Eevee Vs. Dark Lady

Una vez más, tendré un combate en el Coliseo. En tiempos lejanos me resultaba imposible incluso llegar a imaginar que algún día llegaría a entrar en la arena, aunque fuera de espectadora. Recuerdo los entrenamientos tan simples que hacía, sin tener ni idea de lo que hacía y usando sólo la lógica, pues mis padres -a los que algún día tendré que volver a ver, pues me escapé- no eran ninjas y no les gustaba la idea de que yo lo fuera, e intentaron en numerosas ocasiones impedírmelo, pero a lo largo de los años aprendieron a dejarme crecer sola y a entender que mi sueño era imparable. Y aunque me dejaran entrenarme a solas, siempre sola, lo que nunca me dejaron fue empezar mis estudios más formales como ninja. Aprendí lo básico, cosas que veía hacer en ocasiones de casualidad, e intentaba repetirlo en mi pequeño rincón del bosque. El rincón consistía en una cueva que descubrí por casualidad, y dentro había árboles extraños y pequeños animales que nunca había visto en las otras zonas del bosque. El sitio en cuestión parecía un milagro natural, preservado desde hacía mucho tiempo. Puede que pareciera una crueldad practicar en un lugar como ese, pero siempre procuré (y conseguí) dejarlo tal como lo encontré, incluso mejorándolo respecto a mí, sin hacer daño alguno a los misteriosos habitantes de la cueva.
Quizás en el futuro vuelva a la casa de mis padres, y quizás desde allí pueda encontrar el camino al tan especial lugar para mí, guiándome por los recuerdos.
Y esto lo pienso mientras camino por las calles, cubierta con un largo abrigo, para no pasar frío, oscuro, teniendo debajo de éste mi uniforme personal de combate. En nada entrará el invierno, y eso se nota. Cuando me saco los pensamientos de la cabeza, me doy cuenta de que ya he llegado al Coliseo. Me quito el abrigo, que dejo tirado de mala manera en el suelo, me pongo la máscara y entro en la arena.
Mi contrincante no ha llegado todavía. Son las ocho de la mañana. Sé que es un rival fuerte, pero esta vez no me dejaré ganar tan fácilmente. Observo el terreno. La puerta de mi enemigo está a unos cien metros, y entre puerta y puerta hay dos árboles grandes y piedras sueltas por un lado y otro de la arena. Estoy deseando que me llegue mi enemiga...

info:

Información de la arena:

Poco tiempo faltaba para que llegara el amanecer mientras yo corría por los caminos que me llevaban hasta el coliseo. Se me había hecho tarde, pero estaba decidida a llegar a tiempo a la arena en que tendría la contienda. Me habían dado una hora para el combate, momento en que tenía que llegar, puntual como todos los demás días. Levantarme no me resultaba demasiado problemático, pero la llegada había sido diferente aquel día. Una línea del sol se comenzaba a ver por el horizonte, entre las montañas del país de la roca.

El amanecer llegaba, aunque apenas eran las ocho. La fachada del coliseo estaba ante mí, con sus puertas, columnas y demás. El invierno se hacía presente, reduciendo las horas de sol que tenía cada día, provocando un tardío amanecer que en verano habría llegado varias horas antes. Y es que las cumbres de las montañas ya se mostraban cubiertas de una densa capa blanca, testigo de las innumerables ventiscas que había en el país de la roca, en que se escondía Iwagakure.

Los pasillos aún permanecían iluminados de diversos modos artificiales, mostrándose en el día que la luz del amanecer no era suficiente para alumbrar todo. Recorrí el lugar hasta llegar a los vestuarios, en que me quité la capa de la villa y me puse la máscara marrón que solía llevar conmigo en el coliseo de batalla. Me cubrí con una capa completamente negra y comencé a caminar en dirección al campo de batalla, en que se llevaría a cabo la contienda.

La joven Dark Lady me esperaba a cien metros de distancia aproximadamente, pues apenas se había atrevido a salir… ni siquiera había avanzado diez metros. Me costaba distinguirla entre la oscuridad, pues las paredes del coliseo impedían que llegaran hasta la arena los tempranos rayos de sol que se vislumbraban en el horizonte desde fuera del edificio. Caminé al frente después de hacer un sello con una mano, cuando mi cuerpo iluminaba el camino que debía seguir. Había innumerables piedras en la arena, lo que me obligaba aún más a realizar el jutsu. No me apetecía fastidiar mi entrada en el coliseo con una torpe caída.

