Dark Lady vs Kalad

Arena:

El frenesí de la adolescencia corría por mis venas, adolescencia que hacía que al mí alrededor corrieran de pájaros con la cual estaba decidido a terminar con todo el que se interpusiera en mi camino de convertirme en alguien de provecho para la villa, para mi villa, la cual me vio crecer, por la cual daría mi vida si se precisara de ello, por la cual haría lo que fuera, por ella y por sus habitantes, mi camino ninja estaba más lejos de lo que precisaba mi mente, de lo que en ese momento necesitaba, adrenalina, acción. Mi camino como ninja estaba lejos, claramente necesitaba muchísima más experiencia, apenas sabía lo que todo ninja debía saber, y por consabido lo que todo Hatake que se preciara necesitaba saber, mi velocidad todavía no era lo suficientemente alta como para que se me designaran misiones como a las de mi padre, mi gran padre, mensaje real y rápido donde los haya, de él había aprendido todo lo que sabía, todo lo que sabía se lo debía a mi padre, todo lo referido al clan, sus libros, todo, eran para mí fuente de inspiración, era todo lo tenía de él, posiblemente mi padre aún estuviera vivo, aunque estaba más vivo en mi mente. Deseaba tener cerca, pero a la vez no quería verle, la inquietud corría por mis venas como los pensamientos contradictorios por mi mente, ¿realmente aún quería a mi padre aún siendo el cobarde que nos abandonó a mí y a mi madre después de que mis familiares, codicioso familiares, le arrebataran el regalo del rey?, regalo que debido a la, digamos incompetencia de mi padre, hizo que una guerra entre las dos naciones más fuertes del mundo en ese momento estallara, pero aún así, yo sabía que necesitaba a mi padre ahí, para enseñarme más cosas, aún no sabía nada acerca de todas las técnicas que los controladores del rayo como éramos él y yo podríamos llegar a conseguir, él lo más seguro es que si ahora sigue vivo, donde quiera que esté, será un hombre con un control sobre este elemento realmente espectacular como es el rayo, tenía ganas de seguir divagando, seguir buscando por los rincones de mi vaga imaginación y de pronto me acordé de que en unos días empezaría el Chunin, ese examen al que yo como Genin de la villa de la Hoja impaciente por subir de rango dentro de ella se presentaría, también sabía de mucha gente que se iba a presentar también. Sin ir más lejos, una de las personas con las que mejor me llevo de toda la villa, mi gran amiga, Kori del clan de la sombra o Nara. Sabía que ella también se presentaría y sabía que debía de mantenerme lejos de ella o su sombra haría verdaderos estragos conmigo, por eso debía ser lo más rápido, mejorar en todo, también debía tener cuidado con todo el que se presentara, puesto que ellos tenían la misma ventaja que yo, no sabían nada del contrincante, ni sus técnicas, armas, jutsus con los que poder esquivar o hacer estragos en mi defensa, es era realmente la opción que teníamos todos frente a nuestros contrincantes. Única y exclusivamente conocía a una de las participantes, y no a fondo, no tanto como quisiera hacerlo, puesto que me daría más ventajas como ninja al momento de actuar frente a las diferentes ofensivas que esta fuese capaz de lanzar contra mi y contra todo el que fuera a ser su rival, causando graves estragos si conseguía hacerse con mi cuerpo mediante su sombra, por la cual era realmente reconocido el clan Nara. También tendría que darme cuenta de los demás participantes, además de a Kori, no conocía a nadie más.

Hablando de Kori, tenía ganas de verla, la última vez que la vi tuvimos un pequeño combate a modo de entrenamiento con la nueva Anbu de Kiri, con Hiaji, a la que hacía tiempo que tampoco veía. Tenía ganas de ver a mucha gente, aunque me tendría que aguantar hasta saber de su paradero, pero por ahora me tenía que centrar en lo que tenía que hacer, que era seguir avanzando en el mundo del ninja, seguir con lo que tenía que hacer. Por hoy tenía un combate en el coliseo, contra una tal Dark Lady, que nombre más raro, ¿La Señorita Oscura?, ¿a que vendría dicho nombre, tendría algo que ver con las sombras?, puede que tuviera algo que ver o que simplemente yo me estuviera formando paranoias y que fuera solamente un nombre decorativo. Da igual el nombre, tendría que conseguir que cayera bajo mi estrategia, la cual sería simple y fácil. Desayuné lo de siempre sin tener ningún tipo de reparo en nada, no iba a estar más preparado por que comiera más o menos, simplemente algo equilibrado, con suficiente energía para todo el día, sin nada que me resultara pesado, puesto que en un combate lo que menos quieres es que el desayuno te juegue una mala pasada, el combate era para mí un prioridad y llegar tarde no era algo que me caracterizara, así que salí de mi casa y me dispuse a correr a todo lo que mis piernas me permitían, alcanzando velocidades de infarto para un Genin, pero no para un Hatake.

