persona era, o al menos que sensación me dio. Blank me callo bien desde el principio, resultaba una persona amable y me alegro mucho que fuera él el que me examino.

Un delicioso olor inundaba mis fosas nasales con una leve caricia. La comida ya estaba servida sobre la mesa, el delicioso arroz absorbía la salsa de tomate que cubría la carne guisada. Este era uno de mis platos favoritos, y una receta que resultaba perfecta para el día que tenía planeado. Un día de relax y tranquilidad, dedicándome únicamente a las labores de la casa. Un fuerte sonido me sobresalto justo en el momento en el que iba a introducir los palillos en el interior del apetitoso plato que se encontraba ante mí. Habían llamado a la puerta con una fuerza poco común, parecía importante, así que deje rápidamente los palillos al lado del plato y salí corriendo a abrir la puerta. De no ser importante probablemente me hubiera limitado a volver a la mesa para empezar mi comida, pero tras la puerta se encontraba nada más y nada menos que uno de los poderosos Anbus de sunagakure no sato, que traía unas noticias que aun con datos muy escasos era especialmente alarmante.

Al parecer Blank, el líder temporal de la villa se había se encontraba actualmente enfrentando a un enemigo, y había pedido la asistencia urgente de toda la fuerza militar presente para ayudar a combatirlo. El Anbu parecía tener prisa, y no me explico nada ni de que oponente se trataba y porque una persona tan increíblemente poderosa como Blank necesitaba la ayuda de ninjas de un nivel tan inferior como el mío. Pero mi invitado parecía tener mucha prisa, así que decidí no hacer ninguna pregunta, todas las respuestas llegarían solas y a su debido tiempo. No perdí ni un segundo de mi tiempo, en el mismo instante en el que el Anbu abandonó mi puerta para continuar su búsqueda, yo cogí mi calabaza de arena y salí disparado como el viento hacia la zona especificada por mi compañero.

No tenía tiempo que perder, un compañero, un guerrero, y un superior estaba en problemas, y aunque fuera poca la ayuda que podía prestarle, podía resultar de alguna utilidad, aunque fuera como cebo. Estaba dispuesto a todo con tal de ayudar e impedir que aquello contra lo que se estuviera enfrentando llegara a matar a aldeanos inocentes de la cuidad que me había prometido proteger y servir. Corría con todas las fuerzas que me permitían mis piernas, que no era mucha. Podía realizar alguna técnica que aumentase mi velocidad y me permitiese llegar antes, pero si quería ser de ayuda tenía que llegar con todo el chacra posible. Mi objetivo no se encontraba lejos de mi localización, tan solo a medio kilometro, una distancia que un ninja recorre en pocos minutos, pero no estaba seguro de que Black dispusiera de tanto tiempo, ya que no era solo lo que tardaba en llegar yo, sino que también lo que habían tardado los Anbus.

Me acercaba peligrosamente a las coordenadas especificadas por los mensajeros que calculaba que no tardarían en volver, o al menos eso esperaba. La tormenta de arena no me permitía distinguir ninguna figura, a pesar de que me debía encontrar a unos setenta metros. No podía ser una falsa alarma, ya que los ojos del mensajero no engañaban, algo real y peligroso estaba pasando. Ya estaba cerca, y podía ver la poderosa silueta del imponente líder que se encontraba en guardia, pero no podía ver al enemigo. Era posible que la arena ocultara grandes peligros tras sus espesas capas levantadas en el aire. En mi cabeza resonaban las sabias palabras con las que me obsequio el kazekague “Un Sabaku no necesita armas, pues el desierto es su espada”. Con estas inspiradoras palabras en la mente me acerque a Blank, y con mí poder alejé la espesa nube de arena en un radio de doce metros, esto no mejoraba la visibilidad, pero impedía que los molestos granos de arena se adentraran en el interior del ojo, o que molestaran a la ora de mirar fijamente a un punto. Aunque poco, de momento esto era en lo único en lo que podía ayudar, al menos hasta que me explicaran la situación.

-Veo que soy el primero en llegar. Me puedes explicar donde está y quien es el oponente- buscaba informarme lo antes posible, cualquier mínima información me podía resultar muy útil a la hora de plantear una estrategia de ataque y de defensa, tenía que resultar de ayuda, y si no poseía suficiente poder para ayudar en el combate, al menos pensaría en una buena estrategia de combate que nos ayudara a cavar con nuestro o nuestros oponentes. Aun quedaba gente por llegar, ninjas poderosos que posiblemente sí que podrán ayudar más que yo. Blank tenía un arma en la mano, y parecía preparado para usarla en cualquier momento. Esperaba que agradeciera mi ayuda que actualmente era un poco inútil, pero en cuanto viera al enemigo pretendía ayudar aun a costa de mi propia vida, no iba a permitir que nadie muera, y posiblemente todos llegarían pensando exactamente lo mismo. Pacientemente esperaba la respuesta de Balnk, que no estaba seguro si me la daría ahora o esperaría a que llegase el resto de los refuerzos para no tener que explicar la situación a todo aquel que llegue, aunque si me la contaba ya se lo podía decir yo al resto.

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Mensaje por Gösuto Mar Sep 18, 2012 3:24 am

Desde primera hora de la mañana supe que hoy no sería un día normal y corriente no sería un día aburrido y monótono en el que haría lo de costumbre. No, hoy desperté entre sudor frío y una visión un tanto aterradora para el mundo que conocía, un mal se avecinaba a Sunagakure, pude sentirlo, pero era imposible que perteneciese al inframundo, pues mi señor Hades no mandaría a la tierra algo que hiciese el trayecto de mi misión de esa manera. Me levanté raudo y veloz para ponerme la venda y mirar por la ventana hacia las afueras de Suna deseando que solo fuera un presentimiento en vano, pero por desgracia no me equivoqué. Algo había fuera de las murallas que protegían los hogares de los aldeanos, y algo me decía que era un mal bastante peligroso, así que no tenía muy claro si inmiscuirme o no. Continué mi día haciendo entrenamientos como de costumbre, seguí aprendiendo sobre lo que tenía que matar y proseguí haciendo vida normal, pero a la tarde, cuando volví a mi domicilio me encontré dos anbus en su interior, bastante alarmado solo se me ocurrió colocarme en posición de combate y esperar lo peor con coraje.

-Malditos, largaos si no queréis pelea-sin embargo los anbus no se alertaron, debían de estar avisados sobre mi comportamiento o algo así, tan solo uno de ellos se acercó por calma y me dio una bofetada rápida y un tanto dolorosa, que hizo que las vendas de mis ojos cayeran al suelo mientras mi mejilla cogía la tonalidad de una manzana madura. No comprendía el porqué de ese golpe, pero en ese momento el ninja decidió hablar, así fue como entendí el porque.

-Deja de decir estupideces y acude a las puertas de Suna, hay un gran peligro y no eres capaz de verlo, quizá halla venido bien que te quitara esas vendas de una maldita vez-en cuanto dijo eso los ninjas se fueron y buscaron a mas ninjas que pudieran ayudar. Por mi parte, una vez se habían ido los ninjas de mi apartamento, me quedé mirando a la ventana que habían abierto y tocando mi sonrojada mejilla, pensando en si ir o no. Supongo que en parte tenía miedo de poder morir, pero sobretodo tenía miedo de lo que me esperaba seguro si moría sin cumplir mi misión de paz mundial, mi señor Hades, Pandora y los tres jueces serían especialmente crueles con las torturas que se les ocurriera a mi persona, y no me gustaba la idea, por otra parte si saliera vivo de allí sería una oportunidad de oro para llegar a ser mas fuerte y así tener mas facilidades para cumplir mi misión. Tras pensarlo mucho quité la mano de mi mejilla y sin recoger las vendas del suelo fui al lugar de los echos corriendo, ya era hora de ver el mundo que me rodeaba.

Mi carrera era continua y rápida, no importaba ni mi cansancio ni mi fatiga, solo pensaba en llegar cuanto antes a las puertas de Suna para poder ver con mis propios ojos aquello que amenazaba la vida de los miles de habitantes de la Villa Oculta de la Arena, parecía interminable el recorrido que me separaba de mi objetivo, pero tenía que llegar, era preciso, por eso apreté el paso y no disminuí mi velocidad hasta llegar allí. Mientras llegaba solo podía pensar en una pregunta que chocaba en todos los rincones de mi mente una y otra vez, ¿Como sería lo que acechaba a Suna?¿que me esperaría al llegar?, aunque daba igual cuantas veces me lo preguntase, no obtendría respuesta hasta llegar allí.

Ya podía ver las puertas a la distancia, al fin llegaba a el objetivo, y con ello aumentaba ese presentimiento de oscuras presencias, cada vez pintaba peor debía ser fuerte y valiente para luchar, por fin llegué a las puertas pero no vi nada en el lugar por mucho que buscase con la mirada, al menos pude recuperar algo de fuerzas mientras oteaba, pero aquellas presencias seguían allí por lo que solo me dejé guiar y avancé unos cientos de metros mas hasta ver a ese ente maligno, tan solo podía apreciar un conjunto bastante grade de oscuridad, pero en el suelo vi a unos ninjas que parecían luchar contra aquel enemigo tan extraño, uno de los luchadores era Marduck, el Sabaku con el que entablé algo de amistad en una misión,el cual solo estaba preparándose para la batalla, mas al otro que estaba luchado con el monstruo no lo conocía, sin embargo, mostraba una increíble capacidad de control de chakra y una gran fuerza y poder. ¿Sería el el Kazekage?, la verdad ni lo sabía ni me parecía el momento idóneo para pensar en ello. Tan solo ver aquello mis ojos se quedaron viendo la majestuosidad de lo que se cernía encima de nuestras vidas, pero no pude quedarme parado mucho tiempo, por lo que me acerqué a la posición de Marduck, colocándome a su lado y realizando un sello con ambas manos, después saqué mi kunai y con una mirada decidida y mostrando mis ojos de un colos rojo, como el tono que tiene la sangre, el rojo verdadero miré a mi oponente y hablé con Marduck.

-Veo que a ti también te han llamado, ¿que te parece si mandamos a este ser al inframundo y que el todo poderoso Hades le de su final?-No pude soltar una sonrisa de decisión tras decir eso, quizá estaba decidido y por ello mostraba una actitud muy diferente a la que normalmente mostraría nunca. No sabía si saldría vivo de allí, ni tampoco si podría acabar con eso, pero de lo que si estaba seguro es que lo iba a intentar con todo lo que tuviera.

-Halla vamos, o todo o nada, esa es la actitud que seguimos de donde vengo-En ese momento apreté bien el kunai que agarraba y me colocaba en posición de combate esperando que viniera lo que tuviera que venir, mientras que aquel digno luchador se enfrentaba a esa cosa.

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Última edición por Gösuto el Mar Sep 18, 2012 3:46 am, editado 1 vez
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Mensaje por Inkagua Mar Sep 18, 2012 3:30 am

Hoy me había levantado con ganas de no hacer nada en todo el día, me iba a tomar unas ligeras vacaciones sabáticas, tan ligeras que solo durarían un solo día. El tiempo no era bueno, había escuchado la noticia de que unas tormentas de arena acechaban todas las villas y que han estado sufriendo estragos por culpa de esta terrible tormenta. Los días eran oscuros, casi no llegaban rayos de luz ya que el polvo levantado y la arena suspendida en el aire no los dejaba pasar. Salí a la calle a comprar algo de comida para la comida, merienda, cena y algo para picar mientras estoy en la cama tumbado leyendo algo o durmiendo. Mientras caminaba, note el ambiente espeso, no se podía ver bien y como había pensado y oído estaba oscuro, en pleno desierto los rayos de sol no podía penetrar a nuestra villa, Sunagakure no Sato estaba totalmente a oscuras y las lámparas que había todavía no estaban encendidas ya que era plena mañana. Cuando entré a la tienda compré algo de carne para guisar con unas patatas, arroz para tomármelos con el ramen que tenía por casa que me habían sobrado de la noche pasada, y tres bolsas de patatas fritas. Llegué a casa con las manos rojas de las bolsas, había comprado demasiado y pesaba bastante.

Me puse a cocinar, no era un experto en esto pero no se me daba mal, primero hice la cena, carne guisada con patatas, tras un rato de espera a que se terminara de hacer, lo volqué en un recipiente grande y lo tapé con un plato por encima. Quedaba una hora para que fuese la hora de la comida, a si que decidí esperar y tomar algo de aperitivo antes de empezar a hacer la comida.

