Equipo Impacto

Comenzamos a andar por el pasadizo que se había abierto y que nos había llevado a otro túnel, avanzábamos juntos, quizás ahora Kazuma-san obtendría indirectamente el titulo de líder, ya había pasado un tiempo desde que nos separamos del pequeño líder Sokka, y en un determinado punto pudimos ver tres figuras, aparentemente humanas, ¿Qué serían?

Tres ninjas putrefactos habían aparecido en el túnel, realmente no creía que fueran a darnos un vale de descuento en una tienda de ramen, eso no era un concurso, y los ninjas putrefactos estaban dispuestos a matarnos, me coloqué en posición de defensa, para esquivar cualquier ataque o jutsu que pudieran usar en nuestra contra, me concentre en el combate, y comencé a inspeccionar y analizar al enemigo, observando también a los miembros del equipo.

Llevaban armas, shurikens, kunais… Muchas armas como las que vimos anteriormente en el poblado abandonado, pero estas estaban en buen estado, y podían hacernos daño, los ninjas putrefactos comenzaron a lanzar una lluvia de kunais, shurikens y otras armas ninjas, al ver como estas se dirigían hacía nosotros solo pude decir.-Kazuma-san-.Él podría parar fácilmente las armas con su arena, aun que siempre podría pasar algo que le impidiera hacerlo, quizás el veneno le paralizaba o simplemente tardaba en reaccionar ante el ataque enemigo, cosa que dudaba, aun que si esto llegara a pasar, usaría el Mizu Kawarimi y podría esquivar la lluvia de armas.( off:Esto sería en caso de que Kazuma no postee)

Kiara no espero a que el Sabaku pudiera actuar, y se lanzo contra el enemigo usando su tele transportación y los kunays de tres puntas*¡Claro los kunays de Kiara!* Pensé cuando la vi lanzar los primeros, una ves esquivamos la lluvia de armas (off:Se cual sea, por la arena de Kazuma o por el mizu kawarimi) Los kunais, shurikens y demás armas, se habían quedado tiradas en el suelo, entonces Kiara retrocedió para nuevamente disculparse, sobre el ser o no ser inútil en aquel momento.

Uno de los ninjas putrefactos hizo unos sellos para después lanzar una bola de fuego, que vino directa hacía donde estábamos nosotros, me encontraba al lado de Kazuma, estire la mano que no llevaba el guante hacía la bola de fuego que venia hacia nosotros, y de la palma de mi mano estirada, salió un potente chorro de agua a presión, que al chocar con la bola de fuego levanto una columna de humo. Tras esto cogí el kunay de tres puntas de kiara y lo coloque en mi mano derecha, este tenía atado en el extremo el hilo ninja que llevaba en cima, pudiendo así recuperarlo en caso de un lanzamiento fallido.

Uno de los ninjas putrefactos había desaparecido, cuando la nube de humo se disipó.
-Uno posee el elemento Katon, posiblemente el que allá desaparecido posea el elemento doton y este bajo tierra, estad atentos-.Dije, colocando me nuevamente en una posición de defensa para poder esquivar cualquier ataque, respire.-Kiara no deberías de acercarte tanto a ellos, recuerda que puede que sean más veloces, y que llevan armas, podrían matarnos con un simple kunai en la cabeza, ten cuidado-.Odiaba depender de la gente, pero en aquel combate sin Kazuma no conseguiríamos mucho.

*Sokka, animo*

Off:

Spoiler:

Jutsu usado y aprendido
Palabras hechas sin contar este post 2403
Jutsu aprendido y usado
Suiton: Suihachi

Spoiler:

Gastos y daños

Spoiler:

Pero no me había sorprendido para nada. Tras dejar al pequeño Sokka a merced del azar y el destino, y ver el túnel que teníamos que cruzar, me esperaba cualquier cosa... Y a los pocos minutos de entrar en él, cómo no, unos enemigos putrefactos aparecieron de la nada. Nada más escuchar su llegada y verles, fruncí el ceño. Estaba harto de criaturas infestadas, y de que pusieran en peligro al grupo. Volvía a sentir la adrenalina recorriendo mis venas... Y no la desperdiciaría. En cuanto vi que una lluvia de shurikens se dirigía hacia nosotros, di una especie de "bofetada" al aire, y al momento mi calabaza estalló, haciendo así que la arena que portaba se expandiera desde mi espalda hacia delante, rodeándome por mi derecha, y alargándose hasta los diez metros de distancia, para realizar el movimiento que mi mano había seguido a esa distancia. así, intercepté los shurikens, y los desestabilicé para que cayesen en la dirección que mi arena les había golpeado. Ni siquiera hab´ñia escuchado a Nana... Pero sabía lo que tenía que hacer.

Acto seguido, vi la reacción de Kiara. Al entender el uso de sus kunais, no dudé en lanzar el que me había dejado, directamente a uno de los ninjas, para que ella pudiera atacar sin problemas y por sorpresa. Así conseguiríamos un porcentaje mayor de daño contra ellos.

- ¡¡¡KIARA!!!

Dije para avisarla de lo que hacía. Y mientras lanzaba el kunai, 10 shurikens se separaron de mi masa flotante de arena, para intentar impactar en dos de los ninja putrefactos.

Pero teníamos un nuevo problema, la bola de fuego del otro ninja, cosa que Nana solucionó en un momento. Ante sus indicaciones, muy razonables, no se me ocurrió mejor opción que levantar un pie con rapidez, y dar un fuerte pisotón al suelo. Esto haría que los que se encontraban a la vista se tambaleasen y cayeran al suelo, y si había uno bajo tierra, recibiría un impacto potente.

Lo bueno de estas técnicas, es que al no requerir sellos, mientras realizas una puedes hacer otra... Y mientras daba el pisotón, creé un sello con ambas manos, enviando desde mi cuerpo una potente onda de viento, que golpearía a los ninjas que quedaban en el túnel. Tras todo esto, llegaría mi cupo de posibilidades, y sólo quedaba ver el resultado de mis acciones. Pero desde luego, lo llevaban claro si pensaban (si es que esas cosas podían pensar) que iban a salirse de rositas.

