blue paper moon vs morador del desierto

Nuevamente un shinobi me había retado en el coliseo, últimamente el coliseo estaba muy agitado pues se realizaban muchos combates y algunos se habían comprado directamente un bono para todo el invierno con el fin de ver todos los combates. Esta vez me tocaba luchar contra alguien que todavía no había combatido, contra "Morador del Desierto". De nuevo partía desde el País de la Lluvia y de nuevo me dirigía al País de la Tierra, al Coliseo de Batalla.

La lluvia nuevamente me acompañó hasta el límite del País de la Lluvia y una vez hube cruzado dicho límite la lluvia de mi amado país me abandonó. Ya había llegado al País de la Tierra pero me quedaba otro tanto de camino hasta llegar al coliseo, quizás uno o dos días, pero no descansaría hasta estar un poco más cerca. Tras medio día de caminar decidí pararme en una posada a descansar y al día siguiente retomé la marcha. Llegué al Coliseo de Batalla tras pasar un par de horas más. Desde fuera ya se oían los gritos del público para dar ánimos a aquellos que querían que ganasen, ya fueran por apuestas ilegales o porque eran fans de los luchadores. Llegaba justo de tiempo pero todavía podía cambiarme para la lucha. Pasé a los vestuarios y, de mi taquilla, cogí la ropa que solía utilizar. Me vestí y me miré al espejo para comprobar que no me faltaba nada. Un niño bajo, con color de pelo azul oscuro y con color de ojos azul claro, que viste con una camisa y unos pantalones azules y blancos me devuelve la mirada desde el otro lado del espejo.

Ya estaba listo y me dirigiría a la arena de combate. Esta vez tocaba luchar en la arena clásica un campo de lucha bien conocido por mi. La arena clásica era un coliseo redondo con cien (100) metros de diámetro y veinte (20) de profundidad. El techo está formado por una barrera invisible que impide la salida, pero permite ver a través. Suelo de arena con un par de árboles frondosos. Cada puerta se encuentra en un lado del campo. Las puertas se abrieron y ambos luchadores salieron al coliseo. Mi rival comenzó a andar y yo hice lo mismo. Sin embargo yo me paré tras veinte (20) metros de andar pero mi rival continuó hasta llegar al centro del campo. Realicé un rápido sello con las dos manos y el cielo se comenzó a nublar. Una intensa lluvia comenzó a caer, mi rival vería sus movimientos ralentizados por la lluvia pues se hallaba a solo treinta metros de distancia de mi y el radio de la lluvia eran cincuenta metros. Tras hacer ese jutsu simplemente desaparecí.

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Tras crear la lluvia y desaparecer, mi rival también hizo lo mismo pero él lo hizo detrás de una nube blanca después de que la primera gota de lluvia le rozase. Había sido un bunshin, debí de haberme dado cuenta de que lo era cuando no levantaba polvo al caminar pero el entusiasmo del público y mi nerviosismo no me dejaron pensar bien y tan siquiera le miré a los pies. ¿Cómo había podido ser tan estúpido? Ahora en el campo de batalla no se podía ver prácticamente a nadie y yo decidí parar la lluvia pues, a parte de ser un gasto inútil de chakra, podía llegar a descubrirme. La lluvia cesó en seguida pero yo seguía invisible. Seguramente mi rival estaría oculto en algún árbol o algo o puede incluso que estuviese bajo tierra pero era mejor esperar a que actuara primero.

Tocaba elaborar un nuevo plan, y para ello debía hacer salir a mi rival de su escondite. Una de las opciones era salir yo de mi camuflaje pero era demasiado pronto y si lo hacía podía ser muy estúpido por mi parte...

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