Aoi vs. Brisa

La tarde se les había echado encima, las nubes casi tapaban completamente el sol, solo un pequeño rayo de luz intentaba escapar de las garras de ser cubierto por una gran nube sin forma concreta,mientras esta se desplazaba centímetro a centímetro movida por la suave brisa que pasaba por pequeñas ventanas abiertas, que rodeaban el lugar.Era un lugar amplio, de medidas de largo doscientos(200) y de ancho cincuenta(50) metros de diámetro, formando así un rectángulo de hormigón por donde bailaba la brisa a su aire.

La muchacha abrió una fina y pequeña, pero pesada puerta corredera, colocada una a cada extremo del recinto, cada una para que , así pues, cada uno de los participantes del combate entraran por una diferente, y no hubiese contacto visual.La pequeña ya portaba su mascara azul característica por su extraña forma, tapaba sus ojos, unos ojos grises que al contacto con los escasos rayos de sol de la tarde, brillaban con fulgor, la mascara no acababa ahí, dejaba ver sus pómulos, mejillas y nariz y luego volvía a unirse tapando su boca, y haciendo distorsionar levemente la voz,todo esto sin necesidad de sostenerla con las manos, ya que se agarraba a la parte trasera de la cabeza, esta, dejaba ver los dos mechones mas largos de su pelo, que llegaban a rozar por debajo de lo que eran sus pechos.

La pequeña, tras haber inspeccionado el lugar con una rápida mirada no dudo en dar unos pasos , alejándose unos cuatro(4) metros de donde se colocaba la puerta, caminando en horizontal para poder llegar mas rápido al centro del campo de batalla del coliseo, cosa que no era difícil puesto que el suelo estaba compuesto de tierra donde había plantada hierva verde que desprendía un aroma suave que endulzaba el momento.

El coliseo se encontraba en silencio , ya que la muchacha aun no había hablado, las paredes del campo se separaban por varios metros aunque dejando algo que desear,la muchacha se clavó inmóvil diecisiete(17) metros mas allá de la puerta, y de su posición inicial,donde, al fin, y ya impaciente, se decidió por fin a bautizar con sus primeras palabras el silencio del lugar.

Tarda...demasiado...

INFO:

ACCIONES:

DAÑOS:

Sale el sol, recién comienza el día. La mayoría de gente en la villa esta aún sumida en un placido sueño, algunas están ya trabajando. El bullicio comienza a nacer mientras que nuestro pequeños Shinobi ya llevaba varias horas entrenando en la azotea su casa, preparandose para su combate en el coliseo, aunque fuera por la tarde.

Desde su posición se podía contemplar el sol salir por el horizonte, deslumbrando a la vista de cualquiera. Cerró los ojos por la incesante luz que le daba en los ojos de un sol matutino, se dio la vuelta y siguió con sus ejercicios de la mañana. Algo de yoga y después practicaba su combate cuerpo a cuerpo.

Ya llevaba un par de horas entrenando intensamente, su cuerpo estaba algo sudado, una capa fina de sudor encima de su piel le daba un brillo aperlado, junto con la luz del sol. Estiro un poco y fue a abajo, a su habitación. Sin hacer mucho ruido, para no despertar a sus tíos.
Cogió un recambio de ropa y fue a la ducha para sacarse el sudor de la piel. Se ducho durante un buen rato, con agua tibia. Estaba complemente relajado y limpio. Se vistió y volvió a su habitación a meditar.

Seguro que os preguntareis que si el combate que tiene hoy nuestro joven ninja es alguno importante. Pues no, no es importante, pero Ryuji siempre se toma estos tipos de combate en serio y entrenar de esta manera era natural para él.

Estuvo meditando durante una hora o un poco más. Hubiera entrenado más si no fuera por la inoportuna de su tía.
-Ryuji, tienes unos recados. Ve a comprar algo para la comida-Ryuji se despertó de su letargo y rápidamente sin intermediar palabra con su tía, escapa del lugar por la ventana.
Saltando a un árbol cercano una y otra vez. Se bajo y se sentó en un banco del parque mirando al cielo que ya estaba encapotado. Suspiro y estuvo allí por unas horas. Cuando ya estuvo aburrido se fue a dar un paseo por las inmediaciones del lugar. Pasaron las horas y las horas, ya era hora de su combate.

Se dio prisa y se fue al coliseo, dio la información pertinente a al recepcionista o encargado del lugar. Le dijeron que fuera ya para la arena, con las prisas que se gasta Ryuji se puso su máscara y directo a la arena.

Deslizo la pesada pero fina puerta corredera de metal, dando a lugar a un vasto campo de batalla de unos doscientos (200) por cien (100) metros. Era un lugar bastante grande, sin ningún tipo de obstáculo con una leve brisa que lo recorría todo el lugar. A lo lejos se divisaba una pequeña figura, seguramente la de su contrincante.

Dios unos pocos pasos hasta separarse unos metros de la puerta (10m) para poder mirar con mejor determinación la figura, pero no se distinguía nada aparte de que estaba parada allí quieta en el lugar.
Se acercó varios metros más a la chica hasta quedarse a unos cincuenta (50) metros de ella. Le lanzó un kunai a los pies, retandola a que empezará.
Desde esa distancia pudo saber que era mujer y al parecer de edad menor que él.