Me senté en mi sofá y en la mesa tenía un bol pequeño con patatas fritas. Mientras esperaba, escuché por la calle a unas señoras que iban comentando el relevo de Kage que habíamos tenido hace relativamente poco. Salí corriendo a la calle a preguntarles sobre lo que estaban hablando, y mis oídos no me habían mentido, al parecer, habían pasado ya varios días desde que marchó Shodaime Kazekage, Monoburi Asuke, hacia el oeste, y había dejado el legado a Blank. También me contaron que desde que marchó habían empezado las tormentas en todo el mundo y que el tiempo estaba loco. Tras despedirme de las señoras volví a entrar en casa, anduve hacia la cocina pensativo pasando por el salón, agaché la mano y cogí un puñado de patatas que me las fui comiendo mientras meditaba: Por lo visto Blank el profesor que me examinó el examen para Gennin era ahora el Kage de Sunagakure, estaba bastante sorprendido y más aun de la coincidencia de la marcha al oeste de el anterior Kage con las tormentas sobre todo el mundo. Tras estar un rato callado apoyado en la mesa de la cocina, dejé eso un poco apartado y me dispuse a hacer la comida.

Pasó la tarde y cada vez se ponía más y más oscuro el cielo daba realmente miedo pero eso no me iba a impedir estar relajado y fastidiarme mis cortas vacaciones, serían las siete de la tarde cuando decidí dormirme hasta la hora de la cena. De repente me desperté, había tenido una pesadilla, unas sombras monstruosas acechaban la villa y el nuevo Kage se encontraba allí haciéndole frente pero sin ningún efecto ya que era derrotado y la villa destruida, nada más levantarme sudando, vi que eran las nueve y cuarto de la noche y mi dispuse a cenar, tenía la comida al lado, pues lo había preparado todo para cuando despertara, empecé a cenar y nada más dar la cuarta cucharada llamaron a la puerta, al principio no hice mucho caso y seguí comiendo pero al ver que seguían llamando sin cesar, me levanté y fui a ver lo que ocurría ahí fuera, nada más abrir la puerta mire al cielo y me entraron varios escalofríos la noche era la más oscura que había visto en mi vida, agaché un poco la cabeza y me topé con un Anbu de Sunagakure, me comentó que el Kage estaba en el desierto luchando contra unas criaturas nunca antes vistas, unas sombras enormes y que les pidió que buscaran toda la ayuda posible. No podía creérmelo, lo que había soñado estaba sucediendo, el Anbu salió corriendo a la siguiente casa y yo anonadado por lo que había escuchado, cerré la puerta de mi casa con algo de temor, me senté despacio en el sofá y pensé un millón de cosas. Tras varios segundos, me levanté y me dispuse a ir, no necesitaba la tinaja con la arena ya que iba a pelear en el mismo desierto, y ya me dijo mi ex entrenador que: ‘’Un Sabaku no necesita armas, pues el desierto es su espada’’. Salí corriendo en la dirección que me había dicho, estaba a más de quinientos metros de donde habitaba yo, pues mi casa era una de las más alejadas, eso no me impidió seguir adelante, tardaría como máximo cinco minutos o incluso menos a si que esperaba que cuando llegara ya hubiera alguien ayudando a nuestro Kage.

Mientras corría a toda velocidad, pensé en mi hermano difunto, esos seres extraños podían haber sido los asesinos que mataron a mi hermano y eso me dio más fuerzas para luchar, pues mi único sueño que poseía era la venganza.

A falta de ochenta metros empecé a mirar para todos los lados, pues no se podía ver nada por aquella horrible tormenta, en el suelo percibí unas pisadas recientes y decidí seguir el rastro, por lo visto llegaban donde estaba el Kage y otros dos ninjas más, los tres en guardia y esperando un posible ataque de aquella bestia que no podía percibir nada más que una gigantesca sombra.

Uno de los ninjas era Gosüto, lo noté raro, no tenía las vendas puestas en los ojos y me resultó extraño ya que cuando le conocí me dijo que su padre le obligaba a llevarlas, no le presté mucha atención y me fijé en el otro ninja, me sonaba únicamente de haberle visto por el coliseo o haber combatido contra el. Tras llegar, algo asustado dije:

-Parece que soy el tercero en llegar, ¿Qué está sucediendo?, ¿Por qué estas repentinas tormentas?, ¿Por qué…

La verdad es que tenía un montón de preguntas, pero parecía un chaval asustado que no quería estar allí, me puse serio y activé mi Suna Seijyo, me froté la cara, me quite el polvo de los ojos y me puse en guardia.

-Bueno basta de preguntas pero, ¿A qué narices nos enfrentamos?

Tras decir esto miré a Blank y después al los otros ninja, los tres permanecían serios y sin ningún tipo de miedo, en cambio me miré a mí y noté miedo, tenía que quitarme ese sentimiento a si no podría llegar a ninguna parte, volví a pensar en mi hermano, cerré los ojos y dije:

-Me llamo Luffy.

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Mensaje por Kazuma Mar Sep 18, 2012 10:03 am

Las sombras de la noche avanzaban sin dilación hacia la villa de la Arena, acortando su distancia cada vez más, en una contínua dirección, que nadie podía parar ni ralentizar. La villa, antes llena de buen ambiente, de risas, de alegría, de familias unidas... Todo se había demolido de repente, al aparecer esta presencia extraña sobre nosotros. Gente desaparecida, cuerpos inertes de la gente de los pueblos... La sangre y la muerte plagaba el desierto. Toda la villa estaba atemorizada, y los shinobi que la defendían mostraban tranquilidad a los aldeanos, pero por dentro también se sentían confusos y atemorizados... Incluso Yoshi, el jounnin que se encontraba en la recepción del edificio del Kazekage, había sido relevado para vigilar las fronteras de la Villa... Todo el mundo sabía de la situación, y todo el mundo se encontraba algo nervioso...

- ¡¡Gñaaaa grr!! mñnmñn mi mi mi...
Bueno, todos no. A una buena distancia de la Villa, y en dirección opuesta a la tormenta de arena, Tora, Natsuki y yo nos encontrábamos durmiendo plácidamente en el campo. Habíamos salido hacía unos días de Sunagakure, para entrenar juntos. Al igual que yo, ellos eran gennin, pero los cuatro estábamos algo avanzados. Yo dormía en una hoja gigantesca de no sé qué planta, al igual que Tora y Natsuki, que dormían juntos. Malditos cabritos, llevarme de sujetavelas... En fin, el caso es que esa mañana nos levantamos tarde. Nos habíamos acostado a las seis, así que eran las doce cuando nos despertamos. Yo abrí los ojos debido a un rayo de sol, que entre los árboles, se había colado para darme los buenos días. Y Tora y Natsuki, a unos metros de mí, abrazaditos, seguían dormidos... Pero no por mucho tiempo.

Con una sonrisa maliciosa, mi hice que mi calabaza se deshiciera silenciosamente, y la arena sobrevoló sus cuerpos... Para caer sobre ellos como la tormenta de arena que cubría el desierto esos días. Al momento ellos se despertaron y se levantaron de un salto, exaltados. Yo me estaba partiendo la caja de la risa. Tora, mi mejor colega, era un cachondo, así que al segundo se puso a reír conmigo, y con su propio Suna Seigyo, apartó la arena que le había cubierto.
- Kazuma, tío, estás grillao... ¡¡¡Jajajaja!!!
- Vaya par de locos...
Dijo Natsuki, sonriendo levemente. Yo me reí un rato, y luego les metí prisa.
- Anda, levantaos ya, par de tórtolos... Hoy tenemos que llegar a Suna. Si no Blank-sensei nos cortará la cabeza.
- Cierto... Será mejor ir tirando ya. Ya pillaremos algo de desayuno por el camino. ¡Vamos allá!
Natsuki y yo asentimos, y todos nos levantamos, con energía. Yo recogí la arena utilizada de nuevo en la calabaza, y tras ponernos nuestras respectivas calabazas cada uno a su espalda, nos fuimos del lugar.

Nada más salir del pequeño bosque, más bien oasis, la tormenta de arena nos dio de lleno. El panorama no había cambiado nada desde hacía ya días... Era extraño, muy extraño... Y ninguno de nosotros imaginaba cuánto. Con ayuda del Suna Seigyo, nos abrimos paso entre la tormenta, para llegar a Sunagakure antes del anochecer. En el camino, nos divertíamos retándonos a abrir cada vez más la tormenta, lo que era un buen entrenamiento para aumentar nuestro control respecto al chakra. El caso es, que tras un buen rato abriéndonos paso entre la tormenta, conseguimos distinguir a lo lejos la entrada a Suna cuando estaba atardeciendo. Por el camino, habíamos comido unas frutas que habíamos recogido del oasis, y gran cantidad de agua.

Fue en ese momento cuando nos dimos cuenta de que, a lo lejos, parecía haber algo extraño, que en la tormenta de arena, una sección en concreto se mostraba más... Violenta, misteriosa.
- Hey Kazuma, ¿qué crees que es eso?
Dijo Tora con voz seria y preocupada, y no sin razón. La verdad es que yo no tenía ni idea. Me detuve unos segundos a mirar a lo lejos. La tormenta era más intensa allí, y algo en mi interior me decía que no me acercase, esa vocecita, la conciencia, que te avisa instintivamente del peligro. Pero neh, era esa voz a la que nunca le hacía caso. Por otro lado, la aldea parecía estar atemorizada ante esa parte de la tormenta en especial... O eso fue lo que vi a través de las puertas. Debía pasar algo importante o peligroso, y sin duda era algo que necesitaba solución. Si hubiera sido otro, quizá hubiera actuado cautelosamente, pero... ¿Qué podía hacer? Mi instinto me llamaba, me pedía ir corriendo hacia la batalla. Una sonrisa de felicidad contenida se dibujó en mis labios, y miré directamente a Tora y Natsuki.
- No tengo ni zorra, pero yo voy de cabeza. ¿Qué me decís?
- Lo siento tío... Esta vez te lo dejo a ti. Tengo un encargo que hacer dentro. Ya sabes, cosas de familia... Lo siento. Pero tío, dales caña
Dijo Tora con una sonrisa de ánimo, y frunciendo el ceño. Ambos asentimos, y le choqué la mano en un saludo de amistad, para luego mirar a Natsuki.
- Yo...
- Te quedas con él, lo sé. No te preocupes.
Y tras guiñarle un ojo, salí corriendo hacia la tormenta de arena, sin borrar la sonrisa de mi rostro. La acción me llamaba, y no la iba a decepcionar.

Spoiler:

Ni siquiera había sido avisado por los anbus, pero la aventura tenía mucho más poder de convicción que ellos. Al cabo de un buen rato, llegué a la tormenta de arena. Yo ya había "explotado" mi calabaza de arena, y se había unido a la propia arena del desierto, que ahora volaba a mi alrededor, creando formas picudas e irregulares, como una masa deforme pero violenta, que avanza estrepitosamente y adquiriendo formas agresivas para ello. Al cabo de unos segundos, llegué donde estaba Blank-sensei.
- ¡Hola a todos! ¡Soy Kazuma! Encantado.
No supuse que iba a haber tanta gente esperando para pelear. Al momento distinguí a Blank, y me acerqué a él corriendo, con una sonrisa aún en los labios por la euforia, pese a que ya había visto su estado.
- ¡¡Blank-sensei!! ¿Se encuentra bien?
Cuando llegué a su lado, no le miré a él, sino a la tormenta de arena, que me llamaba con ansia y poder... Quería adentrarme en ella, y actuar lo más rápido posible.

Pese a que atardecía, aún había suficiente luz como para identificar mis rasgos. Medía un metro con setenta y cinco centímetros. Mi complexión era de un cuerpo fuerte pero no excesivamente musculado, y mi tono de piel era pálido, pese a haber crecido en el desierto. No tenía vello por el cuerpo. Llevaba el pelo corto, y el color de este era absolutamente blanco, puro y metalizado, que al ser natural tenía una extraña atracción. Mi rostro también era atractivo. Dado que mis ojos variaban de color según la luz que recibían, estaban cambiando de un azul claro pero profundo a un verde oscuro y potente. Mi nariz era fina y recta, y los labios suaves y ligeramente notables, de un color más claro de lo normal. Vestía una camiseta roja de manga corta, con un chaleco de tela y unos vaqueros azules, y las sandalias ninja como calzado. En mi oreja izquierda llevaba tres pendientes de plata. Con ansias, esperaba instrucciones de Blank-sensei.