Información de pj:

acciones y jutsus:

Gastos y daños:

*posteando*

Sokka proseguía caminando y caminando a través de aquel extenso túnel del cual no se sabía dónde acabaría. Tanto sería el tiempo que Sokka llevaba en aquel lugar que comenzaba a cansarse de andar y andar sobre aquel monótono túnel. Seguro que el resto del equipo impacto en estos momentos se lo estaría pasando "pipa" sin tener que andar a través de un lugar que era exactamente igual a cada metro que se avanzaba. A Sokka no le importaría encontrarse alguna piedra en su camino puesto que esto indicaría que el túnel no era circular (aunque Sokka solo había andado en línea recta) y que no estaba perdiendo el tiempo en aquel lugar. Como respuesta a los pensamientos de Sokka respecto a la monotonía del túnel, pronto llegaron a los oídos del pequeño niño ameniano unos golpes como pisadas de algo de gran tamaño. Las pisadas eran veloces y se acercaban cada vez más y más al punto donde se hallaba Sokka; este, por su parte, se había parado a esperar a que aquella cosa viniese a por él. Era la segunda vez que lo atacaban durante este examen y en ambos casos lo habían atacado de frente. Como en la primera vez, Sokka creó dos mariposas y tres pájaros todos ellos de papel mediante los sellos correspondientes y necesarios. La acción de ahora sería algo distinta a la que ocurrió en la primera sala. Debido a la estrechez del pasillo Sokka ordenó a las dos mariposas que volasen cerca una de la otra para no provocar un derrumbamiento. Si las dimensiones de lo que se aproximaba a Sokka eran similares a las que el pequeño se imaginaba le costaría mucho a aquella cosa que se le aproxima esquivar los ataques. A la visión de Sokka apareció una enorme figura que ocupaba casi en su totalidad el pasillo. Tal y como Sokka supuso, el monstruo tendría problemas para esquivar los ataques del pequeño sin embargo parecía muy resistente. La batalla iba a comenzar, el monstruo embestía hacía Sokka y las mariposas de papel volaban hacia el monstruo a una altura de un metro y medio respecto del suelo con un mensaje en las alas. "Te demostraré que la fuerza no está en el tamaño."
El monstruo de cuatro metros de longitud superaba con creces los setenta centímetros del pequeño Sokka; sin embargo, el pequeño gennin siempre se envalentonaba frente a rivales más grandes que él, es decir, la inmensa mayoría. Las mariposas de Sokka llegaron a su destino cuando el monstruo todavía seguía lejos del pequeño, no obstante el ninja no esperó a que el monstruo las leyera o a que se acercase más sino que las hizo detonar en cuanto pudo, dicha explosión afectó principalmente a una de las piernas del monstruo (la derecha) la cual medía dos metros de longitud. Los pájaros habían seguido a las mariposas a una distancia prudencial para no ser alcanzados por las explosiones, sin embargo tras el primer ataque los pájaros redujeron a cero la distancia que existía entre ellos y su objetivo atacando con las alas a la cabeza del monstruo. Sokka no se detuvo en el ataque sino que creó de golpe diez shurikens de papel mediante sellos con una mano y los lanzó todos y cada uno contra la pierna derecha del monstruo, la cual ya estaba dañada. Los ataques de Sokka iban haciendo mella en el monstruo porque este ahora tenía una pierna inutilizada debido al daño sufrido (la derecha) sin embargo no era bastante para derrotar a aquella abominación, sí para frenarlo en su envestida pero no para dejarlo K.O. Así pues, Sokka continuó la lucha realizando dos vendavales dirigidos al monstruo el cual ahora tenía menos movilidad y le costaría mucho más esquivarlos. Tras hacer eso el pequeño niño agarró dos shurikens, los arrojó al aire y les infundió chakra fuuton haciendo que girasen más deprisa. Cuando los shurikens alcanzaron al monstruo este comenzó a tambalearse, cayó de rodillas para después dar con la cara (si a aquello se le podía llamar cara) en el suelo. Por fin había quedado fuera de combate no obstante Sokka había gastado una importante cantidad de chakra, necesitaba recobrar el aliento. Sokka respiraba agitadamente, unas gotas de sudor frío recorrían su rostro naciendo desde su frente para terminar en su mentón. Sokka comenzó a caminar hasta llegar al lugar donde el monstruo había recibido los ataques y recogió los shurikens que había lanzado. Sokka miró al rededor del lugar. En el pasillo se podía observar la figura de cuatro metros del monstruo tumbado en el suelo y montones de papeles pisoteados. Aquellos eran los pájaros y los shurikens de papel que Sokka había creado y le dieron algo de pena. El monstruo desprendía un fuerte olor que le recordaba a algo ya olido por Sokka. En seguida encontró que era lo que buscaba en su mente. El brazo que el pequeño líder seccionó a la Namikaze olía exactamente igual a aquel deforme monstruo. Aquello era una gran cantidad de veneno en lo que una vez podría haber sido una persona. No obstante no era momento para pensar en eso, además esto debía de hablarlo la próxima vez que viese al equipo impacto si es que lo volvía a ver ya que podría ser que el pequeño pereciese en aquel lugar.
Sokka evitó rozar si quiera al monstruo así que dio dos saltos (cayendo entre los huecos que formaba el monstruo en el suelo) para evitar tocarlo. Tras hacer eso, Sokka continuó corriendo por el pasillo pues el olor del monstruo le había recordado que el también estaba envenenado y que quizás se podría convertir en algo similar si no hallaba el remedio.

jutsus:

gastos y daños:

OFF: Se salta a kiara. Continuad posteando normalmente.

Spoiler:

Kiara se había adelantado, tenía que aprender a observar al enemigo antes de actuar, ya que el acto que realizó sin pensar le había costado el otro brazo, los kunays de tres puntas ya no servirían más, el temblor provocado por el jutsu de Kazuma hizo que todos incluidos nosotros y los ninjas putrefactos cayéramos al suelo, la cosa se estaba complicando y no había trabajo en equipo, teníamos que atacar juntos, o al menos intentarlo, kiara ya no podría usar jutsus, en el suelo me acerque a ella, y le puse el kunay de tres puntas en la boca.-Como ya dije lucharas como sea-.Dije mientras me levantaba nuevamente.-Tenemos que trabajar en equipo-. Dije mirando a Kazuma.

De repente el ninja que poseía el elemento doton salió de la tierra, con un kunay en la mano dispuesto a clavárselo a Kazuma, rápidamente apreté fuertemente mi puño, para descargarlo con furia sobre el ninja putrefacto.-¡¡Vete al infierno!!-.Al estar en todo momento al lado de Kazuma no tardaría en darle a ese desgraciado, y tampoco creía que esquivara mi ataque tan rápidamente. Sería difícil trabajar en equipo, sin poder usar mi elemento ya que este podría perjudicar a Kazuma, y a el lo necesitábamos con seguridad.

Jutsus usados

Spoiler:

Daños y gastos.

