Erik Lycan vs El Kaiser machote

Unos suaves golpes en la ventana, acariciaban su cristal. Encontrando una rendija, pasó a mi habitación, y desde esa rendija, la brisa cálida del día me despertó a las siete de la mañana. Me desperté sudando, con mi cama empapada... Tsk. Hacía unos días que el verano había comenzado, y vaya si se notaba. El calor estaba por todas partes, pero los habitantes de Iwa no parecían molestos... Maldita sea, eso de ser del norte me iba de pena. Pero un nuevo día comenzaba, y tenía que arreglarme para mi combate en el Coliseo. Al parecer, lucharía con un contrincante bastante experimentado... Hm. A saber qué me tendría preparado. Con rapidez, me metí de cabeza a la ducha, y abrí el agua fría al instante, para después suspirar aliviado, y respirar profundamente por el agua helada, que me agradaba.

Tras desayunar un poco y estirar, me vestí con mis ropas habituales, dejando en casa la banda de mi villa. Así, me fui al Coliseo, entrando después en los vestuarios. Ese día debía estar a tope, pese al calor que inundaba todo edificio, calle o sombra... Estaba por todas partes, maldita sea...
En fin, tras encontrar las taquillas, saqué mi vestimenta de la Vieja Escuela, pues ese era el tipo de combate que tenía que librar. No se permitían objetos... Bueno, a mí eso no me importaba, dado que no tenía ni siquiera la capa de mi villa. Pero aún así, debía tener cuidado con el otro oponente. Si me despistaba, podía acabar hecho polvo en apenas unos segundos... Tendría que mentalizarme: Debía ganar.

Obviamente no me lo creía ni yo, pero bueno, de ilusiones se vive, ¿No?

Así pues, llegué a mi habitáculo, preparado para salir y dar una paliza a ese tal Kaiser. O eso ponía en la hoja de mi combate, al menos. Tras llegar a la puerta de reja, observé que la mía se abría primero, lo que me daba el comienzo del combate. Así pues, salí a la arena. Llevaba una máscara de lobo ibérico, hecha con la cabeza real de un lobo de esa raza. El pelaje caía hasta mi cuello, cubriéndome toda la cabeza, los ojos, siendo los del lobo una membrana oscura (lo que me daba un aspecto tétrico), y parte de mi cabello. Sin embargo, el resto del cabello caía sobre mis hombros, resbalando hacia el pecho. Era de un color gris claro. Las ropas que utilizaba eran finas y ligeras, ajustadas a mi cuerpo: Llevaba unos pantalones largos y amarronados, con aspecto desgastado, y no llevaba camiseta, dejando ver un torso no muy musculado, pero bien trabajado, atractivo. El calzado era unas sandalias ninja.

Al salir a la arena, observé que era cuadrada, y que nuestras puertas eran el centro de dos lados paralelos. Así pues, avancé unos metros caminando, directo hacia la puerta de Kaiser, acortando unos diez metros la distancia, hasta que su puerta se abrió... Pero no me detuve. Seguí caminando, hacia lo que saliera de la puerta.

Información de pj:

OFF: Perdona la tardanza.

Arena:

ON:

Kaiser machote había sido retado por un inferior rival. Tenía pinta de ser uno de esos que tanto trabajan, y que no se dan por vencido nunca. O eso decían los que se habían enfrentado a él. No importaba. A él solo le importaba algo, y eso era mejorar y ganar dinerito. Mucho dinerito. Se veía que el otro era una persona poderosa, como él, pues así su máscara de lobo lo mostraba. Eso le agradaba. Quizás fuese un combate entretenido. O quizás no. Todo se vería en la duración del combate. Una vez salió de la verja que se había abierto, vió como su oponente se acercaba a él. Parecía que tenía ganas de acabar lo antes posible.

Veamos si eso es cierto.

Vamos, ¡Acaba con él!

Si, eso, consúmete por el poder!

Dios, que enervantes sois. Shichibi, voz misteriosa, dejadme un rato en paz, ¿vale?

Los nuevos "compañeros" de Kaiser le hacían la vida imposible. No se callaban ni debajo del agua, y hacían sus entrenamientos terriblemente difíciles, puesto que concentrarse era algo titánico.

Si tan pesados os ponéis, vale, está bien. Ahora mismo lo remato y os callais, ¿entendido?