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Mensaje por katnisseverdeen Miér Sep 19, 2012 7:08 am

Me levanté y abrí la persiana para que entrara luz pero, como de costumbre en estos días una espesa capa de arena tapaba el sol. Llevaba días llegando más pronto porque se habían oído rumores no solo de que un peligro se escondía tras la insistente tormenta de arena que no cesaba sino que aquello que fuera lo que no estaba al alcance de nuestra vista había estado atacando a las personas que se acercaban y había atacado otras ciudades, mucha gente esperaba que lo solucionara el Kage pero este se había ido, por lo que esperábamos que llegara lo antes posible. No sabía si creérmelo o no pues como todos los rumores se hacían tan sorprendentemente absurdos e ilógicos que no se podía distinguir la realidad de lo inventado, de todas formas el temor se extendía y si no se solucionaba pronto seguramente acabara cundiendo el pánico y no podrían controlar la situación, otros se limitaban a decir que eso eran estupideces pero, al fin y al cabo, igualmente todos estábamos tomando precauciones, había decidido tomarme estos días libres pues estaba agotada de entrenar y me fui a dar una ducha relajante que me calmara el cuerpo. Me puse ropa cómoda de estar por casa y me senté en el sofá a leer un libro que, por muchas veces que había repetido, seguía entusiasmándome tanto como la primera vez.

Ese día había más alboroto del que solía haber normalmente, había demasiadas personas en la calle y supuse que seguiría así hasta que cayera la noche, pues entre semana la gente aprovechaba para hacer todas las tareas pendientes del fin de semana y poder tomarse un descanso los días de fiesta, de todos modos para lo que yo estaba acostumbrada a oír desde mi ventana un día cualquiera, ese en especial la gente hacía más ruido y se oían muchos gritos. Pensé que serían solamente imaginaciones mías o que la gente estaba más alarmada por los constantes chismes que traían de otras cuidades o incluso que salían de la nuestra propia, lo normal es estos momentos era ver a una pareja o un grupo de personas discutiendo sobre qué podía ser aquello que nos acechaba sin descanso y provocaba tanto pánico en las personas. Se hablaba desde monstruos hasta fantasmas y, por muy disparatadas que fueran todas las versiones acaban creyéndoselas y asustándose a si mismos como necios. Los cínicos por otra parte contaban historias que se alejaban de ser simples tesituras pues afirmaban haberlo visto… esas las creían aun mas. “El temor de un hombre podía deteriorar mucho la lógica y la capacidad de raciocinio de este mismo”, me decía a mi misma moviendo las pupilas en círculo y poniendo cara de ingenua mientras me dirigía a cerrar la ventana para que ocultara los gritos en un silencio absoluto. Media hora, o quizás una hora después, los gritos de sobresalto y alarma volvieron a entrar por la cristalera aun estando cerrada, la gente gritaba cosas como: “huid”, “deberían haber ido antes” o “como han podido dejarle solo”. No se entendía nada mas hasta que unas palabras se oyeron por encima de aquel alboroto formado: “todos los shinobis que estén libres que vengan, es una urgente”, preocupada salí a la puerta de mi casa sin recordar que no llevaba nada que pudiera ser adecuado para que me vieran para ver que pasaba . Me topé de frente con un anbu de frente.

- Cuidado chica que tengo prisa – Me dijo con hostilidad
- Soy una shinobi y estoy libre, necesito saber a donde tengo que ir y qué está pasando
- ¿tu? Eres gennin desde hace semanas por lo menos…
- Has dicho TODOS los shinobis y quiero ayudar
- Si, de todas formas Blank dijo que necesitábamos a todos, cuantos mas mejor por muy poca ayuda que puedan prestar, ve hacia el desierto y allí encontraras otros ninjas que han ido ya, date prisa porque Blank ha sufrido un ataque y necesita ayuda urgente – me dijo apartándome en dirección a las puertas de la aldea
- Vale, pero ¿que ocu…- No me dejó acabar la frase y se fue, me ponía en marcha hacia las puertas de la aldea dispuesta a encontrar a Blank cuando el anbu con quien había hablado se giró y me agarro del hombro
- A propósito… - Me echó una mirada de arriba abajo y se puso un poco nervioso. Yo no entendía qué pasaba – ¿No deberías ponerte algo más de ropa para ir a un combate? Ya sé que te he dicho que quizás no seas de mucha ayuda pero tampoco es para tomártelo tan a pecho…
- Oh! Gracias, mierda, que vergüenza – Me tapé como pude y fui como el viento a mi casa, vi como de lejos intentaba decir algo pero no le deje acabar y cerré la puerta de un portazo. “en el fondo se lo merece, por dejarme con la duda de que pasa en el desierto”, me dije intentando consolarme a mi misma por tal despiste.

Me vestí lo más rápido posible con mis pantalones marrones y mi camiseta verde y antes de salir procuré coger una chaqueta para refugiarme de la tormenta de arena y la mochila donde guardaba toda la arcilla para mis jutsus por si tenía que combatir. Fui apresuradamente, cuando llegué ya había un grupo de personas así que me acerqué a ellas esperando que me contaran al fin que pasaba y que podía hacer para ayudar, no me gustaba llegar la última y no entérame de las cosas para acabar siendo más un estorbo. Abrí la boca para preguntar cuando algo atrajo mi vista hacia el interior de la arena, una sombra se había movido y podía jurar que no la había imaginado. Me esforcé por recuperar el habla:

- ¿Qué está pasando aquí y cómo puedo ayudar? - Por si acaso esa cosa que no había podido llegar a ver bien atacaba metí la mano en la mochila y las bocas que tenía en ellas y que tantas veces me habían salvado de mis contrincantes empezaron a comer de ella y empezar a hacer formas con ellas, cuando hubieron acabado saqué la mano y me preparé para evitar o devolver cualquier ataque que la sombra decidiera poner en marcha.
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Mensaje por Rouuse Miér Sep 19, 2012 9:50 am

Molesta me encontraba, aun tirada en la cama y mirando a la ventana. Odiaba infinitivamente los últimos días en la villa que parecía como si el sol se hubiera apagado o le hubiera bajado la potencia, ¡y todo por culpa de la dichosa tormenta! Que si quería ir a lugares oscuros, podría ir perfectamente al aquel lugar donde perdió la virginidad.
Me levante levemente de la cama pese al fresco que hacía, había dormido con un camisón de corazones y una bragas de algodón de color violeta, desconocía que horas eran pero me sentí un poco incomoda porque tenía las bragas húmedas a causa de algún sueño erótico, estaba claro que necesitaba echar un buen polvo o dejar de leer relatos de kunoichis . Me moría de calor y me notaba levemente sonrojada, no iba a comentar como se encontraban mis pequeños pechos.

Me levanta definitivamente de la cama y empecé a quitarme la ropa, algo iba a empezar a hacer ya que llevaba días sin apenas entrenar con el sensei Blank, No estaba segura cual era la causa exacta, pero seguramente pudiera ser la marcha de kazegake , el poderoso Shodaime, Monoburi Asuke. Y estar sin el kazekage podría ser peligroso si se enteraban las otras villas.
Estirarme como un gato era lo más placentero que tenía levantarse de la cama, Seguramente estaría sola en casa, pero olía a comida recién echa, seguramente habrían hecho algo de comida decente, porque alimentarse siempre de Ramen era malo para el cutis y encordabas más, aunque eso ultimo no me preocupaba porqué podía comer cualquier cosa que mi figura seguía siendo fina, tersa y sexy. Recordando el cutis, de estar pensativa volvía a estar de mal humor recordado la tormenta y recordando cómo me privaba del sol ¡Yo necesitaba mi dosis de Vitamina D! aunque nunca me ponía morena, pero mi piel tenía un tono saludable y era a causa de que me gustaba tomar el sol al anochecer, y ahora, prácticamente me habían privado de ello.

Me metí finalmente en la bañera de color verde que tenía en mi casa, no muy lejos de mi habitación, el agua estaba en su punto perfecto, anteriormente me había recogido la densa melena de pelo rubio teñido, no era el hecho de que no me gustará mi pelo natural, pero fue una vena rebelde que hice para molestar a mi familia, y con el tiempo me di cuenta que me quedaba genial. Y procuraba siempre teñirme lo más frecuente posible para que no se notaran las raíces del pelo. Echaba de menos entrenar con sus compañeros ( y amigos), el chico con la venda en los ojos y el chico sexy- kazuma) porque había días que se llegaba aburrir mucho, y tampoco ayudaba la tormenta que hacía que nos quedásemos en casa. Cuando note que mis dedos se empezaban arrugar, decidí salir de la bañera con una pequeña toalla que me cubría malamente mi figura, dejando mis glúteos prácticamente al aire, con el pelo húmedo y mi persona se encontraba prácticamente desnuda. Baje a la planta de abajo donde visualice unos burritos de ternera aun tibios en un plato, cogí el plato con todo su contenido y empecé a subir mientras masticaba y comía unos de los burritos. Al entrar en la habitación me encontré con una figura que me esperaba dentro, me corazón dio latió de manera frenética recordando como en los relatos eróticos que leí la noche anterior aparecía un ninja sexy y hacían el amor como su no hubiera mañana. Pero tuve una cierta decepción a ver que era un Anbu, aunque la sorpresa seguía allí por mi parte, que pude disimular bien. Su gesto involuntario del anbu al verme así , con la toalla pegada a mi cuerpo y un plato de comida en una de las manos mientras le miraba, desconocía su era chico o chica, pero su sorpresa era notoria. Siendo lógicos estaba claro que esa persona no estaba allí de pura casualidad, así que le hice un gesto de prestar atención para cualquier cosa que dijera, El anbu cuando reacciono me dio un pergamino que recogí con la otra mano, deje rápidamente el plato de la comida en una mesa cercana y lo abrí. Se trataba de un mensaje de Blank Sensei que pedía refuerzos por algo desconocido a las afueras de la Cuidad, Ponía la ubicación exacta, fruncí el ceño a ver que mi sensei dependía de mi torpe agilidad, debería de estar muy desesperado. Y sobre todo, el tema debería ser muy serio. Ni bien cerré el pergamino me quite la toalla y me puse rápidamente mis vestimentas, mientras realizaba esa acción escuche un gesto ahogado del Anbu, seguramente por la sorpresa de mi poco pudor de mostrar mi cuerpo. Para que mentir, me sentía muy orgullosa de él y no tenía tiempo para fijarme quién me veía, de todos modos, estaba en mi habitación y en mi casa.

Mientras recogía y me colocaba mi calabaza y la capa de la Villa, vi como el Anbu se marchaba a toda prisa, seguramente a avisar a más gente, que seguramente habría perdido mucho tiempo entre esperarme y darme el pergamino sin añadir el mini-show que le di al desnudándose de manera descara pero sin ningún interés de ámbito sexual.
Cogí el pergamino y salí con toda la prisa posible por la ventaba que me daba más ventaja a la hora de ir a la ubicación que me decía el pergamino, a pesar de salir que aun estábamos de día cada vez se estaba trasformando en un día totalmente oscuro, ahora sabía la causa de porque no podía tomar mi vitamina D. Realice un juntsu de manejo de la arena para poder ir más rápido. Y gracias a ello pude con más rapidez a mi destino, Aunque tenía aún mucho camino que recorrer. Como una shinobi que era, tenía que proteger a mi pueblo y también a socorrer a mi Sensei. Cuando noté que la tormenta se hacía mas fuerte supe que estaba llegando a mi destino, pese a que conocía la zona bastante bien, era muy difícil encontrar o visualizar algo. Saque el pergamino otra vez y confirme la zona, que no me encontraba lejos de mi posición actual, Cuando lo encontré estaba con pequeñas herida y jadeante. Visualice malamente a otros ninjas, entre ellos estaba mis compañeros, Gösuto y kazuma, aunque en Gösuto le veía diferente así que no estoy segura de era, todos estábamos preparados, y otros ninjas que no conocía. Salude con un gesto a mis compañeros y me acerque al sensei. Esperando intrusiones.

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Mensaje por Blank Jue Sep 20, 2012 5:31 am

La oscuridad comenzaba a cubrir las arenas más rápidamente, anunciando el final de este día. En unas horas el astro lunar comenzaría a asomar por el horizonte, sin embargo ninguno seríamos capaces de verlo, al igual que no volveríamos a ver nada más en este bello mundo, si no conseguíamos parar a aquella cosa. El dolor de mis heridas aumentaba con la fricción de la arena sobre estas, y a pesar de haber estado descansando durante un rato, seguía cansado y jadeante. Hacía ya un tiempo que los anbu que me acompañaban habían partido, tiempo durante el que estuve reteniendo a aquel ser, sin muchos resultados. La sombra de aquella cosa asomaba de nuevo, señal de que pronto estaría lista para el asalto final, en el que se decidiría el destino de la villa. Para que negarlo, tenía miedo de perder esta batalla, pero no por mi vida, si no por todos aquellos que esperaban en la villa, y cuyas vidas dependían de mi victoria. Tenía en mis manos un pequeño as que me conseguiría la victoria, pero no podía llevarlo a cabo yo solo, por ello necesitaba la ayuda del resto de shinobis de la villa, que deberían llegar tarde o temprano.