Spoiler:

Tras ver el resultado de mis acciones, decidí que no podía cometer otro error como el que acababa de suceder. Más tarde, agradecería a Nana su ayuda... Pero por el momento, me concentré en la cabeza en bandeja que me había dejado ante mis ojos. Tras el golpe de Nana, el ninja que había osado atentar contra mi vida, estaba desprotegido, y yo tenía muy cerquita mi arena... Con una rapidez dictada por la ira y la rabia de sentirme un completo gilipollas ante el fallo anterior, dirigí una buena parte de mi arena contra el ninja que había anulado Nana, a la vez que de la misma arena salían diez shurikens, directos hacia él... Salvo uno. A la vez que había realizado esos movimientos con la arena, una pequeña avanzadilla en forma de nube de arena se había acercado al corrupto de las armas, aún en el suelo, y había comenzado a llover sobre él para paralizarle. El ninja más alejado de nosotros estaba a doce metros, y ese shuriken solitario, iba directamente hacia él, el ninja corrupto que había originado la lluvia de las armas... Así disminuiría un poco más su físico putrefacto.

Obviamente, ninguna de estas acciones necesitaron sellos, y se hicieron a una orden mía... Lo que me facilitó el realizar dos sellos con ambas manos. Primero, uno de naturaleza doton, el Iwa Fubuki, que iría directamente hacia el ninja katon, que estaría aún en el suelo. De esta forma, quedaría completamente destrozado gracias a la lluvia de tierra y piedras, y podría realizar mi segundo ataque, el Reppu, que alcanzaría al ninja de las armas, ya inmovilizado... Sólo quedaba acabar con él, y contaba con Nana para ello. Aunque, por si la fuerza de Nana no era suficiente, me arriesgué a lanzar mi único kunai, contra el cuerpo del ninja, para clavarselo y dañarle.

Me estaba esforzando bastante en realizar todos los ataques posibles. Sabía que de mí dependían Nana y Kiara, ya que era el único que podía atacar a distancia... Así que, esta vez sí, las defendería a costa de mi vida.

información de pj:

acciones y jutsus:

gastos y daños:

