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Riquezas Submarinas: Misión Rango D
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Riquezas Submarinas: Misión Rango D
- Mision:
- Riquezas Submarinas
Rango: D.
Lugar: Isla de la Diosa Liriam
Objetivo: Encontrar el cofre del barco hundido.
Descripción: Se ha encontrado un barco hundido en las profundidades del mar, al este del país. Se ha identificado al barco y descubierto que este poseía un cofre abarrotado de riquezas en oro y reliquias, una riqueza imposible de dejar pasar. Es la aldea o los piratas, y en pos de que sea la primera opción, uno o dos shinobis deberán ir a las coordenadas concretas del naufragio y sumergirse con un pesado equipo de buceo para encontrar el tesoro.
Shinobis: Uno o dos.
La mañana había comenzado bastante calma, me encontraba en la isla de la diosa Liriam con el objetivo de llevar a cabo una misión la cual se me había encomendado, en la cual el objetivo era ir a por las riquezas de un barco que por suerte y desgracia a la vez había naufragado cerca de esta isla, caminaba por la isla en dirigiendo mis pasos hacia donde se encontraba el transporte que me llevaría hasta las coordenadas del naufragio y una vez allí, me sumergiría en búsqueda del tesoro que se encontraría en el fondo, junto con el barco hundido. Había aceptado tal misión por el hecho que mis habilidades me hacían mas que apto para ella, ya que el agua es el ambiente perfecto para mi, era, es y siempre sera el lugar donde me sentiré mas cómodo, además poseía un jutsu en particular que me permitía utilizar mi chakra para poder respirar bajo el agua, tan solo necesitaba el equipo de buceo que facilitara mi visibilidad en el fondo del agua, a fin de cuentas no era necesario equiparme con todo el equipo de buceo.
Busque en las cosas que cargaba en mi cintura, el pergamino que detallaba los detalles de la misión, mientras caminaba hacia mi destino, releía y repasaba cada uno de los pasos a seguir que me marcaba el pergamino, los analizaba con cautela, ya que esta era mi primera misión y deseaba que fuera todo un éxito, bah siempre deseaba que todo fuera un éxito, odiaba la idea de fracasar en algo por mas pequeño que sea el reto, siempre había sido así, no era una persona ambiciosa, pero el sentimiento de perder o fracasar, era algo que me hace enfurecer de verdad, de alguna manera me hacia sentir humillado ante mi mismo. Al terminar de releer el pergamino lo guarde en la parte trasera de mi cintura, ajustándolo fuertemente con la cinta que sostenía mis ropajes, al fin había logrado llegar al lugar de encuentro, pero no había nadie ni nada, solo era un costa vacía donde tal vez podría atracar algún barco o algo por el estilo, ya que la falta de rocas en el mar lo hacia perfecto, a pesar de no haber encontrado nada, solo me senté sobre el suelo y espere por alguna señal de vida o algo que me señalara, por donde debía continuar para lograr completar el objetivo de la misión en cuestión, en cierto momento cruzo la idea de haberme equivocado de lugar y tal vez me estén esperando en otro lugar diferente a este, pero era casi imposible, había seguido el camino que especificaba el pergamino muy meticulosamente, tan solo me resigne a esperar mi transporte sea cual que este sea.
Mi paciencia se ponía en juego una vez más, era algo corta la verdad, pero sabia contenerla hasta las puntos mas extremos, era verdaderamente extraño que yo reaccionara de una manera grotesca por estar impacientado y a pesar de ser una persona que adora el conflicto y el combate, lo esquivaba si era posible, adoraba el conflicto, pero solo si era arbitrario en un combate, una sana enemistad temporal no dañaba a nadie, solo logra sacar el potencial de dos personas en su máximo esplendor.
