Kaiser vs. Brisa

Era una mañana temprana , perfecta para luchar, el sol aun no había sonreído y la luna aun seguía observándome, yo yacía sentada en medio de un gran coliseo de medidas doscientas(200) y cincuenta(50) ancho y largo dichas en orden, dentro de este no había suelo, se alzaban pedestales de roca roja, similar a la que se encuentra en marte, muy suave, parecida a la pólvora, un fuerte viento azotaba las paredes del coliseo, que se alzaban sin ningún apoyo, ya que el campo de batalla carecía de techo,entre pedestal y pedestal, una inmensidad de llamas, lavas y calor horribles que haría a uno tener ganas de arrojarse al interior del mismo.

La muchacha que yacía en medio del inmenso campo de batalla era Brisa, una niña de no mucha edad, vestida con un largo y elegante kimono, de colores armónicos y de gran cantidad de flores que se cosían como una gran floritura, una unida a la otra, como enredaderas que atrapaban sus ropajes, como calzado, unas sandalias azules, que se había visto obligada a cambiar por su comodidad en el combate, ya que anteriormente, antes de su primer examen, pretendía llevar unas sandalias de madera hechas a mano, de las que se arrepentiría, sus manos apenas sobresalían de las mangas del gran kimono, su rostro estaba tapado por una máscara azul, que tapaba parcialmente sus ojos grises a tono con sus ropajes y cabellos, luego, dejaba ver sus mejillas y una nariz respingo na que parecería muy mona a sus rivales, y luego, se volvía a unir en una tapando su boca, todo esto sin necesidad de agarrar la mascara , ya que esta se ataba a la parte trasera de la cabeza con una cinta,unos mechones blanquecinos de pelo, en concreto, los mas largos, sobresalían del borde de la mascara hasta descansar en los hombros de la joven y caer en cascada hasta por debajo de sus pechos y por ultimo, al rededor de su cuello, se ataba un protector frontal del revés, ya que en aquel lugar estaba prohibido darse a conocer cualquier dato.

Tras unos instantes de silencio la muchacha comenzaba a impacientarse, escuchando el movimiento del fuego, junto al cantar del viento, que hacían una repetida pero bella melodía,esta, cerró los ojos por un instante, ''¿Quién sería su contrincante en este duelo?'' fuera como fuese, ella se sentía ya segura, ya que no era su primer combate, sus manos ya no temblaban como al principio, ni sus piernas titubeaban, sabiendo de que era capaz si misma, y sabiendo también , de su recién descubierto gran ingenio para las estrategias, no se quedó atrás, antes de que su contrincante llegase, ella, ya había comenzado.

INFO:

ACCIONES:

Kaiser habia desafiado a una joven hembra, como a él le gustaban. En el campo de batalla, hacía un calor infernal, como en el tanga de el Sancho. Si no se andaba con cuidado, pasaría más de algún problema. No sabía como era su oponente, pero tenía pinta de ser una débil fémina, con lo cual no sería muy fuerte físicamente. Sin embargo, eso implicaría que sería ágil, y rápida como demonios. Pero no tenía pinta de muy experimentada, y seguro que no podría con la velocidad de los jutsus del Kaiser machote. una vez entró en la arena, la vió allí, de pie, sin hacer nada. Kaiser no era de saludar, y permitir el ataque. Le gustaban las distancias, y la que permitía esta arena era muy buena. Sin tan siquiera decir hola, la apuntó con su dedo, y, antes de darse cuenta, la lanzó una bala de agua, que surcó el aire con la intención de clavarse en su cabeza. Los buenos días y demás chorradas eran para la taberna, y no el lugar donde se gana dinero, fama y poder. Todo lo tendría el rey de los shinobis.

info:

Acciones:

Gasto y daño:

El joven había echo su aparición en el coliseo de forma imprudente y rápida, de forma que así cavaría su propia tumba, ya que la muchacha era conocida por sus burlas y trampas, sin tan siquiera intentar saludar ni presentarse, cosa que le hubiese servido de mucho, este apuntó a la joven con un dedo, de donde salió un chorro de agua que atravesó la cabeza, no de la joven, sino de un tronco de madera colocado allí estrategicamente para ese exacto momento.