Mi cuerpo emitía una luz tenue, pero suficiente para poder ver lo que tenía delante, así como para distinguir a mi oponente entre las sombras que había a su alrededor. Ella podría verme perfectamente a mí, pues la luz que emitía esquivaba las sombras, mostrándome mientras caminaba por la arena en su dirección. Posiblemente la luz le molestaría a la vista en un principio, acostumbrada a la oscuridad anterior. Sin embargo, la iluminación no era suficiente como para cegarla.

Mi contrincante podría ver también cómo una aguja de cristal rosado se dirigía hacia ella a gran velocidad, aunque habiendo cincuenta metros de distancia entre nosotras no le sería demasiado difícil esquivar mi ataque.

Información:

Acciones:

Gastos y daños:

Llega la llamada Eevee a la arena. Tiene el cabello rosa, largo y recogido en una coleta. Su máscara es marrón con orejas puntiagudas, como de zorro. Sus ropas se parecen a las mías, negras, ajustadas y escotadas. Puedo verla con claridad ya que su figura irradia una leve luz, que no me molesta lo más mínimo, e incluso agradezco.
Mi enemiga me lanza de repente una aguja cristalina de color rosa, que se acerca hacia mí velozmente; sin embargo, la distancia es muy grande y puedo sin problemas esquivar la afilada arma.
A continuación, sin moverme de mi lugar, s hago un sello con mis manos y acumulo electricidad en ella, para luego lanzarle una esfera llena de corriente, que dudo que vaya a darle, pero me servirá para distraerla.

Spoiler:

gastos y daños:

En el momento en que mi cuerpo comienzó a emitir una tímida luz que iluminaba levemente la arena, pude distinguir con mayor claridad a mi oponente. Apenas se había desplazado, quedándose cerca de la puerta por la que había salido y obligándome a avanzar en su lugar. Había llegado en poco tiempo al medio del campo, pero la distancia que aún se abría entre mi persona y el objetivo que tenía era demasiado grande aún. Cincuenta metros no me limitaban al máximo, pero sí ofrecían más posibilidades para que yo fallara en las ofensivas. Podría atacar desde cualquier distancia, pero de cerca mis ataques podían resultar mucho más eficaces, teniendo una larga lista de ofensivas añadidas a las que podía utilizar en la lejanía.

Pensando simplemente en alcanzar una mejor forma de atacar a Dark Lady, comencé a caminar de nuevo en su dirección. La luz que emitía mi cuerpo no desaparecía, mostrándome así el recorrido que mis pies debían seguir para llegar hasta la joven, dejando a la vista los obstáculos que debía esquivar. Pude ver cómo mi contrincante, tras hacer los sellos convenientes, creaba una chisporroteante bola de electricidad en sus manos que después lanzó en mi dirección. No necesité parar ni desviarme para esquivar el ataque de mi oponente, simplemente seguí avanzando hasta el momento oportuno. Cuando la esfera estuvo a la distancia justa, en mi lugar apareció una figura de cristal rosado semejante a mí. Yo permanecía a cinco metros de distancia, quedando el clon a mi izquierda. La esfera impactó contra el cristal, rompiéndolo en pedazos. Sin distraerme, continué mi camino en dirección a Dark Lady.

Cuando llegué a los veinticinco metros de distancia, frené el paso y miré a mi contrincante. La larga melena rosa caía tras mi espalda en una cascada que se antojaba interminable, sujeta cerca de su comienzo con un lazo negro y fino. Al mismo tiempo una capa negra cubría mi cuerpo, dejando poco más que la cabeza y las manos a la vista. La mezcla del frío que traía el invierno y la brisa matinal me obligaban a cubrirme y protegerme de los helados brazos de la estación. No quería resfriarme.

Estando a veinticinco metros de distancia de mi oponente, realicé un sello con ambas manos y esperé mientras una esfera chisporroteante de electricidad semejante a la que antes había impactado contra mi clon se creaba entre mis manos. Tal vez Dark Lady quedaría confundida, al ver que teníamos el mismo elemento. Sin embargo, si hubiera distinguido las técnicas de cristal que anteriormente había utilizado, sabría de mi clan. Y si, por mera casualidad, estuviera informada sobre el clan Guren, sabría que yo dominaba el elemento avanzado Shoton, que me permitía utilizar ofensivas, defensivas y demás de cristal. Cualquier gennin con sentido común sabría que Shoton requería Raiton y Doton, así como una barrera de sangre.

Tal vez aquello sería demasiado para que mi contrincante lo entendiera, por lo que simplemente esperé, intentando descubrir si se sorprendía o no. La esfera se dirigía hacia ella a una velocidad bastante elevada, al igual que mi control del chakra. Los diversos entrenamientos que había realizado me permitían atacar con confianza a mi contrincante.