Llegué rápido al coliseo, para después, nada más llegar, adentrarme en el lugar e ir hacia los vestuarios, para allí vestirme y prepararme, con una capa negra que tapaba mis cadenas, aún enrolladas y envueltas en su estuche, después, en un solo golpe de mano, a salir de su estuche e impactar en el cuerpo del oponente, además de eso mi Kou tampoco era visible, mi capa la tapaba, en su estuche. Esperando a que mi contrincante se adentrara, esperaba impaciente hice un cadena de sellos que me llevó menos de dos segundos activando mi control del rayo, el cual tampoco vería mi contrincante. Con ganas de volver a moverme por aquestas tierras, aquestos lares, batallando, peleando.

Información:

Acciones:

Gastos y Daños:

Estado:

Kouken:

Batsu no Jubaku:

Palabras:

El invierno había llegado. Nunca me cansaba del verano, o de la primavera; podría estar siempre sintiéndome acariciada por los tibios rayos de sol y por la cálida brisa, pero no soportaba ni siquiera la idea de que el frío tomara mi cuerpo, restándole temperatura a medida que te entregabas a él. Había personas que eran como un permanente invierno; frías, sin sentimientos, excepto los que robaban de los demás, encerrados en ellos mismos... Personas que te podían robar el calor de tu corazón poco a poco hasta conseguir marchitarte. Por ello tenías que rodearte de personas que no fueran así; de veranos, de primaveras... Cada uno diferente, pero capaz de devolverte día a día la alegría que otros te podían robar. Sin embargo, no podía estar siempre rodeada de personas, pues me gustaba a veces la soledad, mas era capaz de protegerme a mí misma. Por ello, esta vez no fui vestida al Coliseo con las ropas que llevaba a él, sino que las guardé en un pequeño bolso negro. Cuando llegase al recinto, me cambiaría, pues hacerlo antes sólo era hacer más fácil el hecho de coger un resfriado en los primeros días del Invierno.

Llegué y entré a mi vestuario. Me tomé con calma cambiarme, cuidando que todo estuviese correcto. El corset estaba bien atado por detrás y realzaba mis pechos. La falda negra me cubría hasta encima de la rodilla, y llevaba unas botas del mismo color ajustadas a la pierna que no eran demasiado largas. Mi kunai estaba bien escondido, junto a otros utensilios de los que disponía. Cuando consideré que estaba preparada, ordené que abriesen la puerta de la arena. Conocía bien la Arena Clásica; dos árboles dispuestos a lo largo del campo y varias piedras, unas grandes y otras más pequeñas. Me acerqué hasta que estuve a 70 metros de mi enemigo. También llevaba ropas negras, aunque pensé que a mí me quedaban mejor. Me puse en guardia y aguardé a que él decidiese atacar.

info:

acciones:

Mi rival se retrasaba, la salida estaba desierta, me encontraba a unos cien (100) metros de la salida por la que la dama de negro, o señora de la sombra o oscura o como diantre se llamase tendría que salir. Lo único que yo quería era que apareciese ya, que este combate diera comienzo para terminar y llevarme la recompensa lo más rápido posible para mi casa, llevarme la recompensa por ganar a un ninja que se acercara a mí, yo sabía que la victoria podría estar lejos o cerca dependiendo de cómo se moviera de bien el o la ninja con el o la que me enfrentaría. De pronto, desde la salida, apareció una joven, una chica de cabellos violetas, un color de pelo muy parecido a Kori, tenía ganas de ver a esa chica, algún día le mandaría uno de mis pájaros mensajeros.