La tormenta de arena comenzó a arreciar, obligándome a taparme la cara con el brazo izquierdo y dificultando mi visión, parecía que el desierto estaba en mi contra este día, dándole una ligera ventaja a aquel engendro, al que arropaba entre sus arenas, sin embargo sus deseos se vieron frustrados, pues de pronto, la arena de la tormenta fue apartada en un pequeño rango a mi alrededor. Miré a mi espalda y pude ver entonces al primero de todos los que llegarían, Marduck Kavisame, uno de los genins más experimentados de la aldea. Su rango seguía siendo bajo, pero el simple hecho de que hubiera respondido a mi petición de ayuda era razón suficiente para reconocer su valía. Por supuesto no solo vino el, más shinobis fueron llegando cada vez, podía distinguir a Luffy y a Katniss, a quienes examiné hace tiempo ya antes de partir, también reconocí a Kazuma y a Rouuse, a quienes había entrenado en algún momento también pasado. Por último otro chico, a quien no había visto todavía por la villa, puede que por el hecho de que no suelo permanecer demasiado tiempo seguido en esta, pero en estos momentos no le iba a hacer ascos.Me fijé en que, al igual que Marduck, todos ellos eran genins, jóvenes shinobis que hacía poco habían salido de la academia. Esperé a que llegaran más, pero los únicos que aparecieron fueron los anbu que había mandado a la aldea, informándome de que el resto de fuerzas de Sunagakure no se encontraban en la villa, seguramente realizando algunas misiones. Cerré los ojos por un momento y suspiré, tras lo que les dí su siguiente orden a los anbu, en voz baja para no alertar al resto.

- Será difícil, pero creo que con ellos bastará, quiero que vosotros volváis a la villa y os encarguéis de evacuarla en caso de que falle. Es una orden.

Como esperaba, los anbu se mostraron totalmente reacios a volver y dejarme a mi atrás, sin embargo no les quedaba otra opción que acatar mis órdenes, por lo que se marcharon sin volver a rechistar, realizando un sello de manos y desapareciendo del lugar. Tras eso me dí completamente la vuelta hacia aquellos que habían venido y me preparé para llevar a cabo uno de los jutsus que Asuke-sama me había dejado en legado como líder provisional de Sunagakure hasta su regreso.

- Puede que sintáis algo de calor, pero no os preocupéis, y sobre todo no os mováis.

Tras esto comencé a colocar el sello en sus cuerpos, concentrando mi chakra en los dedos corazón e índice de mi mano derecha, que habñia sido liberada de su carga anteriormente, dejando la espada clavada en el suelo. Tras esto posé ambos dedos sobre la mejilla izquierda de Rouuse, la primera por la que empecé, y comencé a pasar el chakra a su interior, provocando que su ojo izquierdo diera un par de destellos verdosos. En apenas un par de segundos la luz de mis dedos se asentó, completando el sello, tras lo que repetí el mismo proceso en todos ellos, uno por uno. Pude notar como Asuke-sama se me había adelantado colocando el sello en Luffy y Marduck, por lo que solo tuve que conectarlo a mi chakra. Una vez terminado el proceso me dirigí a ellos directamente, explicándoles las utilidades del sello que acababa de colocar en ellos.

- Lo que acabo de colocar sobre vosotros os permitirá recuperar algo de chakra durante el combate, a cambio de vuestra energía vital. Pero lo más importante es que me permitirá saber cuando os encontráis en peligro, permitiéndome así el poder socorreros.

En ese momento la sombra que aun esperaba detrás de la tormenta de arena comenzó a moverse, al misto tiempo que soltaba más de sus gritos guturales, que parecían provenir del mismísimo infierno. "Parece que se nos agotó el tiempo eh?..." Pensé, mientras que volvía a suspirar, cerrando mi ojo izquierdo a la vista de todos, pues el derecho estaba totalmente tapado por mi flequillo. No tenía tiempo que perder, antes de que aquello saliera a nuestro encuentro debía darles una vía de escape por si fallaba en mi misión, de modo que no perdí más el tiempo.

- Escuchadme bien, aquello que nos espera detrás de ese muro de arena es demasiado poderoso y, a pesar de contar con vuestra ayuda, es posible que muera en el intento de pararlo, por lo que tengo algo que enseñaros en caso de que eso pase, para que podáis huir. Este jutsu os permitirá reflejar los rayos del sol para así volveros invisibles a la vista, para ello debéis formar una capa de chakra a vuestro alrededor, cubriéndoos totalmente, y tras eso realizar este sello con las dos manos, que hará que el chakra previamente preparado refleje los rayos del sol e impida que lleguen hasta vosotros.

Les mostré el sello de manos y tras eso recogí mi espada y volví mi mirada hacia la tormenta de arena, donde nos esperaba la contienda final. Rouuse y Kazuma ya conocían el jutsu, y contaba con ellos para solucionar los problemas del resto a la hora de aprenderlo, mientras que yo retendría a aquel ser, aunque no se por cuanto tiempo podría hacerlo.

- Ante todo no quiero que ninguno arriesguéis vuestra vida, pues a pesar de todo lo que he preparado no siempre podré ir a salvaros, vuestra misión es servirme de apoyo durante el combate. Muy bie...

Mis palabras fueron cortadas por otro grito desgarrador que provenía de la tormenta, esta vez acompañado por el ser que lo lanzó. Del interior de la tormenta se pudo ver como las arenas del desierto comenzaban a moverse, en forma de una gran ola de arena que venía directo a nosotros. Una pequeña sonrisa se dibujó en mi rostro al ver otra vez aquella escena, que pronto se completó como la primera vez que lo vi. A veinte(20) metros de nosotros la ola se rompió, y de esta salió un gigantesco ser con forma de... ¿Gusano? Si, creo que esa sería la palabra más adecuada para definirlo, un gigantesco gusano de unos veinte(20) metros de diámetro totalmente negro se elevaba ante nosotros, llegando hasta los treinta(30) metros de altura, donde de salir a la superficie. La parte inferior de todo lo que estaba fuera del ser presentaba una gran cantidad de tentáculos negros, de unos diez(10) metros de largo y de gran grosor, que agitaba violentamente. Por supuesto esto solo era una parte del ser, en mis encuentros anteriores había llegado a ver una mayor cantidad de su cuerpo, siendo este mucho más largo de lo que ahora nos mostraba. Este ser bajó su "cabeza" en dirección a nuestra posición, dejándonos ver una especie de boca circular llena de afilados dientes, y de la que salían varios tentáculos rojos, pequeños en comparación con el resto de su cuerpo, cubierto de pequeñas protuberancias en forma de pinchos, al igual que los tentáculos exteriores. Como imaginaba su cuerpo no mostraba las heridas que le había provocado con anterioridad, lo que demostraba su poder. Aquel ser siguió realizando aquellos sonidos infernales, mientras que aproximaba la cabeza a nuestra posición. No se lo iba a permitir, de modo que cogí la Kubikiri Houcho por el mango, pasando mi mano izquierda por la hoja de esta para estabilizarla, mientras que apuntaba al cuerpo del ser. Tras eso la lancé como si de una lanza se tratase, clavándose esta en el cuerpo de la bestia. Los daños eran demasiado bajos para perder un arma como esa, o al menos eso parecía, pues tras clavarse esta en su cuerpo realicé un sello con la mano restante, surgiendo del arma una gigantesca explosión, afectando a un área de trece metros y medio. Los sellos explosivos que había colocado en el arma provocaron al parecer aun considerable daño en la criatura, haciendo que su cuerpo retrocediera otra vez a los veinte(20) metros iniciales, mientras esta gritaba de dolor y furia.

Podía ver la espada clavada en la bestia, y sabía que me sería imposible alcanzarla por el momento, por lo que saqué la segunda espada que le arrebaté a aquel Hozuki, una espada sin hoja aparentemente, pero que pronto pasó a tenerla, pues al aplicar mi chakra se formó a partir del mango un gran filo irregular de chakra ranton, de dos(2) metros de largo. Tras esto me dí la vuelta para mirar a mis compañeros de batalla, que pudieron ver mi pequeña sonrisa sádica, tras lo que apunté con la espada al ser.

- ¡Adelante, acabaremos con esta cosa aquí y ahora!

Tras eso me lancé directamente a por la criatura, que respondió a esta acción lanzando tres de sus tentáculos hacia mi. No podía detenerme ahora o nunca llegaría al cuerpo de la criatura, de modo que solo me quedaba confiar en que mis compañeros me cubrirían las espaldas. Aunque eran jóvenes e inexpertos confiaba en sus capacidades, permitiéndome así lanzarme al combate directamente, pues estaba seguro que ellos me protegerían de sus ataques. Con las cartas sobre la mesa, la batalla que decidiría el destino de Sunagakure no Sato dio comienzo.




técnicas y acciones:
Gasto y daño:
Arashi no Kiba:

Datos de la criatura:

Off: Turnos: Marduck, Gosuto, Luffy, Kazuma, Katniss y Rouuse. Aquel que no postee en 24 horas será saltado. En el siguiente post completad las 1600 palabras necesarias para aprender ambas tecs, excepto aquellos que solo tengan que aprender una. Suerte a todos.
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Mensaje por marduck Jue Sep 20, 2012 10:42 am

Tras mi llegada pude notar como Blank agradecía mi pequeño esfuerzo por evitar la molesta arena, ya que bajó el brazo que usaba para evitar la molesta arena. Yo era el primero llegar, pero detrás mío llegaron 5 genins más, Gotsuto un gran ninja con el que entable una pequeña amistad en el trascurso de una misión, Lufy un ninja del mismo clan que el mío, al igual que kazuma y Roouse que llegaron algo más tarde, pero uno de los que más me sorprendió fue katniss, una joven ninja que a pesar de poseer poca experiencia en batalla tenía una habilidad poco común en sunagakure no sato, estaba desando verla en acción. Tenía muchas ganas de medir mis fuerzas junto a tantos ninjas de mi aldea.
Ya parecía que habían llegado todos los refuerzos, pero cuando los anbus llegaron para combatir a nuestro lado fueron enviados de vuelta tras unas breves palabras del Kage. Esperaba que les hubiera pedido más refuerzos para que la victoria resultara más sencilla. Hecho esto el kage se dirigió a nosotros y coloco un sello a cada uno de los genins que habían acudido en su ayuda, un sello que a mí ya me coloco asuke-sensei. Tras lo cual explico lo que había hecho y todas las utilidades del sello que había implantado a sus refuerzos.
Un terrible rugido salió de detrás del muro que se encontraba frente a nosotros, haciéndome temer lo peor. El rugido sanaba fuerte y poderoso como salido de la boca del mismísimo demonio. Pronto sabríamos contra que nos enfrentábamos. Blank no pareció asustarse ni sorprenderse, sino que simplemente se dio algo más de prisa en sus palabras, temiendo que quedara poco tiempo para continuar con sus instrucciones
- Escuchadme bien, aquello que nos espera detrás de ese muro de arena es demasiado poderoso y, a pesar de contar con vuestra ayuda, es posible que muera en el intento de pararlo, por lo que tengo algo que enseñaros en caso de que eso pase, para que podáis huir. Este jutsu os permitirá reflejar los rayos del sol para así volveros invisibles a la vista, para ello debéis formar una capa de chakra a vuestro alrededor, cubriéndoos totalmente, y tras eso realizar este sello con las dos manos, que hará que el chakra previamente preparado refleje los rayos del sol e impida que lleguen hasta vosotros.-
La técnica era bien sencilla, no incluía nada que no hubiera realizado en anteriores entrenamientos. Una capa de chacra y un simple sello con ambas manos. Parecía sencillo y fácil de comprender para alguien que ha realizado tantos entrenamientos como yo. Decidí intentarlo antes de que la criatura que soltaba aquellos temibles rugidos traspasara el muro de arena. Hice una capa de chacra que cubrió mi cuerpo, no tarde nada, ya que era el mismo procedimiento que el de otras técnicas que ya conocía. Por último realicé un sello con ambas manos para reflejar los rayos del sol. Instantes después ya era invisible. Esta técnica me resultaría muy útil para mis futuras batallas, pero no pensaba usarlo en esta, ya que si Blank moría yo no pensaba huir, sino quedarme y dar un poco más de tiempo de vida a la aldea.
-Ante todo no quiero que ninguno arriesguéis vuestra vida, pues a pesar de todo lo que he preparado no siempre podré ir a salvaros, vuestra misión es servirme de apoyo durante el combate. Muy bie...- antes de terminar la frase surgió como de la nada un terrible gusano de proporciones imposibles que cargo el ambiente con ansia asesina y ganas de destrucción. Su fuerza era de admirar, su boca dejaba salir un aliento nauseabundo, al mismo tiempo que mostraba un gran número de dientes amarillos y llenos de podredumbre. Su cuerpo se veía rodeado de pequeños pinchos que cubrían incluso los enormes tentáculos que salían de su cuerpo. Aquella era la razón por la que Blank nos había hecho llamar, aquella criatura era tan increíblemente poderosa que el mismísimo kazekage se había visto obligado a llamar a todos los refuerzos disponibles. Si aquella criatura llegaba a la villa habríamos fallado nuestra misión.
Ya sabía porque el mismísimo kage tenía un pequeño brillo de terror en sus ojos, el no temía por su vida, ya que podría salir huyendo en cualquier momento que lo deseara, sino que temía por los ciudadanos de la aldea, por todas aquellas personas que había jurado proteger a costa de su vida. Blank lanzo con fuerza su espada clavándola en el cuerpo de aquella infernal criatura. Espada que estallo con gran fuerza una vez estuvo clavada. El gigantesco insecto se retorcía de dolor ante tal abrumador ataque. Pero no se conformo con eso, Blank saco otra de sus poderosas armas, y con una risa un tanto sadomasoquista dijo
- ¡Adelante, acabaremos con esta cosa aquí y ahora!
Tras lo cual salió corriendo con una rapidez admirable hacia la desproporcionada criatura que no tardo en actuar y atacarle con tres de sus fuertes y numerosos tentáculos. No parecía tener intención de esquivarlos, así que entendí que confiaba en nosotros para abrirle paso entre los ataques de la criatura. Confiaba en nuestra fuerza y trabajo en equipo, debíamos ayudarle todos, e impedir que sea golpeado por aquellos poderosos tentáculos.
Por la inmensa fuerza con la que el insecto lanzo su ataque supe enseguida que yo tendría que usar todas mis fuerzas para acabar con uno solo de aquellos gigantescos tentáculos que atacaban a mi maestro. Tenía que actuar rápido, concentrar toda mi fuerza y poder en un solo punto y acertar con todos mis ataques, solo asi conseguiría salvar al kage del destino que literalmente se le venía encima.
Realice dos sellos con ambas manos invocando prácticamente todo mi poder de combate, lanzando un gran número de rocas arrancadas del suelo que se encontraban bajo mis pies, seguido de una potente onda de aire que salió con fuerza de mi cuerpo, pero aun tenía que hacer algo mas, así que use mi poder sobre las arenas para crear desde la posición en la que se encontraba mi maestro diez shurikens de arena que lancé directos a otro de los tres tentáculos que le atacaron, con suerte esto sería suficiente como para parar un tentáculo y ayudar a acabar con el resto. Yo era unos de los genins más experimentados y tenía que demostrarlo, mostrar mi fuerza ante mis compañeros y ante mi maestro.