Las habilidades del pequeño niño de cinco años impresionaron hasta al propio Sokka. No esperaba derrotar tan rápido a aquella abominación que embestía hacia Sokka puesto que parecía poderoso y, además, estaba como una prueba del examen chunnin. Sin embargo el pequeño niño estaba dando lo mejor de sí mismo y, aunque esto le sugería un gran esfuerzo, no pensaba en parar de hacerlo lo mejor posible puesto que su vida dependía de ello. Era por esto mismo que el pequeño Sokka esperaba que el resto del equipo impacto estuviese haciéndolo también lo mejor posible para poder aprobar el examen chunnin puesto que era necesario que juntos, como equipo, se ayudasen mutuamente para sobrevivir y superar todos los obstáculos propuestos en su examen de acceso a grado (o rango) chunnin. El ser derrotado por Sokka desprendía un fétido olor a putrefacción a causa de todo el veneno que componía su cuerpo. Algo en el fondo del subconsciente de la mente del pequeño Sokka le intentaba decir que se acordara de algo, algo muy importante y, gracias al fétido olor del monstruo, la voz del subconsciente fue escuchada. Sokka acababa de acordarse de que el mismo veneno que componía al ser derrotado por el pequeño niño corría por las venas de joven victorioso y justo por ese motivo debía apresurarse en terminar el examen chunnin o hallar la cura para el veneno. Por esta misma razón fue por la que al pequeño Sokka casi se marcha sin un importante objeto que portaba el monstruo recién derrotado aunque el pequeño niño todavía no lo sabía. Sokka se fijó en la cintura llena de pústulas del monstruo derrotado y halló un cinturón que portaba unas llaves de metal corroídas por estar en un contacto continuo con la venenosa piel de aquella abominación. Por eso, cuando Sokka cogió el manojo de antiguas llaves vio que todas y cada una de las llaves excepto tres de ellas estaban derretidas, oxidadas y con formas extrañas y retorcidas. Sin embargo, Sokka cogió el manojo de llaves con cuidado de no tocar la piel del monstruo, puesto que ya tenía suficientes experiencias con el veneno, por el aro de las antiguas llaves. Observó detenidamente las llaves oxidadas hasta y una opresión del estómago hice que un gas subiese por el esófago del pequeño hasta llegar a la campanilla donde se encontró con una mucosidad lo que provocó una arcada en el pequeño Sokka y acto seguido el niño de cinco años soltó el gas por la boca en forma de un pequeño eructo. Este hecho hizo que Sokka dejase de observar las llaves, se las guardase y continuase corriendo para llegar al final del camino. El monótono pasillo se repetía a cada metro y medio de distancia y era exactamente igual a ambos lados, o lo que es lo mismo, el pasillo reflejaba una perfecta simetría a cada metro y medio a ambos lados del pasillo indicando que aquellos que lo habían construido lo hicieron de forma minuciosa y concienzuda. Así pues también reflejaba o bien la esclavitud que una vez existió en aquel lugar o bien el exceso del tiempo libre que había entre las gentes que habitaban aquel ahora desértico lugar. El pequeño Sokka continuó caminando por el pasillo hasta llegar a una especie de zulo como el que le había llevado allí arriba. Mientras caminaba las arcadas del pequeño Sokka habían ido a más y a más, de vez en cuando Sokka expulsaba por la boca una mucosidad viscosa y rojiza del tamaño de una canica caliente. Además, Sokka había comenzado a tener frecuentes toses que cada vez se tornaban más y más fuertes. Cada vez que Sokka tosía un ardor subía por el pecho de Sokka entre los pulmones y cuando llegaba a la boca salía sangre. Sokka rápidamente asoció estos sucesos con el veneno. Casi ya sin fuerzas, Sokka llegó al ascensorito. El sudor frío recorría la frente de Sokka, las gotas de sudor nacían en la piel sobre las cejar para acabar en la punta de la nariz del pequeño niño. La respiración entre tos y tos era acelerada, inspiraba y expiraba agitadamente. Una arcada se convirtió en vómito y salieron un par de mucosidades de mayor tamaños que las de antes y un pequeño charco de sangre se formó en el suelo. Sokka al menos había llegado ya al zulo y si estaba sufriendo estas nauseas y vómitos seguro que sus compañeros también los estarían sufriendo. Sokka entró en el zulo-ascensor y se fijó que también había un hueco para la esfera como en el anterior zulo. No obstante en este zulo también había una ranura similar a una cerradura y entonces lo recordó y asoció ideas. Seguramente el monstruo de antes sería una especie de guardián de algún tesoro o sala secreta. Sokka introdujo en la ranura la llave correspondiente y una trampilla secreta se abrió en uno de los laterales del zulo, dentro del cajetín había una serie de frascos de un color azul celeste ordenados de una forma perfectamente simétrica. Sokka cogió uno de esos frascos, lo olió, descubrió que no olían a nada (aunque poodría ser que tuviese un olor amargo pero que no fuese percibido por el olfato de Sokka debido a que este había sido sometido a oler fuertes y fétidos olores) y decidió tomarlo. Las pupilas gustativas del pequeño niño sufrieron bastante al tomar la poción. Un horrible sabor invadió toda la boca de Sokka sin embargo instantáneamente se comenzó a sentir mejor. El ardor del pecho había desaparecido, ya no sentía escozor en ninguna parte y la tos se había esfumado sin dejar rastro. No volvió a escupir ninguna mucosidad rojiza y se sentía con las fuerzas renovadas. Era como si Sokka acabara de revivir y más aun estando tan cerca de la muerte dolorosa. En el rostro de Sokka se esbozó una sonrisa y tuvo por fin un pensamiento feliz durante los chunnin. Sokka cogió tres frascos más para el resto del equipo impacto si es que se volvía a encontrar con ellos que seguramente también estaba moribundos como él había estado hace un instante.
Sokka, con los frascos del valioso líquido ya guardados, colocó la valliosísima esfera en el pedestal del zulo. La trampilla se cerró acto seguido y el zulo comenzó a descender. Sokka intentó volver a girar la llave sin embargo no pudo y cuando la intentó sacar tampoco tuvo éxito. Debía de ser un vez por cliente o algo así. El zulo descendía como la primera vez. Una leve sacudida puso en marcha el mecanismo. A lo lejos se podía oír el ruido de un antiguo motor muy aparatoso y de poco rendimiento. En seguida Sokka notó como el habitáculo en el que se hallaba comenzó a descender lentamente. Un sonido algo estridente indicaba, como había ocurrido la primera vez, al joven que aquellos mecanismos de ascensión y de descensión no se habían utilizado en mucho tiempo y algo decía al joven gennin que dicho aparato no había pasado una prueba mensual de mantenimiento/rendimiento. Mientras descendía, se podía oír el chirriar que se producía cuando una polea (o varias poleas) oxidada estaba girando. Esto reafirmaba la teoría de Sokka de que era evidente que se podía decir que aquel lugar estaba completamente abandonado. Tras un largo tiempo de bajada, perfecto para dejar al pequeño Sokka que reflexionara sobre los acontecimientos ocurridos recientemente, el aparato por fin se detuvo dejando a la vista un nuevo hueco por el que el pequeño gennin debería salir del zulo. Fuera del zulo le estaban esperando el resto del equipo impacto y todos tenían tan mal aspecto como el que había tenido Sokka antes de tomar el antídoto. Rápidamente y sin intercambiar palabras Sokka salió del zulo volviendo a convertirse en el líder del equipo impacto y les proporcionó a cada uno de los miembros del equipo impacto un frasco con el antídoto. Sokka indicó al equipo impacto que lo bebiesen y que se sentirían mejor. Los tres gennins obedecieron a Sokka y ocurrió lo mismo que cuando este se hubo tomado el antídoto. Al parecer la ninja médico había intentado mantener lo más sano posible a los integrantes del equipo impacto y aquello había hecho mella en sus reservas de chakra agotándolas casi por completo y el que desapareciese el efecto dañino del veneno en los shinobis sería, seguramente, ampliamente agradecido por Nana (la ninja médico). Tras una hora de andar por los pasillos del lugar llegaron a una verja bastante grande. Cuando la pudieron atravesar el equipo impacto entró en un recinto algo similar al coliseo de batalla situado en los enclaves del País de la Tierra que solía frecuentarse por algunos ninjas que buscaban fama y dinero. El eco condujo unos graznidos muy extraños hasta los oídos del equipo impacto. Una de las gradas del lugar salió volando destrozada convertida en escombros y un nuevo obstáculo apareció. Un ser amorfo, increíblemente asqueroso, que produciría arcadas solo con verlo se alzó frente a los cuatro gennins. Un enorme cuerpo de ave, que tenía dos cabezas, unas alas deformes, cuatro brazos y que tenía un estridente graznido. Medía siete metros y era muy muy ágil para su inmenso tamaño. Desprendía un pútrido olor que hacía que diera ganas de vomitar nada más abrir la boca. Sin embargo la lucha debía de comenzar. Rápidamente el equipo impacto al completo reaccionó ante la presencia del gran obstáculo demostrando una gran coordinación entre los miembros. Los cuatro gennins parecían entenderse con solo una leve mirada y Sokka procedió a atacar al obstáculo de los chunnin. Sokka, al igual que el resto del equipo impacto, esquivó con facilidad el coletazo que había realizado el monstruo de dos cabezas. El pequeño niño de cinco años creó dos mariposas de papel que volaron dirigiéndose a una cabeza. Tras eso creó tres pájaros, también de papel, que se dirigieron a la misma cabeza a la que habían ido las mariposas. Las mariposas explotaron cuando estuvieron a la distancia indicada por Sokka alcanzando a una de las cabezas y acto seguido los tres pájaros de papel atacaron a la vez a la misma cabeza causando la un elevado daño. Sokka no pararía ahí sino que continuaría creando diez shurikens de papel y se los lanzó a la otra cabeza. Tras realizar eso el pequeño Sokka realizó dos vendavales con un sello con ambas manos que fueron lanzados contra la primera cabeza. Si la lucha continuaba de esta forma y si el equipo impacto se compenetraba tan bien como lo estaban haciendo hasta ahora pronto superarían este obstáculo y podrían continuar con su camino. Por su parte, cada uno de los integrantes del equipo impacto había contribuido a atacar al ave mutante de dos cabezas, cuatro brazos y unas alas deformes para terminar cuanto antes con aquel obstáculo ya que se desconocía qué problemas podría causar al equipo impacto reunido al fin.

jutsus:

gastos y daños:

musiquita:

*Posting*

Tras ver la reacción del último pútrido, pude esbozar una leve sonrisa de satisfacción. Pese a que el código ninja prefería no mostrar emociones, eso no iba conmigo. Las emociones eran las que me daban la fuerza de seguir adelante, por Kiara, por Nana... Así que no iba a ocultar esa sonrisa de esperanza. Había hecho todo lo que había podido, protegiendo a ambas, saldando así mi gran error... Pero ahora tocaba moverse, y avanzar hasta el siguiente obstáculo. Dando la espalda al ya desaparecido pútrido, miré a mis compañeras, que también estarían corroidas por el veneno, y asentí con la cabeza, antes de dar el primer paso hacia la dirección que nos quedaba abierta, para ir el primero en caso de ataque. Kiara no tendría posibilidades en su estado, y entre Nana y yo, mi estilo era el más adecuado para evitar un ataque frontal, jugando con mi arena a larga distancia...