Vi que la ninja se acercaba lentamente hasta estar a setenta (70) metros, una distancia demasiado elevada para mis planes, por lo que me puse a correr a penas un segundo, en el cual la distancia se acorta ocho (8 ) metros hasta estar a sesenta y dos (62) metros de mi rival. En ese segundo que me mantuve corriendo hice un sello con una mano y cuando me paré a la distancia anteriormente dicha, hice la posición del arco con la sobrante y solté una flecha hecha de mi chakra Raiton el cual había juntado con el sello de la mano que se dirigía hacia la cabeza de mi contrincante. Este solo pudo haber visto el lanzamiento de la flecha puesto que el sello lo hago debajo de la capa. La flecha volaba a unos trece metros por segundo (13m/s), desde la distancia que nos encontrábamos la flecha impactaría en unos cuatro coma siete (4,7) segundos. Seguro que mi contrincante conseguiría esquivar la flecha, pero mientras que esta avanzaba, yo me dispuse a correr durante uno coma cinco (1,5) segundos, colocándome a unos cincuenta (50) metros de mi contrincante. Desde la cual idearía una estrategia lógica con la que hacer que mi indispuesto contrincante tuviera que lidiar, las cosas se iban poniendo bien para mí, si la flecha impactaba en mi oponente, yo estaría más cerca de conseguir la victoria. A ver con que sucia artimaña consigue mi enemigo rechazar mi ofensiva.

Acciones:

Gasto y Daño:

Estado:

Palabras:

Observé atentamente las acciones que realizaba mi rival. Primero, corrió ocho metros en un segundo, cosa que demostró que me superaba en velocidad, revelándome así cómo podría actuar cuando yo realizase ofensivas. Tras unos segundos, una flecha salió despedida de sus manos escondidas, que llegaría a mi cabeza si no me apartaba en poco tiempo. Sin embargo nos separaban más de cuarenta metros, por lo que no me resultó difícil esquivar su ataque. Me moví hacia mi izquierda, es decir hacia la derecha de mi enemigo. Mientras hacía el movimiento, Kalad se acercó a mí hasta que sólo nos separaron cincuenta metros. Pensé rápidamente en las opciones que tenía. La capa de aldea la había traído de forma que desde la posición de Kalad, resultaba invisible; me la coloqué de manera que me cubrió todo el cuerpo excepto el cuello y la cabeza. Sin embargo, era ligera y dinámica y estaba abierta por delante, por lo que no estorbaría al correr y con un simple movimiento podría deshacerme de ella. Si mi contrario quería jugar al escondite, yo también podía. Realicé un jutsu en pocos segundos y una nube se formó en el "cielo" de la Arena, justo encima de mi enemigo. Un movimiento en falso y sería atacado por una lluvia de agujas. Dicha nube no afectaba a mi sombra, puesto que no estorbaba las luces artificiales de las que gozaba el Coliseo. Me acerqué corriendo hasta que nos separaron treinta metros, esquivando las rocas que había sueltas, a la vez que hacía el Kawara Shuriken, esperando que mi enemigo no pudiese esquivarlo, y aguardé una vez más a que Kalad decidiera hacer algo.

jutsus:

acciones:

gastos y daños:

Las trampas puedes ser lo mío, mi forma de hacer que los rivales caigan en ellas a veces resulta una tontería, pero esta vez había dado en el clavo.

Había caído en mi trampa, la ninja que estaba combatiendo contra mí había caído en la trampa que tenía formada para ella. Justo después de lanzar mi flecha, debajo de mi capa, durante los uno coma cinco (1,5) segundos en los que avanzo doce (12) metros hasta ponerme a cincuenta (50) de mi rival, me ha dado tiempo de sobra, debajo de mi capa a hacer un sello con ambas manos para que encima de mi rival, a unos ocho (8 ) metros encima de la ninja contra la que estaba luchando, se creara una nube de unos seis (6) metros de radio. Justo cuando mi rival consiguió esquivar la flecha que yo le había enviado un rayo por mi dedo hacia esta nube para que ella descargue dos lluvias de senbon y un relámpago que cayeron sobre la cabeza de mi rival la cual no tendría ninguna posibilidad de esquivar puesto que la velocidad de los senbon y el relámpago era muy alta y en menos de medio segundo habría alcanzado la posición de mi rival sin ninguna posibilidad de que este hiciera ningún jutsu, ni si quiera por el conocido cambio, el Kawarimi no Jutsu. Después de que mi rival cayera bajo mi trampa, avancé hasta estar a cuarenta y dos (42) metros de mi rival, con una nueva estrategia en mente para que mi rival hiciera lo propio, que sería caer en ella estrepitosamente como en esta ocasión. Había sido relativamente fácil hacer que ella fuera pasto de las dos lluvias que hice, también del relámpago, veremos como sigue el combate, veremos como mi rival hace lo que crea conveniente para conseguir salir bien de este combate.