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Mensaje por Gösuto Vie Sep 21, 2012 9:42 am

Era impresionante, iba a combatir contra un ser descomunal, sabiendo que podía morir en cualquier momento y no tenía miedo a la muerte, quizá porque sabía lo que me esperaba, o tal vez porque resultaba incluso emocionante, no sabría muy bien porque, pero no temía para nada a ese maldito bicho, temía mas a lo que mi señor Hades pudiera decirme si volvía al inframundo, muerto y sin haber cumplido mi misión, por eso no tenía oportunidad de fallo, iba con todo en los fogones.

Aquel monstruo debía ser enorme, pues enseñaba veinte metros de su cuerpo y aún parecía tener mas cuerpo aún, debía medir cientos de metros, o esa impresión me daba a mi, su aspecto era cuanto menos repulsivo, pues era una especie de gusano de color negro y diversos tentáculos negros con pinchos, al menos eso dejó ver la tormenta de arena cuando esta se calmó, pero ademas en la punta de su ''cabeza'' se veía una boca circulas con muchos dientes de sierra, seguramente caer ahí no era buena idea si se quería sobrevivir, además al rededor de sus dientes salían otros tentáculos estos de color rojo, pero coincidían en los pinchos con los anteriores. Aquel monstruo era temible, ya tenía heridas de batallas antes, y por lo visto había sobrevivido, eso hacía que me lo replanteara durante una centésima de segundo, aún así seguí allí y queriendo matar a esa cosa.

el ninja de la espada parecía ser el Kazekage, pero me extrañaba muchísimo, siempre oí que el líder de Sunagakure era del clan Sabaku, pero por lo visto me confundía. Este nos explico que era de gran importancia destruir esa cosa o la villa quedaría diezmada matando a miles de habitantes y destruyéndolo todo a su paso, eso en parte me gustó pues me reduciría mucho trabajo, pero esa no era la manera correcta de dar descanso y paz eternos a las almas humanas. Blank, el Líder de Suna, nos explicó un par de jutsus que nunca había encontrado en los libros y jamas había escuchado nada de ellos, sin duda solo el Kazekage podía conocer estas técnicas. Una de ellas nos permitía hacernos invisibles a los ojos del enemigo, la otra no la aprendimos sino que nos la impuso. Uno por uno fue colocando un sello que nos permitía utilizar nuestra propia energía vital para utilizar técnicas, era una técnica muy útil, pero muy arriesgada, había que tener mucho cuidado con como utilizara dicha técnica, pero ese sello no solo servía para eso, también le permitía saber al que nos la pusiera si estábamos alguno de nosotros en peligro, y así pudiese venir a socorrernos, algo muy útil, pues seguramente no pudieramos hacer mucho los guennins solos.

Aquel monstruo iba a arremeter contra nosotros, aquí se mascaba la tragedia, por eso Blank nos avisó de que probablemente no saliéramos con vida de allí y que nos dejaría marchar, era la última oportunidad de escapar que tenía y poder seguir con mi misión. La verdad es que, en ese momento, me entraron ganas de correr, porque el kage se dio la vuelta y cargó contra aquel horrendo ser que nos esperaba. ¿Miedo?. Si, la verdad es que tenía bastante miedo, pero al ver a ese ninja correr para salvarme me hizo pensar que le debía una y que por esta vez cubriría su vida. Un montón de tentáculos fueron hacia Blank cuando cargó contra el monstruo, pero no parecía que los fuera a esquivar, así que nosotros los guennins tendríamos que pararlos, al fin podría practicar el jutsu que Eacos me entregó en aquel pergamino y de emplear algunas técnicas que aprendí leyendo libros. Así fue como empezó todo, empecé a correr hacia la bestia, aunque me temblaban un poco las piernas, pero poco a poco según continuaba la carrera mis piernas fueron cogiendo fuerza, mi decisión se hacía mas fuerte y cada vez tenía mas ganas de luchar. Mienras corría iba concentrando energía para aumentar la temperatura de mi cuerpo y así que mis técnicas de fuego resultaran mas efectivas, así en carrera realicé un sello con ambas manos y después soplé con mucha fuerza, saliendo de mis pulmones una rápida bola de fuego, no sería mucho mas grande que un balón de futbol pero algo es algo, aunque como sabría que no serviría de mucho al estar a quince metros de el tentáculo al que lancé aquella bola de fuego, le apunté con mi mano izquierda y con mi derecha realicé un sello con una mano.

-Ahora verás lo que hace el inframundo, maldito ser asqueroso de los avernos- Según dije esto de la palma de mi mano izquierda salió una calavera de fuego azul que por lo visto la concentración de calor en mi cuerpo había hecho que esta fuese mas potente. Hora no era momento de vacilar, tenía que hacer algo rápido y cuanto antes mejor, por eso solo se me ocurrió ir a clavarme un kunai, por lo que realicé mi técnica de desintegración que me hizo aparecer diez metros mas adelantado, estando a tan solo cinco del tentáculo que el monstruo, ahora iba a utilizar todo mi potencial para conseguir llegar detrás de aquel tentáculo, al principio pensé que no podía hacerlo, estaba cansado e iba demasiado lento, pero poso a poco mis piernas iban moviéndose mas rápido a medida que en mi mente iba pensando en que los otros ninjas que estaban allí esperaban que fuera a cumplir con mi trabajo como miembro de aquel equipo, eso fue seguramente lo que me animó a seguir corriendo y a alcanzar mi máximo potencial fuera como fuera hasta conseguir llegar detrás de eso a lo que pretendía matar, tras aparecer, no justo detras de su tentáculo sino a unos nueve metros de este utilicé una última técnica, hice un sello con una mano y apunté al cielo con la palma de la otra, por la cual salió una calavera de fuego, pero esta explotó al poquísimo tiempo generando una nube de ceniza que produciría graves quemaduras al tentáculo del gusano-Friete maldito-.

La verdad es que esperaba haber acertado en todos y cada uno de los golpes, aunque no sabía si iba a ser tan bonito como yo lo pintaba, pero al menos lo había intentado con la esperanza de dar tiempo a Blank para seguir adelante y con suerte matar a esto a lo que nos enfrentábamos. Por lo menos que no se dijera que no lo había intentado con todo mi empeño. Los demás también actuaban en pro a Blank, y sinceramente esperaba que ellos también lograsen el objetivo, pero tampoco me encontraba seguro de que fueran a lograrlo. En el instante en el que la nube se expandió y produjo daños a ese horrendo ser todo me pareció ir mas lento, los segundos se transformaron en minutos y estos a su vez en horas, todo ante mis ojos era muy analizado y pensaba en maneras de utilizar el entorno para poder utilizarlo contra el gusano, pero no se me ocurría nada a tiempo, y todo lo que pensaba no tenía pinta de que fuera a funcionar sinceramente, pero seguía buscando alguna manera por pequeña que resultara para vencerlo, y no iba a parar hasta encontrarla, ya que en este combate me estaba resultando divertido, cosa que hasta ahora ningún otro me hizo sentir lo mismo, por eso no pude evitar soltar una leve sonrisa cuando lancé mi último ataque. Sin embargo, no pude evitar cortarla cuando pensé en que pasaría si fracasaba y moría ahora. Seguramente mi señor me castigaría por el resto de la eternidad y sufriría por el resto de los tiempos, cosa que no me apetecía ni lo mas mínimo, pero iba mentalizan dome de ello, al fin y al cabo era una posibilidad que podía pasar perfectamente, pues ya nos avisó el Kazekage, y ya era demasiado tarde para retroceder, así que aproveché que mi cerebro iba algo mas lento para comenzar a rezar a mi señor Hades.-Oh mi señor Hades, que siempre has velado por mi y siempre te ha importado mi seguridad, dame fuerzas para poder destruir a este maldito engendro no enviado por ti-Entonces cerré los ojos y pensé en que haría cualquiera de los tres jueces del inframundo, solo se me ocurría una cosa, apretar los dientes y lanzar una sonrisa fanfarrona para intimidar al enemigo y así con suerte que el mismo se matase por mi intimidación. Y así fue como actué, maldita sea, nunca pensé que imitaría a esos tipos, pues su vanidad y soberbia eran únicas en todo el inframundo, también era cierto que tras Pandora y Hades eran los res mas fuertes del reino de las tinieblas y obviamente eso les daría un poco mas de derecho para alardear de poder, así pues también agradecí las visitas de Minos, Eacos y Radamantis al mundo mortal a contra de las ordenes de nuestro señor para hablar conmigo.

Mi parte ya estaba hecha, ahora solo faltaba que los otros guennins actuasen a consecuencia y que Blank llegara a asestar el golpe final a esa cosa asquerosa que intentaba destruir Suna, y por supuesto que diera muerta al fin a aquel ser que jamás había visto y tampoco había oído hablar de él donde yo vengo, quizás este mundo tuviera mas misterios de los que Hades nos enseñó a todos sus espectros, a lo mejor convendría estar un tiempo por aquí investigando todo lo que él no me contó así sabría mas como sufren los mortales, y ya de paso tndría oportunidad de encontrar alguna forma de destruir a todo el mundo mas facilmente

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Mensaje por Inkagua Sáb Sep 22, 2012 3:37 am

Parecía que Blank no esperaba a más gente pues ya éramos seis ninjas allí, todos éramos gennins pero no podía quejarse éramos los únicos que vinimos a ayudarle. No dijo a lo que nos enfrentábamos, una criatura que nunca en la vida había visto y esperaba no volverla a ver, un gusano enorme de unos cien metros de largo con quince tentáculos con enormes espinas y una boca circulas con multitud de dientes. Después incrementó un jutsu sobre todos los que estábamos allí menos a Marduck y a mí que por lo visto ya nos habíamos adelantado ya que entrenamos con el antigua Kage. Seguidamente nos explicó como podíamos huir si nos encontrábamos en apuros, un simple sello que serviría para desvanecernos con una capa invisible y nos explicó el funcionamiento del jutsu que incrementó sobre los otros ninjas, yo ya me lo sabía por lo que no presté mucha atención.