Oshiro- Genin Kiri
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Re: Riquezas Submarinas: Misión Rango D
El día empezaba. Todos los ninjas se ocupaban de misiones y todos tenían que encargarse de lo que les habían mandado. Los gennins sus encargos rango D, y los anbus se arriesgaban a perder su vida en misiones terribles rango S. Todos cumplían con lo encomendado. Y Oshiro Hozuki no sería diferente. Se hallaba esperando en la orilla de una playa; en una remota isla, esperando hasta que llegase la embarcación que le llevaría hasta el naufragio de un barco. Y parecía que llegaba tarde, eran las once y media cuando él llegó, y nadie había aparecido. No fue hasta las doce y cuarto que llegaron los marineros, sofocados por el ataque de unas gaviotas monstruosas, que casi les provocan el naufragio. Más tarde se lo explicarían al gennin encargado de la misión. El tesoro ya estaba casi localizado, pero daba la mala suerte que estaba rodeado por un banco de niebla, y que toda esa zona era especialmente preferida por las terribles aves. Cuando el joven Hozuki subió a la embarcación, se presentó ante los 12 miembros de la tripulación, entre los que destacaban el capitán, un hombre al que le faltaba el meñique derecho, y que tenía una cicatriz que le recorría el mentón. Su pelo largo y castaño reflejaba con el color del mar. Los otros dos hombres que se perfilaban como llamativos eran Shinji Otetsu, un grumete que llevaba poco en la embarcación, de dorados cabellos que le llegaban a la cintura, y que no pasaría de los veintidós años, junto a otro hombre, el contramaestre, que no quiso revelar su nombre al Hozuki, y que llevaba su cara tapada por un enigmático sombrero. Más de dos horas de travesía les esperarían hasta ahondar en la niebla. La misión de Oshiro había comenzado.
Suiryumaru Hozuki- Ex Kage Kiri
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Re: Riquezas Submarinas: Misión Rango D
Como era habitual el tiempo no se detuvo mi espera se prolongó un poco más de una hora, sentado en la playa sin más que hacer que esperar a que alguien diera señales de vida, espere y espere, el sol se intenso se reflejaba en el agua del mar, en los granos de arena y los reflejos de mi cabello, las nubes bailaban sobre lo celeste del cielo, a pesar que estas eran escasa no faltaban en este, mi vista se lanzaba hacia el horizonte con la esperanza de ver el transporte que me llevaría hacia el destino de mi misión, pero este se escondía a mi vista, con el pasar del tiempo comencé a enfadarme, sin embargo ese enojo que se comenzaba a acumular en mí se marchó como llego, recordé la fama que tenía el mar abierto cercano a Kirigakure, y esta no era nada buena, tenía la manía de hacer que los botes se hundieran sin importar lo resistente o grandes que sean las naves que se atrevieran a atravesar las saladas y mortales aguas del país del agua, fue en ese momento en el cual pensé que habían sufrido alguna clase de percance al venir a recogerme al punto de reunión, solo mantuve la calma y fui paciente, solo deseaba que en algún momento las personas encargadas en venir a buscarme llegaran sanas y salvas al lugar de encuentro.
El tiempo paso y mi suerte cambio, un navío se veía a lo lejos, me coloque de píe y sacudí mi pantalón con las palmas de mi manos, para quitar la arena que se había pegado a este, lo sacudí un poco y luego palme mis manos entre sí para retirar el exceso de arena en ellas, espere de píe la llegada del barco y una vez atraco, me invitaron a abordarlo, sujete la mano de uno de los marineros que había en la cubierta y este me ayudo a subir, una vez en la cubierta, salude y me presente ante todos los tripulantes, un total de doce hombre, entre ellos el capitán, recibiendo la respuesta de once de ellos, cada uno de los tripulantes y el capitán, pero el contramaestre del barco se negó a presentarse ante mí, de igual manera no le di importancia, fui indiferente con el luego de presentarme como era debido, todos parecían aceptarme como un tripulante más menos el contramaestre que parecía negarse a compartir el viaje conmigo, con tal solo el hecho de no dirigirme ni la mirada pude deducirlo.
Un tipo frío.
