¡Lucha fraternal! ¡El ratón se mete de lleno en el bosque!

Tipo de arena:

Día nuevo, combate nuevo en el Coliseo. Esta vez, había sido retado por un nuevo gladiador, del que nunca antes había oído hablar, contra el que anteriormente obviamente no se había enfrentado. Por lo que, iría con cuidado, no debía de subestimarlo, cualquier rival era poderoso si se le subestimaba, y si se iba sin cuidado podría sorprender y acabar con él. Pensando en la estrategia a llevar en el Coliseo, caminó lentamente entrando a los vestuarios, donde se cambiaría de ropa para vestirse tal y como acostumbraba en el Coliseo. Capa blanca, larga, ocultando su cuerpo, menos su cara, que quedaba oculta igualmente salvo su pelo, corto, gris como cualquier miembro de su clan. Además, daba la casualidad de que se habían retado prácticamente a la vez, por lo que aquello hacía el combate aún más interesante.

Tras cambiarse, caminaba lentamente por el pasillo que le llevaría a la Arena, oyendo los gritos del público, impacientes, clamando la aparición cuanto antes de ambos gladiadores, por lo que supuso que sería el primero en entrar. No sabía nada de él, todo era nuevo, por lo que sería precavido, no quería llevarse ninguna sorpresa poco agradable. No tardó demasiado en salir a la zona de combate, la Caja Trampa, Cuadrada, completamente metálica. Había luchado anteriormente en esa arena, por lo que no le era para nada extraña. Sabía que con el tiempo se iría haciendo cada vez más pequeña, ya que de por si misma era demasiado grande para el estilo de lucha del joven Pikachu, cosa que le beneficiaba para poder llevar a cabo completamente su estilo de lucha, de corto alcance rápido y fulminante, acostumbrado a acabar con sus enemigos en no más de dos o tres ataques.

Sonriendo, al salir al área comprobó que aún no había llegado su rival, por lo que aprovechó para recortar 50 metros, quedando así a otros 50 de la puerta de llegada de su rival, en apenas 6 segundos, mostrando así ante el público la asombrosa velocidad que alcanzaba. Una vez en mitad del campo, sin que su rival saliese sacó de bajo su capa sus espadas gemelas, Ying y Yang, y las unió por el mango, formando así un arma de doble filo, que mantuvo cogida por una mano, volviendo a esconder la mano bajo la capa acto seguido. Así, esperó a que su rival efectuara su puesta en escena, su salida a la arena, para dar comienzo al combate. Sería una nueva jornada donde aprendería más sobre el ninjutsu, y sobre como actuar ante las situaciones que los combates podrían traer consigo.

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