Esto a la muchacha, como era de esperar, le causó una risa tremenda, que resonó en reverberación contra las cuatro paredes rectangulares , que rompieron el silencio al instante, ya que la risa de la muchacha era burlona y muy molesta a la vez que ruidosa, esta estaba sentada sobre un escalón de una grada del coliseo, aun intacta, negó con la cabeza chasqueando la lengua con su paladar de forma que le hacía parecer mas mayor de lo que era.

Oh... Chico imprudente... ¿De verdad te pensabas que iba a ser tan fácil como eso?... Que equivocado estas... Deberías haber saludado y no ser tan mal educado... este ha sido tu castigo.

La muchacha no pronunció mas palabras cuando bajó de las gradas poco a poco y con paciencia, levantando su vestido y dando a ver unas hermosas y femeninas piernas, no dignas de su edad por su puesto, ya que eran bellas, pero pálidas, ya que eran tapadas la mayor parte del tiempo por sus grandes ropajes.

ACCIONES:

DAÑOS:

Kaiser estaba complacido. Así le gustaban las peleas, es más, deseaba encarecidamente que ese fuera un engaño para él, si no, este combate habría resultado de lo más absurdo y fácil. Su femenina rival estaba a unos cincuenta metros de él, bajando las gradas. Se la veía con cara de ser astuta, y de que le daría guerra a Kaiser. Así era como debía de ser. Un combate contra alguien que no se defiende, ni te engaña, es un aburrimiento. En un combate shinobi, no se enfrentan tanto los puños si no como las mentes.


Mientras pensaba todo esto, su rival ya había acabado de bajar todas las escaleras de las gradas, y le miraba desde donde antes estaba el tronco, ahora reventado, en el suelo tirado. La verdad era que los jutsus de Kaiser cada vez eran más dañinos. Eso habría hecho un severo daño a la cabeza de cualquiera que le diese.

Ella le miraba con descaro e ironía, pero, a decir verdad, no creía que estuviera confiada. Ese jutsu había impactado en le tronco con una potencia que no podría soñar por el momento, incluso estando a esa distancia. Sarcásticamente, Kaiser le dijo:

-Cierto, no me he presentado. Kaiser machote al habla. Bueno, ahora, si me disculpas, tengo una brisa que despejar.

Nada más decir eso, Kaiser salió corriendo hacia su enemiga, con una velocidad que seguro ella no podría igual tan fácilmente, y si lo hiciera, estaría gratamente sorprendido. A mitad de camino, cuando llevaba unos veinticinco metros de los cincuenta que les separaban, Kaiser repitió su estrategia, esta vez, sabiendo que acertaría. Ni los bunshin normalitos ni los objetos transformados hablan. Y a escasos veinticinco metros, los disparos impactarían fácilmente, si su oponente se descuidaba.
Las balas iban dirigidas a la hermosa pierna de la oponente, que lástima que su pierna derecha fuera a quedar con una hermosa cicatriz. Debía esquivarlo, o le costaría muchísimo encontrar marido si no.

jutsus:

Gasto y daño:

El muchacho se había quedado varios segundos en una especie de trance, tiempo suficiente como para que la niña terminase de bajar las gradas, en la ultima grada, la muchacha dio un pequeño salto hasta un pequeño pilar que se tambaleó ligeramente cuando esta pisó tras su salto en la misma, en ese momento el muchacho ya había salido de su trance. La muchacha, al conseguir un equilibrio firme sobre el pilar, subió su mirada hasta los ojos de su contrincante, fijándolos directamente entre las rendijas de su azulada mascara.

En ese instante en el que las dos miradas chocaron y una chispa de fiereza saltó pudo notarse en el ambiente, el joven había comenzado a hacer su próximo movimiento, la muchacha con perspicacia, ya sabía desde el primer ataque que el muchacho no era lo que se decía lento, por lo que al ver que alzaba las manos dispuesto ha hacer unos sellos, la muchacha ya había adivinado que el próximo movimiento no sería exactamente leve para ella misma.

