Combate Dannia vs Blue paper moon

Aquel día el combate era contra alguien que se hacía llamar "Blue Paper Moon", no había oído nunca hablar de él, pero cuando le vi en las listas el nombre me pareció interesante y decidí retarle, esa era realmente lo único que me llevó a enviarle la carta con el reto, pues me entró curiosidad de quien se escondería tras aquel nombre, y ya de paso de probar cuan fuerte era, claramente. No le iba a subestimar, iba con las expectativas altas y esperaba que me diera un buen combate. Además, donde esté un combate igualado en el que esforzarse… que se quite todo lo demás. Y eso es lo que estaba buscando exactamente, un oponente que no fuera ni mucho más fuerte que yo ni más débil.

Me levanté pronto ese día para no llegar tarde al combate e hice todo lo que repetía cada mañana rápido para marchar al coliseo, donde tendría lugar el combate. No quería llegar más tarde que él si quien había retado era yo, me parecía un poco una falta de educación. Mientras andaba, lentamente porque había salido demasiado pronto, di la vuelta a mis manos para que quedaran las palmas frente a mi cara, las bocas que tenían en ellas se movieron lentamente como si estuvieran desperezándose, abriéndose y cerrándose varias veces hasta que empezaron a buscar arcilla sacando sus lenguas y moviéndolas de un lado a otro con ganas de empezar a moldearla con formas y darlas vida para posteriormente explotarlas. Que graciosas son siempre, me sacan una sonrisa cuando se mueven así pues me recuerdan a la imagen de un niño que busca el pecho de su madre cuando tiene hambre, claro que si yo fuera una de las dos también estaría así, la falta de actividad esos días las estaba creando un mono cada vez mayo y hasta se habían comido un pajarito de arcilla que tenía de un combate que no lo utilicé. Llevaba mucho tiempo sin un buen combate y me estaba cansando de no hacer nada y que los días pasasen sin haber entrenado un poco. A ver si por fin empezaba un poco de movimiento y veía por fin mis progresos, porque de seguir así me acabaría quedando atrofiada en mí casa.

Llegué a la arena en la que debería ser el combate y entré rápidamente, mi puerta se abrió y coincidió con la del chico, que me sorprendió bastante lo pequeño que era. El niño debía de tener unos seis o siete años, tenía el pelo azul a conjunto con sus ojos, pero estos eran un poco más claros. La ropa era más o menos del mismo color solo que le añadía blanco y, lo que más me sorprendió, llevaba un helado. Como los dos salimos a la vez no me dio tiempo a esconderme para atacar desde lejos por lo que sin perder tiempo metí las manos, ya hiperactivas por la espera, en la mochila de arcilla que tenía para los combates y empezaron a crear formas, parecidas a los pajaritos, que pronto salieron volando. Eran cinco los pajaritos en total, pero solo mandé a dos, el tercero se quedó en mi hombro, un poco más arriba volando y los otros dos los mandé en distintas direcciones. Los otros dos se dirigieron a él y, debido a la velocidad que cogieron, tardaron doce segundos en llegar a su posición, ya que nos alejaban cien metros aún. Aprovechando la nube de polvo que apareció aproveché para esconderme, pero cuando todo volvió a ser visible el solamente vería a un clon mío en la misma posición y con el pajarito volando en el hombro.