Pensé, mientras nos preparábamos para zarpar, me comentaron la razón del motivo del porque la tardanza y no se trataba para menos, habían sufrido el ataque de gaviotas gigantes, fue en ese entonces que me sorprendí al escuchar tal anécdota, al parecer no la habían tenido fácil los sujetos que compartían este objetivo conmigo, no pregunte más, no estaba interesado en saber los detalles o si quiera algunos de los tripulantes del barco habían perecido en tal ataque, solo me limite a viajar con ellos y esperar a llegar lo antes posible a destino y poder cumplir mi objetivo.
El tiempo paso y mi suerte cambio, un navío se veía a lo lejos, me coloque de píe y sacudí mi pantalón con las palmas de mi manos, para quitar la arena que se había pegado a este, lo sacudí un poco y luego palme mis manos entre sí para retirar el exceso de arena en ellas, espere de píe la llegada del barco y una vez atraco, me invitaron a abordarlo, sujete la mano de uno de los marineros que había en la cubierta y este me ayudo a subir, una vez en la cubierta, salude y me presente ante todos los tripulantes, un total de doce hombre, entre ellos el capitán, recibiendo la respuesta de once de ellos, cada uno de los tripulantes y el capitán, pero el contramaestre del barco se negó a presentarse ante mí, de igual manera no le di importancia, fui indiferente con el luego de presentarme como era debido, todos parecían aceptarme como un tripulante más menos el contramaestre que parecía negarse a compartir el viaje conmigo, con tal solo el hecho de no dirigirme ni la mirada pude deducirlo.
Un tipo frío.
Pensé, mientras nos preparábamos para zarpar, me comentaron la razón del motivo del porque la tardanza y no se trataba para menos, habían sufrido el ataque de gaviotas gigantes, fue en ese entonces que me sorprendí al escuchar tal anécdota, al parecer no la habían tenido fácil los sujetos que compartían este objetivo conmigo, no pregunte más, no estaba interesado en saber los detalles o si quiera algunos de los tripulantes del barco habían perecido en tal ataque, solo me limite a viajar con ellos y esperar a llegar lo antes posible a destino y poder cumplir mi objetivo.
Oshiro- Genin Kiri
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Re: Riquezas Submarinas: Misión Rango D
La travesía pintaba ir completamente normal. El capitán, rudo hombre de mar, no tardó en aceptar a Oshiro como otro miembro más de su tripulación, aunque solo fuera temporal. Lo único que tendría que hacer el propio Oshiro al respecto sería no enfadar al bravucón y viejo lobo de mar incumpliendo sus órdenes, y todo iría bien. Había trabajado con muchos otros militares como era el Kiriano antes, y no sería la última vez que lo hicieran, posiblemente. Pero no todos eran tan amigables como él. Dentro de su rudeza, y de lo fuerte o arisco que pudiera parecer, no era si no su modo de presentar su cariño. El contramaestre, sin embargo, era ese tipo de persona que no compartía nada con el resto; tan solo oía las ordenes recibidas, y no hablaba nunca, cumpliendolas a rajatabla. Se ganaba su sueldo, claramente, pero era un tipo escalofriante. Pronto Oshiro podría entablar conversación con otros miembros del barco, y aprendería incluso algo de navegación, lo que le podria venir bien para otras ocasiones del futuro.
Al cabo de poco menos de esas dos tediosas horas, se podría divisar a lo lejos el banco de niebla, que rodeaba la zona como si de un fantasmagórico halo se tratase. Todos los marinos eran supersticiosos, era algo que iba en su naturaleza, y no sería Oshiro el hombre que eliminara aquel rasgo de su personalidad. Era una auténtica pena que aquellas supersticiones a veces no fueran mas que cuentos de viejas...
Al cabo de un ratito más, unos veinte minutos, ya se habían adentrado en el banco de niebla totalmente. El capitán ordenó arriar las velas, para poner el barco a media vela, y que no se movieran tan rápido. Una vez Oshiro hubo ayudado a realizar aquella tarea, comprobaría en su mapa el rumbo que debía de tomar ahora la embarcación, para evitar perderse, mientras que consultaba su fiel brújula, que tanto tiempo le había acompañado.