El muchacho había lanzado contra ella una potente ráfaga de agua tras haber ejercido los correspondientes sellos con ambas manos, la muchacha fue rápida, la distancia que había entre los dos individuos fue suficiente como para que la muchacha tuviese tiempo para lanzarse al suelo apoyando las manos en la arena rojiza y negra, casi quemada por las lavas del interior del coliseo, para no dar un golpe contundente contra el suelo, aunque con la misma rapidez con la se al final de todo se desvaneció el jutsu la muchacha se levantó juntando sus manos rápidamente.

La muchacha dio un suspiro de alivio cuando, incluso para ella, sorprendente mente había conseguido igualar la velocidad del muchacho por los pelos, en esos momentos la muchacha dio gracias a tener unos enormes reflejos, si su mirada no se hubiese desviado hacia sus manos por un segundo, y no hubiese observado el tintinear nervioso de estas por moverse a su próximo movimiento, seguramente hubiese tenido una horrorosa cicatriz en la que consideraba su hermosa pierna o aun peor, hubiese perdido una de sus piernas.

Cuando se levantó ,sacudió palmeando una mano contra la otra, los restos de arena casi chamuscada , las palmas de sus manos tenían varios cortes por el repentino movimiento contra el suelo que se había visto obligada a hacer, por lo que volvió a cubrir sus manos con las largas mangas de su kimono, y las encubrió, tras lo que hizo varios sellos ocultos.

ACCIONES:

DAÑOS:

Brisa había esquivado el golpe. Se había arrojado al suelo, y ello le había permitido esquivar, casi en el último momento, los ataques de Kaiser. Aquella era una formidable rival, para ser inferior a él. Su velocidad era muy alta, pero, en el momento en que ella se levantó y se puso en guardia de nuevo, Kaiser ya no estaba allí. Había recorrido ya casi veinte de los veinticinco metros que les separaban, y casi podía ver las facciones exactas de su cara. Cuando llevaba la mitad del camino, desenvainó su tanto, con la intención de atacar con él, o hacer lo necesario para vencerla. Ahora que estaba a escasos cuatro o tres metros, Kaiser lanzó por su boca un chorro de agua, y con la mano con la que había ejecutado el sello, que aún estaba hidratada, lanzó un ataque de los que eran sus favoritos. Aún llevaba la pequeña espada en la otra mano, de modo que era un ataque a tres bandas, espada, chorro de agua en la boca, y balazo de agua. Esquivar aquello era imposible para su rival, al menos en su totalidad. No importaba lo rápida que fuese, el ataque combinado de los jutsus cuadriplicaba casi la velocidad de su rival, según había calculado Kaiser, a menos, claro está que su oponente no hubiese mostrado su verdadera velocidad. Viendo el tiempo de reacción del último ataque, estaba claro que no, pero, todo podía ser. La espada que brillaba al sol en la mano derecha de Kaiser aún no se había clavado en ningún oponente de la arena de batalla, pero ya iba siendo hora de estrenarla en este lugar. Seguro que la sangre haría que refulgiera más. El ataque de Kaiser estaba a punto de impactar a su rival. Los ataques de las manos iban dirigidos hacia el estómago, mientras que el chorro de agua de la boca iba dirigido hacia el pequeño pecho de la rival. A éste no le importaba que fuera una mujer, un rival era un rival, y no se merecía ningún tipo de misericordia o consideración. Quien hiciera eso, estaba claro que era un débil, aunque todo tenía su justa medida. En un combate, las damas no van primero.

Acciones:

Gasto y daño:

La pequeña niña había conseguido escapar por los pelos del anterior ataque del joven, pero cuando esta se había levantado y había alzado la mirada, el muchacho había comenzado a correr a toda velocidad, levantando bastante arena roja y negra a su paso dejando una estela de arena tras de si, que marcaba sus pasos, la muchacha cerró los ojos , y cuando este sacó su espada sus brazos ya estaba cruzados, esperando paciente al próximo movimiento, que en ese momento ya estaba en proceso.