Pero de poco iba a servir mi arena si moría. Poco a poco, notaba cómo el veneno de esos malditos abejorros carcomía mi cuerpo, mis músculos... La fatiga aumentaba sin pausa, y seguramente eso mismo le pasaría a Kiara y a Nana. Mas eso era todo lo que podíamos hacer. Agonizar... Los exámenes estaban siendo una verdadera tragedia digna de un drama de película. Y el camino que tuvimos que recorrer, sirvió para reafirmar mi enfado, mi ira por ese estado en el que nos encontrábamos... ¡¡Teníamos que sobrevivir!! Cuando a lo lejos del pasillo conseguí ver algo distinto a esa odiosa pared grisácea, casi me salta el corazón. Con todas las fuerzas que reservaba, grité

- ¡¡Va... VAMOS!! ¡¡LO CONSEGUIREMOS!!

Esperaba así darles ánimos a mis compañeras. Si por algo me caracterizaba era por no perder nunca mi energía positiva, y no sería ese lugar podrido el lugar donde lo hiciera. Puse todas mis fuerzas, en llegar al final... A ese elevador, sin salida.

Jadeante, caí al suelo, sentándome con la espalda apoyada en la pared. ¿Sería ese el fin?

"Y una mierda..."

Pensé para mis adentros a los pocos segundos, levantándome de nuevo. Con el ceño fruncido, y un ojo cerrado por el sufrimiento, busqué alguna palanca, algún resorte, que accionase el elevador. Pero allí no había nada... Me quedé de pie, mirando simultáneamente a las dos shinobi que me acompañaban, intentando no mostrar mi desesperación. Pese a que Nana había estado esos diez minutos renovando nuestra energía vital, sentía que mi vida se consumía, se perdía... Cuando de la nada, un renovado Sokka apareció, otorgándonos la salvación en forma de un frasquito, que me bebí ante la indicación del pequeño líder. Nunca olvidaré a Nana, por mantenerme con vida, ni a Sokka, por salvarnos.

Tras una buena caminata, de nuevo hacia lo desconocido, y ya con nuestras fuerzas renovadas, llegamos a lo que parecía ser un recinto de coliseo, semejante al del País de la Tierra, por la verja y por sus gradas... De las que una parte salió por los aires, dejándonos ver a nuestro nuevo enemigo. Un monstruo deforme y asqueroso, con cuerpo de ave, alas deformes, y demás características que no pienso recordar, salió a nuestro encuentro. Era gigantesco, y aunque en apariencia parecía que se fuera a diluir en su propia podredumbre, se podía percibir su poder... Presentía que era la prueba final, el último obstáculo. Las bromas se habían terminado. Los errores ya no eran una opción. Con una mirada de seguridad, fruncí el ceño, dibujé en mi rostro una leve sonrisa, y la adrenalina comenzó a inundarme de nuevo cuando crucé miradas con mis compañeros. Todos sabíamos lo que debíamos hacer, y nuestro cometido.

En cuanto el pequeño Sokka saltó a por el monstruo, yo di un par de zancadas retrocediendo, para evitar así el metro y medio de distancia que abarcaba la cola enemiga, quedando yo a cuatro metros del monstruo. En ese momento, comencé a correr alejándome poco a poco, para poder tener una mejor perspectiva. Sabía lo que tenía que hacer... Al momento hice explotar mi calabaza de arena, que había recogido tras luchar contra los pútridos, y a siete metros del monstruo, me di cuenta de que algo había cambiado. Mi control sobre mi arena, al esforzarme en las pruebas, había mejorado, y sentía que cada partícula que controlaba era una nueva oportunidad. Mi sonrisa se amplió, y rápidamente realizé lo que debía. Con mi arena, creé rápidamente una especie de garra, que velozmente se lanzó contra la cabeza de la bestia que menos atacada estaba. Mientras la garra se dirigía velozmente hacia la cabeza, de la misma se separaron diez pequeños fragmentos de la misma, dirigiéndose a la vez contra la cabeza en forma de shuriken. Pero había una sorpresa en esa garra. Tras dar el primer golpe, por la intensidad del mismo, de ella caería un kunai de tres puntas, que más tarde sería utilizado por Kiara. Dada la cercanía de la bestia con la arena, después del primer golpe de la garra vinieron dos más, tras los que esa parte de la arena volvió hacia mí. Mientras ocurría todo esto, controlado sólo por mi mente, junté mis manos en un sello, provocando que un montón de piedras y pequeñas rocas se alzasen contra la bestia. Ese golpe coincidiría con el segundo de la garra, y para el tercero, lo acompañaría con un jutsu que hacía tiempo llevaba entrenando, el Senmoufu... Tras los sellos del Iwa Fubuki, extendí mis manos hacia el monstruo, y al momento creé un veloz tornado que salió hacia la cabeza del mismo... Tras esos ataques, esa cabeza sería neutralizada, y sólo era tarea de Kiara y de Nana acabar con la otra. El examen estaba aprobado... Sólo quedaba un poco... Muy poco...

información de pj:

Acciones y jutsus:

Gastos y daños:

Jutsus aprendidos:

El ninja putrefacto no pudo esquivar mi ataque, tras el impacto Kazuma le dio los últimos golpes al ninja del elemento Katon y al que yo había golpeado anteriormente, que era el poseedor del elemento Doton, el ninja putrefacto de las armas, comenzó a huir desapareciendo de aquel túnel donde se había llevado a cabo la batalla. El veneno comenzaba a llegar a los órganos vitales, provocando vómitos, mareos, y quizás alguna hemorragia… Nos quedaba poco tiempo de vida, era la hora de continuar caminando, era la única esperanza que teníamos en aquel momento. Antes de partir me agaché, en el suelo aun se encontraban los kunays, shurikens, y otras armas que el ninja putrefacto había lanzado hacía nosotros.

Abrí mi porta kunays y metí dentro los shurikens que me cabían, allí había muchas armas demasiadas para desperdiciarlas, no era una amante de las armas, pero eran lo mas eficaz para atacar a distancia sin gastar chakra. Extendí en el suelo la capa de la villa, y coloqué bastantes armas en el centro de la capa, después me amarré la capa al cuello como había hecho con la esfera tiempo atrás, por los lados se quedaron dos huecos por los que meter las manos y sacar armas con facilidad.