Sin embargo, no estaban solos. Un graznido llegó desde el cielo, anunciando la inminente llegada de aquellos seres que casi acaban con la embarcación la otra vez. Los tripulantes de la nave ya no podrían nunca olvidar aquellos chillidos, y los tenían grabados en su memoria, atormentandoles en sus pesadillas para siempre, por lo que lo reconocieron nada más oirlo.
TÚ, EL NINJA! OCUPATE DE ELLOS! ARRR, NO SOBREVIVIREMOS SI NO ACABAS CON ESOS MONSTRUOS! GÁNATE TU PAN COMO NOSOTROS LO HACEMOS CON EL NUESTRO!
El capitán avisó a voces al joven shinobi de cual sería su cometido, acabar con las dos gaviotas que habían surgido monstruosas, y que llegaron ya atravesando la vela mayor. El campo de batalla de aquel joven? Un barco de no mas de quince metros de eslora, lleno de marineros que luchan por seguir salvando su vida, y que escapan de los picotazos asesinos de aquellos seres del inframundo.
Las gaviotas sorprendieron a Oshiro cuando las vió por primera vez. Necesitó estar a menos de cinco metros para verlas, en uno de los rasos vuelos de las tres, y pudo comprobar que medían dos metros de ala a ala, además de tener todo el cuerpo putrefacto, como si llevaran ya bastante tiempo muertas. Asomaban unos brazos de la zona de su pecho, como si fueran grifos, realmente. Aquellos seres eran terriblemente asquerosos, y más para Oshiro, que debía ser la primera vez que veía la Plaga.
El primero de ellos voló hacia él, con el pico preparado para atravesarle, pues aquellos animales eran grandes como águilas, y podrían matar al Hozuki si se disponían a ello. El otro se dedico a atacar a otros miembros de la tripulación, que intentaban huir y esconderse como podían. Ahora era el turno de defenderse del joven ninja, sabiendo que la niebla no le dejaría ver más allá de cinco metros...
Al cabo de poco menos de esas dos tediosas horas, se podría divisar a lo lejos el banco de niebla, que rodeaba la zona como si de un fantasmagórico halo se tratase. Todos los marinos eran supersticiosos, era algo que iba en su naturaleza, y no sería Oshiro el hombre que eliminara aquel rasgo de su personalidad. Era una auténtica pena que aquellas supersticiones a veces no fueran mas que cuentos de viejas...
Al cabo de un ratito más, unos veinte minutos, ya se habían adentrado en el banco de niebla totalmente. El capitán ordenó arriar las velas, para poner el barco a media vela, y que no se movieran tan rápido. Una vez Oshiro hubo ayudado a realizar aquella tarea, comprobaría en su mapa el rumbo que debía de tomar ahora la embarcación, para evitar perderse, mientras que consultaba su fiel brújula, que tanto tiempo le había acompañado.
Sin embargo, no estaban solos. Un graznido llegó desde el cielo, anunciando la inminente llegada de aquellos seres que casi acaban con la embarcación la otra vez. Los tripulantes de la nave ya no podrían nunca olvidar aquellos chillidos, y los tenían grabados en su memoria, atormentandoles en sus pesadillas para siempre, por lo que lo reconocieron nada más oirlo.
TÚ, EL NINJA! OCUPATE DE ELLOS! ARRR, NO SOBREVIVIREMOS SI NO ACABAS CON ESOS MONSTRUOS! GÁNATE TU PAN COMO NOSOTROS LO HACEMOS CON EL NUESTRO!
El capitán avisó a voces al joven shinobi de cual sería su cometido, acabar con las dos gaviotas que habían surgido monstruosas, y que llegaron ya atravesando la vela mayor. El campo de batalla de aquel joven? Un barco de no mas de quince metros de eslora, lleno de marineros que luchan por seguir salvando su vida, y que escapan de los picotazos asesinos de aquellos seres del inframundo.