Tras eso, y sin mediar palabra con su adversario, pues todas estas voces acaecían en el interior de la cabeza de Kaiser, éste le propinó un disparo a la cabeza de agua, que sería mortal de necesidad si no lo esquivaba. Como les separaban ochenta metros, a la velocidad que iba el disparo, tendría como un segundo para reaccionar. Si Kaiser tan solo hacía ese movimiento de nuevo a unos veinte metros, el combate habría acabado.

Info:

Acciones:

Gasto y daño:

Al ver a mi oponente salir, observé cómo caminaba hasta detenerse, mientras yo seguía caminando. Al instante, desde mi posición pude ver cómo reaccionaba de forma... Extraña. Parecía estar concentrado en algo que no estaba en el campo de batalla... Al no saber lo que podría ser, me detuve en seco, a ochenta metros de él. Podría estar preparando algún jutsu, o algún tipo de ataque por sorpresa. Sabía que era poderoso, y que cualquier paso en falso significaba la derrota para sus oponentes. Podría estar preparando cualquier cosa. Pero, ¿quién me iba a decir a mí que en realidad estaba teniendo un debate interno con las voces de su cabeza? Por otro lado, mi nivel inferior no me permitía aún sentir el chakra de los demás, por lo que no pude sentir la intensidad del poder que desprendía el Jinchuriki.

Estaba pensando en alguna estrategia que tuviera una buena salida, cuando le vi levantar rápidamente el brazo, con algo en forma de pistola... Al momento disparó algo a gran velocidad hacia mí, y ya me supuse lo que sería. Sin pensarlo apenas, di un salto de cabeza hacia mi derecha, girando con el cuerpo para realizar una voltereta... Y mientras la hacía, un pensamiento sereno, tranquilo, perfectamente técnico y estratégico pasó por mi cabeza:

<<¡¡¡MIERDA!!!>>

Un tirador... Eso no me dejaría un segundo para pensar. Y por si fuera poco, desde lejos vi cómo lo que me había lanzado había sido agua de su propio brazo. Es decir, que tenía munición ilimitada. ¡Jé! Así pues, decidí estar siempre en movimiento. Tras la voltereta, me levanté al momento, siguiendo la inercia, y no me paré al ponerme de pie, sino que aproveché la misma para salir corriendo hacia mi derecha. Sólo tenía un ataque a larga distancia, el Raykiu, pues mi sombra no alcanzaría los ochenta metros hasta mucho tiempo de entrenamiento después... Así que si quería atacarle a distancia, el Raykiu era mi única opción. O eso, o acercarme y que una de sus gotitas de agua se diera un paseo rápido desde mi frente hasta el cogote en una fracción de segundo. Y como que no me apetecía palmar...

Así pues, decidí jugar las cartas como pudiera. Al segundo de ponerme en carrera, realicé un sello de una mano, y de mi cuerpo salió un destello que cegaría a mi oponente cinco segundos. En esos cinco segundos, sin parar en ningún momento de correr, realicé cuatro Raykiu, que lancé directamente a las zonas hidratadas del cuerpo de mi oponente. Era obvio que el agua conduciría la electricidad, y la pasearía por todo su cuerpo en un segundo, incrementando así el poder del Raykiu. Si le daba, que sería de milagro, podría dañarlo... Mi objetivo, a partir de ese entonces, sería dañarlo hasta dejarle sin fuerzas. Poco a poco, o cuanto antes, pero una cosa estaba clara: debía ganar a toda costa.

De esta forma, las cuatro esferas se dirigieron hacia él a toda velocidad, mientras yo seguía corriendo por el borde de la arena, acercándome poco a poco a un poderoso Jinchuriki con pistolas de agua. Pasados los cinco segundos, me encontraría a su izquierda, a setenta metros.

Información de pj:

Acciones:

Gastos y daños:

El combate se estaba poniendo emocionante, aunque, a decir verdad, Kaiser ni siquiera estaba pendiente de él. Tenía otros "asuntos" en su cabeza que atender, como el mandar callar a todas las insoportables voces. Su vida iba a ser un infierno si no aprendía a imponerse sobre ellas. En medio de la discusión, se paró un segundo a observar si le había dado el tiro. Ya no estaba donde antes; se había movido ligeramente a la derecha.