Seguía estando nervioso y algo asustado pues no sabía si dejarles tirados o seguir allí cubriendo a mi Kage, el deber me llamaba y me decía que me quedará pero mi cuero quería huir de aquella situación espantosa en la que me encontraba. Tras ver de nuevo a todos los gennins confiados y en guardia mirando fijamente a aquella bestia, me entraron otra vez fuerzas para seguir luchando y mandar esa criatura por donde había venido. Me puse en guardia y esperé la señal del Blank.

Blank se puso en guardia y salió disparado con su espada hacia aquel monstruo clavándosela en el estómago y haciéndola explotar, el monstruo hizo unos gritos terroríficos pero parecía haberle hecho daño, Blank no se conformó con eso pues sacó una segunda espada que al igual que la otra se la volvió a clavar en el torso. Blank se quedó sin su segunda espada pues se le quedó clavada en el estómago del gusano y salió a por ella confiando en que nosotros le cubriríamos. El gusano le lanzó tres de sus tentáculos contra él que parecía no querer esquivarlos pues confiaba en nosotros. El primero en reaccionar fue Marduck que consiguió cargarse un tentáculo y herir a otro, seguidamente atacó Gösuto, con sus técnicas ígneas del inframundo según él, que también atacó a otro tentáculo dejándolo prácticamente destrozado. Ahora era mi turno por lo que decidí atacar y destruir por completo aquellos tentáculos que mis compañeros habían herido. Tenía el Suna Seijyo ya activado con lo que hice diez shurikens de arena que lancé contra el tentáculo más herido que lo hice añicos, vi como de aquel monstruo no salía sangre normal, sangre roja, si no una sangre verde asquerosa que con la que me dio una arcada. Seguidamente hice un sello mientras levantaba más arena del suelo que utilicé para golpear al otro tentáculo, tras realizar el sello, una ventisca salió despedida de mi cuerpo golpeando de nuevo al tentáculo que Marduck había herido también destrozándolo y quedando Blank libre para recoger su espada y volver a atacar.

Decidí inmovilizar un tentáculo con mi arena para que los otros ninjas que habían venido a ayudar pudieran destruirlo. Tendría que utilizar una gran cantidad de arena para inmovilizar aquel tentáculo por lo que procedí a levantar montones y montones de arena que seguidamente ascendería y haría que cayera sobre un tentáculo a tanta velocidad que le dejaría el tentáculo lleno de afiladas espinas en el suelo clavado.
-¡Es vuestro turno, no os quedéis parados tenemos que ayudar a nuestro Kage y salvar nuestro preciada villa!- Estaba eufórico y con ganas de matar a aquel ser repugnante por lo que actué de ese modo.

Pensé que ya había hecho suficiente destruyendo por completo dos de sus tentáculos pero todavía no bastaría por lo que con todas mis fuerzas seguiría deteniendo el tentáculo en el suelo para que los demás ninjas lo destruyeran.

Cada vez mi iba creciendo más en la pelea y no podía morir allí, tenía un objetivo que mi hermano no consiguió y que debía terminar yo con mis propias manos. Aquel combate me serviría para aumentar mi poder y mis técnicas, conocer a los ninjas de mi villa y ver sus habilidades por si algún día les pidiera ayuda, y sobre todo poder seguir mi camino como ninja.

-Podemos conseguir esto solo necesitamos esforzarnos al máximo para derrotarlo.- Yo seguía animando a mis compañeros que seguían algo asustados, o eso me pareció ver en sus caras.-No podré retenerlo por mucho más tiempo contraatacar ahora.

Mis fuerzas iban disminuyendo por la fuerza de aquel tentáculo que seguía intentando escapar de mi arena pero yo seguía combatiendo con todas mis fuerzas, tuve que utilizar las manos para poder controlar más mi arena consiguiendo más retención. Estaba sudando y las piernas me empezaron a temblar, no sabía si iba a poder aguantar mucho más tiempo así y eso no me gustaría pues decepcionaría a mi Kage, a mis compañeros y a mi villa y sobre todo a mi orgullo como ninja.


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Mensaje por Blank Sáb Sep 22, 2012 10:30 am

Off: A ver, a aquellos que les da por inventarse mundos paralelos (Gosuto e Inkagua):

La criatura aparece DESPUÉS de la explicación de jutsus, no antes, y para ambos, HE LANZADO MI ESPADA, tu Gosuto ni lo mencionas, e Inkagua no solo se ha inventado que he cargado contra esa cosa con ella, si no que ha roleado mis acciones diciendo que volvía a cargar con mi otra espada y la dejaba clavada en la bestia, para luego ir a recogerla, cuando YO EN NINGÚN MOMENTO HE ROLEADO ESO. Todo esto se suma al hecho de que has cubierto un tentáculo de 10 metros y que se encuentra a 20 de ti con una técnica cuyo alcance son 12 metros (Esto último para Inkagua).

Esto va para el resto de personas por postear, ignorar en sus post todo lo que he escrito arriba, como si nunca hubiera pasado. Y a vosotros dos más os vale no volverla a cagar porque os aseguro que vuestros pj no salen vivos de este tema, en especial tu Inkagua, a quién ya avisé más de una vez sobre esto.

Le toca a Kazuma postear, tienes hasta mañana a la hora en la que se envió mi post, para dar algo más de tiempo.

P.D: Gosuto queda K.O. (No muerto) con su táctica del kunai (Te has lucido macho XD) de modo que ignorad sus acciones después del kawarimi.
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Mensaje por katnisseverdeen Dom Sep 23, 2012 11:28 pm

Cuando llegué miré hacia atrás esperando que alguien más viniese pero solo aparecieron los anbu, a los que Blank echó diciendo que tenían que evacuar la cuidad, estos al principio parecía que iban a negarse a volver a dejarle solo, aunque al fin y al cabo tenían que acatar las órdenes y por mucho que les costara finalmente se fueron. Blank volvió a hablar y esta vez de dirigió a todos nosotros:
- Puede que sintáis algo de calor, pero no os preocupéis, y sobre todo no os mováis.

Se acercó a nosotros y nos tocó uno a uno en la mejilla izquierda y comenzó a colocarnos un sello que, efectivamente, cuando me lo hizo sentí calor, después de ello nos miró y se dirigió a nosotros cuando volvió a hablar:

- Lo que acabo de colocar sobre vosotros os permitirá recuperar algo de chakra durante el combate, a cambio de vuestra energía vital. Pero lo más importante es que me permitirá saber cuando os encontráis en peligro, permitiéndome así el poder socorreros.


Los ruidos que provenían del interior de la tormenta de arena comenzaron de nuevo, unos gritos que parecían quejidos que se metían por mis venas y me aceleraban el corazón de terror, junto con una sombra que se movía en el interior y amenazaba con atacar en cualquier momento. Estaba inquieta y en tensión, aquellos gritos no podían proceder de una persona, aquello era sobrenatural y no sabía a lo que me tendría que enfrentar. Estaba tan ensimismada en mis pensamientos que cuando Blank volvió a hablar no me enteré, solo le oía de fondo:
- Escuchadme bien, aquello que nos espera detrás de ese muro de arena es demasiado poderoso y, a pesar de contar con vuestra ayuda, es posible que muera en el intento de pararlo, por lo que tengo algo que enseñaros en caso de que eso pase, para que podáis huir. Este jutsu os permitirá reflejar los rayos del sol para así volveros invisibles a la vista, para ello debéis formar una capa de chakra a vuestro alrededor, cubriéndoos totalmente, y tras eso realizar este sello con las dos manos, que hará que el chakra previamente preparado refleje los rayos del sol e impida que lleguen hasta vosotros.

Fijé la mirada en el e hizo un sello que, si no lo había entendido mal, creía que tenia que hacerlo, por lo que intenté repetirle y no vi ningún cambio en mi, me centré mas y un calor fue recubriendo todo mi cuerpo. Era invisible, lo había conseguido, me sentía orgullosa de haberlo hecho a la segunda después de las horas que había tenido que dedicar a los últimos jutsus que había intentado aprender. Perdí el control total que estaba haciendo volviéndome completamente visible cuando blank volvió a hablar:
- Ante todo no quiero que ninguno arriesguéis vuestra vida, pues a pesar de todo lo que he preparado no siempre podré ir a salvaros, vuestra misión es servirme de apoyo durante el combate. Muy bie...

No había acabado la frase cuando el propietario de los ruidos desgarradores que provenían de la tormenta de arena se abalanzó sobre nosotros y dejando mostrar como era. Un gusano enorme de veinte metros de diámetro que, elevado, podía llegar a los 30 metros de altura que tenía en la parte inferior unos tentáculos negros de unos diez metros. Se agachó hacia nosotros mostrando una boca enorme llena de afilados colmillos y adornada con mas tentáculos, esta vez rojos y que tenían, al igual que los negros, presentaban unos bultos con forma de pinchos. Aquel monstruo que se alzaba sobre nosotros no mostraba ni un pequeño arañazo del combate anterior en el que se había enfrentado a Blank, iba a ser muy difícil acabar con él… Volvió a acercarse hacia nosotros y Blank empuñó la espada de modo que cuando la lanzó como si fuese una lanza se quedó clavada es su cuerpo haciéndole un daño mínimo. Tras ese movimiento hizo un sello que consiguió que del arma emergiese una explosión que obligó al enorme gusano a retroceder la velocidad que había disminuido entre nosotros entre quejidos de dolor e ira.
¡Adelante, acabaremos con esta cosa aquí y ahora! – Dijo tras coger otra espada y justo antes de lanzarse a por él, que fue recibido con tres de sus tentáculos.

El primero en reaccionar fue Marduck, que le lanzó una considerable cantidad de rocas a las que siguió una onda de aire y para acabarle lanzó tres shurikens que se clavaron en uno de los tentáculos. Este fue seguido de un chico llamado Inkagua que consiguió dejar uno de los tentáculos clavado en el suelo completo de espinas y, por lo tanto, acabando con él. Entré en acción para ayudarles y elegí jutsus que no me obligaran a entrar en contacto con los tentáculos para evitar que me atrapase o que consiguiera darme con los pinchos que sobresalían de estos. Me alejé un poco y metí la mano en la mochila para darle el gusto a mi boca de comer de ella y moldear a gusto los distintos animales que más tarde saldrían volando hacia el gusano y explotarían, como de los tentáculos ya se estaban encargando los demás decidí atacar al cuerpo del gusano creando bombas de la arcilla explosiva que siempre llevaba y que volarían o reptarían hacía él, saqué la mano y vi como lentamente la boca que tenía en ella escupía con la lengua pequeños pajaritos que rápidamente se lanzaron contra el dorso de aquel ser explotando en el momento justo que llegaban a su posición, seguidos de cuatro serpientes blancas de un metro que se enroscaron en su cuerpo para posteriormente volver a explotar creando una nube de polvo tan grande que no pude evitar sentirme satisfecha, adoraba las explosiones más que cualquier otra cosa y , cuanto más grandes, mejor. Metí la mano de nuevo en la mochila para seguir creando maravillosas figuritas a cada cual más bonita que posteriormente explotarían alrededor del cuerpo del enemigo, si podía llamarse así a aquel gusano que no haría otra cosa que darme pesadillas los siguientes días a la pelea.


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Mensaje por Kazuma Lun Sep 24, 2012 1:05 pm

[Offrol: Me disculpo por la tardanza y no haber puesto un tema de ausencia. Supuse que iba a poder pero al final fueron demasiadas cosas... Lo siento por haberos retrasado.]



Nada más llegar donde estaba Blan-sensei, me quedé observando la arena que había ante mis ojos, aún con una sonrisa provocada por la adrenalina y la llamada del combate. La arena aumentaba su velocidad en esa zona, su agresividad... Era una tormenta como ninguna otra, poderosa y violenta. Su fuerza casi me abrumaba, lo que provocaba en mí que mi deseo de adentrarme en ella aumentase. Y tras la arena, una sombra. Una oscura sombra, que se movía de forma extraña... Tan perdido estaba en la arena, que aunque estaba al lado de Blank-sensei, no oí su conversación con los anbu. Cuando nos habló a todos ya en general, fue cuando parpadeé y abrí los oídos, pues me había quedado hipnotizado en la tormenta.

Blank-sensei nos avisó de que podíamos sentir calor, pero que no nos asustásemos. No sabía de qué hablaba, hasta que me pasó los dedos por la mejilla. Al momento sentí una fuente de calor en mi cara, y mi ojo izquierdo, que estaba en el mismo lado que la mejilla que había sido acariciada, se tornó ligeramente verde... Aunque yo no lo veía, sentía que la fuente de calor subía hasta el mismo. Acto seguido nos explicó qué había hecho. Sobre nosotros, había colocado un sello, que además de darnos un extra de chakra en combate, permitiría a Blank-sensei, el Kazekage, saber si nos encontrábamos en peligro.