Me levanté y comenzamos a andar, un largo camino, con las mismas paredes, el mismo “decorado”, era algo realmente monótono y aburrido, iba caminando en el centro del grupo a mi izquierda estaba kiara y a mi derecha Kazuma, no habíamos dicho nada, mi cuerpo comenzaba a sentir mareos, no me quedaba mucho tiempo, y mi fuente de chakra no podría mantener por mucho más la vida del equipo impacto, tras un largo tiempo de camino, pudimos ver una especie de elevador, como el que vimos anteriormente y por donde nos separamos de Sokka, era un callejón sin salida, Kazuma se sentó pegado a la pared, era el momento adecuado para poner en orden sus constantes vitales.

Me acerque a Kazuma sin decir nada coloqué mis manos sobre su estomago, dejando fluir mi chakra médico por las manos para curar sus heridas, tras esto coloqué una mano en su mano derecha y la otra en el hombro, curando y cerrando le los rasguños y heridas, me levanté sonriendo a Kazuma y me fui hacía Kiara, para repetir el mismo proceso, pero curando antes nuevamente la herida de su brazo, y vendando nuevamente dicha herida para que no se pudiera infectar más de lo que ya estaba.

Pronto acabé de curar a kiara, nuevamente le sonreí, y me coloqué de pie en frente del elevador, de repente se me fuero las fuerzas de las piernas, cayendo de rodillas al suelo, colocando las manos en el suelo para no caer, mis reservas de chakra estaban casi agotadas, y el veneno no ayudaba, llegaría el momento en el que no pudiese curar más al equipo, y sin chakra ya no serviría de nada para el equipo impacto, caí al suelo, me quedaba sin fuerzas.

Un chillido comenzó a salir de la maquina la cual ya era bastante vieja, tras una larga espera, de unos diez minutos que se me hicieron eternos, pude ver como la figura del joven niño de cinco años salía de la maquina, *Sokka…* estaba vivo, yo, no quería rendirme, pero si Sokka tenia alguna herida de gravedad, sin chakra no podría continuar el examen, Sokka nos dio unas indicaciones, para que tomáramos una especie de suero que nos curaría el veneno, me senté con dificultad, y cogí el frasco en las manos, lo giré levemente intentando encontrar una etiqueta con los ingredientes del antídoto que nos salvaría del veneno.

Había una pequeña etiqueta, algo borrada con el tiempo, la leí con dificultad.-Ya veo…-.Miré a Kiara, más concretamente a su brazo, abrí el bote que contenía el liquido y me lo tomé, dejando que fluyera por mi interior, atrapando y neutralizando el veneno que tantos problemas me había dado, los mareos se fueron y pronto comencé a sentirme mejor, abrí los ojos, y mire al equipo, quien sabe a que peligros se habría enfrentado Sokka, ¿Cómo se sentiría Kiara sin su brazo?, y ¿Cómo o en que estaría pensando Kazuma?.-Es curioso como en el examen a chunin reúnen a unos desconocidos, y los hacen trabajar en equipo, sin saber nada el uno del otro, es muy probable que después del examen, si lo conseguimos, no nos volvamos a ver, es normal, ya que somos de distintas villas…-.Pare un momento.

Cada uno de ellos me había aportado algo, y realmente no quería que nos separáramos.-…Si no volvemos a vernos…solo deciros gracias…-.Nuevamente sonreí cálidamente para el equipo, cada uno tenia un papel en aquel equipo, formado al azar en una sala, y unido por el destino durante el tiempo que pasaran en el examen, por aquel entonces no sabia que era yo para ellos, pero yo no podría olvidarlos nunca, me levanté era hora de comenzar a caminar nuevamente, llenos de energía y positividad era hora de continuar con el examen.-Sokka-chan, déjame mi guante-.Dije sonriendo.

Cada uno confiaba en el otro, o al menos yo confiaba en cada uno de ellos, seguimos andando, un largo camino de una hora en el que nadie dijo nada, queríamos salir de aquel infierno, queríamos salir con vida, y juntos, tras el largo y monótono camino llegamos a una verja gigante, la cual cruzamos, ahora estábamos en un recinto, parecido al coliseo de iwagakure no sato, donde los shinobis iban a combatir, un monstro gigante de unos siete metros apareció ante nosotros rompiendo una de las gradas, este tenia un aspecto putrefacto, asqueroso, que haría vomitar a cualquiera, tenia unas alas y cuatro brazos amorfos y asquerosos, nada más a parecer nos atacó con su cola de un metro y medio de largo, el equipo impacto estaba reunido, y nuestro trabajo en equipo había mejorado notablemente, nuestras miradas se cruzaron levemente, entendiéndonos así a la perfección, hice una acrobacia asía tras , y luego di un salto quedando poco más atrás de donde estaba Kazuma, el equipo esquivo el ataque a la ves.

Sokka comenzó a atacar con sus mariposas explosivas, y los shurikens, Kazuma le siguió creando una especie de garra de arena que llevo hasta las cabezas, dejando caer un kunay de tres puntas que kiara podría usar para transportarse y atacar a la bestia amorfa, tras esto siguió atacando con su arena, ya habían acabado con una cabeza, y a la otra no le quedaba mucho, esa era mi oportunidad, metí habilidosamente las manos en los huecos que había dejado la capa, cogí cuatro kunays, dos en cada mano, y salté, lanzando los cuatro kunays a la cabeza que aun seguía viva, clavándose los. Encaso de que no fuera suficiente Kiara podría rematarlo.

Gastos, daños y curas.

Spoiler:

Jutsu usado

Spoiler:

Pensé que anda-vamos perdidos debido a que el veneno nos estaba ahogando, al menos a mí. Que me sentía desfallecer poco a poco. Pero justo llevó el líder Sokka a tiempo de darnos el antídoto y poder salvarnos de morir envenenados.
Luego de eso Nana me curó dándome más fuerzas para acabar con la bestia de dos cabezas mientras mis compañeros hacían un buen trabajo en equipo.
Saltamos en ataque del monstruo (el coletazo) a la vez, después sokka nana y kazuma comenzaron a atacar. para destruirlo y así salir con vida de esta prueba.
Observé como uno de mis kunais de tres puntas salia disparado hacia una de las cabezas en lo que yo saca tres kunais más, los sujeté con la boca para poder realizar el "hitto-hi".
Cuando me tele-transporté, hice lo debido de la técina, después aprovechando mi cercanía cogí y el clavé en un kunay en cada ojo, dejándo a la cabeza ciega por completo. Después de eso. el kunay restante lo lancé a donde estaba mi grupo y me tele-transporté allí para mayor seguridad.