Este tipo sabe de tácticas, se ha desplazado ligeramente hacia la derecha.

¿Ves? Él es mucho mejor táctico que tú! ¡Se ha desplazado ligeramente hacia la derecha! ¡A tí nunca se te habría ocurrido!

Tienes razón, Shichibi. Ya había oído que los del clan Nara eran unos genios, pero esto me sobrepasa. Seguramente tendré que liberarte si quiero ganar este combate.

¿Vas a dejarme salir? ¡Fantástico! (Así podré poseerlo y matarlo)

Yo también oigo lo que piensas, ¿recuerdas? Por esto no me caes bien.

En lo que ellos dos discutían, un ligero destello cegó a Kaiser. Se trataba del Gentoshin. Su amigo ThunderMonkey lo hacía mucho. Sin embargo, el de su compañero era mucho más intenso, y encima este estaba a unos 70 metros de distancia, por lo que fue poco más que una ligera luz. No alumbraba más de lo que lo haría una lámpara a su lado.

¡Mira, si nos está disparando! Que lento viene el tiro, ¿no?

Pues la verdad es que sí. Como estás acostumbrado a ver los míos, ahora todos te parecen débiles. Y no está bien que menosprecies los ataques ajenos. Además, es un ataque de Raiton, si me da, me hará daño. Y eso no es bueno.

¡Pues cárgate los tiros de una vez! Se te está acercando, ¿no? ¡Lo tienes a huevo!

Que chillón eres, por Jashin. No voy a usar tu poder solo por eso.

Eres un soso. No nos dejas divertirnos ni a mí ni a Yuki..

¡No le digas mi nombre, ¡idiota! Aún no es momento para que lo sepa. Primero tiene que rendirse a las ansias de poder.

Y otro igual... Que pandilla hay dentro de mí. Si aburrirme, no me aburro.

Con la tontería, los disparos de Raiton casi habían llegado a Kaiser. Éste solo tuvo un par de instantes para pulverizarlos, dos a dos, con sus disparos de agua, que pasarían silbando cerca de Erik, pero sin dañarle. El tercero sería el que iba dirigido a su estómago, y, estando ahora más cerca, lo tendría muchísimo más dificil para esquivarlos. Por suerte, el tiempo en el lugar en el que se comunicaban Kaiser y compañía estaba distorsionado, lo que era muy útil para esquivar golpes rápidos, y cosas así. O planificar estrategias. Eso era lo mejor de los bijuu. Esa pequeña habitación, en la que ves como una enorme masa está encerrada y te grita. Saber que tú eres libre, y él no, reconforta mucho.

Acciones:

Gasto y daño:

Mientras corría, observé que volvía a irse del combate unos instantes. ¿Pero qué rayos le sucedía? ¿Acaso ni siquiera estaba teniendo en cuenta mi presencia? Tras la máscara del lobo, pude ver perfectamente cómo destrozaba mis esferas de electricidad. Desde luego, había sido un buen movimiento para ver el increíble potencial de aquél oponente, pero no había servido de nada más. Mi plan de atacarle, fallido... Y pronto el plan de acercarme, también sería destrozado. Una fracción de segundo de ver disolverse mis esferas de electricidad, pude ver de refilón lo que había producido el fenómeno: una de sus balas de agua, que pasó a toda velocidad por mi lado. ¡Maldita sea! Así era imposible. Era obvio que, ya que había lanzado una bala para derribar mis ataques, utilizase otra para los dos Raikyu que faltaban, y otra para derribarme a mí... Así que nada más ver la primera bala, decidí hacer una locura. Si no me lanzaba una bala, pues al menos me habría servido como evasión a algún ataque. Si era la bala... Mejor que mejor.

Estaba corriendo por el borde de la Arena, en dirección a Kaiser. Así que utilicé mi posición para intentar esquivar la bala que dispararía. Tras pasar de largo la primera bala, salté contra la pared, con los pies juntos. Fue en ese momento cuando vi pasar la otra bala... Bien, sólo quedaba la mía. A ver qué tal resultaba. Tras pasar la segunda, ya me había impulsado con ambos pies en la pared, de tal forma que, con mi cuerpo en horizontal, me impulsé para alejarme de la pared, y a los tres metros caer al suelo en una voltereta como la del principio, para realizar exactamente el mismo movimiento: levantarme y correr ayudado por la inercia. Ni siquiera me había molestado en ver la bala, pues me podría haber despistado. Pero al parecer, no me había dado...

