Dannia vs La violadora de tu barrio

Por entonces casi siempre había luchado con hombres, las señoritas eran más complicadas de encontrar en sitios como el Coliseo. No me gustaban esas cretinas que tenían miedo de ensuciarse las faldas o romperse una uña entre golpe y golpe. Aquel lugar necesitaba chicas que estuvieran dispuestas a arruinarse la manicura, el peinado, y hasta acabar sin bragas por mis violaciones. Mierda, confesé mis planes otra vez... Nadie debería haber escuchado esos pensamientos. No, no hacía falta que me miraras así, unicornio, tú tampoco. Que aunque los demás dijesen que no te veían no era porque yo fuese una loca, sino que ellos no sabían limpiarse los glóbulos oculares como era debido. En definitiva, íbamos por las señoritas. Yo era una de esas que le importaba bien poco como terminar siempre que fuera con el poderío de los miembros femeninos o masculinos entre las manos. Pero no todo junto, que a la combinación no terminaba de acostumbrarme. Pero contrariando eso, vestía con un precioso traje que había robado por algún puesto en no sé donde. Era lo que tenían los puestos ambulantes, que ponían muy asequibles sus prendas, no por los precios, sino por lo fácil que era cogerlo sin que se dieran cuenta; y la tentación fue demasiado grande para mí.

El vestido consistía en un corsé rojo con las cintas de detrás de color blanco, y un lazo a la altura del pecho. La manga llegaba hasta el codo y terminaba con pequeños volantes de color blanco y un lazo adornando de igual manera. La faldita, unida al corsé, era del mismo tono fuego y con vuelo de tono blanco, a conjunto con mis ojos. Claro que los mismos quedaban tapados por una máscara que me cubría desde el comienzo del flequillo hasta la nariz. La boca quedaba al descubierto y solía mostrar una sonrisa divertida que rozaba la perversión, dejando ver que una de las cosas que más me gustaba no era precisamente jugar al parchís.
Precioso todo hasta llegar a los pies, donde en vez de haber zapatos o algo por el estilo iban completamente descalzos. Prefería correr con la plantas desnudas y estar en contacto con la arena. Sin olvidar, claro está, que el calzado que había era demasiado feo y quedaba mejor así. No entendía la manía que tenía la gente en hacer cosas pijitas o con tacones. ¿Tacones por qué, a ver? Eran difíciles de llevar, se rompían si colocabas mal el pie, y como te tocara con un tio que por llevarlos eras más alta la habías cagado. No sabía usarlos y dudaba que algún día llegara a aprender. Se lo pondría a la otra si eso en las cosas que debía hacer pendientes, como lo del elemento Doton... Ayy, pobre ingenua.

Salí del vestuario arregladita, muy mona yo, y esperando el combate contra Dannia. Me sonaba de algo, pero no conseguía recordar qué, nunca se me dieron demasiado bien los nombres. Cuando llegué a la puerta me dijeron que había salido un par de minutos antes, así se empezaba bien, haciendo esperar al público para darle más emoción. JAJAAJA como les hiciera impacientar comenzarían a odiarme y me llenarían las rosas de pastillas. Y eso no se podía permitir. Ciertamente, iba con ganas de jugar un poco. Nada más entrar vi a la chica sentada en el otro lado. Un árbol se encontraba a 25 metros por delante, 7 metros al lado de la pared derecha. El otro estaba a 6 metros de la pared y 15 de su puerta. Habían tocado los extremos. Me recordaba al juego del toro bravo, donde un niño perseguía a otro por un espacio saltando de sitio en sitio o pisando lo menos posible el suelo, porque lo que estaba en alto era casa y así no podían pillarte. Había que actuar rápido. Infundí chakra a mis pies y me adherí a la pared como si tuviera solapas, ya ahí comencé a correr en dirección al otro extremo, con la misma velocidad que tenía sobre tierra. Por si no le había quedado claro que el combate quedaba por comenzado, activé el Byakugan sin necesidad de sellos. Lo que sí necesitaba uno de ellos era lo que tenía pensado a continuación. Probando mis conocimientos sobre el novedoso elemento de tierra, hice un sello con ambas manos a mis espaldas y a los pies de mi nueva enemiga apareció un río de lodo que la arrastraría con la fluidez de un río, dañándola en el camino.
Sonreí divertida y mi voz sonó por el campo de batalla:

- ¡El suelo es lodo!


Veríamos como actuaba la chica que tan entretenida había parecido con su arcilla antes. Cuando había hecho el nuevo jutsu ya había avanzado 30 metros a una velocidad de vértigo, dejándonos a una distancia de aproximadamente 70. Paré entonces y vi el árbol del principio, a 7 metros de mi posición. Di un salto rápido y me subí encima del mismo. Era bien sabido que no se podía estar más de 15 segundos en la misma casa, y yo había caminado sobre la pared un total de dos.

Técnica aprendida:

Información:

Acciones:

Gastos y daños:

Con destreza mi contrincante esquivó el río de lodo, la próxima vez me prometí tardar menos en efectuar mi ataque, pues por los pelos ha logrado no caer en ese resbaladizo barro. Fue corriendo hasta el árbol, a 55 metros del árbol donde yo me encontraba, las distancias entre nosotros se estaban acortando y eso no estaba nada mal. Habían pasado un par de segundos y volví a saltar del árbol a la pared mientras comenzaba a correr. A su vez, la chica que estaba en mi campo de visión al fin, lanzaba tres figuras de barro que tenían como propósito perseguirme. Tuve que pararme, y comencé a girar en la pared, haciendo una barrera de chakra alrededor de mi cuerpo que me defendió levemente de los ataques. Mientras ella estaba ocupada haciendo figuras de barro, un fino hilo ninja que no notaría hasta que le aprisionara salió del suelo envolviendo sus piernas. Como si fuera un acto instantáneo, una explosión se ocasionó debajo del cuerpo de la ninja, lo que tenía una explicación que seguramente la jovencita no lograra encontrar.

Al haber estado yo en el árbol, mientras ella corría para salvarse de mi lodo que más bien había sido una distracción, hacía un sello con ambas manos y un clon mío se deslizaba por el tronco del árbol fuera del campo de visión de la joven para después meterse debajo de la tierra. Allí se fue desplazando sin ser visto, tras activar él también su Byakugan para ver debajo de la tierra, y se colocó donde Dannia pero oculto bajo la tierra esperando el momento oportuno. Había mandado el hilo ninja que tenía por debajo de la tierra con la manipulación de hilos hasta envolver las piernas de la joven, y sin perder ni un segundo se clavó un shuriken haciéndose explotar, y con el fuego activó los dos sellos explosivos que tenía en el cuerpo. Una explosión de 6,7 m de explosión y un radio de expansión de 13, 5 metros se había alzado en el campo de batalla, dejando un cráter y a uno de los árboles completamente destrozado. Parecía que fuera a donde fuese dejaba mi marca. Bajé de la pared y me acerqué al cráter con una sonrisa más grande que en un principio en el rostro.

Acciones:

Gastos y daños:

Revisado.
Sonzu: + 300 Ryos. + 25 Exp. + 4 Pr.
Katniss: + 55 Exp. + 2 Pr.