Tras las palabras de mi maestro, tras la cortina de arena, se pudo ver cómo una gigantesca sombra se movía agresivamente. La batalla se aproximaba... Y Blank no perdió el tiempo por ello. Acto seguido comenzó a hablar de nuevo, explicando que detrás de la arena se encontraba una aberración contra la que deberíamos luchar todos juntos, y que aún así, ello podría acabar con su vida... ¡¡La vida de Blank-sensei!! Ni de coña. No dejaría que eso pasara. Nada más escucharle, la sonrisa que portaba se deshizo. La adrenalina que me consumía se convirtió en miedo de perder a Blank-sensei. Y ese miedo se convirtió en rabia, una rabia que utilizaría para luchar contra lo que fuera esa cosa. No permitiría que Blank muriera. Ni él, ni mis compañeros, ni nadie de la villa. Al momento me mentalicé del problema que se mostraba ante nosotros, y a partir de entonces, mostré mucha más concentración y atención a todo.

Blank-sensei comenzó a explicar la técnica de la Ceguera Desértica. ÇUna técnica que ya habíamos aprendido Sonzu y yo días atrás en un entrenamiento en el dojo. Comprendiendo la gravedad del momento, me iba a disponer a echar un cable a quien no lo controlase del todo... Pero la explicación de Blank se cortó por un grito... O rugido, o gruñido, no sé muy bien lo que oí. Pero sí lo que vi. Una especie de gusano enorme, salió de la arena que se aproximaba a nosotros. Ante esto, miré a Blank para recibir órdenes... Pero Blank sonreía en ese momento. Ante tal gesto, no pude sino imitarle. No una sonrisa de diversión, como la anterior, sino una sonrisa de confianza en mí mismo, y en Blank-sensei. Si él sonreía a la cara de la batalla, yo también lo haría, confiando en él y en todo el que me acompañase.

Al momento, Blank-sensei recogió su espada, una espada de apariencia bella y poderosa. Con total precisión, este la lanzó al monstruo que había surgido de la arena... Y tras clavarse en su cuerpo, la espada explotó, haciendo retroceder al monstruo en gritos de dolor y furia. Por mi parte, ya había juntado la arena del desierto a mi alrededor, que se movía de forma agresiva y violenta. Al ver la explosión, mi sonrisa se amplió, y no sé por qué, pero en ese momento, sentí que podíamos hacerlo, que derrotaríamos a la bestia de la arena, todos juntos, los Gennin de Sunagakure no Sato, al mando de nuestro maestro y Kazekage, Blank-sensei. La batalla había comenzado, y no pude evitar soltar un grito para liberar la adrenalina que volvía a recorrer mi cuerpo. Pero esta vez no me dominaba, sino que me daba fuerzas para abalanzarme contra esa bestia, no por diversión, sino arrastrado por el deseo de proteger a Blank-sensei y a todos los demás.

Con una sonrisa sádica en su rostro, Blank-sensei se giró, animándonos en la batalla, y lanzándose después a la caza de la bestia... Bien. Sabía cuál era mi deber, nuestro deber... Deberíamos cubrirle, a Blank-sensei, de todo lo que le acechase. Y en ese momento, eran tres poderosos tentáculos... Bien, acabaríamos con ellos. Mientras Blank recorría los viente metros que nos separaban del bicharraco, yo me sonreí a mí mismo, y comencé a realizar sellos mientras Marduck, Gösuto e Inkawa realizaban sus ataques, eliminando a dos de los tentáculos... Quedaba uno. Mientras Katniss atacaba al gusano con su arcilla explosiva, extremadamente útil en esa situación, yo me dediqué a destrozar sin piedad al tercer tentáculo.

Nada más comenzar, con un grito de furia, la arena que me rodeaba en un radio de doce metros se revolvió agresivamente, moviéndose a gran velocidad a mi alrededor, y de ella, salieron diez shuriken de arena, directamente al tentáculo, que al estar en el rango de mi arena, sería atacado inmediatamente. Pero eso no era todo. Mientras gritaba, realicé varios sellos con ambas manos, todos seguidos y sin descanso. Y a la vez que de mi alrededor se elevaban unas piedras pequeñas y rocas, para luego ser lanzadas contra el gusano, de mi cuerpo se proyectó una onda de viento, que acabaría con los movimientos del tentáculo y lo destrozarían.

Tras ver cómo el tentáculo caía ante mí, no me quedé quieto. Debía ir a ayudar a Blank-sensei, que para entonces habría recorrido una buena distancia, y para ello debía acercarme más al bicho gigante... Así que me lancé a la carrera, con intención de acortar la distancia a la que estuviera en ese momento, a doce metros, para poder alcanzarle con todo lo que tenía. Era el momento de defender lo que queríamos. El momento de luchar por nuestras vidas y por las de nuestros seres más cercanos. Por nuestro orgullo ninja. Por nuestra villa... Por nuestro futuro.

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Mensaje por Inkagua Mar Sep 25, 2012 1:08 am

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Mensaje por Rouuse Mar Sep 25, 2012 3:42 am

Yo me encontraba cerca de Kazuma y de otra chica que no conocía mientras Blank-sensei estaba hablando con el Anbu, Parecía cansado y pude observar que tenía alguna herida superficiales, me preguntaba si había usado demasiado chakra o la fuera de lo que sea a lo que nos teníamos que enfrentar era demasiado. Aunque era lógico que fuera así si nos había llamado. Acto seguido de acabar de hablar con el Anbu, blank nos hablaba y me pidió que me acercara y me toco el rostro cuando empezó a decir que a lo mejor podríamos sentir calor. Fui la primera en la que supo aquel sello. Era cierto que se sentía calor, y decidí hacerle caso y no moverme. Al fin y al cabo no era un calor desagradable sino un calor nostálgico y hogareño.

Cuando acabo hizo lo mismo con el resto de mis compañeros de la aldea, también a mi amigo con la piel extremadamente pálida, pude visualizar a otros chicos. Podía destacar a uno más que otro que tenía parecía estar asustado o con miedo, pero eso era mi opinión al verle su cara, que mucha indiferencia no mostraba a la situación.
Mientras él seguía colocando aquel sello en el último alumno, yo intente observar y analizar aquello que estaba más alejado de nosotros, aunque era imposible a causa de la tormenta de arena, acabo blank con el último sujeto, nos explicó la causa del porqué de ese sello. Fue creado por nuestro kazekage Asuke-sama, que además de darnos un extra de chakra en combate, permitiría a Blank-sensei, saber si nos encontrábamos en peligro. Ahora entendía porque me resultaba tan familiar y hogareño. Porque era un sello de Suna, mi villa. Y por ella iba a proteger a todos los ciudadanos. Sí, estaba claro que lo iba hacer.
Kazuma ladeo el rostro a la dirección de la silueta que no se podía ver a causa de la ventisca y su rostro se endureció. Yo fruncí el ceño, más cuando Blank-sensei nos empezó a relatar que nos íbamos a enfrentar a un ser extremadamente poderoso y que teníamos que luchar todos, sobre todo defenderle cuando él se enfrentase aquel ser. Mientras Blank-sensei comentado que incluso podía morir, mi corazón empezó a latir muy rápido a causa de aquella horrible noticia, puesto que yo le tenía un gran respeto y admiración hacia mi sensei. Él era el génesis de mi vida como ninja. Me mostrar levemente preocupación. Aunque no había profundizado mi relación con él.
Era importante para mí.

Nuestro maestro empezó a comentar la técnica de ceguera desértica, aquella técnica que yo y kazuma había aprendida ya con anterioridad, aunque era compresible que el resto no lo supiera. Era claro que si la situación se complicaba yo o kazuma teníamos que echar una mano con esa técnica. La explicación de blank-sensei se vió interrumpida con algo, ¿un grito quizás? ¿Un alarido? , ¿Un gruñido? Sea lo que sea, aunque no tuviera ni idea que era. Estaba claro que no era humano. Quién vizualizo primero al gusano después del maestro fue kazuma que pudo notar sorpresa, acto seguido fui yo. ¡Era totalmente repulsivo! Un puñetero bicho con apariencia de gusano. Con el asco que me daban, Quién fuese su progenitora (otro gusano) no era muy guapa. Bueno, en general los esas cosas muy agraciadas no eran. La cara de blank-sensei y la kazuma era totalmente una sonrisa a diferencia de la mía, que era de asco. Miedo no me daba ni me producía horror. Sino asco, mucho asco. Y tenía una serie de cosas que me daban asco, pero no era el momento para enumerarla en plena misión. Eso era totalmente secundario.
Cuando blank-sensei recogió su magnífica espada. Se lanzó contra el monstruo introduciendo su espada en su cuerpo, seguido de un sello de explosión que hizo que gritará de furia. Esto provocó una risa leve en kazuma. Yo desde que había llegado allí sonríe. Me sentía contenta al observar que todos juntos podíamos vencer a la bestia. Todos los gennin que nos encontrábamos y habíamos sido llamados por Blank-sensei. Me invadió unas ganas enormes de seguir a mi sensei y ayudarle a vencer a la bestia de la arena, enfrentarme cara a cara en primera línea. Pero me contuve. Aunque estuviera ansiosa estaba más que claro que no tenía toda la capacidad que se requería estar allí. La diferencia de poder era más que obvia que era abismal. Blank se volvió hacia nosotros con una sonrisa totalmente sádica y llena de emoción, animándonos totalmente a enfrentarnos al bicho. Yo me sorprendí porque siempre en los entrenamientos era serio y calmado. En cambio, en el campo de batalla era totalmente diferente, y eso me gustaba. Sonreí con más ganas Cuando blank volvió a enfrentarse a la bestia de la arena aparecieron unos tres tentáculos en nuestro campo de visión e iban directamente hacía él. Estaba claro que confiaba totalmente en nosotros, y seguro que tenía una sonrisa en su rostro, aunque no se la viésemos.

Sin pensarlo dos veces me concentre para mover la arena que tenía a mí cerca de mi y crear una pequeña corriente a mí alrededor que salieron shurikes de arena (10) . Como mis otros compañeros atacaron a los tentáculos más cercano para ellos y el mío era el tercer tentáculo que kazuma ataco con más rapidez que yo y seguido de realizar otra técnica. Estaba claro que habíamos pensado lo más sensato en técnicas, como ambos era del clan sabaku era normal. Mientras él gritaba y lanzaba pequeñas rocas. Yo me concentre y tuve más suerte de encontrar una roca fina pero puntiaguda (algo semejante a una estaca) y varias pequeñas rocas que lance hacia el tentáculo con la misma presión que mi compañero. Estaba prácticamente segura que el ataque fue efectivo, pero no lo confirme que el tentáculo caía cerca de kazuma. Segundos después de observar el tentáculo caído, sin aparente vida. Kazuma recorrió una distancia cerca de doce metros. Algo me decía que debería de seguirle, no por el simple hecho que fuese del mismo clan o porque estuviéramos lo más cercanos de los otros gennin, (aunque no mucho) o porque fuese mi amigo. Sino para ayudar a blank sensei. Un ninja que Suna no se podía permitir perder.

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Sombras en la arena. Empty Re: Sombras en la arena.

Mensaje por Blank Mar Sep 25, 2012 1:37 pm

Estaba decidido en mi avance, tan solo veinte(20) metros me separaban de aquel ser al con el que llevaba compartiendo un arduo combate todo este tiempo, sin embargo las cosas eran distintas, pues ahora no me encontraba solo. Estaba acompañado de los genins pertenecientes a mi aldea, compañeros con los que había entablado relación alguna vez, y en quienes confiaba plenamente para cubrir mis espaldas. Con todo esto me lancé directo al combate, empuñando en mi mano derecha a Arashi no Kiba, la espada robada a aquel Hozuki con el que acabé, y cuya muerte aun cargaba sobre mis espaldas como un pecado del que nunca me libraría. Sin embargo eso no me importaba, si con la muerte de aquel joven shinobi había conseguido la fuerza para proteger a aquellos que me importaban, no me preocuparía cargar con el pecado de la muerte sobre mis espaldas, incluso aceptaría esa carga gustoso.

Pronto la bestia reaccionó a mi ataque, lanzando tres(3) de sus tentáculos en mi contra, dispuesta a cortar por lo sano mi acometida. Estos estaban cada vez más cerca, y pronto impactarían sobre mi cuerpo acabando así con mi ataque, sin embargo eso no fue así, pues pronto puede ver como infinidad de shurikens de arena, rocas y ondas de viento venían de mis espaldas, destrozando completamente las "armas" de aquella amorfidad. La confianza que había depositado en mis compañeros había sido respondida, salvándome del ataque y dándome la oportunidad de provocar más daños en la criatura, a la que comencé a golpear con mi espada en su cuerpo, viendo como este se retorcía de dolor ante mis ataques. Junto a estos se juntaron varias explosiones que golpeaban con fuerza el cuerpo de la criatura, provocadas seguramente por aquella chica, katniss Everdeen, la cual pertenecía al clan Nendo.

