Lazos de amor. [Privado de Kori y Taimatsu]

Un pequeño entrenamiento realizaría en el país del fuego, uno de los territorios del imperio de Kirigakure. Viajaría solo, acompañado de mi nuevo estilo. Me corte el pelo, y me lo puse de punta, en mi oreja había puesto un pendiente de metal prominente que recuerda a una hoja de doble filo. Estaba de camino hacía aquel país, no hace un tiempo también fui, y un combate dispute, aunque perdí, pues un shinobi cuya fuerza y velocidad me dejo anonadado.

El camino era agradable, en el país del agua el ruido de fondo siempre era un rió, transportando sus aguas hacia el mar, para que al final se unieran en la masa de agua mas grande del planeta, los océanos. La temperatura era perfecta en esos momentos, la humedad hacía que no fuesen ni muy altas ni bajas, una mezcla entre ambas. El camino dudaría unos días, así que tendría que tomármelo con calma. Tras unos días caminando llegue al país del fuego, antes tuve que pasar mas pequeños países, pero no eran comparables con este país. Aunque su no me gustaba demasiado su temperatura, pues hacía calor, y para un Hozuki eso no era demasiado bueno. Por suerte siempre llevaba con migo una cantimplora de agua, con la que me refrescaba cuando lo necesitaba. Mientras caminaba observaba los árboles y las montañas, un ecosistema muy diferente al de mi país. Me sentía a gusto caminando por este lugar, tranquilo y sin pesos que me impendiesen realizar cualquier cosa. Me sentía libre, una sensación que no experimentaba muy a menudo. Mis ganas constantes de luchar desaparecían por momentos, solo me apetecía relajarme, quizás con alguien, quizás solo. No sabía lo que el futuro me estaba preparando. En estos momentos pensaba en mi futuro. ¿Tendría una familia?,¿Me casaría?. ¿Tendría a alguien para compartir mi futuro...?.

Tras caminar un rato llegue a una zona cercana a una cascada. Conocida como el valle del fin. Ahora mismo no me apetecía combatir, a si que no iría a a cascada, en cambio me quedaría en cambio a la sombra de un árbol descansando. Reflexionando sobre el futuro.

Me hallaba dando un paseo por los alrededores de mi hogar, tal y como acostumbraba a hacer. En esta ocasión, me había puesto una falda negra y un corsé del mismo color. En otras palabras, las ropas que solía llevar cuando tenía un combate que hacer en el Coliseo. No eran muchas las veces que las usaba fuera de éste; de hecho, la otra vez había sido cuando había conocido a mi sensei.

Hacía bastante calor, y me pareció un buen día para recorrer el río que surcaba el Valle del Fin, aunque éste me recordara a sucesos pasados que no eran precisamente felices para mí. Sin embargo, intenté una vez más dejarlo de lado y disfrutar de un paseo sin pasado; sólo mi presente y mi futuro eran importantes ahora.

Estaba caminando con lentitud, sin prisa, disfrutando de los últimos rayos del sol del verano, y caminando en la dirección contraria a la que iba el curso del río. En un rato llegaría a la cascada del valle. Me había traído un bikini debajo de la ropa para bañarme, en la soledad que tanto me gustaba, cerca de donde caía el agua; no justo debajo para no hacerme daño. Sabía que en cuanto el otoño llegase pasaría un año hasta poder disfrutar de nuevo del agua del río.

Dejé mis ropas en una piedra baja, que a su vez tapaba otra piedra más grande, donde no pudiesen mancharse por la hierba ni ser vistas por otras personas, y me metí poco a poco en el río. El agua no estaba demasiado cálida, pero no me importó; si quería agua muy caliente tenía mi rincón, al que no iba desde que empezó la estación.

Cuando me metí en el agua totalmente, fui consciente de que un poco más lejos, había un chico de rubios cabellos descansando bajo la sombra de un árbol. Di gracias a que mis ropas estuvieran tapadas y esperé que no me viese. Me quedé unos minutos relajada, en la orilla, para acostumbrarme a la temperatura. Luego ya me pondría a nadar. Tenía toda una tarde por delante.