Las gaviotas sorprendieron a Oshiro cuando las vió por primera vez. Necesitó estar a menos de cinco metros para verlas, en uno de los rasos vuelos de las tres, y pudo comprobar que medían dos metros de ala a ala, además de tener todo el cuerpo putrefacto, como si llevaran ya bastante tiempo muertas. Asomaban unos brazos de la zona de su pecho, como si fueran grifos, realmente. Aquellos seres eran terriblemente asquerosos, y más para Oshiro, que debía ser la primera vez que veía la Plaga.
El primero de ellos voló hacia él, con el pico preparado para atravesarle, pues aquellos animales eran grandes como águilas, y podrían matar al Hozuki si se disponían a ello. El otro se dedico a atacar a otros miembros de la tripulación, que intentaban huir y esconderse como podían. Ahora era el turno de defenderse del joven ninja, sabiendo que la niebla no le dejaría ver más allá de cinco metros...
- Degenerados:
Los primeros seres que caen bajo la influencia de la plaga, cualquier tipo de animal no racional puede ser víctima de ella por lo que en sus filas hay horripilantes peces con patas, ciervos con alas, o pájaros con garras de insecto. Se mueven a la velocidad de un ninja con 300 de Velocidad.
Pueden aparecer en grupos de hasta 10, y tienen 150 Pv cada uno.
Daños:
-Picotazo: 15 Pv.
- Arañazo: 5 Pv.
- Veneno de la Plaga: 5 Pv + 5 por turno. (5, 10, 15 ect)
Suiryumaru Hozuki- Ex Kage Kiri
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Re: Riquezas Submarinas: Misión Rango D
Con el viaje ya en marcha comenzamos a marchar hacia nuestro rumbo, comenzamos a viajar, surcamos a toda vela el mar de Kirigakure, nos acercábamos cada vez más y más a un banca de niebla y como todo marinero sabia, era peligroso el navegar a tal velocidad en aquellas aguas, el capitán dio la orden de arrendar las velas, elevarlas para así disminuir la velocidad de la nave, sin pensarlo dos veces, sintiéndome un tripulante más de aquella nave me dirigí a estribor para ayudar jalar los causales que sujetaban las velas desde el interior, los jalaba con fuerza, elevando la vela lateral de estribor, una vez terminada aquella tarea no tardo mucho hasta que el barco perdió el impulso ganado con las velas de estribor y babor, me dirigí hacia donde se encontraba el capitán, dirigiendo el rumbo del barco, teníamos algo de viento de cola, pero con el arrendado de las velas laterales, ese desvió que causaba el viento no sería más que una minucia para el control de alguien que denotaba tanta experiencia como el capitán, una vez a su lado, el capitán y yo comenzábamos a dialogar, soltando toda su experiencia en el mar, fijando el curso exacto hacia donde teníamos que dirigir la nave, para que yo pudiera llevar a cabo mi objetivo, el capitán desvelo de su bolsillo una hermosa y brillante brújula, con armazón de oro y correa de bolsillo, junto con el mapa comenzó a observar mientras no perdía de vista el curso del barco, se notaba en el que pesar de que revisaba el curso en el mapa, mantenía sus orejas bien atentas ante el aviso de obstáculos o peligros de parte de los vigías del barco, tanto en la proa, estribor, babor y en lo superior del mástil del navío.
Al cabo de unos minutos el capitán retiro sus ojos del mapa y de la brújula, colocándolos nuevamente hacia la proa del barco mientras conducía el navío. Deambulábamos en aquel banco de niebla que no señalaba nada más que la perdición de cientos de hombres y barcazas en el pasado, muchos de los marineros que abordaban mostraban, nerviosismo y preocupación en sus rostros, el tan solo verlos era contagioso, no se podía ver casi nada a causa de la neblina, ver mi mano frente de mí era una tarea difícil y ver más allá de cinco metros frente de mí, ya era imposible, el leve oleaje del mar no ayudaba mucho a desplazarse por la cubierta, el ubicar un tripulante especifico era algo muy difícil de realizar, el silenció abundo sobre la cubierta del navío, era similar la calma que antecede al huracán, a la batalla y al horror, se podía oír como el viento acariciaba las velas superiores, el crujir de la madera del barco con el balanceo que nos proporcionaban las olas y como estas chocaban levemente contra el casco exterior, el aire espeso, daba la sensación que se podía cortar este mismo si se tenía un objeto filoso en las manos, sentía el peso del mar en mis huesos, como si fuera uno con este mismo y en ese momento, lo que nadie deseaba oír se oyó entre la espesura de la neblina de mala muerte, causando terror entre hasta en los corazones más duros y rígidos de aquel navío en el que yo viajaba.