Acciones:

Gasto y Daño:

Estado:

Palabras:

off rol:

Me había puesto bien la capa, y al acercarme a mi oponente, el Kawara Shuriken le había dado de lleno. Ahora sólo nos separaban treinta metros, y no necesitaba más distancia entre nosotros. La nube tenía un diámetro de diez metros que tenía a Kalad como centro. Era una nube bastante baja, pues se encontraba sólo un metro por encima de mi oponente. En un segundo, bajo la capa, señalé la nube con mi dedo índice y con la otra mano mi objetivo; en otro segundo una lluvia de agujas cayó sobre mi enemigo, segundo que usé para realizar el mismo movimiento y que la lluvia continuase durante dos segundos, cayéndole directamente en la cabeza. Mi enemigo no podría escapar de esos dos ataques; lo primero, se encontraba a demasiada poca distancia de la nube como para poder reaccionar a tiempo. Y por último, aunque él no se había dado cuenta de cómo mi sigilosa sombra se había acercado a él segundos antes de atacarle, pues previamente había realizado un genjutsu para que se viera incapacitado. En esos cuatro segundos mi enemigo no se podría mover, y en los siguientes tampoco, pues se hallaba sujeto a lo que yo hiciera.

acciones:

jutsus:

gastos y daños:

explicación:

Off rol:

Mi enemigo había hecho que mis acciones hubiera sido válidas para contrarrestar su esquive frente a mi flecha, igual que había servido acercarme a ella sigilosamente sin que se diera cuenta de que mi nube estaba justo encima de ella, en el momento justo en el que cayó la andanada que lancé por la nube la cual, en el medio segundo que tardó todo en descargar desde la nube hacia la shinobi, yo me dispuse a volver a realizar todo lo que tenía pensado desde el momento en que mi nube dio en el clavo, la cual nada más hacer que todo cayera sobre la dama que tenía delante, se disipara. En el cero coma cinco (0,5) segundos que tardo en avanzar hasta ponerme a una distancia de treinta y ocho (38 ) metros, hago un sello con ambas menos, después de pararme sigo haciendo el sello cogiendo cero coma veinticinco (0,25) segundos de estar parado. En el momento que termino de hacer el sello, apenas un cuarto de segundo después de pararme y colocarme a treinta y ocho (38 ) metros del enemigo, emito un destello desde mi cuerpo que deja a mi rival completamente cegado durante unos cinco (5) segundos, tiempo suficiente para que sin que ella si diese cuenta, otra nube se forme encima de su cabeza, haciendo que, con mi movimiento de dedo hacia la nube y hacia mi contrincante, la misma técnica de antes caiga sobre ella, la lluvia de senbon, la cual pude hacer con el mismo movimiento de antes, que cayera sobre ella una vez más, dos lluvias de senbon que hicieron que mi rival quedara casi inconsciente, apenas de quedaba vida a la pobre mujer que estaba allí delante de mí, decidí pensar durante unos segundos que hacer, la verdad que desde el momento en que me dijeron que iba a combatir otra vez en el coliseo, en el momento en que después de todo el tiempo que llevaba sin entrenar buscando a mi querido padre, el cual me había abandonado siendo un niño, siendo meramente un niño a merced de todas las cosas malas que a este le pudieran pasar, pensé que iba a ser derrotado sin tener ningún tipo de posibilidad frente a nadie.

Sin duda mi padre, estuviera donde estuviera, estaría orgulloso de lo que había hecho en este combate, pero no solo por este, si no por todo, todo lo que había hecho hasta ahora, lo había hecho por él, quería conseguir que en el momento en que diera con él y lo encontrara, quiero que se diera cuenta del verdadero ninja en el que me he convertido, en el que verdaderamente soy, porque todo lo que había hecho hasta ahora sería para que en el momento en que diera con el paradero aún desconocido de mi padre, enseñarle lo que verdaderamente he conseguido por mis propios medios, conseguido por entrenar duro, día si y día también, aun que por supuesto, sus libro me había servido muy bien, habían conseguido que aprendiera cosas que ni sabía de su existencia, los elementales para mi siempre fueron Raiton, Suiton y Katon, no sabía que existieran los jutsus de los elementales de tierra en el caso de Doton y el elemento viento en el caso de Fuuton, aunque también existían varios elementos que no conocía, también estaban los conjuntos, es decir, los que se consiguen juntando varias naturalezas de chakra. Estuve pensando esto durante mucho tiempo, ¿qué segundos elementos hubiera cogido mi querido padre si estuviera en mi lugar? El fuego estaba claro que no era lo mío, no pegaba ni con cola con mi elemento por excelencia, el rayo o Raiton. Después del fuego se encontraba en escala de prioridad, el viento o Fuuton, el cual me podría ser de ayuda en cuanto a sus movimientos porque según tenía entendido, desplazaba al enemigo hasta una distancia del jutsu Fuuton propio, eso me podría servir de ayuda. Después del elemento Fuuton o viento, estaba la tierra o Doton, el cual tampoco conocía a la perfección, pero supongo que no sería muy complicado de controlar puesto que era tierra, nada más. Y por último, uno de los elementales que si que conocía y que conocía bastante bien, pasarse las tardes leyendo pergaminos y libros acerca de los elementales la mayoría de las veces viene bien y a mí nunca me ha costado leer nada, y más si es algo que me interesa. Se trataba del elemento agua o Suiton, el cual funcionaba muy bien con mi elemento, el Raiton, estuve muchas veces pensando en cogerlo, en intentar convertir alguno de sus jutsus en mío, intentar aunque fuera por una vez controlarlo, intentar hacer algún jutsu, mío.