El muchacho lanzó contra la pequeña un chorro de agua muy potente con la boca, que impactó certera mente en la cabeza de la supuesta niña, que en ese momento se desvaneció con el aire, justo al entrar en contacto la primera gota de agua del ataque del joven, el muchacho aun seguía corriendo puesto que seguramente la fuerza de su ataque lo le permitiera ver mas allá de pocos metros de este, tras esto el muchacho hizo un sello con la mano libre, que aun yacía húmeda por el anterior ataque y como final lanzó un balazo de agua donde antes se encontraba la niña.

Puesto que el campo estaba compuesto de diversos pilares de roca que se elevaban bajo un mar de calurosa lava, tuvo que verse obligado a parar en el borde del pilar en el que se encontraba, puesto que la niña estaba en uno, y el chico en otro distinto al de ella, quizás uno, o quizás dos mas allá, aunque eso ahora no era de importancia, lo importante ahora era una duda ¿Dónde se encontraba la muchacha ahora? Respuesta, tras el muchacho, el había sido astuto, mucho, incluso arriesgando tanto chakra, pero un descuido le hizo que fuera fatal al menos por un momento.

La muchacha se encontraba estrategicamente colocada tras el chico, un kunai afilado lo sostenía con su mano derecha, mientras que este a su vez estaba con la hoja puesta en el cuello de el, de manera que por ahora, cualquier movimiento podría ser decisivo para este, la muchacha llevaba la manga del largo kimono remangada, de manera que este no rozara al chico, también se encargó personalmente de no rozar ella al chico, puesto así cerró los ojos y esbozó una sonrisa, quizás aquello fuera el final del combate, aunque, aun ella se esperaba cualquier cosa por parte del chico, ya que había demostrado anteriormente mucha destreza al esquivar las estrategias de la muchacha.

ACCIONES:

DAÑOS:

Kaiser había sido engañado por una niña pequeña. Quizás había sido muy bruto, pero ahora el momento del fin del combate, o esto se alargaría quizás demasiado para ambos, sobre todo para él, que gastaba cantidades ingentes de chakra. Ahora era el momento de finiquitar el combate. El cuello de Kaiser estaba amenazado por un cuchillo, pero nada impedía el movimiento de sus manos, ni que se hubiera desvanecido en un charco de agua cuando su oponente intentó rebanarle el cuello. Aquello era un cambiazo, y ahora Kaiser se hallaba a escasos dos metros de la chica, por su espalda, de la misma forma que ella había hecho. Esta vez, decidió cambiar de estrategia. El brazo de Kaiser ahora era un látigo con el que fustigó a su enemiga, de darle, le lanzaría a varios metros de distancia, incluso a fuera del pedestal en el que estaban, y mandarle a la lava. Con ello quedaría en una situación en la que los ANBU´s que vigilaban el combate la rescatarían, y el combate acabaría. Sin embargo, tras dar el latigazo, Kaiser se puso en posición de guardia, y se preparó ante cualquier ataque enemigo.

Acciones:

Daños y gasto de chakra:

El combate había durado ya mas de lo necesario, ya tenía suficientes datos como para saber que su adversario tenía mucho mas nivel que el, y que no acabaría gritando victoria si no fuese para asestarle un golpe bruto en algún punto vital, el muchacho había vuelto a caer en las muy bien pensadas trampas de la niña, estar era lista sin dudarlo, sus estrategias eran dignas de envidiar y su gran ingenio no se quedaba atrás, pero , quizás, todo aquello no la ayudase a ganar aquel combate, en aquel momento, los segundos eran cruciales, la estrategia que ideara en ese momento tenía que ser precisa y sin fallos, ideada especialmente para su adversario en concreto.

Una nueva imagen clonica volvió a desaparecer cuando el muchacho fustigó a esta con su brazo, que ya no era un brazo, sino que por algún extraño movimiento o trampa se había transformado en un látigo, con el que golpeo a la imagen clonica, hasta hacerla caer a la lava, pero antes de poder si quiera rozar la lava, esta se desvaneció en el viento, siendo llevada por el mismo con un pequeño puñado de arena que también había caído con ella.