Entre todos habíamos conseguido una gran ventaja en el combate, lo que me hacía pensar que acabar con aquel ser sería más fácil de lo que en un principio pensé, y que al final no necesitaría utilizar "eso", sin embargo, y como en todos los sitios, siempre ocurre algún imprevisto. Cuando apenas llevaba un par de golpes dados a la criatura, pude sentir como uno de mis compañeros estaba en peligro, fue entonces cuando me dí la vuelta y pude ver a Gosuto en el suelo, inconsciente, y por encima de este un gran tentáculo aproximándose a golpearlo. No lo dudé ni un instante y paré en ese momento mi ofensiva para ir a salvar al muchacho, apuntando con el filo de chakra de mi arma al tentáculo que colgaba sobre el. En ese momento el filo de mi espada cambió de tamaño, pasando a medir cinco(5) metros y permitiéndome así cortar totalmente el tentáculo de aquel ser, tras eso simplemente agarré al joven con mi brazo izquierdo y lo lancé lejos del radio de acción de la criatura. En ese momento pude sentirlo otra vez, otros dos genins, Kazuma y Rouuse, se encontraba en peligro en estos momentos, pues los muy insensatos se habían lanzado corriendo en dirección a la criatura, la cual no dudó en ningún momento en atacarles. No llegaría a tiempo esta vez dependiendo solo de mis piernas, por lo que con la mano sobrante realicé un sello, desapareciendo de mi posición. En esos momentos ambos pudieron notar como fueron placados por una extraña fuerza, que los hizo apartarse unos cuantos metros de la criatura, justo a tiempo para salvarse del barrido que esta llevó a cabo con sus tentáculos. Puede que les hubiera provocado algún que otro malestar con mi golpe, pero prefería eso a perderles en combate, de modo que, con una gran seriedad en el rostro, les reprendí por sus acciones.

- Os dije que os quedarais en la retaguardia cubriendo mis espaldas. El haberos adentrado en el radio de acción de esa cosa podría haberos costado la vida, y no pienso consentirlo. Como he dicho, qu...

Mis palabras fueron cortadas de nuevo por el bramido de furia de aquella bestia, mientras que la arena a su alrededor se revolvía. En ese momento la expresión de mi cara cambió súbitamente, mostrando una mueca de terror, pues sabía muy bien que era lo que saldría de aquellas arenas. Mis esfuerzos por derrotarle antes de que se recuperara lo suficiente como para volver a mostrar todo su poder habían sido en vano, y ahora solo nos esperaba la derrota a todos los presentes. Las arenas frente a el pronto explotaron, mostrando así dos gigantescos tentáculos, con multitud de púas en la punta, asemejándose a los tentáculos de un calamar. Estos se elevaron hasta los treinta(30) metros, y comenzaron a caer a gran velocidad sobre el grupo. No había vuelta atrás, si esos tentáculos nos alcanzaban sería nuestro fin, y no solo el nuestro, si no también el fin de Sunagakure no Sato, pues aquella criatura no tardaría en llegar desde nuestra posición. Llegados a este punto, mi prioridad cambió de ser el derrotar a aquella cosa a salvar a mis compañeros, aun a costa de mi propia vida, de modo que no lo dudé ni un segundo a la hora de interponerme entre aquella cosa y los genins de mi aldea, que habían depositado sus vidas en mis manos. En esa posición guardé mi espada y apunté al conjunto de tentáculos con mi mano derecha al mismo tiempo que con la izquierda realizaba un sello, saliendo así de mi mano derecha una gran cantidad de haz de luz, que se dirigieron a una gran velocidad hacia los tentáculos. Pude oír como la bestia se retorcía de dolor ante mi ataque, justo antes de que los tentáculos golpearan el suelo, lanzándome por los aires junto con una gran onda expansiva, tras lo que todo se volvió negro.

La oscuridad me rodeaba cada vez más ¿Era ese mi final? Quien sabe, simplemente me dejé llevar durante un tiempo, cayendo cada vez más en el olvido. Para que negarlo, en ese momento me había rendido, y solo buscaba poder descansar entre la oscuridad de mi interior para siempre, hasta que a mi mente vinieron varias imágenes. En estas pude contemplar a las gentes de la villa que me había acogido y a la que juré proteger, también a mis compañeros de batalla, a quienes les prometí la victoria. Todos estaban esperándome, dependían de mi, de su líder, para ser guiados y protegidos ¿Iba a dejar que aquella cosa terminara conmigo de esta manera, iba a abandonar tan fácilmente a aquellos que dependían de mi? Aquellos pensamientos me despertaron del sueño en el que estuve a punto de caer, dándome fuerzas para abandonar la oscuridad de la muerte, fuerzas para seguir viviendo. Por aquellos que confiaron y que confían en mí, por aquellos con los que conseguí estrechar mis lazos de amistad, por todos ellos, dejaría atrás a la muerte una vez más, y volvería a levantarme para luchar una vez más. Una intensa luz rodeó en ese momento la oscuridad, tirando de mi con fuerza hacia el exterior y devolviéndome la consciencia.

Así, volví a encontrarme sobre las arenas del desierto, aun azotadas por aquella poderosa tormenta de arena sin final. Me levanté como pude y contemplé entonces el resultado de mis acciones, volviendo mi vista hacia mis compañeros, que fueron arrastrados por la onda expansiva a unos pocos metros de mí. Pude ver como algunos de mis compañeros estaban en el suelo inconscientes, quedando solo Rouuse y Marduck en pié aun, aunque con severas heridas, y Kazuma, que se encontraba en el suelo tumbado, aunque aun consciente. Tras un leve vistazo suspiré, pues a pesar de su estado todos estaban vivos, y sin riesgo de muerte por sus heridas, cosa que no se podía decir de mí, pues mi cuerpo estaba literalmente al límite de su capacidad, lleno de graves y profundos cortes y heridas de todo tipo. Arranqué de mi cuerpo mi ya destrozada y ensangrentada capa beige, que usaba para protegerme de la tormenta de arena, y con sus trozos vendé las heridas más graves, tras lo que puse atención en buscar a aquella cosa, y darle fin a su miserable vida de una vez y para siempre. Pronto la divisé a lo lejos, adentrándose en la tormenta de arena de nuevo, pero esta vez en dirección a Sunagakure no Sato. No había tiempo que perder con estupideces, de modo que salí corriendo tras aquella cosa, cogiendo a Marduck y echándomelo al hombro por el camino.

- ¡Me llevo a Marduck tras esa cosa, Rouuse, tu ayuda a Kazuma a levantarse y atended entre los dos las heridas del resto de shinobis hasta que los anbu de la villa leguen!

Tras darle a la joven la que podría ser mi última orden seguí corriendo tras esa cosa, que nada tenía que envidiarme en lo que a velocidad respecta, pues estábamos a la par en cuestión de rapidez. Seguí corriendo durante un tiempo tras esa cosa mientras cargaba a Marduck en mi hombro, pero aun no era capaz de divisar mi objetivo, y el tiempo se acababa. La villa se encontraba cada vez más cerca, y el cansancio del que no me había recuperado comenzaba a hacer mella en mí, sumándose al dolor por las heridas malamente vendadas, sin embargo no por ello iba a darme por vencido, de modo que seguí persiguiendo a aquel ser, acelerando todo lo que me permitían mis piernas, hasta que la vi. La Kubikiri Houcho que anteriormente lancé contra esa bestia y que quedó clavada en su cuerpo, ese era mi objetivo, y ahora lo tenía a mi alcance. No perdí más el tiempo y con la mano izquierda hice un sello, desapareciendo al instante y reapareciendo sobre el cuerpo de la criatura, tras lo que volví a desaparecer, esta vez para aparecer justo al lado de mi espada perdida. En ese momento note un intenso dolor en las piernas provocado pot las espinas del monstruo, las cuales se me clavaban por todas partes. Los daños provocados por subir por el lomo de la criatura fue demasiado, llegando al punto de que perdí la sensibilidad en las piernas totalmente, dejándome incapacitado totalmente desde la altura de los muslos hacia abajo, pero a pesar de ello había conseguido mi objetivo. Rápidamente y aún sintiendo un gran dolor, que se reflejaba en la expresión de mi cara, posé a Marduck sobre la hoja de mi espada y yo me colgué de esta, agarrándome del mango con la mano derecha y de la parte sin filo de la espada con el brazo izquierdo. No sabía cuanto tiempo aguantaría agarrado de esa forma, por lo que tenía que darme prisa, con el dedo índice de la mano izquierda me aparté como pude el pelo que tapaba mi ojo derecho, que se encontraba totalmente cerrado.

- ¡No hay tiempo que perder, necesito que apartes la tormenta de arena alrededor de la cabeza de la criatura, deprisa!

Dije esto mientras mantenía mi mirada fija en la cabeza de aquella amorfidad, que al parecer se percató de nuestra presencia, pues pretendía volver a hundirse en la arena para librarse de nosotros. Esta era nuestra acometida final, o todo o nada, y no pensaba perder después de haber llegado hasta donde estaba. Marduck no tardó demasiado en apartar la tormenta de arena que rodeaba a aquella cosa, facilitándome el campo visual y liberándolo de obstáculos, que era lo que buscaba, por lo que lancé mi ataque final. En ese momento abrí mi ojo derecho, que mostraba una pupila totalmente roja y con el dibujo de una especie de sol de color negro que giraba sin parar. Las venas de mi ojo en ese momento se marcaron y este comenzó a sangrar, al mismo tiempo se pudo apreciar como alrededor de la cabeza de la criatura la realidad se distorsionaba formando una especie de espiral, hasta que esta se cerró completamente, llevándose la cabeza de la criatura con ella a una dimensión totalmente distinta a la nuestra. El cuerpo de la bestia se paró completamente tras seguir moviéndose durante unos segundos por la inercia, quedándose a muy poca distancia de la villa. En ese momento las fuerzas me fallaron completamente, soltando la espada y cayendo al suelo, totalmente exhausto.

- Je... Parece que aún no puedo ejecutar esta técnica sin que tenga graves repercusiones en mi...

Conseguí pronunciar exhausto en el suelo, mientras mi vista se iba nublando poco a poco. Lo había conseguido, al final pude proteger a la villa de aquel monstruo, y todo gracias a los shinobis que lucharon a mi lado, protegiéndome de los ataques y dándome su apoyo de la mejor forma que pudieron. Con estos pensamientos, y una gran sonrisa en el rostro de felicidad y serenidad, caí inconsciente en las arenas del desierto, las cuales seguramente serían testigos del final de mi vida. "Lo conseguí, Asuke-sama, tal y como le prometí..." Llegué a pensar antes de caer totalmente en la oscuridad, de la que no sabía si esta vez podría salir.

A pesar de todo lo ocurrido, a los cinco(5) días me desperté en la cama de una de las salas del hospital de Sunagakure, con las heridas totalmente vendadas y tratadas. Al parecer la voluntad del desierto no era que aquel día perdiera mi vida entre sus dunas, ni yo ni ninguno de los genins que me acompañaron en aquella campaña, de los que me informaron que abandonaron el hospital hace ya unos días totalmente recuperados, y que desde entonces habían seguido cumpliendo su deber como shinobis. Tras recibir esas noticias y más, suspiré aliviado, recostándome en la cama para descansar, pues aun me quedaban un par de días de estancia. La tormenta de arena sigue azotando todo el desierto, al igual que el resto del mundo seguía estando asolado por distintos desastres naturales, sin embargo, los genins a mi cargo y que lucharon junto a mi habían sobrevivido, y los ataques a pueblos del desierto habían desaparecido totalmente, al igual que se había reducido considerablemente el número de desapariciones de gente en el desierto. Con todo esto y más cosas en mente volví a caer en un estado de inconsciencia, adentrándome en los recovecos de mi mente. Esta vez habíamos conseguido alzarnos con la victoria, sin embargo, estos desastres solamente eran la punta del iceberg de un mal mucho mayor.




técnicas y acciones:
Gasto y daño:


Off:
Marduck: + 1090 Exp. Sube a nv 10.
Gosuto: + 560 Exp. Sube a nv 7.
Inkagua: + 500 Exp. Sube a nv 7.
Kazuma: + 575 Exp. Sube a nv 9.
Katniss: + 510 Exp. Sube a nv 6.
Rouuse: + 655 Exp. Sube a nv 6.

Off: Rouuse como tu no tienes que aprender una de las dos técnicas te llega la exp para entrenar atributos o aprender alguna técnica. Si lo vas a hacer ponmelo en el post de revisión de subida de nv. Buen trabajo a todos.
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