Bien, no podía acercarme, ni atacarle a distancia... Así que debía pensar en otra estrategia. Con rapidez, corrí hacia el centro del campo, pero sin llegar a él, quedándome de nuevo a ochenta metros... Tras jadear levemente, cubierto por la máscara de lobo, me pararía, mirándole fijamente. A partir de entonces tenía que buscar un nuevo objetivo: cansarle, bajar su chakra todo lo que pudiera... O hacer que se acercase.

Información de pj:

Los ataques de Kaiser no estaban dando resultado, pero solo porque, prácticamente, estaba jugando con su oponente.

Vamos a ponernos un rato serios, ¿Vale?

Vale, jefe. Ya me callo.

Empecemos el espectáculo.

Nada más decir eso, de la boca de Kaiser surgió un extraño líquido, que tenía pinta extraña. Rodeó total y completamente a Kaiser hasta alcanzar un radio de 15 metros sobre él. 30 metros de diámetro. El efecto que tendría sobre el combate podría ser ignoto, pero a, priori, no se sabía que podía ser. El color era similar al agua, pero, un extraño olor lo diferenciaba. Fuera lo que fuera, estaba claro que era una ayuda táctica para Kaiser.

Podría hacer uso de tí, pero, a decir verdad, no me darías más que problemas, Choumei.

Más te vale que aprendas rápido a usarme, porque con la liberación inicial no vas a ninguna parte, macho.

Después de otra pequeña discusión, o, mejor dicho, intercambio de argumentos, la única acción ofensiva que tomó Kaiser fue tirar un kunai a su licántropo oponente, que iba dirigido a sus pies. Se clavó delante de él, como si fuera una provocación a éste.

Vamos, chiquitín. Si te alejas tanto, esto no tiene gracia. Al decir esto, Kaiser se colocó bien el pelo con el dedo índice y corazón pegados de la mano izquierda. Aquella muestra de indiferencia hacia Erik tendría que estar irritándolo, porque, a decir verdad, a Kaiser ya le habría puesto de los nervios. Tras colocarse, y mirarle fijamente, Kaiser volvió a su posición de pelea, atrincherado en su extraño foso medieval.

Acciones:

Gasto y daño:

A ochenta metros de mí, mi oponente realizó un movimiento con las manos, como si lanzase algo... Yo no vi nada, y nada fue lo que se acercó a mí. Quizá fuera una alucinación suya, porque no parecía estar bien de la cabeza. Con tranquilidad, miré su nueva defensa líquida. Lo primero que me imaginé es que saldrían miles de balas nada más acercarme a la misma, y temí por que así fuera. O algún tipo de bomba de agua... En fin, que hiciera lo que hiciera, cualquier paso en falso sería letal. Tras mirarle fijamente unos segundos, bajé la cabeza, y suspiré lentamente... Esa pelea no tenía sentido. Él me superaba con creces, y yo no hacía otra cosa que correr y gastar chakra. Además, él me superaba en todo, y si quería gastar su chakra, tenía para rato.

Así pues, sólo se me ocurrió lanzarme a la boca del lobo de cabeza. Correr y esquivar no me serviría de nada, así que tenía que, como él deseaba, acercarme y plantar cara. Sabía que no tenía ninguna oportunidad, pero... En fin, no tenía otra opción, y no pensaba rendirme. De esta forma, comencé a correr hacia él, sin trucos ni movimientos extraños, fijando la mirada en su posición. Si quería que me acercase, lo haría. Si quería un combate a corta distancia, lo tendría... Daría lo mejor de mí.

Cuando estuve a unos cincuenta metros, lancé un último Raykiu, directo a él, en señal de advertencia. Iba a por él, e iba a por todas, pese a no tener esperanza alguna de conseguirlo. Había sido una locura luchar contra alguien así.

Una locura, que no un error.