Acciones:

Spoiler:

Mi primer ataque había logrado rozar al pingüino/ los pingüinos que se alzaban frente al equipo impacto impidiéndoles continuar en su camino para lograr aprobar el examen chunnin. El monstruo había logrado esquivar todos los ataques desapareciendo del objetivo y apareciendo a bastante distancia del equipo impacto. Parecía que le habíamos asustado atacándole. Fue entonces cuando el enorme pingüino soltó por sus dos cabezas y horripilante y ensordecedor grito, aullido o graznido. En ese momento perdí uno de mis cinco principales sentidos, el del oído. Deseaba con fuerza que aquello solo fuera temporal pero por otro lado deseaba que durase así hasta haber derrotado al pingüino para que el monstruo no pudiese volver a usar ese grito. Me había provocado un enorme dolor de cabeza y de oídos, sentí un poco de nauseas y me desorienté durante un instante. A todo esto se le sumaba el cansancio que ya llevaba encima que había sido acumulado durante los chunnin. Realmente no sabía cuanto tiempo había pasado desde que entré por el primer teletransportador, pero debía de haber sido bastante. Las pruebas habían sido cada vez más y más duras y a esto se le sumaba el que el equipo impacto no había descansado a penas nada desde el comienzo. El equipo impacto había tenido que soportar un ataque en grupo de diez bichos que les dejaron envenenados, una mutilación de uno de sus miembros, una separación, una embestida de un monstruo bastante grande, quién sabe que peligros más y ahora esto. El equipo impacto debía de superar a una enorme especie de pingüino formado por dos cabezas, cuatro grandes brazos, una cola, terribles aullidos y su fétido olor; sin embargo sentí una presencia, como una gota de luz en un mar de oscuridad se alzaba en mí una sensación de esperanza, como si alguien estuviese conectado a mí y depositara su esperanza en mis acciones. En ese momento miré a mis compañeros, parecía que también estaban sordos y, en un primer momento pensé que eran ellos quienes estaban confiando en mí(y hasta la actualidad lo sigo pensando). Eso me llenó de orgullo y satisfacción a la vez que de esperanza y confianza depositados en ellos. Ellos, que no habían dudado en obedecer la órdenes que había tomado al atacar precipitadamente; ellos, que me habían seguido y apoyado desde el comienzo de los exámenes; ellos eran aquellos que de verdad se les podía llamar compañeros...

Había logrado orientarme, aunque todavía no podía oír nada, y el monstruo volvía a actuar pero a pesar de eso yo seguía nervioso y con miedo a lo que iba a pasar, a lo desconocido, a lo que se podría ocultar en la obscuridad, a las tinieblas... Sin embargo en esta ocasión me había fijado y ahora estaba seguro, el monstruo no era tan veloz. Puede que fuese rápido el pingüino pero al correr habría producido alguna especie de temblor debido a su gran tamaño o haber producido alguna suave ráfaga de viento pero sin embargo cuando el pingüino de dos cabezas se sitió al lado del equipo impacto no hube podido sentir nada. Es por esto por lo que deduje que el monstruo era capaz de tele transportarse. Entonces una teoría se me ocurrió, casi se podría decir que era un idea estúpida y absurda pero debía de creer en algo. Solo existía uno de todos los clanes que conocía que podían usar el poder de la tele transportación y ese clan era el Namikaze. ¿Sería una casualidad que hubiese una componente del equipo impacto que fuera de ese clan? ¿sería también una coincidencia que a ese mismo miembro le faltase un brazo que yo mismo le había cortado debido a que estaba muy afectado por el veneno de la plaga? ¿de verdad creería que el escuchar el golpeteo de unos dedos contra el techo que nos estuviese siguiendo para después adelantarnos? ¿sería además una coincidencia que el monstruo pudiese tele transportarse cual namikaze? Demasiadas casualidades para tan poco plazo de tiempo, podía se que todo hubiese sido exactamente una coincidencia enorme y que fuese absurdo perder el tiempo pensando en todo eso. Sin embargo para alguien que no creía en las casualidades y las cosas del destino como era yo no era perder el tiempo. A todas estas teorías se le sumaba el hecho de que para tele transportarse el monstruo hacía sellos con las manos tal y como debían hacer los namikazes. Su siguiente movimiento fue tele transportarse justo al lado de Kiara. También había realizado sellos para esa acción y a continuación procedió a alzar una de sus piernas con la intención de aplastarla bajo su pie. No obstante sus dos cabezas no miraban a Kiara sino que una miraba en la dirección que estaba yo y la otra en la que estaba Kazuma. Yo me encontraba algo alejado del grupo, pero no más de diez metros del monstruo, por lo que la atención de una cabeza era atraída solamente por mí y lo mismo pasaba con Kazuma y la otra cabeza. Esto facilitaba las cosas para Kiara, el monstruo no se fijaría bien en donde pisaba pudiendo Kiara esquivar más fácilmente el ataque pero si de verdad el pingüino pretendía aplastarla ¿por qué no se había tele transportado justo en el lugar que estaba ella teniendo Kiara la mayoría de los kunais de tres puntas de su clan? Entonces una última teoría se me ocurrió. Podría ser que la mutación no fuese perfecta y que, al haberse alterado la información genética con el veneno, se hubiera perdido la capacidad de tele transportarse al sello original. Si de verdad era así quizás podría neutralizar la habilidad del monstruo de desaparecer de un lugar y reaparecer en otro.

Todos estos pensamientos dentro de mi cabeza sucedían a una asombrosa velocidad. No sabía cómo era posible pero así era. Así pues cuando la cabeza del pingüino realizó su ataque (el cual consistía en una racha de viento helado procedente de su boca) hice un rápido sello con mis dos manos y mi cuerpo se convirtió en papel evitando así el ataque del pingüino. Tras eso, mi cuerpo se materializó a espaldas del pingüino y, kunai de tres puntas en mano, clavé el kunai en la pierna que todavía tenía apoyada. El kuani de tres puntas se hundió bastante en su cuerpo y con mucha facilidad ya que la putrefacción había ablandado la carne. Si mi teoría era correcta, el pingüino no podría tele transportarse a ningún lugar más ya que, mientras aquel kunai siguiese en su interior, allá donde el pingüino quisiera ir el kunai también iría impidiéndole tele transportarse.

Tras clavar el kunai procedí a alejarme del pingüino simplemente por precaución. Al alejarme del pingüino me había acercado al equipo impacto y desde allí procedí a atacar. Quise causarle el mayor daño posible al pingüino y por eso creé tres pájaros y diez shurikens de papel todo ello. Centré mis ataques en la cabeza que me había atacado. Procedí a crear un par de vendavales mediante los sellos correspondientes y, de esta forma, el equipo impacto se ayudaba mutuamente en la ofensiva.

acciones:

gastos y daños:

jutsu aprendido:

palabras totales y empleadas:

Debido al increíble retraso que ha tenido este grupo se va a tomar una medida:

Por cada post que supere las 24 horas reglamentarias (Se darán 5 horas extra por vuestro casi seguro desconocimiento de este límite) por usuario, se le restarán 100 PV a su pj. Los que sobrevivan pasan a la 3º prueba directamente. Ahora posteo los daños. Siento tener que tomar esta decisión tan drástica, es vuestra culpa en gran parte, pero también de Suir, porque a pesar de ser el máster, no saltó a la gente a las 24 horas como estaba estipulado.