Si me casara, ¿Cómo sería mi mujer?. No lo sabía, y no lo podía imaginar. A mi no solo me importaba el exterior, su personalidad y su forma de actuar. Cuando pasaría era otra incógnita, en 5 minutos, en 5 años, nunca... .Llevaba rato calentándome la cabeza con algo que pasaría cuando el destino decidiera, cuando un lazo me una con otra persona y no pueda de dejar de pensar en ella, hasta que este con migo para siempre.

Seguía a la sombra del árbol, relajado, intentando evadir cualquier pensamiento. Lo único que se oía de fondo eran los pájaros cantando y demás animales. Como el follaje de los árboles era azotada por una pequeña ráfaga de viento veraniega, un sonido perfecto para relajarse. Y un poco, al fondo el ruido del agua, siempre estable y sin cambiar.

Tras un rato relajado y con los ojos cerrados, oí un cambio en el sonido del agua, parecía que una persona se había metido en el agua, tras un rato solo me apetecía hablar con alguien, y eso haría. Rápidamente me quite la camiseta y el pantalón y me quede en calzoncillos. Hice unos estiramientos, una vez preparado empece a correr, vi una piedra grande, a si que iría por allí. A dos metros de esa piedra dí un salto, colocándome encima, di dos pasos en esa piedra y me impulse mas, pude ver a una muchacha de buen aspecto físico, aun en el aire hize una mortal hacia delante, cayendo en el agua en una posición recta, salpicando lo menos posible.

Me metí dentro del agua, una par de segundos después salí, mi pelo estaba mojado, pero aun estaba en su forma natural. El agua me cubría parte del cuerpo, mostrando solo una parte de mis abdominales y pectoral bien marcados, ademas de mi preciosa cara. Me acerce a aquella preciosa mujer, al verla el corazón empezo a latirme mas rápido, ¿¡Por qué?, que estaba pasando en mi interior, me puse un poco rojo, pero igualmente me acerque a ella, hasta esta a dos metros, a esa posición puse mi brazo en la altura de mi pectoral, para así darle la mano.

Buenas, me llamo Taimatsu, encantando de conocerte.

Después de permanecer unos minutos en el agua, esperando a que mi temperatura bajase, me separé de la orilla y me metí debajo del agua para refrescar la mente. Pocos segundos después volví a salir, ahora con el pelo mojado. Me gustaba la sensación de estar sumergida completamente.

Sentí unos pasos rápidos que se acercaban hacia mí. Por un momento maldecí la piedra, que me impedía visionar quién o qué era lo que producía el sonido que oía. Pero pronto, quien corría dejó de ser un misterio para mí. Era un chico de cabellos rubios, y de marcados músculos. Al acercarse a mí se enrojeció un poco, me tendió la mano y se presentó:

-Buenas, me llamo Taimatsu, encantando de conocerte.

Le miré con recelo. ¿Por qué se había metido en el agua sin conocerme de nada, sólo para hablar con alguien? ¿Qué quería? Sin embargo, parecía amable. Le contesté un tímido:

-Ho-hola... Yo soy Kori -dije mientras aceptaba su gesto, cogiéndole la mano-. Encan-cantada también... -dije soltándola.

Miré hacia el fondo del río. Me daba vergüenza mirarle, no sabía por qué, pero no era capaz de mirar hacia otro lado que al suelo.

Unas manos un tanto mas pequeñas que las mías, pero a su vez suaves y cálidas, unas manos de ensueño. Su nombre era Kori, por su reacción parecía una chica muy tímida, pero a su vez muy bella. Su cabello era largo y liso siendo de un color morado, sus ojos eran grandes y burdeos, al mirarlos sentía algo que no era muy común en mi persona, sentía como mi pulso se aceleraba, y una extraña sensación en mi pecho. Era un poco mas baja que yo, pero no mucho mas. Sentía algo extraño al verla, la veía perfecta. Una sensación estaba invadiendo mi cuerpo por cada segundo. No se lo que me pasaba, pero cada vez la veía mas bella. Sera esto lo llamado amor a primera vista...