Acciones:

Gastos y daños:

Veo con claridad lo que acaba de hacer mi enemiga; una esfera de electricidad idéntica a la que acabo de hacer yo, que envía en mi dirección. Bueno, no realmente en mi dirección, pues Eevee ha lanzado su ataque al lugar por el que he cambiado mi posición con una de las muchas piedras que hay en la arena, grandes o pequeñas, en este caso bastante grande, como de mi altura, lo único que tumbada. Dicha piedra está (estaba) en diagonal a mi anterior posición, pudiendo cambiarnos tranquilamente y esquivando sin problemas su ataque. Ahora me encuentro a unos 15 m de ella, pero corro rápidamente hacia ella hasta estar a su lado y aprovecho para hacer un jutsu, un puño de rayo. Cuando lo he hecho me alejo rápidamente, no quiero estar cerca de ella, y consigo estar a una distancia de unos 45 metros de ella. Espero que le dé, aunque seguro que ha estado atenta y lo es capaz de esquivar.

jutsus:

gastos y daños:

En poco tiempo pude ver que mi esfera de electricidad impactaba contra una de las piedras que había en la arena. Inmediatamente busqué con la mirada a mi oponente, la vi a quince metros de distancia de mí misma. Empezó a correr en mi dirección, pero aunque a ella misma le habría parecido que iba muy rápido, desde mi punto de vista Dark Lady corría a una velocidad que dejaba mucho que desear.

Esperé con paciencia mientras mi rival se acercaba a mí, seguramente queriendo atacarme cuerpo a cuerpo. Supuse que entonces era más fuerte en las cercanías, pero poco importaba ya, pues no llegaría lo suficientemente cerca para atacarme… eso si quería llegar a mi altura. Cuando estuvo a cinco metros de distancia, hice varios sellos con ambas manos y pude comprobar cómo en centésimas de segundo aparecía tras su espalda. La técnica que había utilizado era muy sencilla para mi nivel, pudiéndola aprender también los gennins que llevaban poco tiempo en el camino del ninja. Era un jutsu común que daba bastantes posibilidades en los combates.

A mí, personalmente, me gustaba mucho la técnica. Sin embargo, había dejado de utilizarla tanto como antes. Cuando estuve tras la espalda de mi rival, me limité a utilizar, como anteriormente, una técnica de un nivel inferior al mío. Había decidido utilizar en su mayor parte técnicas elementales en el combate, pues era una forma de entrenarme. Alguna vez podrían faltarme los jutsus a los que tanto requería en las contiendas, y tenía que valérmelas de alguna que otra forma.

Así, cargué mi puño de electricidad en poco tiempo hasta que pude ver cómo emitía la débil corriente eléctrica. No podía distinguir ningún destello, pues mi propio cuerpo estaba encendido, pero sí notaba la corriente eléctrica que recorría mi mano. No necesité más preparativos para atestar un puñetazo en la espalda de Dark Lady, dañándola. Si ella no pudiera esquivar mi golpe, quedaría tres segundos paralizada, sin poder hacer ningún movimiento, para después caer al suelo inconsciente. Podría oír los suspiros del público, los gritos ahogados que mostraban su sorpresa. Yo había sido rápida, seguramente nadie había esperado esa reacción de mí, pero mi querido público me conocía lo suficiente como para saber que yo daba lo mejor que podía en cada combate.

Cuando Dark Lady estuviera en el suelo, yo comenzaría a caminar en dirección a la puerta por la que había entrado mientras los médicos que curarían las heridas de mi oponente saldrían por la contraria para llevársela. La joven se me había resistido más de lo que yo había esperado, pero finalmente el combate había cedido a mi favor.

Acciones:

Gastos y daños:

Cuando corro hacia mi enemiga, ésta desaparece de repente, y me doy cuenta con horror de que Eevee se encuentra justo detrás de mí. Me gustaría escapar de aquí pero sé que soy menos rápida que ella, aparte de que no sé si es la rabia de no poder hacer nada que mi boca no me responde para pedir ya la derrota y evitar el daño. Sólo puedo esperar a que mi enemiga decida hacer cualquier jutsu para ganarme. Usa una técnica de mi nivel, cosa que me sorprende, pero tampoco necesita usar una gran técnica para ganarme en este momento. Pierdo el conocimiento rápidamente, y me arrepiento de no haber hablado antes.

Revisado.
Shika: + 300 Ryos. + 45 Exp. + 4 Pr.
Kori: + 45 Exp. + 2 Pr.