Un saludo.

Turnos con retraso:

Sokka: 3º, 4º, 6º, 8º = 400 Pv Quedan: -240 Pv = Ko.
Kiara: 1º, 4º, 6º = 300 Pv Quedan: -100 Pv = Ko.
Nana: 7º = 100 PV Quedan: 53 Pv
Kazuma: 1º, 3º = 200 Pv Quedan: 0 = Ko.



Se tendrá en consideración aprobar al miembro más útil del equipo (Sin contar a Nana que puede aún aprobar por sí misma) mediante una votación en el Staff. Lo siento mucho por los que habéis muerto.

Si alguno de los turnos que he contado está mal, o estabais en ausencia, por favor comunicármelo para que pueda editar.


Un Saludo.

La bestia había esquivado todos los ataques, de una manera tan simple que casi parecía irreal, ¿Cómo lo había hecho? No hubieron temblores, ni movimientos brucos que indicaran que la bestia a la que nos enfrentáramos, su hubiese movido corriendo, o saltando, Sokka parecía estar deduciendo lo todo desde su posición, así que mientras tanto yo también analizaba lo que estaba pasando. La bestia de dos cabezas, apareció detrás del equipo impacto, las cabezas miraron a Kazuma y el pequeño líder Sokka, de las horripilantes bocas de la bestia salieron unos rayos de hielo, que sin duda dañarían de gravedad a los chicos si no hacían algo, el monstro había aparecido muy cerca de Kiara, la bestia levanto una pierna con las intenciones asesinas de matar a Kiara.

Entonces todo cambió, bastó una milésima de segundo, Kiara recibió el impacto de la pierna de la bestia, quedando aplastada, ¿Estaba muerta?, Kazuma no pudo esquivar el rayo de hielo, ver como aplastaban a Kiara me dejo totalmente inmóvil, la imagen se repetía en mi mente, una y otra vez, ya no veía lo que pasaba a mi alrededor, de repente, el enorme y amorfo ser me golpeó con una patada, estampándome contra la pared, un dolor agudo se apodero de todo mi cuerpo, antes de que la oscuridad inundara mis ojos, y el silencio mis oídos, quedando inconsciente de todo a mi alrededor.

¿He muerto?

¿Dónde estoy? A mi alrededor no veía nada, estaba sumergida en una inmensa oscuridad, realmente ¿Había muerto? ¿Eso era lo que iba detrás de la muerte?*Nana-chan…*¡Esa voz! Era ella, Kairi, ¿Cuánto hacía ya que no hablábamos? Desde que comenzó el examen, eso seguro, ¿Horas? ¿O quizás casi un día? Realmente no sabía cuanto tiempo llevaba en esas pruebas.*Vamos levántate, el examen aun no ha terminado* Pude oír de nuevo su voz, era tan cálida, tan clara, podía oírla, estaba viva, y no quería morir.

Abrí los ojos. No sabía cuanto tiempo llevaba inconsciente, ni por que la bestia no me había matado mientras estaba inmóvil, estaba exhausta, sin levantar la mirada, coloque una mano sobre mi hombro, y deje fluir el chakra medico para curar mis heridas, pero había algo mal, el chakra se desvanecía nada más salir, al parecer aun estaba demasiado débil como para usar jutsus curativos, alcé la mirada, y entonces lo vi.

Todos estaban allí, mis pupilas encogieron, la tristeza invadió mi cuerpo, casi sin darme cuenta las lagrimas empaparon mi cara, estaba allí sentada, observando los cuerpos aparentemente sin vida de mis compañeros de equipo.-¡¡¡maldita sea!!!-. Grite mirando hacía el techo de aquel extraño coliseo, éramos un buen equipo, ellos eran unos buenos compañeros, unos buenos amigos… Me levante casi sin fuerzas, y me acerque algo moribunda a los cuerpos de mis compañeros de equipo, el más cercano a mi era el cuerpo del pequeño líder, a su derecha más lejano el de kiara y el de Kazuma más arriba.

Caí de rodillas frente al cuerpo de Sokka, colocando las manos sobre él, mire su rostro, y coloqué un la mano en su cuello tocando con dos dedos un lugar especifico del cuello, respiraba, aun que muy levemente, si Sokka aun estaba con vida, aun que por poco tiempo, los demás también lo estarían, si poder aguantar más me apoye en Sokka soltando un último llanto, puede que no sobrevivieran, mire a kiara y Kazuma, todos tenían heridas, todos habíamos dado lo mejor de nosotros en esas pruebas, no podía dejarlos así.

La esfera estaba cerca de Sokka, en el suelo, no estaba rota, seguramente Sokka la había protegido a muerte, aun que no podría asegurar lo que había sucedido, los kunays y shurikens había caído de mi capa, la cual estaba en el suelo, cogí la esfera envolviendo la en la capa de mi villa, como había hecho en la primera prueba, y me la coloque a la espalda para que no se callera, metí la mano en el bolsillo de Sokka cogiendo mi guante derecho, me levante y fui hacia Kiara, me acerqué a kiara.-Amiga, tomaré esto prestado-.Cogí su porta kunays, y me lo coloque junto al mio, llenando también el suyo con los shurikens y kunays de la batalla anterior, tenía que pasar la última prueba, no solo por mi, por ellos, y por su sacrificio*Sokka… Kiara… Kazuma-san… Hiaji-sama… Abuela…* Me seque las lagrimas, y me ajuste los guantes.-Dadme fuerzas-.Susurre, y volví a mirar a las tres personas que habían formado conmigo el equipo impacto.

Había dejado los cuerpos del equipo acostados uno al lado del otro, tapados con sus respectivas mantas de la villa, ojala se salvaran, eso era lo único que esperaba en aquel momento, respire hondo, cerré fuerte mente los ojos, no debía llorar más, ellos lo habían hecho bien, mejor que yo, llorar seria una falta de respeto hacía ellos, *vivid* Comencé a caminar, entrando por el hueco que la bestia había dejado en las gradas.

Habían dos caminos uno a la izquierda que subía, y otro a la derecha que bajaba, sin pensarlo mucho tomé el camino de la derecha, un camino bastante largo que parecía eterno, esperaba llegar a algún sitio después de tanto caminar.