Tras darnos las manos ella bajo la vista, mi reacción en cambio fue sonreír y meter parte de mi cuerpo dentro del agua. Me senté en una roca que se encontraba dentro del agua, de esta manera el agua me tapaba hasta los hombros. En mi rostro siempre se podía ver una sonrisa que inspiraba tranquilidad y serenidad.

¿Qué hace una chica tan preciosa como tu sola en este lugar?

Como no resultaba creíble que le encontrara tanto interés al fondo del río, comencé a mirar a los lados nerviosamente, haciendo que buscaba algo, aunque en realidad lo único que buscaba era la manera de intentar tranquilizarme e intentar hablar o de irme.

Siempre solía ser tímida, pero aquel día estaba mucho más de lo normal. Sentí que el agua se movía, y tuve así una excusa para mirarle. Taimatsu se había sentado en una roca , y el agua le tapaba hasta los hombros. Sabía que si ahora miraba el agua parecería que estaba mirando otra cosa, por lo que decidí mirarle a la cara ahora. Él me miraba y me sonreía. Mis mejillas estaban encendidas, y se encendieron aún más cuando me dijo:

-¿Qué hace una chica tan preciosa como tu sola en este lugar?

-Me-me gusta estar sola... -contesté, sin saber ahora a donde mirar, pues ni era capaz de mantenerle la mirada ni de mirar hacia abajo-. Y también bañarme...

Parecía una chica extremadamente tímida, y eso en cierto modo me agradaba, parecía simpática y era muy mona, no me disgustaba para nada su presencia. Cuando le dije el cumplido ella se sonrojo aun mas, y se quedo muy inquieta, sin saber donde mirar. Al ver su reacción no pude ocular una sonrisa. Tras oír su respuesta pensé en una cosilla que podría hacer.

Si lo deseas me puedo ir, estaba aburrido y solo quería pasar el rato con alguien, y dio la casualidad de que este alguien era tremenda mente hermosa...

Tras decir eso metí parte de la cabeza, sumergiendo hasta las mejillas, pues se habían puesto un poco rojas, tras eso me quede mirándola. Cada vez que la miraba la extraña sensación que invadía mi cuerpo aumentaba mas y mas, no sabía si esa sensación era buena o mala. Pronto lo sabría.

Cuando contesté a su pregunta, Taimatsu sonrió. Me arrepentí sin embargo de haber contestado que me gustaba estar sola, pues, aunque era cierto, y me sentía incómoda, en cierto modo me agradaba su presencia. Eran sentimientos contradictorios. Aunque también la vida era contradictoria.

-Si lo deseas me puedo ir, estaba aburrido y sólo quería pasar el rato con alguien, y dio la casualidad de que esté alguien era tremendamente hermosa... -me sonrojé aún más al decirme esto, y él escondió la mitad de su rostro bajo el agua, de manera que sólo podía mirarle a los ojos.

-Si.... -hice una pequeña pausa y después proseguí- si quieres puedes quedarte... Es decir, me gusta que.... que estés aquí... -miré a una esquina queriendo que me tragara la tierra, o mejor dicho, el agua.

También me hundí en el agua hasta que sólo se me pudieron ver los ojos, estando de la misma manera de la que estaba Taimatsu. Quizás el agua enfriara mi cabeza y mis ideas, porque desde luego me estaba comportando de una manera muy extraña... Las únicas veces que había estado así habían sido cuando compartí aquellos momentos con esa persona... ¿El amor venía a hacerme daño de nuevo?

Al oír la respuesta de Kori me alegre muchísimo. Le costo un poco decirlo, pues era bastante tímida, pero me invito a quedarme con ella, mi corazón aumento en es momento, me sentía feliz de estar con ella, me podría divertir un poco, pero antes tendría que decirle un poco mas de mi, mi villa y mi clan. Aunque me arriesgaba mucho, sinceramente no sabía quien era, pero me daba buenas vibraciones, confiaría en esta persona.