La muchacha ahora se encontraba un pilar mas allá de donde estaba el joven, medida que no pasaba de los cinco(5) metros , quizás menos, aunque, pareciendo poco dicho, era bastante medido a ojo, la muchacha aprovechó aquello para colar una de sus manos dentro de una de las paredes de su quimono, que se agarraba a su hombro izquierdo, sacó de ahí, un kunai, anteriormente sacado como una especie de imagen clonida del mismo, por su anterior bunshin.

Todo esto ocurrió en pocos segundos, el muchacho seguiría esperando alguna respuesta por parte del bunshin, ya que se había apartado con rapidez hasta el otro extremo del pilar inestable, y su vista no alcanzaría al fondo del mar de lava que se extendía entre los dos, aprovechando aquella confusión la muchacha ya no tuvo piedad ninguna, apuntó al muchacho con el filo del kunai y sin mas dilación lo lanzó con fiereza intentando que este atravesara el cuello del mismo, el kunai ya iba dirigido al mismo, si el muchacho no se movía asestaría un golpe casi mortal al chico, ya que era un sitio casi mortal.

La muchacha esperó paciente imaginando en su cabeza como sería la situación y no pudo evitar esbozar una sádica , casi hermosa sonrisa bajo su mascara azul, sonrisa que solo pudo notarse en los rasgos que se formaron en sus mejillas y luego hicieron mella en sus pómulos sonrosados.

ACCIONES:

DAÑOS:

Kaiser ya se imaginaba que su oponente haría algo por el estilo, por lo que en la anterior ocasión usó un jutsu de bajo coste de chakra. Su oponente le había lanzado un kunai, con el fin de rebanarle el cuello, pero eso no sucedió. En el momento en que Kaiser se puso en guardia, activó el Suika no jutsu, con el fin de atacar a su oponente una vez la viese. Aún no sabía donde estaba, pero era obvio que atacaría por su espalda. Como no lo podía ver, y seguramente ya habría algún ataque lanzado, sería imposible de esquivar. Un jutsu ahora sería letal. Sin embargo, mientras que Kaiser se giraba para ver donde estaba su oponente, un kunai atravesó su cuello. Aquello habría sido letal, pero, por suerte para Kaiser, él era un Hozuki. Con el jutsu de hidratación activado, sus brazos y cuerpo eran solo agua, y cosas como los kunais o los shuriken atravesaban limpiamente el agua. Fue una auténtica oportunidad para Kaiser, puesto que su oponente estaba ahora delante de él, había lanzado un arma, intentando pillar desprevenido a su oponente, y lo había conseguido. Sin embargo, tuvo la mala suerte de que su oponente había sido sonreido por la fortuna. Ahora ella estaba totalmente disponible para ser atacada, y a escasos metros de él. No tendría una mejor oportunidad en su vida. La miró fijamente unas fracciones de segundo antes de atacar, y le lanzó un balazo de agua, directo a la cabeza. A cuatro o cinco metros de distancia, es fisicamente imposible que una persona haga un movimiento para esquivar un balazo, y menos un sello. ¿Como se solventaría aquel momento? ¿Quién ganaría en aquél frenético encuentro? ¿Suerte, o astucia?


-Te cacé. Fue lo único que dijo mientras la miraba.

Acciones:

Gasto y daño:

OFF: Tras bastante tiempo, y con el consentimiento de Ryku, la salto.

El combate había acabado. El balazo había atravesado limpiamente la cabeza de Brisa, que estaba en el suelo, bastante herida, pero no de muerte. Kaiser se las había apañado para apuntar a ningún punto vital, tan solo herirla para que se desmayara. Una vez el equipo médico llegase, se la llevarían, para tratarla en un lugar apartado de esta arena hiriviente, donde el calor era sofocante, y le daban ganas de tirarse a una piscina nada más saliese de aquí. Mientras tanto, y para sofocar el calor, Kaiser fue saliendo de la arena como pudo, bebiendo largos sorbos de su cantimplora con forma de kunai.

Que alguien ponga el tipo de Arena.

Vaya, que fukin cagada. Ahora voy.

Arena:

+250 Ryos + 50 exp + 2 PR Suir
+ 65 Exp Ryku