El graznido de una gaviota congelo el leve sudor que recorría por mi pecho, la humedad de mi cuerpo entumecía cada una de mis extremidades, y aquel escalofrío tan humano recorrió mi nuca hasta la parte inferior de mi columna, pero me mantuve firme y decidido, el sonido vino desde la proa y desde la popa se escuchó la voz del capitán, dándome la orden de encargarme de aquellos monstruos que comenzaban a acecharnos, el pánico gobernó de en el barco junto de la mano con muerte, se paseaban entre nosotros, respirando su frío aliento en nuestros cuellos. En cuanto el capitán me dio la orden me puse en marcha, estaba cerca de estribor en centro, entre la proa y popa, fue en ese momento que comencé a buscar a los tripulantes del barco, muchos buscaban refugio y trataban de evitar a aquellos seres a toda costa, encontré a uno de ellos y lo conduje hacia la estructura que lo mantenía un poco elevado que se encontraba frente donde el capitán conducía el barco, el hombre atemorizado siguió mis indicaciones, se paró tembloroso en el lugar, pero decidido a ayudarme, tome unas cuerdas anudadas en forma de red y le di indicaciones de arrojarlas sobre las criaturas que yo lanzara hacia sus pies, permitiendo atraparlas y mantenerlas cautivas en base de que dejaran de representar una amenaza, primero había que reducir el número de gaviotas en el aire, toda la información que habían compartido los tripulantes del barco mientras viajábamos hacia este lugar comenzaba a dar sus frutos sobre el campo de batalla que ahora era el barco, en ese momento me pare a diez metros de la proa, justo en el centro de babor y estribor esperando el ataque de aquellas bestias, realice sellos de manos rápidamente y evoque cinco clones intangibles, los cuales no eran más que meras imágenes que reflejaban mi aspecto, en otras palabras, solo eran ilusiones, pero ayudaría a desorientar a los seres irracionales que nos acechaban, fue en ese momento que realice nuevamente sellos de manos y mantuve oculto el jutsu ya que al activarlo podría delatar cual era el verdadero yo entre los clones, lo mantuve activo pero sin demostrar nada de este. Espere paciente el ataque de las gaviotas, se las escuchaba graznar y aletear entre la neblina, preparándose para un ataque.
Y en ese instante una de ellas ataco, se vino a saco hacia uno de mis clones impactando su pico contra este, este se volvió humo, pero hizo que la gaviota quedara muy cerca de mí pudiendo realizar un ataque directo sin que esta lograra defenderse, fue en ese instante que desplace mi látigo totalmente hecho de agua y lo lance hacia su cuello no solo azotándola sino que sujetándolo fuertemente con este mismo, en ese mismo instante comencé a jalar para mantenerla dominada y en cuanto tuve la oportunidad en la que está cada vez ejercía menos fuerza la jale con fuerza hacia la red donde estaba marinero para amarrarla fuertemente, al intentar lanzarla no solo note que el marine hizo su labor excelentemente sino que ahora lo acompañaba el contramaestre ayudándolo en la tarea que le había dado al tripulante de cabellos dorados, en cuanto amarraron a la bestia me acerque lo más rápido que pude, tomando un barril con mis dos manos y destruyéndolo contra la cabeza de la gaviota, esperando que esta muriera o por lo menos quedara inconsciente, una vez hecho todo eso volví junto con los clones restante con la motivación de acabar con las que quedaban, pensando en que estrategia usar ahora ya que las gaviotas no se comerían dos veces el mismo truco, mi batalla como shinobi había comenzado.