[Concretare un poco mas sobre mi, Hozuki, Taimatsu Hozuki. Soy un shinobi de kirigakure.

Tras decir eso espere unos segundos para ver su respuesta, tras eso me levante, mostrando casi todo mi cuerpo, mire a Kori con una gran sonrisa en la cara, una sonrisa con la cual intentaba transmitir tranquilidad y, por decirlo así. Amor.

Una vez de pie le dije a Kori-Ya que te gusta nada, nademos un poco, pero te aviso, nado muy rápido. Tras decir eso me subí encima de la roca en la que senté antes y salte , cayendo en una parte un poco mas profunda.-vamos ven!.Le dije mientras nadaba lentamente para que me alcanzase.

-Concretaré un poco más sobre mí, Hozuki, Taimatsu Hozuki. Soy un shinobi de kirigakure.

El ninja no me había preguntado mi clan, ni si yo era ninja, ni tampoco mi lugar de procedencia, que eran al fin y al cabo los datos que me acababa de dar él. Sin embargo, yo también le dije:

-Yo... yo también soy ninja... Vivo aquí, y soy Nara.

Se levantó y me dirigió una mirada que hizo que mi corazón palpitase más fuerte. Se lanzó desde la piedra en la que antes había estado sentado, y al invitarme al nadar, no dudé en nadar a su lado. Yo también podía ser rápida si me lo proponía.

Me sentía como nunca, ligero como una pluma, ágil como un gato, fuerte como un oso. Y todo eso tenía un motivo, ella. No sabía que estaba haciendo en mi, pero estaba sacando lo mejor de una persona la cual no acostumbraba a relacionarse demasiado con las demás personas.
Di un gran salto, cayendo en el agua, sentía que podía nadar mas rápido que nunca. Ella estaba a mi lado, nadando, ambos estábamos a una velocidad bastante lenta, nadar lentamente... era aburrido. Quería ver como esta chica se desenvolvía nadando.

Kori, demuéstrame de lo que eres capaz, nada lo mas rápido que puedas.

Le dije con una sonrisa en la cara. Kori nara, un clan bastante poderoso, capaz de atraparte con su sombra y dejar a su merced. En un momento dado podría ser una buena compañera de batalla, o una dificil contrincante. Esperaba que no fuese la segunda opción.

-Kori, demuéstrame de lo que eres capaz, nada lo mas rápido que puedas -me dijo Taimatsu.

-Eso haré -dije mientras aceleraba el ritmo en el que mis piernas y mis brazos se movían, impulsándome.

Sentía cómo el agua me ofrecía resistencia; sin embargo yo seguía hacia adelante, nadando todo lo rápido que era capaz. De vez en cuando cogía aire y me sumergía por debajo del río. Abría también los ojos; este agua al ser dulce no escocía como si tuviese sal, y podía ver la vida acuática, cosa que me encantaba.

Cuando me encontraba debajo del agua, paré, suponiendo que Tai seguiría nadando, queriendo ganarme, y que no se daría cuenta. Desde donde estaba me quedé mirándolo, sin peligro de que él se diera cuenta de que le estaba comiendo con los ojos.

Estaba a mi lado, me sentía feliz, sin ninguna preocupación ademas de estar con ella. No sabía mucho sobre ella, pero me inspiraba tranquilidad y calma. Esperaba que ese sentimiento no se fuese nunca, ni ella.

Podía ver todo su cuerpo moviéndose a la vez que el mio, me parecía perfecta, parecía que la timidez se le estaba pasando, pero no lo sabría hasta mas adelante, a la vez que nadaba se sumergía bajo el agua y volvía a salir. Le deje unos metros de ventaja para demostrarle un poco mis capacidades físicas a la hora de nada. -Jajajajaja, te enseñare como nado yo.