Información de pj:

Acciones:

Gastos y Daños:

Erik Lycan ya estaba desesperado, por lo que se lanzó hacia mí. Lanzó un jutsu hacia mí, con el que me impactó. Ya había desactivado mi Suika no Jutsu, por lo que el daño era aún menor. El peludo oponente se acercaba hacia mí, y yo no hacía amago de mover un dedo. Cuando se hubiera acercado más, quizás hiciera acopio de otro movimiento. Ahora era momento de la calma. Ahora era el momento de esperar, aguantar el ligero dolor y chisporroteo del jutsu anterior, y sentirme en paz. Mientras Shichibi permaneciera callado, podría concentrarme, y había prometido hacerlo. El maldito ya me había hecho flipar unos segundos antes. Si no tenía mi kunai, como lo había lanzado? Iba a reprenderle por aquello. Lo más importante era ver ahora como proseguían las acciones de Erik Lycan.

Acciones:

Daño:

Y mis acciones siguieron en plan suicida. Con rapidez, me acercaba a Kaiser, sin detenerme. Por lo visto, iba a dejar que me acercase, así, por las buenas. Algo tramaba... Pero poco podía hacer yo contra él. Tsk... La verdad es que era con el rival que más me estaba esforzando en ganar, y al parecer era imposible. Así pues, seguí corriendo, y seguiría hasta estar a diez metros. Entonces me pararía en seco y, a toda velocidad, reprimiendo un grito de adrenalina, juntaría mis manos en un sello de mi clan, que realizaría la Técnica de la Imitación de la Sombra. En el fondo, sabía que no había manera de que la sombra le alcanzase, y menos en ese instante. Mirándole fijamente, vi que mi sombra, comparada con los disparos de Kaiser, avanzaba a una velocidad increíblemente lenta... Qué digo lenta, ridícula... Pero era lo único que podía hacer.

Si la sombra le alcanzaba, algo imposible, rápidamente le inmovilizaría, y sin tardanza, realizaría el Abrazo de la Sombra, para infligirle el último daño antes de quedarme sin chakra. Sería entonces cuando perdería el contacto del Kagemane no Jutsu, y sin más ideas, me lanzaría a por él en un salto suicida, con la intención de que le alcanzase algún puñetazo o patada. Pero para ello tendría que atravesar la barrera de agua, si es que para entonces aún seguía consciente.

Información de pj:

Acciones:

Gastos y Daños:

Mi oponente se acercaba de forma suicida, sin llegar a pensar en sus acciones. Cuando estaba a 15 metros de mí, entró en el campo de agua que había formado antes. Tenía pinta de querer avanzar más, pero sus pies no se movieron del suelo. Estaba pisando mi trampa de sirope, con la que no se podría mover hasta pasado un tiempo. Sin embargo, era más que suficiente para que yo pudiera acabar con él antes de que se librara. Daba igual que intentara un jutsu, que lo hizo, pues proyectó su sombra hacia mí con la intención de hacerme pupa. Era una pena, pues, en lo que se acercaba, yo tuve tiempo de volarle la tapa de los sesos con uno de mis famosos balazos de agua que tanto había intentado esquivar. Ahora que tenía los pies bien sujetos al suelo, no se podría mover, e intentar esquivar hacia un lado me permitiría tener tiempo a repetir un disparo inesquivable, en caso de que fuera tan rápido, improbablemente, como para evitar mi jutsu.

Por el estilo que teníamos ambos de distancias, hubiera sido un duelo más emocionante en el futuro, cuando se hubiera vuelto más fuerte. A día de hoy, no sería nada interesante. Pero había luchado bastante bien, y se había desenvuelto como un auténtico profesional. Cuando todo hubiera acabado, le felicitaría personalmente.

Acciones:

Daño:

Arena:

Así, nada más entrar en el radio del jutsu oculto, me di cuenta de que no había escapatoria. Pese a intentar el kagemane no jutsu, sabía que todo acabaría ahí. Y así fue. Mirando fijamente a mi oponente, aún con la sombra en movimiento, me estiré, relajado. Sabía que en cuanto su golpe me diera, no tendría tiempo de despedirme de él. Así, mientras él realizaba el disparo, yo realicé una pequeña reverencia, en señal de saludo y respeto. Había sido un durísimo oponente... Y estaba satisfecho con el combate. En el momento en el que me incliné en la reverencia, el balazo me dio de lleno, atravesándome la cabeza y tirándome hacia atrás por la inercia. Así, caí al suelo sin vida apenas, tras haber saludado a mi oponente. Los ninja medico salieron de la puerta mas cercana, y me llevaron con ellos.

Gracias, Kaiser. Gracias por el combate.

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