Al cabo de unos minutos el capitán retiro sus ojos del mapa y de la brújula, colocándolos nuevamente hacia la proa del barco mientras conducía el navío. Deambulábamos en aquel banco de niebla que no señalaba nada más que la perdición de cientos de hombres y barcazas en el pasado, muchos de los marineros que abordaban mostraban, nerviosismo y preocupación en sus rostros, el tan solo verlos era contagioso, no se podía ver casi nada a causa de la neblina, ver mi mano frente de mí era una tarea difícil y ver más allá de cinco metros frente de mí, ya era imposible, el leve oleaje del mar no ayudaba mucho a desplazarse por la cubierta, el ubicar un tripulante especifico era algo muy difícil de realizar, el silenció abundo sobre la cubierta del navío, era similar la calma que antecede al huracán, a la batalla y al horror, se podía oír como el viento acariciaba las velas superiores, el crujir de la madera del barco con el balanceo que nos proporcionaban las olas y como estas chocaban levemente contra el casco exterior, el aire espeso, daba la sensación que se podía cortar este mismo si se tenía un objeto filoso en las manos, sentía el peso del mar en mis huesos, como si fuera uno con este mismo y en ese momento, lo que nadie deseaba oír se oyó entre la espesura de la neblina de mala muerte, causando terror entre hasta en los corazones más duros y rígidos de aquel navío en el que yo viajaba.
El graznido de una gaviota congelo el leve sudor que recorría por mi pecho, la humedad de mi cuerpo entumecía cada una de mis extremidades, y aquel escalofrío tan humano recorrió mi nuca hasta la parte inferior de mi columna, pero me mantuve firme y decidido, el sonido vino desde la proa y desde la popa se escuchó la voz del capitán, dándome la orden de encargarme de aquellos monstruos que comenzaban a acecharnos, el pánico gobernó de en el barco junto de la mano con muerte, se paseaban entre nosotros, respirando su frío aliento en nuestros cuellos. En cuanto el capitán me dio la orden me puse en marcha, estaba cerca de estribor en centro, entre la proa y popa, fue en ese momento que comencé a buscar a los tripulantes del barco, muchos buscaban refugio y trataban de evitar a aquellos seres a toda costa, encontré a uno de ellos y lo conduje hacia la estructura que lo mantenía un poco elevado que se encontraba frente donde el capitán conducía el barco, el hombre atemorizado siguió mis indicaciones, se paró tembloroso en el lugar, pero decidido a ayudarme, tome unas cuerdas anudadas en forma de red y le di indicaciones de arrojarlas sobre las criaturas que yo lanzara hacia sus pies, permitiendo atraparlas y mantenerlas cautivas en base de que dejaran de representar una amenaza, primero había que reducir el número de gaviotas en el aire, toda la información que habían compartido los tripulantes del barco mientras viajábamos hacia este lugar comenzaba a dar sus frutos sobre el campo de batalla que ahora era el barco, en ese momento me pare a diez metros de la proa, justo en el centro de babor y estribor esperando el ataque de aquellas bestias, realice sellos de manos rápidamente y evoque cinco clones intangibles, los cuales no eran más que meras imágenes que reflejaban mi aspecto, en otras palabras, solo eran ilusiones, pero ayudaría a desorientar a los seres irracionales que nos acechaban, fue en ese momento que realice nuevamente sellos de manos y mantuve oculto el jutsu ya que al activarlo podría delatar cual era el verdadero yo entre los clones, lo mantuve activo pero sin demostrar nada de este. Espere paciente el ataque de las gaviotas, se las escuchaba graznar y aletear entre la neblina, preparándose para un ataque.