Tras decir eso acelere mi ritmo, adelantándola en cuestión de segundos, una vez a 10 metros me pare en otra roca que había, en la cual me senté cómodamente mientra la esperaba.

Seguía quieta, mirándolo mientras estaba semi sumergida en el agua. Él comenzó a nadar más rápido de lo que nadaba antes, y cuando estuvo aproximadamente a unos diez metros de mí, se paró y se subió en otra roca similar a la que había usado antes para impulsarse.

Me miró desde donde se encontraba, y empecé a nadar hacia él en cuanto pude reaccionar. No quería que se diese cuenta de que antes lo estaba mirando, aunque en unos segundos conseguí situarme más o menos a su lado, sin subirme en la piedra, simplemente apoyándome en el fondo del río.

-¿Qué quieres hacer? -pregunté mientras le miraba, esta vez consiguiendo no entrecortarme y permanecer tranquila dentro de un orden.

Veía como Kori se encontraba bajo el agua. Puede que mirándome, o puede que estuviese observando otras cosas. Pero la primer opción me hacía mas feliz. Tras no mucho tiempo en esa posición ella se acerco a mi. Parecía que su timidez ya había pasado del todo. Era preciosa a mis ojos. No le pude sacar ningún fallo. Era como una princesa para mi.

Tras oírla pensé en que podríamos hacer. Ya estaba a punto de anochecer. A si que pensé en dar un paseo.Si quieres podemos dar un paseo ya que va a anochecer.. Espere a su respuesta. Tras oírla de un salto en la roca hacia arriba, me salí del agua, y espere a que Kori también lo hiciese. Le dije que iba a coger mi ropa, que mientras se vistiese ella. Fui a por estas y me las puse. Era una camiseta roja y unos vaqueros azules un poco desteñidos. Cuando ella estuvo lista me puse a su lado y le indique que nos diésemos ya la vuelta. Observando el paisaje de Konoha, pero en ese momento este no era lo mas precioso que había allí...

Habilidad aprendida:

-Si quieres podemos dar un paseo, ya que va a anochecer... -me ofreció Taimatsu.

Tras decir esto, salió del agua y se dirigió a donde estaban sus ropas. Yo le imité, vistiéndome, aún sabiendo que mojaría la ropa, pues no me apetecía quitarme el bikini. Cuando él estuvo, le dije con pesar en la voz:

-Siento decirte que debo irme -lo decía con sentimiento, pues no quería irme de su lado. Me apetecía quedarme con él, allí, para siempre... Pero me había acordado de algo urgente que debía realizar-. Espero volver a verte, Taimatsu -dije sinceramente-. Y muy pronto.

Tras decirle eso, me levanté y cogí todo lo que me había traído. Le di la mano, como había hecho al conocernos, y le ayudé a incorporarse también. Cuando estuvimos uno delante del otro, me acerqué a él con la cara encendida, y le di un beso que iba dirigido a su mejilla, aunque por un error de cálculo se lo di en la comisura de los labios. Aunque estaba roja a más no poder, no me arrepentí de aquel acto, y me marché con rumbo a mi hogar, donde me secaría y haría lo que tenía pendiente.

Mientras caminaba, sabía que Taimatsu me miraba con la misma cara entristecida que yo tenía en ese momento. Estaba cada vez más segura de que lo que sentía era amor, por más que mi cabeza no quisiera reconocerlo. Víktor ya me había olvidado, su presencia había desaparecido al igual que su cariño y sus besos. ¿Merecía la pena curar mi corazón roto con un amor del que no estaba segura si iba a salir bien? Sabía que sí. Y esperaba con fervor que el ninja me estuviese dedicando los mismos pensamientos de amor que yo le dedicaba a él. Esperaba que ese ofrecimiento que me había hecho pudiese verse cumplido algún día, algún día no muy lejano. No quería tener que esperar de nuevo tanto como había esperado a Víktor. Lo que yo y mi corazón anhelábamos era que él estuviese a mi lado...

Para siempre

jutsu aprendido:

fasfasdasd