Aunque seguía teniendo algo pendiente, la ninja que allí estaba, estaba realmente exhausta, la pobre había sido atacada por un jutsu que deja completamente derrotado, y más si este cae sobre la cabeza del ninja sin pensarlo, no quería acabar con ella, no quería ser el verdugo de su derrota en esta batalla, por lo que sin tener que matarla ni nada, puse punto y final a este combate. Un pequeño rayo de charka Raiton salió de mi dedo en busca de el pecho de la ninja, en cuanto hubo recorrido los treinta y ocho (38 ) metros que nos separaban, la ninja cayó al suelo sin apenas fuerza, aquellas descargas la habían dejado sin fuerza, por lo que me dispuse a salir de la arena, hacia la puerta, en busca de mi recompensa por la victoria.

Acciones:

Gasto y daño:

Estado:

Palabras:

Estado del personaje:

daños reales a kori:

Mi contrincante decidió limitar mi visión haciendo un gentoshin. En cuanto lo hizo, en un segundo hice otro que lo dejaría ciego a él también. Si quería jugar con la falta de visión, ahí tenía para entretenerse cinco segundos. Sin ver, no podía saber a donde dirigir sus jutsus, pues no sabía dónde me encontraba. A mí se me pasarían los efectos del gentoshin un poco antes. Podía jugar con ello. Corrí a ciegas hacia él en zig-zag, de forma que por el ruido no sabría de dónde procedía el sonido, confundiéndole de esta manera. Por la memoria que tenía, sabía dónde me encontraba aunque no pudiera ver. Había avanzado 10 metros, en los cinco segundos durante los que me quedé ciega, pues no había corrido al máximo de mi capacidad. Cuando se me acabó el efecto, me fijé en que había varias piedras de un tamaño parecido al mío a unos veinte metros de mi contrincante.

jutsus:

acciones:

gastos:

Off:

La victoria estaba cerca, después de hacer el Gentoshin tenía un tiempo de cinco (5) segundos antes de que ella se quedara fuera de la ceguera que yo le había dejado, pero tampoco quería que todo ese tiempo pasara, puesto que mi enemiga estaba cegada y exhausta, pero no manca, y podría hacer algo de lo que me podría arrepentir bastante. Justo después de hacer el Gentoshin dejando a mi enemiga cegada, miré hacia arriba y vi que la nube que había formado para atacar a mi enemiga, se había disipado, había sido el momento justo para acabar, pero la fortuna que jugó una mala pasada, por lo que hice un sello con ambas manos y una cantidad de chakra formó otra esplendorosa nube encima de la cabeza de mi contrincante, a más o menos dos (2) metros encima de su cabeza, después de eso ataqué para poner punto y final a este combate y con un simple vistazo a la nube, un relámpago cayó sobre mi enemiga al mismo tiempo que yo me daba la vuelta para salir del lugar, había ganado el combate.

Acciones:

Gastos y Daños:

Estado:

Palabras y Expriencia:

El ninja había sido inteligente. Había hecho un gentoshin, dejándome ciega y sin capacidad para esquivar sus ataques. Lo había aprovechado bien, y sin embargo, cuando me venció, no me importó. Si quería jugar con eso, habría una revancha en la que no se podría aprovechar de mi invisión. Desde luego, eso suponía un gran problema para un ninja para mí, y no era la primera vez que resultaba vencida por la misma razón. Por lo tanto, cuando estuviese a solas en mi hogar, pensaría en ello con tranquilidad. De momento sólo podía esperar a luchar de nuevo contra él.

entreno:

Usui: 300 ryos, 60 exp, 4 PR.
Kori: 5 exp, 2 PR.

Revisados los entrenamientos.