Y en ese instante una de ellas ataco, se vino a saco hacia uno de mis clones impactando su pico contra este, este se volvió humo, pero hizo que la gaviota quedara muy cerca de mí pudiendo realizar un ataque directo sin que esta lograra defenderse, fue en ese instante que desplace mi látigo totalmente hecho de agua y lo lance hacia su cuello no solo azotándola sino que sujetándolo fuertemente con este mismo, en ese mismo instante comencé a jalar para mantenerla dominada y en cuanto tuve la oportunidad en la que está cada vez ejercía menos fuerza la jale con fuerza hacia la red donde estaba marinero para amarrarla fuertemente, al intentar lanzarla no solo note que el marine hizo su labor excelentemente sino que ahora lo acompañaba el contramaestre ayudándolo en la tarea que le había dado al tripulante de cabellos dorados, en cuanto amarraron a la bestia me acerque lo más rápido que pude, tomando un barril con mis dos manos y destruyéndolo contra la cabeza de la gaviota, esperando que esta muriera o por lo menos quedara inconsciente, una vez hecho todo eso volví junto con los clones restante con la motivación de acabar con las que quedaban, pensando en que estrategia usar ahora ya que las gaviotas no se comerían dos veces el mismo truco, mi batalla como shinobi había comenzado.
- info:
- ATRIBUTOS:
- Fuerza (FUE) : 25
- Inteligencia (INT) : 10
- Velocidad (VEL) : 30
- Control del Chackra (CCK) : 25 [+100]
- Resistencia (RES) : 10
STATS:
- PV (Puntos de vida) : 65
- PC (Puntos de Chakra) : 145 - 15 (jutsus) = 130 (actual)
PODER DE JUTSUS:
- Ninjutsu: 6 (+6) = 12
- Taijutsu: 4
- Genjutsu
- Jutsus:
- 2-Bunshin no Jutsu
Técnica de Replicación
Requisitos: un sello con ambas manos
Tipo: Ninjutsu
Rango: D
Carácter: suplementaria
Efecto: genera copias intangibles del Ninja usuario. Son simples ilusiones, y se disiparán si algo entra en contacto con ellas
Chakra: 2 Chakra por clon (máximo 5 clones, + 1 por nivel)
Descripción: esta técnica crea imágenes clónicas del Ninja usuario. Sin embargo, no son sólidas, y normalmente se limitarán a desaparecer si algo entra en contacto con ellas. Normalmente un oponente de mayor experiencia será capaz de reconocerlas simplemente por el hecho de que no interactúan con el entorno, por lo que no levantarán polvo al correr ni moverán hierba o similares a su paso.
3 - Mizu Muchi
Látigo de Agua
Requisitos: sellos con ambas manos
Tipo: Ninjutsu
Rango: D
Carácter: ofensiva
Daño: 10 PV por latigazo
Chakra: 5 Chakra activar + 3 Chakra por turno mantener
Descripción: el Ninja acumula agua en su mano y forma un largo látigo de agua de unos tres metros de extensión que puede usar para azotar o atrapar al enemigo.
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Re: Riquezas Submarinas: Misión Rango D
Al mismo tiempo que había caido la primera, por el terrible golpe en la cabeza recibido, las otras, al sentir como su compañera moria, decidieron huir despavoridas. Pocas veces se había visto un comportamiento así en tales seres, de modo que aquello daría un halo de esperanza a los que estaban en el lugar: Se podía realizar aquella misión sin necesidad de morir por los ataques de los malvados seres.
El capitán del navió suspiró aliviado, dandose cuenta de que ahora no habría más peligros. Realizar el resto de la misión fue pan comido, no tardaron más de tres horas en haber desenterrado el tesoro de las profundidades del barco, y de llevar esta carga a la villa, donde se podría a salvo y se aseguraría, siendo utilizado para diversos fines.
El capitán del navió suspiró aliviado, dandose cuenta de que ahora no habría más peligros. Realizar el resto de la misión fue pan comido, no tardaron más de tres horas en haber desenterrado el tesoro de las profundidades del barco, y de llevar esta carga a la villa, donde se podría a salvo y se aseguraría, siendo utilizado para diversos fines.
Suiryumaru Hozuki- Ex Kage Kiri
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Re: Riquezas Submarinas: Misión Rango D
Revisión de la misión:
Dobles palabras hechas + Buen rol = 200% xp y dineros.
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Suiryumaru Hozuki- Ex Kage Kiri
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